Suho llego a su casa, después de todo el trajín de la mañana necesitaba un poco se descanso y calor de hogar. Entro y ni se molesto en saludar, pues sabía que sus padres no estarían, casi nunca están, pero eso no le afectaba a Suho, el estaba acostumbrado, no podía culparlos, ellos eran los que mantenían a Suho y le complacían sus caprichos, que eran pocos en realidad.
Camino hasta su habitación y dejo su mochila con su ropa del fin de semana en una esquina, ya después la sacaría y la lavaría. Los padres de Suho muchas veces hablaron con él sobre el hecho de poner personas en la casa para que hagan sus deberes, pero Suho siempre se negó, solo acepto a regañadientes que dos veces por semana vaya una linda y amable señora para la limpieza. El resto de deberes los hacia el mismo, lavaba su ropa, limpiaba lo que ensuciaba, sacaba la basura, cocinaba para él, pues técnicamente vivía solo, aparte de cumplir con sus deberes en la escuela, claro el no era el primero pues kyungsoo le arrebató el puesto, pero siempre calificaba como el segundo mejor en la clase.
Se cambio de ropa por algo más cómodo y se acomodo en el espacioso sillón que había en su habitación, cruzó los brazos por encima de su cabeza, y comenzó a tararear una melodía que se le vino a la cabeza. A cabo de menos de diez minutos, Suho estaba con la respiración pausada y tranquila.
...
Suho caminaba por un campo, todo era verde, los árboles se movían en ritmo con la ligera brisa que había, adelante de él había un chico, estaba de espaldas y Suho intentaba alcanzarlo, pero por más que caminaba no llegaba, solo pudo notar que el muchacho tenía en brazos a un bebé. Y que cuando Suho lo vio, su corazón se aceleró y se lleno de felicidad. Suho volvió a correr hacia ellos, pero el camino se hizo mucho más largo, y todo lo verde que se veía el pasto, ahora era lodo marrón y frondoso, Suho grito y grito, pero el muchacho y el bebe ya se había esfumado. Dio gritos desgarradores, pero al parecer nadie lo escuchaba, nadie a su alrededor lo veía, simplemente lo ignoraban y Suho lloraba.
...
El sonido de celular de Suho comenzó a intensificarse, hasta llegar a ser muy alto, tanto que hizo que Suho se despertara y mirara a todos lados con los ojos desorbitados, y con una mano en el pecho que subía y bajaba desenfrenadamente. El pelinegro cogió el celular de su escritorio y contestó.
- Hola?- dijo entre sueños
- Suho. Ya llegaste?- Onew había llamado al menor para cerciorarse de que haya llegado bien
- Si. Hace un buen rato que llegue y recién me acabo de levantar- Suho tallo sus ojos, pero estos estaban mojados, el chico miro su mano húmeda ¿Por qué estaba llorando?
- Lo lamento, te desperté- susurro Onew.
- No, no te preocupes, no fue tu llamada lo que me despertó- mintió.
- Esta bien. Solo llamaba para preguntar si mañana estas libre, necesito hablar contigo- dijo serio. Suho trago fuerte, el sabia de lo que Onew quería conversar, hace menos de una semana, el mayor le había confesado sus sentimientos, pero Suho simplemente le pidió tiempo. No sabía que responder en ese momento, el no podía simplemente decir: no me interesas más que de amigo. Eso era cruel, no podía hacer eso con Onew, el había sido un buen amigo desde que lo conoció.
- Suho?- Onew interrumpió sus pensamientos.
- si si mañana por la tarde está bien- respondió por inercia
- Ok mañana te veo, cuídate-
- cuídate tu también- Suho colgó el teléfono y lo tiro encima de la cama. No pensó en mucho sobre la conversación, ahora su mente estaba centrado en el sueño que había tenía. ¿Que diantres significaba ese sueño?, el pelinegro abrió la mampara que separaba su habitación de un pequeño balcón que daba para el Jardín de su casa y se recostó en el barandal.
- que me está pasando?- Suho agachó la cabeza, por alguna razón ese sueño le había hecho recordar mucho a Yixing, pues el muchacho de sus sueños también tenía un hoyuelo en la mejilla, Suho no recordaba a ver visto su rostro, pero estaba seguro que había visto ese hoyuelo.
Suspiro sonoramente, ya desde hace varios días, muy a menudo recordaba a Yixing, esos lindos ojos oscuros que hacían que una sonrisa se formara en su rostro y esa linda forma de ser, que era tan tierna.
- Aishh!- golpeó el barandal con los puños cerrados. - porque esta tan lejos- renegó.
Suho daría mucho por ver otra vez a Yixing, el era consciente que tal vez el muchacho chino lo haya olvidado, no lo culparía, pero Suho no lo había olvidado ni un día.
La primera vez que vio a Luhan en la escuela, su corazón latió muy fuerte, pensando que tal vez Yixing había venido con él, pero su corazón se destrozó cuando Luhan dijo que había venido solo.
- ustedes saben cómo me siento verdad?- Suho alzo la mirada y comenzó a hablar con las estrellas.
Eso lo había aprendido de su padre, cuando era pequeño su padre y el siempre que podían salían al patio y acampaban, y después ambos charlaban con las estrellas antes de ir a dormir, su padre siempre decían que ellas eran las mejores escuchando y tu alma se aliviaba cuando confiabas en ellas. Suho extrañaba esas épocas cuando su padre no estaba muy ocupado y tenía un poco de tiempo para él, algún día el también hará eso con sus hijos, también le gustaría compartir muchos momentos con él o ella. Ese era uno de los más grandes sueños de Suho, algún día tener una linda familia.
El pelinegro sonrió y luego volvió a mirar las estrellas, y comenzó a hablarles, comenzó a contarles de lo solo que a veces se sentía y que como decirle que solo lo ve a Onew como un amigo, en fin, les contó un sin fin de cosas que había en su mente, pero más que nada les hablo sobre Yixing, pidiéndoles que donde sea que este que lo cuiden.
- Aigo... Soy todo un dramático- bromeó y sonrió un poco. Cambio de posición y ahora parte de su espalda baja estaba apoyada en el barandal y tenía los brazos cruzados, volvió a mirar a las estrellas una vez más y un lindo suspiro se escapo de sus labios.
- Espero poder volverte a ver- pidió y luego entro a su habitación. La noche se estaba poniendo fría.