-Lay, baja a desayunar!- Suho estaba parado al pie de la escalera con la mirada fija hacia la segunda planta.
Todavía era temprano, y como era sábado era el día en que él tenía que encargarse del desayuno. Dos llamadas mas y no había respuesta por parte de Lay, Suho suspiro y comenzó a subir las escaleras, llego a la puerta blanca que era la habitación y toco suavemente, una, dos, tres veces, y nada,o el chico no estaba o se había desmayado, esa idea rondó por la cabeza de Suho, y no dudo en abrir la puerta de sopetón y al hacerlo e ingresar a la habitación, una sonrisa de alivio se dibujo en su rostro. Ni lay no estaba, ni se había desmayado, solo estaba durmiendo, angelicalmente cabe recalcarlo. El muchacho estaba medio tapado con la blanca sabana y tenía enredado los brazos entre su almohada, la abrazaba de tal forma que pareciera que fuera la persona que mas quería en el mundo. Suho camino despacio hacia la cama del castaño, y en el camino iba recogiendo las demás almohadas que parece estaban de sobra, las puso a un lado de la cama, y se agachó a la altura del rostro de Lay, esos hermosos ojos, la boca entreabierta y la nariz con un ligero movimiento que era adorable a simple vista, mas de lo normal, si no fuera porque Suho lo conoce y sabe un poco de su vida, pensaría que es un ángel que cayo del cielo. Delicadamente la mano de Suho acomodo los cabellos desordenados de Lay, este hizo el mismo gesto con la nariz de antes y una pequeña risa se escapo de los labios del pelinegro. Lay se retorció entre la sabana y dejando la almohada a un lado, la reemplazo con el brazo de Suho, haciendo que este quede acostado, de alguna manera, a su lado. Al no saber como reaccionar Suho solo se quedó ahí, a su lado, siendo utilizado como una almohada humana, sin moverse ni decir nada,sentía como sus mejillas de ponían rojas y calientes. Miro el reloj de la mesa de noche, todavía tenían tiempo de sobra, tal vez fue desconsiderado intentar despertar a lay tan temprano, asi que sin decir nada solo se acomodo mejor y se quedo haciéndole compañía al muchacho. Pasaron varios minutos mientras Suho contemplaba a lay, sus movimientos, sus gestos mientras dormía y como balbuceaba alguna palabras sin sentido, tal ves en chino, pensó Suho. Todo estaba bien, no había incomodidad ni nada de eso, solo estaban ahí, tranquilos y relajados, a lo menos Suho lo sentía asi, porque Lay seguía en los brazos de Morfeo, ni siquiera sintió cuando el celular de Suho vibró en el bolsillo de su pantalón y lo saco. Era un mensaje de Onew.
Una semana :') luego te hablo. Tengo contarte de algo.
Onew.
Suho lo leyó y una sonrisa triste se dibujo en su rostro. La ultima vez que hablo con onew, fue hace un par de días que fue a buscarlo, el mismo cuando lay llego, el rubio le dijo que tenia que hablar con el, Suho pensó que otra vez hablarían del mismo tema, ya con anterioridad Suho le había dicho que solo buscaba una amistad, tal ves en algún momento buscaron algo más, pero el pelinegro no podía sacar al chico que conoció en china de sus pensamientos y lo único que podía ofrecerle era una amistad, pero esta vez Suho se equívoco, onew no iba a confesarse, solo le iba a hablar sobre que se iría a estudiar al extranjero, le habían ofrecido una oferta para ir a terminar su carrera a estados unidos, y el necesitaba los consejos de alguien. Y fue a Suho a quien acudió. Al final Suho le aconsejó que era una buena oportunidad para su carrera y que en estados Unidos había muchas oportunidades de trabajo y él era bueno en lo que hacia, con mucha tristeza el menor le dijo que era bueno que se fuera, onew lo escucho y no dijo ni si ni no, de hecho no dijo nada en el camino de regreso, solo cuando llegaron a la casa de Suho, onew bajo junto a el y sorpresivamente lo abrazo, Suho se sorprendió pero sabia que era un abrazo de amigos sin otra intención, asi que lo correspondió, aunque si se puso en alerta cuando el rostro del mayor se acercó peligrosamente al suyo, pero no paso nada fuera de lo común, salvo que Onew le depósito un tierno beso en la mejilla -gracias- fue lo que le susurro, después de eso se despidieron y Onew se fue.
Lay comenzó a removerse entre las sabanas otra vez, hacia gestos de molestia como si estuviera teniendo una pesadilla o un mal sueño, Suho trato de calmarlo, pero entre los movimientos de lay, una patada fue lo que saco a suho de la cama de un solo golpe, el pelinegro termino como las almohadas que antes había recogido, tirado en el suelo, después de eso lay dejo de moverse y se calmó. Suho se levantó del suelo y frunció los labios, lo miro y vio un semblante tranquilo en el chico, suspiro, era tan lindo cuando dormía.
- Mejor voy a terminar el desayuno- se dijo y camino hacia fuera de la habitación.
Paso menos de una hora cuando lay abrió los ojos, se estiro torpemente y bostezo fuerte. Se sacó la sabana del cuerpo y se sentó al borde de la cama, pero al poner los pies en el piso sintió que pateó algo, con los ojos entrecerrados miro hacia el piso y vio un aparato negro brillante, abrió un poco mas los ojos, vio bien y era el celular de suho, lo miro extrañado y lo levantó. Definitivamente era el celular del mayor, pero ¿Que hace aquí el celular de suho? Pensó lay, toco la pantalla y el celular se prendió, se sorprendió por que no le pedía contraseña ni nada, solo apareció el menú principal. Había un mensaje abierto, lay lo leyó, era de onew, las cejas del muchacho se fruncieron un poco, no entendía por que pero le molestaba la presencia de ese mensaje, apretó el botón del medio y el fondo de pantalla apareció, era una foto de Da Hye con una gran sonrisa. Lay sonrió, pero le duro poco pues el celular comenzó a vibrar, y en un intento de dejar el celular encima de la cama y no sucumbir a la tentación de contestar, lay recibió la llamada, -Hola? Suho!- la voz animosa de onew se escucho, lay volvió a fruncir las cejas y ahora tambien los labios. ¿Que tenia que hablar con el tan temprano?¿Que acaso no respetaba el sueño de los demás? -Alo? Suhito?- suhito? El ceño fruncido de lay se intensificó, pero para cuando iba a contestar, comenzaron a llamar a la puerta de la habitación, y él sabia que era suho. Miro el teléfono con molestia, lo tomo y abrió la puerta.
- Es una llamada para ti- le dijo serio al rubio al otro lado de la puerta, suho se quedó mirando el aparato aun con la voz de onew resonando. - Es onew hyung- le dijo lay y al hacerlo no pudo controlar su tono de voz poco amistoso. Suho volvió a mirar el aparato extendido a el, y lo tomó, al hacerlo, lay automáticamente cerro de un portazo, muy sonoro, la puerta.
Suho se quedó ahí parado "escuchando" lo que onew le decía, pero mas aun pensando el porque del comportamiento de lay, tal ves fue seria la pesadilla que tuvo.
- Y conocí un chico muy simpático- seguía diciendo onew - Hey suho? Me estas escuchando?- dijo al percatarse de que no había respuesta por parte de suho, este miro el teléfono.
- Si si. Te escucho- y camino hacia las escaleras y regresas a la cocina, donde el desayuno ya estaba servido.
Lay bajo diez minutos después, encontró a suyo sentado apenas y moviendo la cuchara con un poco de cereal, y con el teléfono pegado al oído. Por milésima vez frunció los labios y se sentó frente al plato con cereal que había frente a suho.
- Hyung, te llamo después si?- y la llamada termino. Lay se sintió un poco mas aliviado pero igual había algo en ese onew que lo hacia sentir incómodo, porque el si podía tener esa confianza con suho y para el se le hacia tan difícil?
- Que tal dormiste?- la pregunta de suho lo saco de sus pensamientos.
- Bien- una respuesta cortante para provenir de lay. Suho asintió.
El desayuno paso rápido, pues lay tampoco pregunto como llego el celular de suho a su habitación y suho tampoco movió el asunto. Ambos chicos terminaron y fueron a bajar sus cosas para el campamento.
El pelinegro entro a su habitación y fue directo a su armario, lo abrió de tuvo que ponerse de puntitas y estirar bien su brazo para poder llegar a alcanzar la bolsa que tenía en la parte de arriba. Era una bolsa que hace mucho había comprado y aunque se estaba arriesgando mucho, el campamento era una oportunidad perfecta para entregarla. Sonrió como tonto al tenerla en sus manos, y la metió en uno de los bolsillos de su maletín.
- Suho ya nos tenemos que ir!- grito lay desde abajo. Suho cargo su mochila en el hombro y bajo dándole el encuentro a lay.