Pov. Kim Jongdae
Salí corriendo de aquel salón, no me importo dejar así las clases, tenía que salir antes que las lagrimas asomaran y sí que lo harían, la carta que me dio ese chico solo podía ser de ella, me encerré en el baño y bote toda la frustración que había guardado, mi madre, por fin se acordaba que tenía un hijo que a pesar de todo la extrañaba, me empape el rostro con mucha agua hasta que volví a ser yo y salí directo a mi casa. Mi papa aun no llegaba del trabajo, así que tome una ducha rápida y me dirigí al dichoso parque, puse mis audífonos a todo volumen y cante todo el trayecto, la música era la única que me relajaba así que aun cantaba cuando alguien toco mi hombro.
-Ch...Chen ¿eres tú?- suspire y apague mi música –Si mama- y no pude contener mas mis ganas de abrazarla y sollozar en su hombro – te extrañe todo este tiempo, papa es un desastre sin ti- dije aferrándome a ella.
-Lo sé, mi chen, pero pensé que lo mejor era dejarte con él, aquí en Corea, con tu vida hecha aquí, no te podía obligar a abandonar todo por mi hijo, pero ahora nos vamos a ver más seguido y las cosas va a cambiar- dijo y quise creerle –Ahora si te llamare más seguido.
El vuelo de mi mama salía en la noche, por lo que se despidió de mi antes de que el sol se metiera, la deje ir y me senté en una banca del parque, recordando cuando venía con mi papa y mama a jugar en los columpios, antes de su divorcio claro, observe los oxidados columpios y los niños en ellos, fije mi vista en la gente y veo un rostro familiar que al percatarse de mi mirada intenta pasar desapercibido y huir, lo reconocí por su rostro sonrojado, él era el chico que había leído mi carta y vino a espiar, lo que paso hoy nadie lo puede saber –pensé- hace cuanto podía estar observando- me pare y fui tras él, al darse cuenta de que me acercaba, el acelero el paso pero yo fui más rápido y lo tome por los hombros, el volteo avergonzado y no me miro a los ojos: Lo… lo siento eh este estaba pasando por aquí de de casualidad te vi y ya ya me voy- dijo con una expresión avergonzada –No, espera, podemos hablar mientras damos un paseo- propuse. El me miro con una mezcla de confusión y asombro, note también un brillo en sus ojos y nerviosismo –Vamos- insistí y sin esperar su respuesta tome su brazo y lo jale conmigo, se dejo llevar hasta que me detuve bajo un gran árbol alejado de la gente, mire a ambos lados para asegurarme que nadie estaba muy cerca y solté su brazo, el estaba un poco cohibido así que sonreí para romper la tensión, no me devolvió la sonrisa y solo bajo la mirada enrojeciendo sus cachetes, era muy adorable –pensé, me senté y le indique un espacio cerca mío a Minseok para que me acompañara, note su inseguridad y volví a sonreírle, eso pareció animarlo y me devolvió una sonrisa pequeña sentándose frente a mí.
-Quería agradecerte por darme la carta a tiempo-dije mirándolo fijamente- y quería ofrecerte una disculpa por haberte dejado abruptamente luego de que me la entregaras.
-Ah, no te disculpes, entiendo tu reacción así que no te preocupes- dijo e intento pararse
-Espera, no te vayas, todavía quiero hablar contigo- y se volvió a sentar – Se que esta es quizá la segunda vez que hablamos pero quisiera que fuésemos amigos – su mirada brillo de repente y sonrió agachando la cabeza -¿Qué es tan gracioso? – dije un poco ofendido, el subió la mirada y dijo: - Lo siento, si quiero ser tu amigo.
-Bien y ¿sabes que hacen los amigos?
-¿Qué?- me pregunto.
-Guardan secretos- susurre acercándome a su oído, su mirada se clavo en mi y note su pulso y respiración acelerarse –Oh- dijo –Así que la carta será el primer secreto que compartamos- y volví a mi posición mirándolo de frente y dedicándole la sonrisa más seductora que pude. Volví a notar sus cachetes arder y el temblor de sus manos, volviendo a evitar mi mirada.
Luego de aquella conversación intente olvidar y seguir como si nada hubiera pasado, pasaron dos semanas, en las que para asegurarme que Minseok no le dijera lo ocurrido a nadie lo seguí, el primer día lo observe a la hora del descanso/almuerzo, no hablaba con nadie y se sentó en una mesa con un libro, su bandeja de comida estaba prácticamente vacía con una ensalada de plato principal, al parecer noto que alguien lo miraba y antes de que alce la mirada yo ya había volteado mi cabeza y seguí la conversación de mis compañeros. El segundo día lo observe en la clase de preparación de cocteles, el atendía muy absorto y concentrado, anotaba y escuchaba la clase asintiendo con cada palabra del profesor, me gusto su dedicación y entrega a lo que hacía. La tercera vez lo seguí hasta su casa, siempre solo, tomo el bus y yo lo mas sigilosamente posible, lo seguí, me senté al fondo para que no me notara, no paso mucho antes de que bajara y lo imite, caminaba distraído con los audífonos puestos tarareando una melodía, camino unas dos cuadras hasta que se detuvo en una casa pequeña y entro. Las otras veces que lo observe fue en clases, no volví a seguirle a su casa, principalmente note su orden para las cosas, siempre preparado, comía poco, se mantenía la mayor parte del tiempo solo, su actitud tímida y callada me dio a entender que tal vez necesitaba un amigo, aunque era lo suficientemente orgulloso como para buscarse uno, a pesar de que supe que Minseok no iba a decirle a nadie lo que paso en el parque, seguí observándolo sin valor para volver a hablarle, me intrigaba lo que hacía y poco a poco conquisto mi mente, ya no podía dejar de pensar en él y lo que hacía, notaba si un día estaba triste o decaído, si un día comía ensalada de verduras o de frutas, si ese día tenia ojeras o llevaba puesta ropa más holgada, simples detalles que para mí no pasaban desapercibidos y que se apoderaron de mi mente, si, estaba empezando a caer en las redes del amor.
Decidí que ya era tiempo de volver a hablar con Minseok.
End Pov. Jongdae
Pov. Kim Minseok
-Espera, no te vayas, todavía quiero hablar contigo- me senté nuevamente– Se que esta es quizá la segunda vez que hablamos pero quisiera que fuésemos amigos –ohh, en serio, pensé, no pude evitar la sonrisa-¿Qué es tan gracioso? – dijo, antes que se arrepienta me disculpe: - Lo siento, si quiero ser tu amigo.
-Bien y ¿sabes que hacen los amigos? –mmm… -pensé, no podía concentrarme estando el tan cerca mío
-¿Qué?- atine a decir en un susurro.
-Guardan secretos- susurro acercándose a mi oído, su mirada se clavo en mi y note su pulso y respiración my cerca –Oh- dije –Así que la carta será el primer secreto que compartamos-dijo-desvié la mirada, ay no, otra vez el temblor en mis manos, que es lo que quería Jondae con esa sonrisa que hacia latir mi corazón.
Nunca se me ocurriría contarle a nadie lo que paso ese día, de eso Jondae no se tenía que preocupar, esa noche no pude dormir pensando en el, al día siguiente me puse lo mejor que encontré, pero fue un poco inútil y una pérdida de mi tiempo ya que mi ropa comenzaba a quedarme suelta, en fin, ese día Jondae me miro una vez y antes de cruzar miradas volteo la suya y siguió su conversación, me sentí desilusionado de él y también un poco usado, los días posteriores su actitud no cambio, solo note que me observaba mucho y me confundí mas, tal vez el pensaba que no era lo suficientemente interesante para acercarse a mi o le daba vergüenza que sus amigos lo vieran conmigo, ese pensamiento me devastaba pero probablemente era cierto, casi ni comía y mi ánimo decayó alarmantemente, inclusive mi mama noto mi cambio por lo que me dio dinero para comprar ropa nueva, eso me alegro un poco, era alucinante entrar en tallas de pantalones tan ajustados y camisas, quizá así le pueda gustar a Jongdae. Paso otra semana en la que volví a ser yo, recupere un poco de confianza y encontré mi orgullo, si Jongdae no me iba a hablar, está bien, yo tampoco lo haría, me olvidaría de él…
Solo no sabía que me sería imposible escapar de él.
End Pov. Minseok
Pov. Luhan
Al día siguiente desperté no tan temprano por la mañana, después de tallar mis ojos y estirarme me pare para poder buscar algo de desayuno. Sabía que kris ya no estaba y deduje que salió hace mucho. Encontré una nota pegada en el refrigerador.
Luhan estoy trabajando, llegare en la noche para cenar, por favor no hagas ninguna locura y aliméntate, te dejo un poco de dinero. Kris-
Cogí la notita y la doble guardándola en el bolsillo de mi pantalón. Después de un baño decidí que iría a desayunar fuera, así podría conocer los alrededores y acostumbrarme un poco. Agarre las llaves que mi hyung dejo junto con el dinero y salí. Después de caminar llegue a un café, tenía buena pinta, así que decidí entrar. Cuando entre me senté en una de las mesas y un chico muy simpático se me acercó para tomar mi pedido, era no tan alto, con cabellos castaño oscuro y una gran sonrisa que adornaba su fino rostro.
- Hola bienvenido a Paradise coffee- me dijo - que vas a pedir?-
-Hola, me podrías traer un batido de chocolate y un par de cupcakes de vainilla por favor-
- Ok, enseguida te lo traigo- y se retiro en dirección a la barra que estaba en la parte de al fondo de la tienda. Pasaron un par de minutos antes de que me traiga el pedido, mientras esperaba leía algunos papeles que eran de la escuela, ahí decía que las clases comenzaban el lunes y tenía que estar ahí a las ocho de la mañana para hablar con el encargado o algo así. Pues ahora tenía un pequeño problema: No sabía dónde diablos estaba la escuela. - ok Luhan todavía tienes dos días para averiguar donde esta- o podrías preguntarle a kris.
- Aquí tienes tu batido y los cupcakes- dijo poniéndolos en la mesa. - Entraras a la escuela de artes?- pregunto apuntando los papeles que tenía en la mano.
- Si, me acabo de trasladar y el lunes empiezo- y una sonrisa se apodero de mi rostro.
-que divertido, yo también voy a esa escuela, hace poco me traslade también, es muy divertido, hay gente muy buena en la escuela.-
- Enserio? Qué suerte tengo- Al menos conozco a alguien de la escuela-
- jeje si, de seguro que el lunes que terminan las vacaciones también nos vemos-
- disculpa... Yo- yo-
- A lo olvidaba, Byun Baekhyun, encantado de conocerte- me interrumpió haciendo una pequeña reverencia
- Luhan, un gusto también- y correspondí la reverencia. - Tú crees que me puedas enseñar el camino a la escuela? Es que recién ayer llegue y no me familiarizó bien con las calles, por favor?- dije haciendo un puchero, realmente no haría un puchero con cualquier persona que recién conozco y mucho menos le pediría que me lleve a un lugar, pero él va a ser mi compañero de escuela, además parece ser una buena persona y yo casi nunca me equivoco con las personas. Lo pensó un poco pero luego respondió.
- Ok, dentro de treinta minutos acaba mi turno, pareces ser una persona confiable, así que te acompañaré- dijo con una gran sonrisa en el rostro.
Después que Baekhyun se cambiara el uniforme de la cafetería, nos dirigimos de camino hacia la escuela, yo trataba de memorizar cada calle por donde pasábamos, hasta que llegamos al paradero del auto bus.
- Aquí, es donde pasa el auto bus que te deja en la entrada de la escuela, y este es el mismo con el cual te regresas- Aunque es más divertido regresar con tus amigos-
- Ok, Autobús, entendido- Si espero poder hacer amigos con quienes regresar-
- pues ya tienes uno aquí- dijo señalándose a sí mismo con sus dedos pulgares y moviéndolos .- y sé que a mis amigos también les caerás muy bien- una sonrisa se apodero de mi rostro
- tú crees que le caiga bien a tus amigos?- dije emocionado.
- claro, si me caes bien a mi seguro que a ellos también- solo que algunos son un poco raros pero son bellas personas cuando los llegas a conocer- Lo siento Luhan ya me tengo que ir- dijo mirando su celular. Creo que le ha llegado un mensaje.
-Ok no te preocupes, yo me quedaré un rato mas, conociendo los alrededores- sonreí.
- Chau Luhan ten cuidado, nos vemos el lunes- dijo antes de alzar su mano despidiéndose para después desaparecer volteando a la esquina.
Después de que Baekhyun se fuera me encamine en dirección a un parque que había visto cuando estábamos pasando hacia al paradero. Para mi suerte, había un carrito de helados y sin dudarlo me compre uno doble de chocolate y me senté en una de las bancas del parque. Era hermoso, tenía muchas flores, juegos para niños, una pequeña cancha de fútbol, y grandes bancas blancas como en la que estoy sentado.
Lo que más me impresiono fue la cancha de futbol donde estaban jugando un par de chicos, me acerqué a ellos y les pedí cordialmente que me dejen jugar con ellos, pero se portaron como unos niños pequeños diciendo que ya estaban completos y mirándome de pies a cabeza para luego decirme que me vaya. No le tome importancia y me fui, ya tendré la oportunidad de jugar después. El regreso no fue tan difícil pues ya sabía más o menos como orientarme.
...
Lunes en la mañana….
- Todo estará bien Luhan. Tú Puedes con esto- Fighting- dándome ánimos a mí mismo, seguí mi camino hacia la escuela.