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Marioneta De Cristal por Satan666

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Notas del capitulo:

Espero que les agrade esta historia, es completamente original. Fue editada, por lo que si la seguías hace unos años, te recomiendo que las vuelvas a leer.   

Si me quieren apoyar en wattpad también subo mis historias en la plataforma.    https://www.wattpad.com/user/karenvruz  

También hice un trailer para esta historia en la plataforma de tiktok, espero les guste.    https://vm.tiktok.com/ZMeykhEHp/  

Mis otras historias están en proceso de edición. 

Capítulo X. (Red K y Halcones I)

POV Adrián

— No hay ninguna posibilidad que salgas hoy de ese lugar. – Me dijo S, apreté el teléfono contra mi oreja.

— No estoy seguro de si estoy haciendo todo correctamente o si cometo errores. – Susurre.

— Adrián, tú eres inteligente y sensato, sé que sabrás librarte de cualquier pregunta incómoda. – Se sigue sintiendo raro que diga mi nombre.

— ¿Qué se supone que haga si me descubren? ¿Crees que me maten? – Pase saliva con tanta fuerza, que puedo asegurar que él lo escuchó.

— No sé cuáles son las políticas de los halcones contra los traidores, pero si eres prudente no va a ocurrirte nada malo, lo que hiciste hoy fue un buen trabajo, si ellos quieren que hagas un reconocimiento, entonces es lo que debes hacer, no sé en qué va a terminar todo esto, pero tendré que hablarlo con los demás, porque eres un Red K.

— Esta situación es mucho más grande que yo, por un lado estas tú y por el otro mis amigos, de verdad no sé qué tanto se puede quebrar mi lealtad.

— Yo nunca voy a obligarte a nada, debes decidir por ti mismo a quien darle lealtad.

— A ti. – Volví a susurrar.

— Entonces a los Red K, escúchame Adrián, no me gusta nada ese tipo que pidió hablar contigo en privado y mucho menos todo lo que te dijo, si es atento a los detalles y comportamientos, no debes mostrar grandes emociones cuando lo tengas cerca ¿Entendido?

— Está bien, de todos modos ya me había planeado alejarme en lo más posible de él.

— Ese es mi chico bueno, y ahora deberías irte, si te descubren podrías meterte en un problema, pero gracias por llamarme, estaba preocupado.

— Yo quería escuchar tu voz. – Dije sincero.

— Eso no es un pecado.

— Lo es en el territorio enemigo.

— Hablaremos pronto, estoy seguro.

— Adrián ¿Estás ahí? – Se escuchó una tercera voz fuera de la puerta del baño, me puse nervioso y casi dejo caer el teléfono.

— No te preocupes Alice, estoy perfectamente, te prometo que te llamare luego, buenas noches. – Colgué.

Salí del baño y me encontré con Jacobo, me miro con curiosidad, pero se limitó a no hacerme ninguna pregunta, él y George no pueden ser más diferentes uno del otro.

POV S

— ¿Por qué de todaslas personas en el mundo tuvo que decir Alice? – Deje el teléfono sobre la mesa y puse ambas manos sobre mis ojos.

Acomode mi cuerpo en todas las posiciones existentes, pero no pude lograr sentirme cómodo de ninguna manera, entonces deje caer mis manos a los lados de mi cuerpo rendido y mire fijamente la luz de la lámpara en el centro de la habitación.

— Me estoy comportando extraño de nuevo. – Susurre, maldije en voz baja y cerré los ojos, pero mi tranquilidad se vio perturbada tan solo unos cuantos segundos después.

— ¿Pudiste hablar con Adrián? ¿Se encuentra bien? – Me pregunto Oliver.

— Intercambiamos algunas palabras, se encuentra perfectamente.

— Sigo sin entender porque dejaste que se lo llevaran los halcones, sé que nos dijiste que no nos preocupáramos, y no quiero opinar de más, nadie mejor que yo sabe que tú eres muy bueno en lo que haces, sueles tener la razón la mayor parte del tiempo, pero todo esto es muy extraño.

— Oliver hablas de demasiado ¿Qué persona puede decir tantas palabras en tan poco tiempo? Ahora me duele la cabeza. – Pase un mano por mi cabello exasperado.

— Necesito que me expliques lo que está pasando, también me importa su bien estar.

— Adrián no está corriendo peligro ahora mismo, porque los halcones lo tienen de su lado, creen que es parte de ellos.

— ¿Por qué? No comprendo porque querrían los halcones que se les uniera un chico que no sabe nada de cómo trabajar aquí.

— Resulta que los únicos verdaderos amigos que tiene, son halcones. – No me pasó desapercibida la sorpresa en la mirada de Oliver.

— No entiendo nada de esto. – Se sentó en un sofá junto a mí con mirada ausente.

— Yo voy a explicarles todo esto a los demás también, posiblemente sea mañana, no me hagas repetirlo todo dos veces, se bueno y confórmate con lo que te dije por esta noche.

— Está bien, supongo que no tengo otra opción.

— Adrián está en perfecto estado, así que no te preocupes por eso.

— Tengo noticias ¿Quiénes están en la casa? – Nos dijo Ronald entrando a la habitación.

— Hace rato llegaron varios chicos de trabajar ¿Los despierto?

— No, no creo que sea necesario despertarlos a todos, solo llama a los que te mencionare, tenemos un trabajo urgente.

— ¿Qué sucede? – Le pregunte, reincorporándome en el sofá donde estuve dando vueltas todo este rato.

— Tenemos que rescatar a Bartolo Reyes, esas fueron las indicaciones, el tipo que ahora está en mano de los halcones, es nuestro trabajo.

— No creo que sea un verdadero problema, podemos averiguar fácilmente dónde lo tienen y en qué momento podemos tomar acción sobre esta situación. – Busque un cigarro en mi bolsillo.

— Tú siempre pareces tan confiado. – Me dijo Oliver antes de levantarse.

— Toma, ve a despertar a esos chicos y preguntas si aceptan el trabajo. – Ronald le entrego un papel a Oliver, este salió de la habitación para hacer el trabajo indicado.

— ¿Tienes fuego? – Le pregunte a Ronald.

— No tengo, en un momento te lo busco, pero ¿Estás ocupado ahora?

— No tengo nada que hacer ahora mismo.

— Entonces acompáñame a la zona azul, nosotros dos vamos a hacer un pequeño trabajo.

— Entendido jefe, pero ¿La zona azul?

— Te explicare todo en el camino.

POV Adrián

— ¿Te encuentras bien? Pareces algo nervioso. – Pregunto Jacobo mientras caminábamos de regreso a la habitación de Darío.

— Solo necesitaba usar un poco el baño, tenía nauseas, muchas emociones por un día. – Intente sonreírle y el asintió.

— En realidad Adrián, me quería disculpar. – Se detuvo, también lo hice para poder observarlo.

— ¿Por qué? No me hiciste nada.

— Por meterte en todo este problema, es justo lo que evitamos durante toda tu vida, hacerte una víctima de esto, pero te llevamos a la cueva, arruinamos tu vida. – Me acerque y le puse una mano sobre el hombro.

— Jacobo estoy bien, no estoy molesto con ustedes y decir que mi vida se arruino es un poco...

— Es la verdad, pudieron haberte matado hoy. – Se agacho y puso la cabeza entre sus piernas, me arrodille para consolarlo.

— No estoy molesto con ustedes, es más, me siento un poco contento ya que ahora voy a poder verlos todos los días, pasaremos más tiempo los tres juntos, no me voy a hacer el valiente y decirte que no tengo miedo en lo absoluto, todos tenemos miedo de algo porque somos humanos, pero debo aclararte ahora con mucha firmeza que yo no tengo miedo de morir, mis temores son otros mucho más lamentables.

— Eres una buena persona Adrián y mi mejor amigo, ustedes son lo único que tengo. – Susurró.

— Yo no iré a ningún lado Jacobo, te lo prometo. – Lo abrace y le acaricie la espalda suavemente con los dedos.

— Vamos, que lo último que quiero es que George me vea así, está en la habitación. – Se levantó, y lo seguí, ambos entramos a la habitación, Darío estaba sobre su cama y George asomado en la ventana.

— Ya me estaba preocupando, nadie toma tanto tiempo en el baño. – Nos dijo cuando entramos, quitando la mirada de la calle para vernos.

— Adrián no se sentía bien. – Le dijo Jacobo, se sentó a un lado de los pies de Darío.

— Tenía nauseas, el paseo en moto no me hizo demasiado bien. – Aclare.

— Lamento el comportamiento de Bruno, normalmente no es así de brusco y sé que probablemente te sentiste incómodo.

— Si me sentí un poco intimidado por Bruno, pero no pasó nada grave, solo quería detalles mucho más precisos. – Dije entre dientes, pero intentando mantener serenidad en mi rostro.

— Fue un día agotador para todos, con lo de Reyes y lo demás.

— ¿Era su trabajo traer a ese hombre? – Pregunte desinteresadamente.

— Si, lo van a venir a buscar en unos días, ese está metido en bastantes problemas. – Me explico Jacobo.

— Es un delincuente con placa. – Se burló George.

— Estaba tan asustado cuando lo trajeron aquí, debe tener mucho miedo. – Susurre.

— Bueno, al menos dormirá en una habitación los últimos días de su vida. – Dijo Darío, luego dejo escapar una pequeña risa.

— Bruno sugirió meterlo en el baño del último piso, el que lleva tiempo dañado, pero el jefe pidió llevarlo a la habitación del sótano, tiene clave, nunca podrá salir.

— ¿Tiene clave?

— Así es y siempre la están cambiando, solo los que vigilan la saben.

— Ya veo.

La conversación duro otro rato y ellos no mencionaron grandes detalles, por lo que supuse que debo que ponerme a trabajar en mis habilidades para hacer que a los demás se les escape lo que yo quiero saber, eso me funciono unas cuantas veces con los chicos, por supuesto que antes no era peligro que yo supiera algo sobre la zona roja. No había salido nada interesante entre las palabras que estaban intercambiando, hasta que volvieron a mencionar lo que sucedió hoy, mi secuestro y claro los Red K.

Durante todo ese rato intente parecer desinteresado, para que no me hicieran más preguntas, a las que probablemente no sabría darles alguna respuesta en estos momentos. Y entonces un escalofrió desagradable recorrió mi cuerpo, un mal presentimiento que me puso de los nervios. Lo primero que se me vino a la cabeza fue mi novio, a pesar de que me dijo con toda la seguridad del mundo que no le pasaría nada ¿Pudo S meterse en algún problema?

— ¿Adrián te encuentras bien? Cariño te pusiste pálido. – Me pregunto Darío, lo mire y trate de sonreír

— Creo que solo estoy agotado. – Le dije y luego mire a los otros dos, con muy pocas ganas de sentir que me taladraban con miradas llenas de preocupación.

— ¿Estás seguro? – Pregunto Jacobo.

— Necesito ir al baño, solo un momento. – Intente levantarme de la cama, pero mi cuerpo se fue de lado, sin embargo en un abrir y cerrar de ojos, George me atrapo.

— Mejor de acompaño, antes de que te pase algo. – Lo mire, intente buscar una excusa, pero no se me ocurrió nada.

— De acuerdo. – Le dije, y con su ayuda pude salir de la habitación.

El camino hasta el baño fue silencioso, la verdad es que las cosas entre ambos siguen incomodas y sé que tendremos una conversación al respecto, pero no quiero que sea hoy y menos en este momento, porque lo único en lo que quiero pensar es en S. No paso mucho tiempo cuando llegamos a la puerta del baño, me deshice de su agarre y trate de sonreír lo suficiente como para que no insistiera en acompañarme.

— Espérame un momento. – Le avise y cerré bien la puerta.

Repase muy bien mis posibilidades, llamarlo no es una obsesión, el lugar es muy pequeño, sé que probablemente George me esté vigilando, no puedo arriesgarme a que escuche todo lo que digo. Lo primero que hice fue abrir el lavamanos, tome un poco de agua entre mis manos y me moje la cara, de manera que pudiera recobrar mis sentidos, sentí un poco de alivio, pero la sensación desagradable no desaparecía del todo. Tome mi teléfono y lo apreté entre mis manos por un momento, maldije en voz baja y siendo razonable, comencé a escribirle un mensaje.

Después de enviárselo vacié todo el historial de mensajes y llamadas, puse el teléfono de regreso en mi bolsillo, baje el sanitario y salí, mi amigo estaba recostado con los brazos cruzados en la pared, lo mire y él me regreso la mirada curioso, supuse que estaba viendo si mi malestar había disminuido. Me aclare la garganta antes de hablarle, porque me siento nervioso.

— ¿Estás mejor?

— Sí, estoy mejor.

— Supongo que fueron muchas emociones en un día, debes estar agotado.

— Tienes razón, creo que necesito dormir. – Comencé a caminar y él me siguió el paso, supuse que cuidándome, por si regresaba el malestar.

— Necesitamos hablar. – Susurro, suspire y asentí.

— Pero no es el día o el momento, podemos hablar mañana.

— De acuerdo, supongo que tienes razón. – Lo mire de reojo, puse una mano sobre su hombro, él sonrió levemente.

— Todo estará bien. – Le dije.

— Estoy seguro de que sí.

Entramos a la habitación y antes de las preguntas levante las manos, les dije que ya me encontraba muy bien, o al menos mejor que antes. Para mí estuvo más que claro que por sus expresiones, ninguno se quedó satisfecho con mis respuestas, pero me dejaron tranquilo. Paso otro rato antes de que George y Jacobo se fueran a su propia habitación, yo me recosté en la cama que me indico Darío, sentí mi cuerpo como un peso muerto, pude sentir todo mi cansancio en ese momento.

Me tape el cuerpo y la cabeza con una manta, saque mi teléfono para revisar una posible respuesta, pero antes le baje todo el brillo a la pantalla. Mi corazón salto como loco cuando si encontré un mensaje en la bandeja de entrada, no perdí el tiempo y lo abrí de inmediato. Mis ojos se movieron con tal velocidad delante de la respuesta, que tuve que volver a leerla para asegurarme de entender lo que había leído.

Estoy perfectamente, chico que no me tiene miedo.

Me vi tentado a no borrar el mensaje, pero lo hice y me acomode para cerrar los ojos, todos los recuerdos del día golpearon mi mente de tal forma que sentí como si estuviera volviendo a pasar por todo eso, todo comenzó a volverse borroso y sin poder pensar en algo más, me quede dormido.

...

Me desperté desorientado, por lo que prácticamente salte de la cama, luego recordé donde me encontraba, suspira aliviado y pase una mano sobre mi cabello, que probablemente está en su peor estado. Encontré el suéter que me presto Ronald, lo había estado arrastrando conmigo en el transcurso del día anterior, me lo puse y después de echarle un vistazo a la cama vacía de Darío, salí de la habitación. El lugar es enorme y algo me dice que lo mejor que puedo hacer es memorizarlo, preguntar por cada una de esas habitaciones y sobretodo averiguar dónde es que se encuentra el sótano.

Baje a la sala donde nos reunimos el día anterior, encontré a varios de los chicos, entre ellos mis amigos sentados en el sofá, la mayoría tenían una taza de café en la mano, o un cigarro. Me acerque lo suficiente como para que notaran mi presencia, algunos me sonrieron, y eso me hizo sentir cómodo. Pero mi alivio no duro mucho tiempo, porque justo en ese momento Bruno entro a la habitación y me clavo la mirada, como si se tratara de un cuchillo.

Me aclare la garganta y me senté en el brazo del sofá junto a Darío, él me entrego una taza de café, la tome sin dudarlo para darle un sorbo, me sentí completamente aliviado cuando el líquido caliente se deslizo por mi garganta bastante seca. Me mantuve en silencio, mientras todos ellos intercambiaban una que otra palabra. Solo guardaron silencio cuando Bruno hablo, con esa voz imponente y autoritaria que me recuerda a la de un oficial del ejército.

— Antes de dejarlos ir para que puedan desayunar algo, hace un momento estuvimos conversando sobre los recientes acontecimientos, debemos vigilar a Reyes, lo estamos haciendo por turnos, su seguridad es nuestra prioridad hasta que lo vengan a buscar.

— No creo que pase nada, ellos no estaban interesados en protegerlo ayer, lo dejaron por su cuenta. – Dijo George.

— De todos modos no podemos confiarnos, los que se confían siempre terminan mal, y tú ¿Sabes manejar un arma? – Supe que se dirigía a mí, por lo que baje la taza de mis labios para contestar.

— Combate cuerpo a cuerpo, estuve viendo clases desde pequeño, pero el sonido de las pistolas me pone nervioso, supongo que puedo aprender. – Susurre.

— Yo me ocupare de enseñarle, nadie maneja mejor las armas que yo en este lugar. – Dijo Darío, lo mire agradecido.

— ¿Estás seguro? No tienes que tomarlo como tu responsabilidad. – Sus palabras se dirigían a Darío, pero su mirada me fulminaba a mí.

— No lo es así que no te preocupes por eso, me gusta Adrián.

— Muy bien, supongo que pueden irse, recuerden que seguimos con la búsqueda de información, cualquier cosa es útil, pero no se metan en su territorio, es peligro.

Todos comenzaron a levantarse, también lo hice y termine de tomarme el café, me sentí mucho más despierto. Subí de regreso a la habitación, busque mis zapatos y me los puse, con la clara intención de salir de aquí para reunirme con los Red K, porque necesito saber qué hacer con toda esta situación. Puedo seguir instrucciones tan pronto me las dejen saber, el problema es que no estoy seguro de que estarán pensando sobre mí los Red K, porque no les conté nada sobre mis amigos, pero estoy seguro de que S se encargó de todo, y que no pasara nada malo.

Estaba a punto de salir de la habitación cuando me interceptaron, fue entonces que me pregunte si realmente sería capaz de salir del lugar y que me lo permitan mis amigos, sin hacer ninguna pregunta, no pude evitar reírme al pensar en la respuesta, por supuesto que no.

— ¿A dónde vas? – Pregunto Jacobo, algo sorprendido.

— Pensé que ir a buscar algo para desayunar, también tengo que ver a Alice.

— ¿Alice? – Pregunto George.

— Es una amiga que vive en la zona azul, prácticamente somos vecinos, ella estaba conmigo ayer, parecía nerviosa y asustada, quiero verla.

— Pero no puedes moverte tu solo por aquí como si nada... — Comenzó George.

— De hecho si puedo, porque no tengo cinco años, pero si de verdad están tan preocupados por mí, voy a tomar un taxi, o algo así.

— Adrián, normalmente te daría la razón a ti y lo sabes, pero no conoces la zona roja, este lugar es enorme, tampoco vas a saber volver aquí. – Me dijo Jacobo.

— Saldré de la zona roja y haré lo que deba hacer, luego los voy a llamar para que me busquen ¿Eso está mejor?

— Mucho mejor. – Dijo George entre dientes, pero estoy seguro de que por él, no me voy para ningún lado.

— No voy a tardar mucho tiempo, solo serán un par de horas, vayan a comer algo, los veré más tarde.

— Ya que vas a formar parte de esto, probablemente te den instrucciones para trabajar hoy, no te desaparezcas todo el día, y Adrián con respecto a tus padres... — Susurro Jacobo.

— Ese asunto no tiene importancia, no es como si les importara o como si ellos me importaran, volveré a mi casa eventualmente.

— Si eso es lo que quieres.

— Los veré más tarde chicos.

Me abrí paso entre ellos y baje corriendo, luego salí de la sala evitando mirar a los que todavía se encontraban ahí, sobre todo a Bruno. Se me paso por la cabeza la idea de que me seguirían, por lo que me mantuve mirando sobre mi hombro todo el rato que camine por la calle, solo me detuve cuando estuve lo suficientemente lejos como para que pudieran verme, me metí en un callejón, me asegure de que no hubiera nadie vivo metido en la basura, me agache y saque mi teléfono para escribirle a S.

Necesito que me busques, estoy a unas tres cuadras del lugar de los halcones.

Metí la cabeza entre mis piernas esperando una respuesta y me puse nervioso pensando en todo lo que sucedería desde ahora, porque las cosas definitivamente cambiarían mucho en mi vida. No es como si yo estuviera esperando una vida llena de adrenalina para salir de la rutina, pero así se dieron las cosas, por lo que debo acostumbrarme y soportar.

— ¿Desde cuándo todo se volvió tan complicado? – Susurre, recordé mi sueño de la noche anterior, porque me hice la misma pregunta, y una voz desconocida me dio una respuesta.

"Marioneta eres controlada por los hilos transparentes que manipula el dueño de tus sueños y ansias, quieres llorar por el temor que sientes de que se vaya, pero recuerdas que eres un juguete y no puedes llorar. Divina sea la sentencia que puso a ese manipulador en tu camino, porque disfrutas del roce de sus manos sobre tus hilos, brillas más que un diamante, porque fuiste creado con el mejor de los cristales. Pero te encuentras lleno de lágrimas de sangre, llenas de recuerdos dolorosos y ganas de morir. Pero con una pequeña esperanza de vivir una vez, dime ¿Tiene sentido la forma en la que naciste?"

— ¿Qué significarían ese montón de disparates? – Susurre un poco antes de levantar la cabeza, sentí mi teléfono y lo revise, sonreí cuando encontré un nuevo mensaje.

En un momento te veo.

— Mientras estemos juntos, no importa nada de eso, porque me quedare a su lado, siempre.

Notas finales:

Les agradezco por leer, espero que disfruten esta historia. Preguntas, dudas y sugerencias en los comentarios. 

 


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