¡Feliz Día del Padre!
Kisa&Yukina
-¡Papá volverá pronto, Yuki!
-¡Lárgate ya de una vez, Yukina!
-Mo, Kisa-san…
El joven castaño fue arrastrado fuera de la casa, todo por el peli negro, Kisa, el cual estaba más que fastidiado de ver cómo era tan cariñoso con su pequeño hijo, Yuki, a tal punto de pasar una hora entera despidiéndose de él.
-Mamá, ¿papá tardara mucho en regresar?
-No Yuki, regresara pronto
-Hm…
Yuki, el pequeño hijo de ambos. De cabellera negra como la de Kisa, y ojos inocentes color miel como los de Yukina. Un niño encantador, divertido y sobre todo, tranquilo. Extrañaba tanto a su papá cuando se tenía que ir al trabajo, aunque… también le llegaba a fastidiar un poco el hecho de que nunca lo dejaba tranquilo, siempre lo quería abrazar y mimar.
-Mamá…
-¿Sí, Yuki?
-¿Por qué papá me trata como un bebé?
-Eh pues…
A Kisa le dio un divertido tic en su ojo derecho, él también se preguntaba lo mismo todos los días. Era tan fastidioso ver aquello siempre. No es que estuviera celoso de su propio hijo pero, Yukina pasaba todo el tiempo mimando al pequeño peli negro, que algunas veces hasta olvidaba darle un beso a su esposa, mejor dicho, esposo. Negó levemente con la cabeza, sonrojándose. Observando como el niño, aun esperaba una respuesta.
-Lo que pasa es que papá quiere mucho a Yuki
-¿Y qué hay de ti mamá?
-¿Qué pasa?
-¿Papá te quiere?
Y nuevamente no sabía cómo responder, para ser un niño de cuatro años era muy perspicaz. Preguntaba respecto a todo, y no estaba tranquilo hasta que no se le diera una respuesta.
-Por cierto Yuki, ya casi es día del padre…-dijo, intentando distraer al pequeño de aquella bochornosa pregunta-.
-Oh… mamá tiene razón…
-¿Vamos a comprarle algo a papá?-pregunto sonriente, agachándose hasta quedar a la altura de su pequeño hijo-.
-Vamos mamá-respondió feliz, posando sus manitas en las mejillas de Kisa, para después abrazarlo del cuello-.
-Muy bien, vamos a dar un paseo por el centro comercial
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-¿Una loción? Te gusta cuando papá huele bien, ¿cierto?
-Pero papá tiene muchas lociones en su habitación
-Hm… ¿Qué hay de una corbata?
-Mamá, papá no usa corbatas…
-Tienes razón…
Ambos peli negros rieron divertidos con tan solo imaginar al castaño usando una corbata, no iba mucho con su estilo. Salieron de aquella tienda y continuaron viendo en otros lugares, pero nada les llegaba a interesar. El peli negro mayor tomaba de la mano al pequeño, caminando a paso lento para ver por las vitrinas algo en especial, más continuaban sin decidirse.
-Mamá, no hay nada que me guste…
-A mí tampoco Yuki…
Ahora se encontraban sentados en una banca, disfrutando de un cono de helado. La verdad es que estaban cansados de buscar, se la pasaron toda la mañana en el centro comercial, viendo un sinfín de tiendas.
-¡Yuki, tengo una idea!-grito Kisa, sonriéndole al pequeño, el cual, solo lo miro confundido- hay que ir a la tienda arte
-¿A la tienda de arte…?
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-¡Que buena idea tuviste mamá!-grito emocionado el pequeño peli negro, ayudando a Kisa a ocultar las bolsas debajo de la cama-.
-Es una sorpresa Yuki, papá no debe enterarse, ¿de acuerdo?
-¡Muy bien!
La hora de la cena había llegado, y Yukina continuaba hablando tiernamente con su pequeño hijo, preguntando que había hecho durante el día y si lo había extrañado.
-Papá te extraño mucho Yuki
-Lo sé, papá…-dijo algo fastidiado el pequeño peli negro-.
-¡Pero realmente te extrañe Yuki!
-Yukina, deja al niño tranquilo.
-Mo…
Kisa rodo los ojos con fastidio, nuevamente aquel puchero. Ambos peli negros se miraron cómplices, sonriendo por un momento al recordar las bolsas que escondieron bajo la cama del niño, en donde, se encontraba el material para la sorpresa del día del padre…
-¿¡Yuki, porque le sonríes tanto a mamá, ya no quieres a papá cierto!?
Y ambos peli negros, suspiraron con cansancio…
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-No te rías tan fuerte Yuki
-Lo siento mamá
El pequeño niño continuaba riendo, pero esta vez más bajito, para evitar que papá llegara a despertarse por tanto alboroto. Ambos peli negros estaban en la habitación donde Yukina tenía sus cuadros y diverso material de arte. Se despertaron temprano para acomodar un poco el lugar y despejar una pared, donde, como era color blanca, la tomaron como su lienzo… coloreando en ella con las diversas pinturas que habían comprado, no querían desperdiciar las del castaño así que, se tomaron la molestia de comprar aquellas solo para un uso específico, el regalo de ese día, el día del padre.
-Qué lindo te está quedando Yuki
-Gracias mamá, tú también estas pintando muy bien
-Gracias
Continuaron dándole color a toda aquella parte de la pared. No faltaba mucho para que Yukina despertara, así que debían terminar rápido. Dando los últimos toques, se retiraron un poco hacía atrás, apreciando su trabajo recién terminado, sonriendo ampliamente.
Se podía apreciar el paisaje de un parque, con el verdoso césped y el claro cielo azul, unos cuantos árboles y flores, pero lo que más resaltaba de aquel dibujo, eran los protagonistas. Una bella familia de dos adultos y un pequeño. Yukina, Kisa y el pequeño Yuki, este último en medio, siendo abrazado por sus padres.
Quizá no era una pintura tan magnifica, después de todo estaba hecha por el pequeño Yuki, con ayuda de Kisa. Sin embargo, aquellos colores impregnados en la pared, transmitían sentimientos puros y verdaderos.
Sin desperdiciar más tiempo dejaron la pintura en el suelo y corrieron hacia la habitación de ambos padres, donde aún se encontraba dormido el castaño. Divertidos saltaron hacia él, provocando que se despertara asustado.
-¡Feliz día del padre!
-¿¡Eh… pero que…!?
Yukina parpadeo confundido, observando a sus dos grandes amores frente a él, con la ropa holgada y manchada de pintura, junto con pañuelos cubriendo un poco su cabellera.
-¿Por qué están vestidos así?
-Lo necesitábamos para preparar tu regalo papá-dijo sonriente Yuki, tomando al castaño de la mano-.
-Ven con nosotros Yukina-hablo sonriente Kisa, tomando la otra mano del castaño, levantándolo de la cama-.
Se encaminaron por el amplio pasillo, tomando de las manos a Yukina, el cual los seguía aun confundido y un poco adormilado. Llegando hacia su habitación de arte, donde se detuvieron frente a la puerta. El castaño miro a ambos peli negros, preguntándose mentalmente si debía abrir la puerta, a lo cual su respuesta fueron las amplias sonrisas que los peli negros tenían en su rostro.
Sin esperar más, y algo ansioso abrió la puerta, entrando a pasos lentos, seguido de los peli negros, los cuales rápidamente corrieron hacia la pared, apuntando con sus brazos y gritando un encantador:
-¡Feliz día!
Yukina se quedó estático en su lugar, con la boca entre abierta y los ojos a punto de dejar salir las lágrimas. Se acercó a Yuki y lo alzo en brazos, depositando un beso en su mejilla, para después atraer a Kisa, pasando su brazo derecho por su cintura, mientras que con el otro sostenía a Yuki. Acercando sus labios, dándole ahora al peli negro mayor un beso en los labios.
-Los quiero tanto…
Dejando escapar unas cuantas lágrimas, Yukina abrazo a ambos peli negros, sus dos amores… su vida… el pequeño Yuki abrazaba a su mamá y papá, sonriendo muy feliz de que su regalo haya sido increíble para papá.
Quizá su pintura no era digna de estar en un museo, pero estaba en un lugar mucho más importante, el corazón de su papá… y ahí permanecería intacto por siempre…
♥ Fin ♥