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Cuando el amor vuelve a tocar el corazón por lady_chibineko

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Título: Cuando el amor vuelve a tocar el corazón

Autor: chibineko

NOTA: Todos los personajes de este fanfic pertenecientes a la serie de Rurouni Kenshin son propiedad exclusiva de su autor Nobuhiro Watsuki.

Advertencia: Este es un fanfic del tipo yaoi, lo que quiere decir relaciones chico-chico, no es apto para menores de edad; si no es de su agrado este tipo de lectura, por favor no sigan.

Capítulo X: Aprendiendo a vivir en el paraíso (parte II: Aceptación)

Luego de aquella experiencia tan especial, tanto para Kamatari y Ryan como para Josh, como también para Steven; Kamatari y Steven se encontraban de vuelta en su habitación, ambos bastante cansados, y sin embargo...

- "Tenemos que estudiar para el examen de mañana Steven; además hay que repasar bien la clase de mañana, mira que ya son las últimas clases, de allí la próxima semana son puros exámenes y presentación de trabajos... y hay que avanzar la monografía para terminarla lo antes posible porque el domingo y el lunes debemos ensayar nuestra presentación y... "

- "¡De acuerdo!." - gritó de pronto Steven, a quien tantas explicaciones lo estaban mareando, aunque para ser francos lo hizo con un aire bastante cómico, el cual cambió pronto por una pose un tanto ... sensual.- "De acuerdo... pero supongo que por lo menos podemos hacer alguna otra cosita esta noche que no involucre los trabajos, ¿cierto?..."

- "Steven... " - susurró Kamatari en derrota; no era fácil lidiar con Steven cuando se ponía en esa moda; solo una semana de convivencia y Kamatari ya había aprendido muy bien esa lección.

- "Oh, vamos... solo un momento... un momentito... chiquito... una vez." - Steven prácticamente estaba rogando, solo le faltaba ponerse de rodillas para hacer su ruego aún más dramático.

Kamatari comenzó a temblar un poco, la verdad que él también quería... y las ansias le estaban ganando la partida, sus mejillas se tornaron escarlata al pensar en las manos ágiles y experimentadas de Steven sobre su propio cuerpo. Y Steven lo había notado, esa era victoria asegurada; así que ... ¿Por qué no ganarse ese momento en verdad?... tal vez... en realidad hacía mucho que Steven no realizaba una de su 'fantasías', y nunca había intentado meter a su pastel en el juego... así que después de todo, tal vez... por que no.

- "Entonces... yo creo que si, ¿verdad?."

- "Pues... solo una vez." - Kamatari miraba avergonzado a Steven desde el otro lado de la habitación, era la primera vez que Steven le hacía decir si quería o no hacer el amor, todas las veces anteriores él simplemente lo había tomado.

Steven sonrió; sabía que su Kamy lo deseaba tanto como él mismo, entonces era hora de ponerle emoción al momento... bueno, más aún.

- "En ese caso." - Steven dio la vuelta sobre si mismo y entró a la habitación sin decir palabra alguna, y Kamatari lo miró confundido... *¿Qué acaso ya no quería?*, Kamatari debía de admitirlo, se estaba frustrando... sin embargo en ese momento.

- "¡Al abordaje mis valientes!... ¡¡¡¡¡Se toman a los dulces y las frutas como prisioneros!!!!!" - Steven salió con un gracioso parche en el ojo derecho, una espadita de madera, y una soga... y nada más; y realmente quiero decir 'NADA' más.

Kamatari no podía creer lo que estaba presenciando. ¡Steven se había vuelto loco!, o peor aún... ¡Lo hacía sin haber perdido la razón!. Y antes de poder seguir pensando en que rayos habría estado pensando Steven para salir de esa manera, Kamatari empezó a correrse de un extrañamente perverso Steven, quien lo perseguía por todo el lugar exigiendo que 'le entreguen la mercadería del barco'.

- "¡¡¡HENTAIIII!!!" - gritó Kamatari a todo pulmón mientras escapaba saltando el sofá; más con un movimiento rápido y por completo suicida, Steven voló a través del sofá con un impulso, atrapando de esa manera a Kamatari y cayendo los dos al suelo de manera estrepitosa.

- "De acuerdo pequeño barquito... eres toooodo mío; y es hora que el capitán Steven melena de oro reclame su botín." - anunció ronco Steven mientras besaba fieramente los labios de Kamatari, mientras que sin que el 'abordado' se diese cuenta, ataba sus manos por encima de la cabeza de ambos y para cuando el beso finalizó, Kamatari tenía ambos brazos inmovilizados debido a que el otro extremo de la cuerda había sido atada a una de las patas del pesado sofá.

- "¡Steven!" - exclamó preocupado Kamatari al darse cuenta de su situación al tiempo que trataba de zafarse del muy bien hecho nudo.

- "No, no... el rehén tiene que portarse según el código de desesperación y rendición de rehenes y entregar a los captores todas sus demandas." - anunció con voz aún ronca Steven, mientras que con una mano comenzó a explorar por debajo de la ropa de Kamatari, quien ni siquiera alcanzó a protestar ante tan estúpida declaración. Steven continuó - "Y yo demando que se me entreguen todas las fresas y naranjitas de este barco... ahora mismo." - y entonces desabotonó la camisa del atado oriental, y exigió la entrega de su pedido al posar los hambrientos labios sobre la tetilla derecha de su amante, la cual comenzó a lamer y morder con avidez, mientras que en toda la habitación se podían escuchar claramente los gemidos de Kamatari.

Sin poder evitarlo, pronto Steven se encontraba disfrutando también la otra tetilla, la cual para entonces estaba tan henchida y sonrosada como su gemela; y para ese punto Kamatari se sentía estallar; jamás se había sentido tan excitado como en ese momento... la sensación de estar por completo a merced de ese rubio loco era... arrebatadora. Más entonces Steven semicesó con aquella deliciosa tortura, y dejando suficiente tiempo (pero solo el necesario, no más) para que su Kamy recuperara algo de su cordura, Steven preguntó casi en un aullido.

- "Dime ahora que es lo que tu deseas."

Kamatari observó a Steven con la mirada nublada, no entendía que era lo que su pareja le estaba pidiendo; solo sabía que no quería que Steven se detuviese por más tiempo. Steven volvió a hacer la misma pregunta mientras que con una caricia intima palpó ansioso el endurecido miembro de Kamatari, que a esas alturas exigía ser liberado de las ataduras del pantalón mientras que el mencionado se arqueaba sobre su propio sitio, sujetándose de la cuerda que lo ataba como si de aquello dependiera su propia vida.

- "¡Dímelo!" - urgió ahora Steven casi de manera desesperada.

- "¡No sé!... no sé... solo... tómame... onegai... onegai" - Kamatari había comenzado a perder el control, al igual que Steven quien no esperó más para volver a aquella labor que tanto lo satisfacía.

Steven metió la mano dentro de pantalón de Kamatari, y comenzó a acariciarlo con pasión mientras lo besaba de manera insistente en el cuello. Kamatari gemía y suplicaba por más. Steven comenzó a bajar lentamente sus besos, pasó por el medio del pecho y trazó un sendero de besos apasionados hasta llegar al ombligo; donde se detuvo un momento para terminar de desabrochar el pantalón y quitar ese obstáculo de una vez por todas; y así continuar con su tarea una vez más. Pero entonces se detuvo una vez más, y volvió a preguntar de manera urgente una vez más.

- "Dime que es lo que tu deseas... ¡Ahora!."

Kamatari tardó en captar lo que se le pedía una vez más... pero el deseo era tan grande... lo que deseaba...

- "¡Con la boca!... por favor... con la boca."

Steven sonrió; eso era justo lo que quería, saber sus deseos, complacerlo... saber que él lo deseaba con la misma intensidad.

- "¿Eso es lo que quieres?... ¿Es esto lo que quieres?" - preguntó el rubio antes de tomar el henchido miembro y meterlo en su boca, para comenzar a succionar de manera ansiosa.

Kamatari grito en respuesta, y comenzó a mover la cintura hasta que ambos amantes obtuvieron un mismo ritmo. Steven tomó a Kamatari, ese día lo tomó con pasión, hasta que ambos quedaron por completo exhaustos y satisfechos.

Más tarde, sin que Kamatari se diese cuenta el momento exacto, Steven lo desató y rodó con él sobre la alfombra hasta que Kamatari quedó sobre Steven. Entonces Steven le dijo a Kamatari aquello que el oriental recordaría por siempre... aquellas palabras que comenzaron a despertar al antiguo Kamatari, a ese apasionado personaje que por dolorosos motivos había sido dejado en lo más profundo de su ser.

- "Nunca temas demostrarme lo que deseas, lo que quieres... nunca dejes de ser conmigo como realmente eres, por que ese que no muestras es quien realmente me atrajo a ti. ¿Creíste que no me daría cuenta que te estás reprimiendo?... no lo hagas conmigo, se libre a mi lado, se quien en realidad quieres ser, porque todo lo que quiero en realidad es conocerte tal y como eres... mejor aún de lo que ya te conozco."

- "Steven... yo... ".

- "Shh..." - Steven silenció a Kamatari con un beso ligero en los labios - "Todo lo que desees... cada una de tus fantasías... cada uno de tus sueños... dímelo. Te juro que si lo que deseas es la luna, iré hasta el mismo cielo y te la traeré; solo pide lo que desees, dime lo que de mi deseas... y yo lo haré. Incluso si es con la boca... más aún si es así." - Steven sonrió al ver la turbación de Kamatari, quien escondió su rostro en la curva del cuello del rubio. - "Sin importar que... juro que yo te lo daré... siempre."

- "Si." - fue la débil respuesta de Kamatari aún escondido desde la curva del cuello. - "Si."

**********

El sábado todos estaban por completo dormidos al amanecer. Luego de 'jugar a los piratas', ambos tuvieron que recordar de manera no muy agradable, que tenían que estudiar y hacer muchos trabajos, y en especial 'ese' trabajo, que gracias a Kami-sama habían avanzado bastante y estaban a punto de terminarlo, probablemente un par de horas más con los tres trabajando y todo estaría listo, solo faltaba ensayar la exposición y una carga menos se cerniría sobre las ya cansadas espaldas de esos tres estudiantes.

Por fin Steven logró abrir un ojo... tanto él como Carter y Kamatari se encontraban encima de la mesita de trabajo, todos por completo dormidos... ¿qué hora era?... las 6:30 de la mañana. ¡LAS 6:30 DE LA MAÑANA!!!!... un momento, las clases no empezaban hasta las 8 de la mañana, eso quería decir que estaban temprano... bien, porque no tenía ni ganas de levantarse... más aún así.

Steven se levantó a duras penas, le dolía la espalda... y las piernas... y los brazos... y... y... bueno, le dolía todo. En fin, de todas formas alguien tenía que hacer el desayuno. 20 minutos después, tanto Matt como Kamatari eran despertados por el aroma de pan tostado y té (y una taza de café para Matt) que se extendía por toda la habitación, y más que nada por una insistente mano que los zarandeaba de un lado al otro.

- "Buen día dormilones." - saludó Steven con una sonrisa a los que recién se despertaban.

Y así comenzó un día más, el último día de clases... en adelante solo serían exámenes, trabajos, exámenes, exposiciones, y más.... exámenes. (Nota de la autora: Arghhh!... odio esa época del año.)

El día fue agitado para la pareja, pues tenían que recuperar las clases perdidas el día martes, así que su día si comenzó a las 8 (a diferencia de Matt quien todavía empezaba a las 10... ¡que afortunado!); y fueron clases seguidas hasta las casi 4 de la tarde, hora en la que Kamatari tuvo que volar para ayudar a Matt con su atuendo para la ópera... su amigo en verdad le estaba tomando gusto a ese tipo de entretenimiento =^.^=.

- "Hmmm... ya se fue Carter, ¿cierto?"

- "Si, espero que pase también hoy una linda velada. Bueno, voy a sacar los materiales para continuar con el trabajo, de suerte lo acabamos hoy."

- "¡Oye!, eso no es justo... hmmm... Carter se va a la ópera con su novia y nosotros nos quedamos terminando el trabajo."

- "Oh, si... claro que si." - el tono de voz de Kamatari dejaba ver que él tenía algún argumento para replicar aquello. - "Y por eso él trabajaba duro cuando se suponía que nosotros también debíamos de estarlo haciendo... ¿pero que hacíamos en realidad.?

- "Hmmm.... de acuerdo, ¡Tú ganas!." - allí estaba de nuevo Steven en deformet y haciendo pucheritos.

- "Bien, entonces a trabajar." - dijo con determinación el oriental mientras terminaba de poner las cosas sobre la mesa; Steven suspiró, a veces era tan difícil lidiar con ese chico.

- "¿Y mis clases de japonés?" - recordó de pronto Steven con aprensión, su ángel le había dicho para esa tarde después de clases, y ya estaban de tarde después de clases.

Kamatari volteó a mirar a su koi, ese chico podía buscar excusas de hasta debajo de las rocas si quería, pero era cierto... se lo había prometido.

- "Mira, esto es en realidad importante, pero te prometo que comenzaremos apenas terminemos esto... debemos de hacerlo para poder continuar con el resto de nuestros deberes."

- "Hmmm... en ese caso... puedo cambiarte las lecciones de japonés por otras clases de lecciones... no, no se trata de ese tipo de lecciones, esas te las doy yo a ti." - dijo juguetón Steven al notar el, en un inicio, rubor que se extendió por las mejillas de su koi para luego transformarse en una llama de fuego que casi amenaza con incendiar toda la habitación.- "Quisiera... ¿puedes enseñarme las técnicas de los libros?... las del clan Kaneda quiero decir."

- "¡¡¡¿¿¿¿Qué???!!!"- Kamatari no daba crédito a sus oídos. ¡No pudo se en serio lo que ese rubio loco dijo! - "¡Tienes la más mínima idea de lo que me estás pidiendo!."

- "Si. " - contestó Steven algo ... ¿dolido?... -"Por eso te lo estoy pidiendo a ti y no a otra persona. Quiero decir... ¿esos libros se escribieron por algo, y no creo que la razón fuese que se olvidase lo que el clan construyó... o lo que representaba. Si en realidad soy parte de todo eso, quiero aprender todo lo que pueda... quiero aprender las técnicas que mi familia dejó, por las que esa mujer vino hace tantos años a este país aún arriesgando su vida. Por favor."

Kamatari miró a Steven con detenimiento. El no estaba bromeando, eso en realidad era algo que quería. El oriental suspiró.

- "¿Alguna vez has tomado una espada?... del material que sea " - era una pregunta simple, pero con gran significado en ese momento. Steven sonrió.

- "Si... mi padre nos enseñó como sostenerlas cuando éramos niños... todos mis hermanos y yo sabemos como." - Steven se fue acercando de a pocos a su pareja, y al estar frente a frente dijo de corazón - "Gracias... gracias." - mientras lo abrazaba con ternura.

- "Está bien... ahora a hacer lo que nos falta para poder dormir un poco luego... me muero de sueño."

- "¿Seguro que quieres dormir luego?."

- "¡Deje de tentar a la suerte señor Wildfire!" - dijo Kamatari en broma, pero era cierto... no era dormir lo que pensaba hacer exactamente luego de terminar el trabajo... después de todo, aún tenía que 'cansarse' para no ser despertado por ciertos ronquidos durante la madrugada.

Y así; juntos y tomados de la mano, ambos empezaron a trabajar fuertemente mientras invisibles lazos los unían cada vez más; y mientras los pensamientos de Kamatari de que algún día esa relación iba a terminar de todas maneras acudían con cada vez menos frecuencia a su mente.

**********

Domingo... hmmm, delicioso día para no hacer mucho de algo... para no hacer nada. Eran ya como las 10 de la mañana y Kamatari seguía tirado en la cama; si, eso era vida.

- "Kamy..."

- "¿Hmmm?"

- "¿Por qué sigues con los ojos cerrados?"

- "Hmmm..."

- "Eso es aburrido." - se quejó Steven haciendo (o por lo menos eso sospechaba Kamatari) un pucherito.

- "No... no lo es." - dijo lentamente Kamatari.

- "¡Aja!, entonces ya te despertaste... entonceeeeeeesssss.... ¡Cosquillitas!"

- "¡Noo!" - Kamatari prácticamente saltó sobre su propio sitio al sentir aquellas manos traviesas a sus costados, para luego irse hasta su vientre... ¡Ese malvado había descubierto todas sus zonas cosquillosas!... nooo... - "Ahh!, nooo!... jajajaja... ¡Steven!... jajajaja..."

-"¿Entonces ya te despiertas?"

- "¡¡¡¡SIIII!!!!"

- "Bien" - dijo Steven dejando de hacer cosquillas a Kamatari para mirarlo de manera candente a los ojos. - "Bien, porque tengo mucha hambre."

- "Entonces... vamos por el desayuno." - contestó el chico de cabellos oscuros con un ligero rubor en las mejillas.

- "Hmmm, pero si mi desayuno favorito lo tengo conmigo ahora." - dijo Steven al tiempo que empezaba a besar con pasión a su chico... pero entonces una pequeña cosita emplumada se paró sobre la cabeza de Steven.

- "Creo que Hime también quiere su desayuno." - dijo Kamatari con humor - "No he estado sacándola muy temprano por las mañanas últimamente... siempre nos quedamos dormidos."

- "No hay problema." - dijo Steven levantándose con Hime en las manos y acercándola al alféizar de la ventana, donde la colocó junto a un platito que pronto llenó con agua y otro con migajitas de pan. Y al voltear Steven, pudo ver a su caramelo de miel (bueno, el rubio argumenta que su chico es todo un dulce... muy dulce), levantándose de la cama y colocándose su bata blanca, y encima otra azul marino que Steven tenía guardada y que le había regalado a su amor apenas éste dijo que era una bata muy bonita... bueno, Steven no acostumbra usar batas... o pijamas... o nada... por lo menos no regularmente... Kamatari decidió ver si podía cambiar eso a la larga. - "¿a dónde vas?."

- "Estoy preocupado por mis bebés... ya vengo."

- "Hmmm... espérame un momento, busco que ponerme y voy contigo"- dijo Steven con apuro mientras buscaba unos interiores, un pantalón de pijama y una camisa ligera o algo por el estilo.

- "Deberías de utilizar una bata... te doy la azul."

- "No, estoy bien. Esa es tuya, que si no te me resfrías... listo, vamos."

La pareja salió de esa manera de la habitación y se dirigió a la azotea, y a Kamatari casi le da un ataque al llegar a su destino.

- "¡¡¡Mis bebés!!!" - gritó casi con terror al ver a dos de estos tirados en el suelo y cubiertos de escarcha. Steven lo siguió de cerca.

- "Kamy... ¿están... ?" - Steven no pudo ni quiso terminar la pregunta.

- "No... no pueden... ¡¿Sora?!... Sora (Cielo) bebé respóndeme... ¿Choowa? (Armonía)..." - urgió Kamatari al halcón y al canario que tenía entre sus manos en aquél momento; y vio con júbilo que éstos se movieron ligeramente. Kamatari lloró de alegría . - "¡Están vivos!... pero necesitan un lugar caliente... ¿Steven?, podrían Sora y Choowa... quedarse con nosotros... en la habitación..."

- "No."

*¡¡¡¿¿¿¿NO????!!!!*

- "No sería justo para el resto... además hay muchas habitaciones a nuestra disposición. No veo el problema de acondicionar una o dos para los chicos... el invierno se viene, al parecer, bastante crudo este año. Si, eso sería lo mejor."

Kamatari abrazó emocionado al rubio... eso era en definitiva mucho más de lo que había pedido, así que colocando a los dos congelados animalitos dentro de sus ropas, Kamatari prometió que ni siquiera oiría el ruido, que los pondría lo suficientemente lejos para que no causaran disturbios. Pero Steven dijo que de ninguna manera iba a hacerlo solo, así que poniendo manos a la obra, se metió al recinto y pronto estaban llevando a varios de las aves a la habitación que se encontraba al costado de la de ellos; o por lo menos Steven hacía esto mientras Kamatari trataba de evitar una tragedia con los congelados.

La mañana pasó rápidamente para la pareja mientras que efectuaban la reubicación de las aves; y para la hora del almuerzo, ya podían escucharse los cantos, graznidos y piídos de todos y cada uno de estos, incluyendo a los dos enfermos que estaban en un lugar designado como 'nido de recuperación'.

- "Creo que hicimos un muy trabajo." - expresó satisfecho Steven una vez finalizada la labor, y entonces tomando su actitud pícara y en deformet ya muy bien conocida por Kamatari, dijo sacando sus orejitas vulpianas - "Jojojojojo... después de todo yo soy el papi de todos ellos.... jojojojojojo."

- "Estás loco 'papi'." - dijo finalmente Kamatari dándole un beso en la mejilla, pero tras fijarse mejor se sintió culpable... Steven estaba embarrado por todos lados de plumas, comida para aves, más plumas, excremento, y más plumas. - "Creo... que necesitas un baño. Vamos, dame tu ropa para ir a lavarla."

- "Tú estás igual de sucio, ¿cierto?... ¿entonces por que esta cara?."

- "No era tu responsabilidad, y..."

- "Acabo de decir que soy su papi también." - dijo Steven en deformet y sacando sus orejitas una vez más - "No te atrevas a negar mi paternidad."

A Kamatari le salió una gran gota... definitivamente ese hombre era caso perdido; y sonriéndo se fue a la habitación.

- "¿Qué no dijiste algo de un baño?."

- "¡¡¡Espérame!!!"

**********

- "Entonces... ¿Adonde se supone que estamos yendo ahora Steven?"

- "Ya lo verás, no seas tan ansioso." - dijo Steven mientras arrastraba a un recién bañado y vestido Kamatari por los pasillos.

Primero fueron a asegurarse que sus bebés no habían hecho un desastre en su nueva locación, y al asegurarse que todo estaba dentro de los parámetros normales del desastre, Steven se sintió satisfecho. Luego fueron al segundo piso donde Steven le metió una notita por debajo de la puerta a Matt, tras lo cual sonrió feliz y satisfecho por ello.

- "Steven... ¿qué haces?" - preguntó una vez más Kamatari, no entendía nada.

Steven entonces se plantó delante de él y tras darle un besito en los labios dijo.

- "¿Qué no puedo llevar a mi novio a pasear sin que me pongan tantas preguntas de por medio?"

- "¿Pasear?"

- "¡Si!... deambular por la calle sin un destino específico en particular, tu sabes, tomados de la mano... tal vez ir a comer algo delicioso... ese 'ir a pasear'."

*Tomados de la mano*. Kamatari se sintió torpe y abrazó a Steven... ese rubio loco era tan bueno con él.

- "¿Quieres ir a pasear conmigo?"

- "Si" - contesto Kamatari aún abrazado a Steven, tras lo cual ambos bajaron despacio las escaleras al primer piso; y allí...

- "¡Espera!, quiero ir a ver como está Ryan-chan hoy. Me esperas un ratito."

- "No. Mejor voy contigo, yo también quiero saludar al enanito."

- "Bien, vamos." - dijo Kamatari mientras jalaba a Steven a la habitación de Ryan y Josh.

Y al llegar vieron a Josh a punto de entrar a la habitación.

- "¡Josh-san!" - llamó Kamatari al muchacho antes de que éste volviese a entrar a la habitación.

Josh volteó para encontrarse con aquella pareja que de pronto se había metido en la vida de Ryan, y por lo tanto en la suya propia, en especial a aquél hombre que apenas habiendo conocido a la razón de su existencia, se había comportado de aquella manera en extremo amable. Tal vez, aquél que le estaba devolviendo la vida a su amor. Saludó con cortesía a los recién llegados.

- "Buenas tardes señor Kamatari... señor Wildfire." - Josh era en verdad una persona muy respetuosa; eso era algo que podía notarse al primer contacto que se tuviese con él.

- "Buenas tardes Josh... san... ¿te molesta si te llamo por tu nombre?"

- "No señor, no me molesta."

- "Entonces por favor... no me llames señor..."

- "De acuerdo, si es lo que usted desea, lo llamaré solo Kamatari."

- "¡Y a mi Steven por favor!"

Una vez más, Josh aceptó.

- "Bien... vinimos a ver como se encuentra Ryan-chan. ¿Está él bien?"

- "Si; el doctor Kasaki vino esta mañana y habló con ambos. Parece ser un hombre muy sincero." - ahora parecía que Josh hablaba más para si mismo que para la pareja, la cual por cierto prefirió dejarlo hablar- "Nos dijo a ambos las cosas como eran, y no dio ninguna falsa esperanza como lo hizo la mayoría de los doctores que sé que han tratado a Ryan a lo largo de su vida. Creo que después de todo no fue malo para Ryan ir con ese hombre, tal vez... aún no sea tarde."

- "Eso esperamos también." - dijo despacio Kamatari, sacando de esta manera a Josh de sus pensamientos.

- "Si, gracias. Ryan está durmiendo ahora, pero si quieren..."- más un ruido en la habitación hizo que Josh dejara lo que estaba a punto de decir y entrara corriendo, solo para ver a su querido Ryan tomando feliz un vaso de agua.

- "Hola Josh." - saludo animoso el pequeño, y se alegró aún más al ver los rostros en deformet de Kamatari y Steven asomándose por la puerta. -"¡Señor Kamatari, señor Steven!... ¡Hola!... ¿agua?"

- "No gracias. Vinimos a ver como estabas."

- "¡Muy bien!... desde mañana Josh me ayuda a comenzar con mi tratamiento. El señor sensei Kasaki dice que me voy a sentir mal los primeros días porque Josh me va a ayudar a hacer esfuerzos físicos y porque las medicinas me van a chocar un poquito; pero que eso es normal... hmm... ¿y que más?, a, si; pero que eso tiene que bajar luego de los 20 días de haberme comenzado a afectar, por que sino significa que yo no respondo bien y el tratamiento tiene que cesar y entonces intentaría con otro que tiene de emergencia... espero que no necesite el de emergencia, ¿verdad Josh?."

- "Si, eso esperamos." - contestó Josh, quien estaba arreglando la cama por quinta vez ese día... pero igual a él no le importaba.

- "Bien, nosotros también esperamos que el tratamiento sea bueno para ti."

Steven suspiró entonces, le dolía hacerlo pero...

- "Vamos Kamy."

- "Si."

- "¿Adonde van?" - preguntó Ryan con curiosidad genuina, le encantaba enterarse de ese tipo de cosas.

- "A pasear supongo." - contestó Steven con una enorme sonrisa también. - "Hasta ahora no he llevado a mi Kamy a ningún lugar... así que pensé en llevarlo a pasear hoy."

- "¿En serio?... ¡Que lindo!. Josh también me va a llevar a pasear en estos días; ¿verdad Josh?, me prometiste que iríamos a comprar los trajes para el baile de fin de año." - Ryan miró a Josh con expectativa, él nunca había ido a pasear tampoco a la calle con Josh.

Por su lado Josh miró a Ryan con algo de pena, pues lo había olvidado; y con todo lo que había sucedido en las últimas 72 horas, pues dudaba mucho que Ryan estuviese con fuerzas para ir al baile... pero se lo veía con tanta ilusión. Él y su corazón de mantequilla.

- "Si Ryan... iremos a comprar esos trajes."

- "Hmmm... esa es una buena idea. ¿Qué te parece si vamos a comprar esos trajes hoy cariño?" - a Steven en realidad le parecía una MUY buena idea.

- "Pues... yo pensaba alquilar el mío." - dijo vagamente Kamatari, quien en realidad ni siquiera había pensado realmente en ir a ese baile. Le hacía ilusión, no podía negarlo, pero... ¿en realidad sería buena idea el ir con Steven?, era cierto que eran pareja... pero a diferencia de Ryan y Josh que pasaban tan desapercibidos, Steven era aún muy popular... tal vez alguien terminaría diciendo algo que a Steven no le gustara, y entonces...

- "¡Tonterías!, es tu primer baile en este país... ¿alguna vez has ido a una baile antes?" - preguntó de pronto Steven, y abrió grande los ojos cuando Kamatari negó con la cabeza- "¡Es tu primer baile!, tienes que llevar un traje propio, es un momento importante... vamos, eso será lo que haremos hoy... iremos de compras."

- "¡Que emocionante!" - exclamó Ryan, quien había capturado el momento en un lindo dibujo. - "Me gustaría poder ir también para ver como el señor Kamatari compra su traje."

Steven miró a Ryan, y luego a Josh; quien había entendido muy bien el significado de la mirada de Steven.

- "Por mi no habría problema." - exclamó Steven con una sonrisa.

- "¡¿En serio?!" - dijo Ryan con estrellitas tintilando en sus ojitos.

- "No sé... podríamos ser un retraso para ustedes..." - comenzó a decir preocupado Josh, pues esa era la verdad, al final ellos dos podrían aburrirse de tener que estar esperando a que Ryan pudiese seguirles el paso.

- "¡No es cierto!, no tenemos ningún apuro, y después de la tienda de trajes no hay ningún destino en particular... solo un paseo. No habrá problema."

- "¡¿Podemos?!" - preguntó Ryan esta vez a Josh con evidente entusiasmo.

Josh pareció pensarlo un buen rato, hasta que finalmente accedió, al parecer no tenía mucha opción con respecto al tema.

- "SIIII!!!!" - celebró Ryan la respuesta. No solo iría de paseo con Josh, también iría con el señor Kamatari y con el señor Steven. En verdad era un día muy feliz.

Poco después, las dos parejas tomaban un carruaje al centro. Irían de compras. Durante el camino, Ryan capturó como siempre todo lo que le llamaba la atención en docenas de bocetos, mientras que a su lado, Josh lo miraba sonreír con alegría... eran raros los momentos en los cuales Josh podía disfrutar de la compañía de su pequeño de aquella forma; casi siempre compartía solo los momentos en los que le enseñaba aquello que había dibujado, y le contaba todo lo que había visto mientras Josh estaba preparando el baño o la ropa de dormir de Ryan, o le revisaba la presión o la temperatura; o miraba si tenía algún moretón en el cuerpo, o revisaba si le dolían las piernas o los brazos... probaba que tan hondo podía respirar el pequeño, o por último le suplicaba al cielo que terminase su comida de ese día... o que volviese a ver el siguiente amanecer. Si, esa era la vida que llevaba esa pareja, y Ryan también lo sabía, solo que por lo general estaba demasiado ocupado descubriendo cualquier cosa nueva a su alrededor para recordarlo. Josh abrazó entonces a Ryan y besó su cabello mientras que Ryan se apretó feliz contra Josh, moviéndose ligeramente como un gatito en busca de calor. Finalmente llegaron a su destino.

- "Bien"- dijo Steven al bajar del coche - "Llegar a la tienda para comprar no es exactamente lo más importante hoy, así que, que alguien diga para donde quiere ir ahora."

Nadie estaba muy seguro de que decidir, hasta que Ryan posó sus ojos en una tienda bellamente decorada, y quiso ir hacia allá, así que con un paso muy lento, todos se dirigieron hacia la tienda; en la cual Ryan prácticamente pegó la nariz en el vidrio... era una pastelería... y todas las tortas se veían en realidad muy apetecibles y muy hermosamente adornadas... llenas de colores y formas.

- "Ahhh!!!, ¡que lindo!. ¿Podemos entrar?"

- "Pues... no se Ryan..." - Josh se sentía algo incómodo pues solo había llevado lo suficiente para comprar los trajes de etiqueta. Pero Steven decidió poner su punto de vista...

- "¡¡¡¡¡Pastel de fresaaaaaasssss!!!!!"- dijo al tiempo que entraba feliz con Kamatari de la mano, y luego entraba Ryan, seguido de Josh, a quien ya no le quedaba otra. - "Muy bien, elijan lo que gusten que hoy yo invito."

Ryan miró todos los platos llenos de porciones de diferentes pasteles y pedazos de pies, así como tartas y tartaletas. Entonces lo vio, era un pedazo de tartaleta de durazno llena de crema chantillí y pedacitos de nueces y otras frutitas por encima.

- "¡Ese!" - dijo Ryan emocionado.

- "Y para mi una porción de ... hmmm... ¿pastel o tarta?... mejor tarta, si, quiero tarta de fresas."

- "Yo lo mismo que él"- dijo Kamatari señalando a Steven, pues la verdad no sabía siquiera que eran todos esos pasteles ni de que estaban hechos.

- "Yo de chocolate." - dijo Josh con algo de pena, pero Ryan lo miraba con los ojitos brillantes esperando saber que era lo que Josh quería.

Luego de eso todos se sentaron en una mesita separada y les sirvieron los postres. Ryan estaba emocionadísimo viendo la tarta que le pusieron delante, y la dibujó, así como todos los postres que sirvieron. Luego todos empezaron a comer, los postres estaban deliciosos.

- "¡¡¡Hmmm!!!, ¡Que rico!" - dijo Ryan tras un bocado a la crema chantillí, la verdad que eso era lo que más le gustaba, y por eso había pedido ese postre... tenía muuuucha crema chantillí.

Josh miraba a Ryan preocupado, sabía que él no se iba a acabar semejante tartaleta, a las justas y había podido con el almuerzo de ese día; y sin embargo Ryan parecía muy gustoso saboreando... solo la crema chantillí. Josh se limitó a comer su pastel de chocolate.

- "En realidad está delicioso, nunca antes había comido una tarta de fresas."

- "¿Verdad que si?" - dijo Steven emocionado - "A ver, prueba del mío."

- "Pero son lo mismo."

- "¡¡¡¡Prueeeeebaaaaa!!!!!"

- "De acuerdo" - aceptó Kamatari, y aceptando el bocado que su pareja le daba.

Por su lado, un par de curiosos ojitos observaban la escena... no parecía mala idea. Ryan miró el plato de Josh, casi estaba vacío... Josh siempre comía rápido... y comía mucho, de seguro que no le importaría; además... él ya estaba lleno.

- "Josh..." - llamó Ryan con una vocesita musical, a lo que Josh volteó y se encontró con un pedazo de tarta de durazno frente a su boca.- "Di aaaaaaaa.....". - y Ryan le dio feliz el pedazo de tartaleta a Josh cuando él abrió la boca. - "¡Que divertido!" - exclamó el pequeño al volver a hacer lo mismo una, y otra y otra vez más.

Kamatari y Steven miraron la escena, y de pronto Steven se puso a reír por lo bajo... ya se preguntaba él como iba a hacer ese niño para terminarlo todo... en realidad el solo hecho de ver su cara sonriente había valido comprar el postre, no le hubiese importado que lo dejase todo completo. Y así continuó el momento, hasta que Josh se acabó toda la tartaleta de durazno.

- "¡Estuvo muy rico señor Steven!, ¡Gracias!." - dijo feliz Ryan.

- "De nada" - expresó Steven divertido. - "Que tal una caminata lenta para bajar los pasteles, podemos ir ahora a la tienda de trajes."

Ese era el momento que Josh temía, Ryan no podría llegar caminando hasta la tienda al mismo paso que el resto; y de seguro se terminaría sintiendo mal por ello. Trataba de pensar rápido en alguna otra opción que dejara menos mal parado a su pareja pero la voz alegre de Ryan se le adelanto.

- "¡¡¡SIIII!!!" - dijo con presteza el muchacho; y pronto estaba parado y jalando a Josh para que se apurara.

- "Bien, en ese caso... ¡Todos en marcha!" - Steven también parecía bastante animado por todo aquello, y pronto nuevamente las dos parejas se encontraban en la calle.

Bien, para ser sinceros la tienda no estaba demasiado lejos, a unas ... 5 cuadras de la pastelería más o menos; pero eso sí, esas eran cuadras completamente llenas de tiendas, y era casi un pecado pasar por allí sin apuro y no admirarlas todas, aún cuando fuesen tan solo unos cuantos segundos. Y pues bien, teniendo en cuenta el hecho de que ésta era la primera vez que Ryan venía 'realmente' de paseo a este lugar... y también teniendo en cuenta que era la primera vez que Kamatari venía a pasear con Steven a este mismo lugar; pues ninguno de ellos tenía mucha prisa en llegar o siquiera en caminar. Así que después de casi una hora de haber salido de la pastelería... y solo haber recorrido dos cuadras... Josh ya estaba dándose cuenta de que sus temores fueron infundados. Ryan caminaba feliz a su costado, apoyándose tranquilamente sobre éste y fijándose incluso en la más mínima rama ser movida por el viento; así que básicamente no hubo problema para llegar a su destino unas tres horas después.

- "¡Llegamos!" - anunció feliz Steven cuando se encontraron frente a la mencionada tienda.

Kamatari no pudo menos que sorprenderse al quedar frente al lugar... se veía... ¡ENORME!. Y no lo pareció menos al entrar, ese lugar era en verdad muy grande, y no solo vendía trajes de etiqueta, vendía absolutamente todo tipo de ropa... para caballeros.

- "Muy bien muchachos... hora de hacer unas muy buenas elecciones." - aseveró Steven mientras que le pedía a un hombre vestido de frac que los guiase a la sección de trajes de etiqueta

Repasaron los modelos que les parecieron más adecuados para ellos. Steven fue rápido al decidirse por un modelo de color gris oscuro; al parecer él ya estaba seguro de lo que quería usar. Al igual que Josh que pidió rápidamente un clásico color negro... en realidad era un joven bastante conservador. Para Ryan todos tuvieron que dar su opinión, y a todos les parecían trajes diferentes; hasta que de pronto Josh divisó un preciso traje blanco que era más pequeño de lo normal, ideal para su Ryan... y a Ryan le encantó, y al probárselo Josh no pudo dejar de pensar que se veía como un pequeño angelito caído del cielo... solo para él.

Por último quedaba Kamatari, a él aún no le elegían un traje. Pero sin importar cuantos viesen, a Kamatari no parecía gustarle ninguno. Hasta que lo vio, era perfecto... de un color azul oscuro, el mismo color que usó durante tanto tiempo al vestir su uniforme como miembro de los Juppon Gatana (claro que sin el amarillo).

- "¿Te gusta ese?" - le preguntó de pronto Steven, quien había notado el brillo repentino en los ojos de su pareja al toparse éste con el traje.

- "Ah, pues..."

- "¡¡Pruébatelo!!. Anda, que para eso estamos aquí."

Kamatari no estaba muy convencido; pero al final aceptó y se dirigió junto con un ayudante de la tienda a los probadores. Diez minutos después, Kamatari salía vestido... y a Steven casi se le cae la quijada al suelo... su querido Kamy se veía simplemente... ¡Fantástico!... ¡Increíble!... Sensual (de pronto le habían dado unas ganas terribles de estrenar el trajecito quitándoselo él mismo... pero tendría que esperar hasta la noche del baile... chsss). Kamatari no pudo evitar el sonrojarse ante la vista de los demás.

- "¡Nos lo llevamos también!" - dijo casi de inmediato Steven, quien aún trataba de levantar su quijada del suelo.

- "¡Si!, ¡ese también!" - secundó Ryan, quien también opinaba lo mismo que Steven con respecto a la apariencia del señor Kamatari (pero quitando lo que comenzaba a partir de 'Sensual').

Pronto los trajes comprados fueron pagados, y se indicó las direcciones a donde debían de ser llevados lo antes posible; siendo prometido por la tienda que entregarían todo al día siguiente.

Por fin el grupo decidió que era hora de regresar, así que saliendo del local tomaron una carroza de regreso a casa.

- "Gracias por el paseo señor Steven... me divertí mucho de verdad." - dijo Ryan mientras comenzaba a dormirse apoyado sobre el pecho de Josh.

- "Ni lo menciones, fue un lindo día para todos... ¿cierto?" - dijo el rubio al tiempo que recibía otro par de 'si' como respuesta.

- "Además ya pudimos comprar los trajes... ¿verdad que te alegra a ti también Josh?" - preguntó una vez más el pequeño, a su pareja, quien contestó de nuevo que si... la verdad que él también se había divertido mucho, y no ocurrió ninguna de las desgracias que tanto temía ni nada parecido. Entonces Ryan se volvió a dirigir a Steven, aún tenía una duda. - "Señor Steven... ¿qué más compró cuando el señor Kamatari se fue a probarse el traje."

Kamatari miró entonces interrogante a Steven, quien de pronto se tornó algo... evasivo. ¿Había comprado algo más?, pues no lo había mencionado.

- "Aa... si!; bien, tenía que hacer una compritas extras... nada importante... ropa interior, una camisa... esas cosas."

- "De acuerdo." - respondió Ryan con una nueva sonrisa, tras lo cual se terminó de dormir sobre Josh.

Poco después todos llegaron, y Josh se llevó cargando a su pareja junto al singular par que los acompañaba... había comenzado a bajar el sol, pronto anochecería.

Llegaron todos al edificio, y pronto se encontraban frente a la habitación de Ryan y Josh.

- "Gracias... por el momento, nunca podré pagarles lo que hicieron hoy por nosotros."

- "¿Con un cheque?" - dijo de pronto Steven, con lo que se ganó un buen golpe de parte de Kamatari. - "¡Ouch!... eso duele." - dijo esta vez poniéndose en deformet y con ojitos llorosos.

- "No le hagas caso Josh-san... a veces se porta como tonto o dice cosas tontas en todo caso." - expresó Kamatari mientras le lanzaba una mirada dura al rubio, quien aún se encontraba encogido en un rincón y mirándolo con ojitos llorosos. - "La verdad que nosotros también la pasamos muy bien junto a ustedes... por favor, cuida mucho de Ryan-chan."

- "Eso pienso hacer."

- "Espero que no te moleste si vengo a visitarlo regularmente."

- "De ninguna manera."

- "Bien... cuídense. Vamos Steven..." - terminó de decir Kamatari mientras arrastraba a Steven escaleras arriba sin dejarlo siquiera llevar el ritmo.

Josh miró a la pareja alejarse, la verdad que eran unas personas muy peculiares... pero se notaba que se querían. Si, su querido Ryan había tenido mucha suerte de conocer a dos personajes como aquellos; y la verdad... él también.

**********

Al llegar al segundo piso, Steven se dirigió a la habitación de Matt, seguido por Kamatari; donde al llegar, tocó la puerta y aguardó poco tiempo antes de que Matt abriese.

- "Vaya, ya llegaron... subo en un momento. Hola Kamatari"

- "Que tal Matt-san... ¿Sabías que íbamos a salir?"

- "Wildfire me avisó en una nota... decía también que solo faltaba ordenar el trabajo y ensayar la exposición, así que subo enseguida. Tengo que terminar con un par de cosas por aquí."

- "De acuerdo Carter... te esperamos arriba con todo listo."

- "Bien." - dijo Matt antes de volver a cerrar la puerta, y ahora fue Steven quien arrastró a Kamatari escaleras arriba.

- "Eso era lo que le avisabas a Matt-san... no lo sabía."

- "Pudo haber venido antes y no nos habría encontrado... ¿no lo crees así cariño?... era lo más lógico que le avisara que nos íbamos a la calle el día de hoy.

Viéndolo desde ese punto de vista; era cierto, Steven tenía razón. Pero Steven no le dejó mucho tiempo para decírselo, pues apenas llegaron al cuarto el rubio comenzó a besar a su pareja con pasión. El beso solo fue roto cuando a ambos les faltó aire y tuvieron que parar para respirar.

- "¿Y eso... por qué fue?."

- "Porque Carter llega en un momento y entonces ya no podremos hacer nada interesante hasta quien sabe cuando... desde ahora y hasta la tarde del próximo sábado, no creo que ninguno de nosotros tenga mucho tiempo para el otro. Sé que es importante para ti sacar buenas notas... y el que yo saque buenas notas, y pues..."

- "Es cierto, y también estoy consciente de que yo mismo te lo pedí... y te lo agradezco. Gracias por todo... Arigatou gozaimasu, Steven-koi."

- "Arigatou... gozaimasu." - Steven repitió las palabras que le fueron dichas lentamente... sonrió, por fin recordó lo que significaban... tendría que repasar lo poco que sabía de japonés más seguido. Pero entonces escuchó decir a Kamatari...

- "¡Mou!... si me vas a ver de esa forma cada vez que te diga algo en japonés entonces vamos a perder mucho tiempo... creo que de todas maneras vamos a tener que darte esas lecciones de idioma. Mira pues, vas a tener otros dos cursos extras... y con el idioma comenzamos cuanto antes."

- "De acuerdo ... uhmm... ¿sensei?."

- "Hai!, desde ahora soy tu sensei."

Ambos sonrieron, y entonces la puerta sonó. Al abrir Matt entró pronto a la habitación con un montón de papelógrafos (aunque en realidad no se si era fácil conseguirlos en esa época, pero bueno), un montón de lápices y plumas y tinta, así como un frasco lleno de alfileres.

- "¿Tienes alguna pared que pueda utilizar sin que te moleste el que la dañe un poco?" - preguntó Matt mientras trataba de balancearse con todo aquello.

- "¡Claro!, espera... tengo una mejor idea." - dijo Steven mientras le pedía a Kamatari que lo ayudase a mover un armario que tenía para guardar cosas que usaba poco, y así colocarlo al revés para que la parte que por lo general da contra la pared fuese utilizado como pizarra para pegar los papelógrafos con los alfileres y trabajar de esa manera.

Esa noche el trío trabajó duro y parejo, casi sin un solo instante de descanso. Armaron el trabajo con bastante meticulosidad y luego comenzaron a armar sus materiales para la exposición, la cual tomaba un promedio de 10 minutos por cada uno, y un total de 30 minutos desde el principio hasta el fin. Eran casi las 3 de la mañana cuando decidieron que ya todo estaba hecho, que tan solo faltaba estudiar y memorizar muy bien cada uno lo que le correspondía; y mientras decidían esto, Steven (quien tenía, por lo que habían descubierto Kamatari Y Matt, una letra preciosa) estaba haciendo la carátula para el trabajo con tinta dorada en cartulina negra... una de las hermanas de Steven era fanática de enviarle un cada color nuevo de tinta que pudiese, por lo que Steven tenía un montón de frasquitos de tintas negras, azules, rojas, doradas y plateadas... e incluso una de color verde, todos los frascos sin utilizar... pues al parecer ya le habían encontrado un buen uso.

- "¿Y?... ¿qué les parece?" - preguntó Steven con una sonrisa a sus dos compañeros, y se alegró al ver la reacción de estos. Todo era satisfactorio, la presentación era impecable desde la carátula hasta el punto final en la bibliografía... simplemente perfecto.

- "Me parece que está en realidad muy bien Wildfire. Debo admitirlo, fue un placer haber realizado este trabajo contigo y no la pesadilla que imaginé en un principio." - expresó Matt extendiendo una mano a Steven, quien la estrechó gustoso.

- "Pues lo mismo digo en ese caso yo de ti Carter... sería bueno volver a trabajar juntos en alguna otra ocasión."

- "Tal vez... ¿por qué no?"- dijo Matt con genuina sinceridad, lo cual hace que Kamatari casi llore de la emoción.

Esos dos por fin se aceptaban... los dos hombres más importantes para Kamatari en ese país... su amor y su casi hermano... él también se alegraba mucho de haber hecho ese trabajo; trajo más satisfacciones de la nota aprobatoria que de seguro iban a obtener (y como no si se habían matado haciendo el bendito trabajito).

- "Bueno chicos, me voy... tengo que estudiar para los exámenes de mañana." - dijo Matt comenzando a levantarse.

- "¿Vas a estudiar con Kate-san?" - preguntó Kamatari con curiosidad.

- "No!, ya es muy tarde para eso... " - Matt se puso un poco rojo ante la ocurrencia de su amigo.

- "¿Entonces por que no te quedas a estudiar con nosotros Matt-san, nosotros también tenemos que estudiar, y sería mejor hacerlo en grupo... tú mismo me enseñaste que así se aprende mejor."

Era cierto... él mismo se lo había dicho a Kamatari; solo que no quería molestar.

- "¿Seguro... que no hay problema?."

- "Por supuesto que no Carter... el que te quedes una noche más desparramado con nosotros por la alfombra no es para nada un problema." - dijo con humor Steven, pues la verdad era que ya difícilmente aguantaban hasta más allá de las 5 de la mañana despiertos... sin embargo esa noche tendrían que hacer un esfuerzo para aguantar en verdad toda la noche, y que mejor que hacerlo en compañía. - "Kamy, acompaña a Carter para que vaya por sus cuadernos mientras yo preparo jarras de té para nosotros y una de café para él."

- "De acuerdo Wildfire... gracias. Entonces yo traeré unos caramelos que tengo en mi cuarto para prevenir dormirnos. La última vez nos sirvieron bastante."

- "Si... es difícil dormirse cuando se tiene algo en la boca. De acuerdo Carter, vayan de una vez que la noche nos ganará de lo contrario."

Así Matt y Kamatari se dirigieron a recoger las cosas del primero, mientras Steven se quedó calentando agua para la larga jornada que les esperaba. Poco después, los tres comenzaron a estudiar, y la madrugada los encontró en medio de agravadas discusiones, sueño, stress y todo aquello que caracteriza a un grupo de jóvenes que se dirige a lo que se siente como una semana en la puerta del matadero... exámenes... =@.@=.

**********

Bien, no fue una semana fácil en lo absoluto. Los trabajos y exámenes venían uno tras otro sin misericordia, y los pocos momentos libres eran gastados con la cara frente a un libro o un cuaderno de apuntes; o bien terminando los detalles de los ahora pocos trabajos pendientes. Cada estudiante perdía por lo menos 10 años de su juventud cuando tocaba esperar por las notas finales de cada curso; y más de uno no supo si reír o llorar al recibir notas tanto aprobatorias como desaprobatorias. Fue en realidad una semana de locura para todos, pero ni que decir de nuestros protagonistas.

Ni bien inició la semana el lunes, donde los tres mosqueteros de esta historia se presentaron con una par de ojeras de plato en cada rostro y con claras señales de tensión, las cosas se agravaron para cierto rubio cuando de pronto un sexto sentido le indicó que alguien estaba posando su vista sobre alguien que era 'SUYO'. En efecto, Steven ya había visto antes a aquel sujeto... la verdad es que ambos habían llegado a tener la misma fama, solo que a este otro le gustaban exclusivamente los hombres. Era un chico de arquitectura, cuyo nombre solo el diablo lo sabía. Y entonces lo vio... mirando a su querido tesoro de oriente con aquella mirada que tantas veces él mismo había clavado en lo que consideró alguna vez sus 'presas'. Debía de mantenerlo vigilado... sin embargo.

- "Steven, tenemos que trazarte un buen horario de estudio sobre todo a ti... tienes que dar muchos sustitutorios."

- "¿Pero para qué?" - preguntó Steven con aprensión, aún cuando él sabía muy bien la respuesta... había llegado dos meses tarde a clases, y los primeros exámenes que diera ese ciclo los pasó a las justas y rozando la calificación aprobatoria. - "De acuerdo" - dijo casi de inmediato antes de que su caramelito le repitiese las razones exactas.

Así que allí estaba el asunto, Steven iba a tener que estar inmerso en un montón de exámenes extras, mientras que la razón de su vida se iba a encontrar por completo desprotegido. Tal vez si él mismo se daba una pequeña ayuda...

Bueno; dejando eso de lado... el martes fue casi como entrar en la peor de las batallas para Kamatari. Aún cuando estaba seguro de haberse memorizado muy bien su parte no podía dejar de temblar. Ese trabajo era muy importante; no solo porque su nota dependía de éste (aunque siendo sinceros, Kamatari ha obtenido buenas calificaciones desde el principio, a pesar del problema de comprensión de idioma)... también las notas de Matt-san y su querido Steven dependían de su actuación...

- "Tranquilo amigo, vas a ver que lo haces bien. Te salió perfecto en el ensayo... casi y parecía que estabas frente a un verdadero estrado." - Matt trató en realidad de tranquilizar a su amigo, más al parecer no lo lograba, pues Kamatari solo asentía a todo lo que le dijeran... incluso si le preguntaban si quería comer ratón hervido en la cena el decía que si... igual al final se tuvo que comer los nervios para su parte; y siendo sinceros... ¡Le salió muy bien!.

- "¡Lo ves mi amor... ¡Estuviste fantástico!." - Steven abrazó con efusividad a Kamatari luego de terminada la clase... la verdad que todos habían estado muy bien (y ni que decir que Steven miraba con estrellas en los ojos a su Kamy mientras este exponía =-.-=vv)

- "¡¿En serio?!... aún no puedo creerlo... ¡Estoy tan emocionado!... si no fuera porque tengo examen ahora creo que me iría a dormir un rato... de pronto siento como si me hubiesen quitado un gran peso de encima... me está entrando sueño."

- "¿Quieres que te acompañe cariño?, me puedo quedar al final del salón sin hacer bulla... no creo que me echen." - razonó Steven.

- "No, tú tienes que estudiar para tus sustitutorios de mañana y no lo harás si te me quedas viendo. Ve a estudiar a la habitación como Kami-sama manda."

- "De acuerdo." - suspiró Steven en derrota mientras volvía a abrazar a su caramelo.

- "En ese caso yo pasaré por aquí para recogerte luego Kamatari. Kate y yo estaremos por aquí al mediodía."

- "Bien, gracias Carter... pero por lo menos yo te voy a dejar a tu salón, vamos."

Y el grupo se dirigió a dejar a Kamatari en su salón para que rindiese el examen. Steven lo abrazó una última y larga vez, tras lo cual le deseo buena suerte; al igual que Matt y Kate que en ese momento también se encontraban por allí. Por fin Kamatari ingresó al salón.

El mediodía llegó, al igual que el fin del último examen de ese día para Kamatari, quien se paró rápido a entregar su prueba y se marchó de allí; no sin antes darse cuenta de las extrañas miradas que posaban encima suyo el resto de los alumnos del salón. ¿Qué raro?, pensó Kamatari, pero al final no le dio demasiada importancia a ello... hasta que....

- "¡Matt-san! ¡Kate-san!... ¡Por aquí!" - llamó Kamatari a sus amigos mientras corría a reunirse con ellos, sin darse cuenta de las extrañas miradas que todos posaban encima suyo.

- "Kamatari... ¿Sucedió algo hoy?... todos te miran raro." - señaló Matt con algo de preocupación.

- "Si, la verdad yo también me he dado cuenta... pero no puedo imaginar siquiera lo que pasa." - dijo Kamatari también con preocupación mientras le daba la espalda un ratito a sus amigos para mirar hacia atrás; y a estos de pronto les salieron un par de enormes gotas en la cabeza.

- "Creo..." - comenzó a decir Matt con lentitud.- "... que ya se que es lo que está pasando."

- "¿En serio Matt-san?, ¿y qué es?" - preguntó Kamatari con curiosidad, ante lo cual Matt lo volteó de espaldas a él, y Kamatari pudo sentir claramente como le sacaban algo que tenía pegado en la espalda.

- "Toma." - le dijo simplemente Matt mientras le entregaba un cartel muy decorado que decía lo siguiente...

"Esta es propiedad de Steven Wildfire. Cualquier chico está prohibido acercarse a menos de 1 m. de distancia o se puede ir preparando para las consecuencias.

Para los de arquitectura, la distancia mínima es de 5 m."

*¡¡¡¡STEVEEEEEENNNNN!!!!*

25 minutos después...

- "Pero lo hice con mi mejor letra." - se quejó lastimero Steven, mientras hacía pucheritos en deformet y unas orejitas y colita de perrito se dejaban ver todas agachaditas como si lo hubiesen castigado.

- "¡Steven!" - se quejó Kamatari por quinta vez desde que llegase a la habitación... ¡Es que ese hombre no entendía!.

- "Snif... de acuerdo... snif... "

- "¿Es que en realidad no confías en mi?."

- "No es eso... snif... es en los demás en los que no confío... snif."

- "¿Y que se supone que van a hacerme?... ¿robarme?. Pues no te preocupes tanto que se defenderme solo, y muy bien."

- "Snif... snif."

- "Ya, ya... todo está bien. No te preocupes tanto que nunca nadie más me convencerá de estar a su lado.. porque solo quiero estar al tuyo."

- "¿En serio?.. snif."

- "En serio." - dijo Kamatari mientras plantaba un beso tierno en los labios de Steven, tras lo cual se cubrió con el abrazo del rubio y se quedó dormido... estaba muy cansado y necesitaba dormir si quería estudiar por la noche y madrugada para lo que le esperaba mañana.

Mientras tanto, Steven, quien se encontraba muy feliz con Kamatari entre sus brazos; celebraba internamente su casi triunfo, pues estaba seguro que ahora, de cierta forma, su Kamy tendría los ojos bien abiertos a los avances de ese... ese... ese... idiota, donjuán... ¡PERVERTIDO! (miren quien habla), y lo último que podría hacer sería llegar a siquiera acercarse un poco a su tesoro. Steven también se decidió a dormir un rato.

**********

Los días y exámenes pasaron, y para el jueves Kamatari no tenía ni idea de cómo era que se mantenía en pie. Era casi la hora del almuerzo, y Kamatari solo pensaba en encontrar un lindo agujerito donde meterse esa media hora y dormir... estaba taaaaannn cansado.

- "¿Seguro que no quieres que te lleve a la habitación?" - preguntó Steven por tercera vez a Kamatari, quien se negó una vez más. Si llegaba a la habitación ahora no saldría de nuevo; y tenía pendientes 2 exámenes más... tendría que buscar un sitio en la misma facultad, como todo el mundo. Y finalmente tanto él como Steven, Matt y Kate terminaron sentándose en una esquina del pasillo donde Kate y Kamatari se 'casi' durmieron sobre sus respectivas parejas.

Pero entonces una conocida voz despertó a los cuatro durmientes. Era el profesor Jhonson, quien los veía en realidad entre divertido y apenado.

- "Carter, Kamatari, Wildfire... ¿podría hablar con ustedes un momento?." - dijo el profesor señalando un salón.

- "Por supuesto." - señalaron Matt y Steven al mismo tiempo, mientras que por su parte Kamatari comenzaba a preocuparse... ¿para que querría verlos?

Una vez en el salón (obviamente Kate se quedó esperando afuera), el profesor les pidió a los muchachos que tomaran asiento en las primeras carpetas, colocando el mismo su silla frente a estos.

- "Bien chicos... es sobre el trabajo que me presentaron."

Kamatari comenzó a sudar mientras que los otros dos se llenaban con aún más incógnitas.

- "En realidad fue un trabajo muy bien hecho." - dijo de pronto el profesor con una sonrisa, haciendo que las dudas de todos, así como sus preocupaciones, desaparecieran, entonces continuó - "Y aunque ya es tarde para recomendarlos para éstas vacaciones, y además no puedo hacerlo por un solo trabajo; hablé con un buen amigo mío con quien de vez en cuando mando a los buenos estudiantes para que practiquen en su bufete... si continúan así durante todo el próximo año... ya tienen donde gastar sus próximas vacaciones."

Los tres chicos lo miraban como si estuvieran soñando... ¡¡¡Recomendados para ir a practicar a un bufete!!!... ¡¡¡UN BUFETE!!!... eso en realidad era un sueño... uno maravilloso.

- "Bueno muchachos, eso era todo... espero con ansias el verlos en el próximo curso que dicto; sigan igual, ¿de acuerdo?. Ah!, y Wildfire... buen trabajo... en realidad has mejorado mucho."

- "Gracias profesor." - dijo Steven emocionado... en verdad que ninguno, ni siquiera, él se esperaba algo como aquello.

Y al salir, los tres tenían unas caritas soñadoras que no se las quitaba nadie.

- "¡¿En serio?!" - preguntó Kate también emocionada, aún no podía creerlo.

- "Bien, más vale que sea en serio porque de lo contrario... ¡Cielos!" - Matt también estaba que no podía creerlo.

- "Bueno... eso nos servirá de aliciente para el examen de las 2 de la tarde." - dijo Steven ahogando un bostezo.

- "Pero tu tienes examen ahora a las 12, Steven... ¿o es que ya te olvidaste del sustitutorio de hoy?"

- "¡Es cierto!... hmmm, si... me había olvidado... es que ya van tantos. Bien, supongo que entonces voy yendo al salón... y está al otro lado de la facultad... snif."

- "Ya, ya; vamos entonces... te acompaño." - dijo en tono consolador Kamatari, pero Steven lo detuvo.

- "No... estoy bien así. Tienes que estudiar para el siguiente examen... quédate con Carter y Kate. Y ustedes cuiden bien a mi muchacho." - dijo Steven mientras daba la media vuelta y empezaba a dirigirse a su destino con el mismo paso de un sometido a fusilamiento, mientras de fondo se escuchaba ... la marcha fúnebre.

Steven caminaba por los pasillos a su destino, y siguió y siguió; hasta que de pronto, a menos de 10 metros de su aula, pudo divisar a ciertos tres individuos que tan bien conocía... al parecer su antiguo grupo lo estaba esperando. Sin saber muy bien por que, Steven sintió curiosidad por saber que estaban haciendo esos tres allí, pues ni de broma iban a dar un examen sustitutorio, ¿entonces?. Silenciosamente, el rubio se acercó al trío sin que estos se dieran cuenta, y casi le da un colapso nervioso al escuchar lo que esos tres cuchicheaban.

- "¿Qué hacemos ahora chicos?. Steven no llega por ningún lugar, ¿y si se enteró?"

- "Por favor Teddy... ¿cómo se iba a enterar Steven que Byron iba a intentar seducir hoy al extranjerito?... simplemente se demoró un poco para venir. Una vez que llegue, lo único que tenemos que hacer es esperar a que se meta a su salón, y luego del examen distraerlo lo suficiente... entonces verá que el extranjero es un fácil y volverá a ser el mismo de siempre."

- "Es cierto Teddy, Kurt tiene razón, ya deja de preocuparte tanto."

- "Bueno."

Ni falta hace decir que a Steven se le paró el corazón en seco. Byron, si; ese era el nombre del sujeto ese... y ahora ya sabía cuales eran los medios por los cuales se había interesado tanto en su pastelito de fresas... eeeeesssoooossssss. Ya se encargaría de darle una paliza a esos tres después, pero ahora...

Kamatari y la pareja de siempre estaban caminando tranquilamente, cuando de pronto alguien conocido se les apareció delante.

- "Hola." - saludo Kate con cortesía. - "¿Tú eres Miky, verdad?... ¿Nos recuerdas?, somos los amigos de Steven."

- "Si!, si los recuerdo. ¿Cómo está señorita?" - contestó un exhausto Michael... se veía realmente acabado el pobre niño.

- "Bien, gracias. ¿Qué tal tú?... ¿van bien tus cursos?"

- "Si." - respondió una vez más el cansado Michael. - "¿Y Steven?... Hace tiempo que no lo veo."

- "Está dando un examen sustitutorio ahora." - respondió de pronto Kamatari. - "Hola."

Michael se sintió de pronto muy torpe. No era secreto para nadie que Steven y él eran pareja. En realidad era lo más comentado en toda la facultad.

- "Ho- hola... señor. Bueno, tengo que irme... tengo que terminar un trabajo con unos amigos míos." - entonces se dirigió de pronto a Kamatari, la duda lo estaba matando - "Disculpe señor... ¿está usted molesto conmigo?."

Kamatari lo miró... era cierto que en un principio estuvo algo celoso, pero cada vez que Steven hablaba de pequeño Miky, lo hacía con mucho cariño y familiaridad... el mismo que Kamatari sabía que él mismo sentía por el pequeño Ryan... no, no había motivo para estar molesto o celoso.

- "No, yo no estoy molesto contigo por ningún motivo. ¿Por qué creíste eso?."

Michael sonrió.

- "Por nada, solo se me ocurrió. ¿Qué tonto, verdad?. Bueno, hasta luego."

- "Adiós." - respondieron los tres al unísono, y continuaron su camino.

Sin embargo, al doblar una de las esquinas; un sujeto alto, de cabello oscuro y ojos increíblemente negros se chocó con Kamatari haciéndolo soltar todo lo que llevaba en manos debido al impacto.

- "Lo siento." - se disculpó muy amablemente aquel alto, robusto y apuesto hombre - "Permítame ayudarlo." - insistió mientras se agachaba para ayudar a Kamatari a recoger sus cosas.

Mientras tanto, por uno de los pasillos, un extraño viento fuerte corría haciendo que todas las faldas y papeles se levantasen a su paso, mientras se oía una desesperada voz que repetía una y otra vez: "¡Corro, Corro!... ¡Ya llego, ya llego!".

- "Carl Byron. Lo siento en verdad, creo que andaba distraído." - se excusó el joven una vez más.

- "No hay problema señor Byron, todos estamos en la misma situación por estos días." - respondió Matt en forma algo tajante mientras lo observaba detenidamente. Había algo en aquel sujeto que no le gustaba, y esto se afianzó más al notar la cara de fastidio que puso éste al notar que Kamatari no se encontraba del todo solo... en realidad con Matt allí se encontraba bastante resguardado.

Entre tanto, 2 pasillos más cerca del grupo en cuestión, aquel salvaje viento continuaba su marcha, mientras que a su paso se escuchaba una agitada voz repitiendo: "¡Mi Kamy!... ¡Ya llego!... ¡Ya llego!."

- "Acepto su disculpa Byron-san, así que si nos permite, debemos continuar nuestro camino. Y gracias por la ayuda." - Kamatari se disculpó y junto a Matt y Kate empezó la retirada, cuando el señor Byron los detuvo una vez más.

- "Disculpen si los molesto un poco más, pero en realidad no pertenezco a esta facultad... busco a alguien, ¿podrían ayudarme si no es mucha molestia?, creo que estoy perdido." - señaló al tiempo que sonreía de una manera encantadora. - "Por favor, uhmm, ¿señor...?"

Y a tan solo una escalera y un pasillo de distancia, un Steven en superdeformet corría con lo que le quedaba de fuerzas a una velocidad cada vez mayor, mientras seguía repitiendo una y otra vez que si ese idiota de Byron le tocaba a su Kamy siquiera un pelito... Un par de peligrosas llamitas comenzaron a brillar en sus ojos color cielo.

- "Kamatari." - dijo el oriental con un tono de voz extraño... como que tanto tiempo con su rubio le había despertado algo más que las ganas de quedar agotado todas las noches... había reconocido muy bien el juego, y él NO quería jugarlo. - "Pero si me disculpa señor Byron..."

- "Carl... por favor."

- "SEÑOR Byron... en realidad en este momento..." - pero Kamatari no pudo terminar su frase, pues en ese instante un rubio en superdeformet saltó entre ambos y arrinconó a Byron contra la pared de tal manera que podría romperle el cuello con tan solo la fracción de un movimiento.

- "Vaya, vaya... pero a quien tenemos aquí. Ya decía yo que el lugar estaba comenzando a apestar."

Byron observó a Steven y se asustó; jamás creyó ver una mirada como aquella, era casi... asesina. Mientras tanto, por su lado, tanto Kamatari como Matt y Kate estaban sin habla; allí estaban Steven y ese sujeto, con Steven sujetándolo por el cuello... y ambos de paso en superdeformet y encima Steven tenía unas amenazadoras orejitas y colita de lobo para completar su apariencia fiera... al igual que el superdeformet del espíritu familiar del clan Kaneda que inesperadamente había aparecido detrás de Steven y también tenía llamitas en los ojos y una apariencia muuuy, muuuy enojada... bueno, acababan de meterse con lo más sagrado para Steven en el mundo, el chico estaba en realidad furioso.

 


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