I PARTE
Peleas familiares, alejándose de la familia.
Siempre fue extraño para la familia Weasley tener a un miembro en Slytherin. Arlette Jade Lupin Weasley era la única mujer en la familia que termino en Slytherin. En un principio toda la familia puso un grito en el cielo.
Todos los Weasley iban a Gryffindor y había muy pocos casos de Ravenclaw, la única excepción a la regla fue Albus Severus Potter pero siendo hijo de Harry nadie dijo nada. Por parte de los Lupin ambos casos eran Gryffindor. La única diferencia, claramente obvia, era que Arlette tenía sangre Black, pese a que Nymphadora fuera a Hufflepuff.
Arlette para sus 11 años era una chica lista, bastante se debería decir. Tendría que haber ido a Ravenclaw o a Gryffindor como sus padres pero su corazón estaba en Hufflepuff, pertenecía a los tejones y hubiera ido con ellos, si las cosas meses antes de entrar no se pusieran complicadas en casa.
Ella odiaba a su Madre, no quería a Victoire, la detestaba. En sus palabras, era una mujer falsa. Su Padre, “Teddy” -estúpido sobrenombre- no era mejor, lo pasaba pero tampoco lo amaba. Odiaba su sangre, no le gustaba ser Weasley -nada que ver por los pelirrojos- es solo que no se sentía perteneciente a esa familia y detestaba tener la sangre de su abuela, Tonks.
Era el bicho raro, la fenómeno, extraña, anormal, la que no encajaba en ninguna parte.
Siempre hubo tensiones entre su Madre y ella pero ya cuando se les informo de su casa, la distancia jamás volvería a acortarse. Victoire no la consideraba su hija y Arlette no se hacía ningún drama o trauma por eso.
Su Padre intentaba hacer todo más llevadero pero seamos honestos ¿Podrías pese a que ninguna pusiera de su parte?
Desde entonces era lo mismo. Victoire la humillaba por ser Slytherin y culpaba a su abuela materna por eso. Claro que nunca frente a Andromeda por “respeto” y que le quedaba poco tiempo como para armar una escena estando ella en frente.
—Arlette está castigada— informo Teddy a Vic.
—¿Qué fue ahora?— pregunto la mujer pendiente de cualquier otra cosa.
—Estaba vagando en la sección prohibida con Joshua— le explico.
—…típico…— mascullo con odio.
Joshua Potter podía ser muy nieto del -aun- Gran Harry Potter pero eso no le quitaba que fuese Slytherin. Obviamente hijo de su Padre, Albus.
—No me gusta esto Victoire…— ni se preocupo en saber si ella le escuchaba —Joshua solo está en segundo y Arlette en quinto—
Albus no perdió el tiempo y apenas término Hogwarts se casó y formó una familia. Por eso las edades no presentaban una gran diferencia.
Victoire trato de embarazarse desde los 21 pero no resultaba, ahora se quejaba ¿Para qué tener a ESA…?
—Pues ya me escuchara cuando regrese…—
Si, tuvo que escuchar a su Madre, le grito y cacheteo al poner los ojos en blanco. Una clara falta de respeto. Lo veela le aparecía siempre que estaba enojada. Arlette no se preocupo, logro copiar el libro y ahora tenía tiempo de sobra para leerlo tranquilamente. Y no tenía nada que ver que ella interceptara la carta y la eliminara, siendo mayor problema eso, termino finalmente con una suspensión por dos semanas.
Victoire gritaba, le tomo de la ropa y el pelo, arrastrándola y tironeándola llegó a la habitación de Arlette. Victoire pateo la puerta y empujo a su hija adentro, le quito la varita y encanto la puerta.
La joven no se hizo problema, no necesitaba la varita para hacer magia. Pocos recordaban que la varita era un conductor que facilitaba -“abría” los canales mágicos del núcleo- el hacer magia pero no PRODUCIA.
Agrando el libro y empezó a leer, para la noche aprendió varias cosas y quedo pensativa de un hechizo en particular. El tiempo siempre le pareció interesante.
Quizás podría ser una espectadora de algunas épocas. Debería investigar más.
Continuara...