La clase pasó rápidamente, quizá a causa de que ni Gabriel ni David prestaban atención a lo que ocurría sino que estaban conversando sobre su lectura y nada más importaba. Cuando terminó y comenzaron a salir Gabriel se quejaba de lo aburrida que había sido y las muchas ganas que tenía de pasar fuera de un salón el resto del día.
-Pero ya estás aquí, no tiene caso que andes vagando por la escuela si de todos modos ya entraste a una de tus clases-intentaba persuadirlo David pues realmente tenía muchas ganas de seguir conversando y si no entraba al resto de clases no podría hacerlo-Deja de quejarte tanto y por una vez actúa como cualquier estudiante.
-No tengo ganas, ya me aburrí lo suficiente como para seguir con esto. Simplemente no es lo mío fingir interés por materias que no me atraen.
-No seas así, nadie más que tú puede entender de que hablo y tengo muchas ganas de seguir con el libro, ha sido demasiado bueno como para no querer pasar el resto de mi vida hablando de él, deberías ser buen amigo y quedarte.
-En ese caso quien debe ser buen amigo eres tú, yo he sacrificado todo mi tiempo libre entrando a clases así que tienes dos opciones: dejar de actuar como un niño y esperar para hablar del tema otro día o ir conmigo a vagar por ahí y seguir. La decisión es tuya.
David no sabía que decir, había pasado mucho tiempo desde la última vez que faltó a una clase aún estando en la escuela, y no le traía muy buenos recuerdos pues en esa ocasión lo descubrieron y el castigo fue mayor de lo que esperaba, y dudaba de hacerlo en ese momento. Sentía la mirada del más alto clavada en él y al no soportar más la presión terminó accediendo a su petición.
Evitando que alguien los viera fueron rápidamente hacia las canchas y buscaron el lugar más alejado y solitario para pasar el tiempo de la clase.
-No pensé que lograría convencerte, creí que cuando estuvieras a punto de hacerlo aparecería Emilio y te arrastraría con él a la clase.
-Emilio no elige lo que hago o no, puedo hacerlo sólo… Además, faltar una vez y cuando acaba de pasar la temporada de exámenes no cuenta-le respondió con toda seguridad para demostrarle que se equivocaba.
-Y Valentina pensando que serías buena influencia para mí, que triste cuando vea la realidad-lo miró fijamente con una pequeña sonrisa.
-Te digo que estoy aquí porque quiero, no hay manera de que me obliguen a hacer cosas que no me interesan. Quizá te parezca raro pero en este momento no quiero estar con alguien más aparte de ti-miró a su acompañante quien parecía no entender de que hablaba-Todos saben lo que pasó con Fernanda ayer y me incomoda como reaccionan. Emilio como de costumbre sólo se burla de mí, Valentina me pregunta como me siento y dice que si necesito hablar con alguien ella está disponible, Brenda y Angélica como siempre se inventan historias sin sentido, Araceli no es una opción pues se la pasa junto a Angélica y no me llevo tan bien con ella, otros me ven y empiezan a murmurar y los que sobran me ven como si estuviera a punto de morir… Contigo me siento bien, me tratas igual que siempre y…
-Ok, ya entendí-lo interrumpió-Entiendo que no te sientas cómodo con la forma en que todos reaccionaron y por eso te trato como siempre. Sólo no te pongas sentimental, nunca se que hacer en esos momentos ¿De acuerdo?
-¿Cómo puedes decir tantas tonterías con esa cara tan seria?-el más bajo rio a carcajadas-No soy sentimental, puede parecerlo pero simplemente me gusta ser sincero. Tampoco soy bueno en esos temas, no creo que llegue el día en que me veas actuando de manera sentimental.
Gabriel simplemente negó con la cabeza y le dio palmadas en la espalda intentando no reír pues desde su punto de vista era una de las personas más sentimentales que ha conocido.
La hora terminó y David decidió que era momento de regresar, ambos caminaron hacia el salón pero esta vez su amigo se quedaría afuera, aún no tenía ganas de entrar y no habría poder humano que lo convenciera y él tampoco lo intentaría. Simplemente se despidieron y siguió con su camino.
Todo estaba tranquilo, incluso tenía un poco de tiempo para leer mientras esperaba y no lo desaprovecharía. Sacó su libro de la mochila y se concentró en la lectura hasta que un par de voces bastante conocidas lo obligaron a despegar su mirada del texto.
-No esperábamos encontrarte aquí-una vez más el par de chicas que lo seguían con tanta insistencia apareció-Pensamos que te habías reformado y ahora si entras a todas tus clases-ambas rieron ligeramente y se acercaron a besarlo en la mejilla para saludarlo-Además empezaste a pasar mucho tiempo con tu amigo y hubiera sido incómodo venir mientras están juntos y… ¿Por qué no estás con él?
-¿Es cierto que no vino por lo que pasó ayer con Fernanda?-le preguntó la otra chica provocando que se sorprendiera-Yo no estuve cuando pasó pero vi a Fernanda, estábamos en el mismo grupo el curso anterior y quise preguntarle como estaba pero no se veía bien y pasó de largo junto a mí… Cuando ya me iba me encontré a una de las amigas de su novio y me contó lo que pasó.
-Yo también me enteré así, a ella no la conozco pero una amiga mía conoce a su novio y estaba con él cuando llegó a decirle lo que pasó, me contó todo y la verdad no creo que esté bien después de eso… Pobre ¿No? Esforzarse tanto en su confesión y que te rechacen frente a un montón de desconocidos...-las dos comenzaron a hablar sobre el tema y el más alto no tenía intenciones de seguirlas escuchando.
-No se que es lo que les contaron y tampoco tengo intenciones de saberlo pero no me parece correcto que hablen sin tener idea de lo que ocurrió. David está perfectamente bien y sinceramente ni ustedes ni nadie tienen derecho a hablar de como se siente-ambas lo miraron sorprendidas-La próxima vez que quieran esparcir chismes sobre mis amigos mejor no vengan-se levantó de donde estaba y sin decir más caminó en sentido contrario a las chicas.
Estaba realmente molesto, era desagradable saber que muchas de las personas que conoce estaban bastante informadas de la situación entre su amigo y la chica y más que nada que parecieran estar interesados en el tema pero sólo por curiosidad, no porque les preocupara alguno de los involucrados.
Desde su punto de vista no valía la pena averiguar que había sucedido el día anterior y lo realmente importante era apoyar a los protagonistas si es que lo necesitaban.
Ya más tranquilo, y cerca del termino de la clase, regresó al salón a esperar a su amigo. Al llegar lo encontró fuera y preguntando que había hecho a lo que le respondió que tuvo algo que hacer para evitar entrar en detalles sobre su encuentro con las chicas.
El día terminó sin más y cada uno regresó a casa, David había estado tan distraído con la conversación de Gabriel que había olvidado por completo el tema que lo tenía tan incómodo, la compañía de su amigo le hacía bien en todo momento y lo sabía, por eso recurría a buscarlo cada que sentía que no podía sólo con algo.
Pensar en eso siempre le sacaba una sonrisa pues a pesar de su personalidad y la facilidad que posee para hacer nuevos amigos son pocos con quienes se siente de esa manera y a veces le costaba creer que con tan poco tiempo de conocerlo se sintiera así.
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Un par de días pasaron antes de que la relación entre David y Fernanda regresara a la normalidad, él hizo todo lo posible por demostrar que a pesar de lo que había ocurrido la apreciaba mucho como para dejar que algo tan sencillo los separara, Las cosas habían mejorado tan rápido que para la siguiente semana llegaron juntos uno de los días que entraban tarde.
-¿Así que ya todo está bien?-fue lo primero que preguntó el más alto en cuanto su amigo se acercó a él mostrando indiferencia en sus palabras como de costumbre.
-Pues sí, al principio pensé que sería más difícil pero hablé con ella y le expliqué como me sentía y que no quería que las cosas siguieran así entre los dos. Reaccionó mejor de lo que esperaba y me dijo que se sentía igual, que no quería que nuestra amistad se perdiera y… No se, me hizo muy feliz con eso y más porque ella fue quien me dijo que hoy viniéramos juntos.
En ese momento no supo que más responder, simplemente le sonrió con sinceridad. Sabía por la sonrisa de su amigo que ese cambio en su situación era lo mejor que le había pasado y también él estaba feliz por ello pero no dejaba de percibir una sensación extraña que no sabía como definir. Simplemente lo dejó pasar, no tenía mucho sentido darle vueltas al asunto y prefería no pensar en ello ni dejar que le afectara.
El día siguió sin más complicaciones: varias clases juntos y una que otra separados por la flojera de Gabriel, muestras de afecto por parte del más bajo que no pasaron desapercibidas por sus amigas quienes de inmediato sacaron conclusiones que los divertían, un par de trabajos en equipo para los que se reunieron y su acostumbrado conversación sobre la lectura.
Todo marchaba bien hasta su última clase: el más alto esperaba fuera cuando un grupo de chicas de su “club de fans” se acercó a él atrayendo toda su atención.
-No piensan dejarlo ni un momento sólo ¿Verdad?-preguntó Valentina quien salía con sus amigas y David-Ellas en particular no me desagradan pero me molesta un poco que sean tan insistentes, no está interesado en nadie y siempre lo siguen esperando que cambie de opinión.
-Supongo que no van a dejarlo fácilmente y de cierta manera las entiendo-las chicas que lo acompañaban centraron su mirada en él con sorpresa-Seamos sinceros, Gabriel es un chico genial en muchos sentidos y es sumamente diferente respecto a los demás, es normal que tantas chicas se interesen en él-continuó intentando explicarse y reflejando tanto su sentir como el de su amiga por quien se acercó al chico.
-Pues todas podrán estar tras él pero eso no va a pasar y mucho menos si siguen tanto tiempo juntos-esta vez las miradas se posaron sobre ella-¡No me malinterpreten! Seguro están pensando que esto tiene que ver con mis aficiones pero se equivocan, sólo quiero decir que todas son tan cobardes y patéticas que sólo abordan a Gabriel cuando no hay nadie cerca. Tú muy bien, David, sigue cerca y habrá menos chicas.
Se sintió extraño ante el comentario, no sabía como interpretarlo pero de alguna manera le alegraba que su compañía sirviera como repelente para esas chicas; si bien no las conocía últimamente le resultaba incómodo verlas cerca de su amigo, porque no le parecían sinceras o al menos a eso lo atribuye, aunque tampoco se sentía bien llegando a acaparar su atención mientras estaba con otras personas.
Decidió no interferir y se sentó en una banca desde la que podía verlo, pero sin causar molestias, esperando el momento en que las chicas se disiparan y pudiera acercarse. El tiempo empezó a transcurrir y la situación no cambiaba hasta que el otro chico se percató de su presencia y después de despedirse de las chicas fue hacia él.
-No vi en que momento salieron-se detuvo frente a él mirándolo fijo-¿Llevas mucho tiempo esperando?-tomó asiento a su lado-Llegaron de pronto y me rodearon, ni siquiera estaba consciente de la hora y mucho menos me percaté de que la clase terminó.
-No te preocupes, estaba poniéndome de acuerdo con mi equipo para un trabajo que acaba de dejar así que no hay problema-le dedicó una sonrisa sincera-A ellas nunca las había visto ¿Desde cuándo te conocen?-se levantó para comenzar a caminar hacia la salida.
-Es la primera vez que se me acercan, por lo que dijeron llevan tiempo queriendo hablar conmigo pero hay alguien que siempre está conmigo y no quieren incomodar-enfatizó la palabra para dar a entender que esa persona es él.
-No es mi intención hacer que las chicas no se te acerquen. Supongo que debes haber perdido muchas oportunidades por mi culpa.
-¡Para nada!-rio sonoramente ante el comentario de su amigo-No estoy ni un poco interesado en alguna de ellas y sinceramente prefiero pasar tiempo contigo, me siento más cómodo hablando sobre libros, cosas de la escuela y escuchando todo lo que tienes por decir de tus series que escuchando sus fallidos intentos por agradarme y en el peor de los casos conquistarme. Me gusta tu compañía o estar leyendo a solas más que sus conversaciones, es agradable encontrar a alguien que te entienda entre tanta gente ¿Sabes?-siguió caminando sin dar mucha importancia a sus palabras.
David no dio respuesta, se sentía curiosamente feliz por lo que acababa de escuchar. Sentía como si le hubieran dado la mejor de las noticias y una amplia sonrisa llena de satisfacción era lo único que podía verse en su rostro.
Gabriel tampoco dijo nada más, no acostumbraba ser tan directo en sus comentarios e incluso él estaba un poco sorprendido por lo que acababa de decir pero no pudo evitarlo, era así como se sentía y no había razones para ocultarlo.
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El trimestre casi llegaba a la mitad y con ello también el curso, las cosas en realidad no habían cambiado mucho respecto al inicio del ciclo salvo el comportamiento de cierto chico que se había vuelto más sociable (al menos en lo que a compañeros de clase se refiere) y más constante en su asistencia a clases además de su creciente apego a una persona en particular lo cual también provocó cambios en ella aunque ninguno estuviera consciente.
Un tranquilo día después de clases David regresaba a casa cuando se encontró a su amiga Fernanda a mitad del camino.
-¡David!-la chica sacudía la mano mientras caminaba hacia él-No creí encontrarte aquí, como te quedaste un rato con Gabriel en la escuela pensé que tardarías más.
-Sólo hablábamos sobre un libro como de costumbre, apostamos por ver quien terminaría primero así que no nos quedamos mucho tiempo-le respondió un poco sorprendido al encontrarla ahí y sin acompañante-¿Por qué no regresaste con Isaac? Hoy sale a la misma hora que nosotros ¿No?
-Tuvo que quedarse por no-se-que-cosa, se disculpó por no poder regresar conmigo pero no hay problema, durante el primer año regresé sola casi todo el curso-fue su respuesta sin dar más detalles.
Él no quiso insistir, sabía que si no dijo más debía haber un motivo y que lo mejor era no indagar así que continuaron en silencio durante unos minutos hasta que el celular del chico sonó y al revisarlo una sonrisa brotó en sus labios.
-¿Con quién hablas?-le preguntó su amiga mientras lo veía escribir-¿Con Gabriel?-él asintió con expresión de sorpresa-Siempre que hablas con él estás riendo.
-¡Es su culpa!-respondió con una pequeña risa-Parece muy serio y por lo general lo es pero puede decir tantas tonterías… El otro día que entramos a biología se puso a imitar al profe… ¡Debiste verlo! Y si hubieras estado con nosotros cuando la de literatura se trabó cuando estábamos revisando el romanticismo-no pudo evitarlo más y rio sonoramente mientras le relataba lo sucedido.
Pasó el resto del camino hablando sobre muchos momentos que él y el más alto habían compartido y que lo divirtieron enormemente sin dejar de reír un solo instante hasta que la risa de la más baja lo interrumpió.
-En verdad lo siento pero si tan sólo pudieras verte estarías igual que yo…-siguió riendo ante la mirada confundida del chico-No has hecho más que hablar de Gabriel, si no fuera porque se lo que sientes seguro estaría como Brenda y Angélica…
David también rio, no lo había hecho de manera consciente pero era cierto que sólo había hablado de su amigo y sin poderlo evitar, pasa tanto tiempo a su lado que casi la mitad de cosas que hace las comparte con él y disfruta mucho esos momentos.
Además ¿Cómo culpar a las chicas a su alrededor de inventar historias cuando no hacía más que alentar su imaginación con la cercanía que mantenía con el otro chico y los abrazos que cada vez se hacían más constantes entre ellos? Era sólo un poco de diversión para él y las chicas ¿Qué podía ocurrir?
No le dio más vueltas al asunto y pasó el resto del día como acostumbraba: leyendo tanto como podía y compartiendo su avance con su amigo, ahora más que siempre desde la apuesta que habían hecho.
Al día siguiente cuando llegó a la escuela caminaba tranquilamente hacia su salón cuando recibió un mensaje de Gabriel diciendo que llegaría tarde pues no se sentía de humor para entrar a una clase tan aburrida como esa y prefería seguir durmiendo mientras la hora pasaba.
Tan concentrado estaba respondiendo al mensaje que no notó cuando su amiga Andrea caminaba hacia él con los brazos extendidos dispuesta a abrazarlo.
-¿Cómo estás? Ya que nunca coincidimos tuve que despertar antes y llegar más temprano para poder pasar una hora contigo… Y sí, también para hablar más con Gabriel… Por cierto ¿Dónde está?
-Lamento decepcionarte pero no piensa llegar hasta dentro de una hora y ¿En qué estabas pensando? Llegaste como jugador de futbol americano cuyo equipo va perdiendo… Estuviste a punto de tirarme.
-¿¡De qué estás hablando!? Deberías poner más atención a tu entorno mientras caminas que a ese aparato-le recriminó intentando hacerlo sentir culpable de lo que acontecido-Mira, aunque sea tu adoración y no tengas ni ojos ni cabeza para alguien más tienes que asegurarte de estar completo para poder disfrutar su compañía…-el chico la miró sin entender a que se refería.
-No tengo idea de que hablas, se directa de una vez y deja de confundirme.
-Podrás engañar a quien quieras pero a mí no, te conozco lo suficiente para darme cuenta de ese tipo de cosas. No es el momento, pero sabes que se armó un escándalo por lo de Fernanda, hasta a mi grupo que no se entera de otra cosa más que tareas y trabajos lo saben, y aun así decidiste seguir como si nada y darte la oportunidad de volverte a enamorar ¡Y ni intentes contradecirme porque esa sonrisa mientras revisas el celular no oculta mucho!
-Estás llegando a conclusiones extrañas, me estaba riendo porque Gabriel me dice muchas tonterías cada que hablamos y no necesito que me recuerdes que media escuela sabe lo que pasó, además, era obvio que no por algo así iba a deprimirme y actuar como si estuviera negado al amor. No te inventes cosas, además de Fernanda no alguien quien me interese en este momento.
-Ya dije que a mí no me engañas, cuando recién me hablaste de ella tenías esa misma cara de felicidad y esa sonrisa que no sabes como ocultar. Te apuesto lo que quieras a que tus últimas llamadas son con la chica misteriosa, y que tienes miles de mensajes suyos y tú última conversación en Facebook es con ella. Seguro más de una persona te ha dicho que te la pasas hablando sobre ella o que son la pareja perfecta.
El chico se quedó callado al escuchar eso, si bien es cierto que hay una persona que cubre cada una de las condiciones que su amiga había dicho no se trataba de una chica y estaba más que seguro que no estaba enamorado.
-Tu silencio me lo dijo todo-sonrió triunfal-Es triste que no quieras contarme sobre tu nuevo amor pero bueno, no puedo hacer mucho… Te dejo tranquilo entonces para que sigas hablando con tu amada, y esta vez, por favor, apúrate a decírselo antes de que alguien se adelante-lo besó en la mejilla y se alejó de ahí.
Aunque lo negara lo que su amiga dijo no salía de su cabeza. La única persona que cubría a la perfección el perfil que le había dado era Gabriel y no creía en la posibilidad de estar enamorado de él pues si bien se habían hecho muy cercanos y le tenía un gran aprecio no encontraba razones suficientes para pasar de una buena amistad al enamoramiento en tan poco tiempo.
Pasó todo el día intentando ocultar lo concentrado que estaba en ese pensamiento pues no quería preocupar a nadie y mucho menos con algo tan absurdo, o al menos así lo veía él, como estar confundido por las insinuaciones de una chica. Sin embargo, hubo alguien para quien no pasó desapercibido.
-¿Y ahora qué tienes?-le preguntó el más alto a la hora de la salida-Y no me veas con tu expresión de “No entiendo de que hablas” porque sabes perfectamente a que me refiero. Estás distraído desde que te vi y finges que todo marcha bien. Habla de una vez antes que pierda interés.
-Andrea vino a verme y resulta que hasta los antisociales de sus compañeros se enteraron de lo que pasó con Fer. Pensé que el tema ya había pasado de moda y por ridículo que te parezca eso me desanimó.
-¿Sólo eso?-volvió a cuestionar sin terminar de creerlo.
-Por eso no quería decírtelo, sabía que no me creerías o te burlarías de mí.
-No soy tan cruel, y si dices que nada más ocurre está bien. Al final de cuentas me vas a tener aquí para escucharte cuando necesites hablar-colocó suavemente su mano sobre la cabeza del más bajo y sacudió su cabello de forma cariñosa-Dedícate a leer mientras tanto ¿De acuerdo?-le sonrió.
Con esto sus pensamientos sólo lograron confundirse más, no sabía si era a causa de lo que Andrea había dicho o si había más razones para aquel sentimiento que no lo dejaba tranquilo así que pasó el resto del día aclarando sus emociones, analizando su actitud durante las últimas semanas y todo se resumía en una sola palabra: Gabriel.
Por más que pensara y pensara todo regresaba a esa persona ¡Estaba que no lo creía! La respuesta a muchas de sus interrogantes cotidianas era tan evidente que parecía casi absurdo no haberlo notado antes: Gabriel le gusta.
Tenía mucho por agradecerle a Andrea ya que de no ser por ella probablemente habría pasado mucho más tiempo con esa atracción sin siquiera darse cuenta y, por extraño que pareciera, seguiría el consejo que le había dado esa misma mañana.
El nuevo día de clases había acabado y durante su transcurso se había mostrado claramente ansioso, al menos para Gabriel a quien simplemente no podía ocultarle nada, y es que ¿Cómo no estarlo? Si se había decidido a contarle a su amigo sobre ese nuevo sentimiento que experimentaba hacia él.
El más alto esperó a que sus compañeros de clase se fueran y junto con su amigo buscaron un lugar apartado para evitar incidentes como el que semanas atrás había vivido.
-¿Ahora sí vas a decirme que es lo que te tiene así? Ni siquiera cuando le ibas a pedir a Fernanda que saliera contigo te veías tan nervioso. Hasta parece que te va a dar un paro cardiaco o…
-¡Me gustas!-soltó sin esperar más para por fin poder acabar con esa ansiedad-Quieres saber que me tiene ansioso y distraído y ahí lo tienes, acabo de descubrir que me gustas.
Un denso silencio se formó entre ellos, David se sentía liberado al decirlo por fin pero ahora temía la respuesta a esa confesión y ver a su amigo con los ojos abiertos a más no poder y la boca entreabierta sin ser capaz de expresar palabras no le ayudaban en nada. El tiempo seguía y lo único que esperaba era escuchar algo ¡Lo que fuera! Para, de una vez por todas, tranquilizar su mente.