Los días siguieron pasando y una mañana en que su primera clase era después de las ocho David llegó al salón y se encontró con que, además de él y algunos de sus compañeros dispersos por el pasillo, sólo se encontraba Gabriel, sentado en una pequeña banca cerca del salón.
No estaba seguro de lo que debía hacer: una parte de él decía que lo mejor era buscar un lugar en el cual esperar que alguno de sus amigos llegara y otra le insistía en acercarse al más alto para conversar con él y conocerlo cada vez más. Totalmente decidido caminó hasta él y se sentó a su lado.
Un denso silencio fue lo único que ocurrió entre ellos, Gabriel no tenía intenciones de hablar con nadie, pues estaba sumamente concentrado en su lectura y David no sabía cual comentario era el adecuado hacer.
-Gracias por lo de hace unos días-le dijo finalmente intentando atraer su atención-Por lo general no soy tan malo en matemáticas pero de verdad estaba confundido con eso-continuó volteando hacia él esperando su respuesta-He notado que eres bueno en ética y literatura pero me sorprendió bastante que también lo fueras para mate… ¡No lo tomes a mal!-se apresuró a decir al notar que eso no era un halago y seguramente molestaría al más alto-A lo que me refiero, como casi no acostumbras participar durante la clase no me di cuenta de que se te daban bien, no sé si me explico-continuó en un tono más bajo pues no sabía si eran las palabras adecuadas para decir lo que quería.
-No participo mucho porque generalmente en cuanto descubren que se me dan las matemáticas corren a mí para que les pase la tarea o las respuestas del examen y es bastante molesto… Con literatura y ética no me causa problema porque la mayoría las toma a la ligera y no me piden apoyo, a eso se debe-le respondió apartando su mirada durante unos segundos de su libro-Y no fue la gran cosa, en realidad los ejercicios no eran tan difíciles y no tenía algo mejor que hacer.
-Pero estabas con tus amigas-se apresuró a decir-Al principio creí que te molestaríamos si íbamos a preguntar pero Vale insistió tanto que terminé aceptando y…-guardó silencio al darse cuenta de que su comentario sólo dejaba al descubierto las intenciones de su amiga.
-Así que todo fue idea suya-liberó una pequeña risa-Sé que ellas no le agradan pero ¿Llegar a tanto sólo por eso?-cerró el libro y volteó hacia su acompañante-De todas son quienes menos me agradan ¿Sabes? De cierto modo me alegró que llegaran e impidieran que siguiera escuchando sus tonterías pero ¿No te sientes un poco utilizado?
-En realidad no-respondió sinceramente evitando la mirada de Gabriel-Sé que suena extraño pero en realidad fue bueno para mí, cuando te conocí me diste un poco de miedo para ser sincero pero algo hay en ti que llama la atención…
-¡Hola!-de la nada apareció Valentina frente a ellos y besó a cada uno en la mejilla-Me alegra que se lleven bien-les dijo con una sonrisa-Ya era hora de que cambiaras y empezaras a hacer amigos.
-No eres mi madre como para preocuparte por eso y sólo hablábamos de los ejercicios de matemáticas de la otra vez-se apresuró a decir-Además, si tanto te interesa que tenga amigos no deberías interferir cuando alguien se me acerca ¿No crees?-volteó hacia el otro chico buscando su aprobación aunque sólo obtuvo como respuesta que él agachara la mirada.
-No seas así-le respondió con fingida molestia-Sé que no soy tu madre ni intento serlo pero no me agrada verte con ellas, son tan… ¡Arg! No me hagas decirlo, en cambio David es un chico super lindo y así-le sonrió-Deberías conseguirte más amigos como él.
-Claro, como tú digas-le respondió con indiferencia-Me decías algo antes de que ella llegara ¿Qué era?-preguntó dirigiendo su vista nuevamente hacia el más bajo-Algo sobre que te daba miedo pero…-hizo una seña con la mano invitándolo a proseguir.
-No era importante en realidad-se apresuró a decir pues le incomodaba un poco hablar de eso en presencia de alguien más-Cosas que de repente se me ocurren y digo sin pensar… ¿Por qué no me hablas de lo que te gusta leer? Siempre traes un libro en las manos y quisiera saber que tipo de lecturas te gustan; a mí, por ejemplo, me encanta la poesía y el suspenso, también he leído algunas novelas policiacas y de ciencia ficción ¡Adoro a Verne! ¿Quién diría que gran parte de sus historias se han realizado tantos años después?-tan concentrado estaba que no notó que la chica se había alejado para saludar a sus amigas que recién llegaban-Mi favorito es “Viaje al centro de la Tierra” ¿Lo has leído? Me enamoré de sus historias a partir de eso…
-Me recuerdas a mí…-le respondió mirándolo con atención-En cuanto leí ese libro comencé a interesarme más en sus obras y algunas las he leído más de dos veces, no acostumbro leer un libro más de una vez porque siento que si lo hago me pierdo de muchos más pero tratándose de Verne no pude evitarlo-volteó hacia él y le dedico una pequeña sonrisa-Leo de todo un poco, últimamente me he interesado más por la filosofía pero definitivamente mientras sea algo interesante no me preocupa mucho el género.
-Ya veo… ¿Qué estabas leyendo? ¿Algo sobre filosofía u otra cosa?-se acercó más a él intentando ver el título del libro que aún sostenía cuando Emilio lo llamó haciendo que notara al profesor que recién llegaba y entraba al salón dudando por alguno segundos sobre lo que debía hacer pues estaba consciente de que Gabriel probablemente no entraría a la clase y en verdad quería seguir hablando con él.
-¿No piensas entrar?-le pregunto levantándose de su asiento-Al parecer ya sólo faltamos nosotros…-caminó lentamente hacia la puerta-Claro, si prefieres quedarte aquí no tengo razones para detenerte concluyó entrando al aula.
Sorprendido por la repentina decisión de su acompañante permaneció estático durante algunos segundos sin saber que hacer hasta que logró superar la sorpresa y entró tras él antes de que el profesor cerrara la puerta dejándolo fuera. En cuanto estuvo dentro buscó con la mirada un lugar vacío, pues la mayoría habían sido ocupados para ese momento, descubriendo que quien entró antes que él reservó un lugar para que lo ocupara, dejando su libro sobre la mesa como muestra de ello y retirándolo una vez que estuvo seguro de que lo había notado; ocupó el lugar en silencio y una vez que ambos pasaron asistencia continuaron con su conversación.
Terminada la clase ambos salieron del salón y el más alto se despidió, argumentando que por un día había sido suficiente tiempo dentro de un salón de clases y que lo mejor era regresar a su costumbre de vagar por el patio.
-¿Oficialmente son amigos?-le preguntó Emilio acercándose a él, obteniendo una mirada confusa como respuesta-No me vengas con que no entiendes, volteé a verlos varias veces y cada que lo hice seguían hablando de no-sé-que, por eso pensé que ahora ya son amigos.
-No sé si puedo considerarme su amigo o no para ser sincero-le respondió sin darle mucha importancia al asunto-Sólo estuvimos hablando de libros que hemos leído y los que tenemos en común los comentamos y compartimos reacciones al leerlo y ese tipo de cosas, fue más como sesión de discusión que otra cosa…
-¡Hola!-apareció Fernanda y se situó frente a ellos-Perdón por no saludarlos antes pero se me hizo super tarde en la mañana y con las prisas ya sólo entré y agarré el primer lugar que vi ¿También se te hizo tarde o porqué estabas sentado hasta atrás?-preguntó dirigiendo su vista hacia David sin dejar de caminar. Tanto él como su amigo estaban a punto de dar una respuesta cuando ella cambio abruptamente de tema-¡Bren…!-gritó estando a unos pasos de ella.
-Ah… Hola…-respondió casi susurrando Brenda: una chica delgada, de la misma estatura que Fernanda, su forma de vestir es fuera de lo común pues generalmente utiliza ropa de encaje en colores oscuros principalmente faldas y casi siempre botas con un tacón pequeño, además de ser callada y exteriorizar lo menos posible sus sentimientos, además de todo es una fujoshi declarada y su mayor fascinación es armar parejas con sus compañeros y acosar a otras más que llegue a encontrarse.
-Siempre te ves tan bonita-siguió la más baja acercándose a ella para abrazarla, provocando que sus ojos se abrieran con sorpresa y perdiera un poco el equilibrio por lo efusivo y repentino de la acción-¿Verdad que siempre se ve bonita?-preguntó volteando hacia sus amigos.
-Fer, no deberías ser tan efusiva… Sólo faltaba un poco para que la tiraras-David se acercó a ellas y las separó un tanto celoso de la atención que recibía Brenda-Deberías ser más cuidadosa. Fernanda estaba a punto de reprocharle cuando Valentina apareció frente a ellos.
-¿Y Gabriel?-preguntó notoriamente sorprendida al no verlo ahí-Hace nada él y tú estaban juntos y pensé que entraría a esta clase después de todo…
-Me dijo que ya había estado el suficiente tiempo en un salón y que no tenía ganas de entrar a otro, que iría a vagar por ahí y que tal vez regresaría en unas tres horas y podría considerar entrar a la clase entonces-le respondió un tanto incómodo pues sentía que el hecho de haber hablado un poco con “el chico misterioso” lo estaba volviendo el centro de atención.
-¿Quién es Gabriel?-se oyó la suave voz de Brenda-Disculpen, pero soy un desastre con los nombres y termino olvidando algunos pero de verdad no es mi intención…-prosiguió un tanto avergonzada por lo que acababa de decir.
-¿Has notado al chico que entra a menos de la mitad de las clases y siempre trae un libro en la mano, además de que no habla con nadie del grupo además de Vale?-ella reflexionó durante unos segundos y después asintió ligeramente-Pues justo él.
-Me cae bien…-continuó ante la mirada sorprendida de los demás-Bueno, no lo conozco lo suficiente y en realidad nunca he hablado con él-se apresuró a decir debido a que sintió que había hablado de más-A lo que me refiero es que parece agradable y me gustaría poder hablar con él en algún momento, también soy un desastre con las palabras, disculpen-y nuevamente la más baja se abalanzó sobre ella.
La última clase de ese día llegó y mientras esperaban al profesor David y Emilio tomaron asiento en la pequeña banca frente al salón para conversar un poco antes de tener que concentrarse en procesos biológicos, enzimas, órganos, células y demás.
-Esto en serio me va a volver loco: Valentina cada vez está más convencida de que Gabriel se volvió mi mejor amigo y Andrea no para de preguntar cuando se lo voy a presentar… Me sacan de quicio, ya no las soporto…
-Dramatizas demasiado, Andrea sólo se te acercó a preguntar como van las cosas y aprovechó para saber que tanto has avanzado con él, Valentina simplemente es una obsesiva y quiere que Gabriel tenga amigos, ya deja de preocuparte por eso-le respondió su amigo intentando restarle importancia.
-Claro, te mueres de celos porque siempre anda tras él y a ti ni te tiene en cuenta, y dices que dramatizo…-argumentó para molestarlo pues estaba consciente de la atracción de su amigo hacia la chica.
-Hablas de celosos como si no te hubiera molestado ver a Fernanda abrazando a Brenda ¿O vas a decirme que sabes que no le interesa de esa forma? Como sea que lo mires fue obvio que no te agrado ni tantito que se acercara a ella…
-¡No estoy para tus tonterías! Suficientes problemas tengo ya como para hacer caso a lo que tengas por decir-concluyó indignado y mirando hacia otro lado.
Mientras tanto, en otra parte de la escuela, Gabriel se encontraba sentado intentando continuar con su lectura; sin embargo, cada que recordaba cierta parte de su conversación con el chico que unos días atrás se había acercado a él no podía concentrarse: “[…]cuando te conocí me diste un poco de miedo para ser sincero pero algo hay en ti que llama la atención…”
-¿Le di miedo? ¿Cómo se supone que tome eso?-se preguntó intrigado apartando la mirada de su libro-Nunca hice nada con intención de asustar a alguien así que no le encuentro lógica a su comentario… ¿Llamo la atención? ¿Eso es un halago o un insulto? Nunca he buscado resaltar entre los demás a propósito porque no me gusta ser el centro de atención… Además ¿Qué era lo que quería decir después de eso? No terminó porque Valentina llegó y cuando quise preguntarle dijo que no tenía importancia y cambió de tema. Sí que tengo suerte para toparme con gente extraña-rio para sus adentros con ese pensamiento.
Y regresando con David la clase había concluido y se encontraban caminando hacia la salida de la escuela.
-¡Fernanda!-le gritó al darse cuenta de que tomaba una dirección distinta a la salida-¿Vas a quedarte?-la miró intrigada-Si quieres te espero…
-No te preocupes, quedé de verme con Isaac en cuanto saliera pero primero quiere ir a ver unas cosas entonces voy a tardar pero si quieres mañana nos regresamos juntos ¿Vale?-le dio un beso en la mejilla y uno más a Emilio como despedida y continuó su camino.
-Si quieres ir a embriagarte puedo hacerte compañía por un rato-le dijo su amigo para molestarlo-No sólo tienes que competir con Brenda, ahora también tienes que competir con un tipo al que ni siquiera conoces…
-Eres tan gracioso…-le respondió con sarcasmo-Es amigo suyo desde el año pasado y lo conozco y hasta he hablado con él por si no lo sabías; y no estoy celoso, se conocen desde hace mucho y por lo que sé se llevan muy bien, es normal que de vez en cuando los amigos quieran verse.
-Como tú digas, sólo no empieces a llorar mientras vamos caminando porque me va a dar pena ajena ¿De acuerdo?-terminó mientras seguía su camino a la salida.
-No es importante-se decía para convencerse-Si él fuera en serio con Fernanda ya se le habría declarado desde hace mucho, siempre queda una oportunidad…
Y regresando a Gabriel, quien ya se encontraba en su casa, para ser más precisos buscando en su librero entre la montaña de libros que ya había formado buscando el que necesitaba…
-Debería estar por aquí-dijo colocando una mano en su nuca intentando recordar que había pasado con él-No tiene mucho que lo conseguí y debería estar guardado por aquí ya que es uno de mis favoritos…-volvió a registrar el librero sin obtener resultados-Bueno, de todos modos encontré el que dijo que no ha leído-tomó el libro y lo guardo en su mochila para después recostarse sobre su cama-Es bastante interesante a decir verdad, poesía, ciencia ficción, terror y suspenso… Parece ser que las cosas pueden tornarse entretenidas después de todo-cruzó los brazos debajo de su nuca y se preparó para tomar una pequeña siesta.