Las clases de ese día aún no iniciaban y cierto chico ya estaba deseoso de regresar a casa y no tener que pasar un segundo más ahí, simplemente no estaba de muy buen humor y de no haber sido porque su madre casi lo saca a rastras de su habitación probablemente seguiría encerrado en ella durmiendo.
Sin embargo, ya estaba en la escuela y nada había que pudiera hacer para evitarlo y lo mejor que podía hacer era fingir que todo estaba bien y dejar que el día siguiera su curso. Se sentó en un lugar apartado del salón donde tendría su primera clase, pues no tenía intenciones de entrar y quería evitar ser descubierto, y se dedicó a observar a las personas que pasaban por ahí: algunas a toda velocidad para llegar a tiempo, otras más caminando con tranquilidad debido a que aún no tenían clases y las despreocupadas que a pesar de ir tarde se toman las cosas con calma.
Tan concentrado estaba admirando al paisaje que no notó cuando Gabriel, quien recién llegaba, tomó asiento a su lado esperando que él hablara primero; pasaron aproximadamente cuatro minutos y David seguía sin siquiera dirigir su vista hacia él porque lo que casi sintió la necesidad de hacer algún comentario o broma para llamar su atención pero su forma de ser y lo poco que conocía al más bajo se lo impedía. Después de un par de minutos más este último regresó a la realidad y se sorprendió al encontrarse con su acompañante.
-¿En qué momento llegaste? Ni siquiera te vi acercarte…
-No tiene ni un minuto-le respondió para no tener que explicar el motivo de que no hiciera nada para atraer su atención-Te vi sentado aquí y como traigo el libro del que estábamos hablando ayer creí que sería bueno dártelo en este momento porque no creo verte a la hora de la salida o en alguna clase-abrió su mochila y sacó el pequeño libro que había guardado el día anterior-Sólo asegúrate de que no se maltrate y de devolverlo cuando termines ¿De acuerdo?-le extendió la mano en que lo traía y se lo dio.
-Sí, gracias… Supongo que lo empezaré camino a casa-lo tomó sin ver al más alto y sin prestarle atención al libro lo guardó para después regresar a su actitud anterior.
Este comportamiento llamó la atención de Gabriel ya que, a pesar de no conocerlo bien y no querer interferir en su vida, creía que algo le ocurría pues no parecía el mismo de siempre. Estuvo a punto de preguntar la razón de su actitud tan indiferente pero no se sintió con el derecho de indagar así que se limitó a permanecer en silencio.
-Pensé que estarías más animado cuando te lo diera, cuando dije que podía prestártelo te veías bastante animado y ni siquiera lo abriste-se atrevió a decir al cabo de casi diez minutos pues el silencio lo estaba incomodando.
-Y en verdad estoy muy feliz, lo busqué en mucho lugares y en algunos me dijeron que tiene mucho tiempo que no hacen tratos con esa editorial y en otros ni siquiera han oído hablar de ella-le respondió sinceramente pero sin dirigirle la mirada-También agradezco que pudieras prestármelo porque tengo muchas ganas de leerlo.
-Y entonces ¿Por qué no pareces ni ligeramente interesado?
-Desde ayer hay algo que me molesta y por eso estoy un poco decaído, eso es todo.
-¿Tan grave es que ni siquiera entraste a clase?-le preguntó tan repentinamente que ni siquiera supo como reaccionar.
-En realidad preferiría no hablar del tema, no es muy agradable y mucho menos en este momento…
El más alto aún tenía curiosidad pero no quería insistir más para evitar aumentar la tensión que se había formado entre ellos, además, no lo culpaba de mantener sus razones como un secreto para él, después de todo, no son más que compañeros de clases que han empezado a tratarse con mayor frecuencia desde unos cuantos días atrás y no hay razón para tratar temas personales así sin más.
El silencio se hacía más incómodo a cada segundo que pasaba y el mal humor de David simplemente no lo dejaba seguir fingiendo que nada pasaba y sin pensarlo ni un segundo más le contó a su acompañante la razón por la cual estaba desanimado.
-Quizá no te interese y lo entiendo porque en realidad carece por completo de sentido e incluso me siento tonto diciéndolo pero supongo que decírselo a alguien me hará sentir mejor-Gabriel lo miró sin entender a que se refería-Hay alguien que me gusta mucho desde que la conocí cuando comenzó el curso y cuanto más la trato más me convenzo de que quiero ir en serio con ella pero al parecer ni siquiera se ha dado cuenta de lo que siento y no me atrevo a decírselo porque no quiero que eso interfiera en nuestra amistad…-giró ligeramente la cabeza para mirar la reacción de su acompañante.
-¿Ese es el problema?
-No sólo eso, por lo regular ella y yo regresamos juntos, vivimos relativamente cerca y tenemos muchas cosas en común y realmente disfruto mucho poder compartir ese momento juntos pero ayer tenía planes con alguien más y cada uno se fue por su lado. Conozco al chico con quien se fue, es amigo suyo desde el curso anterior y también vive cerca. No sé si también está interesado en ella de esa manera y me molesta un poco. Sé que no tengo razones para ponerme celoso porque sólo soy su amigo y no puedo actuar como si me estuviera engañando ni nada parecido pero desde ayer esto me tiene muy mal.
-Voy a ser sincero contigo, no lo tomes a mal ¿Sí? Simplemente no entiendo porqué eso te tiene tan mal, entiendo que ella te guste y que te moleste que reciba atención de otros chicos pero si estás consciente de no tener razones para mostrarte celoso es ilógica tu reacción-lo miró seriamente y pudo notar lo confundido que estaba-Esto puedo molestarte pero realmente no aceptas como te sientes. A lo que le temes es a que alguien tenga el valor de expresarle sus sentimientos y te deje sin oportunidades de llegar a algo más, no estás celoso por ese chico ni molesto porque ella no note tus sentimientos, te sientes frustrado por no ser capaz de decirle lo que sientes. Si quieres un consejo: sé sincero con tus sentimientos ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué te rechace?-el más bajo saltó ligeramente con el simple pensamiento de que eso pudiera pasar-Si eso ocurre cuando menos sabrás que no tienes oportunidades y desde mi punto de vista eso es mejor que vivir con la incertidumbre.
-Ya te dije que me preocupa que eso afecte nuestra amistad, no quiero que se sienta forzada a aceptarme para no lastimarme ni que le resulte incómodo pasar tiempo conmigo tras haberme rechazado-le respondió con una expresión sumamente seria-Por eso me molesta tanto que haya alguien con más posibilidades que yo.
-¿Y por qué estás tan seguro de que tiene más oportunidades?-le preguntó de manera retadora-Ella nunca te ha dicho que tiene interés especial por él ¿O me equivoco? Que tenga más tiempo conociéndola no implica que ellos estén enamorados, pueden ser sólo ideas tuyas para seguir huyendo de tus sentimientos. Sin ofender pero estás diciendo muchas tonterías, cuando te conocí pensé que eras diferente a los demás del grupo que siguen viviendo en su mundo de fantasías y que eras mucho más realista pero al parecer me precipité. Si de verdad sigues creyendo que lo mejor es ocultar lo que sientes y esperar a que llegue un hada madrina o un ser místico que haga que ella se enamore de ti y puedan ser felices lo mejor será que no me lo cuentes. Podemos seguir hablando de libros y si tienes dudas sobre ética, literatura o matemáticas no dudes en acercarte a mí pero no esperes que apruebe tu inmadurez y no haga nada por traerte a la realidad cuando actúes de esa manera-y sin decir nada más se levantó y comenzó a caminar para alejarse lo más posible del lugar.
David se levantó tras él intentando detenerlo pero en ese momento pasó justo frente al salón en que tenía clases y sus compañeros comenzaron a salir, evitando así que siguiera al más alto.
-¡Hola!-lo saludó Fernanda con un beso en la mejilla y tras ella apareció Emilio quien simplemente sacudió la mano-¿Acabas de llegar? ¿Por qué se te hizo tarde? ¿Te acabas de despertar o qué pasó?-comenzó a preguntarle sin dar tiempo para que respondiera debido a que estaba preocupada porque nunca llegaba tarde, sin embargo, su amigo estuvo a punto de hacer un comentario para molestarlo por lo que tuvo que dar una rápida respuesta.
-Ayer estuve despierto hasta tarde jugando y hoy por la mañana no tenía ganas de levantarme, para cuando me di cuenta ya casi eran las siete y no tenía caso que intentara correr así que simplemente me tomé mi tiempo para llegar hasta la segunda hora.
-¡Eres un vicioso!-le reprochó con molestia-Yo pensé que te sentías mal o que habías tenido un problema y resulta que simplemente tenías flojera por haber estado despierto toda la noche jugando, no vuelvo a preocuparme por ti-concluyó alejándose de él.
-¡Felicidades!-su amigo le dio un suave golpe en la espalda-¿Quién diría que tan temprano podrías hacerla enojar…? Estaba preocupada por ti y le dices eso…
-No es la única a quien decepcioné tan temprano-le respondió con ligera tristeza provocándole confusión y mientras comenzaba a caminar hacia su siguiente clase-Lo que dije no es cierto, no se me hizo tarde por no despertarme a tiempo; la verdad es que ni siquiera quería venir y si no fuera porque mi mamá casi voltea el colchón para levantarme seguro seguiría en mi casa… No tenía ganas de entrar a clases, eso es todo.
-¡Y Valentina creyendo que serías buena influencia para Gabriel! Si tan sólo supiera que en realidad él te está llevando por el mal camino-dramatizó la última frase para irritar más a su amigo.
-Hablo en serio, lo de ayer me afectó más de lo que creí ¡Ni siquiera me puse a jugar Resident aprovechando que no había tarea para hoy! Quería tiempo a solas para pensar y no podía quedarme en casa y entrar a clase no me dejaría pensar, por eso me quedé afuera.
-Bueno ya, eso explica porqué no entraste pero ¿A quién más decepcionaste? Dijiste “No sólo a ella”
-Me encontré a Gabriel, nos pusimos a platicar y le conté lo que pasó-Emilio lo miró con sorpresa pues no creía que eso fuera cierto-Fue una pésima idea y lo sé pero me sentía muy mal y creí que con decírselo a alguien me sentiría mejor; creo que bastará con que te diga que resultó peor porque prácticamente me regañó, no estoy molesto porque entiendo a lo que quería llegar y me hizo pensar y darme cuenta de varias cosas pero no dejo de pensar que fue extraño.
-¡Ahora hasta tu terapeuta resultó ser! Eres un completo desastre, de verdad…-le dio un pequeño empujón para que entrara en el salón.
Y mientras David seguía con su debate sentimental Gabriel se encontraba en la biblioteca, otro de los lugares que frecuenta pero que la mayoría no lo sabe pues generalmente va ahí para aclarar sus ideas y por obvias razones no lo comenta, intentando aclara cierto asunto que no lo dejaba tranquilo.
-Tal vez fui un poco duro con él-se repetía mentalmente-En realidad no lo conozco tan bien como para saber si lo que dije es cierto o no pero se veía tan mal que pensé que necesitaba un buen golpe de realidad y que alguien lo hiciera pensar en vez de hacerlo sentir mejor fingiendo que entiende por lo que está pasando…-continuó pensando mientras se estiraba en la silla en que estaba sentado intentando liberar un poco de tensión-¡Que lata eso de los consejos!-dijo en voz baja para llamar la atención-¿Por qué siempre termino involucrado con personas tan complejas? Entre las que andan tras de mí, la que me quiere conseguir amigos y el que viene a pedirme consejo y termino hiriendo sus sentimientos me van a volver loco-se levantó de su asiento y salió del lugar-¿Debería disculparme?-se preguntó mientras caminaba-No creo que lo que dije sea suficiente para que se ponga peor pero no puedo evitar sentirme mal por ello…
Con ese pensamiento rondando su mente deambuló por las canchas, sólo para no perder la costumbre, intentando despejarse un poco de todo lo que en tan poco tiempo había ocurrido. Sin embargo, su tranquilidad no duró mucho pues el par de chicas que últimamente pasaban día y noche tras él, ya que incluso su número de celular habían conseguido y se dedicaban a buscar pretextos para mandarle mensajes, aparecieron en su camino y sin más remedio tuvo que detenerse a charlar con ellas.
No tenía idea del tiempo que había pasado ya, sólo estaba seguro de que había sido suficiente y estaba comenzando a desesperarse por la compañía de ese par además de estar completamente absorto en sus propios pensamientos como para escuchar las tonterías que ellas decían.
-¿Te sientes bien?-por fin se animó a preguntar una de las chicas cansada de los monosílabos con que el más alto respondía-Pareces distante…
-Lo lamento, pensaba en un trabajo que tengo pendiente para hoy y que no he hecho-respondió intentando no ser descortés y a la vez alejarlas-Acabo de recordarlo, es para la siguiente hora y no creo tenerlo listo para entonces…
-¿Quieres que te ayudemos?-ofreció la otra chica esperando así pasar más tiempo a su lado y a la vez cautivarlo con su interés por él.
-No quiero incomodarlas con esto, ha sido mi culpa y debo asumir mi responsabilidad y las consecuencias de mi descuido. Si me disculpan, iré a trabajar en ello; la próxima vez no será así y conversaré con ustedes el tiempo que deseen-fingió una sonrisa y caminó rápidamente hacia la salida de la escuela intentando demostrar que iría al café-internet que estaba cerca para realizar su tarea sin darles tiempo de replicar nada-¡Grandioso!-dijo una vez que estuvo lejos-Seguro ahora vendrán a buscarme cuando termine la hora para preguntar como ha ido el trabajo y pasaran la tarde pegadas al celular preguntando como compensaré lo de hoy-suspiró pesadamente con ese simple pensamiento. Miró el reloj de pulsera colocado en su muñeca y verificó la hora-Aún queda una clase antes de matemáticas y no creo que lo mejor sea quedarme en los pasillos o podría encontrarlas y se darían cuenta de que mentí…-suspiró profundamente con evidente frustración-Bilogía es la que sigue y son dos horas, en ese tiempo me libraré de ellas y quizá podría ir y buscarlo para disculparme, seguro así estaré despejado y podré pensar con claridad-continuó decidido y caminó a paso tranquilo hasta el salón en que tendría clase.
Al llegar ahí se sentó tranquilamente a esperar los minutos que quedaban antes de que comenzara la clase y grande fue su sorpresa cuando en menos de lo que esperaba varios de sus compañeros de clase aparecieron por el pasillo y entre ellos pudo identificar al responsable de su falta de concentración.
David caminaba tranquilamente mientras conversaba con su amigo; después de haberse disculpado con Fernanda y desahogar la culpa que sentía por haber sido tan infantil frente a Gabriel, se sentía mucho más relajado y decidió que en cuanto pudiera hablaría con el más alto. Tan concentrado estaba que apenas notó el momento en que el chico en quien tanto estaba pensando sacudía la mano frente a él a manera de saludo.
-No actúes como niña y ve con él-le incitó su amigo en voz baja a un par de metros de distancia-Ya habías decidido que hablarías en cuanto lo vieras, no salgas con tonterías por favor…
Sin dudarlo más se acercó hasta él y se sentó a su lado, ambos en silencio y sin saber que decir porque, aunque sabían perfectamente lo que tenía por decir el uno al otro no se sentían lo suficientemente cómodos como para hablar.
-No creí que fueras a entrar a esta…-dijo el más bajo intentando encontrar una manera de conversar sin ir directo al punto que le interesaba.
-En realidad iba a entrar sólo a matemáticas porque hoy no es más que una hora pero cambié de planes-le respondió con indiferencia-Casi termino el libro que estoy leyendo y prefiero dejar lo que falta para el regreso a mi casa y me aburrió un poco estar vagando.
-Si no fuera porque lo estás diciendo tú probablemente no lo creería-sonrió ampliamente y fijó su vista en él-Estoy ansioso de salir para empezar a leer, sólo hojeé rápidamente el libro pero cuando lo hice sentí la emoción de empezar… De verdad estaba muy mal en la mañana como para ignorarlo por completo.
-Ya que lo mencionas, quiero disculparme por lo que pasó en ese momento, no tenía derecho a decir algo así y…
-Tenías razón-interrumpió provocando que el más alto guardara silencio-Estaba siendo infantil con la situación y necesitaba que alguien me lo hiciera notar-el otro quería argumentar algo pero se lo impidió-No tienes nada de que disculparte, en serio te agradezco lo que hiciste porque me siento mejor.
Gabriel no supo que responder, nunca había sido bueno al expresarse de forma oral y temía volver a hacer un comentario innecesario por lo que se quedó en silencio observando la expresión de tranquilidad de su acompañante.
-¿Te parece si entramos?-le preguntó después de unos minutos pues el profesor acababa de llegar-Resulta divertida su clase, además ya estás aquí así que aprovechemos el tiempo…-se levantó y volteó a mirarlo esperando que lo siguiera.
-Sólo espero que de verdad valga la pena o sufrirás las consecuencias por arrastrarme a ella-le respondió a manera de broma mientras entraban juntos al salón.