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Dark Horse por LaMueRtHeSitHa

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Notas del capitulo:

“Sólo tú puedes ser el dolor en mi corazón,

Mi enemigo.

Sólo tú puedes ver el vacio que siento

Cuando estoy contigo.

Con todo l que dices estoy en mis rodillas”

 

https://www.youtube.com/watch?v=LXU5SYU_xnQ    Only you - Ellie Goulding

Dark Horse

 

“Sólo tú puedes ponerme de rodillas”

 

 

Por LaMueRtHeSitHa

 

 

No llevaba mucho que el sol se había ocultado. En el aire se respiraba el bullicio de la gente ansiosa por el año nuevo. Y aunque faltaran unas horas para la celebración, a ellos les gustaba empezar temprano. Muchos iban con tarros de cerveza o copas con vino, el piso ya estaba hecho un lodazal por los derrames que había habido y los que empezaban a bailar sin orden alguno.

 

—¡Que dicen que no tendremos agua! ¡Pero eso no importa! ¡Porque hoy tenemos hasta bañarnos en alcohol! —vociferó un hombre al lado de un gran barril casi de su misma altura. Al alzar su tarro, varios lo hicieron con él.

 

Suigetsu volteó a su espalda, vigilando que Sasuke no le observara. Pero este no le ponía atención en lo más mínimo. Él prefería ver al final de la calle, esperando que entre la algarabía apareciera Naruto. Y aunque eso pasara, sabía que era imposible que le regalara una sonrisa, pero se conformaba con verle.

Durante la discusión de la noche pasada, no había logrado más que abrir nuevas heridas. Sasuke no sólo había vuelto a negarse al amor de Naruto, sino que además le había dicho que, en definitiva, no sentía amor hacia él, y que no esperara más.

No había sido con mala intención, ni siquiera lo había pensado bien, pero con el nerviosismo de la situación, no supo cómo reaccionar. Dando como resultado el caos. Naruto sabía que mentía, pero quería saber por qué.

Después de eso no habían conseguido tregua. Casi todo era motivo de fricciones entre ellos. Aunque ambos se sentían heridos por igual. Y es que discutir no iba a solucionar nada. Por lo que de a poco se dejaron de hablar, por deseo de no lastimar al otro.

Para ese día no habían cruzado más palabras de las necesarias. Entre ellos había un distanciamiento que se estaba convirtiendo en abismo. Naruto estaba enojado, y Sasuke arrepentido.

Había sido un imprudente al besarle así, en tratarle de tal manera de que el rubio se enamorara. Y pronto todo lo que él era, era un error.

Suigetsu aprovechando su distracción, vertió la poción en el tarro de Sasuke, para después llenarlo de cerveza y revolverlo. Con toda la calma del mundo fue hasta el azabache, quien le aceptó el trago sin sospechar nada. Mientras él otro sólo esperaba que hiciera efecto la pócima pronto. De lo único que se quejó el azabache fue de un sabor amargo, semejante al alholva*. Pero lo justificó el otro con que estaba un poco quemada.

Pasó mucho tiempo para que Sasuke pudiera acabarse el tarro, pero nada. El peliblanco pensó en que tal vez era de efecto retardado. Y para cuando iba a la mitad del segundo tarro no había ni pizca de que hubiera hecho efecto la pócima, es más, el azabache ni entonado estaba. Temió que la pócima no surtiera efecto en él por la cantidad de Érebo que consumía, que triplicaba el consumo “normal”. Y es que eso, de alguna forma, lo hiciera.

Cuando terminaron de tocar las doce campanadas, muchos aplaudieron con gran alegría, los enamorados se besaron entre sonrisas, y Suigetsu y Sasuke brindaron en medio de la multitud.

Al bajar su tarro, el azabache se aturdió. Sintió como la cabeza le dió vueltas. Por un momento perdió el equilibrio y tuvo que agarrarse de una mesa para no irse de lado.

Sasuke en su mente no pudo creer que eso le hubiera pegado tan rápido. Luego sintió que su vista se nubló de a ratos y que todo iba en cámara lenta. Sintió como si flotara, para luego sentir como si tuviera el cuerpo hormigueado. Fue entonces cuando sospechó.

Suigetsu al ver su estado, le zarandeó por el hombro para asegurarse de que había surtido efecto la poción, y no porque estaba sólo alcoholizado. Cuando le llamó por su nombre, y este no le contestó, sintió un gran alivio. Resultaba que sí, era de efecto retardado.

El azabache podía sentirse tan alejado de la realidad por su vista y a la vez tan cercano escuchando de manera amplificada en su cabeza. Por más que trató de mover sus labios para contestarle al peliblanco, no pudo, como si estuvieran dormidos. Quería decirle que algo iba mal con él

Suigetsu vio los ojos oscuros, que tenían mirada perdida. Sabiendo que ya había surtido por completo la poción, le dio una orden: “Sígueme”.

La poción hacía que la persona que la bebiera pudiera obedecer las órdenes que le dieran. Kabuto sabía que era más fácil eso que derrotándolo. Además de  que era la manera más segura de no dañar el futuro recipiente de Orochimaru.

A partir de ese momento el azabache dejó de sentir hasta el aire, siendo sólo espectador de lo que hacía. Vio como se medio enderezó y avanzó a Suigetsu con torpeza. Fue cuando supo con exactitud lo que pasaba y le maldijo por su traición. Pensó en los posibles motivos que movieran al ojivioleta, pero no podía haber, alguien le debió haber ordenado. Pero ¿Quién?

Caminaron entre la multitud gozosa. El azabache luchaba en su mente por detenerse, mas todo era en vano. Su cuerpo sólo se tambaleaba siguiendo al otro

Por eso el peliblanco había esperado a darle la poción en la fiesta, para que nadie sospechara de su comportamiento. Kabuto le había advertido del nivel de inhabilidad que tendría. Si alguien sabía que estaba bajo los efectos de esa pócima, estarían en problemas y el punto era pasar desapercibidos.

Pero había un gran defecto en la poción, que Kabuto había pasado por alto de contarle. Y era que Sasuke no iba a obedecerle sólo a él, si no a cualquiera que diera la más mínima orden. La poción no podía controlar a la perfección como un títere, no como los hechizos.

Entonces pasaron junto a un gran barril, en el que se juntaba la gente como las abejas a la miel.

 

—¡Vengan todos por su cerveza! —gritó animosamente un hombre.

 

Y eso era una orden. Giró sobre sus pies y fue en dirección al barril, mientras que él otro seguía su andar sin darse cuenta de lo sucedido.

 

—¡Hasta el fondo! —volvió a exclamar cuando vio que todos tenían su bebida.

 

Sasuke sólo se apenó de sí mismo, viendo la rapidez con que se acababa la cerveza. Sin una orden que cumplir, se quedó de pie y dejó caer el tarro. Se relajó un poco, pero no tardo mucho en escuchar otra orden.

 

—¡Embudo! ¡Embudo! ¡Embudo! —gritaban unos chicos a lo lejos.

 

Iban con un cono unido a una larga manguera que ofrecían al que tuvieran enfrente, a la vez que mostraban botellas de vino, de cerveza, y una jarra metálica que tenía un preparado de coñac con limón y harta azúcar. Cuando los divisó a lo lejos, tuvo un terrible presentimiento.

 

—¿Quieres? ¿Quieres? ¡Tenemos vino y champagne!—gritaban. Pero él tuvo mala suerte. —¡Toma del embudo! —le dijeron. Eso, hasta cierto punto, seguía siendo una orden.

 

Y vio como sus manos ponían la manguera en boca. Sasuke se dio un golpe en su cara con su palma en su mente por lo que estaba a punto de hacer.

Le comenzaron a dar vino, y al ver que eso era muy leve para él, lo mezclaron con todo lo que llevaban. El vino, el coñac, la cerveza y el champagne. Toda una bomba. Y a cada trago, le vitoreaban.

Los vecinos que le conocían se sorprendieron de verlo de esa forma, pues para ellos era serio y callado. Cuando tomó el último trago, de ese preparado del infierno, terminó de rodillas tosiendo por casi atragantarse. A ese paso terminaría vomitando antes de que pudiera recuperar el control de su cuerpo.

Todos se quedaron viéndole, y sólo uno de los chicos se agachó a preguntarle si todo estaba bien, los demás mantuvieron una distancia prudente. El azabache no le respondió y solo se levantó. Cuando todos vieron que había sobrevivido a su “proeza” le aclamaron como si de un héroe se tratara. Sasuke se quedó estupefacto ante la reacción de ellos. “¡Claro! ¡No importa que me haya cocido mi hígado!” pensó furioso.

Luego de haber estado cerca de un coma etílico, le llevaron casi cargando a bailar. No pasó mucho para que una chica lo tomara de la muñeca y le dijera “Baila conmigo”. Automáticamente sus movimientos se volvieron menos pesados, pero con la misma torpeza que le causaba la poción.

Bailaban con sincronización, pero con rapidez, e iban cambiando pareja a cada vuelta. Los hombres tomaban la mano de la chica y las hacían girar con velocidad para darle vuelo a sus vestidos mostrando sus holanes. Para finalizar en hileras al más puro estilo del can can.

A Sasuke se le hizo el baile eterno. Hasta que sintió que alguien le pisó. Un momento ¿Sintió dolor? ¡Sí, sintió dolor! Intentó de a poco mover sus articulaciones, que apenas le respondían. Logrando salirse del baile entre vueltas.

Suigetsu divisó su cabellera oscura y se acercó con dificultad empujado a las personas. Pero antes de que pudiera tocarle el hombro, alguien más jaló a Sasuke. Y es que alguien necesitaba a un jugador más.

Durante la partida Sasuke no pudo negarse a jugar, pero gracias a eso pudo confirmar una duda que le carcomía los sesos.

Alguien de manera amistosa le había dicho que ganara. Lo cual hizo, haciendo trampa. Sintió como una energía salí desde el fondo de su estomago, que viajó por su corazón y terminó en la punta de sus dedos. Para así mover los dados a su gusto.

Él sabía que eso no era magia, pues el Sooye y el Érebo eran magia. Al sentirse ambas igual, generalizó todas las demás magias en la misma. Para él eso era una extraña energía.

Antes de que pudiera recibir su premio, se escabulló debajo de la mesa para ir tras bambalinas. Levantarse y no caerse, le costó. Temía que ese desequilibrio se debiera a la poción y que fuera a cometer más estupideces. Aunque también había ingerido tanto alcohol que sentía que la cabeza le iba a salir volando.

Caminó lejos de ahí antes que le obligaran a aceptar su premio, que lo más seguro era que hubiera sido una burla. Obligó a sus pies con dificultad a andar, ayudándose con esa energía nueva que apenas sabía ocupar.

No sabía en qué parte estaba. Buscó referencias, pero todas se despintaban cada vez que las enfocaba. La energía no supo ocuparla para ver mejor. Solo veía pedazos de ventanas, luces y caras distorsionadas.

Entre los gritos, música y charlas logró encontrar la distintiva risa del rubio. En una maniobra casi imposible llegó hasta él, con la esperanza de que le ayudara, y siendo él único en quien en verdad confiaba. Aunque Naruto tampoco estaba en muy buenas condiciones para ayudarlo ni con muchos ánimos como para verlo.

Sasuke apenas poniéndose en pie, le dio vergüenza a Naruto y, en el fondo, sólo un poco sorprendido de que el azabache pudiera llegar hasta ese punto de alcoholismo. Pero al ver la mirada suplicante del mayor, todo se disipo, volviéndose genuina preocupación.

 

—¿Qué pasa, Sasuke? —Le preguntó afligido, mientras le ayudaba a mantenerse en pie. Pero no era una orden. Sasuke intentó mover sus labios, pero estos no reaccionaban. —Dime algo. —ordenó, ahora sí.

—Llévame a casa y no me sueltes… —“por ningún motivo” pensó Sasuke no pudiendo mover de nuevo sus labios.

 

Naruto lo ayudó dándole su hombro de apoyo, sosteniéndole por el torso con su brazo derecho y sosteniendo lo que quedaba de su botella. Pronto los relámpagos comenzaron su escándalo, anunciando una fuerte lluvia. Muchos buscaron refugio para continuar la celebración, otros huyeron hasta tener la lluvia encima.

El agua estaba helada, haciendo el ambiente húmedo y que sacaran vaho en el camino a casa. A cada gota la paciencia del rubio disminuía. Todavía que tuvo que aguantar todos los cambios de planes del azabache, y recientemente sus cambios de humor, ahora debía soportar los excesos del mayor.

La poción fue perdiendo efecto, pudiendo caminar solo a unos cuantos metros de casa. Sasuke buscó en sus bolsillos las llaves, pero, para encresparlo más, estas se habían perdido entre todo el movimiento de la noche.

Naruto le fastidió el hecho de que Sasuke las hubiera perdido por estar tan borracho, pero en sí esto no le afectaba en nada. Revisó que nadie los estuviera viendo y tomó su llave, que estaba debajo de una maseta vacía. Pues él, a veces, era tan olvidadizo que las dejaba dentro.

El azabache sintió la rabia del otro en cada movimiento. En la fuerza con la que abría la puerta, al poner la botella en el piso y en cada una de las velas que encendió. Y prefirió mantenerse al margen.

Cuando hubo terminado el ojiazul, a la fuerza tomó el brazo de Sasuke, para obligarle a sentarse a que se tomara tanta agua pudiera para que al día siguiente se pudiera levantar y evitar la resaca.

Esto fastidió al mayor, cómo le molestaba cuando Naruto se ponía en modo mandón.

Con violencia se hizo hacia atrás, y cuando el otro intentó de nuevo agarrarle, le golpeo la mano con su brazo. Naruto no quiso que se saliera con la suya y por puro cólera le tomó del cuello de su camisa, con tanta dureza que la tela, aun mojada, sonó en un tirón. Y el otro, por desafiarle, hizo lo mismo.

Ambos se miraron con fuego de guerra, sus respiraciones casi se podían escuchar en toda la habitación por la tensión entre ellos. Y entonces ambos supieron que la compañía del otro le hacía mal. Naruto por no poder soportar su propio enojo por el comportamiento de Sasuke y sentir a la vez como le amaba con todo su ser. Y Sasuke que, aun a pesar de sus defectos, sangre, TODO; no podía desenamorarse del rubio.

Naruto, no pudiendo aguantar más, lo soltó. Sasuke hizo lo mismo, para que un segundo después el otro le empujara. Tal fue su fuerza que el azabache cayó de sentón sobre la silla.

 

—Discúlpame. —pidió, aun así, Sasuke. El rubio tenía derecho a enfadarse. Y aunque no era culpa del azabache haber llegado en esas condiciones, él sabía que le debía una disculpa por no poder explicarle su situación, ni ninguna de las anteriores.

—Con eso no basta. —La sangre de Naruto le hervía. Con esa sencilla expresión no iba a cambiar para nada lo que sentía.

—¿Qué es lo que te molesta? —Sasuke no quería volver a pelear con Naruto en un futuro. Y si quería eso, debía solucionar todos sus problemas en ese momento. Naruto tuvo tantos sentimientos encontrados, que no sabía ni por dónde empezar.

—Me molesta que me ocultes cosas. Una fue que no quisiste decirme lo que crees de nuestras madres y otra es que luego no me quieres decir que haces cuando te vas a escondidas. —y es que sabía que Sasuke estaba metido en cosas turbias, lo cual en lo más mínimo lo agradaba. El rubio se quedó esperando que le aclarara, sobre todo lo segundo.

 

El mayor no podía contarle de sus robos. Al igual que no pudo admitir que le amaba. Eran males que no podía arrancar de su ser y mostrar con tanta facilidad.

Naruto obtuvo la respuesta que esperó: silencio. Silencio que aunque le daba la razón, no era lo que quería. Y el coraje no disminuía. Apretó sus nudillos y los presiono contra la mesa. El otro sólo le miró, disputándole su actitud. El rubio sólo quería desahogar su frustración. Pero se limitó a darle la espalda y darle un golpe a la mesa. No podía pensar con claridad, aun estaba muy tomado.

Pero Sasuke estaba en las mismas, y aquello avivó el fuego a una pelea.

 

—Ese golpe era para mí. —El otro sólo le escuchaba. —Mínimo ten las agallas. —lanzó  Sasuke, pero Naruto no volteó a verlo. —Naruto, se que sufrimos mucho cuando las perdimos. Pero eso ya fue. Ahora debemos ver por nosotros, por lo que nos tocó.

 

Fueron las palabras que pudo encontrar en su mente para contestar con su lengua hormigueada. Ya encontraría como explicarle lo de sus errores. Un paso a la vez.

Mientras que Naruto se obligaba a permanecer estático. Como un errante no quiso aceptar sus palabras. Se retuvo de golpearle. ¿Tanta era la furia por su manera de pensar? No, en realidad lo que le frustraba era que le amaba. Y sabía que Sasuke le amaba a él, pero no lo admitía.

 

—¡No seas cobarde! ¡Hazme caso! —el silencio había enojado más al azabache. Al rubio no le gustó que Sasuke lo rebajara a cobarde, y no dejaría que lo volviera hacer.

 

Sasuke lo tomó del hombro para girarlo y tenerlo de frente. Tan rápido como lo hizo, el rubio le dio un derechazo limpio en su mandíbula. Sasuke se frotó con su mano sobre su labio, donde punzaba el dolor, para ver su brillante sangre. Volteó a ver a Naruto, quien ya estaba con sus dos puños enfrente para continuar con la guerra campal que había comenzado. Ellos eran iguales, y no le importaba cómo, pero se lo demostraría.

Sasuke le hubiera detenido, de no ser porque no estaba en condiciones para razonar correctamente las cosas. Con el alcohol las ideas más estúpidas parecen buenas.

Y por ello le dio un golpe lateral a su nuca, que fue esquivado con el desliz del hombro. Naruto le dio el mismo golpe con objetivo a sus costillas izquierdas, pero fue bloqueado. Al instante con su brazo izquierdo golpeo en la cara a Sasuke. En seguida este le dio un golpe desde abajo que dio directo a su barbilla que dejó aturdido a Naruto por la fuerza.

Sasuke notó que el rubio sabía pelear ¿Dónde abría aprendido? Pero aun así no le hacía competencia.

Y por arrogante se distrajo, permitiendo que Naruto le engañara con un golpe lateral por uno de larga distancia directo a su cabeza, que le hizo, por poco, perder el equilibrio y caer hacia atrás. Si Naruto quería que él peleara de verdad, él pelearía de verdad. Y dentro de él sintió que algo se había quebrado, desatando una energía enorme.

Fue directo a él con dos golpes fijos a su cara. Naruto los bloqueó, pero eso era una trampa. Sasuke alzó su pierna derecha, dio un giro y dio un golpe certero en el rubio, que no vio venir, que lo dejó en el piso.

El de ojos azules se levantó a prisa y más que enojado. Apretó con fuerza sus nudillos para darle un golpe tan fuerte, que aunque lo bloqueara el otro, lo dejaría en el piso. Pero al verse a los ojos, y estando a centímetros del impacto, se detuvo. El rubio sólo se quedo parado. Había perdido el sentido de su ser.

El azabache no entendió nada en ese momento. Se le quedó viendo confundió, él otro ni se inmutaba. Veía el vacio.

 

—¿Qué rayos pasa? —dijo Sasuke con fuerza, aun con adrenalina y alcohol en la sangre.

—Peleamos. —respondió Naruto con frialdad.

—¡¿Qué?! —a Sasuke le sorprendió el cinismo del otro por su temple.

—Peleamos. —y volvió a responder con el mismo frío. Sasuke le intrigó su mirada vacía y le pasó la mano sobre su mirada. No hubo reacción.

—¿Qué tienes? —preguntó ya un poco más tranquilo.

—Alcohol. —eso era obvio, pero Sasuke se preocupó por el tono en que lo decía.

—¿Naruto… —y dudó de su propia pregunta. —…estas consciente?

—No.

 

Esto asusto al azabache, y se alejó unos pasos. Era como si Naruto fuera un títere, como si estuviera hechizado.

Entonces vio la botella de la que había estado bebiendo el otro y pensó en que, tal vez, tendría la misma pócima amarga que le habían dado a él. Tomó de la botella un trago, y la probó en su boca, buscando la alholva. Pero era simple vino. Escupió en el lavabo, no queriendo más alcohol.

Sasuke se sentó y sintió la garganta seca.

 

—Quiero agua. —dijo para sí, en voz baja.

 

Necesitaba pensar mejor, y para ello debía bajarse todo el alcohol que llevaba en la sangre. Entonces Naruto colocó un vaso con agua enfrente de él. Ni cuenta se había dado que él otro se había movido. Sasuke tomó el vaso con desconfianza y bebió unos tragos.

 

—¿Puedes seguir mis órdenes? —todo se estaba poniendo muy raro.

—Sí. —pero esa respuesta lo puso peor.

Tomó lo que quedaba del vaso de jalón. Debía saber que era lo que le pasaba a Naruto, y ver que tanto podía obedecerlo.

—Salta. —y el rubio saltó alzando sus rodillas de paso. —Agáchate. —flexionó sus rodillas quedase al ras del suelo. —Cúbrete la cabeza con tus manos. —y así lo hizo el otro. “Rueda” pensó Sasuke, pero el otro no hizo nada. Con los pensamientos no funcionaba. ¿Cómo pasaba eso?

Vio el suelo, que se movía como el agua. Todavía seguía mareado. Y se le ocurrió otra idea.

—Haz lo mismo que yo. —ordenó el azabache.

Naruto se puso enfrente de él, como su reflejo. Si Sasuke alzaba la mano derecha, el otro alzaba la izquierda. Se jalaron mechones de cabello y sus mejillas, se alzaron sus camisas un poco más arriba del ombligo y se golpearon los pechos con sus puños cerrados con un ritmo pausado a la vez que daban un leve gruñido acorde.

Entonces puso una prueba difícil. Y Sasuke formó un “4” con sus piernas y tambaleaba como gelatina, mientras que el otro estaba en perfecto equilibrio. Lo que sea que estuviera pasando en el rubio, el alcohol no afectaba.

—Ahora en sentido contrario.

Y el rubio se puso en posición de firmes frente a él. Pusieron la palma derecha sobre la cabeza del otro, sin tocarse. Luego pasaron esa misma palma sobre la oreja. Sasuke distinguió, entre los distintos olores, el aroma acanelado que desprendía Naruto, y fue cuando notó que estaba peligrosamente cerca de él.

En un error propio, bajó la mano al cuello. Sintió agradable el candor de la mano del rubio. Por instinto no pudo evitar acariciar esa piel. Era tan placentero sentir el contacto, y acercaron sus barbillas guiadas por sus manos, quedándose a milímetros por unos segundos.

Esa fue demasiada tentación.

Lo jaló por el cuello con fervor y comenzaron a besarse. Se comenzaron a acariciar la espalda, pasando después a sus pechos. Sintiendo como se evaporaba el agua de su camisa. Pero antes de comenzar a profundizar el beso, Sasuke se dio cuenta de la nula pasión del otro. Ese no era Naruto, solo un cascaron vacio. Y con lentitud comenzaron a separarse.

“Me pregunto si Naruto me podrá perdonar” pensó.

No supo si lo que habías pasado había sido por el alcohol o sólo un reflejo de lo que había estado revoloteando en su corazón por tanto tiempo.

Sintió calor en su cuerpo, y fue al lavabo a echarse agua en el rostro para despejarse. Sintió las gotas caer por su rostro, y soltó un profundo suspiro antes de verse al espejo. Entonces notó algo extraño en sus ojos, y acercó una vela para verse mejor.

Horrorizado contemplo que sus ojos ya no eran negros, sino un temible rojo sangre con unas franjas en ellos.

¡¿Qué demonios era eso?!

Ya demasiadas cosas extrañas habían pasado como para que además esos terroríficos ojos fueran de él.

Golpeo con impotencia el espejo, dejando su mano ensangrentada y reflejándolo a él como un monstruo.

Comprendió que Naruto estaba bajo su voluntad por esos ojos. Y detestó esa parte de él. Era bastante con tener sentimientos incestuosos hacia Naruto, con para que además fueran mutuos.

Eran demasiadas las cosas que tenía en su cabeza. Debía separarse de Naruto para que su conciencia pudiera estar tranquila. Y a la vez averiguar qué era lo que pasaba ¿Quién era él?

Sólo había un lugar donde estaba la respuesta a esa última. En el lugar de donde provenía su madre, su sangre.

Se giró y se acercó a Naruto. Tocó con delicadeza una de sus mejillas, dejando una cuarta franja con sangre.

—Es por tu bien. —dijo Sasuke refiriéndose al bienestar del rubio.

—Es por el bien de Sasuke. —dijo con voz neutral.

Al azabache le extraño la diferencia en la contestación, pero no iba a ponerse a averiguar el porqué. Ya eran demasiados enredos.  

—Vete a la cama y ve a dormir. —y el otro le obedeció.

Sasuke recogió algunas pertenencias, sólo dos mudas de ropa, unos papiros, mapas y sus ahorros. Buscó los ahorros del rubio y le agregó más. Fue apagando cada vela en la habitación, dejando por último la que estaba en la mesa de noche, que fue apagada por su gotera, pero no hubo gritos esa vez.

En medio de las tinieblas no dejó de ver a Naruto. Caminó hacia él, preguntándose en el trayecto si lo que hacía era lo correcto. Él no quiso responderse, por temor a arrepentirse.

Se agachó a lado de la cama. Todavía olía bastante a alcohol, disfrazando su verdadero esencia.

—Naruto… ¿Naruto, me escuchas? —pero este ya no estaba bajó el hechizo de sus ojos.

Dormía en paz, con su pecho subiendo y bajando en un tranquilo vaivén. Y vio sus labios que le invitaban al cielo. “Sólo por última vez” pensó el mayor, y despejó algunos mechones dorados de su frente. Se acercó a sus labios, y, con los suyos cerraros, le besó. Como con los que sellaban sus promesas, mas en esa ocasión, no habría promesas por cumplir.

Notas finales:

Pero no les mostrare como es su vida separados…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

todavía!! Así que prepárense!!

 

 

Por unos minutos estuve a punto de cumplir la fecha, pero volví a pasarme. Proximamente me atrasaré un día hasta llegar al domingo y que todo se haga un chilaquil .__.

Si se preguntan porque pongo tan tarde el capi, echenle la culpa a mi prima, que esta a mi lado y me esta distrayendo xD. Corrijo: mis primos .___.

Wow!! Sentí que este capi fue un reto, además que es mi primer capi sin separaciones O.O!!!!

 

¿Que creen que pase con ellos? Y no se vale decir que se reencontraran xD 

 

Espero les haya gustado el capi, lo hago con mucho cariño para ustedes mis lectores ^^

 

Y como me dijo un amigo: si no hay review, los mató en el siguiente capítulo. xDDDD

Jajajajajajaja es broma, pero en serio. Comenten que les parecio en la cajita de reviews!!! :3

 

Les deseo muy buenos días, tarde o noches

 

Atte.

LaMueRtHeSitHa

^^*


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