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Dark Horse por LaMueRtHeSitHa

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Notas del capitulo:

Aclaraciones:


Cuando un hijo del Kyubi entra en contacto con el sharingan entra en control mental. Sólo las órdenes que logre escuchar del primero que lo activo tendrá mayor ventaja a la hora de dar órdenes. Pero si llegase otro a activarlo, si este tiene mejor control sobre el uso de este ojo, será el dominante. Sin embargo existe otro factor: la relación que tenga el hijo del Kyubi con el usuario. Si llegara a ser incluso tan fuerte como el que tiene mayor práctica, ambos podrían controlarlo.


Recordemos en el capítulo 14 “Sólo tú puedes ponerme de rodillas” Después de la fiesta de año nuevo, antes de que se separaran nuestros protagonistas por largos años. A la primera vez que Sasuke controló a Naruto. Sasuke pudo ordenarle a Naruto con la pura voz, no con el pensamiento, pero ¿cómo pudo hacer esto si él era un completo incompetente en el uso del sharingan? R= Por la relación fuerte que tenía con el rubio.


Después sáltense al capítulo 16 “Desvelando el gran acto” en el que Itachi descubre que el “romano” es un hijo de Kyubi. Sasuke intenta robarle el control a Itachi, pero ni logra activar el sharingan completo, pero si lo hubiera hecho, hubiera sido equiparable al poder que tenía el mayor. Sólo después de pasar esa vergüenza, practicó cada que podía su uso sobre el sharingan.


En el siguiente capítulo Sasuke se dará cuenta que ya puede alcanzar el siguiente nivel de control, que no es la última.


Existe una etapa final en esta “Disciplina de la gratitud”, el nivel más profundo. Misma que sólo ha sido alcanzada por los dioses que originaron todo. Que fue cuando Nochi se introdujo en la mente de Kurama, conviviendo en el mismo cuerpo como si fueran uno y hasta dominándolo.


Ya aclarado todo espero que no haya preguntas como “¿No que sólo podían ser ordenes directas?”

Dark Horse


“Acto reflejo”


Por LaMueRtHeSitHa


 


 


 


Porque aunque los diamantes son duros, no son irrompibles, como comúnmente se pensaba. Un diamante con un golpe conciso puede llegar a quebrarse. Naruto al verlo destrozado no pudo evitar sacar un temblor temeroso y con incertidumbre alcanzó a ver a su hermano.


 


—Mátenlo. —ordenó el de ojos ónix. Naruto no creía lo que había dicho. Después de pronunciar la temible orden, los ojos de Sasuke se volvieron rojos y la mente de Naruto se desvaneció. —Defiéndete. —ordenó después de eso. Una capa rojiza, similar al fuego rodeó al rubio, volviéndolo impenetrable ante las arma, apartando su filo como si estuviera hecho de acero.


 


El de marquitas le obedeció, pero actuaba con una rapidez y agilidad que superaba incluso sus niveles. Mas no era consiente, estaba bajo el control de su gratitud. Otros guardias intentaron atacarle, pero les desarmaba con suma facilidad. Cuando los enmascarados intentaron detenerlo, Sasuke de forma inconsciente hizo que el otro les atacara con esferas de energía negra. Esto lo impresionó ya que sólo lo había deseado con la mente. ¡Sí podía controlarlo telepáticamente! Entonces se acercó al rubio, al igual que Itachi, pero tan sólo logró tocarlo el primero se desvanecieron en una explosión de humo negro. Sorprendiendo a los presentes, menos a los Uchiha.


 


—¡Búsquenlos! —ordenó Itachi con enojo. —No pueden estar muy lejos. —él conocía a la perfección ese truco, él se lo había enseñado.


 


En lo que se movilizaron los guardias, Hinata fue por el diamante imperfecto partido en dos y lo envolvió en un pañuelo. A ella lo que le había impresionado fue que Naruto demostrara magia, pues que él fuera fuente de magia era algo que únicamente sabían Itachi y Sasuke. Los Uchiha podían llegar invadir la mente de otros magos, de los más débiles controlar su cuerpo y utilizar la misma magia del portador, e incluso a algunos humanos, pero en ningún caso trasmitirles magia. Y con lo que acababa de ver se sorprendió de los niveles que podía llegar a alcanzar su hermanito.


Tan sólo estuvo fuera de la vista de su hermano mayor, se deslizó a toda velocidad por los pasillos y utilizó tres pasadizos para llegar antes que los guardias. Ella los había visto en una visión durante el juicio. Justo cuando llegó ella la armadura dorada estaba abierta, Sasuke le ordenó a Naruto, quien estaba sin su capa, a entrar y el otro le obedeció. Por el peso la armadura se comenzó a cerrar con majestuosidad, como una flor en reversa, alcanzando a ver ella que la columna de esta se adhirió a la del rubio con agujas en cada una de sus vertebras. Sasuke al verla se puso en guardia, no temía enfrentársele con tal de huir, pero al ver su mirada cómplice, supo que nunca estuvo en contra de ellos. Con un gesto de su cabeza él confirmo el pacto de confianza, mismo que tuvo que demostrar ella al enfrentarse con los demás guardias con sus puños azules, ayudándoles a huir de ahí. Sasuke capturaba a sus familiares con hilos invisibles y cuando podía les atacaba con fuego. Como última instancia utilizaba conjuros prohibidos por parte de Naruto, pero era agotador. Sabía que él solo no podría contra todos, y ordenó la retirada. Tan sólo estuvieron un pie fuera de los terrenos reales, Sasuke volvió al revés las murallas mágicas que protegían el palacio, negando la salida de cualquiera, encapsulándolos.


Estando bastante alejados del peligro y a más de lo que alcanzaba la vista de cualquiera que los persiguiera, Sasuke decidió que se tomarían un descanso, aunque fuera en medio del desierto, por lo menos para decidir qué hacer. Mas al deshacerse de sus ojos rojos, Naruto no volvió en sí, sino que se movió a toda velocidad en dirección al este. No les dio tiempo de tomar un suspiró y se pusieron a perseguirlo. ¿Qué estaba pasando? Al intentarlo detener, el de ojos azules de forma automática comenzó a atacarles con dardos y bombas que contenía la armadura, algo completamente desconocido para los otros. ¿Sería Naruto el que les atacaba? Sasuke no lo sabía, sólo buscaba la manera de derribarlo.


Muchas explosiones, dardos e incluso redes después, Sasuke, con su armadura purpurea, logró acorralarlo dentro de una gruta escondida en una meseta. Con la espalda del otro contra el suelo intentó hablarle, pero este sólo forcejeaba e intentaba atacarle con la cola de alacrán. Con su mirada vacía decía todo: debían sacarlo de ahí. El chanty le quitó los brazos de la armadura, notando con horror que Naruto tenía terribles quemaduras desde sus codos hasta la punta de sus dedos, provocadas por utilizar la energía prohibida de forma imprudente; separó el pectoral, pero antes de poder levantarlo, Hinata le detuvo.


 


—Vi como agujas se le clavaron en la columna cuando se metió en la armadura. Si lo sacas de ahí, así nada más, lo mataras. Déjame introducirme en su mente, a ver si de alguna forma logro desactivarla.


—Bien. —y él lo sujetó con más fuerza para asegurar de que no la lastimara.


 


Tan sólo las manos de ella tocaron el rostro de Naruto, este cerró los ojos, relajado y haciendo que entraran ambos en trance. Sasuke deshizo su armadura y se puso a sanar las quemaduras del rubio, que las pasó a su cuerpo. Después sólo le quedó esperar demasiado el tiempo, incluso se marchó para buscar madera y empezó a hacer una pequeña fogata para no pasar frío. Fue hasta que comenzó a oscurecer cuando escuchó los engranes de la armadura sonar con rapidez. Las agujas se contrajeron liberando a su usuario y Hinata logró salir de la mente del de marquitas, quien continuó durmiendo.


 


—¿Qué era? —interrogó Sasuke al acercarse.


—Tenía un hechizo —comenzó a explicar ella en lo que flexionaba las articulaciones entumecidas. —, sólo que al tenerlo con el sharingan primero, no pudo hacer efecto hasta que lo deshiciste.


—¿De qué tipo era? —y su hermana se sentó en el suelo mientras que él liberaba a Naruto de la armadura para acomodarlo mejor en el suelo.


—De obediencia. —sólo con eso Sasuke le tomó un instante atar los cabos.


—Déjame adivinar: obedecer a Sasori.


—Sí… —y Sasuke se acarició su sien. Sasori desde un principio lo quería secuestrar sólo para él. Y los improvisados vendajes de sus manos llamaron la atención de ella. —…aunque el primer hechizo lo obligaba a llegar a su presencia. ¿Qué te pasó? —cuestionó preocupada en lo que quitaba los girones de tela con cuidado.


—Consecuencias de un hechizo. —y ella mostró sus ojos impresionados por lo mal herido que estaba, casi no tenía piel sana en sus brazos. Con cuidado comenzó a sanarlo con su magia, más por cariño que por órdenes de Itachi. “Él no puede tener ni un rasguño” recordó hasta con la voz del mayor la primera vez que estuvieron en Egipto.


—¿Y qué fue de la armadura? ¿Todavía es peligrosa? —comentó después de que le hubiera sanado por completo su brazo izquierdo.


—No, ahora sí es una simple armadura.


—Qué bien, porque la voy a necesitar.


—¿Qué va a pasar? ¿Y qué haremos con lo de Ahiriman? —porque en todo el tiempo que estuvo ausente sabía que Sasuke ya había pensado en un plan.


—Iremos directamente a la India —demostrando con su palma sana sobre el pecho dormido, que se refería a él y el rubio nada más. —. Si todo sale bien, ya hablaré con Itachi. —y por ende si no salía bien, todo el mundo se destruía.


—Voy contigo. —declaró decidida.


—No, mejor ve con Itachi.


—No lo haré. —Sasuke la vio sorprendido. Ella siempre había estado detrás de la sombra de Itachi, siguiendo sus órdenes sin preguntar. Pero le gustó que ya se estuviera liberando de su yugo.


—Está bien. Entonces duerme para que recuperes fuerzas. —le pidió con una leve sonrisa, entregándole una almohada que había improvisado con partes de su túnica, y ella le agradeció con otro gesto igual.


 


Ella se acomodó como pudo en el piso junto a Naruto para conservar calor. Había un peligro inminente, pero debían descansar lo más posible para enfrentar mejor al Ahriman. Sasuke colocó más leña al fuego y se quedó viendo al exterior, notando como una a una de las estrellas se fueron mostrando y muy a lo lejos ese candor dorado. Sonrió por su hermana, orgulloso de que comenzara a mostrarse firme en sus decisiones, mas esto sólo fueron unos segundos al llevar su vista a Naruto. ¿Sería el rubio capaz de perdonarlo? ¿Sería que ya había acabado con el último rastro de confianza? Porque ni él mismo se perdonaría por lo que hizo. La luna surcó el cielo y el astro rey reinó lo alto, pero Naruto no despertaba de su profundo sueño. Lo cual era extraño para Hinata, sabía que se sentiría en extremo cansado después de que lo manipularan, pero sentía que ya había dormido más que suficiente. No murieron de hambre por Sasuke que había cazado pequeñas bestias que había sazonado con unas hierbas aromáticas, contándole así a su hermana su vida antes de llegar a Japón. Tenían mucho que decirse, tantos sentimientos que confesarse y noticias que revelarse, que a pesar de estar juntos no podían mostrarse confianza por estar Itachi cerca. Pero cuando el sol estaba llorando lágrimas naranjas, Hinata notó la mirada de sincera preocupación de su hermano por Naruto. Notaba la pesaba culpa del otro hasta por su postura. Al anochecer fue cuando ella le mostró el diamante roto, pensando que le alegraría ver que había logrado rescatar su tesoro, pero esto sólo hizo sentir peor, reflejado en sus ojos rojos que próximos a derramarse. Justo en ese momento Naruto comenzó a removerse del piso, sorprendiendo a los otros que de inmediato se colocaron junto a él de rodillas.


 


—¿Naruto? ¿Cómo te sientes? —interrogó el de ojos ónix acercándose a su rostro, pero el otro abría los ojos con dificultad.


—¿Dónde estoy? —preguntó tratando de ubicarse, pero al no poder enfocar bien, sólo veía manchones y la luz de la fogata. ¿Qué era lo último que había hecho? Intentó levantarse pero se sentía adolorido en cada uno de sus músculos, ¿había peleado en una guerra de 5 días o qué? Entonces recordó todo lo sucedido hasta antes del sharingan.


—Estamos en… —pero antes de que ella pudiera terminar, el recién despertado tomó a Sasuke por los hombros, se puso sobre de él y con furia le señaló. —¡Naruto! —le gritó asustada, e intentó separarlos, pero el otro estaba bien prensado.


—¿Por qué me intentaste matar? —interrogó de forma amenazante mientras apretaba el cuello de Sasuke quien, comenzando a ponerse rojo, no podía contestar.


 


Con tal de detenerlo, Hinata tocó su mejilla y entró en su mente. Sabiendo que no recordaría nada por estar bajo el hechizo del sharingan, le mostró lo que había sucedido. De cómo Sasuke había activado esos ojos rojos, que no recordaba haberlos visto antes, y cómo lo controló con ellos. Vio como los tres pelearon contra los guardias, sorprendiéndose al ver que estaba usando magia y más cuando vio que su cuerpo se mandó solo al desaparecer esos ojos escarlatas.


 


—¿Ya te calmaste? —interrogó Hinata a sus espaldas, mientras él veía la tristeza en el rostro de Sasuke antes de que despertara.


—Sí, algo más. —y Hinata salió de su mente sólo para ver que Naruto no se había separado de Sasuke.


—¿Qué eran esos ojos rojos? —inquirió directo el menor.


—Es el sharingan, es la magia secreta del lado de nuestra familia y con el podemos predecir movimientos y controlar la mente y cuerpo de la persona con la que crucemos mirada. —explicó ella, cosa que enojó más a Naruto


—¿Y por qué nunca antes me habías contado de esta magia? —preguntó enojado a Sasuke, pensó que ya se habían dicho todo, incluso le había contado sus puntos débiles, ¿por qué no le había revelado ese secreto? ¿Qué tantos más tenía?


—Nunca creí utilizar esta magia frente a ti y mucho menos en ti. — “otra vez” completó en su mente el azabache. Y el de ojos azules trató de analizar todo tan rápido como podía, no queriendo aflojar sus manos.


—¿Y por qué me mandaste a matar? —ya que era claro que no había sido idea de Sasuke


—Para despistar a Itachi —contestó con dificultad —y lograr salvarte.


—¿Salvarme de qué?


—De él.


—En lo que estábamos sanando a Sasuke —comenzó a explicar ella. —, llegamos a la conclusión de que de una u otra forma debíamos luchar todos contra Ahriman e Itachi decidió que Sasuke debía hacerse más fuerte, para eso debía despertar un poder especial y para ello debía matar a su amigo frente a sus ojos. —y Naruto la voy incrédulo. —Si Sasuke no lo hacía, Itachi lo hubiera hecho de todos modos, y con él ya no hubieras tenido escapatoria. —y por un segundo el de marquitas sintió el pánico de haber estado tan cerca de la muerte, comprendiendo lo realmente peligroso que podía llegar a ser Itachi. Sintió una presión similar a la que tuvo cuando estuvo aparentando en India. ¿Cómo ellos podían aguantar eso todo el tiempo? Eso hubiera sido insoportable para él.


—¿Por qué no me dijiste del plan? —y aflojó sus manos. ¿No pudo haberle contado?


—No planeamos nada. —pero eso no podía ser cierto. Si Hinata lo vio antes de entrar a la sala y ella los alcanzó después del alboroto es porque ella debió saberlo desde un principio.


—No mientas.  —apretó su mano izquierda y alzó la derecha con un puño con intenciones de golpearlo, pero Hinata lo tomó del mismo, intentando detenerlo.


—Yo actué por mi cuenta porque tuve una visión. Él no tuvo nada que ver. —y aunque eso explicaba todo, el rubio aun sentía las ganas de descargar esa furia y con fuerza bajó el puño, pero este no fue al rostro del azabache, sino a centímetros de su cabeza. Hasta el impacto lo lastimó, sorprendiendo a Hinata. Pero Sasuke le vio a los ojos sin titubear, hasta cierto punto con calma, porque sabía que se merecía ese golpe.


—Piensas que soy inferior a ti por no ser mago y que no podré defenderme. No quieras hacer todo solo, Sasuke. —recordando la innumerable cantidad de veces en que Sasuke casi salía herido con tal de que no hirieran al hechizado Naruto. —¡No temas pedirme ayuda! ¡Qué no te das cuenta que si te llegara a pasar algo, y por mi culpa, nunca podría recuperarme! —amenazó, casi rojo del coraje. —¡También eres mi problema, idiota! —exclamó, siendo esta última palabra en hindi.


—Gracias por decírmelo, nunca más volverá a pasar. —dijo con una sonrisa arrogante. Sabía que con esas simples palabras el otro podría perdonarle.


 


Naruto lo soltó y se sentó a un lado, observando sus manos, notando los raspones que se había hecho y tragando toda la situación. Y hasta que Sasuke también se sentó, el de mirada azulina le abrazó, siendo correspondido. Dando así tregua a todos los malentendidos. Naruto estaría dispuesto a todo con tal de no separarse de Sasuke.


Ceremony – New Orden


Más tarde, cuando todo se hubo calmado y ya estaban preparando la cena, Hinata recordó su duda.


 


—Sasuke, ¿podrías enseñarme a transmitir magia? —preguntó mientras repartía las porciones.


—¿Qué es eso?—interrogó el de marquitas antes de devorar su porción, no por nada llevaba días sin comer. Quería conocer todo de la magia, con una curiosidad similar a la de un Sasuke a sus trece años.


—Cuando controlas a un mago con el sharingan, no puedes utilizar tu propia magia con él, sólo puedes usar la del dueño. Pero tú no tienes magia, así que quiero saber que truco uso Sasuke. —explicó la de ojos perla sirviendo al menor.


—No use ningún truco. —mencionó Sasuke antes de dar una mordida a su ave


—Sasuke, ¿qué dijimos de los secretos? Cuéntale a Hinata cómo lo hiciste. —dijo casi en orden el rubio.


—Yo tomé directamente la magia de Naruto.


—¿Qué? —y es que eso no podía ser, la chica sentía que escuchando mal.


—Pero la sentía extraña —continuó Sasuke. —, cuando estoy utilizando la del usuario, puedo sentir claramente pulsaciones, si son muchas, tienen bastante magia todavía, pero si son lentas es porque pronto se agotaran, pero con Naruto no. Era como si fuera por completo de magia, era casi como un zumbido. No sabría explicarlo mejor.


—Creo que ya te entendí. —mencionó ella. —Naruto, ¿me permitirías checar tu interior?


—Claro. —y al instante entregó su mano con confianza y en cuestión de segundos Hinata supo la respuesta.


—Naruto, eres una fuente de magia. —mencionó emocionada y con una sonrisa.


—¿Qué es eso? —cuestionó con interés al estar ajeno a terminología mágica.


—Los magos pueden utilizar su magia, pero de forma limitada, en algún momento se nos puede acabar, y la llegamos a recuperar con el descanso. Pero a ti es como si nunca se te fuera a acabará, además puedes transmitirla a otros magos cuando se esté agotando. Es como si de la nada, tú solo pudieras crear cien o incluso doscientos magos. —y el rubio sacó una ligera risa.


—¿Eso quiere decir que soy más fuerte que Sasuke? —preguntó burlón, señalando al susodicho, quien frunció el ceño.


—Pero aun así nunca podrías vencerme. —declaró con una sonrisa arrogante. —Eres demasiado tonto como para poder usar la magia.


—¡No me digas tonto, idiota! —y después ella soltó una pequeña risa.


—Qué bien se llevan. —y ambos le vieron con desaprobación, sólo para segundos después regañarse con la mirada por los gestos semejantes.


—No es cierto. —señalaron al unísono a ella.


 


Más tarde, pasada la media noche, cuando Sasuke juntó sus parpados para por fin descansar, Naruto y Hinata conversaron. Con el sereno sobre sus nucas, sus pies colgando sobre el vacío y las estrellas titilantes. Fue cuando ella tuvo el valor de revelarle la verdad de que Sasuke moriría pronto, mas no sólo eso.


 


—Yo tengo visiones del futuro todos los días. —el rubio escuchaba atento ya que sólo sabía del asunto superficialmente. Y ella soltó un suspiro por lo que iba a decir. —Si no tengo visiones de una persona, significa que morirá. Desde hace mucho no veo a Sasuke, por eso sé que morirá antes de que nos encontremos con Ahriman. Pero hay algo peor. —Naruto frunció el ceño mostrando temor, ¿qué podía ser peor? —Desde hace un tiempo no tengo visiones, mas que la tuya. La única razón por la que no tendría visiones sería porque la humanidad desaparecerá. —haciendo tragar con dificulta al otro. —Por eso llegué a pensar que Ahriman ganaría. Por temor no se lo había contado a nadie, hasta ahora contigo. —y ella le tomó del hombro y sus miradas se cruzaron. —Naruto, mis visiones volvieron por ti, eso quiere decir que tú puedes salvarnos, eres la clave para derrotar al Ahriman. —Naruto se quedó en silencio expectante de que ella continuara, pero ella no lo hizo, era todo lo que debía sacarse de su pecho.


 


Esa noche Naruto no durmió por montar guardia, pero aunque lo quisiera no lo hubiera logrado. Eso de ser el que “derrotaría a Ahriman” le tenía invadido la cabeza. Y se rió de sí mismo al recordar que “ser la clave para derrotarlo” había sido un invento suyo. Pero decidido se hizo la promesa de hacer hasta lo imposible no sólo para proteger a la humanidad, sino para proteger a Sasuke de las temibles predicciones de Sasuke, y que entrenaría en cada oportunidad para aprender a usar su magia con tal de defenderlo.


Al día siguiente, desde que comenzó a clarear, fueron ideando un plan. Tenían la magia de dos magos cansados, una fuente de magia que no sabía utilizar sus poderes y una armadura ostentosa con menos de la mitad de sus municiones, a lo que para practicidad Sasuke lo volvió tan pequeño que podía caber en la mano, asombrando a Naruto quien sin pensarlo lo tomó para inspeccionarlo de forma curiosa. Si hasta parecía un juguete.


 


—¿Cómo lo hiciste? Quiero aprender a hacer eso, de veras. —exclamó el de marquitas


—Comprimí las células. —explicó de forma sencilla.


—¿Y también las puedes agrandar? —y el otro asintió. —Entonces puedes hacerte rico agrandando el oro.


—No seas tonto. Esto es sólo temporal, en unas horas volverá a la normalidad. —y dicho esto Sasuke le entregó la armadura a Hinata. Ella lo cuidaría mejor. —Así podremos ir más fácil.


—¿Pero en qué? —inquirió el rubio cruzándose de brazos.


—Los muelles están a un par de horas caminando, ahí tomaremos una barco que nos llevará a las persas. Llegando podremos…


—Disculpa, pero hay algo que debo comentarles. —interrumpió ella con delicadeza. — Logré deshacer el hechizo que obligaba a Naruto a ir por Sasori pero el otro hechizo no, sólo lo pude bloquear. —Naruto la vio consternado mientras que el azabache apretó sus labios enojado. —La única forma para deshacerlo es con un conjuro en el que forzosamente requeriremos su presencia. —explicó al de ojos azules, quien negó con la cabeza.


—Pero no hay ningún peligro, hasta ahora no me ha pasado nada malo. —declaró Naruto tratando de evadir el percance, además que para él Sasori era como el equivalente de Shion para Sasuke: peor que una caries.


—No, no es bueno para tu salud cargar con el tipo de hechizo que te pusieron. —advertía ella, pero para el de marquitas seguía negándose. Para él era mucho más importante ir a la batalla.


—Naruto, entiende. No puedes andar por ahí cargando ese tipo de hechizos en tus nuevas condiciones. ¿Y si nos lo llegamos a encontrar? —regaño Sasuke, con un tono que dejó en claro que el pelirrojo no era de fiar. —Debemos ir por Sasori. —declaró con pesar.


—¿Y cómo lo encontraremos? Hace dos día dijeron que iba en aquella dirección. —y la señaló. —no creo que siga estando en la misma.


—Él mismo forjó esa armadura. Ya se debió haber enterado que se activó la maquinaria. Y te aseguro que ha de seguir en el mismo lugar, esperándome.

Notas finales:

Ahora noy hay intento burdo y feo de poema, sólo un ¿qué creen que pase?

Bueno eso y una promesa: ya no habrá más espera. Al paso que voy, este año es definitivo el final. Sé que lo dije antes, pero es que ahora sí es inevitable.

¿Cómo creen que acabará todo? ¿Qué es lo que odiarían? ¿Qué les fascinaría? ¿Cuáles cabos sueltos quedan? ¿Me acabaré esta bolsa de palomitas yo sola? 

Desquitense con la cajita de comentarios!!

Recuerden que entre más reviews más Naruto y Sasuke disfrutaran una cena tranquila con ramen y ensalada de tomates :3

 

Buenos días, tardes, noches o lo que se les antoje ;)

 

Atte. 

La Muerthesitha

^^*


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