Después de lograr desatar sus manos, Shun corrió hacia la ducha y estuvo allí por casi 2 horas, no pudo tallar su cuerpo lo suficiente para quitarse la sensación que ese sujeto había dejado en él, se sentía sucio, repugnante, y aunque él no lo había provocado se sentía muy avergonzado. Lloró demasiado esa noche, sintió la necesidad de llamar a su hermano y pedirle ayuda o al menos que le aconsejara que debía hacer, pero ni siquiera sabía cómo podría decirle semejante cosa, sería tan humillante, no quería que su hermano lo viera de esa forma, como un pobre debilucho que no podía defender ni su propia integridad. Pudo dormir solo hasta altas horas de la madrugada, su mente era un caos pero su cuerpo, demasiado cansado, lo obligó a dormir al menos un par de horas antes de que llegara el amanecer.
Así iba a ser, hasta que pudiera aclarar su mente y pensar en lo que iba a hacer iría a la escuela y no se arriesgaría a que lo avergonzara frente a toda su escuela, se sentía frustrado por ceder al chantaje pero también tenía miedo de lo que podía pasar si era expuesto, ¿qué dirían sus padres? Seguramente se horrorizarían al enterarse de que le había pasado algo así y se mortificarían por haberlo dejado solo esos meses, que él dijo que estaría bien pero ahora era obvio que no, ellos trabajaban mucho principalmente para invertir en la educación de sus hijos pero por eso mismo les faltaba tiempo para convivir con ellos, había que iban a sentirse terrible y él no quería verlos sufrir y sentirse culpables por no haber estado a su lado cuando los necesitó, volverían en un par de meses y para entonces esperaba ya haber resuelto las cosas por sí mismo y no tener que volver a hablar de eso.
Al llegar a su escuela él ya lo esperaba en la entrada y le sonrió complacido, sabía que iría, que no se atrevería a arriesgar su imagen.
-llegas tarde- caminó a su lado todo el trayecto hasta su salón de clases -no olvides que nos veremos esta tarde- le dijo antes de que el menor entrara con sus compañeros y luego se fue, no lo molestó por el resto del día pero todo el tiempo, y según pasaba el día y se acercaba el momento de salir, se sentía más y más nervioso, no sabía que esperar, bueno en realidad si sabía lo que iba a pasar pero a pesar de tener tanto tiempo para pensarlo, no sabía cómo reaccionar, tal vez fue un error haber salido de su casa, debió llamar a la policía, a sus padres y pasar unos días en un hotel donde no pudiera encontrarlo hasta que ellos llegaran a protegerlo.
--demonios, soy un imbécil—pensó momentos antes de que la campana anunciara el final de las clases de ese día. Era el momento, hablaría con su profesor, buscaría ayuda antes de que aquello pasara de nuevo -di-disculpe- llamó a la profesora que estaba dando la última clase ese día.
-¿qué ocurre Shun?- contestó ella amablemente, era una persona que Shun admiraba mucho, siempre atenta y sabía que lo ayudaría -¿te sucede algo?- preguntó al verlo pálido y nervioso.
-yo... – miraba hacia la puerta preocupado de que Hyoga lo escuchara, ahora sentía que estaría esperándolo en cada esquina -t-tengo un problema y pensé que... podría ayudarme- esperó hasta que los demás salieron del salón.
-si Shun, dime que te pasa-
-disculpe, es solo que... – las palabras no le salían, miraba el rostro sinceramente preocupado de su profesora y sin saber por qué comenzó a sentirse mal, pero no por ella –no puedo—pensó --es... -- humillante, sintió que estaba por romper a llorar desesperado por no poder contarlo, pero no podía hacerlo ahí, empezarían a hacer preguntas y sería muy escandaloso -no... no es nada... disculpe- salió corriendo antes de que ella hiciera más preguntas, corrió rápido, quería llegar a casa y encerrarse ahí y no volver a salir hasta que sus padres regresaran, ahora se sentía peor, no podía confesarlo, no podía escapar de eso ¿y si volvía a entrar a su casa? ¿y si ya estaba ahí esperándolo? Creyó que enloquecería con todos esos pensamientos --¡soy un imbécil!, dilo!.. no puedo... no puedo- se sentía desesperado y decepcionado de sí mismo, pero aún más, se sentía muy avergonzado y no tenía el valor para confesar que lo habían violado y buscar ayuda ¿qué más le quedaba por hacer?. Corría por los pasillos hasta que alguien lo sujetó del brazo y lo obligó a entrar a un armario de utilería entre los salones.
-¿a dónde crees que vas?- era Hyoga que ya lo esperaba en los pasillos -¡se te olvidó nuestro acuerdo? Harás lo que yo te diga o todos conocerán la clase de mujerzuela que eres- sacó su teléfono mostrándole la fotografía que había tomado la noche anterior y por la que Shun desvió la mirada -te dije que esperaras en el cuarto de música-
-¡no! ¡no voy a hacer lo que tú digas, no me importa lo que los demás vayan a pensar de mi mientras tú vayas a la cárcel!- el miedo de verlo también había desatado la adrenalina y no le importaba más que escapar y buscar ayuda, lo empujó para salir del armario pero más rápido de lo que pudo reaccionar, Hyoga comenzó a golpearlo usando demasiada fuerza hasta hacerlo caer al piso donde siguió golpeándolo con todas las intenciones de dejarlo inconsciente.
-imbécil, no vas a escapar de mi tan fácilmente, ¡te mataría antes de dejarte ir y que me delates!- siguió golpeándolo hasta tener ensangrentados los nudillos con sangre suya y de Shun hasta que este último dejó de moverse, había perdido el conocimiento sin haber podido defenderse, Hyoga jadeaba cansado mirándolo en el piso y esperando que nadie afuera los hubiera escuchado, aun había personas en los pasillos a esa hora. Ató las manos de Shun y cubrió su boca mientras aún estaba inconsciente y esperó a que todo afuera estuviera en silencio para poder salir , cuando ya no escuchó nada abrió la puerta encontrando los pasillos completamente vacíos, a sus espaldas escuchó leves quejidos que eran de Shun que comenzaba a recobrar el conocimiento -justo a tiempo- le dijo con una sonrisa y lo levantó a la fuerza de sus ropas obligándolo a caminar con dificultad detrás de él. Lo llevó casi a rastras hasta el salón de música donde se supone que iban a encontrarse esa tarde -hoy preparé algo especial para ti, nos divertiremos mucho- Shun trataba de alejarse pero estando débil y herido le costaba resistirse, cuando estaban frente a la puerta Hyoga la abrió de golpe y lo arrojó adentro haciéndolo caer de rodillas -solo no miren su cara, se puso difícil y tuve que ponerlo en su lugar- Shun levantó la mirada y vio a otros 3 sujetos dentro del salón, comenzó a temblar imaginando lo que iba pasar ahora, trató de levantarse y darse la vuelta pero Hyoga lo pateó en un costado haciéndolo caer completamente.
-¿es en serio? ¿te tiraste a este mocoso de primer grado?- dijo uno de ellos mientras se acercaban.
-no creí que llegarías tan lejos Hyoga, pero ahora que lo veo bien, digo, a pesar de la golpiza que le diste, creo que le daré una oportunidad- levantaron su rostro tirando de su cabello, Shun apretaba los ojos pensando que no resistiría que algo tan horrible como lo que estaba pensando fuera real, antes de notarlo ya estaba llorando suavemente pero ninguno de los que estaban en esa habitación le prestaba importancia, uno de ellos lo levantó de sus ropas mientras Hyoga observaba recargado en un escritorio y fumando un cigarrillo, Shun abrió los ojos por instinto al sentir como comenzaban a acariciarlo y tocar bajo su ropa.
-tranquilo- le dijo Hyoga sin acercarse -¿recuerdas cómo te fue cuando intentaste resistirte ayer? No te conviene hacer algo estúpido ahora que somos cuatro- ya sabía que en su condición sería inútil tratar de resistirse, y pelear solo empeoraría las cosas, tenía miedo de que lo golpearan entre los cuatro y terminar realmente grave en un hospital o peor aún, muerto. Ya había vivido el abuso la noche anterior y temblaba aterrado pensando en cómo sería esta vez. Apretó los puños cuando empezaron a desvestirlo, antes de notarlo estaba solo con su camisa mientras 2 de aquellos sujetos acariciaban todo su cuerpo.
-tu piel es igual a la de una chica- decía uno de ellos mientras terminaba de abrir su camisa para acariciarle el pecho.
-voy a descubrir su boca, así podremos aprovecharlo bien-
-no es buena idea- respondió Hyoga a quien iba a quitar la mordaza de la boca de Shun -aun ayer cuando creí que ya lo tenía completamente domado intentó morderme, lo que creo que estás pensando es una buena opción a menos que quieras perder el pene-
-así que le gusta luchar- tomó a Shun de su cabello obligando a mirarlo mientras sacaba una navaja de su bolsillo y después con ella le acariciaba la mejilla -esta vez vas a portarte bien ¿verdad?- bajó la filosa hoja hasta su cuello.
-no seas estúpido, deja esa porquería y no hagas una estupidez-
-no haré nada, si él no me provoca- el tercero de los compañeros de Hyoga se acercó para quitar el pañuelo que cubría su boca.
-¿vas a portarte bien?- preguntó comenzando a abrirse los pantalones -no creo que seas tan estúpido- Shun sintió como presionaban la navaja contra su cuello y asustado simplemente asintió tímidamente con la cabeza, Hyoga rió observando desde donde se encontraba mientras su compañero exponía su miembro junto al rostro de Shun esperando meterlo en su boca -vamos, comienza de una vez- aun temblando, Shun abrió su boca empezando a lamer la erección de ese sujeto, no pasó mucho antes de que la excitación de los demás aumentara ante esa escena y el otro hombre que estaba de pie junto a Shun también bajó sus pantalones esperando que hiciera lo mismo que a su compañero. Hyoga aún no participaba pero se divertía mirando a Shun ser sometido por sus compañeros.
-¿te gusta eso?- finalmente el rubio se acercó para mirar mejor, Shun cerraba los ojos y no los abrió aunque lo escuchaba más cerca, Hyoga sonrió para si mismo e indicó a sus compañeros que se detuvieran para cambiar a Shun de posición, lo hicieron arrodillarse y expusieron su tracero acariciandolo al igual que sus piernas y su espalda -sigue portandote bien y no te irá tan mal- le dijo inclinandose frente a él para acariciar su rostro a lo que shun respondió escupiendole en la cara.
-eres asqueroso- le dijo el menos mientras los compañeros de Hyoga comenzaron a reir.
-bien, será por las malas- le dió un golpe tan fuerte que lo hizo escupir sangre y que calló tambien las risas de los demás -devuelveme el pañuelo- le pidió a quien se lo había quitado y volvió a cubrir la boca de shun esta vez apretandolo aun más. Después de eso sus compañeros se acercaron de nuevo hacia shun discutiendo quien sería el primero.
Shun tembló aun incapaz de poverse y menos de poder evitar esa situaión, se quejó de miedo al sentir unas manos sujetar sus caderas y levantarlas para prepararlo.
-no temas, seré gentil contigo- le dijo quien estaba detrás de él empezando a empujar con su pene hasta que la entrada del menor cedió y pudo empezar a penetrarlo y moverse bruscamente dentro de él.
-haha oye tranquilo- decia otro de los sujetos que observaba -al menos debiste prepararlo primero, solo escuchalo, estas lastimandolo-
-no importa- dijo Hyoga -de cualquier forma haría las cosas dificiles para todos, que al menos le sirva de lección, haslo más fuerte- su comañero obedeció con gusto haciendo a Shun gemir y casi gritar de dolor.
-date prisa- comentaban los demás ansiosos por que comenzara su turno. Hyoga fue de nuevo frente a Shun seguro de que esta vez no podría hacerle nada, levantó su cabeza tirando de su cabello para poder ver su rostro, Shun siguió retandolo tratando de liberarse de su agarre lo que molestó a Hyoga.
-por qué no te rindes de una vez, mírate- soltó su cabello estrellando su cabeza contra el suelo y poniendo encima su pie para que no pudiera levantarse -¿o es que te divierte convertirte en nuestra perra y por eso buscas que seamos rudos contigo?- presionó más la cabeza de Shun mientras su compañero seguía violandolo. Continuaron así varios minutos hasta que el sonido de la puerta hizo a todos contener la respiración.
-¿q-qué estan haciendo?...- Shun miró a su profesora aliviado pero al mismo tiempo asustado de que lo encontrara en esa situación, vió a más profesores llegar junto con ella y sintió a Hyoga y al otro sujeto apartarse de él entre palabras que no pudo distinguir bien pues terminó perdiendo el conocimiento segundos después.