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El rencor contra el amor por Alexis Shindou von Bielefeld

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Notas del capitulo:

Gracias por sus comentarios.

Es mi responsabilidad advertir que de aquí las cosas se ponen como yo lo había anunciado: muchas peleas un tanto violentas, amigos y enemigos… romance… lemon

Me disculpo con SakuraUsami. Porque seguiremos sufriendo con las batallas. :( lo siento. ¡No me tires tomates!!! 

Género: Fantasía

Advertencia: Violencia. Un poco…

La historia dará un giro que no se lo esperaban estoy segura. A ver si adivinan cual es. n_n…

Como quisiera mostrarles las escenas tal cual las imagino. Pero como esto es un escrito para darle emoción solo me queda agregarle música:

Dos soundtrack:  cada una pertenece a sus respectivo dueño.

https://www.youtube.com/watch?v=Ce3BeSI8Wrk  flowers in a riot of color.

http://www.youtube.com/watch?v=t7gjTHypJZ0  Crian - Chaoskampf Christian Baczyk

Capitulo 10

Las primeras impresiones no son siempre certeras.

 

Yuuri no podía creer su mala suerte. Morgif no respondía a su llamado. Debió haberse armado con otra clase de espada, pensó.

Debió suponer que Morgif reaccionaria así al luchar con una chica como Kristal. Su espada era justo como su amo original. Un pícaro sin remedio.

**************

Templo de Shinou

Un estruendoso estornudo se escuchó en el altar del templo.

—Salud, Shinou heika —le dijo la pequeña sacerdotisa original, mirándolo.

—Gracias Ulrike —respondió Shinou, pasándose el dedo entre las aberturas de su nariz—. «Sera que alguien está hablando de mi» se preguntó.

***************

—¡¿Qué le pasa?! ¡Tómese esto en serio! —reclamó Kristal al ver que el joven Maou la estaba ignorando con evidente cinismo. Ni siquiera la contraatacaba, solamente se hacía a los lados.

Yuuri se tiró hacia un lado esquivando por centímetros el ataque de la dama de hielo. ¡Maldición!, Pensó con frustración, ahora estaba desarmado y para colmo algunos ataques habían dado en el blanco, hiriéndolo en un brazo y haciéndolo sangrar. No podía hacer Majutsu porque los ataques constantes de su contrincante no lo dejaban invocar su espíritu.

Kristal dio un asalto como a unos cinco metros de altura y en el aire lanzó diez cuchillas que rozaron las vestiduras negras del rey.

****

—¡Yuuri! —exclamó asustado Wolfram desde el palco.

Willbert sonrió, disfrutando el espectáculo, de ver a ese rey siendo derrotado por la señorita Kristal von Aigner. Hannah se llevó una mano al pecho. Waltorana mantenía su vista temblorosa fija a la plataforma.

****

Al cesar su ataque, Kristal se acercó a Yuuri, moviendo sus caderas a un ritmo sensual. Sus ojos transmitían malicia y excitación.

—Debo decir que con la ropa rasgada se ve muy sensual, Heika —Una sonrisa curvó su boca marcada de crueldad.

Yuuri reaccionó después de la lluvia de cuchillas aprovechando su distracción y la atacó con Majutsu usando su elemento principal, el agua, formando cuatro dragones orientales con forma de serpientes.

Kristal uso su habilidad con el viento para aprovechar la ligereza que esta le daba y esquivar los ataques. Luego, levantó una mano extendida y separó sus rodillas para invocar a su espíritu de agua.

—¡Saskia obedece a esta hermosa Mazoku que te invoca! —gritó y aparecieron cinco delfines de agua que de inmediato lanzó a su contrincante.

Yuuri trató de esquivarlos pero fue imposible, los defines lo rodearon y lo mojaron completamente. Tosió con dificultad tratando de recuperar oxigeno, cuando estuvo recuperado se preparó para contraacatar con su otro elemento.

—¡Espíritu de la Tierra, Ghob, Obedece a este poderoso Maou que te invoca! —gritó fuertemente. Golpeó el suelo con fuerza seguido de lo cual una esfera de luz color verde se dibujo en la superficie de la plataforma.

Kristal intentó dar un paso hacia atrás pero pudo notar que su cuerpo estaba prácticamente pegado al suelo bajo sus pies.

Desde el palco, Willbert afiló su mirada en una actitud meditativa. Inútiles subordinados, solo le dijeron que el patético rey controlaba el agua mas no la tierra, además esa técnica...

—¡¿Pero qué?! —Kristal se asustó un poco por el truco que la tomó por sorpresa. Entrecerró su mirada y apretó sus puños—. Si cree que con eso me ha derrotado ¡está muy equivocado! —gritó enfurecida—.¡Aimeth yo te invoco! —llamó a su espíritu del aire—. ¡Saskia dame tu poder! —llamó a su espiritu del agua.

Tras decir esto, Kristal golpeó la superficie del suelo con la palma de sus manos para crear una cantidad inmensa de agua y después utilizó el viento para convertir la plataforma prácticamente en una pista de hielo.

—Ahora si sabrá porque soy la dama de hielo —susurró con rencor. Formó una sonrisa de lado mientras caminaba maliciosa y amenazadoramente hacia él.

Yuuri se resbaló y se preguntó cómo era posible que ella caminara con tal facilidad sobre la superficie de hielo pues él no podía hacer ningún movimiento porque casi al instante se deslizaba. Intentó una vez más hacer Majutsu de Tierra pero el grosor del hielo era muy profundo. La observó acercarse lentamente a él y lo descubrió: Eran sus botas las que ya estaban adecuadas para caminar o más bien patinar sobre la superficie congelada pues tenían una especie de cuchillas en el talón. Intentó ponerse de nuevo de pie pero fue inútil.

Cuando estuvo muy cerca de él su sonrisa se ensanchó.

—Ahora lo tengo justo como lo deseo, heika —dijo Kristal, deteniendo su camino. Aquellos ojos turquesas brillaron con malicia—. Jugaremos algo divertido...

—¡¿Qué?! —alcanzó a decir Yuuri mientras sentía como era atrapado dentro de cuatro paredes de hielo.

Kristal utilizó una gran porción de su Maryoku para atrapar al Maou en un conjunto de grandes bloques de hielo que formaban un laberinto.

Yuuri se quedó totalmente perdido pues había muchos corredores. En el interior, la luz apenas era un mortecino resplandor que se filtraba gracias al techo de cristal, además la temperatura oscilaba como a diez grados bajo cero. Estando desabrigado y con la ropa rasgada y mojada sentía como si pequeñas agujas pincharan todo su cuerpo, como si alguien lo estrujara fuertemente.

—Yuuri Shibuya, tiene frío ¿cierto? —se escuchó la voz de Kristal, riéndose de manera irónica—. El juego consiste en escapar de aquí.

Yuuri trató de localizarla dándose la vuelta, mirando alrededor pero nada, estaba atrapado en ese laberinto, totalmente solo.

—Le advierto que tiene que encontrar la salida antes de que sufra una hipotermia y eso ocurrirá dentro de poco tiempo tomando en cuenta que la temperatura seguirá bajando con forme pase el tiempo y además su ropa esta mojada lo cual no ayuda mucho a mantenerse en calor, ha perdido un poco de sangre con sus heridas por lo que su capacidad de regulación térmica se ha perdido en gran medida.

Yuuri vio que sus manos temblaban y sentía un dolor intenso en sus extremidades. No tenía tiempo que perder, debía salir de ahí cuanto antes. Sin embargo, aun tenía dificultad para moverse sobre la superficie.

Se sentó por unos momentos sobre el frío suelo y se quitó las botas y los calcetines los cuales colocó sobre la resbaladiza zuela. La tela de los calcetines a comparación con la zuela le ayudaba a impulsarse con un poco más de firmeza. Trató de correr pero al momento de intentarlo el eco de sus pasos hizo que unos picos de hielo se desprendieran del techo, con un movimiento ágil logró esquivarlos.

*******

En el techo de la estructura de hielo, la chica de los cabello de plata esperaba con los brazos cruzados. Éste, a diferencia de las paredes de la estructura, era de cristal, lo que le permitía observar todo lo que hacía su víctima.

—Olvide comentarle ese detalle, heika —dijo para después soltar una ruin carcajada—. Este sitio es muy susceptible al ruido, un estruendoso sonido podría acabar por destruirlo por completo.

Dentro del lugar al terminar de escuchar esas palabras, otros picos de hielo cayeron, Yuuri maldijo en sus adentros. Tenía que encontrar una manera de escapar de ahí vivo.

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En el exterior, el público observaba el enorme laberinto de hielo que había formado sobre la plataforma la competidora del distrito Aigner. Era como un enorme iglú pero con forma cuadrada, por lo que no podían ver al interior de esta.

Kristal había bajado de la parte superior hasta el piso de la plataforma que había quedado libre de hielo, esperando con tranquilidad.

Si Yuuri Shibuya no salía en por lo menos quince minutos comenzaría a delirar y tener dificultad para coordinar sus movimientos delicados, el temblor en su cuerpo iba a ser más frecuente siendo evidente la disminución del rendimiento físico y los tropiezos al intentar caminar. Además si no salía en quince minutos, ella misma destruiría el laberinto no importándole que él siguiera dentro.

*****************************************

Después de intentar hacer Majutsu de agua, Yuuri constató que era inútil, pues al instante se convertía en hielo solido. Tenía que estar atento pues al oír cualquier sonido podía significar que el hielo se estaba rompiendo y con ello una tonelada le caería encima.

El dolor punzante volvió a su brazo derecho, se encogió al tiempo que apretaba sus labios fuertemente para no dejar escapar un grito y ese frio desgarrador ya hacia lo suyo con su cuerpo y su razón. Esto estaba mal, muy mal... si no salía en diez minutos iba a morir ahí mismo.

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En el palco de honor, Wolfram estaba petrificado. La sola idea de que Yuuri pudiera morir congelado le desgarraba el alma. Pasaba el tiempo y no salía de ese maldito laberinto, sentía como si cada segundo fuera una espina en su corazón porque conforme pasaba el tiempo perdía sus esperanzas.

***Wolfram Flashback***

—Tienes frio ¿cierto?

Le escuchó preguntarle.

—Un poco —confesó en voz baja. Fue una inocente mentira, se estaba congelando. Los Mazoku que controlaban el fuego eran débiles a las temperaturas bajas.

—Yo también, ¿Y si hacemos lo que dice la leyenda?... ya sabes si abrazas a alguien recibes calor.

Wolfram sonrió. Había sido él mismo quien le había contado esa leyenda cuando se quedaron por un tiempo atrapados en la cueva al separarse de Yozak y Conrad cuando buscaban una flor medicinal.

—Puedes hacerlo, no me hagas repetírtelo. Eres mí prometido, si quieres abrazarme, me abrazas, si quieres besarme me besas, si quieres tomar mi mano me tomas de la mano —respondió y en su mente decía algo como: Hazlo, abrázame fuertemente, quiero sentir la calidez de tu cuerpo contra el mío. Ve más allá y besa mis labios.

No se lo esperó, pero Yuuri lo abrazó por la espalda y no solo eso, comenzó a sentir cortos besos en su hombro que lentamente se dirigieron a su cuello... fue más allá y por primera vez le besó sus labios. El calor los invadió y no hubo más frio aquella noche.

***Fin del Flashback***

Wolfram deseó ser el abrigo de Yuuri en esos momentos como lo fue él esa noche para su cuerpo.

—«Por todos los cielos, Yuuri, sal de una buena vez» —rogó en su interior.

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Yuuri había caminado lentamente y como podía por unos diez minutos sin ningún resultado alentador. En esos momentos estaba sentado sobre la congelada superficie, en esa atmósfera en la que solo podía ver un fulgor blancuzco y nebuloso, temblando de frio aunque ciertamente ya ni siquiera era un temblor sino que eran espasmos. Sus labios habían adquirido una tonalidad azulada, la respiración se le hacía difícil y su vista estaba empañada.

Cerró los ojos por un instante.

«¿Te crees tanto solo porque eres un rey?... pues déjame decirte que aquí vales menos que un perro... En verdad no se que vio mi Wolfram en ti»

«El será mío cuando gane esta competencia, me quedaré con todo y disfrutaré quitarte esa  actitud tan segura que tienes de ti mismo»

«Escúchame bien infeliz... Mi nombre es Lukas von Zweig, y seré el esposo de Wolfram y rey de Antiguo Makoku una vez tú estés fuera del camino... Así que más te vale estar preparado»

Recordar las palabras de ese par de sujetos solo hizo que su corazón se acelerara y una desesperación torturante invadiera todo su cuerpo.

Si no ganaba esta batalla perdería toda oportunidad de recuperar a Wolfram y alguno de esos imbéciles se casaría con él.

—Wolf —susurró apenas en un hilo de voz. La humedad de su aliento con el frio se condensaba haciendo que de su boca y nariz salieran blancas nubecillas que se confundían con la niebla.

«Estaré contigo, de corazón, recuerda que solo te aceptare a ti y nadie más que a ti en mi vida»

Como un torbellino acariciante pareció escuchar aquello que le dijo su demonio de fuego la noche anterior. Su corazón se llenó una fuerza y valor inexplicable.

Buscó en el bolsillo de su rasgada chaqueta y sacó lo que le había entregado al decirle esas palabras. Lo presionó fuertemente con su pálida mano al tiempo que cálidas lágrimas brotaban de sus ojos. Una vez más, solo una vez más lo intentaría, con todas las fuerzas que le quedaban.

¡Destruiría la maldita trampa de hielo a como diera lugar!

********************************

Kristal esperaba de brazos cruzados. Su sonrisa burlona se incrementaba a medida pasaban los minutos. Tras unos instantes más, soltó una carcajada. Estaba hecho, había ganado el combate.

—Bueno, ya pasaron los quince minutos, descanse en paz... heika —murmuró llena de maldad. Volvió a colocarse sobre el techo de la estructura dando un increíble salto.

De pronto, en el exterior se empezó a sentir un leve temblor y el cielo comenzó a oscurecer. Kristal se puso en guardia, dilatando sus pupilas en cuanto veía una luz color azul dentro de la estructura. Gritó al sentir el impacto de la luz contra su cuerpo y los afilados trozos de hielo esparcirse por todo el coliseo. Dio un salto hacia atrás aterrizando sobre la plataforma mientras observaba aterrada a su rival rodeado de un aura azul.

—¡¿Qué?! —Impactada, Kristal apretó los puños fuertemente—. ¡¿Cómo es posible?! —gruñó incrédula.

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—¡Yuuri! —gritó Wolfram, levantándose de su silla. Sus ojos estaban llorosos pero la alegría albergaba su corazón.

Hannah sonrió y le dedicó una mirada de ternura. Estaba sorprendida por la fuerza del amor, pues no dudaba que eso fue lo que motivó al guapo rey de Shin Makoku a encontrar una manera de escapar de semejante dificultad.

Waltorana se recostó por un momento al respaldo de su silla, aliviado «¡Yuuri heika, no nos de estos sustos!», pensó.

Gwendal por fin pudo volver a respirar con normalidad.

Lukas mordió su labio inferior haciéndolo sangrar de la rabia. Friedrich se levantó de su banca solo para ver de cerca el poder que manifestaba aquel patético mestizo. ¿Cómo es posible?, se preguntaban.

—¡Hermana no te distraigas! —advirtió Ailyn von Aigner a su hermana para que se mantuviera en guardia.

*******************

Yuuri cayó de rodillas con las palmas de sus manos sobre el suelo. El impacto que le produjo salir al exterior fue increíble. Todavía sentía sus dedos congelados, después de usar una gran porción de su Maryoku se sentía debilitado. Había dejado de temblar continuamente, lo cual era algo bueno porque en esos quince minutos que estuvo atrapado ahí sentía su cuerpo como si estuviera partiéndose lentamente en pedacitos.-

—¡Destruiste mi estructura de hielo! ¡Desgraciado!...

Yuuri volvió a enfocarse en su contrincante que se acercaba corriendo a él para atacarlo con un puñal que sacó de su pierna. Se puso de pie y se defendió usando la funda de Morgif.

Kristal arrugó el ceño al ver que había fallado. Al instante, lanzó una patada al estomago de su contrincante. Yuuri intuyendo su ataque se defendió cruzando sus brazos en una posición de defensa, cuando volvió a abrir sus parpados vio como ella enterraba el puñal en su pierna, gritó de dolor y se volvió a arrodillar.

Ella se lanzó contra él sin medir cuánto daño podría causarle, simplemente quería sangre.

—¿Por qué? —le preguntó irritada— ¡¿Por qué no se rinde de una buena vez?!

—¡Nunca! ¡Nunca me rendiré! —gritó Yuuri a todo pulmón, poniéndose una vez más de pie a pesar del punzante dolor.

Kristal formó una sonrisa suspicaz. Si ese tonto pensaba que no tenía otros ases bajo la manga, estaba muy equivocado.

—Pues ya verá... —dijo confiada. Con una fuerza excepcional para su esbelto cuerpo, Kristal le tomó ambas manos y lo levantó y cargó pasándolo por encima de su espalda para hacerlo caer acostado al suelo y de inmediato se puso a horcajadas sobre las caderas del rey. La pequeña sonrisa de sus labios se ensanchó al sentir que su cuerpo aun estaba helado. El entumecimiento y la tensión de los músculos de los hombros y piernas de su contrincante eran evidentes.

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En el palco de honor Wolfram estaba echando chispas del coraje, su sonrisa desapareció y se obligó a hacer una respiración profunda y difícil para aliviar ese malestar en su pecho. Waltorana ya se había acercado a él al darse cuenta de su reacción.

—Sobrino, cálmate.

—¡Como se atreve a tocar a mi Yuuri! —gritó muerto en celos.

Hannah sonrió inconscientemente ante el comportamiento del príncipe, pero cuando abrió los ojos su sonrisa desapareció y miró directamente a su amigo Willbert con una cara de resentimiento, como queriéndole advertir que se arrepentiría si seguía con esto.

Willbert la ignoró y siguió observando.

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Kristal tenía el control ahora. Lo miró en un estado de completa abstracción y se preguntó cómo sería ser besada por él, que era lo más que se atrevía a imaginar.

—Muy bien, Majestad, le daré una oportunidad más para que rinda. —Se inclinó de modo que quedara pecho contra pecho con Yuuri, haciendo que sus rostros quedaran muy cerca. Yuuri sintió el aliento dulce de la dama de hielo sobre su cuello—. Veo que ya está entrando en calor —Una brillante sonrisa apareció en la sensual boca de ella y bajó la lengua rozándole la mejilla. Yuuri se retorció bajo ella, sin poder quedarse quieto—. Todos los hombres son iguales.

Yuuri se enfureció de inmediato

—¡Estás muy equivocada, Kristal!...

Ella se incorporó y frunció el ceño, luego sujetó el cuello de Yuuri entre sus manos. Él apretó los dientes para no gritar al sentir los dedos de Kristal hundirse en su piel.

—Si sigue con esa actitud no me queda más remedio que controlarlo a mi manera, Majestad —gruñó decididamente. El control absoluto del aire le permitía controlar y leer los pensamientos de las personas—. ¡Espirito del aire, yo te invoco! —En seguida, una ráfaga de viento los rodeó. Kristal lo miró directamente a los ojos tratando de internarse en su mente mediante el control del aire—. ¡Yuuri Shibuya, yo te ordeno! ¡Di que te rindes!

—¡No! —gritó Yuuri.

Kristal formó una mueca de incredulidad.

—¡Di que te rindes! —demandó una vez mas y de nuevo recibió una negativa. Nunca había fallado, nadie nunca se había negado a sus órdenes. El Aire está asociado a la oxigenación de todo el sistema. El aire simboliza las capacidades pensantes. ¡¿Por qué entonces no podía controlar su mente?!... ¿Tanto así era el tamaño de su determinación?

Yuuri aprovechó el abatimiento de su contrincante para girar sus cuerpos quedando ahora él encima de ella. Le agarró las muñecas y se vieron frente a frente.

—¿Porque?... —susurró Kristal en voz baja. Ya no hacía ningún esfuerzo por librarse del agarre—. ¡¿porque?! —Le gritó a la cara—. ¿No se da cuenta que después de mi vendrán oponentes más difíciles? Usted ya es un rey... ¡¿Por qué quiere convertirse en rey de Antiguo Makoku también?!

Yuuri escondió sus ojos detrás de su flequillo.

—Porque más va a ser. No es por la corona, es porque un tirano sin corazón arrebato de mis brazos el amor de mi vida y ahora debo ganar esta competencia para recuperarlo —replicó débil por la gran cantidad de Maryoku que había usado al destruir completamente aquella estructura, pero haciendo un gran esfuerzo sobre sí mismo para dejarle en claro su respuesta.

La joven enarcó las cejas con manifiesta sorpresa. A continuación, giró su rostro en dirección al palco. El príncipe Wolfram los observaba atentamente de pie, luego miró a su oponente que la veía con la más sincera de las miradas. Utilizó todas sus fuerzas para intercambiar de posiciones una vez más.

—¡Aimeth... obedece a esta hermosa Mazoku que te invoca! —Kristal usurpó la mente de Yuuri una vez más, pero esta vez fue por algo diferente. Fue para ver a través de su pasado

*********************

Un primer encuentro, la caída de un caballo y un solo pensamiento "Bishounen"

Una cena, el enojó por un comentario y la respuesta fue una cachetada en la mejilla izquierda. El resultado fue un compromiso.

La sonrisa del príncipe durante unos peligrosos viajes. Sus constantes regaños, las veces en que le llamaba infiel. La primera vez que le llamó Henachoko.

Tres personas durmiendo en la misma cama, eran Yuuru heika, el príncipe Wolfram y una pequeña niña de cabellos y ojos castaños. Parecían una hermosa familia.

El dolor y la desesperación de creer muerto al príncipe cuando. Por alguna razón se le había robado el corazón.

Un amor que creció poco a poco. No fue amor a primera vista pero con el tiempo, con el trato se empezó a formar un sentimiento mutuo. Latidos acelerados de corazón al estar cerca, la necesidad de protegerse mutuamente, la necesidad de abrazarse, de estar juntos durante el día y añorar aun mas las noches. Un amor que es capaz de caer juntos al abismo.

Una fría noche, una declaración y un primer beso.

Sintió realmente los sentimientos de angustia cuando el rey Willbert llegó a Shin Makoku para reclamar al príncipe.

Observó a su majestad Willbert proponerle participar en el torneo para recuperar a su Alteza Wollfram

Observó perfectamente las lágrimas del príncipe diciéndole que temía por su vida. Yuuri heika le prometió que lo recuperaría.

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Salió rápidamente de su mente pues no le quedaba nada de Maryoku. Sin embargo, fue suficiente para Kristal. Poniendo todos los recuerdos juntos formaron una historia de amor verdadero.

—Entonces, Yuuri heika y el príncipe Wolfram —musitó quedamente. Entonces lo comprendió, y su corazón comenzó a doler porque en ese momento sintió envidia «Yo quiero un amor así, quiero que alguien me ame de esa manera» rogó silenciosamente. Cristalinas lágrimas salían de los ojos de Kristal al recordar su propia historia.

Cuando era pequeña, sus padres murieron cuando unos bandidos atacaron el carruaje donde se transportaban. Como ella era muy chica casi no notó su ausencia. Se habían quedado solas. Su hermana estaba en edad de tomar el gobierno del distrito en sus manos y la crió como una madre. Ailyn la consentía demasiado soportando todos sus caprichos.

Cuando Kristal creció, se convirtió en toda una belleza y muchos Nobles buscaban arreglar un matrimonio con ella. Pero ninguno llamaba la atención de la caprichosa marquesa, pues sabía que en el fondo todos la querían solo por su apariencia. Aquellos hombres solo le repetían las mismas promesas, las mismas frases hechas sacadas de libros de poesías; ninguno  veía más allá de su cuerpo, ninguno buscaba conocer su alma, su mente y su corazón

Lentamente, su corazón se fue endureciendo como el hielo que controlaba. Se convirtió en una persona fría y caprichosa, dejó de creer en el amor.

Coqueteaba con todos los hombres que se aparecían frente a ella sin importarle si eran mayores o menores, siempre y cuando fueran atractivos. Los seducía y nunca dejaba que se escaparan de sus manos. Le divertía aquello, nunca podían escapar de sus manos. Ella era quien los controlaba haciéndose pasar por tonta, tierna e ingenua. Jamás aceptó una negativa de nadie, por eso no soportó cuando Yuuri Shibuya la rechazó, y por ello buscó la manera de vengarse de él.

Pero muy en el fondo sabía que lo hacía porque quería llenar el vacío que había en el corazón. Por eso, al encontrar un amor que miraba más allá de la apariencia y se enfoca más en el corazón, un amor que era fiel y sincero, que era capaz de sacrificar la vida propia con tal de estar juntos, le recordó que buscaba un amor similar.

—Este torneo está perdido desde el principio —declaró, derrotada. Se levantó del cuerpo de Yuuri y se colocó firme frente a todo el público. Levantó su mano y gritó—: ¡Me rindo!

Las reacciones no se hicieron esperar. Tanto Lukas como Friedrich se paralizaron ante tal declaración. En un impulso, Willbert se puso de pie.

Los ojos de Bastian se abrieron de golpe y retrocedió un paso.

Wolfram no podía creer las palabras que había escuchado. Llegó a pensar que eran producto de su desesperación, una mala broma de sus ansias por saber a Yuuri ganador. Giró su rostro para ver en dirección de su padre y por el aturdimiento de éste supo que todo era verdad.

—¡El ganador es Yuuri Shibuya! —declaró el juez.

La gente comenzó con los reclamos y abucheos cuando escucharon la resolución.

Yuuri se levantó a duras penas, el puñal seguía clavado en su pierna izquierda por lo que hizo un esfuerzo enorme por sacarlo de allí, ahogó un grito, al tiempo que dejaba caer el puñal entre sus pies y contempló horrorizado cómo su sangre manchaba de rojo intenso sus pantalones. Como pudo salió de la plataforma como lo hacía Kristal en esos momentos con la cabeza agachada, quería agradecerle pero no era el momento. La chica parecía estar muy mal.

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Ailyn recibió a su hermana cubriéndola de forma protectora entre sus brazos. Dejó que se desahogara por unos instantes y luego le preguntó:

—Hermanita, ¿Por qué lo hiciste?

Kristal formó en sus labios una sonrisa distinta, era una sonrisa pura e inocente. Su rostro brillaba más que el sol.

—Fue lo correcto —respondió. La miro a los ojos y le repitió una vez más—. Hice lo correcto por primera vez en mi vida, hermana mayor.

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El revoloteo por la pelea anterior había menguado un poco. La gente esperaba impaciente la cuarta pelea en la cual uno de sus protagonistas era el favorito local, Lukas von Zweg.

El goberndaor del distrito Luttenberger, Lord von Luttenberger, y su nieto se acercaron a la plataforma para dar inicio con la siguiente pelea. El mayor se acercó a Yuuri y le ofreció su hombro para acercarlo a su acompañante. Yuuri se asustó un poco con esa acción, pues creía que todos los Mazoku de Antiguo Makoku eran iguales, fríos y soberbios, pero con la amabilidad del señor se dio cuenta que nunca debes generalizar a las personas según su procedencia y al pensar de esa manera supo que estaba siendo como su suegro, que pensaba lo mismo de los humanos.

—Debe ponerse ropa seca de inmediato Majestad, debo decirle que el calor humano es buen regulador térmico —comentó el anciano una vez Gwendal se había acercado a ellos para ayudarle a Yuuri a sostenerse.

—Muchas gracias —logró responder Yuuri, aún soprendido.

El hombre asintió con la cabeza y con una leve inclinación se retiró a su lugar.

Yuuri se quitó la ropa mojada a toda prisa, Gwendal ya le tenía un conjunto de ropa listo. El más joven se mantuvo sentado en una banca en lo que se aplicaba Majutsu curativo en la pierna, había tardado mucho en tratársela por lo que su magia curativa no surgía el mismo efecto. De pronto, comenzó a reír.

—El calor humano es buen regulador térmico, pero prefiero calentarme con el sol a tener que abrazarte, cuñado —comentó divertido una vez que su cuerpo estuvo más cálido.

Gwendal bufó y suspiró pesadamente mientras cruzaba sus brazos.

—No dijera lo mismo si se tratara de mi hermanito —Sonrió instintivamente y le revolvió sus negros cabellos—. ¡Bien hecho! —le dijo—. Ahora pasamos a la semifinal.

De pronto, algo hizo que Yuuri cambiara su actitud alegre a una más seria.

—Sí, pero... —Sus ojos se estrecharon—. Esto no estuvo bien. Si Kristal no se hubiera rendido yo hubiese caído inconsciente debido a la debilidad que sentía en esos momentos. Para colmo ahora ya estoy mejor y siento que mis energías se han renovado... no entiendo porqué.

—Solo entrenó durante dos semanas, aún no controla el poder que intercambia con sus espíritus. Debemos trabajar eso el día de mañana...

—Se supone que mañana debemos ir al volcán Hefesto para hacer el pacto con el espíritu de Fuego —Le recordó Yuuri.

Gwendal gruñó, había olvidado ese detalle.

—Estamos atrapados, las semifinales serán más difíciles que estos combates preliminares, no podemos arriesgarnos a que algo así suceda de nuevo.

Yuuri intentó ponerse de pie pero al hacerlo sintió la punzada en su pierna y un quejido de dolor salió de sus labios.

—¡No se precipite! Quédese aquí hasta que su pierna se haya recuperado por completo —Lo regañó Gwendal, más Yuuri no le hizo caso a su advertencia.

—Ayúdame, Gwendal —con el brazo le indicó para que le ayudara a ponerse de pie—. Quiero ver de cerca la siguiente pelea.

Gwendal frunció el ceño pero lo comprendió. Al centro de la plataforma ya se habían presentado Lukas y Raimond.

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Wolfram veía a su prometido caminar apoyado de su hermano cerca de la plataforma. Frunció su entrecejo y volvió por sus pasos hasta su asiento el cual estaba al lado de su tío, lo tomó del cuello de la camisa ferozmente, acercó sus labios a su oído y le dijo:

—Necesito que me des una información.

Waltorana giró su rostro para luego levantar una ceja, lo único que vio fue el semblante de su sobrino totalmente determinado.

Al lado de ellos, Willbert mantenía sus puños apretados, pensativo. Ese poder antes manifestado por ese mestizo era comparable con el de él mismo ¿Cómo era posible? Nunca imaginó siquiera que el intento de rey pasara a la semifinal.

Consternado, giró su rostro sólo para ver a su hijo hablar en secreto con su hermano. Aquello rebalsó su paciencia. Levantó el brazo y tomó la delicada barbilla del menor con su mano para girarlo a su dirección quedando a escasos centímetros de su rostro.

—¿Qué tanto le preguntas a tu traidor tío Waltorana? —le preguntó, entrecerrando peligrosamente sus ojos azules. Viejas cuitas con su hermano vinieron a su mente, como el hecho de haber aceptado a un mestizo como Maou de las tierras que les vio nacer.

Wolfram respondió con la misma ferocidad.

—Mi tío no es ningún traidor. Los diez nobles de Shin Makoku aceptaron a mi prometido como rey. Fue una decisión unánime porque se dieron cuenta de su capacidad para gobernar.

Willbert y Waltorana se observaron con el rostro serio. El mayor volvió a enfocarse en su hijo.

—¿Sigues con lo de prometido, Wolfram? —Wolfram sólo lo miró intensamente. Una parte de Willbert se asustó y la otra se llenó de rabia. Su hijo jamás lo había visto de esa manera tan penetrante—. Mejor observa esta batalla y te darás cuenta que hay mejores prospectos para ti aparte de ese mestizo. —En un ataque de ira, giró el rostro de Wolfram a la fuerza para que se enfocara en la siguiente pelea.

—¡Hermano! ¡Déjalo! —reclamó Waltorana al instante.

Willbert por fin dejó de sujetarle el mentón, pensando seriamente en que la rebeldía de su hijo se estaba saliendo de control y debía hacer algo al respecto.

Anette se fijó en cada movimiento de su marido pero volvió a enfocar su vista a la plataforma sin prestarle demasiada atención.

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El semblante de Lukas no era otro más que el de alguien sediento de sangre y venganza. ¿Cómo el maldito mestizo podía controlar dos elementos? ¿Cómo se atrevía siquiera a usar semejante técnica? Se preguntaba internamente. En ese instante deseó haber sido el primero en batallar con él para matarlo de una buena vez.

Lukas volteó su rostro para verlo directamente y ambas miradas se encontraron una oscura la otra azul, diciéndose silenciosamente lo mucho que se detestaban.

Los ánimos de Lukas se calentaron.

—¡Oye tu! ¡patético rey! —lo llamó—. Te demostraré lo que te espera en la semifinal, solo para que te des cuenta de cuál será tu final en este torneo.

Yuuri se estremeció un poco ante aquel desafío, sintió una punzada de ansiedad en el pecho. Friedrich bufó desde su lugar y las hermanas Aigner se limitaron a observar atentamente la pelea.

—¡Enfócate aquí Lukas! Soy yo tu contrincante —exclamó Raimond, furioso al ser ignorado.

Lukas sonrió de lado.

—Que sea una pelea justa —dijo el juez— ¡Saluden! A la cuenta de tres-dos-uno- ¡Comiencen!

Las armas de Lukas consistían en espadas gemelas las cuales cargaba en la espalda. Raimond solo tenía una espada que colgaba de su cintura.

Se rodearon el uno al otro manteniendo la defensiva, dilatando sus pupilas para captar cualquier movimiento de parte su contrincante.

—¿Asustado Raimond? —preguntó Lukas con malicia

—Ni un poco.

Lukas rió a carcajadas.

—Verás el infierno antes de conocerlo por ti mismo mi querida florecita.

Raimond apretó sus puños.

—¡Eso ya lo veremos! —Sacó unas semillas de su bolsillo y aplicó Majutsu combinado. Unas enormes enredaderas germinaron de ellas, tenían espinas alrededor. Raimond las movió para que estrangularan a su contrincante el otro al saber lo que iba a hacer dio un giro hacia atrás evitando por milímetros caer en su trampa, la sonrisa de burla nunca desapareció de su rostro.

Raimond al saber que había fallado la primera vez lo intentó de nuevo solo para que Lukas esquivara el ataque con una velocidad increíble, prácticamente había desaparecido de la plataforma. No le dio tiempo de reaccionar cuando lo tenía detrás de él dándole una fuerte patada en la nuca que lo hizo salir volando a unos tres metros para finalmente estrellarse contra el suelo.

—Acabaremos con esto rápidamente —amenazó Lukas. Sus ojos habían cambiado de color a un rojo intenso, y su sonrisa torcida era maquiavélica.

—¡Raimond ponte de pie! —Al escuchar el grito de su abuelo, el joven se reincorporó como pudo.

Lukas no perdió más tiempo e invocó a su espirito de aire alzando la palma de su mano.

—¡Airten obedece a este poderoso Mazoku que te invoca!

Llevó las manos a su espalda para tomar sus espadas, las entrecruzó frente a él y las blandeó al mismo tiempo creando un ataque con viento cortante que lanzó a su contrincante haciéndolo caer de nuevo sobre el duro suelo. Guardó sus espadas y preparó otro ataque.

—¡Espíritu del fuego Ox obedece a este poderoso mazoku que te invoca! —Las manos de Lukas despedían llamas y lanzó las bolas de fuego a su contrincante.

Raimond reaccionó colocando una barrera de tierra entre ellos.

—¡Detlef obedece a este Mazoku que te invoca!

Lukas corrió y saltó la barrera con ambas espadas en sus manos para hundir fuertemente la punta de estas a los brazos de su oponente, escuchó con éxito su alarido de dolor. No bastándole con eso, giró las espadas, clavándolas más en el cuerpo del joven.

—¡Raimond! —El gobernador de Luttenberger estaba a punto de levantar su mano para poner punto final a la batalla antes de que su nieto acabara muerto, pero sus intenciones se vieron truncadas porque se quedó sin habla.

Lukas desenterró sin delicadeza alguna las espadas de los brazos de Raimond, viendo con satisfacción el color rojo carmín de la sangre, arrojó sus armas a un lado y atacó a su oponente cuerpo a cuerpo dándole puñetazos en la cara, le dio la vuelta y le sujetó ambos brazos por atrás, oyó con emoción como sus huesos crujían por semejante estiramiento y sus gritos de dolor lo animaban a seguir con la tortura.

—Necesitas tus manos para hacer crecer tus plantitas, ¿cierto, Raimond? —preguntó Lukas con malicia. Le dobló la muñeca y se la quebró—. ¡Ups!, que lástima que ya no podrás utilizar tu mano —Con una salvaje mueca de triunfo lo sujetó fuertemente del cuello y lo levantó a cinco centímetros del suelo.

Lo iba a matar, si no detenían la pelea seguramente lo iba a matar.

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Yuuri y Gwendal observaban petrificados las acciones de semejante demonio. Axel, Kristal y Ailyn no estaban tan sorprendidos, pero si asustados por el desempeño de Lukas pues siendo pupilo del Rey Willbert era solo una pequeña muestra de las habilidades que poseía.

—¡Deténganse! ¡alto! —gritó desesperado Lord von Luttenbenger.

Lukas hizo caso omiso a las suplicas del anciano y continuó apretando el cuello de Raimond.

—¡Lo va a matar! ¡Basta! —gritó Yuuri, alarmado. Intentó correr al centro de la plataforma aun con el dolor en su pierna, pero fue detenido—. ¡Gwendal!, ¡Suéltame!

Gwendal no acató su orden, pero en cambio se dirigió a otra persona.

—¡Señor juez! Detenga esta pelea.

—¡Martín von Zweig! ¡Por favor detenga a su sobrino! —rogó la gobernadora del distrito Aigner acercándose al él.

El pelizaul se mantuvo al margen, con el rostro serio. Él mismo tenía miedo de su propio sobrino. Lo observó todo sin decir palabra, luego cerró los ojos; un suspiro cansado escapó de sus labios y antes de que pudiera levantar la mano para detener la pelea, escuchó la resolución del juez.

—¡El ganador es Lukas von Zweig! —anunció por fin. Las personas celebraron la victoria poniéndose de pie y aplaudiendo.

Todos corrieron rápidamente al centro de la plataforma para asistir al joven que yacía tendido en el suelo. El anciano colocó sobre su regazo a su nieto y lo acunó entre sus brazos repitiendo su nombre constantemente. Tanto Ailyn como Kristal tragaron en seco dando por hecho la trágica muerte del joven heredero del distrito Luttenberger.

Yuuri tenía los ojos oscuros clavados en el participante herido. Estaba muy pálido y tenía el rostro bañado en sudor y lágrimas. Su ropa estaba empapada de sangre.

—Lord von Luttenberger, déjeme revisar a su nieto por favor —dijo de pronto. Todavía no perdía las esperanzas, se negaba a creer que esto estuviera pasando.

—Pero... Su majestad Yuuri, ¿qué podría hacer? —sollozó el destrozado anciano.

—Mi rey posee habilidades curativas lord von Lutteberger, le aseguro que podrá hacer algo. Por lo menos dele la oportunidad de revisarlo —intervino Gwendal.

El anciano escuchó su proposición y dejó que el Maou revisara a su nieto. Inmediatamente, Yuuri aplicó Majutsu curativo sobre el pecho de Raimond. Todos lo observaban atentamente. El muchacho lentamente fue abriendo sus ojos y las heridas de sus brazos fueron desapareciendo.

—¡Mi nieto querido! —Lord von Luttenberger lo abrazó con todas sus fuerzas y con lagrimas en los ojos. Las muchachas suspiraron y sonrieron abiertamente.

—A-abuelo... —susurró Raimond débilmente, atrapado entre los brazos del mayor.

Yuuri recuperó el aliento y sonrió ampliamente, pero su semblante cambió de inmediato al notar la presencia de Lukas en la plataforma. Se puso de pie con dificultad y se plantó frente a él.

Gwendal se dio cuenta de sus intenciones e intentó detenerle.

—¡Su majestad!

No escuchó la advertencia de Gwendal y miró a Lukas con ese tipo de rencor que hace que tu garganta se estreche y tu pecho se sienta apretado. Nunca en su vida había odiado tanto a una persona como lo odiaba a él.

—Juro por mi mismo que te derrotare y te humillare sin piedad —advirtió con furia contenida.

—Eso solo fue una pequeña muestra de mi gran poder —declaró Lukas con voz áspera. Su mirada fija en la de Yuuri—. Y para que te quede más claro, mi misión es acabar contigo.

—¡Los semifinalistas por favor pasar al centro de la plataforma! —Se escuchó la voz del juez, haciendo que a la fuerza se separaran.

Los que se acercaron a la plataforma fueron Axel von Foster y Friedrich von Moscovitch. Finalmente, los cuatro finalistas fueron presentados al publicó que gritaba emocionado, esperando ansiosos las batallas de las semifinales.

—Pasado mañana serán las semifinales de la siguiente manera —dijo el juez—. Axel von Foster contra Friedrich von Moscovitch. Y Yuuri Shibuya contra Lukas von Zweig

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Wolfram tragó en seco.

—¿Yuuri y Lukas?... —sus ojos verdes se estrecharon con incredulidad, y apretó los puños con fuerza—. No puede ser —murmuró con voz temblorosa.

Hannah se levantó de su lugar y llevó ambas manos entrecruzadas sobre su pecho, esto estaba mal, muy mal.

Anette y Willbert sonrieron totalmente complacidos.

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Después de que toda la gente saliera del coliseo, los participantes debían tomar su respectivo carruaje que los transportaría de regreso al Castillo Imperial.

Gwendal y Yuuri caminaban hasta la salida. El Maou visualizó a la señorita Aigner y apresuró su paso como pudo pues aun le dolía la pierna, para acercarse a ella.

-¡Kristal!

Ella se dio la vuelta cuando escuchó su llamado.

—Ah, Yuuri heika... —Lo saludó con una sonrisa cálida. Se fijó en el daño que había causado en la pierna del monarca un sentimiento de pena invadió su pecho—. Lamento mucho lo de su pierna —señaló.

Yuuri sonrió.

—No se preocupe, de hecho yo —apenado, se colocó una mano detrás de su cabeza—. Yo quería agradecerle, por... por haberse retirado de la batalla.

Kristal colocó las manos a la cintura.

—Es lo menos que podía hacer, para ser sincera yo ya no tenía Maryoku para seguir peleando con usted —respondió. Su rostro adquirió una expresión más seria y le preguntó—: Yuuri heika... ¿Por qué no peleó en serio conmigo?

Yuuri se extrañó por esa pregunta. Pestañando dos veces y con un gesto en la cara, le pidió que se explicara.

—Si hubiese peleado enserio, habría acabado conmigo en solo minutos —explicó la muchacha—. Cuando leí su mente supe que usted tiene una cantidad enorme de Maryoku, capaz de controlar cuatro elementos. Pero usted solo utilizó una pequeña parte para destruir mi laberinto de hielo, lo que me hace preguntar ¿será que no ha aprendido a intercambiar su poder con su espíritu?

Yuuri meditó sus palabras por un momento.

—Es lo mismo que me dijo Gwendal pero aun no lo entiendo bien.

Ambos se quedaron pensativos hasta que Kristal habló de nuevo.

—Debe aprender a controlar sus sentimientos contra su poder, si se siente presionado o desesperado no mide consecuencias y comienza a atacar no importándole cuanto Maryoku utilice en una sola técnica.

—Ya veo... eso suena lógico —Yuuri cruzó sus brazos tratando la manera de encontrar una solución. Kristal compartió su inquietud.

—Heika, el transporte nos espera, debemos seguir tratando su herida, necesita estar bien para mañana — intervino Gwendal, acercándose a ellos.

—Cierto, iremos al volcán Hefestos para hacer el pacto con el espíritu de fuego —respondió Yuuri viendo al general y luego se dirigió a la muchacha—. Bueno, gracias de nuevo Kristal. Nos vemos.

—¿Harán el pacto con el fuego primero? —preguntó Kristal de pronto, haciendo que ambos hombres la miraran con atención.

—Bueno, eso es lo que nos dijo Shinou —Trató de explicarle Yuuri.

—Recuerde al que enfrentará pasado mañana será Lukas von Zweig, él es un demonio con habilidades cálidas y combinables Fuego y Aire —dijo Kristal seria. Yuuri y Gwendal la escuchaban atentamente—. El aire aviva el fuego, no lo apaga, si luchan fuego contra fuego el resultado ser un incendio y ustedes acabaran sin Maryoku en una batalla interminable. Si utiliza tierra, él lo convertirá en magma. Analizándolo seriamente se llega a la conclusión de que Lukas es débil al agua y aire combinados, es decir el hielo.

—Suena lógico que tiene que hacer el pacto con el espíritu de aire primero —dijo Gwendal, colocando una mano en su mentón.

Ella sonrió suspicazmente.

—Exacto.

—Se necesita a alguien que invoque el espíritu del aire —intervino Gwendal de nuevo.

—¡Y por eso me tienen a mí! —dijo Kristal entre ofendida y divertida.

—¿Por qué lo haría? —Gwendal no se fió fácilmente de sus intenciones.

—Bueno, yo... —Kristal agachó la cabeza mientras jugaba con los dedos de sus manos— quiero ayudar a su alteza Wolfram y a su majestad Yuuri... porque, es obvio que ellos tienen que estar juntos —Terminó de decir mientras se sonrojaba. Recordaba algunas imágenes un poco subidas de tono entre ese par, en esos momentos deseaba que su habilidad no le permitiera ver los recuerdos.

—Ya, Gwendal, no tenemos que ser tan desconfiados, he aprendido que no todos en Antiguo Makoku son como mi suegro —comentó divertido Yuuri.

Kristal de repente se colocó firme frente a él.

—Pero debe acompañarme usted solo, Majestad —advirtió

—¿Eh?...

—Mi espíritu Aimeth, que es la máxima autoridad de los espíritus de Aire, es un poco peculiar para hacer sus pactos. Necesito que vaya solo conmigo, tómelo o déjelo...

El monarca hizo un mohín decepcionado.

—No tengo opción.

—¿Está seguro de esto, Heika? —advirtió Gwendal una vez más.

—Confiaré, como lo haré con Lord von Luttenberger y su nieto, ya no quiero estar rodeados de enemigos, eso es triste y deprimente Gwendal —Yuuri suspiró hondo y recuperó sus eterna sonrisa—. Muchas gracias Kristal. Acepto, irémos solo nosotros dos para hacer el pacto.

Kristal se quedo ensimismada contemplando la sonrisa del Maou, cuando por fin reaccionó volvió a su actitud animada.

—¡Nos veremos al alba! en la salida del castillo —Caminó hasta el carruaje donde la esperaba su hermana mayor—. ¡Entrenaremos todo el día! —gritó a lo lejos mientras Yuuri se despedía con la mano.

Los planes habían cambiado, mañana haría el pacto con el espíritu del Aire. Entrenaría todo el día con Kristal san. Se prometió a si mismo que en la batalla contra Lukas acabaría con él en cuestión de minutos. Por el honor de la familia Lutenberger, por el honor de Wolfram, dejaría callado a ese infeliz.

 

 

Notas finales:

El capitulo estuvo largo!!!

Para hacerlas reír después de esto agregaré un personaje: El pañuelo: Bordado por las delicadas manos de la ex reina Cecilie desde que inicio esta historia se lo entregó a su hijo Wolfram luego éste se lo entregó a Yuuri después de hacer… bueno ya saben. Vuelve con su aparición protagónica en la pelea que acabas de leer. xD

En el siguiente capítulo:

Los hermanos Bielefield hablan seriamente

- Ahora podremos hablar tranquilamente Otouto – rompió el silencio. No esperó más.-  Explícame como fue que llegaste a honrar a un Medio-Mazoku como rey… ¿cómo dejaste siquiera que ese tocara a mi hijo?

Si sigues con esa actitud perderás todo el cariño de parte de tu hijo… ¿Dejaras libre a tu hijo para qué él mismo decida a quien quiere desposar?..-

Lord Luttenberger habla seriamente con el Maou de Shin Makoku.

Disculpe mi intromisión, pero no puedo dejar de preguntar ¿Seguirá usted participando en las batallas? – esa inquietud se debía especialmente porque su siguiente rival sería el temible Lukas von Zweig. Y por la condición de su pierna era casi seguro el resultado. 


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