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El reflejo de una vida, junto a ti. por Cintia24

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Notas del capitulo:

Pety_li : Agradezco mucho tú comentario, me gusta saber lo que opinan. Perdóname que se me borro, es que para mi es nuevo manejar esta pagina. Te había contestado dos veces via celular y, cuando quise borrar una.. La que estaba de mas. Y.y borre todo. Puedes poner tu critica nuevamente, si quieres… fue sin querer.  Repito. Cada uno es libre de poner su opinión. No me molesta.
Agradezco a todos: sus comentarios. 
Los invito a este nuevo capitulo.J

Little Whinging, Surrey, Inglaterra.
 
El conductor estacionó el rodado lo más cerca posible de la puerta de entrada.

El vecindario era enorme y, tendria que cruzar a toda la jauria de mujeres que lo esperaban. Dia tras dia, sucedia lo mismo. Suspiro, saliendo de su camioneta, con evidente resignacion. 


Tenia que empezar a moverse.

Los dias de invierno, eran cada vez mas cortos y, tenia mucho trabajo por hacer...  ¿Quien diría que terminaría, así? Si le hubieran adivinado el futuro.Casi, unos cuatro años atrás, se hubiera reído de escuchar algo tan estúpido. 
 
Wisteria Walk 

Rebosaba de Muggles, los mismos que se trasportaban en autos y, motos, rumbo a sus respectivos trabajos en quella mañana de julio. Está era una de las calles de mayor urbanización.

Muy cercana a la casa de los tíos del *niño que vivió*, en Privet Drive. 
 
Mientras acarreaba su pequeña caja de herramientas, se acomodo la gorra negra ocultando su-algo largo- cabello, que suelto llegaba hasta sus hombros. Ahora, por comodidad… lo llevaba atado en una media coleta. Sus viejos jeans gastados, con agujeros en ambas rodillas y, una camiseta de color gris-claro, apretando su pecho fornido. 


Se rió disimuladamente de los suspiros y, exclamaciones. Qué eran ahogadas, torpemente detrás de las ventana de aquellas vecinas cachondas, llenas de imaginación.
 
 
Varios, al verle sonreían dando su aprovacion. No. Por nada, se había ganado el respeto y, cariño de las gran mayoría en Surrey.
 
Ron Weasley, con sus veintitrés años envasados en un cuerpo gentil e impresionante-mente atractivo, se encamino a la casa de Lilian Rutcher; Una señorita mucho más tímida que las demás y, de las qué lo hostigaban menos. Era sin duda; La mejor opción... por lo menos, no intentaria caerle ensima, cada quince minutos o menos.
 
Necesitaba algo, con que distraerse…En una semana. Seria el aniversario de sus padres, y habia decidido... No ir a aquel evento familiar, como los ultimos tres años.
 
Los Weasley, eran una familia muy tradicional.( A su estilo)
 
El rompimiento de Ron con Hermione a pocos días de cazarse, era lo mismo que una deshonra de una familia a otra.

 Aunque los padres de Mione no lo consideraron, así. (Los chicos eran jóvenes y, si no estaban preparados para ese paso, había que entenderlos y apoyarles)

Pero los padres de Ron, estaban furiosos con la inmadurez de su hijo.
 
Ron cansado de los desplantes de su familia. 
 
Se fue de la madriguera. 
 
Eso molesto más a su madre quien negó a su padre ir por él. Los intermediarios, efectuados a través de George también lo cansaron y, renuncio a la tienda dejando a Ginny en su lugar… 
 
-¡Ron! ¡No puedo quedarme aquí! ¡Una tienda de bromas, no es para una chica como yo!- Había gritado la joven furiosa.
 
Pero Ron sabia que Ginny, no dejaría a George solo con aquél sueño… No, ahora que no tenia a Fred a su lado...
 
Un nuevo problema apareció para nuestro joven pelirrojo.
 
Sin tienda. No había lugar en donde dormir y, el dinero para una hostería se le estaba acabando demasiado, rápido. Sin trabajo, se quedo en la calle. Aún no recuerda, cuando fue que termino, llamando a las puertas de una mansión en ruinas.

Un tiempo con su tía Muriel, no podía ser tan malo. 
 
Pasando los meses.
 
Ron aún se escondía en su soledad. Recordando a aquel que se fue de su vida, para no volver… vivía preocupado, pensando. ¿seguirá vivo? ¿Comerá bien? ¿Dormirá bien? ¿Estará solo...? ¿Tendrá a alguien…? Seguramente se había olvidado de todos... Quizás se acento, en algún lugar… con una joven y, bonita mujer... Las pulsaciones se elevaban ante aquel pensamiento.

¿Harry...enamorado? ...Que locura... 


Pensar en Harry era un dolor de cabeza y, un seguro insomnio de por vida.
 
El recuerdo de aquel espejo perduraba en su mente y, ell ultimo día qué lo vio, lo perseguía. Como un castigo al niño inmaduro que fue…

A los dias, de que su amigo se fuera... Ron temia que el moreno hubiera sobrepasado sus limites y, pensado en el suicidio. Segun Mione, Harry juro no volver por voluntad propia. y, para Ron decir adiós para siempre… era casi, como mencionar a la muerte.

Se recrimino duramente el no haber sido mas convincente con su moreno amigo.
 
... Si yo hubiese intentado entonces levantar tu caído espíritu; Si mi experiencia no hubiera sido, nula. Si hubiera sido mas útil para ti… No puedo, evitar recordar… aquel manto de tristeza, que llevabas puesto sobre tus hombres, tu sonrisa sin esfuerzo y ese ultimo abrazo. 
 
Su tortura termino, Cuando tubo fuerzas para abrir aquella carta arrugada y, maltratada por sus propias manos. En siete meses. Hermione había intentado leérsela, pero el había alejado que lo aria solo… dejándolo, siempre para después...
 

A la segunda, semana viviendo, con su tia... Ron logro conciliar el sueño. Pero, poco le duro el gusto. Como, cada noche sin Harry en su vida. Las pesadillas se hacian presente, para atormentarlo.

Aquella noche... fue mucho mas real e intensa que las otras.  

Harry con el hombro ensangrentado, casi a la altura del corazón. Agonisando. Ron corria hacia el, pero no llegaba... Harry estaba muriendo y, el no podia nisiquiera tomarlo en sus brazos.  

Despertó sudado, gritando su nombre y, con el miedo crispándo-le la piel. Mientras, las lagimas demolian sus ojos, junto al dolor punsante en su corazon. Decidido e impulsivo, tomo la carta y, la abrió con desesperación.
 
«Hoy es día de vencer o morir… de acabar con mis pesadillas, liberarme de culpas y, reencontrarme conmigo mismo. Tu mejor que nadie me conoce y, sabes que no soy ni la sombra de lo que fui… dirás; qué antes éramos niños… Pero siento que eh perdido mi humanidad… mi corazón. 
Ron no encuentro palabras para agradecerte estos años de amistad… ni tengo cara para decirte adiós. Siempre, te recordare con mucho cariño. Si nuestros destinos se vuelven a cruzar… bienvenido sea. Pero, si no…  Nos veremos del otro lado.»
 
No limito sus lagrimas y, las dejo salir mas confundido que antes… al menos. Sabia que Harry no se había ido para suicidarse o algo, así… pero si, que según sus palabras. Se había marchado, para siempre…
 
Por qué… dejar al destino encargado de su reencuentro, era como lavarse las manos. 
 
Se abrazo, intentado combatir aquel vacío. La cama era tan grande y, el silencio tan cruel. Ya no tenia a nadie con él… Su tía Muriel no era alguien muy platicadora y, se mostraba fría ante su presencia.
 
Pero el tiempo todo lo cura y, ambos solitarios… se hicieron buenos amigos. El lindo petirrojo. Ayudaba en el arreglo de la mansión y, en los cuidados de su tía. Por las noches, se contaban anécdotas conociendo, más uno del otro.
 
Mientras su corazon sanaba, dia tras dia... el infortunio se acercaba, a paso lento y, asi... una mañana llego, Sin ser anunciado.

Tia Muriel fallecio, dormida en su cama. 

Su ultima charla, la noche anterior... Ron la atesoraria, por años. 

Por que esa noche fue la noche qué supo ponerle un nombre a lo que sentía… por su viejo, pero joven amigo. Fue también esa noche en la qué Muriel recordó su pasado, con nostalgia… luego de haber pasado la tarde mirando viejas fotografías y, dando media sonrisas.
 
 En la actualidad Ron aún se pregunta. Si, ella sabia lo cerca qué estaba de su lecho de muerte.

...

 
Meciéndose en su silla, susurro. - Jhosh… mi hermoso jhosh… Cuanto te ame… - Ron dejo de observar los pequeños troncos que ardían en la chimenea. Para ver a su tía abuela, hablarle a una vieja fotografía.
 
-¿Estuviste enamorada, tia?- Pregunto, sorprendido el muchacho.
 
La risa de la vieja bruja, se dejo escuchar en el silencio de la sala.-¿Acaso crees que soy de hielo, muchacho? - con el ceño fruncido y, buscando sacar su altanería del fondo de un baúl lleno de telarañas, Contesto.- e, amado mas de lo que aspirara un mocoso, como tú.
 
La mujer no se sorprendió al no recibir contestación. 
 
Su sobrino nieto, era de quedarse callado muy seguido, últimamente. 
 
Desde el momento que puso un pie en su mansión. Muriel supo que ese no era el mismo pelirrojo, de antes. No eran los mismos ojos desafiantes. Ni la misma pose impertinente. 
No era el mocoso que usaba la varita qué le obsequio, como si fuera un rascador de espalda. No. El era distinto, era emocionalmente diferente. Muriel sabia que solo una cosa cambia en cuestión de segundos a una persona. Aquel jodido, sentimiento que nos hace madurar de una cachetada.
 
Muriel conocía esa mirada… la mirada que ella cargaba en sus años de juventud… esa qué no brillaba ni deseaba brillar… Esa era una maldita y, jodida desilusión amorosa.
 
-Dime qué es lo que te atormenta, niño.- No pregunto. Mas bien, exigió saber.
 
-¿Qué piensa del amor?
 
-Estas arrepentido de cancelar tu matrimonio con la joven, Granger.
 
- ¡No! No, yo-yo…, se que fue lo mejor… para ambos.
 
-Bien, entonces.- Se aliso la falda -¿Por qué, la pregunta?
 
-Curiosidad…
 
-Bien. Te diré que el amor no se piensa, se siente. - le aclaro, Ron esquivo su rostro pensativo. Evitando, la mirada intensa de la anciana y, tomando un pequeño tronco, lo lanzo a la chimenea. Viéndolo, consumirse entre llamas del color de su cabello. -El amor es lo que nos hace tontos e irracionales. Es ese que está… aunque… lo neguemos y, deseemos esconderlo. 
 
- ¿Qué pasa si amas a alguien que no debes? Acaso… ¿Amamos todos de la misma manera, o existen diferentes clases de amor? 
 
- Eso es difícil de saber… muchos dicen que el amor nace en lugares insospechados. Hacia personas que al principio no consideramos apropiadas para enamorarnos. Pero nos atrapan de todas formas y, cautivan nuestros corazón. Volviéndonos, lo que creímos jamás seriamos. Lo importante del amor… es que se logra. Cuando existe por ambas partes. 
 
-Solo no?
 
-Solo. No existe el amor… por queee no perdura… no tiene fuerzas para mantenerse… solo los fieles, por instinto y, estupidez… logran que perdure un amor no correspondido.
 
-¿Como saber… si alguien esta enamorado?. ¿Como diferenciar entre amor o amistad?- Su mente era un revuelo desde hace año y, medio. Necesitaba hablar con alguien o se volvería loco.-¿Como lo supiste tú?
 
-Wowww! Estas muy preguntón. 
 
-Lo siento. -Soltó apenado.
 
-Tranquilo, es bueno saber que no te comieron la lengua. - se burlo su tía. -El amor para mi es ese que no se olvida, ese que es especial. Ese que deja marcas en tu corazón y, guarda las sensaciones del primer día… de la primera vez.
 
 
- tía Muriel.
 
-Si. Ron…
 
-Creo, qué estoy enamorado.
 
-No pareces feliz, Ron.
 
 - Pero, lo estoy… ¿Cuántos, conocen el amor? ¿Cuantos, pueden decir lo mismo…? - Sonrío tristemente observando las llamas creciendo ante él, permitiéndose dar la espalda a su tía. Y arrodillado en el frío piso de madera. Mientras sus ojos azules, brillaban con resignación.
 
-¿Por que estas aquí entonces? Solo, con una vieja aburrida.
 
-Te menos precias demasiado, tia. - Se paro y, encamino hasta ella dándole un beso en la frente.- Te eh dicho lo hermosa qué eres… -Gracias, por aclarar mis pensamientos. -Gracias, por estar para mi.
 
-…Oh, niño tonto. - se tapo los ojos, que estaban por humedecerse. - No creas, que lograras qué este roble llore. - con toda su gracias, le dio un zape en el brazo -No soy de sauce.
 
Ron rió por las palabras de su tía. sin saber que le había regalado una ultima noche con los mortales, maravillosa. Cuando sus últimos años de vejes, creyó que moriría sola. 

...
 
Dos años habían pasado de aquello. 
 
¡ Qué desdichado era ! Ese espejo le había engañado. No. El se había engañado. El espejo solo le mostró, una imagen. El seguramente malinterpreto todo y, se obsesiono, con ello. Pero que estupido había sido.
 
 Estaba cansado de alimentar sus ansias, con falsos sueños...  Ese mundo, donde puede tenerle tan cerca, como el desee… hasta despertar y, caer en la realidad de qué quizás, no volvería, jamás… 
 
La gran y, extravagante tía Muriel era una muy adinerada y, anciana bruja de sangre pura. Ron nunca creyó, que ella muriera una noche de agosto, dos días después de llegar a sus ciento siete años. Sus nietos la creían inmortal y, no por nada. Estaban seguros que esa mujer podía jugar Quidditch, sin necesidad de un equipo y, aun así, derrotarlos. 
Murió en plena tormenta. Dejando, una pequeña pero nada insignificante herencia a sus sobrinos nietos. los únicos herederos eran sus sobrinos nietos, hijos de su adorable sobrina Molly. 
 
Dado que el resto fue un gran dolor de huesos para la vieja huraña y, no se merecían más que polvo en sus zapatos. 
 
Puede que Jamás halla perdonado qué los gemelos le pusieran una bomba fétida en su silla. Pero la perdida de uno de ellos, de Fred…, hablando el corazón de la vieja bruja. La madriguera no seria la misma, sin ellos dos...
 
Si su tía supiera en qué había usado el dinero… Seguramente se levantaría de la tumba para invalidar su testamente y, darle una patada en el trasero. *Su pequeño briboneé o gracioso, petirrojo* Como solía llamar a Ron. Había comprado una casa en tierra de muggles.
 
Y no solo eso. 
 
Ron trabajaba para ellos y, no usaba su magia. No lo hacia desde que rompió su compromiso hacia tres años y, medio. Estaba renegando de ella… de la magia. Se decía qué eso era peligroso en un hechicero y, el pelirrojo es bastante conciente de ello. Pero la magia últimamente solo le traía tristes recuerdos.
 
 Ron estaba equivocado en una cosa… Muriel le sonreía desde el lugar donde descansaba su alma orgullosa de el hombre en que se había convertido y, deseando que el amor llegara a él. 
 
Veintitrés años. 
 
Y era mucho mas qué una piltrafa, más qué un simple mocoso. Era todo un hombre. No como otros, qué no sabían ni por dónde les daba el viento.
 
Ron quizás no tenía ni puta idea de nada. Pero poco a poco aprendía todo. Era definido como un hombre sin ganas o deseo de poder... Sin ambiciones, sin malicia. 
 
 ...
 
Draco Malfoy, No podía entender la actitud de ese Weasley…  Blaise Zabini quién entupidamente- según Draco-salía con la hermana de Ron. Le había contado hasta donde sabia, le había llevado la locura a su excompañero. Vivir con los de sangre sucia y, esos desagradables muggles… ¿Qué tenia de bueno, eso? La demencia del joven pelirrojo era hilarante… Draco, por mas que había insultado la inteligencia del pecoso… sabia qué esté no era tan idiota como se lo veía… y la intriga por entrar en la mente de aquel muchacho. Lo estaba matando. Ese bastardo. Veintitrés años y estaba legitimado para usar la magia a gran escala. A una escala capaz de arrasar con todos los habitantes de ese pueblo. De llegar y destruir… Pero el simplemente, actuaba como un simple empleado, un asqueroso muggle; Un jardinero, pintor, electricista y, hasta fontanero. No había cosa que Ron Weasley no hiciera… Ni había persona en aquel lugar qué no solicitara de su servicios. 
 
...
 
 
Bleise observo el rostro de su rubio amigo. Ambos, aparcados aun lado de la calle… fingiendo ser dos simples muggles, motociclistas. -Repugnante. -Había dicho Draco… pero ahí estaba vistiendo de musggle… Sonrío ante la ironía…  y, mucho más ante el interés en Malfoy qué se había despertado, nuevamente.  Desde el día que le hablo de Ginny. Esa obsesión desmedida por los Wesley… por uno en especial. había resurgido. 
Y eso le encantaba. Últimamente sus días fuera de las instalaciones de magia, eran bastante aburridos. No por nada había abierto la boca… extrañaba ese toque de decisión en su amigo. Esa mirada de hielo, ese instinto asesino que rayaba lo competitivo… siempre quiso descifrar a Draco, saber lo que pensaba… la verdad detrás de esa aura formada de oscuridad.  Quizás, al fin podría hacerlo… eso le decia la forma en que sus músculos parecían de piedra debajo de aquella campera de cuero. No podía ver bien sus ojos… pero si esa sonrisa...
 
Draco llebaba esa sonrisa patente que lograba seducir a mas de una... pero que la tubiera mientras obserbava a ese weasley, fue como un escalofrio... antisipando el desastre que se avecinaba.
 
....
 
Lo odiaba, con todo su ser… lo detestaba. Y, aun así no podía dejar de mirarle mientras lo observaba pintando, las cercas de aquella casa. Le revolvió el estomago ver a aquella mujer coqueta acercándole un jugo de naranja. Se sintió tentado a cantar un hechizo. Uno que la pusiera en vergüenza. pero el era Draco Malfoy, no levantaba su varita por una tonta muggle.Lo olvido, cuando aquella mujer derramo el baso sobre la camiseta del pelirrojo y, este tubo que quitársela. Los ojos tras los lentes de sol, se dilataron ante la imagen que brillaba sobre aquél torso. -Ron…- Pronuncio, saboreando su nombre. 
Se estremeció dos veces… una de miedo ante aquellas sensaciones que resurgían en su cuerpo y, otra de algo que no quería ni nombrar, conforme la imagen se pegaba en su mente y, se guardaba para siempre.
 
...
 
Ginny se dirigió a la casa de su hermano. Furiosa. Dispuesta a golpearlo y, dejarlo bastante magullado. Aún no comprendía el hecho que Ronald viviera entre muggles. -Ese idiota.. -Y, enzima ahora hasta su madre lo apoyaba. Molly Weasley desistió de su enojo para con su hijo pequeño. 
 
No podía perder otro hijo. 
 
No podía concebirlo. 
 
 
Mientras Ginny formaba su hechizo de tele transportación. Pensando en como convenser a su hermano de ir a ver a sus padres...
 
....
 
En otro lugar; Un cuervo negro, de alas tan brillantes y, oscuras como el petróleo, volaba en picada… por entre los árboles del bosque… tenia una herida en el ala… necesitaba llegar cuanto antes a la cabaña de su amigo. 
 
Cuando creyó que lo lograría... Su fuerzas le fallaron y, callo desmallado golpeando en el suelo. Ahora, en su forma humana. Así es, era humano y, no uno cualquiera…
 
....
 
Hagrid se sobre salto al escuchar uno de los frasco, caer de la mesada. Todo se desparramo en el suelo. Al levantarlo. Noto como el polvo mágico que estaba revuelto… empezó a moverse formando una flecha en dirección al bosque.. Hangrid no lo pensó, dos veces. Salio de su cabaña a toda prisa, igual que lo hizo aquella flecha hecha de polvo rosa, el cual se movía indicándole el camino que debía tomar…
Lejos de impresionarse y, casi seguro de qué Dumbledore estaba haciendo de las suyas, aun estando muerto. Siguió el camino en busca de lo que sea, le necesitara.
 
Fue así… qué hallo a un moreno desmayado y, herido, entre medio de los árboles. Se acerco dispuesto a ayudarle… giro su cuerpo para ver el rostro del muchacho. Y, la sorpresa llego como un gran balde de agua fría.
 
- ¡Santo cielos! Por las barbas del grizzli ¡Harry!- exclamo, asustando a todo ser cercano.-¡Oh. Harry! -Grito. Emocionado y, preocupado. 

Notas finales:

Bueno, aqui esta... segunda parte. veremos que pasa =)


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