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Tríptico por turumpssss1

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Notas del capitulo:

Me encontré con errores garrafales que pasé por alto a escribir los primeros capítulos. Al parecer mi comprensión lectora de manga se fue al hoyo. Lo correjiré, porque Kakin estaba en NGL y no en el Continente Oscuro y no, mal. 

Lamento la tardanza :(

Leorio despertó cuando los cálidos rayos del sol pegaban fuerte en su rostro. Necesitaba descansar más, su cuerpo se sentía fatal y, en su inconsciente no podía recordar una razón. Entonces todo llegó como un golpe directo a su estómago ¡¿Qué mierda había hecho Kurapika?! ¡¿Qué mierda había hecho él, más que mirar y lamentarse?!


Se paró lentamente del frío suelo. Estaba en libertad. Kurapika se había ofrecido sin resistencia para que él pudiera ser libre. Kurapika, quién veía como su objetivo número uno la recolección de los ojos de sus compañeros, había decidido postergarlo para que él pudiera vivir un poco más. Pero Leorio sabía que no podía vivir sabiendo que siempre era una carga para todos sus amigos. Un inútil. Gon y Killua hubieran hecho algo, cualquier cosa, con tal de salvarle el pellejo a Kurapika.


Más él, se había quedado perplejo, observando a Kurapika caminar con los ojos encendidos de ira. Aun así, el kuruta no había hecho nada más que sentarse con suavidad en la cama de aquél bastardo, mientras escuchaba las órdenes que él daba. No podía apartar la mirada, aunque siquiera. No podía pasar eso, ¿verdad? Entre todas las cosas que se le podían ocurrir a ese imbécil, no podía ser eso. Entonces la confirmación de sus sospechas llegó rápido, cuando Kurapika lentamente desanudó las finas hebras doradas que sostenían la capa sobre sus hombros.


¿Kurapika llevaba ropas tribales? ¿Las típicas? ¿Pero cómo? Exceptuando por el color rojo de ellas, no cabía duda de que eran las mismas de York.


No le queremos decir a Kurapika, pero el Príncipe Kakin parece tener una gran fascinación por todo lo que tenga relación con la tribu kuruta” Cheadle había mirado con cautela los documentos frente a ella, luego volteó a ver a Mizaistom, quien afirmó “por eso no queremos ejecutar el plan de Kurapika, hay algo demasiado retorcido y perverso detrás del Príncipe. No queremos que él se acerque a Kakin”.


Cheadle y Mizaistom lo sabían. Sabían que el jodido loco se iba a obsesionar con Kurapika apenas conociera su proveniencia, pero nadie –suponía Leorio- sabía que aquello pasaría.


Cuando el príncipe había comenzado a tocar suavemente la cara de Kurapika, mencionó algo que logró que los nervios del joven kuruta se crisparan, pero no llegó a oír nada. Kurapika había cerrado los ojos, afirmó con la cabeza, y una lágrima había decorado su rostro por unos segundos.


Leorio estaba enfurecido, jamás había visto a Kurapika tan vulnerable, entregado a su suerte y todo era culpa de él, de eso no cabía duda. Oh dios, era tan inútil.


Mientras avanzaba lentamente al centro donde estaban reunidos todos los zodiacos, podía escuchar tras él un fantasma, podía verlo con tanta nitidez que sus ojos se llenaban de lágrimas producidas por la furia y el nudo en la garganta le costaba respirar. Sólo podía ver a Kurapika, desnudo, llorando en silencio, mientras el bastardo lo penetraba.


Jamás se perdonaría. Jamás.


Cheadle miraba su teléfono celular con el último mensaje recibido. Deberían haber gritado más fuerte, haber hecho más advertencias, quizá haber amenazado a Kurapika con algo que le doliera. Pero sólo habían asentido, como si ese plan fuese lo único que podría funcionar ¡Eran el Zodiaco, maldita sea! ¡Eran jodidos expertos en el uso del Nen! Y habían aceptado que dos novatos fuesen al área de lucha, como si eso tuviera algún sentido.


Lo único que restaba, era salvar a Kurapika de las manos de ese enfermo. Ella estaba segura cual era el destino que Kakin le daría a Kurapika ¡Tuvieron todas las malditas señales y nadie hizo nada! ¡Tuvieron todas las putas señales…!


Se dejó caer en el sillón, mientras esperaba que alguna buena noticia apareciese por la puerta y le fuese notificada. Pero habían sido dos largos días de no saber nada, más que un mensaje por celular, que la había hecho enfrentarse a los zodiacos, no como una más del grupo, sino como la presidenta de la Asociación de Cazadores.


Mizaistom la había apoyado, pero nadie parecía entender lo que realmente estaba pasando.


Kurapika era una joya preciosa, ignorando sus raíces. No lo podían perder en un asunto tan vago y estúpido como lo que estaban haciendo. Los zodiacos podían irse a la jodida mierda, y seguir los planes según lo previsto, ella no movería un dedo porque era su culpa haber mandado a dos jóvenes a una cacería humana, donde lo mejor que les podría pasar, sería morir de inmediato.


Un fuerte portazo la hizo salir de sus pensamientos. Leorio había vuelto.


Pero su mirada sólo afirmaba aquello que sospechaba.


Las lágrimas y la desesperación se apoderaron de ella cuando Leorio la abrazó. Se suponía que debía ser fuerte delante del novato, pero ese día no se lo permitiría. Porque en lo más profundo de su corazón, sabía que el presidente Netero hubiera sabido qué hacer con el mensaje.


Kurapika me pertenece


“Creo que tengo la mitad del potencial que tenía antes, así que me costará más aprender todo nuevamente” Gon estaba cansado; ya no obtenía los mismos resultados que hace unos años atrás, aun así podía sentir que su aura era fuerte y quizá, un poco más estable que antes. Probablemente, porque él mismo había empezado a madurar.


Hisoka suspiró, la verdad lo golpeaba un poco. Él se había demorado años en lograr tener un aura como la de Gon, así que su orgullo estaba un poco herido. Aun así, pensaba, eso se podía deber simplemente a un tipo de memoria que resguardaba el aura de Gon, de todo su anterior entrenamiento.


Pero se sentía diferente y eso le incomodaba.


“Creo que deberíamos hacer la prueba de adivinación en el agua, quizá tu Nen haya cambiado”


“No creo que haya cambiado, yo no he cambiado Hisoka” sonrió Gon.


Hisoka pestañeó varias veces confundido. Nunca le había incomodado estar con Gon, de hecho, conviviendo con él y Mito, había aprendido a conocerlo mejor, más allá de sus habilidades y técnicas natas en combate o las producidas por su entrenamiento.


Gon se levantaba muy temprano a observar el alba mientras pensaba que todos dormían. Practicaba Ten hasta que Mito lo llamaba a desayunar. Se había producido un cambio, como si hubiera entendido algo que jamás había podido descifrar con su antiguo yo. Se mantenía en calma, pero no perdía su carisma y su sonrisa típica de niño. Aunque todas las palabras que expresaba, contenían una sombra detrás que Hisoka aún no podía contemplar.


Era necesario hacer una prueba de agua, porque Gon había cambiado.


Afuera de la casa de Gon, se habían sentado y en una mesita de madera –que esperaba no se dañara, porque Mito amaba esa mesita- habían puesto los implementos necesarios.


Hisoka se había sentado frente a Gon, mientras éste cerraba los ojos y se concentraba en practicar Ren para que hubiera alguna reacción en el agua.


En un comienzo, nada pareció cambiar e Hisoka se sintió decepcionado ¿y si realmente había quedado sin la habilidad de ocupar Nen por la condición al matar a Pitou? Gon sólo le había contado lo justo y necesario, pero aun pensaba que ese no era el final del niñato.


Entonces pasó algo e Hisoka no pudo hacer nada ante la cara que estaba poniendo. La hoja en un comienzo verde y normal, se había separado de forma horizontal en seis partes y cada una había adquirido distintos tonos del mismo color. Su cambio había sido ligero, aun así Hisoka se sentía entumecido.


Gon abrió los ojos, y al igual que Hisoka se quedó paralizado y sorprendido por unos segundos, eso sólo podía significar una cosa.


“Especialista… Gon, ahora eres especialista”


La araña debía acercarse con rapidez a NGL antes de que Kakin partiera al Continente Oscuro. Bien como había dicho Shalnark luego de ver el Portal del Cazador, las cosas estaban variando y sus planes se vieron turbados. Debían llegar para obtener todos los tesoros que tenía este tipo, todo y cada uno de ellos. Capturar al bastardo de la cadena en ese viaje sería considerado como un plus.


Se habían detenido en un poblado, mientras Shalnark recolectaba información. Estaban reunidos debajo de un frondoso árbol, y Kuroro sólo se podía sentir agradecido por todas las bendiciones que estaba recibiendo. Nunca había sido alguien vengativo, pero habían cosas que no se podían perdonar ni dejar en el olvido.


Cuando Shalnark apareció, traía una mirada un tanto extraña.


“Siento dar malas noticias chicos, pero al parecer nuestro viaje se verá… interrumpido” Kuroro no dio ni una reacción cuando algunos miembros del Ryodan voltearon a verlo, pero la curiosidad podía con él aunque no lo demostrara, “alguien más capturó al bastardo de la cadena. El Príncipe Kakin lo registró como una de sus propiedades y esa es una de la noticias que ha dado vuelta el mundo y, digamos, todos aquellos quienes aman las cosas extrañas y únicas quieren saber el precio por él”.


“Pero nosotros robamos cosas, esa información no es de mucha utilidad. Lo bueno es que ahora sabemos dónde está y será más fácil conseguirlo” dijo Nobunaga, tratando de ver si alguno de sus compañeros se oponía a la idea. Muchos afirmaron a lo dicho, aun así Machi se veía totalmente desencajada con la idea que él proponía.


“No lo sé, hay algo extraño en todo esto, no me da buena espina”


Kuroro se levantó de donde descansaba “Confío en Machi para eso, creo que debemos repensar lo que haremos” tras una pausa, añadió “además, me produce satisfacción lo que está pasando. Creo que esta humillación que ha sufrido el bastardo de la cadena es la primera parte de nuestra venganza.”


“Pero chicos, déjenme terminar lo que decía” Shalnark entonces, añadió “de hecho, fue inscrito en la subasta del bajo mundo, en la ciudad de York para el año que viene”.


“Espera, ¿lo van a vender? ¿Cómo a una vulgar prostituta?” empezó a reír el espadachín.


“Bueno… aún no se sabe el precio, pero podría alcanzar unos cuantos billones fácilmente por la demanda que está teniendo entre los millonarios. De hecho, el valor es por ser el único sobreviviente de la masacre y también por el hecho de su belleza un poco andrógina”.


Kuroro empezó a reír y todos lo miraron sorprendidos.


“Esto es oro puro. Entonces, los dejo libres hasta el próximo año cuando nos reunamos para la subasta” alguien iba a empezar a reclamar, cuando Kuroro añadió “lo único en lo que puedo pensar, es en la cara del bastardo de la cadena cuando nos vea apostar por él”.


Nadie dijo nada, pero todos lo pensaron: Kuroro lo había tomado como una venganza personal.

Notas finales:

Espero que les agrade la actualización. El fanfic tiene para rato así que no se alarmen porque esto va de a poco. Otra cosa, lo que sucede en... todas las partes que nombro va a diferentes ritmo. 


Todo lo de los zodiacos, Leorio y Kurapika, Cheadle y blá, estan muy cercanos en las dimensiones temporales, pero lo de Gon e Hisoka van como... años luz de distancia (por decirles, eso comenzó antes que toda la misión de los zodiacos y han avanzado unos meses desde el entrenamiento empezó); por otro lado, lo del Ryodan va más adelantado en los sucesos.


Y... no me maten, pero a Kurapika le queda mucho sufrimiento aun.


¿Qué tal el golpe de Leorio a Ging?


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