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Suplicando tu amor por Fullbuster

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Notas del capitulo:

Mañana no saldrá el capítulo porque estoy de viaje, pero el Lunes ya estará de nuevo aquí. 

Deidara Uzumaki POV

 

 

 

Me desperté en una habitación que no conocía y entre los brazos de Itachi que seguía con la mano en mi vientre y su rostro hundido en mi nuca haciéndome cosquillas. Sonreí al verle dormido, porque cuando dormía, parecía incluso un buen chico. Su aroma me embriagaba y es que no sé qué colonia utilizaba, pero me encantaba, prácticamente todo de él me gustaba, era muy diferente este nuevo Itachi del que conocí cuando volvió de Alemania, porque me había hecho de todo ¡Hasta estaba embarazado!

 

A veces, me sorprendían los giros que daba la vida, como había pasado de no conocerle a odiarle, de odiarle a amarle y ahora… a tener miedo de no poder olvidarle, porque iba por muy mal camino, ya eran dos noches las que había dormido con él y aunque no me hizo nada, sólo con sentirle a mi lado con su mano en mi vientre protegiendo al niño, ya hacía que me enamorase cada vez más de él.

 

Me levanté despacio intentando no despertarle y me asomé a la ventana para oler ese aire tan fresco a naturaleza. De verdad que me resultaba casi imposible pensar que alguien no quisiera vivir aquí, era la casa perfecta en el sitio perfecto, con mucho espacio y mucha tranquilidad.

 

Estaba viendo el paisaje cuando sentí los labios de Itachi sobre mi cuello besándome y me encantaba, quizá era algo masoquista y sé que mi hermano tenía razón en una cosa… yo tampoco me explicaba cómo podía gustarme tanto Itachi después de todo lo que había hecho, pero no podía evitarlo, supongo que no se mandaba en el corazón.

 

- ¿Has dormido bien? – me preguntó.

 

- Sí – le dije – tenías razón, aquí se duerme mejor que en la ciudad.

 

- Desde luego, no hay ruidos – me dijo sonriendo – Voy a prepararte algo de desayunar.

 

- Puedo prepararlo yo

 

- Ya lo sé, pero es mi casa y eres mi invitado, lo prepararé yo.

 

- Puede que sea tu casa, pero yo hago mejor el café

 

- Si anda, eso tendrás que demostrármelo

 

- Cuando quieras, de hecho nunca te lo dije, pero el café que te bebías por las mañanas, no era de tu cafetería preferida, lo hacía yo en tu cocina – le dije sonriendo.

 

- Lo sé – me dijo sonriendo – por eso me gustaba aún más que el de la cafetería. Todo lo que hagas tú, me gustará siempre más.

 

Por llevarle un poco la contraria y que no me tratara como un inútil, acabé saliéndome con la suya y preparando el café para Itachi, aunque no me dejó hacer nada más que el café. Las tostadas, los zumos, la leche y todo lo demás, lo preparó Itachi, porque me obligó a sentarme después de prepararle su ansiado café y es que le encantaba el café que yo le preparaba, era algo que ya sabía desde que llegó de Alemania.

 

La verdad es que a veces… Itachi era tan sobreprotector conmigo, que no me dejaba ni siquiera moverme ¡ni que estuviera inválido! Estaba embarazado, no inválido, podía hacer las cosas.

 

Por la mañana aprovechamos para dar un paseo por los viñedos y es que era bueno que caminase, el médico me lo había recomendado y al no sentirme hoy tan cansado, decidí acompañar a Itachi, venía bien de vez en cuando esto de salir de la ciudad y respirar aire limpio.

 

Pasé un día muy relajado, creo que si todos mis días con Itachi fueran en este lugar y de esta forma, me habría encantado. Me iba a devolver a casa cuando sonó su teléfono y le comentaron todo lo que estaba pasando en el instituto y algo de su hermano. No podía creerme todo lo que ocurría aunque me lo contase mil veces.

 

- ¿Y mi hermano? – le pregunté preocupado.

 

- Está bien – me dijo – sólo es Sasuke el que está en el quirófano, ¿Quieres acompañarme? – me preguntó.

 

- Sí, claro. Vamos para allí.

 

Fuimos hacia el hospital y me crucé con mi hermano que salía, no pude evitar acercarme a él y abrazarle llenándole de besos por el susto que me había hecho pasar con lo del incidente del instituto, encima mira que entrar él sólo allí desarmado ¡Estaba loco! Podía haberle pasado algo con esas acciones tan temerarias.

 

Entramos a ver a Sasuke en cuanto dejamos a mi hermano, yo al menos entré, porque Itachi se quedó un poco más fuera, creo que hablando con mi hermano. En la habitación, Sasuke hablaba con su padre y no quise acercarme mucho.

 

- Parece que se está reconciliando la familia – escuché a alguien a mi lado, era Hidan y me aparté un poco de él - ¿No te alegras de verme? – me preguntó.

 

- Pues no, la verdad.

 

- ¿Estás seguro? La verdad es que no me creía lo del embarazo cuando me enteré, pero veo que no te queda mal la barriga – me dijo sonriendo mientras se acercaba hacia mí y yo retrocedía un poco.

 

- Apártate – le dije

 

- ¿Qué pasa? ¿No quieres jugar conmigo? Quería probar lo mismo que hizo el Uchiha, simple curiosidad de saber qué tienes para que se fijase en ti precisamente.

 

- Déjame – le volví a comentar alejándome un poco más, pero él se acercaba hacia mí y cuando fue a tocarme la mejilla con su mano,

 

El puñetazo que le dio Itachi tirándolo al suelo creo que no se lo esperó, pero es que yo tampoco me lo esperaba. Me quedé paralizado mirando a Itachi que había cambiado sus ojos hacía Hidan en el suelo que no paraba de reír.

 

- Vuelve a acercarte a él si te atreves – le amenazó Itachi

 

- Venga Itachi, sólo quería probarlo, nada más ¿No te acuerdas cuando tú eras así? – le preguntó e Itachi se enfadó tanto, que lo levantó del suelo a fuerza bruta y lo empotró contra una de las paredes cogiéndole del cuello.

 

- Nadie se mete con mi familia ¿Te queda claro? Es mi chico y es mi hijo, no quiero volver a verte cerca de ellos.

 

- ¿Ahora vas a jugar a la familia feliz?

 

- No, yo no estoy jugando, estoy en el mundo real, eres tú el que no madura, sólo eres un crío rico sin nada mejor que hacer que gastarse su fortuna en bebida y putas – le dijo Itachi enfadado – pero no te quiero cerca de nosotros, así que lárgate, porque no querrás ver de lo que soy capaz por ellos.

 

Hidan se marchó del hospital algo más serio de lo que estaba antes, creo que se había tomado enserio la amenaza de Itachi.

 

- ¿Estás bien? – se acercó a mí Itachi abrazándome.

 

- Sí – le dije.

 

- Vale, vemos a Sasuke y te llevo a casa para que descanses – me dijo.

 

- Itachi – le llamé y cuando se giró, me digné a besarle.

 

Puede que fuera un impulso repentino, ni siquiera sé lo que me pasó, simplemente sucedió, le había visto protegerme, enfrentarse a todo el mundo por mi y se lo había ganado, quería besarle, quería agradecerle todo, lo que había hecho por mí, lo que había hecho por nuestro hijo, él estaba siempre preocupado por mí.

 

Itachi se dejó besar, incluso continuó mi beso y acabó cogiendo el control. Me besó con pasión y casi diría que con desesperación, como si hubiera deseado tanto tiempo tenerme y yo se lo hubiera impedido ¡Qué realmente era eso! No parecía tener muchas ganas de parar, él disfrutaba nuestro beso y la verdad es que yo también, porque echaba de menos a Itachi, aunque mi cabeza no parase de gritar que me alejase de él, yo seguía queriéndole y cada vez con más intensidad.

 

Cuando nos separamos, su padre nos estaba mirando desde la ventana que daba al pasillo en el interior de la habitación, no sabría decir si le parecía bien o mal, tampoco había tenido una gran relación con su padre.

 

Vimos a Sasuke y se alegró de verme, incluso me tocó el vientre para saludar a futuro sobrino, después de aquello, salí de la habitación y dejé a ambos hermanos hablar de sus cosas, tenían mucho que solucionar, aunque le hice un gesto a Sasuke antes de salir para que fuera un poco comprensivo y bajase su carácter un poco, sé que no estaba de acuerdo con lo que me ocurrió con su hermano, le dolía, pero si yo podía perdonarle, él tenía que perdonarle, eran hermanos, no quería verles enfadado.

 

Hablé con su padre un rato, tampoco mucho porque era incómoda la situación. Me preguntó por el embarazo, por si iba bien y le contesté lo más amable que me salió, aunque no dejaba de pensar que me había dado un cheque para que abortase a su nieto, así que no sabía muy bien que pensar, la familia Uchiha me había hecho daño.

 

Al menos fue una conversación civilizada, no dijo nada sobre abortar e incluso me dio la enhorabuena, algo que me sorprendió mucho. Cuando acabó Itachi de ver a su hermano, me llevó a casa a descansar y luego se marchó. Ni siquiera quiso contarme de lo que había hablado con mi hermano y a mí me supo mal preguntarle.

 

Ya en casa, cuando Itachi se había marchado y tanto Naruto como yo habíamos cenado, sonó el timbre de mi casa y fue mi hermano quien abrió mientras yo terminaba de recoger la mesa.

 

Pain entró por la casa casi desesperado, como si quisiera hablar de algo urgente conmigo y me extrañé cuando incluso delante de mi hermano, me buscó para decirme que quería estar conmigo, que iba a trasladarse a unas oficinas de la empresa en Ohio y quería que me fuera con él, pero yo no sabía qué hacer, mi vida estaba aquí, acababa de besar a Itachi, por un lado, pensaba que era una excelente idea para poder olvidarme definitivamente del amor de mi vida, del que tanto daño me había hecho, por otro lado, no quería marcharme, no quería dejar aquí a Naruto y él tenía una vida con Sasuke, a sus amigos, su colegio, su estabilidad, no podía pensarlo así como así, era una dura decisión.

 

Naruto comentó que se iría al cuarto para no molestarnos, para dejar que hablásemos solos, pero mi única respuesta fue un “no lo sé, tengo que pensarlo con cuidado, es una importante decisión y no me afecta sólo a mí

 

 


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