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Un regalo inesperado. por Tomoyoka

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo :D gracias por los comentarios n.n es fin, es algo corto, pero aquí va:

Ruth, esto va dedicado para ti $_$

Takahiro parpadeó unas cuantas veces. Su corazón se paró en seco.

-¿Estás enamorado de quién?

-De...Usagi-san.-esta vez su voz había sonado temblorosa. Lo había dicho en tono bajito, con algo de temor.

El hombre soltó una risa nerviosa, ¿Qué más podía hacer? No entendía para nada la situación. Miró a Usami, intentando encontrar una mirada que le revelara la jugarreta de su hermano, pero solo encontró fina seriedad. Frunció el ceño, confundido.

-¿Cómo...?-murmuró.

-Yo...soy gay...-admitió por fin el muchacho.

Takahiro se llevó las manos a la cabeza, intentando comprender. Misaki... ¡¿gay?!  ¡Pero si nunca había visto nada fuera de lo "normal" en su hermano! De pronto dio con la razón, que estaba más clara que el agua: Akihiko-

Volvió a mirarlo, con furia. Bien, entendía que su hermano fuera a por otro rumbo. Pero estaba enamorado de un hombre diez años mayor que él. Eso era insólito.

-¿Tu lo sabías?-le preguntó al de cabello plateado.

"Por supuesto, no sabes cuantas veces hemos tenido sexo" le dieron ganas de decir. Y lo hubiera hecho, si su mejor amigo no tuviese esa cara.

-Sí.-respondió vagamente.

-¿Y tú también estás enamorado, Akihiko?

-Yo...lo amo.

Misaki sintió como sus mejillas se teñían de color rosado, e intentó ocultar la mirada. Su hermano no pasó por alto tal gesto y murmuró:

-Qué bueno que volví antes de ese viaje...

Agarró del brazo a Misaki y le ordenó.

-Camina, nos vamos.

-¡No!-el muchacho se alteró. Usagi observaba la escena con profundo dolor, buscando el momento para interferir.

-No me quiero separar de Usagi-san, ¡No quiero!

-¡Misaki! Es mucho mayor que tu. Deberías comprender.

-No lo hago, ni lo haré. Para el amor no hay sexo, ni edad.

Esas palabras enternecieron un poco a Takahiro, más sin embargo no cambió de parecer.

-Misaki, aún eres menor de edad. Me obedeces.

-Takahiro.-Usami interrumpió la conversación, más bien discusión.-quiero hablar contigo, a solas.

Misaki sintió una inevitable punzada de celos. Se mordió el labio para evitar protestar.

Takahiro frunció el ceño, Más aún así era razonable. Accedió a la petición, y siguió a Usami a su habitación.

Mientras, Misaki esperaba impacientemente sentado en el sofá. No podía dejar de mover sus piernas debido al nerviosismo que sentía. Las lágrimas amenazaban con desencajarlo, y la rabia lo culminaba. ¡Ojalá no le hubiera dicho nada! Intentó calmarse,  pues podía no hacerle bien al bebé, su dulce bebé. Él hijo de Usagi-san. Respiró profundamente, intentando recobrar la cordura. Pero dolía mucho el pensar estar lejos de las caricias del hombre. De no poder sentir más su ligero aroma a cigarrillos, de no escuchar jamás sus tranquilizadores "te amo", y sentir esas oleadas de calor al ser tocado por él. Extrañaría esos fugaces besos que recibía de improviso, y del que después se quejaba. Añoraría sus pequeños celos por senpai, y esas revueltas a su cabello que no dejaban de sorprenderlo. Dolía mucho pensar en ello. Sus ojos comenzaron a brillar y tomó una profunda bocanada de aire. Había tomado una decisión.

Mientras, Usami y Takahiro discutían acaloradamente. Takahiro daba vueltas por la habitación, y se decía a si mismo que no debía golpear a su mejor amigo.

-No puedo creer que le hayas hecho eso a Misaki.-le dijo después de un momento, sin dirigirle la mirada.

-Takahiro, cálmate.

-¡No me puedo calmar!

-Yo...yo amo a tu hermano.

El hombre se quedó helado. No reaccionó.

-Sí lo amas tanto, entonces déjalo ir, por su bien.-murmuró.

Usagi suspiró y cerró los ojos.

-No puedo hacer eso.

-¡¿Por qué?!

"No puedo permitir que me quiten de nuevo a la persona que amo. Menos si está esperando un bebé de mi"

-Él es lo mejor que me ha pasado.-simplemente contestó.

-¡Es mi hermano menor!

-Lo sé. Pero Misaki es lo más importante para mí.

-¿Y tú lo eres para él?

Usami tenía un orgullo que lo hubiera hecho decir "sí" con cualquier otra persona. Pero con él chico era diferente. Lo hacía sentir débil e inseguro, solo Misaki tenía ese poder. Y al igual que él joven, Usagi nunca iba a estar completamente seguro del amor que le daba Misaki. No es que no confiara en el chico, pero aún así no dejaba de sentirse incompleto. Usami estaba al cien por ciento seguro del amor que le daba a l joven, pero... ¿Qué sentía Misaki? Usami analizó los hechos. ¿Misaki hubiera hecho tal escándalo por una persona carente de importancia para él? Sonrió y se sintió estúpido.

-También lo soy para Misaki.-dijo en tono firme.

-¿Quieres comprobarlo?

-¿Qué?-Usami frunció el entrecejo.

-Me lo llevaré todo un año. Si él sigue mal para ese tiempo, lo dejaré volver a ti. Pero si se termina recuperando, no tendré más que remedio que dejarlo continuar con su vida.

-¡No puedes hacer eso Takahiro!

-¿Por qué no?

"Él está embarazado"

-Hermano.

Usagi y Takahiro escucharon firmemente la voz de Misaki.

-¡Misaki!-exclamaron ambos al mismo tiempo, con perfecta sincronización.

-Por favor, escúchame, hermano.

Takahiro suspiró.

-Está bien. Rápido,

-Hermano...yo realmente amo a Usagi-san. No me quiero separar de él.

Él hombre miró confundido a Misaki.

-Puede que solo sea un capricho tuyo, Misaki.

-¿No eras tú el que decía que debía encapricharme cuanto yo quisiera?

Takahiro recordaba esas palabras claramente. Pero la demanda de Misaki era demasiado. Estuvo a punto de replicar, cuando escuchó el sonido de su teléfono celular.

-Disculpen.-murmuró y respondió enojado. Misaki y Usagi se dedicaron una mirada de cómplices, intentando buscar la salida al problema en esos pocos segundos en los que podían compartir  mirada.  Takahiro enseguida volvió con ellos.

-Me debo ir, asuntos de trabajo.-dijo en tono forzado.-Misaki...por ahora te quedarás aquí.

-¡Hermano! ¡Gracias!-Misaki se lanzó a los brazos de su hermano, con lágrimas de alivio corriendo por sus mejillas. Takahiro le revolvió el cabello tiernamente, pero aún dudando.

-Akihiko...cuídalo bien. Volveré pronto.

-Lo haré.-respondió el escritor, igual de feliz que Misaki.

Takahiro se fue un tanto inseguro, pero planeaba volver mucho más pronto de lo que creían esos dos.

Cuando por fin se hubo ido, el muchacho sonrió con alegría, y sin contenerse, corrió a refugiarse en  los brazos de Usagi-san, en un profundo abrazo.

-Misaki.-murmuró el escritor, e inclinó la cabeza. Lo besó con pasión, como si no se hubieran besado una hora antes. Como si nunca se hubieran besado en su vida. Fue un beso demoledor para todos los sentidos.  El escritor tomó al muchacho de las axilas y Misaki enroscó sus piernas en la cintura de Usagi-san, dejándose llevar.

Usami recostó al muchacho sobre el sofá, retomando lo que habían dejado. Se sentó sobre su abdomen y besó su cuello, provocándole un leve cosquilleo a Misaki.

-Usagi-san...deberíamos detenernos...

-¿Huh? ¿Por qué? ¿Acaso te molesta esto?

Usagi metió su mano bajo la camisa del muchacho y comenzó a acariciar sus pezones. El chico retorció sus piernas y se mordió los labios.

-B-basta...

Usagi le sacó la camisa rápidamente, y  comenzó a succionar sus sensibles botones. El chico arqueó el cuello y se sonrojó. Bajó la cabeza e intentó ocultar la mirada. Usami sonrió y le levantó el mentón.

-No hagas eso, el ver tú rostro me  excita más.

-¡Usagi-san!

El hombre rió.

Bajó hasta sus pantalones y se deshizo de ellos. Sostuvo el erecto miembro entre sus manos y lo lamió, haciendo que el muchacho se erizara.

-Hmm.-gimió.

Usagi mordisqueó la punta, y luego comenzó a chupar, primero con lentitud y luego frenéticamente, haciendo que Misaki apenas pudiera contener las lágrimas, que se iban acumulando.  Le quemaba, se sentía en el infierno. Pero no un infierno como se le relataba cuando era pequeño, sino un infierno que prometía placer absoluto.

Usagi se las arregló para quitarse los pantalones, y la chaqueta que lo cubría. Entonces tomó de las caderas a Misaki y lo dio vuelta, dejándolo de rodillas. Misaki tomó una profunda bocanada de aire y cerró los ojos con fuerza. Usami lo penetró.

Del cien por ciento de lo que sentía, un noventainueve era placer y el resto dolor, un dolor apenas perceptible. Usami no se movió, y Misaki, por inercia, comenzó a mover sus caderas, en busca de las deliciosas embestidas que Usagi-san siempre le daba. Se paró en seco al ver lo que estaba haciendo y, con mucha timidez, giró el rostro.

-¿Usagi-san?

El escritor lo miraba con lujuria, alargó su mano, y mientras estaba ahí, muy profundo, comenzó a masturbar a Misaki, y al mismo tiempo comenzó el movimiento de atrás hacia delante.  El chico no tuvo tiempo de girar el rostro, antes de que Usagi dijera:

-Eso eso, me gusta ver tu cara.

-¡No h-hagas cosas así!-jadeó el muchacho con vergüenza. Usagi aumentó la velocidad de ambos movimientos, aumentando también el placer que sentía el joven universitario.

-Ah...aah... aah, ah...aaah-decía entre cada movimiento, hasta  que sintió como el liquido blanquecino dentro de su cuerpo gritaba por salir. Y así lo hizo, incluso antes de que pudiera dar aviso al escritor, como siempre lo hacía. Se excitó en vez de sentir vergüenza, y sintió muchas ganas de besar a Usagi-san descaradamente. Su deseo sexual aumentaba, cosa que le resultaba extraña. ¿Serían las estúpidas hormonas las que lo estarían afectando?  Cuando Usami se desprendió de él, inmediatamente Misaki se lanzó a sus brazos y comenzó a besarlo, pillando desprevenido a Akihiko. Introdujo su lengua dentro de él, pero a pesar de hacer comenzado Misaki, inmediatamente Usami tomó el control. Lo besó en partes que él ni si quiera conocía, una sensación de sentirse explorado recorrió su cuerpo. Se miraron a los ojos tiernamente, y se besaron nuevamente, rendidos a la lujuria del momento. Usami recorría salvajemente la boca de Misaki, sin poder contenerse, y el chico le correspondía. Akihiko estaba llegando al clímax, y Misaki lo estaba haciendo nuevamente. Primero se corrió el escritor y luego el universitario.

 Misaki cayó sobre Usami, rendido a sus brazos, retomando la respiración y escondiendo el rostro con vergüenza. El hombre le acarició el cabello y le susurró que lo amaba. Misaki lo apretó con fuerza, recordando el temor y la rabia que había sentido cuando había sido obligado a separarse de él. Ambos, para su fortuna, se quedaron profundamente dormidos, desnudos, sobre el sofá.

Misaki fue despertado por un movimiento brusco de brazo. Abrió los ojos, somnolientos y sintió como su corazón se detenía. Al comprender la situación sintió unas enormes ganas de llorar.

Al parecer Takahiro tenía una copia de la llave de la casa de Usagi-san.

Notas finales:

Sus comentarios me alegran mucho n.n por eso, pueden invadirme con más e_e ya, pero en serio, ¿Cómo creen qué va? D: siéntanse libres de criticar, gracias n.n Dejen sus cometarios, que me esfuerzo en escribirlo para ustedes >:c


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