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Eres mío por girlutena

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Notas del capitulo:

Wiiiiii el tercer capitulo y casi último de este corto pero hermoso fic T_T

Me alegra compartirlo con ustedes 

Pd: Agradezco sus infinitos comentarios *-* .... y si no conteste alguno...por ahi... eso no quiere decir que no los e leído.

Bueno ahora a leer.

Ese día había sido el más gris y frio de todo el invierno, los altos faroles alumbraban las grises calles desde altas horas de la mañana, hasta finalizada la noche.

Los niños habían dejado de salir a jugar al parque y apenas se les podía ver por las calles jugando.

Naruto caminaba despacio, con sus manos ocultas en los grandes bolsillos de su chaqueta, esa mañana había salido casi corriendo del pequeño departamento, ya que llegaba tarde a su examen de filosofía y se había olvidado de coger sus guantes.

Recordó haber despertado malhumorado a causa de no encontrar al moreno a su lado, tan solo con una nota con la perfecta caligrafía del moreno,  sobre la mesita donde se veía el apetecible desayuno.

"come o enfermarás"

Era lo único que decía la estúpida nota, arrugo su ceño, mientras acomodaba unos mechones que salían de su gorra. Cerró sus ojos fuertemente cuando una ola de aire frio chocó con su rostro, llevo sus manos, para intentar calentarlas con el vaho, pero era casi inútil.

Lo que aumentaba su furia era que en todo el día no lo había visto en la universidad y muy posiblemente cuando él llegara, ya sería muy tarde.

Soltó un fuerte suspiro molesto, cuando paso por un pequeño parque desolado, los altos árboles desnudos por el agitado invierno, los juegos casi viejos, de los niños se encontraban cubiertos de nieve.

El rubio llego hasta uno de los columpios más antiguo, haciendo que las cadenas empezaran a resonar, cerro lentamente sus ojos, viendo como poco a poco las imágenes llegaban a su mente.

Aquel primer día, en que Sasuke le llevaba a conocer su nuevo hogar, aquella primera noche en la que él quería hacer el amor con el moreno, pero el mayor se negó.

Naruto salió corriendo del departamento casi sin amueblar, eran comienzos de otoño y el viento soplaba con fuerza sobre su delgado cuerpo, que por la prisa se olvidó de tomar su casaca.

Llego a aquel mismo parque y se sentó en aquel columpio, alejado de los demás juegos, escondió su rostro entre sus delicadas  manos, intentando en vano disminuir sus lamentos, pero las lágrimas salían con demasiada prisa, mientras que sus murmullos empezaron a hacerse irrecorregibles, obligándole a respirar entrecortadamente.

Sintió un suave peso sobre sus hombros, calentándole los huesos, pudo ver las zapatillas negras del moreno y vio como sus rodillas caían al frente suyo.

-mírame, Naru. -La delicada caricia sobre su helado rostro, se sintió de maravilla, pero aun así no mostraba sus zafiros. -No es que no quiera hacerlo, amor mío. Es lo que más deseo de todo esto, tenerte entre mis brazos, protegiéndote de todo, escuchar como gimes mí nombre, ver esos hermosos ojos azules brillar de lujuria, tu cuerpo cubierto de sudor debajo del mío. Tus delgadas piernas rodeando mi cintura, mientras te penetro con fuerza, mientras con suma delicadeza acaricio tu espalda, dejándote marcas en tu cuello y en todo tu hermoso cuerpo, para que todos esos varones sepan que tú eres solo mío.

Había pasado unos minutos desde que el doncel había dejado de llorar, y ahora solo escondía su rostro sumamente sonrojado entre sus manos. Sasuke sonrió al ver las orejas del doncel cubiertas por una capa de enrojecimiento.

Se acercó lentamente, sin apenas tocarlo, llevo sus labios al oído del menor. -¿Te has imaginado todo esto, mi pequeño?

El menor pudo escuchar el sonido que él mismo hizo al tragar su propia saliva, lentamente asintió, su respiración se había hecho más fuerte.

-Pero aunque yo deseo hacerte todo esto, deseo que tu primera vez sea especial. –Naruto pudo sentir como la sexy voz de Sasuke, se hizo tan sutil y delicada, dejando que el vaho recorriera su oreja, causándole un pequeño espasmo.

-Pero Sasuke... contigo todo es especial. -El menor retiro lentamente sus manos de su rostro, viendo fijamente esas gemas negras, brillando tan solo para él, le acarició suavemente la mejilla, sintiendo la pequeña capa de barba que crecía en el rostro del moreno.

Sasuke beso lentamente los labios del doncel, aquel pequeño que con quince años ya sabía lo que quería.

Naruto rodeo sus brazos en el cuello del mayor, sintiendo como este lo tomaba en brazos, levantándolo del columpio, en el aire.

 

-Teme, puedo caminar.

-Pues no, ahora te aguantas. Has salido a la calle con esa ropa y ahora yo te llevare a casa, antes de que te resfríes.

El menor no pudo evitar el rubor en sus mejillas, ocultando su rostro en el cuello del menor, sintiendo como este lo apresaba con fuerza, pero sin lastimarlo.

 

Naruto pudo sentir como algo frio caía sobre su nariz, abrió lentamente sus ojos, distraídamente de sus recuerdos.

-¡Está nevando! -El menor salto del columpio y al instante se sintió sumamente mareado.

Instintivamente llevo sus delicadas manos, sobre la tela de su casaca, soltó una delicada sonrisa. Pero casi al instante se borró al leer el mensaje que le había mandado su novio a su celular.

Amor, llegaré un poco más tarde de lo programado.

Te amo

 

Un poco antes de que el invierno empeorara, empezaron los exámenes finales de la universidad.

Los días de clases se minimizaron en tan solo horas de exámenes. Los alumnos se escondían en las bibliotecas o en sus habitaciones a estudiar, mientras que los profesores se encargaban de crear los exámenes más difíciles para sus alumnos.

Cuando las horas de trabajo terminaron, Sasuke ingreso al departamento, dejando su bufanda y su casaca sobre el perchero de la puerta, camino despacio al ver la luz de la cocina prendida, encontró al menor sentado en la pequeña mesa de la cocina, rodeado de varios libros.

Reprimió sus ganas de soltar una pequeña risa al ver la notoria molestia del rubio en su bello rostro.

-¿Qué pasa, amor? ¿Sigues con los malestares?

-No... Bueno, un poco.

-¿Has comido algo?

-No, bueno solo unas galletas de soda. -El menor sintió, la caricia sobre sus cabellos y el beso suave que dejo el moreno.

-Iré a preparar una sopa. -El menor asintió despacio, dejando que el moreno se encargara de la comida, mientras él volvía a meterse en su libro.

El moreno aseguro la puerta principal, apagó las luces del departamento, y siguió la suave luz ámbar que salía de su habitación.   Sonrió despacio al ver a su doncel notablemente abrigado con todas las mantas de la cama.

-Teme. ¿Qué haces hay parado? Ven y dame calor-ttebayo. -El menor quito las mantas del espacio izquierdo donde dormida el moreno, mostrándole una hermosa sonrisa, apenas Sasuke se acostó, Naruto le cubrió con la manta, mientras que él se envolvía con el cuerpo del varón.

 

Antes de que sonara el despertador, Sasuke escucho como la cadena del retrete era jalada por tercera vez en menos de un minuto, pasó sus manos sobre sus ojos, quitando la pesadumbre de sus cansados ojos, fijo sus ojos en el cielo aun oscuro, prendió la luz de su celular viendo que aún eran las cuatro de la mañana.

Lentamente se puso de pie, sintiendo el frio del tatami bajo sus pies desnudos y camino hasta el baño, la luz blanca se reflejaba por la pequeña rendija de la puerta, coloco suavemente su frente sobre la fría madera de la puerta.

-Amor, ábreme. -Pero como las últimas veces, Naruto no le hacía caso, pero como siempre, nunca le echaba cerrojo, abrió lentamente la puerta, encontrando al doncel arrodillado, con su espalda descansando sobre la tina de baño.

Sasuke mojo un paño con agua tibia y le paso suavemente por el rostro del menor, sintiendo su piel húmeda y caliente por el sudor.

-Se acabó, apenas termines tu examen te llevare al médico.

-No es necesario, Sasuke.

-No seas Dobe. Vomitas todo lo que comes y has empezado a bajar de peso. Como no quieres que me preocupe. -Naruto abrió lentamente sus azules ojos, viendo la preocupación emanar de los ojos brunos del varón.

Levanto lentamente su mano sobre la mejilla nívea, notando la baja de temperatura del moreno.

-Estas helado.

-Sabes que siempre me pasa en invierno y no me cambies el tema.

-No te cambio de tema, solo digo que deberías abrigarte más.

Sasuke bufó por lo bajo, tomo el cuerpo del menor entre sus brazos y lo cargo hasta depositarlo suavemente sobre la mudilla y desordenada cama.

-¿A qué hora es tu examen?

-A las diez.

-Bien, de aquí llamare a Tsunade para que nos saque una cita, más tardar a las doce.

-Sasuke, ya te he dicho que no es necesario.

-¿Como que no? Puedes haber cogido alguna infección o algo así.

-La única infección que he cogido, ha sido la tuya, Teme.

Sasuke le dedico una mirada, su ceño fruncido y sus ojos aún más oscuros que antes.

-¿De qué hablas? -El menor tuvo que armarse de valor, siempre la voz de Sasuke, tan varonil y fuerte le hacía temblar, trago un poco de saliva, intentando pasar aquel nudo que se formaba en su garganta.

-Yo... ¿Podemos hablar después del examen?

-... Bien, intentare llegar lo más temprano que pueda. Ahora intenta descansar un poco más. - El moreno beso delicadamente los cabellos de su doncel. Conocía al rubio y sabía que no hablaría, no, si sentía acorralado.

El menor se acurruco entre los brazos, ocultando su menudo cuerpo entre el fuerte pecho del varón.

-Te amo. -Sasuke sintió como el menor se aferraba a su polera, hizo más fuerte el agarre sin querer soltarlo.

Cuando empezaba a amanecer el moreno se levantó despacio, sin querer despertar al menor, se dirigió a la cocina y sirvió un desayuno ligero, viendo como el menor volvía a bostezar por enésima vez.

-¿Sasuke?

-Hmm

-¿No hay panqueques? -El moreno se volteo lentamente, arqueando una de sus cejas, entrecerrando sus ojos.

-¿Panqueques?

-¡Si! tengo hambre-ttebayo.

-¿Estás seguro que no lo vomitaras? –El menor negó fervientemente su cabeza, mostrándole una de esas hermosas sonrisas que tenía Naruto para obtener lo que quería.

-¡Si! ¡Panqueques! -Sasuke tomó la taza con un café amargo, sumamente cargado y humeante. Miró extrañado como su pequeño novio comía tan feliz, untándole a los panqueques, mermelada y otras cosas más, como si fuese su último desayuno.

El menor termino su desayuno tomando su jugo de naranja, llevo sus manos a su estómago, sonriendo satisfecho.

Cuando llegaron a la universidad, Sasuke alzó delicadamente su bello rostro, dándole un demandante beso, sintiendo los brazos del menor alrededor de su cuello.

-Te veo en casa. -El menor le dio un pequeño beso en sus labios, desenrollándose de los brazos de su moreno, ingreso rápidamente a su edificio.

Todos los alumnos miraron extrañados a su sensei, cuando ingreso al salón que le veían, extrañado, sin percibir los saludos de sus alumnos. Pero ninguno se atrevió a decir nada.

-Bueno, guarden sus cosas. El examen durará 2 horas. Ya saben que si se les ve por algún intento de copia, su examen será retirado. Tampoco abran preguntas, tan solo en el caso de que fuera algo importante. –Mientras que iba hablando, iba repartiendo los exámenes por cada sitio. -Bien, pueden comenzar.

El moreno se sentó en la silla, viendo el rostro compungido de sus alumnos, otro día eso le hubiese alegrado el día, pero en cambio ahora, se sentía agobiado por el tema con su rubio, no sabía que era lo que le pasaba, claro que ahora estaba más ocupado que antes, pero no era para que no confiara en él.

Sasuke perdió su bruna mirada en la ventana del salón, e instintivamente su mirada se dirigió hasta el último piso, donde vio caminar a su doncel, a lado de Kiba.

-Sensei, disculpe. ¿Tengo una duda sobre la pregunta 3?

-¿Alguno más tiene alguna duda sobre esa pregunta? -La voz del moreno salió más áspera de la que él mismo esperaba. Todos negaron.

-Bien, entonces no hay nada que decir. -El joven de la pregunta agacho su rostro lleno de miedo, por la voz de su sensei, para seguir con su examen.

Sasuke volvió su bruna mirada y ahora solo podía ver la pequeña silueta de los dos donceles, los cabellos rubios de su amado, se movían desordenados por el fuerte viento que corría.

Lentamente sus recuerdos se perdieron en el primer día en que conoció al rubio. Aquel día había colocado una nota con su nombre y teléfono diciendo que daba clases particulares a los alumnos de preparatoria.

Cuando la señora Namikase le llamo, pidiendo ser tutor para su hijo, nunca se imaginó que apenas sería de un niño de secundaria ni mucho menos se le pasó por la cabeza la idea de que aquel doncel se enamorara de él y prácticamente perseguirlo hasta el cansancio.

 Hasta que después de varios meses, él finalmente desistió, aceptando que desde el primer día también se enamoró de él. Pero sabía que no podía, no podía tener algo con aquel pequeño de quince años.

Recordó la mirada afligida del doncel, cuando le dijo que no podían tener nada. Sintió un dolor en su pecho cuando vio las lágrimas de su rubio, rogándole entre su llanto que le besara. Y cuando ya no pudo reprimir sus perjuicios, le besó, dándose cuenta que era tan adictivos y desde ahí supo que nunca más los iba a dejar abandonar.

Aquella noche, la primera noche que durmieron en la misma cama, bajo el techo de la familia Namikase, se asombró de que Kushina le llamara, pidiéndole que cuidara a su hijo, por dos días. Aquella noche, Naruto se metió en su cama, abrasándolo fuertemente por la cintura, percibiendo el aroma a miel del doncel.

-Se cumplió su hora. Dejen los lapiceros y los últimos de cada fila pasen recogiendo los exámenes de sus compañeros… ¡Ahora! -Levanto la voz al ver que nadie le hacía caso.

Con su ceño fruncido y sus ganas aumentando por ir a ver a su rubio, termino de corregir los exámenes más rápidos de lo normal, dejo los exámenes al concejo de profesores y salió lo más rápido que pudo de la universidad.

A cada paso que daba las imágenes de su rubio se pasaban lentamente por su mente, su rubio sonriendo, su rubio llorando, su rubio abrasándolo, su rubio besándolo. Recordó la primera vez que le hizo el amor.

Aquella tarde de otoño habían discutido porque el menor quería hacerlo, pero él se negaba y desde hace días había comenzado a evitarlo, sin darse cuenta que le estaba lastimando.           La piel tan tersa y suave, bajo sus manos, sus labios probando cada espacio de piel, dejando su marca de pertenencia en aquel virgen cuerpo. Los ojos azules llenos de lujuria después de haberlo penetrado.

Abrió rápidamente sus ojos, dándose cuenta que empezaba a empalmarse en la calle, empiezo a caminar mucho más rápido, alegrándose de que aquellas calles no fueran tan concurridas a aquella hora.

Entro al departamento, escuchando el sonido del lavavajillas, su rubio cantando, su voz tan dulce y suave. Se acercó lentamente sin hacer mucho ruido, sonrió despacio acercándose, cruzo sus brazos por el vientre del menor, apoyando su frente en el hombro del doncel, soltando un leve suspiro.

-¿Qué tal tu día?

-Te he extrañado.

-Teme, ya se vienen las vacaciones y podremos estar juntos. -El menor apoyo su espalda en el fuerte pecho del varón, dejándose abrazar fuertemente.

-Lo espero con muchas ansias. -Naruto gimió bajito al sentir las suaves caricias que las grandes y frías manos del moreno hacían por debajo de su polera y los besos que el mayor repartía por su cuello, aspirando su dulce aroma a miel.

-Te amo tanto. Te necesito. -El menor dejo de sentir sus piernas, cuando el moreno empezó a jugar con sus labios, su oreja, mordiéndola levemente y luego pasando su lengua por la zona.

-Sas... Sasuke. -El mayor lo cargó entre sus brazos, sin dejar de besarlo, lo deposito en la cama, sacándole la polera que llevaba encima, sonrió al notar que tan solo llevaba unos bóxer blancos, se acercó al oído del menor.

-Dobe, aquella polera mía te queda de maravilla. -Paso suavemente sus manos por las piernas torneadas de su doncel, acariciando con sus labios las piernas, poco a poco fue subiendo, llevando sus labios al miembro erecto del menor.

Sonrió feliz al escuchar los jadeos de Naruto, su voz salía entrecortada y llena de lujuria, se relamió los labios al sentir el pre semen de Su rubio.

-Eres delicioso. -Alzó su rostro, viendo el avergonzado rostro del menor, sus mejillas sumamente sonrojadas y sus labios rojos y semi abiertos, creando una imaginen sumamente erótica.

-Sasu... yo... yo también quiero... -El menor había llevado sus manos al botón del pantalón de Sasuke, dándole a entender lo que deseaba hacer.

Naruto se arrodillo al frente de Sasuke, abriendo la bragueta bajando el pantalón lentamente, trago duro al ver la gran erección palpitante que intentaba salir de la ropa interior del varón.

Posó lentamente su mano sobre su entrepierna, empezándola a masajear suavemente, llevo sus labios sobre la tela, escuchando los fuertes jadeos del moreno. Bajo lentamente la ropa interior, para meter todo aquel miembro en su boca. Sasuke soltó todo el aire contenido, llevando sus manos sobre los cabellos rubios, acariciándolos. Armándose de la poco cordura que le quedaba y antes de que se corriera en la boca de su doncel, alejo su rostro, escuchando la incomodidad del rubio por haberlo alejado, le beso con ternura sus labios.

-Perdón amor, es solo que no puedo aguantar más. -El meno abrió sus piernas, dejando toda su intimidad a la vista del moreno, Sasuke sintió como su respiración se cortaba de golpe, la entrada del menor se encontraba casi dilatada, pero no lo suficiente para su – no tan pequeño- amigo.

-Tómame, Sasuke. Soy tuyo. -El mayor se arrodillo entre sus piernas y llevo su boca a la entrada de Naruto, dilatándola con su lengua. Los gemidos del menor se iban incrementando, moviendo sus caderas para que las penetraciones se hagan mas profundas.

Naruto gimió, mordiéndose el puño de su mano, para callar sus gemidos.

-No... No. Quiero oírte gemir, quiero oírte decir mi nombre. Di mi nombre, Naruto.

-¡Sas...Sasuke! más...más. -Sasuke dio tres dedos al menor y este los relamía con maestría y dedicación, sabiendo que aquello le excitaba aún más al moreno.

-Eres perverso, mi pequeño doncel. -Naruto le dirigió una mirada llena de lujuria al moreno y una sonrisa pícara, quien no dudo en soltar una fuerte carcajada, para luego llenarlo de besos.

Acaricio los pezones -hinchados- escuchándolo gemir, mientras lamía el otro, mientras que con su otra mano masajeaba el miembro de Naruto. Poco a poco fue metiendo su miembro, escuchándolo gemir, aun con más fuerza. El menor rodeo la cintura del mayor con sus piernas, haciendo que el gran miembro del azabache ingresara y tocara aquel punto que le hacía gritar de placer.

La mano del moreno acaricio el miembro de Naruto, y la movió de arriba y abajo, escuchándole gemir más alto. Sus labios buscaron los labios del mayor, llevo sus manos a los hombros del varón, para tener más firmeza, perforando sus uñas en la fuerte espalda, arañándolo con más fuerza, cuando sintió el palpitante miembro del varón penetrarlo rapidamente, llevo su espalda hacia atrás, sintiendo los labios del moreno rozando sobre sus pezones, soltó un grito extasiado cuando sintió que eran mordidos.

El doncel  intento ponerse de frente, pasando su lengua por el cuello níveo de su moreno, mordiéndole el largo de su cuello, clavando sus uñas en otra parte de la espalda, escuchándole gemir su nombre, su miembro palpitante dentro suyo, se hinchaba aún más.

-Más, dame más. Uchiha. -Sasuke dio una vuelta, poniendo al menor encima suyo, incitándole a que le cabalgara, el menor, con sus mejillas fuertemente sonrojadas, empezó a impulsarse sobre sus tobillos, cayendo en seco sobre el glande del mayor, las fuertes y grandes manos de Sasuke apresaron sus caderas marcándole el ritmo, llevo una de sus manos sobre su miembro palpitante de atención y la otra acariciando sus pezones, gimiendo el nombre de su amado.

-¡Sasuke! -El grito se pudo escuchar en toda la pequeña habitación, pero eso no les importo en lo más mínimo. El menor se corrió en su mano, sintiendo como el gran miembro de Sasuke se aprisionaba en su interior.

Sasuke lo saco y lo volvió a meter sin ninguna compasión, unas, dos, tres veces, escuchando los sonoros gemidos del doncel, hasta que se corrió. Naruto gimió aún más fuerte, sin importarle si era escuchado o si su garganta resultaba dañada.

Sentía como la esencia caliente y espesa del moreno, le llenaba su interior, se dejó caer sobre el fuerte pecho de Sasuke, escuchando como el corazón de este latía desbocadamente, a los pocos segundos se vio envuelto por los fuertes brazos del mayor, termino por soltar un gemido de frustración cuando el mayor retiro su miembro, pada luego dejar escurrir todo el esperma entre sus piernas.

Pero eso a él no le importaba, se dejó cerrar sus ojos, ante las caricias complacientes de Sasuke, los suaves besos que este repartía sobre su  cabeza. Era una sensación tan cálida, que no cambiaría por nada.

Poco a poco fue abriendo sus ojos, intento moverse pero sus piernas al igual que sus brazos se encontraban aprisionados por las extremidades del blondo, acaricio tiernamente la mejilla de este, recorriendo delicadamente cada detalle de su fino rostro.

-Teme... aún es temprano. –La voz adormilada del menor se escuchó como un susurro, sobre el pecho del mayor.

-Tengo que llevarte con Tsunade. –Sasuke sintió como el menor empezaba a removerse inquieto entre sus brazos, pero este ni por poco le soltó.

-Yo... ya sé que es lo que tengo... así que no es necesario ir donde mi baa-chan. -El menor oculto su rostro en el pecho de Sasuke.

-¿A sí? Entonces me dirás que ahora eres médico.

-No, Teme. Yo... iba a esperar hasta tu cumpleaños para decírtelo... pero...

-Naru, para eso aún falta una semana.

-¡Quieres callarte, Teme! Yo... no sé cómo te lo tomes... pero... espero que te lo tomes... feliz... así como yo. -Sasuke se quedó en silencio, los ojos del menor, brillaban con intenciones de llorar, quiso acariciarle la mejilla pero antes de que pudiera hacer algún movimiento, vio como el menor intentaba sentarse en la cama, así que aun en contra de su voluntad le abrió sus brazos, para que este pudiera acercarse a la pequeña mesita de noche y vio como este abría su cajón para luego volver a sus brazos y enseñándole una pequeña cajita de terciopelo azulada.

-Feliz cumpleaños, Sasu-teme.

El moreno abrió lentamente la pequeña cajita sacando de ella un par de pequeños zapatitos de bebé, de un color blanco. La delicada tela sobre sus manos, eran tan pequeñitos y delicados.

-Esto... esto es... -El moreno levanto su rostro y miro el rostro del rubio, nunca le había visto tan delicado, tan perfecto, sus ojos azules brillaban con emoción, mordiéndose inconscientemente el labio inferior a causa de su nerviosismo.

Levanto lentamente su mano, quitando un mechón rebelde que se colaba sobre la frente del doncel, su mente estaba en blanco. Un hijo no era cosa fácil de criar en estos tiempos. Ellos o al menos Naruto era demasiado joven para tener un hijo.

Pero todos sus pensamientos fueron acallados por la ligera sonrisa que mantenía el menor. Se acercó hasta quedar frente con frente. Cerró tan solo un segundo sus ojos, para luego abrirlos, decidido.

-Así que este pequeñito era el causante de tus nauseas matutinas. -Naruto no espero ni un segundo más, tumbándose sobre el cuerpo del moreno, sintiendo las suaves caricias sobre su espalda, soltando finas lágrimas.

-Un hijo... vamos a ser padres, Dobe. ¿Estás listo para tener a un pequeño corriendo por todo el departamento?

-Teme, tengo miedo-ttebayo.

-Igual yo, mi vida. Pero estamos juntos y eso es lo único que importa. ¿Verdad?

-Contigo estoy listo para lo que sea, Sasu-teme. - El menor se cubrió con el cuerpo del mayor, mientras este les cubría con la manta que estaba en una esquina de la cama.

El menor no podía dormir por la emoción que le embargaba aquel hermoso momento, pero se sentía tan relajado al sentir las suaves caricias del mayor sobre su aun plano vientre.

-Necesitamos ir al ginecólogo.

-No quiero. Odio los hospitales.

-Lo sé, Naru. Pero hazlo por nuestro hijo. -El mayor le acaricio la mejilla, dejándole ver sus ojos brillando de emoción.

-Nuestro hijo. Suena hermoso. -El menor sonrió bobamente, haciendo que Sasuke sonriera ampliamente, besándole la punta de la nariz, para bajar y deposita un casto beso en los labios del doncel.

-Debemos avisarle a tus padres.

-Aun no... Quiero pasar tiempo contigo. Sé que cuando To-san y Ka-san se enteren no van a dejarnos en paz-ttebayo.

El moreno rio bajito al ver el tierno puchero de su joven novio.

-¿Algunas vez te he dicho lo mucho que te amo?

-...Pues últimamente... tan solo me lo has dicho tres veces.

-Eres un ser maravilloso y eres solo mío. Ustedes son míos.

-¡Sasu! –El menor le soltó un ligero golpe en su pecho, manteniendo un ligero sonrojo en sus mejillas.

-Es nuestro. –El menor se acercó al rostro del moreno para sentir los besos del mayor, sobre su rostro.

 

Notas finales:

wiiiii 12 paginas *-* ...creo que en los anteriores solo he escrito 5 paginas *-*

es un corto regalo y en el proximo nos veremos con el epílogo. 

Dejen sus lindos comentarios *-* me llenan de emoción.


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