¡Y por fin habían acabado la misión!
Ese fue el pensamiento de los cuatro magos cuando recibieron su paga y les faltaba poco para llegar a Magnolia.
Por una parte, Lucy estaba feliz porque por primera vez, no habían tenido que pagar parte de los destrozos con la recompensa, y habían obtenido una realmente jugosa.
Por otra, Erza estaba bastante nerviosa, porque quería hablar con el maestro sobre Gray cuando regresaran, pero tampoco quería que nadie se enterara, ni si quiera el mismo Gray.
Natsu había estado todo el día preocupado por el mago de hielo, aunque por supuesto, sin admitirlo, lo que había hecho que no le prestara mucha atención a la misión –algo que en el fondo alegró profundamente a Lucy-.
Y Gray… Gray simplemente estaba. Lo admitía: No se encontraba bien. Quería llegar pronto a su casa y echarse a dormir o algo, porque desde que se había despertado le dolía la cabeza mucho, era como si le estuvieran pegando martillazos todo el día desde que se había despertado, por no hablar de la fatiga que llevaba durante todo el día con él.
Sintió una arcada bastante fuerte, y se apartó del grupo, pensando que iba a potar, y no quería hacerlo delante de ellos. Se fue a un árbol y empezó a toser hasta que finalmente potó –dios sabe que, porque llevaba sin comer nada desde hacía prácticamente dos días-. Natsu, Erza y Lucy no tardaron nada en acercarse a él.
-“Gray, tienes que ir al médico, puede ser que ya no sea algo puntual…”-Comentó preocupada la pelirroja y Gray solo se quedó callado. No quería ir al médico y preocupar a todos aún más. Quiso acercarse a Erza y comenzó a andar, pero se dio cuenta que algo iba muy mal con él, ya que no era capaz de visualizar el suelo, y cada vez le costaba más enfocar la vista. De pronto, ya no era capaz de ver nada y cayó al suelo, inconsciente. Por suerte, Natsu consiguió cogerle a tiempo antes de caerse y hacerse daño.-“¡Gray!”-Chilló Erza muy preocupada, al observar que el chico no era capaz de escucharla, y que tampoco estaba respirando con normalidad.
-“¡Erza, ¿Qué hacemos!?”-Preguntó Lucy muy nerviosa.
-“La casa de Polyuska-san no queda lejos, ¡Hay que llevarle allí!”-Ordenó Erza con nerviosismo, y Natsu no tardó nada en ponerse de pie mientras sujetaba a un inconsciente Gray entre sus fuertes brazos y salía corriendo en búsqueda de la médica.-“¡Natsu!”-Gritó Erza, intentando parar a su compañero, pero fue inútil.
-“¡Aguanta, Gray!”-Chilló Natsu instintivamente mientras apretaba a Gray contra su pecho. De pronto se dio cuenta de algo muy malo: Gray no estaba respirando. Otra vez. Y esta vez no estaba siendo capaz de despertarle. Si seguía sin respirar, Gray moría.
Tenía dos opciones posibles: o corría con Gray medio muerto hasta Polyuska a ver si conseguía reanimarle o lo intentaba reanimar él solo.
Cuando sintió que el pulso de su compañero se estaba debilitando más aún decidió pararse de golpe y tumbar a Gray. Cogió su muñeca y comprobó su pulso. Era demasiado débil.
Natsu se quedó pensando: lo que Gray necesitaba ahora mismo era oxígeno. Él podía pasárselo, solo necesitaba juntar sus labios con los de él y pasarle el oxígeno. Por un momento lo dudó, pero al ya no sentir ni si quiera su pulso, juntó sus labios con los de Gray y comenzó a pasarle el aire a su compañero.
El mago de fuego sabía cómo hacerlo porque el maestro les había enseñado, ‘por si acaso’ dijo. Claro, en aquel momento le pareció una tontería, pero la verdad es que ahora le estaba eternamente agradecido. Por suerte de pronto sintió como los pulmones de Gray comenzaban a llenarse otra vez de oxígeno y el pelinegro comenzó a toser torpemente, aun inconscientemente. Cuando Natsu sintió que más o menos volvía a respirar, volvió a levantarle entre sus brazos mientras acababa de llevarle hasta Polyuska. Lo que Natsu no se dio cuenta es que su rostro se mostraba un poco más sonrojado de lo normal.
Finalmente llegó hasta la casa de esa bruja que se hacía llamar Polyuska muy nerviosamente. La mujer ya iba a empezar a gritarle que odiaba a los humanos, cuando se dio cuenta del estado de Gray y automáticamente cambió su discurso.
-“Ponlo en la cama, rápido”.-Le ordenó con seriedad mientras Natsu le hacía caso. Se quedó al lado de Gray realmente preocupado, y Polyuska comenzó a examinarle. Inmediatamente sacó algunos aparatos que Natsu no reconoció. Colocó una máscara de oxígeno sobre la boca de Gray y Natsu observó como la irregular respiración de Gray por fin había comenzado a ser un poco más estable, para la tranquilidad de Natsu.-“Sus pulmones no están funcionando correctamente, cuando se despierte tendrá que ir al hospital general, aquí solo tengo lo más básico, en el hospital le atenderán mejor”.-Explicó la mujer, para asombro de Natsu.
-“¿El hospital? Y, ¿Por qué sus pulmones no están funcionando bien?”-Preguntó Natsu, algo nervioso. Solo había ido una vez al hospital, y fue cuando quedó muy mal herido de una misión.
-“No lo sé, en el hospital le harán un examen para saber porque no están funcionando bien”.-Contestó, intentando evadir a Salamander.-“Yo iba a salir ahora, así que quédate aquí y cuida de él. Ya de paso, pasaré por tu gremio y avisaré a Makarov”.-Comentó mientras salía de la casa, sin darle tiempo a Natsu a reaccionar.
Natsu solo se quedó allí con el mago de hielo, que seguía durmiendo, aunque por fin de una manera tranquila y pacífica. Imaginaba que si Lucy y Erza aún no habían venido era porque se habrían encontrado con Polyuska por el camino.
Miró a Gray y suspiró, se había llegado a alarmar por el estado de su amigo: dos veces había estado a punto de perderlo en dos días. Y lo peor de todo es que él no podía hacer nada por ayudarle, ¡Ni el mismo Gray podía ayudarse así mismo! Lo cual le preocupó mucho.
Sus pensamientos cesaron cuando un débil quejido salió de los labios del Fullbuster, haciendo que el dragon slayer pensara que se había despertado, pero no fue así. Gray se pasó todo el día durmiendo, con Natsu a su lado.
Pero Natsu no estaba enfadado: si lo que Erza le había explicado el día anterior era verdad, esta era una de las pocas veces que Gray estaba durmiendo plácidamente. Él sonrió.
-“No vuelvas a asustarme así, ¿Vale? No quiero volver a socorrerte”.-Comentó más bien al aire, con un sonrojo claro en su rostro.
Gray Fullbuster, por su parte, solo sabía que se había desmayado, y que por un momento sentía que se estaba muriendo, aunque por suerte parecía ser que no era así, o que alguien le había ayudado a no morir.
Poco a poco, por fin, se sintió con la bastante fuerza para despertarse, y lo primero que pensó es que tenían que apagar las luces, porque le dolía la cabeza y había mucha luz. Le pesaba todo el cuerpo, pero por primera vez en días no se sintió fatigado ni sentía presión en sus pulmones, y se dio cuenta de una pequeña mascarilla de oxígeno que había alrededor de su boca, ayudando a su pesada respiración. Ni si quiera fue capaz de saber dónde estaba. De pronto sintió un leve murmullo al lado suyo, y vio a Natsu.
Natsu estaba dormido a su lado, apoyando su cabeza en la cama donde él estaba. Él no pudo evitar sonreír e intentó mover su brazo, algo que no pasó desapercibido para Natsu. Se despertó, bostezó y se fregó sus ojos con sus brazos, para acto seguido sonreír.
-“¡Gray, estás despierto! ¡Menos mal!”-Él dijo, con una visible alegría. Gray solo asintió, aún estaba muy cansado como para hablar. Además, era incómodo mover su boca con esa mascarilla.
-“Sí, estás despierto. Voy a hacer un rápido examen médico, sal fuera, Salamander”.-Informó Polyuska. Natsu se iba a quejar, pero decidió no hacerlo cuando vio la cara de Polyuska, y decidió salir fuera de la casa. Polyuska ayudó a Gray a sentarse.-“Que pesado que puede llegar a ser Salamander, desde que te trajo ayer al medio día aquí no se ha movido ni un centímetro de tu lado”.-Explicó la maga, y Gray se sorprendió. Primero porque eso significaba que había estado inconsciente bastante rato. Y segundo por la acción de Natsu. Tendría que agradecerle más tarde. La doctora entonces le quitó la mascarilla de oxígeno.-“¿Eres capaz de respirar bien?”-Le preguntó. Gray solo asintió, aunque le costaba, aún era capaz de llevar una respiración fluida si se lo proponía.-“Vas a tener que ir al hospital general, en esto solo te pueden ayudar ellos”.-Explicó seriamente.
-“Pero… Entonces… ¿Esto es síntoma de alguna enfermedad?”-Habló Gray, por primera vez desde que se había despertado. Polyuska miró hacia otro lado, siendo muy evasiva.-“¿Polyuska-san?”-Preguntó, buscando una respuesta.
-“No te voy a mentir, Fullbuster”.-Comenzó, con un suspiro.-“Si no haces algo con tu estado de salud, morirás. Estás muy enfermo”.-Gray se sorprendió y ella solo continuó.-“Hablaré con los del hospital para que te preparen una habitación, quiero que te hagan unas pruebas muy específicas para confirmar lo que creo que es”.-Gray estaba a punto de hablar, cuando Natsu entró, sonriente.
-“¿Todo ha ido bien, Polyuska-san?”-Preguntó Natsu con una sonrisa. Y Gray se sintió mal y le hizo una mirada cómplice a Polyuska, no quería decirle que su estado de salud era bastante precario, no aún.
-“Te dije ya que yo no podía saber que era lo que tenía, y que tendría que ir al hospital”.-Mintió, en un susurro. Natsu se quejó infantilmente y Gray le sonrió, aunque algo apenado.
-“Pues vaya… Esperemos que no sea nada”.-Comentó Natsu a nadie en particular.
-“Si tanto te preocupa, ayúdale a hacer la maleta, porque va a tener que estar varios días en el hospital, esas pruebas son costosas”.-Natsu solo hizo una queja y empezó a refunfuñar. Gray ni si quiera le estaba mirando, estaba perdido en sus pensamientos.
-“Natsu, no te preocupes. Polyuska-san lo decía solo para enfadarte. Haré yo la maleta, e iré yo solo al hospital. No estoy invalido, no aún”.-Eso último lo siseó, aunque por suerte parece ser que el dragonslayer no se había enterado. Entonces, Natsu se acercó a él, que aún estaba sentado en la cama y tocó sus hombros. Gray solo levantó la mirada y Natsu le estaba mirando seriamente.
-“Pero, ¿Qué estás diciendo? Claro que te voy a ayudar. Cuando antes entres en ese hospital, antes saldrás, ¿No?”-Preguntó inocentemente y Gray solo pudo esbozar una pequeña sonrisa mientras asentía y bajaba su mirada.
-“Gracias, Natsu”.-Susurró en voz baja, tímidamente. Natsu solo sonrió. Y Gray por un momento, quiso que este momento fuera eterno. Pero él mismo sabía… Que solo los malos momentos eran eternos, como sus pesadillas.