Cap.32 adiós al paraíso, se acerca la tormenta (Parte 1)
Prov. Usami
Misaki ha estado deprimido es natural a pesar de que no paso mucho tiempo con Manami-san la quería demasiado, eh buscado la manera de hacer que salga poco a poco de la depresión y afortunadamente lo eh logrado, él bebe es lo que lo mantiene a flote, siempre que entro a la habitación está acariciando su pancita y hablándole al bebe, solo falta seis semanas y ya lo tendremos con nosotros. Ya quiero saber que será un niño o una niña, si fuera niña quiero que sea como Misaki y si fuera niño quiero que sea como yo, estoy tan emocionado.
- Disculpe señor Usami – Entra Tanaka a mi estudio
- ¿Qué sucede?
- Tiene una llamada es una señorita
- ¿Cómo se llama?
- No quiso decir su nombre, solo dijo que usted ya sabía quién llamaba
- Está bien contestare aquí – Digo fastidiado, espero a que Tanaka se vaya y contesto el teléfono – Habla Usami
- ¡Akihiko! ¿Cómo estás? – Como olvidar esa voz
- Catalina que sorpresa que llames
- Ya que tu no lo haces debo de hacerlo yo, ya no te acuerdas de los viejos amigos
- Eso no es cierto claro que me acuerdo y mucho de ti
- Pues eso no parece – Reprocha
- A qué se debe tu llamada
- Te hable para decirte que estoy en la ciudad
- ¿Estás aquí?
- Claro – Contesta – ¿En qué ciudad pensaba que estaba?
- En Chile por supuesto
- Pues ya vez que no, estoy aquí en Japón, bueno espero que no tengas nada que hacer quiero que nos veamos esta tarde, estaré hospedada en el hotel whillton
- Oye espera no es necesario que gastes en un hotel, te puedes quedar en mi casa
- Akihiko no quiero causarte molestias
- No es ninguna molestia, al contrario me serviría mucho que estuvieras aquí, hace tiempo que no hablamos y sería bueno que nos pusiéramos al día
- Akihiko no se en dónde queda tu casa
- No te preocupes iré por ti en estos momentos en donde te encuentras
- Aún estoy en el aeropuerto
- Muy bien espérame no te muevas de ese lugar
- No tardes
- No lo hare
Termino la llamada y me levanto de la silla, tomo mis llaves para salir e ir por Catalina pero al salir del estudio Misaki está de pie frente a la puerta
- Misaki…
- ¿Piensas salir? – Dice en tono molesto
- Si… iré por alguien al aeropuerto
- Es necesario que tu vayas, por qué no mandas a Eliot
- Es que…
- Quédate conmigo – Miskai se acerca y me abraza, lo abrazo de la misma manera – Por favor – Intento negarme per es inútil
- ¡Tanaka!
- Si señor…
- Dile a Eliot que vaya a recoger a alguien al aeropuerto su nombre es Catalina
- Como ordene señor
- Feliz – Digo
- Como no tienes idea, vamos a la habitación
Entiendo la indirecta de Misaki y lo sigo mientras me guía a la habitación, las ventajas de que este en cinta es que quiero sexo constantemente, eso me encanta, ambos entramos a la habitación, al cerrar la puerta ambos nos besamos intensamente, nos devorábamos en el beso con pequeños pasos lo llevo hasta la cama recostándolo con sumo cuidado, le quito la ropa lo más rápido que puedo me encanta tenerlo desnudo ante mí, beso desde su cuello hasta sus pezones, los cuales muerdo, succiono y juego hasta ponerlos rojos, MIsaki gime sin control, el también no se quiere quedar atrás, me besa con mucha intensidad y con agilidad desabrocha mi pantalón metiendo su mano y tomando mi miembro que se pone duro al sentir su mano, me muestra la práctica que ha tenido masturbándolo. Leves gruñidos se escapan de mi boca, Misaki me sonríe con complicidad, mostrándome que se sentía victorioso con la acción que había hecho, mi reacción era la que esperaba.
Ahora no soy el único que brinda placer, mutuamente lo hacemos, sin poder resistir más lo acomodo de tal manera que su espalda quede pegada a mi pecho, completamente sin ropa acomodo la punta de mi miembro en su entrada.
- Debería dejarte en cinta más seguido no crees – Digo susurrando a su oído logrando un reproche al instante
- Deja de decir tonterías – Reprocha
- No son tonterías… lo voy a meter – Poco a poco me introduzco en su interior está muy caliente y muy estrecho, me cuesta trabajo contenerme para no correrme, me muevo lentamente, mientras doy besos y mordidas en la piel de Misaki, succiono dejando leves marcas, sus gemidos son inigualables, son eróticos y música para mis oídos, coloco mis dedos cerca de su boca y el empieza a lamerlos, me excita demasiado, ambos estamos perdidos en el placer, no tengo idea de cuánto llevamos, siempre que lo hago con Misaki se pasa el tiempo volando, sigo dejándome llevar, entro y salgo de su cuerpo a mi antojo, alzo con mi brazo su pierna y me da más acceso, llego al punto en donde sé que pierde la cordura y doy con mayor fuerza, grita de placer, lo más seguro sea que los empleados de la casa nos estén escuchando.
El orgasmos está cerca, el cuerpo de Misaki se está tensando y el mío también, aumento la velocidad de la embestidas, colocando mi mano en su pancita, él bebe se mueve, tal vez de tanto movimiento es natural que este despierto, una embestida más y ambos nos corrimos, nos acomodamos bien descansando un rato para poder recuperarnos del nuestro encuentro carnal.
- Me alegra no haber ido – Digo
- Yo también me alegro
- Te amo… - Antes de recibir una respuesta Misaki ya estaba dormido.
Me levanto y entro al baño a tomar una ducha, tardo alrededor de veinte minutos, como no pienso salir, me pongo un pantalón blanco y una camisa negra, me pongo mi calzado y bajo, encontrándome con la sorpresa de que Catalina ya estaba en el living.
- Vaya pensé que nunca bajarías – Dice levantándose y mirándome de pies a cabeza
- Llegaste muy rápido – Digo acercándome a ella para poder abrazarla
- Es que le pedí a tu chofer que me dejara manejar y ya sabes que no me gusta venir a paso de abuelita, me encanta la velocidad y bueno aquí estoy
- Me alegro verte – Ambos nos abrazamos, hacía años que no nos veíamos – ¿Cómo has estado estos años?
- Extrañándote por supuesto fuiste muy malo al dejarme sola después de lo que me sucedió
- Recuerda que tenías que superarlo sola
- Lo sé
- No sabes cómo me alegra que vinieras así podrás conocer a mi esposo
- ¿Esposo? Te casaste y no me invitaste definitivamente te olvidaste de mi
- No digas eso
- Solo digo la verdad – Suelto un suspiro para después sonreír mientras me platicaba del tiempo que no nos vimos, recuerdo cuando Catalina y yo nos conocimos, no fue exactamente en un buen momento.
Había viajado a Chile después de haberme graduado de la universidad de Inglaterra, recuerdo que estaba caminando por las calles de la ciudad de Santiago Chile un lugar muy hermoso, mientras caminaba se escuchó un grito proveniente de un callejón, del cual salieron dos chicos corriendo, al verlos correr de esa manera me di cuenta de que no se trataba de algo bueno, camine hasta que la encontré, estaba tirada en el piso y con una herida el en costado izquierdo, había perdido el conocimiento y lo primero que pude hacer fue llevarla al hospital más cercano, fue una fortuna que la encontrara si no hubiera muerto, dese ese día nos hicimos muy amigos, cada que regresaba a Chile ella era quien me recibía es como una hermana.
- Akihiko me estas poniendo atención – Hace que me salga de mis pensamientos
- Lo siento ¿Qué decías?
- Que eres un idiota
- Yo también te extrañe
Prov. Misaki
Salgo del baño secándome por completo, recién desperté de una buena siesta, está atardeciendo, dormí demasiado y aún me siento con sueño, me pongo lo primero que encuentro un pantalón que fue mandado hacer por Usagi-san para hacerme sentir cómodo, junto con una playera de polo. Salgo de la habitación dirigiéndome a la cocina tenia antojo de helado y el único lugar que lo encontraría seria ahí, bajo las escaleras y al pasar por el living escucho unas risas, la voz de Usagi-san es inconfundible pero no reconozco la otra voz, lo que si es que es de una mujer, se escuchan tan felices que no me agrada en lo absoluto, sin que se lo esperaran entro llamando su atención.
- Misaki – Dice Usagi-san
- Buenas tardes – Saludo – Usagi-san por qué no me despertaste
- Lo siento mucho – Usagi-san se levanta del sofá, se acerca mí me toma de la mano y hace que camine a donde estaba sentado, miro a la mujer que esta con él, no es muy alta, de peso normal, cabello oscuro y ojos cafés, una chica que no parece pasar de los veinticinco – Misaki te presento a Catalina mi amiga de Chile
- Hola mucho gusto – Dice levantándose para depositar un beso en mi mejilla – Soy Catalina Salas
- Takahash Misaki
- Catalina él es mi esposo
- Vaya tienes muy buen gusto
- Deja de decir esas cosas – Responde
- Solo dije la verdad, pero no quiero sonar grosera pero no estás un poco gor…
- Estoy embarazado – La interrumpo, sabía bien lo que iba a decir, cosa que me molestaría
- Debe de ser una broma
- No lo es, Misaki está esperando un bebe, nacerá dentro de poco
- Pero… es hombre eso es…
- Existe una extraña genética que me heredo mi madre por lo tanto puedo quedar en cinta
- Definitivamente hay cosas que ni el hombre puede explicar, me alegro mucho por ambos, debes de estar muy feliz Akihiko
- Como no tienes idea
Definitivo me dejaron fuera de la plática, hay algo en esta chica que no me cae, continuaron platicando yo solo escuchaba, el tiempo paso y la hora de la cena llego, pasamos al comedor, y como era de esperarse también estuvieron platicando, me sentía incómodo, las ocasiones que miraba a esta chica ella me miraba de modo acosador no entendía que le pasaba preferí retirarme, eso me estaba molestando, antes de poder llegar a mi habitación justamente me detiene
- Misaki… - Volteo a ver
- ¿Necesitas algo?
- Si… que te alejes de Akihiko – Dice
- ¿Qué? Acaso estás loca
- No que yo recuerde
- Entonces por qué me dices eso
- Por qué sé que tú no eres una persona buena
- Y tu quien eres para decirme eso
- La persona que te puede hacer bajar al mismísimo infierno
Catalina se va, dejándome en pleno shock, definitivamente debo de cuidarme de ella, siento que algo va a pasar, algo no está bien.
Prov. Ritsu
- Listo Ritsu – Dice Robert – El doctor dijo que tus resultados estarán listos en un semana
- Solo quiero dormir
- Podrás dormir todo lo que quieras después de comer
- Robert no tengo hambre
- Ritsu no puedes estar sin comer, bien a dónde quieres ir
- A casa a dormir – Bostezo es demasiado mi sueño
- Muy bien vamos
Robert accede a llevarme a mi casa para poder dormir, me duelen mis brazos después de que me sacaran una gran cantidad de muestras de sangre es normal, estoy agotado solo quiero dormir, mientras caminamos por la calle decidimos ir al corporativo Usami, tal pareciera que Robert que mantener informado de todo a Takano-san, al llegar la recepcionista nos entrega unos gafetes de visita, subimos hasta el veinteavo piso.
- Hemos llegado – Dice saliendo del elevador, Robert me jala solo quiero irme
- Robert yo solo quiero irme a casa a descansar
- Me estás diciendo que no quieres pasar a ver a tu esposo
- Por supuesto que quiero ver a Takano-san pero…
- ¡Robert! – Ambos volteamos a ver y era Akihiko-san quien lo llamaba
- Usami-san hola
- Hace mucho que no te veo
- Lo mismo digo – Miro como ambos se dan un abrazo sin duda se llevan bien
- Hola Ritsu – Me saluda
- Hola Akihiko-san
- Me sorprende verlo aquí
- Venimos a ver a Takano – Contesta
- me parece bien solo no le quiten mucho tiempo, tenemos una junta en treinta minutos
- No te preocupes
Akihiko-san se fue dejándonos solo, continuamos nuestro camino hasta que llegamos a la oficina de Takano-san, tocamos hasta que nos dijo que entráramos, entramos sin hacer ruido, estaba atendiendo una llamada, al verme me sonríe y hago lo mismo, después de unos momentos coloca el teléfono en su lugar.
- Hola – Dice acercándose a mí para besarme
- Oye al menos espera a que me vaya – Reprocha Robert lo que hace que nos separemos
- Olvide que estabas aquí – Responde – Que los trajo por aquí
- Solo vine visarte que los resultados de Ritsu estarán listos en un semana
- Gracias por hacer que fuera al hospital
- No tienes nada que agradecer, amo a Ritsu y no pensaba dejarlo morir
- Si lo que tú digas
- Te dejo a Ritsu un rato en lo que voy al… olvídenlo – Robert se sale de la oficina
- Debes de estar agotado – Dice Takano-san dando pequeños besos en mi rostro
- Un poco…
- Ya comiste
- No tengo hambre – Respondo
- Ritsu debes comer
- En verdad no se me antoja nada – De la nada un aroma dulce me embriaga - Takano-san comiste algún dulce
- No… sabes que no me gustan los dulces porque lo dices
- Es que desprendes un aroma dulce – Takano-san me tiene abrazado, mi rostro queda cerca de su cuello y más embriagante es el aroma, siento mi cuerpo calentarse y ese calor se ve reflejado en mi rostro siento mis mejillas arder y Takano-san lo nota
- Ritsu – Susurra a mi oído – Estas muy caliente
- Yo… - Takano-san besa mi cuello y no logro vitar suspirar
- Estas muy impaciente – Dice acariciando el bulto que sobre sale en mi pantalón – Quieres que te ayude – Takano-san me besa de nuevo, entre pequeños pasos me llevo hacia el escritorio en donde me sentó, me dedica una mirada antes de bajar hacia el cierre de mi pantalón el cual abre rápidamente sin siquiera dejarme detenerlo, mi miembro esta duro y muy caliente, Takano-san está deseoso y lo mete a su boca, lo succiona, lo lame, lo muerde y yo solo disfruto, me tapo mi boca evitando que gemidos salga de ella, estamos en su oficina y temo que su secretaria nos escuche, el ritmo aumenta y yo me esfuerzo por no gritar, la mirada de Takano-san no se despega de la mía, en sus ojos se ve un gran deseo y estoy seguro que en los míos también, una corriente eléctrica recorre mi espina dorsal provocando que me viniera en su boca, mi respiración es agitada, intento recuperarla, es muy difícil lograrlo - Delicioso – Dice
- No… debiste
- No podía dejarte así
- Pero alguien pudo haber entrado…
- No me preocupa, así se hubieran enterado de lo mucho que te amo, aunque quisiera continuar, pero tengo una junta, ya quiero que sea de noche
- Será mejor que me vaya – Termino de recuperar mi aliento
- No quisiera dejarte ir pero… no tengo remedio – Toma mi mano y deposita un beso en ella – Nos veremos en la noche, tenemos algo pendiente
- Si…
Nos besamos en forma de despedida, salimos los dos de la oficina encontrándonos con Robert, Takano-san nos acompañó hasta la salida y espero a que tomáramos el taxi, Robert me llevo a casa, al llegar lo primero que hice fue irme a descansar y esperar a que llegara la noche, para poder estar con Takano-san
Prov. Robert
Miro a Ritsu y veo lo feliz que es, quemas hubiera dado por que fuera conmigo y no con Takano, pero para mis desgracia llegue tarde, me pregunto cómo será estar con él, su piel, su voz, “Maldita suerte la de Takano” pero solo puedo ser feliz si Ritsu lo es.
Ha terminado de pasar la semana en las que nos dijeron que estarían los resultados de Ritsu, vine solo al hospital ya que Ritsu no se quiso levantar para nada, debe de necesitar muchas vitaminas para la anemia que tiene, eso debe de ser.
- Buenos días – Saludo a la enfermera de la recepción
- Buenos días ¿Le puedo ayudar le algo? – Me pregunta
- Si vengo a recoger unos estudio de Onodera Ritsu
- ¿Onodera Ritsu? Déjeme buscar en el sistema – La enfermera empieza a teclear, después de unos minutos vuelve a dirigirse a mí – Por favor necesito que pase al consultorio del doctor Kusama se encuentra en el tercer piso
- No entiendo ¿Por qué debo de subir con el doctor? Sucede algo malo
- No sabría decirlo solo el doctor Kusama sabe, él tiene los resultados de todos los análisis que se le hicieron al joven
- Está bien - Digo – Gracias
Camino hacia el ascensor, espero a que se abra, oprimo el número de piso y sube, al llegar salgo y camino por varios pasillos hasta que doy con el consultorio, toco y espero a que me indique que entre
- Adelante Escuche decir desde adentro
- Buenos días – Saludo al entrar
- Buenos días – Me responde el saludo – Dígame en que le puedo ayudar
- Ah… vengo por unos resultados de mi ami… cuñado, el no pudo venir así que me pidió que vinera por el
- ¿Cuál es el nombre?
- Onodera Ritsu – El doctor Kusama comienza a buscar en un cajón de su escritorio en donde hay una gran cantidad de sobres, finalmente da con el de Ritsu y lo abre
- Muy bien veamos… Onodera Ritsu – Su expresión cambia a una seria
- ¿Sucede algo?
- Mmm… a Onodera-san se le hicieron varios exámenes pero… hubo uno que se tuvo que hacer varias veces
- De que examen habla
- Cuando se estaba examinando la sangra para el de anemia, resulto positivo pero demás se encontró una célula mas
- No entiendo…
- Durante el examen detectamos células que solo se encuentran es exámenes de embarazo, pensamos que se habían confundido las muestras de sangre pero no fue así.
- Puede dejar de dar tanta vuelta al asunto
- Onodera –san esta embarazado…
- ¿Qué? – “Ritsu en cinta” – Pero eso… es imposible su madre dijo que solo uno podía…
- ¿Solo uno? – Pregunta
- Si… Ritsu tiene un hermano… él está en cinta también, solo sé que uno de ellos podía tener esa posibilidad
- Bueno por lo visto ambos pueden, en ese caso será bueno que comience a cuidarse, como es un embarazo masculino es el triple de riesgo, aún no sabemos si su cuerpo lo acepte, debe de estar feliz será tío pronto
- S… si
- Muy bien le entrego una copia de los resultados, en cuanto Onodera-san los ve necesito que venga para que lo revise y le mande las vitaminas necesarias, se lo encargo mucho
- Si… eso es todo que tenga buen día
- Igualmente – Salgo del consultorio con los resultados en la mano, estoy nervioso, a la vez también triste pero también feliz, Ritsu está en cinta, lo más seguro es que se pondrá feliz, siento como una lágrima cae por mi mejilla, no sé si es de felicidad o es de tristeza, aprieto contra mi pecho los resultados, tomo un poco de aire y guardo los resultados en mi pantalón.
Camino hasta la avenida en donde tomare el taxi para ir a ver a Ritsu pero antes de que pudiera llegara tomarlo, una camioneta negra se para frente a mí, unos hombres bajan obligándome a subir, me cubren la cabeza, no tengo idea de lo que está pasando o de lo que estos tipos me irán hacer.
CONTINUARA…..