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ap. 3 primer encuentro (parte 3)
Prov. Takano
Acabo de regresar a Japón y una de las cosas que hice fue llamar a mi mejor amigo, hacía varios años que son sabía de él sí que me arriesgue a llamar aunque no estaba seguro de que siguiera teniendo el mismo número. Pasaron tres pitidos y finalmente me contesto.
- Hacía mucho tiempo que no sabía de ti… Masamune – Dijo la misma voz que reconocería a kilómetros
- Lo mismo digo Akihiko – Respondí
- Pensé que te habías olvidado de los amigos
- Jamás…
Me era fácil platicar con Akihiko desde que nos conocimos en Egipto hemos sido buenos amigos, cada que hablábamos siempre estábamos en lugares diferentes, pero después yo comencé a trabajar y perdí contacto con él, desde entonces pasaron cinco años sin siquiera tener noticias. Nos tardamos mucho hablando por teléfono eran casi las tres de la mañana y él seguía hablando, me conto que conoció a un chico en América y que se enamoró perdidamente de él, me sorprendió mucho al saberlo ya que Akihiko no es de los que les gusta sentar cabeza.
A la mañana siguiente me levante temprano, me duche desayune y salí, ese día había quedado en desayunar con mi amigo Yokosawa y su novio Kirishima, ellos siempre han sido mis amigos desde que éramos niños. Decidí caminar hasta donde habíamos quedado, el día era hermoso así que no tenía pensado desperdiciarlo en conducir, llegue a la estación del tren subterráneo y me introduje, mientras esperaba el tren vi a un grupito de chicos, parecía que estaba molestando a uno que claramente se veía que era muy inocente.
- Richan… estas feliz de que tu novio regreso – Uno de los chicos le dijo a castaño
- Si ahora sabemos por qué nos dejaste plantados en la cafetería de la universidad – Le dijo el otro chico
- Lo siento… cuantas veces me tengo que disculpar – Vaya por fin hablo
- Las que sean necesarias
Mientras los observaba el tren llego, aborde y ellos abordaron en el mismo vagón que yo, la mayor parte del camino me la pase viendo aquel chico que no dejaba de disculpase con sus amigos, en principal con dos ya que los otros tres no decían nada solo se divertían con verlo disculparse. Después de un trayecto de 20 minutos ellos se bajaron una estación antes que yo y yo seguí mi camino, finalmente llegue al restaurante en donde había quedado con ellos, cuando entre ya se encontraban sentados frente a la mesa con una ¿niña?
- Buenos días – Salude cuando llegue a la mesa
- Llegas tarde – Dijo Yokosawa – Pensamos que no llegarías
- A mí también me alegra verte Yokosawa
- Buenos días Masamune
- Kirishima hace tiempo que no te veía
- Lo mismo digo
- Takano deja te presento a mi hija Hiyori
- Hola pequeña – Me agradan mucho los niños
- Hola – Saludo la pequeña
- Es muy hermosa… no pensé que tuvieras hijos
- Gracias… y como has estado Takano lo último que supimos de ti fue que estabas en África y eso fue hace ya cuatro años
- Si, estuve unos cuantos meses en África de ahí fui a visitar varios países más hasta que comencé a trabajar
- Si desde ese entonces te olvidaste de tus amigos
- No seas rencoroso Yokosawa
- ¿Quién es rencoroso? – Preguntó molesto
- Tu – Respondió Krishima – Pero Aun así te amo
- Deja de decir esas cosas en publico
- Por qué si es la verdad además me gustan cuando te pones así – Kirishima comenzó acariciar la barbilla de Yokosawa lo que hizo que se sonrojara completamente, no sé cómo es que no me reí en ese momento
- Si quieren se pueden ir al baño y yo me quedo con Hiyo-chan
- ¡Masamune!
- Si no quieren no…
Comenzamos a reírnos de las reacciones que tenía, hacía tiempo que no me reía de esta manera, continuamos desayunando la plática se extendió demasiado rato, Yokosawa jugaba por ratos con Hiyo-chan, en ese tiempo Kirishima platicaba conmigo, me explico de lo de la madre de Hiyo y de cómo se reencontró con Yokosawa, muchas cosas habían pasado en todos los años en los que yo me fui de Japón. Después del desayuno se tuvieron que ir y yo me quede, quería seguir disfrutando del día tan soleado que había, salí del restaurante en donde había desayunado y camine por el parque.
La mayor parte del día estuve recostado en el pasto, por ratos me sentaba y observaba jugar a los niños y también veía pasar unas cuantas parejas.
Observe mi reloj y vi que ya eran las cuatro de la tarde, no me había dado cuenta de que llevaba mucho tiempo en ese lugar, observe el cielo y vi que ya se estabas nublando sabía que no duraría mucho, me levante y tome camino para regresar a mi casa. Cuando salí del tren subterráneo estaba lloviendo y decidíos caminar así no le veía fin a la lluvia, después de varias cuadras tuve que quedarme refugiarme de la lluvia, aunque no le veía sentido estaba completamente empapado, y parecía ser que no era el único otro chico llego unos segundos después
- Maldita sea justo ahora – Dijo el chico que estaba a un lado mío – ¿Por qué tenía que llover?
- Por qué estamos en primavera –Respondí a su pregunta
- Que gracioso no lo había notado – Volteo a verme, pero al hacerlo abrió los ojos de sorpresa ¿Por qué lo hace? – Eres tú…
- ¿Eh?
Prov. Misaki
Había salido con Robert a dar una vuelta y a tomar un café, y justamente cuando nos separamos comenzó a llover, nunca me imaginé que llovería el día estaba soleado, jamás me paso por la cabeza que llovería definitivamente el clima es impredecible, camine varias calles refugiándome de la lluvia en los diferentes locales que lograba encontrar, no lograba ver que calamara la lluvia así que tuve que volver a correr bajo la lluvia, e la última cuadra logre divisar donde podría cubrirme hasta que la lluvia pasara un poco, aunque lo dudo mucho, aunque por lo que vi no era el único
- Maldita sea justo ahora – Dije sin importarme que me escuchara – ¿Por qué tenía que llover?
- Por qué es primavera – Me respondió
- Que gracioso no lo había notado – No me hubiera tomado la molestia de voltear a verlo, si no fuera por qué quería sabes quién era, pero cuando lo vi me quede sorprendido, era el mismo hombre que me tiro mi ipad en el aeropuerto y que ni siquiera se disculpó – ¡Eres tú!
- ¿Eh?
- Tú fuiste el que me tiro mi ipad en el aeropuerto
- ¿Qué? – Respondió pero se quedó callado y nuevamente hablo – ah eres tú el chiquillo que estaba jugando en medio del camino, que des fortunio volverte a encontrar
- No crea que para mí es una alegría volver a verlo – Aunque era todo lo contrario, me alegro volver a encontrarlo desde que tuvimos ese “encuentro” en el aeropuerto no puedo sacarlo de mi mente
- Y bien mocoso ahora no traes tu ipad
- No y no me llamo mocoso soy Misaki ese es mi nombre
- Bien Misaki soy Masamune
- No me interesaba saberlo – Dije pero me alegro de saberlo – Bien si no le importa me tengo que ir
- ¿En serio? Con esta lluvia
- Prefiero salir así, que quedarme aquí a esperar a que se detenga
- Cierto, me iré contigo
- No gracias yo puedo irme solo
- Mi casa está de paso, así que también me voy
- Como quiera
Salimos los dos de donde nos estábamos refugiando de la lluvia, nuevamente el agua mojaba mi ropa bueno la ropa de ambos, quería venir solo pero Masamune me siguió, me comencé a sentir intranquilo al saber que venía a un lado mío, el nerviosismo no me dejaba poder correr más y alejarme de él. La lluvia nuevamente arrecio y todavía me faltaban varias calles para llegar a casa
- Mi casa es esa será mejor que te quedes hasta que pase un poco más la lluvia – Me dijo tomándome del brazo
- No gracias – Respondí tratando de deshacer su agarre – Prefiero seguir caminando
- No seas terco te puedes enfermar – Decía – Al menos pasa a secarte y yo te llevare si no se detiene la lluvia
- Es que… yo no creo que sea apropiado ni siquiera nos conocemos
- Ya sabemos nuestros nombres así que prácticamente nos conocemos
Aunque por más que insiste en que no entraría en su casa termine sentado en su sofá con una toalla en la cabeza, como demonios llegue a esta situación, resignado comencé a secarme mi cabello mientras caminaba por su casa no era grande ni tampoco pequeña, era de una familia de buena posición económica, seguí recorriendo la casa, observe varías fotos colgadas en la pared, se notaba que viajaba mucho tenia diferentes cosas y eh de suponer que son de todos los lugares a los que ha ido, me quede viendo las fotos, y solo hubieron tres las que me llamaron la atención, una era donde estaba con unos niños de alrededor de él y uno en sus brazos todos eran de raza de color, tal vez eran de África, por los rostros de los niños y la alegría se nota que lo querían mucho, la segunda fue donde estaba con una mujer de cabello negro largo y de ojos grises, tiene el mismo color de piel, tal vez es su madre, la tercera está viendo hacia el frente y a su lado hay otra persona pero no le puedo ver bien el rostro lo único que distingo es que tiene el cabello plateado. No creo que lo conozca
Me quede con esa duda, aunque tal vez estoy exagerando, volví a sentarme en el sofá y notaba que la lluvia no quería parar, pasaron los minutos y Masamune no regresaba, no entendía para que me quería aquí si me iba a dejar solo, estaba harto empecé a buscarlo subí las escaleras y lo busque en todos los cuartos, pero no estaba, el único que me faltaba era el baño, estaba parado enfrente y podía escuchar e agua correr,
- Se está bañando – Dije en voz baja – Debería de esperar abajo
Pero mi cuerpo actuó y abrí la puerta, encontrándome con una escena la cual no podría olvidar en mi vida, estaba desnudo, el agua caía sobre su cuerpo el cual se notaba que lo había trabajado bastante bien, su pecho, su abdomen, sus brazos, su espalda, todo era perfecto en ese hombre y el vapor no cubría lo suficiente “para mi suerte”, me quede embelesado y el sonido del cerrar de la llave me trajo a la realidad, mantuve la puerta entre abierta sin que él se diera cuenta, le vi tomar su toalla y comenzarse a secar, pasaba la tela por todo su cuerpo, le hacía de una manera que pareciese ser que se había dado cuenta de que yo lo estaba viendo, y lo hacía al propósito, en un solo segundo nuestras miradas se encontraron, sus ojos avellana me atraparon, me encerraron. Algo despertó en mí, sentí la necesidad de entrar junto con él y no me importarían las consecuencias, ahora me doy cuenta, le deseo.
Prov. Takano
Hacia unos momentos me había encontrado con el chico con el que choque cuando llegue a Japón definitivamente es pequeño el mundo, estaba lloviendo así que lo invite a mi casa a que se secara y esperara a que pasara la lluvia un poco. Mientras él se secaba yo subí al baño a tomar una ducha, entre, me desvestí, y deje que el agua callera sobre mi cuerpo, se sentía tan bien, enjabone mi cuerpo y después mi cabello, nuevamente deje que el agua quitara todo el jabón de mi cuerpo y cabello, cuando finalmente mi cuerpo estaba libre de jabón, escuche cómo abrieron la puerta, alce un poco la mirada y le vi a él observándome, me sorprendió el que no se fuera después de verme desnudo,
“Así que quieres verme, pues bien me veras”
Seguí dejando que el agua callera por mi cuerpo, con mis manos nuevamente me enjabone paseando el jabón por todo mi cuerpo, por momentos volvía a mirarlo sin que él se diera cuenta y un brillo salto de sus ojos ¿Qué era? ¿Deseo? ¿Pasión? ¿Lujuria? Me encantaría saberlo. Había terminado de darle un espectáculo bajo el agua ahora pasaría a algo mejor, cerré la llave del agua el cual hacía un ruido algo curioso, salí y tome una toalla, muy despacio la pasaba por mi cuerpo, secando cada extremidad que podía, lo hacía de tal manera que sabía que lo estaba excitando, y quería darle a entender que ya me había dado cuenta de que me estaba observando, alce la mirada y me encontré con sus ojos esmeralda, al fin lo había entendido este chico me deseaba y no de cualquiera manera. Fueron unos segundos en lo que nuestras miradas se encontraron aunque para mi fueron varios minutos, después Misaki salió dejando la puerta entre abierta.
“Espero que te haiga gustado lo que viste”
Me seque por completo, tome la primera ropa que encontré, unos pantalones de mezclilla, u una camisa manga tres cuartos color negra, los dos botones de la parte de arriba los deje abiertos para provocarlo más, baje todavía con el cabello un poco mojado, entre a la sala y él estaba sentado pero algo había cambiado, su mirada no mostraba vergüenza ni nada por el estilo era todo lo contrario
- ¿Jamás te enseñaron que a las visitas no hay que dejarlas solas?
- Si… - Respondí – Pero tú no eres una visita
- Entonces si no soy una visita ¿Qué soy?
- Una persona que solo viene de paso
- Mmmm…
- Por lo visto la lluvia no piensa parar, te llevo a tu casa – Dije tomando las llaves de mi auto
- No gracias, yo puedo caminar – Respondió levantándose y caminando hasta la puerta, le detuve antes de que saliera
- No pienso rogarte, así que sube a mi auto por favor
- Oh lo caballeroso ha salido
- No, solo te pido que subas a mi auto para que te lleve y evitar que te enfermes
Después de dudarlo accedió, entramos a la cochera y el subió a mi auto después lo hice yo y con un botón hice que se abriera la reja, salimos y me dijo en donde era, el trayecto de cinco cuadras estuvo en completo silencio, pero en las pocas veces que voltee a verlo él también lo hacía, note que tenía sus manos sobre su entrepierna, por lo visto hay un pequeño problema en ese lugar, pero era obvio que yo no haría nada, no era el mío, solté una pequeña risa la cual pudo escuchar él también. Me estacione frente a su casa le entregue un paraguas, tardo un poco de bajar del auto pero lo hizo, espera a que entrara pero antes de hacerlo me dedico una mirada provocativa y desapareció dentro de esa casa, arranque de nuevo y regrese a la mía.
Prov. Ritsu
Estaba terminando de estudiar, la siguiente semana seria de exámenes y no quería reprobar ninguna materia, escuche la voz de mi hermano anunciando su llegada, y después entro a mi cuarto
- Hola hermano ¿Qué haces?
- Hola Misaki, estoy estudiando
- Y que estudias
- Literatura antigua la siguiente semana es de puros exámenes y el primero es el de esta materia
- Te deseo suerte – Dijo sentándose en mi cama
- Gracias – Respondí
- Hermano te puedo hacer una pregunta
- Adelante – Le respondí sin despegar los ojos del libro - ¿Qué pregunta es?
- ¿Desde cuándo has estado comprometido con Usa… Akihiko-san?
- Después de que tú te fuiste – Dije – nuestras madres decidieron que era lo mejor, siempre nos hemos llevado bien desde que éramos pequeños
- ¿Pero él sabía?
- Si su madre fue a verlo a Londres para decírselo
- ¿Y tú estás enamorado de él?
- Esa ya son tres preguntas, pero sí, siempre lo eh estado y cuando me dijeron que nos casaríamos cuando el regresara fui la persona más feliz, pero dime ¿Cómo te enteraste? si eso fue después de que tú te fueras
- Mama me lo dijo cuando llegue
- ¿No te iras verdad?
- No – Dijo, mi celular comenzó a vibrar mire el numero era Akihiko-san una sonrisa apareció de repente y estoy seguro de que Misaki lo entendió y salió de mi cuarto sin antes decir – Te dejo para que hables con tu príncipe azul – Volví a mirar el celular y conteste antes de que colgara
- Sí habla Onodera
- ¿Ritsu? Soy Akihiko
- Akihiko-san hola
- Hola – Dijo – ¿Te interrumpo en algo?
- No… estaba estudiando pero hace unos momentos estaba platicando con Misaki
- ¿Misaki? ¿Cómo está tu hermano?
- Bien acaba de llegar, parece que salió con su amigo Robert y apenas llego
- Qué raro, Robert llego hace ya dos horas
- Tal vez lego tarde por qué está lloviendo
- Tal vez tengas razón
- Bueno, a que se debe tu llamada Akihiko-san
- ¿Estas libre el día de mañana?
- Si es sábado y no tengo clases
- Perfecto, te parece si mañana paso por ti para ir a desayunar y hacer unas compras
- ¿Compras?
- Si quiero que me acompañes
- Se puede saber qué es lo que vas a comprar – Pregunte curioso
- Un anillo de compromiso – Me quede sin habla, iba a comprar el anillo y quería que yo mismo lo escogiera, se supone que no debería de verlo yo si no él lo tendría que escoger, pero quiere que yo lo escoja – ¿Ritsu?
- Ah sí… está bien
- Muy bien entonces mañana pasare por ti
- Claro, nos vemos mañana
- Que descanses
- Igual
Terminamos la llamada, después ya no pude estudiar estaba demasiado emocionado con la idea de escoger mi anillo de compromiso, tal vez sueno como una jovencita de secundaria pero estoy feliz.
Prov. Misaki
Viendo por la ventana, observando la lluvia golpear el vidrio, llegando el recuerdo de tú cuerpo desnudo bajo el agua caliente, imaginando que tus manos me tocan y recorren mi cuerpo, imaginando que tu boca devora mi piel y que tus ojos están fijos en mi observándome tan vulnerable que soy, y tu estas como un león apunto de devorar a su presa, me excita demasiado, deseo tenerte, deseo que me tengas
Continuara….