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Aúlla conmigo por sombra_larga

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Notas del capitulo:

ehhhhh...regrese?

*Malin*


Si, las dos orejas que se alzan rectas me lo confirman, los ojos dorados que transmiten una inteligencia no animal, me miran fijamente.


El cuerpo me pesa tanto que no puedo hacer otra cosa más que estirar una mano, intentando alcanzar la nariz húmeda que no deja de olfatear el aire. Me sorprendo cuando el lobo facilita el contacto y se embarra contra mi palma, es suave.


Es cuando hago el amago de sentarme que un pinchazo en el vientre me obliga a dejar escapar un jadeo. El dolor es agudo, inicia en el ombligo y termina en la pelvis.


Los recuerdos se agrupan tan rápido, crean una nube gris llena de garabatos, no sé dónde termina uno y donde comienza otro.


-¡si sigues así tendremos que amarrarte a la cama!- desorientado mire al hombre, al instante supe de quien se trataba. Era demasiado obvio, el padre de Godric.


No hago ningún esfuerzo cuando él me hace recostar otra vez, sin ningún pudor me quita la sabana, que segundos después me doy cuenta que es lo único que me separa de la desnudes. Las manos del hombre me recorren sin vergüenza el vientre, no me sorprendo de encontrarlo vendado.


-¿lo perdí, no?- es raro escuchar mi voz, después de lo que a mí me parece, una eternidad, gangosa y frágil.


Me sorprendo un poco  ver otros ojos rojos, esos que tanto amo, me miran con dureza, si se puede, la cara del padre de Godric es aún más masculina y dura. Esa suavidad en el ceño no está, la nariz es más recta y la barba más espesa, los años se acentúan en las pocas arrugas que surcan cerca de los parpados, es el alfa de todos los lobos.


-el cachorro está bien- no supe que decir, supongo que el tampoco, ya que solo se limitó a taparme nuevamente para luego desaparecer tras una puerta, el lobo miro indeciso, al final también se levantó pesadamente y se fue también, no sin antes darme un lengüetazo cariñoso en la mano.


Solo cuando el rabo blanco estaba a punto de desaparecer me percate del redondo vientre.


Aun desconcertado desde que me desperté, decidí dedicarme a analizar todo, el techo era muy alto, mucho más alto que el de mi posada, las pesadas cortinas estaban selladas no dejando adivinar que etapa del día era, al lado mío había una cama, vacía y rodeada de mesillas con muchos frascos, a mi lado también había una mesita, llena de vendas con sangre; el crepitar de la leña me señalo que una chimenea aportaba el rico calor del cuarto.


El olor a hierbas traía a mí el doloroso recuerdo de Ágata y  su agitada cocina siempre en proceso de algún delicioso platillo. Ahora ya no la vería nunca más, su cuerpo seguramente se había quemado junto con la posada.


Nuevamente estaba solo, sin hogar y con un futuro incierto.


Suspire, sabiendo que no podía seguir evitando la dura realidad, con la mano temblorosa levante la sabana, lentamente, como si la tela se hubiera  transformado en frágil cristal.


Me sorprendí un poco al ver que mi peso había disminuido, mis costillas resaltaban tirantes en mi piel blanca, y la pregunta de cuantos días había estado inconsciente floto en mi cabeza. No se puede describir el alivio que sentí al encontrarme esa pequeña curva en mi vientre, era más notoria, no estaba seguro a que se debía, si a la pérdida de peso o porque el cachorro estaba creciendo.


Era como si de repente aquel nudo agrio de culpabilidad desapareciera de mi garganta, con el mayor cuidado posible pose la mano derecha sobre las vendas, era tan tibio, tan cálido.


Cerré los ojos intentando concentrarme solo en ese calor.


 


*Godric*


Aun con la ayuda del bastón, tuve que pararme a tomar aire, recargándome contra la pared. No tenía miedo de caerme, ya que al instante cuatro pares de manos hicieron el amago de sostenerme. Como si dos donceles, uno embarazado, una mujer y el ratoncito fueran a en  verdad poder sostener mi peso.


-ya dejen de molestar y vayan a joder a alguien más- no podía ocultar mi irritación, estaba débil, mis hermanos se habían convertido en mis sombras y por sobretodo mi Malin aún no despertaba.


-mph, deberías de estar agradecido, idiota- bufo Milan, usando su mano derecha como apoyo para su adolorida espalda. Aun no me acostumbraba a verlo con semejante panza. Los sentimientos que tanto quemaron su pecho meses atrás, ahora los sentía bizarros, comparado con lo que sentía cuando estaba al lado de Malin- ya casi es hora de la cena, así que será mejor que vuelvas a tu cuarto- sin decir más el doncel se retiró sobándose el vientre.


-solo está preocupado por ti hermano- me reclama Steven,  di un suspiro de resignación, lo sabía perfectamente, pero el estrés de no saber si su amante e hijo pasarían un día más lo tenía al límite. Katy había usado sus contactos y en dos días, una sanadora especializada en magia vendría al castillo.


-todos lo estamos Godric, así que deja de ser tan cabezota- al final termino recargado contra los hombros de Charlotte y Max, mientras Steven trae mi bastón.


-veo que sufriste mucho en mi ausencia ratoncito- burlo viendo las notorias marcas en el cuello de Maxwell, él se sonroja hasta las orejas.


-ca-callate Godric- sus tartamudeos le sacan una risita a Charlotte, que desde que llegue no me ha dirigido más de dos palabras. La conozco, sé que siente traicionada por mi desaparición pero aliviada de mi regreso y no sabe cómo sentirse, por lo que además del abrazo que me dio apenas desperté, no me ha dicho nada. Ella es mi hermana más cercana, a todos los amo, pero ella siempre será la hermanita que se metía debajo de mis mantas cuando había truenos o la que a escondidas de mi padre le enseñaba el manejo de espada.


Fue cuando doblamos la esquina cuando vi desaparecer la figura de Katy tras mi padre, ambos corriendo. Haciendo oídos sordos a las advertencias de mis hermanos, corrí.


La dolorosa punzada en mi pecho se esfumo.


Literalmente pude sentir como todo a mi alrededor desaparecía, por segundos quede ciego y sordo, solo podía verlo a él, Malin.


 


 


*Malin*


-¡MALIN!- los fuertes brazos me envolvieron, maldición, no podía decir nada. Más que llorar, yo no era de los que lloraba abiertamente frente a personas. Pero mierda, en verdad amaba a Godric y no podía ni describir lo aliviado que estaba al encontrarlo caminando, respirando…vivo-dioses, Malin- con desespero unimos nuestros labios, los besos eran salados y temblorosos.


Aun sollozando me aferro a su camisa- Godric, creí que…-atraigo su rostro, aun esta pálido y tiene varias cortadas en la mejilla y el labio roto. Me sonríe haciendo que pierda el aire.


Un carraspeo me hace recobrar la compostura. Hasta se me escapa una pequeña risa nerviosa al ver el leve sonrojo de Godric.  En la entrada hay muchas personas, demasiadas para mi gusto, tomando en cuenta que estoy completamente desnudo, incomodo me envuelvo en la sabana.


-lo siento padre- no fue un gran descubrimiento, la copia madura de mi amante solo se cruza de brazos, mientras que tras de el una mujer y un doncel de los cuales no me había percatado me miran con curiosidad.


-bueno que esperas mocoso, preséntanos- dice su padre que abriendo camino a los otros entra en la habitación hasta estar cerca de mi cama. Nervioso me hago para atrás no sabiendo que hacer. Pero la mano de Godric me acaricia los hombros tranquilizándome, con la mano hace un gesto señalándome a cada quien.


-obviamente él es mi padre, Lucian- el señor ceño fruncido me saluda con asentimiento de cabeza- mis hermanos, Charlotte, Maxwell y Steven- ambos siguen el ademan de su padre, la mujer es hermosa e intimidante al igual que Lucian, Maxwell es confuso, no se decir si es hombre o doncel, mientras que Steven es la encarnación pura de un doncel, uno muy mono- ella es mi prima Katy, es la sanadora que te ha estado atendiendo- la mujer de mirada dulce me sonrió desde la mesita donde no dejaba de revolver polvos, pude reconocer la raíz del olvido machacada- mi otro hermano debe estar con su esposo, Milan, mi gemelo-


El solo me devuelve una mirada de disculpa ante mi interrogativa visual, no tenía ni idea de que tuviera un gemelo, y es cuando me doy del desconcertante abismo que nos separa, él sabe todo de mí, lo que nunca había contado ni en sueños.


Pero yo de él, nada, solo lo que llegaron a decir los viajeros pasantes de mi posada.


Podía decir cuál era su comida favorita, localizar la costilla exacta en donde lloraría de risa, diferenciar una sonrisa verdadera de una por compromiso, saber que en realidad odiaba dormir solo y que cuando él creía que dormía recorría con curiosidad infantil sus cuernos.


Mas descocía si de niño temía a la oscuridad, travesuras que resultaron en accidentes y en donde al final un beso paterno lo arreglo todo. Si peleaba con sus hermanos, si gustaba de participar en actividades familiares o prefería quedar de lado.


Malin sintió miedo, él nunca tuvo una familia. Godric solo era un muchacho que llego de sorpresa, aturdiéndolo con su presencia y amor.


-…Malin- sonrojado se dio cuenta de que todas las miradas se concentraban en él. La mujer llamada Katy le ofrecía un vaso de cerámica lleno de una sustancia blanquecina y espesa, el la conocía, servía para aliviar el dolor-bebe esto querido, menguara los malestares- tome el recipiente entre mis manos, estaba tibio, mire disimuladamente a todos, que aún me miraban expectantes.


-ya es tarde, vayan todos al comedor- la voz de Lucian no dejo lugar para protestas. Todos inclinaron la cabeza como despedida antes de salir por la puerta. Al final solo quedamos Godric, Katy y Lucian en la habitación.


Bajo la atenta mirada de mi pareja bebí la sustancia que cayo pesadamente en mi estómago, en verdad tenía mucha hambre, pero preferí guardar silencio, Katy tomo el vaso de barro cuando hube terminado.


-y bien…Quiero escuchar  que paso-la voz del alfa dejaba en claro que no era una sugerencia, la bebida comenzaba a hacer su efecto por lo que me sentía muy adormecido, Godric tomo asiento junto a mí, gustoso me recargue en su pecho. 


Yo con la lengua pesada y Godric extremadamente nervioso, contamos todo, en algún momento Katy salió de la habitación silenciosamente, estruje las sabanas entre mis manos cuando oí la “especial” relación que tenía Godric con su hermano menor y pude jurar que Godric se convirtió en piedra cuando hable de mi loco exnovio elfo.


Este relato no era solo para Lucian, sino también para mí.


 


 


*Steven*


Esta embarazado, embarazadísimo. Por no decir aterrado, se tranquilizaba diciéndose que no podía ser tan malo, sus padres no debían reaccionar tan mal, no podían, su mamá apenas tenía dieciséis  años cuando se embarazo, el quince.


Tomo apresuradamente hidromiel de su vaso, mientras picaba el pastel de cerdo y verduras con extra condimento que le hacía picar la garganta.


A quien engañaba, su padre Lucian lo iba a matar, casi expulsa a Milan, ¡por dios su hermano  tenia noventa y un  años! El solo quince, era lobo muerto, además el padre de la criatura era solo un campesino, uno encantador ante sus ojos. Pero Laurence era capitán, además de hijo del alfa del este y Malin, según Godric, príncipe de un reino perdido, pero príncipe al fin y acabo


-¿te encuentras bien cariño?- la suave mano de Katy apretó su hombro. El asintió rápidamente. Katy había llegado poco tiempo después de que hubieran comenzado a comer, nadie le pregunto nada acerca del paradero de su padre y hermano.


-estas muy pálido hermanito- comento Milán mientras se servía una segunda ración de pollo con castañas, que discretamente; Laurence  quitaba.


 -estoy un poco cansado- murmure antes de esconderme tras mi vaso, afortunadamente la atención se dispersó de mí. Mamá entro  por la puerta, el pelaje despeinado y los ojos aun hinchados del sueño, la cola moviéndose perezosamente.


Su cabeza se movió hacia todas partes, buscando a mi padre.


-esta con Godric y Malin- respondió Max a la muda pregunta. Los ojos dorados se abrieron y las orejas quedaron rectas, para luego dejar paso al pelaje erizado por el enojo.


Sin decir palabra el lobo blanco salió bamboleando el vientre.


-alguien va a ser regañado- canturreo Milan mientras se servía más pastelillos de vainilla, Laurence dio un suspiro derrotado.


 


 


 


*Malin*


El ceño no podía estar más fruncido en la cara de Lucian, los fuertes brazos cruzados contra el pecho.


-bien- dijo al fin el hombre después de un largo suspiro- gracias por salvar a mi hijo Malin-  Godric se relajó notoriamente contra su espalda, solo atino a quedarse tieso cuando el alfa los envolvió a ambos en un enorme abrazo- bienvenido a la familia-


Milan vio entre los musculosos hombros otra vez al lobo blanco, furibundo, entrar por la puerta y sin dudarlo dio un fuerte mordisco a la pierna de su suegro.


Lucian se alejó apretando la zona afectada, para terror de Malin comenzaba a sangrar, el lobo dio un improperio.


-¡carajo Claude!- el lobo más que asustado pareció alegre moviendo la cola de un lado a otro-¿Qué demonios te pasa?- un furioso ladrido le respondió- sí, sí, perdón por no ir a despertarte-


Con la cola en alto el lobo pasó de lado a su suegro hasta acercarse a ellos que seguían abrazados en la cama. Con temor retrocedió hasta apalastrar a Godric tras él. El canino bajo las orejas, apachurrando su hocico contra su mano.


-no temas Malin- le tranquilizo Godric para luego aclararse a garganta- este es Claude Black, consorte del alfa, mi madre-  no supo que decir, ese lobo blanco era su suegra.


Pero no hicieron falta palabras, el lobo se paró en dos patas para poder lamer su insípido vientre sobre la sabana. Malin sonrió.


-un gusto señor- susurro alegre sintiendo de repente sus ojos demasiado pesados, raíz del olvido, pensó, el lobo ladro enfurruñado- ¿Claude?- la alegre cola dio su aprobación.


-baja de ahí Claude, vas a lastimar a los cachorros- regaño su suegro, Claude le gruño- dios, perdóname por no haberte despertado ¿ya?- el lobo bajo de la cama para ir a lamerle los dedos a Lucian, de repente por la puerta entro un doncel igualmente embarazado, de pelo blanco corto y ojos rojos.


-¿ya podemos pasar papá?- a pesar de la pregunta el doncel paso yéndose a sentar a la cama contigua sobándose el vientre- dios comí mucho-


-te lo advertí- un hombre rubio con rastras entro- oh, mucho gusto Malin, mi nombre es Laurence, hermano de Claude y esposo de Milan-


-cállate idiota, mi nombre es Milan, hermano gemelo de ese imbécil que tienes detrás- la apariencia tierna quedo opacada al instante.


-esa boca Milan- advirtió Lucian, el doncel solo refunfuño.


De un segundo a otro el cuarto quedo inundado de gente, los demás hermanos de Godric entraron, además de un hombre llamado Hugo, hermano de Katy me dijeron.


-no deberían de molestar a mi paciente, salgan de aquí- se puso firme Katy.


-no importa Katy, me alegra tener compañía- a pesar de lo que dije mis parpados cada vez pesaban más.


-pero necesita comer Katy- Steven, sino recuerdo mal trajo una charola consigo, el olor a pollo y panecillo dulce hizo rugir a mi estómago, por supuesto todos se percataron, maldito oído de lobo. Mis mejillas nunca habían ardido tanto.


-bien, pero todos fuera-


Sin decir nada Steven dejo la charola  junto a mí, todos se despidieron, saliendo uno por uno. Por fin quedamos solo Godric y yo. Apenas pude masticar un panecillo que me supo a gloria, para luego acomodarme contra el pecho de Godric y caer dormido.


-los amo- susurro Godric contra mi cabeza, apretando su agarre. No le pude responder, “bienvenido a casa hijo mío” fue lo último que pensé. 

Notas finales:

matenme, maldiganme, lo merezco


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