Capítulo. 1
Las advertencias del bosque
— ¡Buenos días! — saludaron efusivamente abriendo las cortinas de la ventana, dejando entrar los rayos del sol.
— Hum — gimió el chico debajo de las sabanas — abuela algún día me dejaras ciego…
— Levántate que tienes escuela.
— ¿Y papá? — se extrañó al no ser despertado por su padre.
— Se fue temprano, pero dijo que te ama. Ahora levanta tu flaco trasero y date una ducha, mientras preparo tu desayuno.
— Taeyeon… a veces eres… tan.
— ¡¿Tan qué?! — recalcó divertida la palabra — para ti soy tu abuela, no Taeyeon. Ahora muévete o te dejo sin desayuno — salió la mujer de habitación con una sonrisa burlona en su rostro.
Baekhyun no tardó mucho en bajar listo; con unos pantalones negros ajustados, sin llegar a ser tan apretados, una camisa gris con la imagen de unos audífonos silver y sus converses negros de bota.
El desayuno típico de su abuela a veces le daba algo de miedo o algo le daba. Pero quedo sorprendido al ver que no era el mismo de siempre: jugo de apio con sopa de tortilla, el menú había cambiado, el aroma inundando sus fosas nasales: pan tostado con mantequilla y jugo de uva, algo muy poco común en su abuela.
— Woow abuela, te luciste esta vez — sonrió entrando a la cocina con la mochila en mano, dejándola en el piso.
— No subestimes mi arte culinaria — respondió altiva sin dejar de ser divertida.
Ambos tomaron asiento en la mesa pequeña de la cocina, disfrutando ambos de su compañía, mientras Baek comía con deleite su pan tostado, su abuela tomaba jugo de tomate con zanahoria y apio.
— Como te fue ayer, tocino — canturreó la anciana.
Baekhyun entrecerró los ojos por su apodo, no le molestaba porque sabía que era la manera de jugar de su abuela.
— Bien. Ayer llegaron dos chicos nuevos, son apuestos.
— ¿Haa si? Y ¿Cómo se llaman esos apuestos? — dejó el vaso sobre la mesa.
— Hum… el más alto se llama Park Chanyeol y el de piel canelita se llama Kim JongIn.
— ¿Park y Kim? — la mujer susurró para sí misma, fijando su mirada en el vacío con el entrecejo arrugado.
Baekhyun le hablaba y le hablaba a su perdida abuela, pensaba que estaba en alguna especie de trance.
— ¡Abuela! — le había gritado por quinta vez. La anciana parpadeó saliendo de su repentino trance, dándole toda la atención a su nieto — ¿estás bien? — ella asintió — te perdiste abuela ¿tuviste alguna visión? ¿Qué viste? — la mujer sonrió ladeando la cabeza.
— No te preocupes tocino, cuando lo tenga claro te lo digo. Ve a lavarte los dientes o se te ara tarde.
Su nieto asintió algo confundido por la actitud de su abuela, sabía que la anciana era la clase de mujer que se pierde por unos segundos al tener una visión, pero esta vez fue algo poco inusual.
La escuela igual que siempre: llena de estudiantes, gritos por parte de equipo de futbol americano, las risas de las chicas y la habladuría de cientos de chicos. Típico de un instituto; las clases, los profesores (que algunos son una lata), los kilos de tareas, la rara comida de la cafetería y la lista sigue.
Era el momento de planear bien las cosas, el trabajar para todos los estudiantes para poder hacer su festival de Halloween, era una de las mejores épocas del año, para todos los alumnos. Un día de fiesta es lo que más pedían; menos tareas, mas fiesta.
— Y bien que haremos para recaudar fondos — dijo Tao llegando a la mesa, sentándose a un lado de Kyungsoo.
— Cierto. Todos los estudiantes estamos quebrados y un trabajo extra entre todos no estará nada mal — dijo Yixing a un lado de Baekhyun.
— Esto de ser del consejo estudiantil es una pesadez — soltó Luhan.
— Entonces por qué aceptaste ser del consejo estudiantil, si te parece una pesadez — reprendió Minseok.
— Era un decir, baozi, no te enojes — respondió el rubio.
— Bueno si ya terminaron de discutir, les daré las ideas que tengo y me dicen que les parece — dijo Kyungsoo, todos asintieron.
El consejo estudiantil planeó todo y cada detalle de lo que harían los estudiantes para poder llevar a cabo el festival de Halloween. Mientras el resto de los chicos se quedaron en la mesa, Baekhyun había ido a su casillero, sacando de él su libreta donde anotaban los fondos de cada evento. Al cerrar su casillero de un fuerte portazo, se encontró con Chanyeol a su lado, dándole un susto de muerte.
— Me asustaste Park — llevó sus manos a su pecho dejando caer la libreta.
— Lo siento Baekhyun — respondió con una sonrisa levantando la libreta del suelo.
— Bien, ya que me asustaste, te hare pagar.
— ¿Cómo? — lo miró ceñudo.
— Haremos una recaudación de fondos para el festival de Halloween. Lavaremos autos y necesitamos muchas manos. ¿Qué dices?
Chanyeol no podía evitar dejar de ver el hermoso rostro del chico, esos ojos… y esa sonrisa de suficiencia que el más bajo le regalaba, más le intrigaba a conocerlo.
— Está bien, te ayudare — rió — ¿Cuándo será?
— Yo te aviso la fecha — sonrió — Chanyeol…
— ¿Si? — por unos segundos ambos se perdieron en sus miradas, regresando al instante a la realidad.
— Me devuelves mi libreta — ambos rieron y se despidieron.
Las clases por ese día terminaron con un sinfín de tareas. Típico de los profesores, llegando el fin de semana se desquitan con los kilos de tareas hacia sus estudiantes.
La tarde era soleada y calurosa, típico del pueblo K. Will en esa época del año. Los chicos del consejo estudiantil; Luhan, Kyungsoo, Minseok, Tao, Baekhyun y Yixing se habían reunido en el Café GLASS, para quedar de acuerdo con la fecha del trabajo.
— Bien. Como nos quedan tres meses para juntar lo necesario, lavaremos los autos el siguiente mes — el resto asintió conforme con la respuesta de Minseok.
— Bueno dejemos la escuela a un lado, que les parece si vamos al villar un rato — propuso Luhan dando el ultimo sorbo a su café helado.
— Me parece bien, vamos chicos — dijo Yixing. Todos asintieron.
— Ok. No vemos en la noche en el Café-Bar Black Cat — finalizó Tao.
Todos en la comandancia estaban preocupados, muy preocupados, la repentina aparición de dos cuerpos en el bosque con heridas de muerte en todo el cuerpo se les hacía extraño que algo así pasara. No es como si fuera la primera vez que un animal feroz atacara a los campistas, solo que, la policía no había recibido informes de ningún animal feroz en los alrededores.
— ¿Qué los atacó? — habló el comandante Kim, que recién llegaba a la escena del crimen. Viendo los cuerpos cubiertos con una sábana blanca.
— Al parecer fue un animal, pero no sabemos si fue un oso o algún felino — respondió Yoona mientras tomaba fotografías a toda la escena — encontramos su camioneta estacionada a la orilla de la carretera, no se robaron nada, solo los atacaron — finalizó. Señalando con su cabeza hacia la dirección donde se encontraba el auto de los finados.
El oficial Kim se acercó hacia la camioneta de los jóvenes; el auto estaba intacto sin signos de ser saboteado o háyase sido hurtado. La zona estaba cerrada por la policía, algunos de los pueblerinos querían ver lo que había pasado pero les era impedido.
El médico forense Xi llego cinco minutos después junto con su compañero Huang, ambos hombres, mejores amigos.
— ¿Qué tenemos hoy? — su tono de voz neutral sorprendiendo a Yoona.
— Dos chicos atacados por felinos, o eso es lo que dijeron dos cazadores — respondió dejando ver la luz del flash de su cámara.
— Uhmm — respondió con tono aburrido, sin llegar a serlo. Quitó la sabana, dejando ver a la chica — una chica de aproximadamente 20 años, cabello castaño claro ondulado. Tiene rasguños en brazos, piernas y sus ropas están rasgadas — con sus manos envueltas en guantes de látex, tocó el cuello y parte de su cabeza — no tiene fractura craneal y tampoco se desnucó — frunció el ceño — tendré que revisarla en el laboratorio — con la mirada recorrió todo el cuerpo de la chica — tampoco hay demasiada sangre sobre las hojas, no está mutilada… está completa — Xi dejó a la chica por unos momentos para acercarse a su compañero Huang, que también revisaba el cuerpo del chico — ¿Que tienes Zi?
— Le destrozaron el cuello. Causa de la muerte; desgarre de los ligamentos y desangrado — ladeó la cabeza — ¿Y tú?
Xi chasqueo su lengua. — No lo sabré hasta estudiarla a fondo.
Xi y Huang le dieron un informe detallado de los cuerpos, pero la causa de muerte aún era un misterio, solamente el de la chica. El señor Kim no quedó conforme con la respuesta de los médicos forenses, pues él quería algo más detallado ya que los medios de comunicación del pueblo se lo pedirían.
— En la noche te mando el informe Kim, no presiones — bufó Huang.
— Tengo que hacerlo o de lo contrario los medios me comerán vivo. Sabes que la gente del pueblo se asustara… y lo que menos quiero es una revolución por falta de información.
— Vale hombre, no te cabrees — canturreó Xi — en la noche te mandamos los resultados de la autopsia.
Kim quedo un poco más tranquilo con la respuesta de sus camaradas, subió junto con Yoona a su auto y dejaron la escena. El médico forense se había llevado los cuerpos para estudiar más a fondo las causas.
Ser el presidente estudiantil parecía ser fácil, el solo actuar frente a los demás no sería nada difícil. Pero el hacer bien las cosas y tomar las decisiones correctas era un poco cansado, de no ser por sus alocados amigos que trabajaban en equipo, uno solo ya se hubiera vuelto loco.
— Hola — La voz masculina lo sacó de sus pensamientos, dando el chico un respingo.
— Cielos Kai, me asustaste — soltó un jadeo del mismo susto — ¿Cómo le haces?…
— ¿Qué? — pregunto el moreno confundido, Soo negó con una tímida sonrisa. — Hoy no te vi en la mayor parte de las clases.
— Ha, si, es que estamos preparando un trabajo para el festival de Halloween y eso me absorbe tiempo — sonrió — bueno aprovechando que estas aquí, ¿te gustaría echarme una mano?
— Claro — aceptó — y ¿A dónde vas?
— A mi casa — como si una piedra hubiese golpeado su cabeza, recordó la imagen del día anterior en el cementerio — ayer te vi en el cementerio… y después ya no estabas — habló reincorporando su paso, siendo seguido por el moreno.
— Sí. Lamento haberme ido sin despedirme, tenía un compromiso — Soo asintió por la respuesta del chico.
El trayecto a casa duró menos de quince minutos, ambos hablando de cosas triviales como; la escuela, los eventos del año y los festivales, entre otras festividades en el pueblo de K. Will. Soo al llegar a casa, invitó al moreno a pasar pero este amablemente negó la invitación.
— Lo siento Kyungsoo, quede con mi tío y Chanyeol para salir — arrugó la nariz con una sonrisa.
— Ok. No te preocupes, nos vemos el lunes — sonrió adentrándose a la casa, cerrando la puerta tras él.
La noche calló en el pueblo de K. Will, los amantes se escabullen entre los gruesos y amplios árboles que son rodeados por enormes arbustos. Se ocultan en ellos para pasar desapercibidos de la vista humana. El calor que inunda sus cuerpos les nubla el juicio; olvidándose de su alrededor, besos salvajes, toques desesperados en todo el cuerpo les hace olvidarse del peligro que los asecha.
El crujir de las ramas y el ulular de los búhos les hace volver al mundo real.
— Escuchaste eso — dijo la chica separándose de su novio, mirando a su alrededor.
— No linda, continuemos — besó de nuevo sus labios con hambre, queriendo ignorar todo a su alrededor, pero el crujir de las ramas se volvió a escuchar.
— Sera mejor que… regresemos — la chica cortó el beso, ordenando muy asustada.
— Esta bien, tranquila, iré por una linterna al auto — el chico se separó de ella de mala gana, yéndose y perdiéndose entre la inmensa obscuridad de los arbustos.
Los minutos pasaban y su novio no volvía con la linterna, la chica aún permanecía recargada en la enorme pata del árbol. El ulular de los búhos y los ruidos, hacían el lugar más lúgubre y tenebroso. Decidida a buscar a su chico se encaminó hasta dar con el auto, solo, sin dar signos de vida del chico.
— Soohyun ¿Dónde estás?... déjate de bromas — el silencio era ensordecedor.
Pero el ruido de algo estrellarse en el parabrisas del auto acabo con el inmenso silencio. La chica no podía creer lo que sus ojos veían… el cadáver de su novio sin vida y ensangrentado con finos y horribles rasguños. El terror de ver tal imagen la hizo salir corriendo de ahí gritando y pidiendo auxilio… pero fue demasiado tarde.
Su cuerpo fue elevado hacia arriba, apenas y había corrido lo necesario, sus gritos se silenciaron, sólo dejando ver el brillo de la sangre que goteaba de entre los árboles, cayendo en la tierra. Y de nuevo el ulular de los búhos mesclado con el canturreo de dos cuervos.
— Siempre escucha las advertencias.