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No me olvides por Flako

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Notas del capitulo:

espero que les guste! gracias a todos por sus preciosos reviews!!! adoro sus ideas y las colocaré en el fic cuanto antes! obviamente tienen que quedar bien adaptadas a la historia n.n

La vida tiene muchos giros inesperados, muchos de ellos son lo que no deseamos... pero otros, pueden terminar siendo los mejores que nos han pasado...

 

 

5 meses después...

 

El rubio se encontraba sentado en la enorme biblioteca de la mansión Kido, últimamente, ese había sido su escondite del mundo, solo Saori, Shiryu y Seiya lo veían, de ahí en fuera, estaba cerrado para con el mundo, la mansión había sido lo único que lo mantenía seguro del mundo.

Seiya estaba sentado al lado de el, los dos leyendo un libro diferente cuando de pronto, un enorme dolor le comienza a llegar al rubio, uno mucho peor que aquel que había sufrido en la violación. Sus ojos se humedecieron y sus músculos se tensaron.

-¡ah!- soltó un leve grito mientras se sostenía la panza donde se encontraba el bebé. Trató de levantarse pero sus piernas no lo sostuvieron causando un leve impacto contra el suelo, Seiya se levantó alarmado por el estado de su amigo.

-¡Hyoga!- lo tomó por los hombros para que el rubio lo viera.

-ya viene- entonces, se escuchó como si una bolsa de agua se rompiera mojándose el tapete instantaneamente. -se rompió la fuente-

 

-¡¡ABRAN PASO!! ¡bebé en camino!- gritaba Seiya mientras llevaba en brazos a Hyoga, detrás de el iban Saori y Shiryu corriendo.

Los doctores los interceptaron antes de entrar a emergencias con una camilla, ahí colocaron a Hyoga que tenía la mano del castaño fuertemente agarrada.

-necesito que entres conmigo- le pidió el rubio. Los doctores no opusieron resistencia al imaginar que este era el padre del niño. 

-de acuerdo Hyoga, necesitaremos que espere hasta que le digamos para que puje- decía el doctor con maestría mientras se sentaba del otro lado de la mesa. -¡ahora!-

-¡¡¡AAAAAAAAHHHHHH!!!- gritó mientras apretaba la mano de Seiya que estaba a punto de llorar. Se detuvo.

-enfermera, necesitamos hacer un corte, el bebé no puede salir-

-claro doctor-

 

 

~~2 meses antes~~

 

Se podía observar a un rubio sonriente salir de un imponente edificio de ladrillo rojo, llevaba consigo maletas y una gran actitud. Se acercó a la pequeña camioneta familiar que estuvo estacionada en ese lugar durante 4 meses esperando al uso de alguien, de vez en cuando algún enfermero la encendía para que no tuviera problemas, pero no se movió un centímetro de su lugar.

-volveré a casa- sonrió. Encendió la camioneta y salió de ahí dejando un grato recuerdo de ese lugar, extrañamente muchos lo ven como la carcel para locos, pero el pudo descansar de su loca vida diaria.

Las enormes rejas de la mansión Kido se abrieron frente a el, y justo al frente de las imponentes puertas de doble hoja, se encontraban Seiya y Saori esperándolo junto con la servidumbre, no era un misterio a donde se había ido el Siberiano después de todo, movieron cielo mar y tierra para encontrarlo.

Se bajó con la prominente panza y la deslumbrante sonrisa.

 

~~tiempo real~~

 

-esperen, mi bebé, el está bien, ¿cierto?-

-necesitamos cortar su cavidad anal para que el bebé pueda salir-

-pero está bien- el rubio sudaba con fuerza y estaba atento a las cosas que sucedían aunque se encontraba cansado. -¿cierto?-

-¡tijeras!-

 

~~ pasado~~

 

-¡Seiya!- casi corrió para abrazar al castaño que lo había extrañado en sobremanera. Saludó a Saori con el respeto que se merecía y entró a la casa siendo asistido por la servidumbre para llevar sus cosas.

Los días comenzaron a pasar, charlas amenas llegaban a diario, incluso con Shiryu, comentaban de nombres para el bebé, de un cuarto para pequeños y hasta fiestas de cumpleaños, estas planeadas por Seiya obviamente.

Un día, una mañana cualquiera, Hyoga se encontraba preparando café para todos en la mansión, desde el embarazo era muy madrugador, incluso más que Shiryu.

-buenos días Hyoga- extrañamente, esa era la voz de Seiya.

-¡Seiya!, ¿despierto, a esta hora?-

-... si- se colocó los brazos detrás de la cabeza como usualmente lo hacía, el rubio se veía hermoso frente a la ventana gigante de la cocina, sus cabellos deslumbraban y sus ojos lo llenaban. -Hyoga... tengo que decirte algo- se acercó a el rubio, este lo observó extrañado.

-¿qué pasa?-

-yo...-

-buenos días chicos- habló Shiryu mientras entraba a la cocina interrumpiendo el momento de una forma muy abrupta. 

-Shiryu- habló Seiya con enojo y frustración, Hyoga lo saludó con normalidad.

-bueno, lo que te quería decir es que yo...-

-buenos días caballeros- saludó Saori que entraba igual que Shiryu a interrumpir la plática.

-¡princesa!- se enojó Seiya.

-buenos días princesa- habló Hyoga

-princesa, buenos días tenga usted- comentó Shiryu.

-bueno, a lo que iba, yo te quiero decir que...-

-hay que ir a comprar cosas para comer- habló el azabache.

-oh si, podríamos comer pasta o... ¡tacos!-

-¡si!-

-¡Hyoga me GUSTAS!-gritó Seiya mientras se acercaba al rubio y le robaba un beso.

 

~~presente~~

 

-listo, ya viene el bebé- decía el doctor mientras recibía a la pequeña creatura en manos, la entregó a una enfermera para que lo fuera cuidar. 

-Hyoga, es hermoso- habló el castaño para su amigo, volteó a verlo y se encontró con que estaba inconciente.

-enfermera, necesito cerrar esta herida, ¡está perdiendo mucha sangre!-

-espere, doctor, ¿¡a qué se refiere!?-

-aguarde- le dijo a Seiya mientras lo apartaban del rubio, trataba con todas sus fuerzas quedarse pero las enfermeras no se lo permitían. De pronto la máquina comenzó a hacer un ruido constante... BIIIIIIIIIP.

-¡HYOGA!- gritaba desesperado.

 

~~pasado~~

 

Seiya y Hyoga se encontraban sentados en una banca del enorme jardín Kido. El rubio se encontraba en silencio observando el pasto crecer.

-entonces... ¿qué dices?- habló el castaño.

-... de acuerdo Seiya... sí quiero ser tu novio-

 

~~presente~~

 

-¡Intensidad 28!- gritaba el doctor mientras juntaba dos paletas entre sí y luego las pegaba al pecho del rubio causando que saltara instantaneamente. -¡Intensidad 32!- volvió a repetir el paso, el rubio no respondía. -¡INTENSIDAD 38!-

Notas finales:

espero que les haya gustado! recuerden!, dejen ideas! las ocuparé en el futuro del fic!!! y para los siguientes!!! n.n

XD


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