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Antes de todo por Haruka Eastwood

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Notas del capitulo:

Y aquí esta el ultimo cap de este two-shot, el cual espero que les guste y me regalen un rw n.n 

Aclaro que no va a haber continuación de ninguno de los dos capítulos jiji sin más yo las dejo leer. 

Antes de ser Claude Faustus


Desde mi aparición en este retorcido mundo he vagado entre el infierno y el mundo de los humanos; he vivido desde hace siglos entre ellos, alimentándome de sus pecados, convocado entre sueños y por anhelos banales de los humanos que aclaman a gritos: venganza, poder o muerte.


Estúpidos humanos me digo una y otra vez… inútiles e incapaces de hacer algo por ellos mismos.


En ese bosque de fantasía y sueños de muerte cubierto por la fina capa de la tela de las arañas, tan delgada, de apariencia tan frágil, pero a la vez tan fuerte, capaz de envolver a su presa, que cae ante mis garras solo para esperar su muerte… lenta y sublime.


“Tenía un nombre pero lo he olvidado, al igual que aquel ser que me creo, mismo que le prometí lealtad, tan solo para asesinarlo fríamente siglos después, mientras me regocijaba de su mirada suplicante, tan patética que pedía a gritos que me detuviera, pero ¿por qué detenerme?…”


Aquel demonio de fría mirada ambarina después de traicionar a su creador se dedico a vagar por esta fría tierra sin rumbo, ni propósito fijo, tan solo se dedicaba a alimentarse de las almas a su antojo, no tenia caso hacer un contrato para cumplir aquellos deseos tan banales y carentes de venganza y odio.


Pero una dulce alma llena de impureza le cautivo, pero no deseaba consumirla, lo que anhelaba era “disfrutarla” más aquel ser le traiciono a él un demonio; él como lo hizo es fácil adivinar: le enamoro.


Caminando por un pequeño pueblecillo se topo con un hermoso chiquillo de ojos azules y cabello rubio, el cual le miro seductor, sorprendiéndolo en sobremanera. Pero no solo fue aquella sonrisa lujuriosa que le dedico mientras se relamía los labios lascivamente; también estaba aquella blanca piel, tersa al contacto de sus manos que le recorrieron una infinidad de veces.


El debía ser el que llevara a los humanos a conocer los pecados, mas uno le incitaba a él y solo a él, le seducía y se le insinuaba pecaminosamente. Cierto día mientras dormía a la orilla de un riachuelo, el chico rubio se le acerco y le planto un fugaz beso, al abrir los ojos le miro encarándolo por su reciente acción “¿acaso no me teme?” se preguntaba confundido.


-Eres un demonio ¿cierto? – pregunto sonriéndole ampliamente, como si estuviese hablándole a un humano cualquiera.


-Lo soy ¿acaso no temes que te mate? – pregunto incrédulo el moreno por el trato tan amable del oji azul. En ese momento no distinguí si era amabilidad o simplemente estupidez, una tan grande que era capaz de encarar a un poderoso demonio.


-No veo porque hay que temerte, si quisieras matarme ya lo habrías hecho… además tu me gustas – le dijo sínicamente, mientras le daba un beso en la mejilla.


Ante esto el azabache le tiro al pasto posicionándose sobre él – yo te podría tomar aquí y ahora, sin importarme tus gritos, y estoy casi seguro que nadie vendrá a por ti – le susurro contra sus labios para fundirse en un tierno ósculo, que fue gustosamente correspondido. Al separarse de aquel húmedo y cálido contacto un hilillo de saliva aun los conectaba débilmente.


-No me importaría, siempre y cuando seas tú – sonrió triunfante ante la mirada atónita del oji ámbar, el cual se levanto sorpresivamente dejando al rubio en el suelo – puedo preguntar ¿A dónde vas? – susurro inocentemente con un puchero.


-Eso es algo que no te concierne – espeto fríamente dándose la vuelta comenzando a andar a paso firme, perdiéndose entre el bosque.


-Te veré aquí mañana – grito el oji azul, pero no obtuvo respuesta alguna, de igual forma sabia que el azabache estaría ahí al día siguiente.


Tal y como lo había predicho el día anterior, el demonio apareció junto al rio en cuanto el chico llego; así pasaron los días y “Jimy” le iba a ver día con día, le platicaba de su aburrida vida, su familia y como ayudaba a su padre en su negocio. Incluso algunas de las anécdotas del menor provocaban unas risillas disimuladas por parte del azabache que no pasaban desapercibidas para Jimy.


Este por su parte no dejaba pasar los pequeños momentos de distracción del ambarino, los cuales aprovechaba para robarle besos al azabache, los cuales eran gustosamente correspondidos, acompañados de perversas caricias que le hacían soltar leves gemiditos de placer.


-Oye, yo te he contado mucho sobre mi vida… - hizo una leve pausa – pero tú no me has dicho nada sobre la tuya, ni siquiera se tu nombre – el rubio hizo una mueca de tristeza, la cual no paso desapercibida para el menor.


-Yo no tengo nombre, ni recuerdos – su semblante se torno frio y sin expresión.


-Oh ya veo, entonces desde ahora tu nombre será Claude Faustus ¿te gusta? – pregunto inocentemente.


-¿Por qué Claude Faustus? – dijo con intriga el moreno.


-Mmmm no lo sé, simplemente me gusta ese nombre, lo encuentro interesante y tan misterioso como tú.


Se creería que este es el inicio de una romántica historia de amor, o al menos eso pensó Claude; día con día se encontraba con ese rubio risueño que había logrado cautivarle en demasía. ¿Por qué o cómo? No le importaba, sentía lo que nunca creyó sentir, un demonio enamorado es irónico y algo absurdo, pero él lo estaba.


Aquella tarde de primavera tomo a Jimy de la manera más dulce que pudo, entre el pastizal junto al riachuelo. Le recostó suavemente fundiéndose en un apasionado beso lento, suave y prolongado en el cual quería transmitir todas aquellas emociones nuevas que le llenaban, que le daban un pequeño rayo de luz a su obscura vida. Aquel ósculo tan puro y sincero en donde sus lenguas danzaban entrelazándose, para después separarse con un hilillo de saliva uniéndolos. Claude llevo sus besos al cuello, dando leves mordiditas a su paso hasta llegar a la clavícula.


-Aaaaaaaah!! Claude – gemía con desespero al sentir las manos de azabache recorrer su pecho desnudándolo a su paso hasta llegar a su entrepierna donde sutilmente rosaba su miembro asta estremecerlo, erizándole la piel, mientras que de sus labios salía su nombre, pronunciado con una sensualidad indescriptible, aquel aterciopelado tono de voz tan masculino le llama solamente a él.


-Jimy, mi Jimy – susurro en su iodo mientras lo lamia sutilmente delineando su perfecta figura como si quisiera dibujarla con la lengua. Pasando repentinamente a los labios del rubio donde deslizo su lengua lascivamente por los delgados belfos del menor, el cual pasaba juguetonamente sus manos por el pecho del azabache, acariciando ese bien formado torso de arriba abajo que tanto le excitaba, llevando sus manos por entre la ropa, sintiendo aquella suave piel directamente.


La ropa comenzó a estorbar y en cuestión de segundos se despojaron de la misma; el moreno comenzó a lamer en círculos los pezones de Jimy el cual se aferraba a su cabello dando pequeños tironcitos de este con cada lamida y sutil mordida. Llevando su lengua por el pecho hasta llegar a su vientre, donde lamio la zona de su obligo simulando pequeñas embestidas en este. Bajo mas y con una mano tomo el falo del menor engullendo de golpe, el cual pedía atención desde hace varios minutos, la cual le había sido negada provocando que su acción fuera aun mas placentera, comenzó una felación rápida que hacia arquear la espalda del menor, mientras jadeaba y su cuerpo era cubierto por una ligera capa de sudor.


-¡Claude! – exclamo antes de venirse en la boca del azabache quien trago gustoso la esencia del menor, lamiendo su mano desde la punta hasta la base ante una mirada sumamente avergonzada – no… no hagas eso – pidió con un notable sonrojo el cual surco por completo sus mejillas.


-¿Hacer qué? – le miro burlón, mientras dirigía uno de sus finos dedos a la estrecha entrada del rubio, quien ante la intromisión soltó un grito de dolor, que fue silenciado con un pasional beso que a cada segundo se volvía más intenso, dejando sin aíre al oji azul; un segundo dedo se hizo presente, comenzando a moverse por su interior, haciendo forma de tijeras, dilatando aquella rosada entrada.


Saco sus dedos solo para sustituirlos por su palpitante miembro, que entro de una sola estocada, provocando que arqueara brutalmente la espalda y sus ojos derramaran gruesas lágrimas de dolor junto a un grito ahogado; ante esto el azabache le abrazo dulcemente limpiando las lagrimas que caían por su mejilla con su lengua, otorgándole un cálido beso.


-Duele – susurro contra los labios del mayor, al tiempo que sus manos se aferraban a su espalda arañándola fuertemente.


-Pronto te acostumbraras – le dijo antes de iniciar un lento movimiento de caderas sin esperar la aprobación del menor, quien gemía y lloraba, por el dolor y el placer convinados, pero como el demonio le había dicho; pronto se acostumbro a la intromisión y comenzó a mover sus caderas, provocando que las estocadas se volvieran más fuertes, dando en ese punto de placer que le hacía delirar y pedir más.


Tan solo hicieron falta unas embestidas mas para que el rubio se viniera sobre sus abdómenes y Claude dentro de él – CLAUDE/JIMY – dijeron al unisonó para caer rendidos abrazados en el pasto.


El oji azul que diario le visitaba dejo de ir durante una semana, tiempo que extraño al azabache, preguntándose si había hecho algo que molestara al menor. Pero el séptimo día este apareció con un semblante que denotaba una profunda tristeza.


~ * Flashback de Jimy * ~


-Maldito mocoso – le grito un hombre mayor, el cual lo sujeto fuertemente del brazo aquella tarde que regreso de estar con Claude – sabemos que te andas revolcando con un demonio. Si no quieres que nada le pase a tu estúpido hermanito tendrás que matar al demonio del bosque.


-¿Qué? espera no puedes pedirme eso… ¡Yo lo amo! – grito sin importarle lo que fueran a pensar de él, ya que realmente amaba a Claude, prefería morir antes de hacerle daño a su demonio o permitir que lastimaran a su hermano.


La verdad es que le había mentido al oji ámbar, ya que él no tenía padres, su hogar era una pequeña choza abandonada a las afueras del pueblo donde él y su pequeño hermano vivían.


Ante la renuencia del rubio que no quería matar al demonio que amaba, los aldeanos del pueblo le comenzaron a golpear dejándolo inconsciente, su pequeño hermano Loky al ver esto corrió en un intento por protegerlo pero los aldeanos le apedrearon hasta matarlo. Cuando este despertó y vio al único familiar que le quedaba muerto junto a él no pudo evitar llorar desconsoladamente.


-Fue el demonio quien ha matado a tu hermano Jimy… por eso te advertimos que le mataras primero…


~ * Fin Flashback Jimy * ~


Por inercia el moreno le abrazo dulcemente al ver su semblante tan triste, pero sus ojos se abrieron como platos al sentir una daga perforar sus pecho.


-Perdóname Claude – imploro mientras sacaba la daga para volver a clavarla pero con más fuerza, mientras en su rostro se formaba una sonrisa retorcida y bizarra, dejando salir una risa tétrica y maniática – estúpido demonio… ¿enserio creíste que te amaba? – se mofo del azabache quien le veía sumamente sorprendo, sin la posibilidad de articular palabra alguna por el asombro.


-Lo mismo digo…


En un rápido movimiento le mato atravesándole el pecho con la mano, al sacarla saboreo su sangre mientras sus ojos se tornaban de un rosa fluorescente y su mirada se ensombrecía; sin notarlo unas lagrimas rodaban por sus mejillas.


Aquel pequeño infante realmente le amaba… tan solo quedo inmerso en una profunda demencia al perder a su hermano, “simplemente quería ser feliz con los que amaba”


 


 


 


Claude se encontraba junto a su amo mientras este degustaba el aperitivo que le había preparado.


-Claude… ¡Claude! – Grito Alois molesto – te estoy llamando desde hace rato, pero pareces ido… Claude.


-Mis disculpas amo… - dijo en su habitual tono serio y frio, mientras miraba fijamente al rubio; su amo Alois Trancy le sonreía y se veía como aquel chico que amo y odio al mismo tiempo, incluso su apariencia era similar… se preguntaba si seria aquella alma que siglos atrás le traiciono… aun se preguntaba ocasionalmente el porqué, pero tal vez nunca lo sabría ¿o sí?

Notas finales:

Espero que les haya gustado n.n yo me despido y les deseo un excelente día/tarde/noche. 

Haruka Eastwood


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