Cl abrió la puerta y dejó entrar a la castaña delante. En el salón, la pelirroja estaba abrazada a sus piernas, con los ojos rojos de haber llorado, mirando un programa de televisión.
-Bom ¿qué ha pasado? -preguntó Cl sentándose a su lado.
-Minzy no me va a perdonar nunca lo que le hice... -sollozó.
-Claro que lo hará, sólo dale tiempo -dijo Dara.
La pelirroja no estaba muy convencida, aún así asintió y siguió viendo el programa, esta vez acompañada de sus dos amigas.
Minzy no salió a cenar y Bom se fue a su habitación sin probar nada de su plato. Las otras dos chicas se sentaron a comer en el salón.
-Parece que vamos a tener que acostumbrarnos a esto hasta que esas dos lo arreglen -dijo Cl mordiendo una alita de pollo.
-Me temo que así es...
-¿Me temo? Tanto odias estar a solas conmigo... -hizo un lindo puchero.
-¡No es eso! Digo que me temo que hasta que no lo arreglen estarán así -intentó arreglarlo.
La rubia asintió no muy convencida y se llevó a la boca otro trozo de pollo. Se manchó la comisura de los labios de salsa barbacoa a lo que la castaña soltó una carcajada.
-¿Que ocurre? -preguntó Cl extrañada.
-Pareces una niña...
Se acercó a ella y con el pulgar limpió el resto de salsa que manchaba su cara. La rubia se estremeció ante el roce y se sonrojó cuando la castaña se llevó el dedo a la boca para chupar la salsa que había limpiado de su boca. El ambiente se puso algo extraño e inmediatamente Dara se alejó de ella para seguir comiendo.
Cuando acabaron de cenar, siguieron en el sofá viendo una película. Cuando acabó, Cl seguía mirando su móvil y cuando se dio cuenta, Dara apoyó su cabeza en su hombro tras haberse quedado dormida sentada.
-Dara... -susurró.
La castaña no se despertaba, parecía agotada por lo que la acostó en el sofá y la tapó con una manta. Se quedó unos minutos observando como dormía, su expresión era bonita incluso sin forzarlo. Se sentó en el suelo, apoyando la espalda contra el sofá y siguió viendo la televisión hasta que sin más, se quedó dormida en el sitio.
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Pasó un mes y la relación entre Bom y Minzy no parecía avanzar lo más mínimo. La pelirroja intentaba desesperadamente que le perdonara, le hablaba aunque sabía que le ignoraría, le ayudaba con todo lo que podía y lo poco que se dejaba... pero aún así la morena parecía fría por fuera. Por dentro se odiaba a si misma por estar haciéndole aquello a la pelirroja. En su cabeza, cada día era una fuerte discusión entre la razón y sus sentimientos. Una constante lucha en que la razón seguía diciendo que se había pasado, que aún no debía perdonarla, que aquello por lo que la había echo pasar era muy duro; por otra parte, sus sentimientos seguían luchando por tomar el control, gritando en silencio que le perdonara, que podía volver a ser todo como antes.
Dara y Cl vivían cada día entre aquella tensión que se formaba cuando estaban las cuatro juntas, pero parecía que ellas dos estaban más interesadas en otras cosas.
-Dara.
La rubia entró en la habitación de la castaña con una sonrisa.
-¿Te apetece venirte a cenar a un restaurante nuevo que han abierto en la calle de al lado?
-Mm... Claro.
-Iba a decírselo a las otras dos, pero no quiero que el restaurante explote.
La castaña rió la gracia de su amiga y ambas se cambiaron de ropa. En la cabeza de la castaña sólo se repetía la idea de que aquello sería como una cita. Se decidió por una camisa de manga corta, blanca y abrochada hasta el cuello; una falda rojo oscuro con unos tirantes sujetos en los hombros; y unas zapatillas blancas con un poco de plataforma.
Cl se decidió por una camiseta ancha, negra, de tirantes; una chaqueta negra de cuero; unos vaqueros azul claro, cortos; y unas Converse negras. Se miró al espejo y suspiró, no iba muy arreglada para lo que pretendía ser una cita, pero ese era su estilo. Salió de su habitación para encontrarse en el salón con Dara, que la dejó boquiabierta ante aquel atuendo tan sexy y aquellas largas piernas de infarto.
-¿Quién es el afortunado que tiene una cita con Dara? -dijo Bom apareciendo de la cocina.
-Yo -sonrió Cl.
-¿Tenéis una cita? -se extrañó.
-¡N-no! -contestó Cl mirando a la castaña.
-¿Nos vamos? -preguntó Dara levantándose del sofá y estirándose la falda.
-De acuerdo.
-Pasadlo bien -se despidió la pelirroja.
Al cabo de unos minutos apareció Minzy que miró extrañada el salón vacío y luego se asomó a la cocina con semblante serio.
-¿Donde han ido Dara y Cl?
-De cena -contestó la pelirroja con miedo a mirarle a los ojos.
La morena resopló y fue a la nevera, buscando algo de comer.
-¿Vas a cenar algo? -dijo al fin la pelirroja.
-No hay nada. Voy a comprar algo de ramen a la tienda de en frente y compraré algo de beber.
Minzy se dirigió a su habitación para coger una chaqueta y antes de salir a la calle, se tragó su orgullo y fue hacia la pelirroja.
-¿Quieres que te compre ramen para cenar? -susurró.
-Claro...
La morena asintió, cogió un paraguas ya que fuera llovía con fuerza y salió a la calle.
Cl y Dara llegaron corriendo al restaurante ya que no habían cogido paraguas. Uno de los camareros les ofreció un par de toallas para que se secaran el pelo y las acompañó hasta una mesa alejada.
-Que hambre... -se quejó Dara apoyando la barbilla en la mesa.
-Paciencia -rió la rubia.
Pasaron unos minutos y les trajeron la cena. Mientras comían hablaban de los ensayos, de las nuevas canciones y de la situación entre Bom y Minzy con la ilusión de que pronto arreglaran las cosas y que los ensayos no fueran tan fríos.
-Dara, ¿te gusta alguien? -soltó de repente Cl.
La castaña casi se atraganta con la carne, tosió un par de veces y luego la miró extrañada.
-¿A que viene esa pregunta?
-Solo quería saberlo...
-¿Y a ti?
-Puede.
Se quedaron en silencio unos segundos, ambas levemente sonrojadas.
-Dara, -cogió su mano mientras le miraba a los ojos- yo...
De repente sonó el teléfono de la rubia que, respirando de nuevo, soltó lentamente la mano de la castaña y cogió el móvil.
-Dime Bom.
-Cl -sollozó la pelirroja al otro lado de la línea- Minzy se ha caído por las escaleras, estamos en el hospital.