Uno, dos, tres, cuatro, son los siglos que pasan para un joven que mira atentamente la pantalla de un celular, siglos que en realidad son minutos.
-“¿Hyung?, soy Zelo”
Es el mensaje que minutos antes ha enviado a una persona que en línea aparece. Cinco, seis, siete minutos. La cabeza comienza darle vueltas a la palabra idiota mientras se reprende a sí mismo. Piensa que es un tonto por haber hecho lo que hizo, que probablemente lo que menos quiera esa persona es hablar con él, eso y otros pensamientos lo inundan haciéndolo tirar el celular de un lado y levantarse de un brinco.
-“Saldré a caminar” - se dice a si mismo colocándose una chaqueta.- ¡Vuelvo pronto! –grita a la soledad de su hogar. Sin saber porque lo ha hecho se detiene, sacude la cabeza y sonríe tristemente para luego salir rumbo hacia un parque cercano.
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Cuenta la leyenda que el viento es capaz de llevarse lo que en nuestra cabeza no queremos, y yo me pregunto ¿Por qué lo de nuestro corazón no?
El cielo de otoño cubierto de nubes que dejan apenas entrever el sol, las calles llenas de hojas secas, y un frio inigualable es lo que rodea al joven de cabellos castaños, que apoyado en la barandilla del puente donde se haya, mira hacia la nada.
Suspira, y el frio se hace notar en su aliento.
-Que frio – dice para sí mismo.
-Exactamente – le contestan a su lado.
Sorprendido, mira a quien hablado, encontrándose con unos ojos que nunca en su vida se habían cruzado con los suyos, pero que extrañamente le resultan cercanos. Sonríe, y el individuo frente a él también lo hace, ofreciéndole a su vez una bebida caliente.
-No, no te preocupes, no hace falta – dice al instante, ligeramente sonrojado por que el chico frente a él le ofrece una bebida caliente solamente con haber escuchado su comentario soltado al aire. –No hace falta – repite haciendo una ligera reverencia.
-Tómala – dice el muchacho, más que un ofrecimiento parece una orden – soy YoungJae – se presenta al fin mirando como el joven frente a él le mira sorprendido – y compre esto para ti, así que tómalo, o me sentiré ofendido – comenta, dejando ver de nuevo su sonrisa.
-Soy Daehyun – se presenta también nuestro joven que ahora con una bebida entre sus manos sonríe. – muchas gracias
-no hay de que- contesta YoungJae mientras mira a Daehyun beber un poco de aquel café ofrecido – tengo que irme Daehyun – dice al fin – te veré luego – comenta y se da la vuelta para comenzar a caminar, pero una mano que ha tomado la manga de su chaqueta le detiene
-Espera – dice un apenado Daehyun – ¿cómo sabes que volveremos a vernos? No tienes m teléfono y
-las almas gemelas siempre vuelven a juntarse- interrumpe YoungJae y sonriendo y sin esperar nada más se retira. Mientras el joven castaño que ha dejado atrás le mira impactado por lo que ha dicho, e inconscientemente toma con más fuerza el vaso de café que en sus manos yace, justo como quien tiene algo preciado y no quiere soltarlo jamás.
El destino ha decidido por estos jóvenes, la luz y la oscuridad se complementan, dos almas gemelas volverán a juntarse de nuevo.
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-¡Uppie! –Grita Zelo al distinguir a su amigo a lo lejos – ¡espérame! – dice y corre hacia el quien le espera con su imborrable sonrisa.
-Chelo – dice en burla - ¿Qué haces por aquí?
-Joo no me digas así – se queja el menor- solo vine a verte, ¿estas ocupado? – pregunta y el mayor niega con la cabeza. –Uff, que alivio, pensaba que llegaría hasta acá y me dirías que estabas por salir o algo así.
JongUp ríe, mientras sigue caminando haciendo al otro seguirle.
-Solo iré por unas cosas para mamá a la tienda, ya sabes, encargos –dice, mirando al pequeño que la vista dirige al piso cuando a la madre se ha mencionado – de resto mi gran agenda es tuya, ¿Qué quieres hacer? – pregunta, intentando animar al menor que ha notado se encuentra afectado.
-Vayamos a jugar, al parque
-¿Al de las rampas?
-¡SI!
-Umm – uppie parece perder su sonrisa por un ligero instante y esto no pasa desapercibido para su mejor amigo que fijamente y dejando de caminar le mira ahora- está bien –contesta Up sonriendo de nuevo y apenas notando que Zelo ya no le sigue.
-¿Estas bien Up? – pregunta Zelo preocupado
-Solo algo pensativo, eso es todo, así que no te preocupes- sonríe el mayor haciendo así sonreír al pequeño.
-Está bien entonces –Zelo sonríe y ambos platicando ya de cosas comunes se dirigen a la tienda entre bromas para llevarlas pronto a casa y poder dirigirse al destino ya planeado.
Ambos sonríen, ambos olvidan sus problemas, porque como todo ser humano, tienen problemas que aunque no los dejen vivir tranquilos son capaces de olvidarse por un rato.
El parque es grande y ambos disfrutan bromeando y demás entre ellos y es así como el tiempo pasa rápido. Y como el tiempo pasa la noche llega y los peligros con ella. Y esto es lo que piensa alguien que mirando de lejos se encuentra, en un coche de lujo color azul, dos ojos miran hacia los jóvenes que disfrutan sin saber que es tarde, aquellos que no notan el pasar de tiempo.
Mas minutos pasan, ambos se despiden y cada quien parte por su lado, uno caminando, otro en taxi. Y es a quien caminando se ha ido que este auto sigue, sigilosamente, hasta verle llegar a casa sano y salvo.
¿Qué no es increíble el corazón enamorado? ¿Qué a todas partes sigue a su amado para nunca verle sufrir? Lástima es que ni un corazón conoce a otro, las heridas se encuentran más adentro, donde nadie les puede ver.
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- No eres tu – repite el joven al ritmo de la canción que en sus audífonos suena, mientras mira pasar el paisaje ya conocido, está por llegar a su destino. Dispuesto a no demorar mucho fuera de casa comienza a sacar su dinero para no perder tiempo en la cobranza, alista sus cosas y está dispuesto a bajar en cuanto el auto pare, pero al levantar la mirada para indicar su hogar al conductor petrificado es que se queda. Un auto se haya fuera de su hogar, un auto que conoce, y que por supuesto sabe quien maneja.
Paga, y baja sigilosamente, sin dejar de mirar a quien frente a él yace parado. El taxi se va y las figuras se ven sin ningún obstáculo entre ellos.
-Hyung – es lo único que logra decir.