ENAMORARTE OTRA VEZ
(M X N)
CAPITULO 5: TU ME ODIAS, NO?
Mello’s Pov.
Seguía acariciando tus cabellos, eran tan suaves, dirigí mi mirada a tu niveo rostro que denotaba paz, no me resistí y acaricie tus mejillas, luego tus suaves labios con m pulgar, te veías tan calmo, tan pacifico, cuando pase mi pulgar por tu labio inferior solo atinaste a entreabrir tus labios y soltar un pequeño suspiro. Te vi y note que intentabas abrir tus ojos, los abriste y cerraste de repente, era obvio no estabas acostumbrado a la luz del lugar, cuando lograste adaptarte a la luz del ambiente dirigiste tu mirada hacia mi, tu mirada reflejaba sorpresa, curiosidad, duda algo que no era usual en ti, lo que pude notar también fue que ya no era la misma mirada sombría que portabas desde el día de aquel incidente que prefiero no recordar, sino que había recobrado su brillo habitual, te notabas nervioso, era lógico llevabas despierto dos minutos y en ese tiempo, no aparté mi mirada de la tuya ni dije palabra alguna, tu tampoco lo hacías. Pareciera que entre ambos intentábamos saber lo que el otro pensaba y que es lo que estaba pasando en ese mismo momento.
Fin de la narración.
-M..Mello… que haces aquí? Que hago yo aquí?- pregunto un albino un tanto nervioso por la mirada que le estaba dirigiendo su acompañante, que el recordara Mello nunca estaba con el excepto que fuese para pegarle, insultarlo o agredirlo.
-Near, ya despertaste!! Me tenias preocupado – decía un Mello sonriente mientras se dirigía hacia su adorado albino.
-yo? Tenerte preocupado? A ti? Desde cuando te importo Mello? – preguntaba un albino un tanto confundido.
- Near claro que me importas, siempre me has importado, nunca dejaste de hacerlo.- decía un rubio un tanto confundido por la actitud de su albino.
-Ja, yo importarte?! Mello no me hagas reír, ambos sabemos que tu me odias, nunca dejaras de hacerlo… yo no te importo. Ahora a lo importante, por que estamos en un hospital?- decía pasándose una mano por la cabeza, pero se detuvo en seco cuando sintió una venda rodearle la cabeza.
- Near no juegues con eso, ya te lo eh dicho, siempre me importaste, y te caíste de las escaleras por eso es que estamos aquí – dijo mello tratando de que su ira no lo controlase, parecía que aquel enano lo estuviese molestando a propósito. Claro que le importaba el albino, ya le había dicho todo cuando se le declaro, le había dicho las palabras mas dulces que alguna vez pudieran salir de aquellos labios, le había confesado su amor, lo que sentía y había dicho que hacia lo que hacía para llamar su atención.
-de entre tantos niños en el internado, por que tuviste que venir tu? Digo, hay mas de 200 niños y niñas allí que me tratan mejor que tu o a quienes podría llegar a importarles, pero viniste tu- trataba de sonar calmado pero no lo estaba, estaba seguro de que si mello había decidido ir con Roger algo le iba a hacer, seguramente iba a golpearlo, o a burlarse de el por caerse de las escaleras, cerré mis ojos fuertemente esperando lo peor mientras decía un bajo pero audible- haz lo que quieras hacer pero hazlo rápido – mantenía mis ojos cerrados cuando sentí una presión sobre mis labios.
Near’s Pov.
Tenia mis ojos cerrados, esperando por lo peor, ya le había dicho a Mello que hiciese conmigo lo que quisiera pero que fuera rápido. Mis pensamientos se vieron interrumpidos por una suave y agradable presión sobre mis labios. Abrí mis ojos lentamente y mis ojos no daban crédito a lo que veian. Mello me estaba besando de una manera dulce y tierna, el tenia sus ojos cerrados y pude distinguir en sus mejillas un leve sonrojo, nos separe de aquel beso que Mello había iniciado
-Mello, que haces? – pregunte un tanto sonrojado, ese era mi primer beso y había sido con Mello. El solo se dedicaba a mirarme y tenia una pequeña sonrisa en sus labios
-emmm… te beso? – preguntaba un tanto confundido Mello aun sonriéndome de manera tierna
- si, se lo que es un beso, y se que acabas de besarme, pero la verdadera pregunta es, por que me besaste, tu me odias, no? – tenia mucha intriga, ya que al cortar el beso, Mello no se había burlado, ni me había golpeado, sino que me había sonreído.