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Brujos por pri_sasukelove20

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Notas del capitulo:

 

Hola queridos lectores. Gracias por sus reviews anteriores, me hizo muy feliz, me alegro que tenga buen visto. Lamento la tardanza. Estaba sin inspiración. Estoy segura que más de uno quedará sorprendido con este capítulo. Sé que es corto, pero es bien intenso XD

Antes que nada prefiero advertir para evitar algún malestar o insulto: (Insinuación MinaNaru, aunque no es una clara insinuación -.- es raro de explicar) No se asusten.

ESPERO LES GUSTE

 (Personajes de Masashi)

 

Estaba boquiabierto. Atónito. Había corrido con el corazón en la boca temiendo lo peor y no se equivocó. Cuando corrió hasta el aula donde había percibido la energía negativa, su mano abrió la puerta y en su interior halló algo escalofriante. A sus pies estaba Naruto, si, pero no era él, había llegado demasiado tarde para evitar que esa criatura poseyera el cuerpo de su hijo.

—Tanto tiempo sin verte, viejo-sonrió diabólicamente mostrando la hilera de dientes ensangrentados.

Y es que cabe mencionar que la imagen que veía en el blondo no era para nada agradable. El demonio poseyendo a Naruto sostenía un brazo cercenado que goteaba grandes cantidades de sangre en el suelo, la única parte del cuerpo de la Moira a la vista. Supuso que ya había sido completamente devorada. Pobre de ella, ha de haber sido una dolorosa forma de morir.

Cuando Naruto era poseído sus únicos rasgos sobresalientes eran los bigotes que tenía en ambas mejillas, se acentuaban aún más, sus ojos azules se volvían rojo sangre con una línea en medio como un ojo de gato, y las uñas de sus dedos crecían hasta volverse garras de un salvaje animal. El demonio era violento, agresivo y comía a sus presas. No era la primera vez que lo veía cenar a una bruja, pero le seguía resultando asqueroso.

Normalmente él se refería siempre con la palabra “viejo o anciano” lo que le ponía de muy mal humor. Odiaba eso de Kurama. Que tuviera sus tantos años no significaba que fuera un viejo arrugado.

—¿Era necesario que manipularas el cuerpo de Naruto?-cerró la puerta tras entrar, sería problemático si alguien los viera en una escena del crimen como esa.

Kurama como se llamaba, se sentó tranquilo sobre un pupitre mientras le daba un mordisco al brazo goteando.

—Si no lo hacía hubiera muerto a manos de la chica debilucha. Y naturalmente como sellaste su poder, era mi prioridad el proteger su cuerpo-se explicó—Tu hijo fue tan tonto por caer en una trampa tan obvia, aunque me divertía con su ignorancia. Cuando mostró su verdadera naturaleza allí ataqué. Hubieras visto la cara de la pobre, no tuvo tiempo de gritar ni pedir ayuda. Aunque sabes… he probado mejores cosas que esta, su carne es repugnante, tiene un mal sabor-hizo un gesto de desagrado con los labios.

—¿Y porque sigues comiéndotela?-preguntó con una gota en la cien.

—Tengo hambre. Las porquerías que come Naruto no me satisfacen y me asquean.

—¿Lo dices por el ramen?

—Principalmente por el ramen-le señaló de mala gana—Que asco por Dios.

—No menciones a Dios en vano.

—Da igual-se encogió de hombros, se lamió las manos limpiándose la sangre. No había rastro de la chica pero si la sangre desparramada en el piso, sillas y pupitres.

—Tks, dejemos de hablar de tus gustos y vayamos al grano-se acercó hasta estar frente a él—Hay un chico en el pasillo que está rodeado con tus llamas, lo estás haciendo sufrir. Para con ello.

—Él se lo buscó. Intentó meterse en mi mente y lo bloquee.

—¿Cómo es eso? Luce tan normal…

—Creo que no es un humano corriente, pero bueno esa es mi opinión-exclamó despreocupado.

—Como sea, ya detente con las llamas. No quiero muertes inocentes en este lugar.

—Tu petición costará, anciano-sonrió cautivador.

Ya lo veía venir. Kurama no daba nada gratis. Y siempre él debía pagar los platos rotos, si Naruto supiera lo que su otro yo, lo que su demonio interno hacia con él ¿Cómo reaccionaría? Ni si quiera sabía cómo rayos le veía a la cara todos los días sin sentirse abochornado y culpable por ocultarle ciertas “situaciones”.

—¿Qué mierda quieres ahora?-con el seño fruncido. Estaba atado de manos ante él.

—Un beso.

—Que sea en la mejilla.

Kurama negó sonriente.

—En la boca. Sedúceme con tus labios tan expertos… viejo. Sé que besas muy bien. ¿Lo recuerdas? La primera vez que me besaste, me sentí en el cielo y eso que nunca fui allí.

Maldito demonio. ¿hacía falta retomar esa vieja conversación? Tanto había luchado por olvidarse de aquello. Olvidar que había besado a su propio hijo poseído por un demonio que constantemente buscaba conquistarlo cuando era invocado.

—¿Y si no lo hago…?

—¿Tu qué crees que pase? El chico no tardará en morir debido a las altas temperaturas que sufre su cuerpo, en este momento debe sentir como sus órganos son calcinados. Una horrible sensación, morir lentamente desde adentro mientras mis llamas lo devoran.

—Que sea rápido-estaba acorralado. Lo quisiera o no, era por una buena causa. Maldito sea, todo era su culpa, si nunca hubiera sellado los poderes de su hijo probablemente él hubiera podido hacer frente a la bruja sin necesidad de que Kurama interviniera y todos felices. Esa ilusión se le fue de las manos drásticamente.

—Bésame y salvaré al humano-susurró.

Naruto, perdóname por lo que haré.

Se acercó a él hasta estar frente a sus labios, cerró los ojos y avanzó poniendo su mente en blanco. Era traumatizante besar a su propio hijo, si, pero su autocontrol era muy bueno. No perdería la cabeza de momento. Kurama lo jaló con más fuerza, le rodeó el cuello e intensificó el beso, después de todo debía convenserle si quería salvar al chico. No quedándole de otra correspondió de la misma manera. Sus lenguas se encontraron y bailaron una junto a la otra, los jadeos por parte del menor no se hicieron esperar y buscó más entrega de Minato. Llegó a su nuca tomándole de los cabellos y conduciéndole más profundo a su cavidad, quería saborearlo por completo, cada zona, rincón de su boca era tocada por su lengua juguetona.

Minato rezaba porque estuviera conforme e hiciera su trabajo para abandonar el cuerpo de su hijo de una vez por todas. Kurama sonrió entre besos mordiendo el labio inferior del mayor incitándolo a más, pero el otro no estaba para nada contento con la acción. El aire hizo falta, un último beso con sus salivas impregnadas y se apartaron formando un hilillo entre ambos.

Minato la rompió al instante con la mirada molesta y nuevamente con sentimiento de culpa. Era el peor padre de la historia. Si Naruto se enteraba, prefería morir.

La lengua de Kurama delineó sus propios labios degustando el último rastro de los cálidos labios ajenos.

—Delicioso-jadeó, levemente sonrojado.

—¿Satisfecho?

—Satisfecho-sonrió bajándose del pupitre.

—Ahora cumple con tu palabra-respondió esquivo.

—¿Sabes? Acabo de procesar que me has besado después de comerme a una Moira. ¿No te ha dado repulsión? Estoy completamente sorprendido de que no te hayas negado.

—No es como si pudiera evitarse ¿O sí? y sí, es realmente desagradable. Pero es algo normal, soy un demonio también, no eres el único que ha comido brujas-le dio la espalda.

—Ah-gimió—Escucharte decir eso me excita-sonrió.

—¡Ya apresúrate!-gritó incomodo.

—Para que lo sepas no es tan simple. ¿Crees que con chasquear los dedos las llamas se irán? Mi poder no funciona así. Llévame donde está el chico, tengo que tocarlo.

—¡Maldita sea!-golpeó la mesa más cercana. Luego recordó los charcos de sangre en el suelo y se volteó a mirarlo—Termina con eso y te largas. ¿Me has oído? Tendré que limpiar luego esta aula, tenemos poco tiempo pronto tocará el timbre.

—Sí, sí, como ordenes anciano-levantó las manos en son de paz.

Minato no le discutió más, era imposible comunicarse con él. Dejó las cosas como estaban y se retiraron por donde él había corrido. A solo unos metros captó la imagen del pobre muchacho que se retorcía a un lado del pasillo lleno de sudor y las llamas consumir su cuerpo. Pero las llamas de Kurama no incineraban, su ropa estaba tal cual y no presentaba ninguna herida superficial. Su método radicaba en atacar hacia adentro, era más doloroso.

El demonio se agachó y tocó la cabeza del azabache, en un abrir y cerrar de ojos el manto rojo desapareció. Sasuke estaba inconsciente. Kurama se puso de pie y miró al blondo mayor.

—Ahí lo tienes. ¿Feliz?

—¿Tendrá secuelas?-preguntó preocupado.

—No. Está fuera de peligro. Mi intención solo era castigarlo un poco. No mato por placer…-calló un segundo—Tal vez, solo un poco. Pero él no será mi víctima. No hoy al menos. Llévalo a enfermería y déjalo descansar, se recuperará pronto.

—Entonces… ya vete, me molesta tu presencia-le miró de mala gana.

—Oh, viejo. Eres tan hermosamente cruel conmigo, pero eso solo logra enamorarme más de ti.-habló seductor.

—Por favor, no digas esas cosas en el cuerpo de mi hijo, es tan espeluznante.

—Ja, ja, es donde tú me has sellado-le guiñó un ojo con picardía—Sostenme o caeré… Minato.

Sus últimas palabras fueron la señal de alerta. Cerró sus ojos abandonando la mente de Naruto, su cuerpo cayó en los brazos del mayor justo a tiempo. Lo abrazó contra su pecho soltando un largo suspiro de cansancio y alivio.

Se había ido al fin.

Esperaba no volver a saber de su paradero. Pero sabía muy en el fondo que sería imposible evitar aquellos encuentros entre ellos. La cara de su hijo lucía bastante tranquila, como era de esperarse, cuando Naruto recobrara el conocimiento no recordaría nada. No sabría que había comido una bruja con apariencia de una estudiante ni que se había visto obligado a volver a besarlo por segunda vez en su larga vida. Bendito sea.

—¿Minato…-sensei?

Y cuando salía de un pozo… ahora volvía a meterse a otro, solo que este lucía mucho más profundo y problemático.

—¿Por qué está usted aquí…? ¿Y qué hace… mi hermano tirado en el suelo?

Oh, diablos. De todos tenía que ser él. El chico que Kurama había perjudicado tenía que ser precisamente el hermano de Itachi, ¿No podía haber sido otro?  Que la tierra se lo tragara ahora mismo por favor. Con Naruto en sus brazos y Sasuke a sus pies la escena era extrañamente difícil de explicar.

—Espero una respuesta y más vale que sea buena. ¿Qué le pasó a mi hermano?

La cara de Itachi no era nada bueno. Delataba ira en sus ojos.

¿Qué hago…? Maldito Kurama…

(Continuará)

 


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