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Moon Trance por Zack Engel

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Notas del capitulo:

hola hola~

bueno pido disculpa por la demora del capitulo, pero es que no tenia tiempo para subirlo y tampoco mucha inspiracion, asi que realmente pido disculpas y que disfruten el capitulo ~~

Había pasado una semana desde el altercado con su madrastra y desde entonces todas las noches se iba a la misma cancha que había conocido cuando chico para practicar con la muñequera en la palma de la mano, pero nada salía bien porque tan pronto  empezaba a acostumbrarse  su mano le dolía un montón y lo hacía soltar la raqueta. Así eran todas sus noches.

Ahora mismo se encontraba en el final de sus clases, no quería seguir quedándose en la escuela, tan solo deseaba poder terminar todo e ir a esa cancha  que le dejaba practicar en solitario de vez en cuando  sin tener conversación con  nadie ¿se estaba volviendo autista? Creía que podía ser factible eso, pero también era que el estar rodeado de puros idiotas ricachones no le agradaba para nada, quizás el presidente le caía un poco bien, pero tampoco lo era del todo porque ningún hombre gustaba de que otro chico se te pegara como lapa o anduviera abrazándote todo el tiempo recordando lo “lindo” que era.

Empezó a guardar sus cosas en la mochila sintiendo un poco de viento pasar por su costado derecho y no pudo evitar ver la persona de quien se trataba,  al reconocer a su gran amigo bajo la mirada. En un principio pensó que podía vivir con eso, pero tan pronto como sintió completa soledad e incomprensión su corazón comenzaba a oprimir, otra razón por la que su tenis estaba yendo en picada.

-si solo volviera a ser como cuando tenía 8 años…

Su susurro paso desapercibido por todas las personas a su alrededor mientras caminaba por los pasillos, aunque no quisiera tenía que volver a la rutina de siempre, eso quiere decir ir al concejo estudiantil y luego pasarse al club de tenis lo malo sería que hoy se quedaban a entrenar los seleccionados por lo que tendría que soportar las ofensas de John, la apatía de Loki y ser ignorado por Cristian “no es el mejor de mis días… pero puedo seguir” pensó manteniendo un gesto serio hasta llegar a la puerta del concejo estudiantil “una sonrisa, una sonrisa”

Al abrir la puerta vio al extrovertido presidente correr a abrazarlo y tan solo tuvo que sonreírle  esperando que lo soltara pronto o que en lo posible terminaran con su trabajo. Este no era mucho, tan solo tenía que ordenar unos cuantos papeles y salir de ese lugar o bueno eso pensaba porque tan pronto como iba en la mitad del papeleo sintió como alguien lo tomaba con fuerza y  lo botaba con fuerza al piso.

No comprendía muy bien que era lo que estaba pasando en este momento por lo que con sus ojos impresionado miro la cara ajena. Su presidente estaba con un gesto lascivo, sus ojos recorriéndolo sin decoro y su sonrisa mucho más ancha de lo normal, realmente era algo que le hacía temer y querer arrancar, pero sus manos estaban afirmadas con fuerza por sobre su cabeza cosa que hacía  que sus intentos sean inútiles.

Cerró los ojos pensando que su semana no podía ser peor de lo que ya creía, en esos momentos daba igual lo que dijera su padrastro, quería morirse de una vez y terminar con toda aquella tortura.

-no sabes cuánto me he estado aguantando zacky~

-no tienes mucho aguante presidente

-¿haciéndote el valiente? Sera entretenido hacerte mío

-y será mucho más arruinar tu maldita existencia

-¿Qué? ¿Acaso gritaras por ayuda? … todos se burlaran de ti y lo sabes – dijo con una sonrisa amplia comenzando  a besar su cuello

-no tengo miedo, soy un huérfano no tengo ese tipo de miedo – dijo poniendo cara de asco mientras movía sus piernas -¡suéltame!

-lindo~ me pregunto su tu hermanito sería igual de lindo… si estuviera vivo claro~

-¿qué… dijis…te?- se tensó completamente dejando de luchar

-lo que oíste, claro que investigue de ti Zack Williams~ - susurro en la oreja dando un mordisco- sé que por ti murió tu familia~ ahora quédate tranquilo y acepta el castigo

Zack no había alcanzado a escuchar todo lo último, en este momento se encontraba en un pequeño trance en sus recuerdos con su familia, buenos o malos estaban ahí, torturando su mente mientras que alguien más lo tocaba, pero no podía llegar a sentir asco o placer sino que solo estaba concentrado en su mente olvidando todo su cuerpo.

Apretó la mandíbula para no dejar que sus lágrimas salieran de sus ojos, mas no pudo hacerlo cuando recordó los gritos de su hermano y su mano quemada la cual era el sello inconfundible de su gran dolor, era por eso que nunca más cocino y también por eso mismo que  de vez en cuando se hacía daño en la mano inconscientemente, solo para no olvidar lo que una vez le paso en el pasado.

Ahora mismo no le importaba que era lo que pasaba con su cuerpo  más cuando sintió demasiado peso muerto sobre si  no pudo evitar llevar sus ojos a el mayor notando que ya no ejercía fuerza ni tampoco se movía, parecía algo desmayado, no, no era que lo parecía, realmente lo estaba porque de pronto un pie corrió su cuerpo para hacer que quedara recostado boca arriba.

Zack no entendía que pasaba, aún estaba ido, aun así sentía que alguien lo tironeaba en un caminar rápido y para cuando el cuerpo ajeno freno se pudo recomponer un poco por lo que  enfocó  su vista notando que la persona era alguien mayor, de cabellos naranjos y ojos verdes con un toque especial, un toque inconfundible. La persona frete a él no era nada más ni nada menos que Loki Ziegler que lo había llevado hasta un patio extenso que era cubierto por arboles dando completa privacidad.

No podía negar que una pequeña parte de su corazón se encontraba feliz de aquella salvación, el mayor siempre aparecía en los momentos menos oportunos, mas no demostró ni una sonrisa a este, no quería hacerlo frente a quien tanto daño le causo por lo que solo empezó a arreglarse la ropa desordenada mientras veía seriamente el cuerpo ajeno que se movía como un león enjaulado.

-¿Qué era lo que estabas haciendo con él precisamente?

-papeleo del colegio

-¡no estoy siendo chistoso Zack Engel! – grito enojado poniendo sus manos en los hombros del menor – ¡porque te dejaste tocar por él!

-¡y a ti que te importa! – Dijo enojado intentando zafarse, pero nuevamente las manos contrarias eran mucho más fuerte que él- ¡si quiero que un idiota sin cerebro me toque tan solo lo dejare!

-tu… - arrugo el entrecejo y con fuerza agarro el mentón del menor para alzarlo y verlo a los ojos – así que eres de esas mierdas fáciles que por ascender hacen lo que sea

-que puedo decirte,  si me dejan como paga el ser el presidente hasta te hago un servicio especial – hablo con el mismo enojo sin saber mucho que era lo que estaba diciendo, pero tantas películas vistas con su amigo algo se le quedaba

-¡bien! Has lo que quieras – comento enojado soltando al otro para revolverse el cabello- no volveré a preocuparme por ti o cualquier otra cosa, por mí que te mueras

-¿preocuparte por mí? Recuerda que soy un huérfano imbécil, nosotros somos la escoria de la sociedad que no debes ver ni preocuparse

-ja…jajajaja eres un idiota – dijo mirando al otro casi con pena haciendo que Zack quedara confundido y más molesto- ves solo tu condición de vida, solo te preocupas de ver huérfanos e hijitos de papa, pero en realidad no vez lo esencial… todos perdemos algo en nuestra vida, no por eso nos escudaremos para siempre en ello

Sin más el de pelos anaranjados se fue del lugar dejando al menor solo y confundido. De pronto perdió toda la fuerza y se quedó sentado en el suelo mientras su espalda quedaba apoyada en el árbol como si fuera su mejor respaldo. Se abrazó a sus piernas y comenzó a llorar en silencio esperando que todo terminara ya, estaba cansado, demasiado cansado como para seguir peleando por algo que ni siquiera el había pedido.

Sintió algo caminar por su mano y alzo un poco la vista notando que  una pequeña chinita caminaba por su dedo  haciéndolo sonreír suavemente, si mal no recordaba en su tiempo conoció a cierto chico en estados unidos que le enseño algo especial  “las chinitas cuando se posan en tu cuerpo te darán buena suerte, tendrás las mejores de las suertes”. El tan solo recordar aquel momento hizo que riera suavemente  y alzara un poco la vista.

Recién iba llegando a estados unidos, el castaño se sentía nervioso de estar completamente solo en ese lugar, pero no se arrepentía, su padrastro le había dado el permiso con la condición de que ganara el torneo y Zack con su pensamiento de ser el mejor en Inglaterra no podía pensar que no ganaría.

Apretó un poco el bolso que tenía entre sus manos y empezó a caminar intentando buscar con la mirada a algún señor que tuviera su nombre en un pedazo de papel, no fue muy difícil encontrarlo, pero si fue difícil comunicarse porque el tipo tenía un acento completamente diferente al suyo lo cual hacia que no comprendiera la mitad de lo que decía en ocasiones.

-Zack ahora te llevare a tu habitación, si quieres algo me avisas- dijo el mayor con una sonrisa- no te preocupes soy amigo de Winfried todo estará bien

-¿Cuándo empieza el torneo señor? – pregunto mirándolo con ojos curiosos

-será en unos 3 días, en eso puedes recorrer y conocer, cualquier parte que quieras ver me dices

-una cancha de tenis- dijo con una sonrisa grande mirando al mayor

-bueno  vamos a dejar las cosas al hotel y luego iremos a buscar una cancha de tenis

-gracias

Sin más que decir fueron al hotel y dejaron todas las cosas para ir a la cancha de tenis que se convirtió en el hogar de Zack durante esos tres días en los cuales jugo lo más que pudo contra la muralla y uno que otro chico que se presentaba, hasta el momento ninguno le hacía mucha batalla, bueno ninguno excepto un chico moreno que tenía el pelo verde el cual jugo contra el solo un día.

El día del inicio del torneo llego y Zack se puso completamente serio jugando contra cada chico que se le presentaba, para su sorpresa no estaba aquel chico tan bueno en el tenis, mas tampoco hizo comentario alguno de esto a su tío, no hasta que llego el tercer  día del torneo en el que cuando iba saliendo del lugar el chico estaba ahí junto a un adulto vestido como monje y un niño mucho menor.

Trato de ignorarlos y seguir con su andar serio al lado del adulto intentando no desprestigiar su familia como se lo habían recordado, pero no pudo cumplir su cometido porque de un momento a otro un cuerpo se le abalanzo sobre si y lo abrazaba con extrema fuerza, cosa que lo hizo palidecer un poco y mirar confundido al chico. Era un niño bajito con un gorro blanco y una sonrisa enorme.

Por un momento Zack recordó a su hermano menor mirando lo con una sonrisa grande en intento de que este sonriera, aquello le dio más que miedo por lo que alzo la mano y lo empujo mirándolo con completo enojo. No era que quería empujarlo con fuerza, pero realmente no supo cómo reaccionar

-¡oye no tienes que ser tan brusco con mi hermano! – hablo el chico moreno que fue a abrazar a su hermanito

-no tiene por qué tocarme, que respete mi espacio personal

-lo… siento – el chico bajo la vista pero pronto alzo la vista con una sonrisa y se puso nuevamente al lado de Zack – pero eres increíble, juega conmigo también

-¿Qué?

-onii-chan dijo que jugaron juntos y eras sorprendente y papa nos dejó venir aquí para verte jugar… ¡juega conmigo! – grito  emocionado moviendo la mano del castaño

-no entiendo…

-disculpa a Ryoma – dijo el otro chico con una gran sonrisa en su cara- pero también quiero que juegues con nosotros

-eso es fantástico, es bueno hacer amigos Zack – dijo el mayor haciendo que el castaño se sintiera más confundido

-puede dejarlo todo en nuestras manos, tenemos una cancha en nuestra casa y queda cerca del torneo- hablo el señor vestido de monje- puede venir a jugar mañana

-yo no…

-allí estaremos señor

Después de una despedida demasiada afectuosa, Zack se fue al hotel para descansar y al día siguiente asistir a la casa de los chicos estadounidenses para así jugar un rato, no podía negar que se divertía un poco, pero aun así seguía reacio a sonreírle al menor de los Echizen ya que su parecido con su  hermano menor era demasiado grande. Por otro lado el hermano mayor era una bestia en todos los sentidos, era despreocupado y desaliñado, pero no podía negar que era buen tenista, lo único que valoraba del chico.

Los días pasaron demasiado tranquilos y poco a poco Zack se fue acostumbrando a la cercanía de los chicos, de hecho cuando estaba en días de torneo esperaba el momento de verlos y sonreírle o incluso ir a jugar contra Ryoga quien si era un verdadero oponente para él, pero nada duraba para siempre y cuando menos se lo espero el ultimo día llego haciéndolo saber que esa misma noche viajaría a Londres nuevamente.

-es una lástima que vuelvas… papa podría adoptarte – comenzó Ryoga mientras comía una naranja

-no puede, tengo padrastros ya- susurro bajando la vista mientras veía a Ryoma correr en el patio- tienes suerte Ryoga, tu hermano es muy tierno

-no somos hermanos completamente – dijo Ryoga viendo al otro con una sonrisa grande- papa está peleando por mi custodia, pero si no me tendré que ir también

-eso es… una lástima – comento algo sorprendido

-no tanto por mi… pero Ryoma sufrirá- dijo abrazando sus rodillas- no quiero verlo triste, quiero que sepa que estaré con él

-pero lo sabrá –dijo con una sonrisa intentando animarlo- tú quieres mucho a tu hermano y el a ti… además el tenis nos une a todos, siempre que juguemos podremos vernos ¿no crees?

-¿eso no es muy cursi?

-solo un poco – dijo riendo con algo de alegría hasta ver a Ryoma acercarse con la mano agitada - ¿Qué traes ahí Ryoma?

-ryo-onii-chan, Zack-onii-chan miren esto – dijo con una sonrisa mostrando una chinita que hizo sorprenderse a los dos menores

-esto… espera ¿zack-onii-chan? ¿Qué es eso? – pregunto Zack mirando confundido a los dos

-Ryoma te está tomando como su hermano mayor, es  lenguaje japonés… Rinko su madre lo educa para que sepa los dos idiomas- dijo encogiéndose de hombros Ryoga -¿para qué es la chinita ryo-chan?

- ya veo… - la verdad es que no le agradaba mucho el saber que alguien lo trataba como su hermano

-es para Zack-oni-chan – dijo con una sonrisa dejándola en la mano de Zack – oka-san dice que dan buena suerte zack~ ganaste el torneo pero es para toda tu carrera

-eh… gra… gracias – dijo con una sonrisa nerviosa viendo al menor- te prometo jugar un partido contigo cuando volvamos a vernos

-¡sí! Y en ese momento les ganare a los dos – dijo completamente confiado

-oye no me dejen atrás yo también quiero ser parte de este juego – dijo abrazándose por el cuello de ambos –desde ahora eres mi hermano menor

-prefiero tragar los pasteles de barro de Ryoma que ser tu hermano menor

-si dices algo que dañe a Ryoma te golpeare Zack

-me tocas y te morderé

-¿Zack-nii-chan? ¿Ryo-nii-chan? ¿Qué les pasa? – pregunto mirando a ambos curioso

-nada, nada ¿verdad Ryo-nii-chan?

-nada – dijo sonriendo nervioso

-¡entonces vamos a jugar tenis antes que viaje Zack-nii-chan! – grito Ryoma emocionado para correr de vuelta a la casa

-¿Ryo-nii-chan? – pregunto mirando al menor con una ceja alzada

-ya sabes eres mi hermano mayor, Ryo-nii-chan – dijo con una sonrisa amplia y algo maliciosa antes de salir corriendo en dirección al menor – no seas pervertido como las revistas del señor Nanjiro Ryo-nii-chan

-Zack te matare

Sin más los tres volvieron a la cancha de tenis de la casa de los Echizen y se llevaron toda la tarde jugando hasta que fue la hora de partida del castaño quien en el aeropuerto se despidió de ambos chicos casi a punto de llorar, ver la cara desastrosa de Ryoma quien reía y lloraba por su despedida y la sonrisa alegre y confiada de Ryoga le animo a darse cuenta que no estaba tan solo.

Cerro los ojos al volver al presente notando que ya era un poco tarde, no entendía porque tanto recuerdo en este momento, pero no le dio importancia y solo se levantó  para sacudirse la ropa  y notar que el insecto  ya  no estaba, no era una cosa que le preocupara, la suerte venia y se iba cuando quería así que tampoco era una cosa de la cual pudiera quejarse.

Empezó a caminar hacia  el edificio nuevamente y se sintió un poco molesto por la luz anaranjada que se colaba por las ventanas, era algo fastidioso el saber que había faltado a la práctica también, pero no podía hacer nada así que fue a recoger sus cosas a la sala del concejo estudiantil notando que no había nadie “quizás paso mucha vergüenza y se fue” pensó recogiendo su bolso con tranquilidad para así ir a la salida.

Por hoy no tenía ganas de encontrarse con su hermanastro por lo que tenía decidido caminar hasta el cementerio y durar ahí en lo que acababa la práctica de la tarde para volver a su casa, pero tan pronto como cruzo la salida  escucho alguien llamar el nombre de su mejor amigo por su espalda por lo que se giró para ver qué era lo que pasaba.

La escena lo dejo estupefacto, no podía creer lo que estaba pasando ahí, pero era la realidad. Cristian de entre todas las personas se había unido animadamente al grupo de los seleccionados con una sonrisa en la cara y lo peor de todo es que hablaba como si conociera de toda la vida al fastidioso de John. No pudo evitar arrugar la nariz y seguir su trayectoria “a la mierda criss, quien se cree ese maldito farsante, no es mi amigo ni tampoco algo importante” pensó más que enojado pasando por las calles y  empujando a quien se le cruzara.

Al llegar al cementerio hizo lo mismo de siempre, acercarse a su hermano y madre y comentarle lo mal que le había ido ese día y como posiblemente le iría en los próximos  días de su vida escolar.

Llego la noche más rápido de lo que esperaba por lo que Zack con un beso en cada lapida se despidió de sus familiares para salir corriendo a la casa, a pesar de todo tenía que cumplir con el toque de queda que impuso Winfried o sino sufriría las penas del infierno.

Cuando llego a su casa miro a todas partes y al no ver a nadie entro sigilosamente esperando que nadie  se enterara más Marie era imposible de engañar por lo que al verla le conto la mitad de la versión, solo lo importante para justificar su tardanza y luego se fue a su pieza para cambiarse de ropa y poder salir.

No era que amara ser un callejero, pero realmente estar en la cancha le animaba más que cualquier otra cosa que pudiera tener, el tenis era su vida y pasión en ese momento por lo que cuando estuvo listo paso por la oficina del mayor y se despidió como lo hacía todos los días antes de salir corriendo hacia aquella zona  algo alejada que guardaba uno de los mejores momentos de su vida.

El estar en ese lugar era como si todo fuera mágico, por lo que su sonrisa salía a flor de piel y sus ganas de entrenar aumentaban el doble. Es por esto que sin demora dejo su bolso en una de las bancas y con las canchas iluminadas comenzó a practicar con su raqueta solamente para acostumbrarse a esa tomadura. No era tan difícil para una semana después de haber practicado arduamente, pero tampoco era como si sus dedos no molestaran.

Luego de una hora decidió tomar un descanso para ir a sentarse en la banca y tomar agua “quien pensaría que el mismo chico que estaba afuera llorando ahora estaría aquí adentro practicando como cualquier vicioso” pensó con una gran sonrisa para luego echarse un poco de agua encima  de la cabeza mientras cerraba los ojos, el sentir el frio colarse por su cuerpo realmente era lo mejor de la vida.

-valla no creí que esta cancha fuera utilizada por otra persona – hablo una voz desde la entrada

-¿eh?... ¡¿tú que haces aquí?! – pregunto mirando a Loki completamente sorprendido y algo asustado- ¿Por qué siempre arruinas mis momentos felices?

-arruinar tus momentos fe… ¡jodete niño malcriado! – grito enojado mientras entraba a la cancha  y se sentaba en la banca contigua – creí que estaba desocupada la cancha

-pues ya ves que no… es un buen momento para que te vayas con toda tu riqueza – dijo mientras sacudía su cabeza

-tu realmente… - miro algo agotado al menor y abrió los ojos con impresión al verlo utilizar una simple playera y un short -¿no tienes frio acaso?

-¿frio? Eso es para gallinas – comento con una gran sonrisa mientras tomaba su raqueta- además jugando se calienta el cuerpo ¿no?

-supongo… ¿no te molesta que practique también?

-¿no te molesta que me quede?

-oye la pre…

-es lo mismo, no me importa que estés aquí así que adelante, puedo ignorar tu existencia tan fácilmente como una mosca

-gra… Gracias supongo

Sin más Zack siguió practicando pero esta vez fue jugando contra la muralla  mientras que sentía que el mayor hacia calentamiento físico. No pudo evitar mirarle levemente por sobre el hombro y sonreír, desde que conocía a Loki se dio cuenta que a pesar de ser noruego era demasiado friolento y es que llevar encima pantalones largos, una playera, un jersey y una bufanda era demasiado para su gusto “de seguro se terminara ahogando” termino de pensar en el para seguir con lo suyo.

Luego de unos cuantos peloteos contra la muralla no pudo evitar volver a soltar la raqueta y quejarse levemente, bien su padrastro le dijo que no podía jugar tanto de esa forma o deformaría su mano, pero es que no hallaba ninguna otra solución para su problema, no quería que su mano herida tocara algo tan preciado como una raqueta, pero no tenía más que esa muñequera que le habían regalado cuando pequeño, justamente uno de los amigos de Loki por eso no había aceptado cualquier otra cosa.

Sin darse cuenta ya tenía al mayor a su lado  con un gesto preocupado y aunque le intento mostrar con su cara que todo estaba bien este simplemente le tomo a la fuerza la mano para poder observarla detenidamente e impresionarse por lo que encontró debajo de la muñequera

-¿Cuándo te hiciste esto?

-¿importa realmente? – Pregunto desviando la mirada - ¿puedes devolverme mi mano? No es un juguete

-dime cuando

-hace tres días con santa Claus ahora devuélvemela

-podrías decirme la verdad si quiera

-¿para qué?

-¡porque me preocupas!

-pues preocúpate de ti mismo – dijo algo enojado intentando separarse pero tan solo consiguió que el otro le abrazara fuertemente - ¡suéltame!

-ni muerto, solo lo hare si me dices que te paso, sino sufrirás las penas del infierno – dijo con una sonrisa maliciosa que erizo la piel del menor - ¿y bien?

-¿podrías al menos soltarme? Creo que sentado podre inventarte algo mucho mejor que aquí- dijo con un suspiro dejando de luchar

Loki le había soltado con una sonrisa triunfante  y ambos se fueron a sentar a la banca, Zack no sabía cómo explicar la situación así que tan solo se vio la mano mientras acariciaba su dedo pulgar adolorido y su palma de la mano. Todo era algo confuso, incluso no sabía que podía entablar ese tipo de conversaciones con el mayor, pero ahí estaba, campante bajo la luz de la luna al lado de ese chico que primero lo amo y ahora lo odiaba… “espera… ¿Bajo la luna?... ¡tú!” no pudo evitar mirar hacia arriba y arrugar el entrecejo con completa desaprobación, si la luna tuviera una cara de seguro se estaría riendo de su suerte, nadie puede escapar de las decisiones de la luna, solo el sol…

-¿y bien que te paso? – pregunto sentándose en el suelo frente a el- en lo que me lo cuentas te pondré una venda

-no es necesario mi padrastro luego hace algo

-¿es médico?

-sí, cirugía cardiovascular, aunque últimamente creo le gusta más ser nana de huérfanos – dijo con una semi sonrisa divertida

-ya veo… bueno no soy médico pero algo puedo hacer – dijo mirando concentrado la mano - ¿y bien?

- cuando pequeño   a mi familia la mataron unos asesinos contratados, a mi padre le dispararon al igual que mi madre, pero mi hermano fue quemado en el horno…yo me salve por ser un cobarde – comento con un suspiro al tener esas imágenes- cuando fui en búsqueda de mi hermano no lo pude creer así que me acerque igualmente y me queme la mano derecha, no fue nada grave, pero en los años que siguieron cuando la fecha se acercaba me quemaba la mano hasta sentir el mismo dolor para no olvidar que los traicione… aunque últimamente he tenido algunos… percances y me he lastimado a propósito- dijo bajando su vista a su mano semi vendada – venga rétame ahora

-así que es eso…. – dijo con el semblante serio mirando la mano atentamente – creo que estas equivocado Zack

-¿equivocado?  si muchos dicen eso – comento con una risa cansada, no quería más reproches

-si… si yo fuera tu hermano o padre… no desearía que me recordaras dañándote la mano- dijo con una sonrisa sincera  para acercar la palma de la mano a su boca y besarla suavemente- con un beso cálido, algo que demostrara que estoy feliz de que por lo menos tu estas vivo... ¿no crees?

-yo… - miro completamente sonrojado al mayor para luego desviar la vista, no se esperaba eso para nada  así que no podía estar más que confundido –creo tienes razón …

-hmmp~ me alegra – comento con una sonrisa y cerrando uno de sus ojos- no sabía que podías verte lindo con sonrojo, tu palidez no sirve mucho Zack – susurro antes de dar otro beso y separarse- ¿quieres que juguemos un partido?

-yo… ¿pero qué cosas dices a un hombre? – pregunto devolviendo su mano a su corazón para sentirlo latir fuertemente- hnng… quisiera volver… pero vale juguemos

-pero sin tu muñequera

-pero

-la venda no dejara que toque tu piel, y los dos besos serán tu protección – comento guiñándole el ojo al menor mientras tomaba su raqueta

-¿coqueteas con todas las mujeres de la misma forma? – pregunto algo hastiado pero a la vez divertido

-solo con las más bonitas

-jajaja me siento como una princesa – dijo entre risas antes de estirarse y levantarse- bueno prepárate para ser derrotado

-estoy deseándolo

Sin más palabras ambos chicos se pusieron en cada lado de la cancha y comenzaron un juego duro y reñido que demostraba las capacidades de cada uno. Zack por su parte jugaba un juego divertido y armonioso como hace tiempo que no lo sentía, era lo mismo que cuando jugo su primer torneo, mientras que Loki dejaba ver una sonrisa en su cara demostrando lo divertido que lo estaba pasando, aunque se tenía que admitir que el mayor tenía mucha más practica en todo esto por lo que pudo llevarse el partido de la mejor forma posible

El partido termino con un 6 a 4 dejando a los dos cansados y sudorosos  chicos que fueron directamente a la banca para recomponerse del juego. Al parecer aunque estuvieran jugando por diversión ninguno de los dos quería perder por lo que terminaron ocupando sus habilidades mejores con tal de ganar el partido.

Cuando Zack se sentó se sentía satisfecho, jugar con una venda en su mano era mucho más fácil que jugar con una muñequera gruesa  en su palma deformando su mano.

Cerro sus ojos y sonrió ampliamente, cuando llegara a la casa le agradecería a la luna  por aquel momento, aunque primero la regañaría por hacerle pasar esa sorpresa. Sin poder evitarlo se rio de su propia planificación y es que no podía pensar que estaba más loco, pero siempre se comportaba igual cuando el mayor estaba cerca.

-gracias por el partido, me divertí mucho

-¿ya te vas? – pregunto con cierto toque de desánimo pero lo pudo ocultar en su mayoría

-si mañana tengo clases y debo despertar temprano, soy un poco duro – dijo con su típica sonrisa galante para empezar a cubrirse con toda la ropa – tu deberías ir a dormir también… y abrigarte

-jajaja sí creo que tienes razón  - dijo entretenido por ver al mayor de tal forma- ya vo... ¿Eh? ¿que es eso?

-¿Qué cosa?

-esto – dijo agachándose para tomar un cuaderno  y ojearlo- ¿tiene poemas?

-¡ah! No lo veas

-tarde~ - con una gran sonrisa corrió hacia otra dirección  para poder arrancar del mayor y así ojear uno.

 

Pertenecernos

 

Mirando tus azulinos ojos

Veo la luz del día

Velo la luz de la esperanza

Veo mi camino oculto

 

Tocando tú cabello

Siento la tranquilidad del campo

La suavidad de tu amor

Y el gusto por perder el tiempo

 

Degustando tus labios

Sé que no te merezco

Sé que no estoy a tu nivel

Pero quiero estarlo

 

Quiero volver a verte sonreír

Quiero que veas en mí la esperanza

Que sientas en mí el goce del amor

Quiero que a través de mi existencia

Perfecciones tu ser

Porque solo así sabré

Cuanto nos pertenecemos amor mío

 

Cuando termino de leerlo quedo impresionado y algo sonrojado, no podía creer que el mayor fuera a escribir esto, por lo que miro al mayor algo confundido  y noto como este se sonrojaba a más no poder. Al verlo no hizo más que reírse en su propia cara y soltar todo lo que tenía en la mano para agarrarse su estómago, sabía que era algo cursi pero esto se pasaba de la raya y cualquier limite que conocía.

De pronto vio como este se acercaba ofendido y agarraba aquel cuaderno  para poder largarse, pero Zack no quería dejar las cosas así, había tenido un buen momento y debía agradecérselo no riéndose en su cara por lo que se acercó a este y le agarro de la manga

-discúlpame… no fue mi intención  reírme de ti… solo que no me esperaba que escribieras – dijo con una sonrisa  grande “bueno me lo esperaba realmente”

-no escribo porque quiero… es una necesidad – dijo con bajando la vista a su cuaderno – perdí la memoria cuando estuve en noruega con mis padres y recuerdo todo a través de poemas, sé que olvide a alguien importante en mi vida, pero aun así no lo recuerdo

-¿perdiste la memoria?

-mis abuelos tenían un método de enseñanza medieval, somos una familia que por nombre nos estamos extinguiendo  - dijo con un suspiro mirando su cuaderno- ellos solo piensan en querer criarme de forma exigente y  hacer que me case con la primera chica

-así que te casaras

-sí, pero tampoco puedo estar aquí  así que no me preocupo tanto- dijo con una sonrisa cansada – ¿quieres ir a casa juntos?

-ahhh… creo que te meterás en un gran problema – dijo con una sonrisa suave para luego asentir- claro vamos sino al que maten primero será a mi

Notas finales:

bueno aqui esta el capitulo tres, espero que lo hayan disfrutado y les digo de ante mano, esa especie de poema lo cree yo, es de mi autoria y esta hecho en una clase de america independiente (?)

bueno hoy no ubo cancion asi que espero no os molesteis~ aun asi espero que dejen review a ver que les parece, nos vemos

 

bye bye

Zack Engel


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