Si en realidad ya estábamos lo suficientemente grandes como para tener sexo, la verdad es que yo no lo había hecho nunca.
El calor del momento ya nos había envuelto, caminábamos buscando algún lugar dentro de la misma casa, chocando torpemente con las paredes, terminamos en la sala, donde nos detuvimos para besarnos más demandante nuevamente, esos besos hambrientos llenos de deseo, sus manos recorriendo mi cintura, mi espalda, tocando mi piel con tanto deseo, mi cuerpo comenzó a arder de ganas, la lujuria estaba en plenitud. ¿Por qué tanto deseo? Quizás el porqué era simple, yo lo necesitaba y lo deseaba desde hacía mucho.
Entre pasos y besos, termine acorralado contra la mesa, lugar donde me quede atrapado, pues MinSoo sostuvo mi cuerpo, nos besábamos, mientras mis brazos envolvían su cuello, mis labios devoraban los contrarios, alguno que otro quejido se escapaba, debido a la intensidad, bajo luego por mi cuello, me estaba volviendo loco, lo único que venía a mi mente, era, lo necesito, lo deseo. Mis manos bajaron por su camisa, desabotonándola por completo, miré su abdomen, tan bien formado y ahora podía tocarlo, podía besarlo, podía hacer todo lo que en algún momento imagine.
Las manos de él no se quedaron quietas, pues mi ropa fue volando poco a poco por la sala, con un tanto de vergüenza quede casi desnudo delante suyo
-He deseado tanto esto –Dijo llevando sus labios a mi cuello nuevamente, mi cabeza para nada estaba funcionando con cordura, pero escucharlo decir eso, fue tan satisfactorio.
- Yo te he deseado desde hace mucho -Lleve mi mano directo a su miembro, acariciándolo, pues había sentido lo bien formado que estaba, cada vez que apegaba su cuerpo al mío, masajeando con suavidad vi como aquella expresión de aún más deseo se formaba en su cara.
- No tienes ni una mínima idea de cuánto te he deseado, lo siento pero ya no puedo contenerme-Llevo su mano hasta mi miembro, acariciándolo, si es verdad que ya estaba excitado, lo que hacía me estaba poniendo aún peor.
- Min…Soo – No podía si quiera hablar con claridad, continúe con lo que hacía, desabrochando su pantalón, metiendo mi mano dentro de su bóxer, toque su miembro directamente, estaba caliente, hinchado, poco a poco fui quitando las pocas prendas que quedaban en su cuerpo, mi ropa interior también desapareció.
-Ya no aguanto, mataré estas ansias ahora- Los besos nuevamente se apoderaron de nosotros hasta que de pronto su mano llego hasta mis glúteos, poco a poco comenzó a entrometerse en mi entrada, sus dedos comenzaron a penetrarme, dolía, pero a la vez era tolerable, comenzó a penetrarme con ellos, jugando yo solo podía quejarme, mientras me mantenía pegado a su cuello.
-MinSoo –volví a repetir su nombre, parecía idiota, no podía hablar con claridad de lo agitado que me encontraba.
- Mh, no podré calmarme estando luego en ti.-Sus palabras, cada vez que decía algo, me hacia perder la cordura completamente.
Me volteo, mi cuerpo lo pedía, pero no sabía si estaba listo para lo que venía. Apoye mis manos sobre la mesa, mientras MinSoo repartía besos por mi espalda, mi respiración estaba realmente agitada, si hubiera corrido una maratón hubiese sido más tranquila de lo que estaba en ese momento. Su miembro toco mi entrada y me estremecí.
- Te deseo, te necesito –replique, sintiendo como jugaba en mi entrada
- Yo a ti –Fue todo lo que dijo, cuando comencé a sentir como se iba hundiendo en mi interior, mi respiración se corto por unos segundos y una ardor impresionante se apodero del todo de mi cuerpo, mordí mi labio tratando de tolerar aquella sensación incomoda, se detuvo un momento y creo que en ese momento pude respirar nuevamente, sintiéndome un poco más calmado, comenzó a moverse nuevamente, entrando con suavidad y saliendo de la misma forma, mi dolor poco a poco fue desapareciendo, me apoye con los brazos en la mesa, dejando mi cuerpo a su merced, muy pronto comenzó a moverse con mayor intensidad, cosa que disfrute en demasía, pues gemidos de placer salían sin control desde mi boca, entre mas fuerte me envestía, mas fuerte eran mis gemidos. Luego aquello, entraba por completo y salía de igual forma, penetrándome lento, acariciaba de vez en cuando mis glúteos y les daba nalgadas, cosa que me excitaba aún más, cuando pensé que ya no podía más de lo excitado que me encontraba, toco aquel punto, jamás en la vida había sentido tal placer. Tomaba mi cintura con ambas manos y me penetraba.
- Mierda...Niel. –Escuche aquello y mi cuerpo se estremeció, el realmente había perdido el control, sus movimientos eran acelerados, descontrolados y me estaba llevando al mismísimo cielo. Tomo mi pene y le dio atención, con eso no pude mas, un gran grito salió de mis labios, corriéndome por completo, me envistió unas cuantas veces más con fuerza y un quejido ronco salió de sus labios, deteniéndose suavemente, beso mi espalda, mi cuello y todo lo que estuvo a su alcance en ese momento, apoyo sus manos sobre la mesa, respirando acelerado, tanto o más de lo que yo lo hacía, salió de mí y me volteo, apoderándose de mis labios. Ambos sonreímos satisfechos. ¿Cuánto tiempo estuvimos así? No lo sé, perdí la noción del tiempo.
.- Argh...eres hermoso –Dijo él y yo solo sonreí, estaba tan idiotizado, pero de pronto recordé que el culpable de esto era yo, fui quien empezó a decir todo aquello que nos llevo a esto.
-Lo siento… Por provocarte –´¿Por qué diablos, no podía quedarme callado y ya? El tomo mi barbilla y me miro. –¿Te cause problemas?
-No- ¿Por qué pensó en eso, de verdad pensaba que tenía algo con Changjo? Lo mire, sabía que esta conversación no era lo que digamos adecuada luego de haber tenia tal acto de intimidad.
-¿Seguro?
-Me gustas –Realmente me gustaba desde hace mucho, pero vamos, ¿nunca me callo?
-Niel –Hizo una pausa y me miro- Tú me gustas, sé que no debería pero no puedo evitarlo.
-MinSoo, es difícil para mi no querer abrazarte, tocarte, cada vez que me tocas y te me acercas.
.- Te entiendo, porque me pasa lo mismo, sé que no debo mirarte, pero mis ojos solo pueden dirigirse a los tuyos, no puedo controlarme, menos contigo. -Sonreí como idiota, yo le gustaba, me necesitaba tanto como yo a él.
-Deberíamos escapar de aquí – dije fijándome que aún estamos en la sala y era peligroso, cualquiera de nuestros compañeros podría entrar y encontrarnos en esa situación.
-Vamos a bañarnos ¿Quieres ahorrar agua? - –dijo tomándome de la mano y llevándome hasta el baño, mis piernas aun temblaban producto de lo ocurrido.
Aquello de cuidar el planeta se vino a mi mente, no pude evitar sonreír cuando ambos entramos a la ducha, mis manos recorrieron por completo aquel cuerpo bien forma, al igual que las de él, el mío, fue gratificante en todo sentido aquel baño, aquel hombre, realmente me gustaba y ahora sabía que era correspondido.-
Los días comenzaron a pasar, a veces un susurro, una mirada, un roce, era tentativo como para terminar juntos haciendo el amor en cualquier lugar, la sala era nuestro lugar favorito, quizás era porque íbamos a hacer cualquier cosa, pero terminábamos envueltos.
-Un día de estos nos van a descubrir –Dije acomodando mi ropa
- No hay nada como sentir la adrenalina recorrer tu cuerpo.-Dijo sonriendo, terminando también de acomodar la suya.
Realmente no podíamos controlarnos, creo que ninguno de los dos tampoco trataba de hacerlo.-
Un día como cualquiera, comenzamos a hablar e hicimos una apuesta, consistía en algo simple, un juego de bowling, la verdad no soy bueno en eso, pero me esforcé, practicaba duro, ya que el premio o el castigo era bastante interesante, quien perdiera tendría que ser el esclavo del otro toda una semana, sin reproches, debía hacer lo que el otro gustase.
Me gustaba la idea, poder ordenar, mandar e imponer sin reproches, se me hacía demasiado interesante. Bastante tentador, pusimos todo tipo de reglas, no se valía ausentarse, ni inventar excusas, quien no se presentara automáticamente perdería, yo me veía en ventaja, ya que era quien más tenía tiempo para practicar y de ausentarme, estaba casi seguro que no pasaría.
El día había llegado, estaba tan emocionado que practique todo el día, me fui a casa, tome una ducha y me tire en la cama para tomar un descanso, cuando desperté al día siguiente, no lo podía creer, había perdido por no presentarme. Revise bien la hora, parecía una broma de mal gusto, como podía ser, esto no me estaba pasando ¿verdad?
Mire mi móvil y en el un mensaje que decía
“Eres mi esclavo, prepárate Niellie.”
No lo podía creer, ¿Por qué? ¿Por qué? Una y otra vez la estúpida pregunta retumbaba en mi mente.
Es más, porque hable de más, por qué le dije que si ganaba podría ponerme aquel vestido y hacer travesuras, de seguro se lo había tomado muy enserio. Los nervios me comían, no quería ni levantarme, no quería salir de mi habitación, seguro en cuanto lo viera frente a frente se burlaría de mí. No, es más, seguro que en cuanto me viera querría mandarme a hacer algo.
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