CAPITULO 2: Sexo Ocasional
POV GAKUPO
El haberme descontrolado de esa manera con Len fue un error. Lo amaba, pero sabía que él jamás aceptara que yo este junto a él porque soy su hermano aquel que desde siempre lo cuido y amo incondicionalmente te, su hermano perfecto. Pero, lamentablemente, no podía seguir con esto porque yo lo amaba y lo deseaba como un hombre. Siempre supe que estos deseos de tocarlo, de besarlo y hacerlo mío era un pecado, sin embargo, no pude matar estos sentimientos.
Me volví un sexópata tratando de olvidarlo, pero, con el beso que le acabo de robar, me di cuenta que ninguno de esos orgasmos me dio el placer que sentí solo con rozar sus labios. Esos labios rosas tan tersos y suaves me llamaban con cada palabra que salía de ellos, con cada sonrisa dedicada a mí. Supe que si no hacía algo ya no podría contenerme y seguramente terminaría haciéndole algo que a él no le gustaría, por eso decidí llamar a Kaito.
Él era uno de mis antiguos compañeros de secundaria quien, ahora, era uno de mis compañeros de trabajo. Los dos no llevábamos bastante bien desde jóvenes, pero me asuste un poco cuando él me beso en una fiesta y me dijo que le gustaba y me aleje porque amaba a Len. Sin embargo, cuando un día fui completamente consciente que lo que deseaba era imposible, volví a acercármele en busca de consuelo y comenzamos una relación ocasional como amantes de turno.
Deje de pensar en eso cuando escuche suaves golpe en mi puerta por lo que puse una sonrisa sexy y me dirigí a abrirla viendo a un hermoso hombre de cabellos azules quien traía una camisa blanca con tres botones abiertos lo que me permitía ver su bien formado pecho y su blanco y delicado cuello junto a unos sencillos jeans negros y unas zapatillas de tela negras. Me acerque a él y lo bese hambrientamente, entretanto metía mis manos dentro de su camisa para así acariciar su espalda lentamente dando suaves y provocadoras caricias.
_Mmm…pensé que no volverías a llamarme desde la última vez- murmuro mirándome con deseo mi acompañante.
_Es solo que estuve muy ocupado- murmure haciéndolo pasar, para luego, comenzar a sacar su camisa en el hall del departamento, pero lo mire con ansias asesinas cuando note como aguantaba la risa.
_Jajaja…querido sabemos que eso no es verdad- dijo pasando sus brazos por mi cuello- Trabajo contigo, ¿Recuerdas?- murmuro a un centímetro de tocar mis labios haciendo que pudiera sentir su aliento dulce de vainilla, para luego, besarme.
Los labios de esta persona siempre fueron dulces y suaves. Sus besos húmedos y sensuales, pero a la vez estos poseían una dulzura que me hacía recordar mucho los bellos labios de Len. Por eso, lo elegí como mi amante predilecto, sin embargo, en lugar de engañarlo, le conté todo ya que no podía mentirle a alguien con quien convivía de esta manera.
Rompió el beso y comenzó a sacarme la camisa, mientras besaba mi cuello y yo suspiraba por el placer que me daba sentir esos besos y lamidas en mi piel. Pero, en algún momento, sentí un dolor fuerte en mi clavícula por un mordisco.
_¿Aún seguirás tratándome como tu puta barata?- me dijo separándose de mi para sacarse sus pantalones y ropa interior dejándose completamente expuesto, para luego, arrodillarse en frente de mí y sacarme a mí las mismas prendas- Algún día, esto tendrá que terminar y no podrás excitar hacerle daño- murmuro mientras acercaba su boca lentamente hacia mi miembro.
_Lo sé- susurre y sentí una lengua recorrer lentamente mi sexo- Ahhhhh…-gemí audiblemente sin importar que mi hermano estuviera en su habitación en estos momento- Pero ahora, estás tú, Kaito – murmure jalando un poco su cabello y moviendo mi cadera en busca de más contacto, pero fruncí el ceño al ver como saco su boca lentamente.
_Gracias- murmuro y dio pequeñas lamidas a la cabeza de miembro ya erecto, para luego, pararse- Vamos a tu cuarto, Gakupo- murmuro tomando mi mano y guiándome a ese lugar que él conocía de punta a punta. Cuando llegamos me acostó lentamente en la cama, para luego, sentarse encima de mi abdomen haciendo que su miembro rozara con mi piel.
_Bésame, Kaito…no quiero gemir tan fuerte- dije y pude ver como él dio una fugaz mirada triste, para luego, besarme mientras que yo tomaba sus caderas haciendo que él hiciera un vaivén en mi piel.
Nuestras lenguas danzaban juntas, mientras que los dos disfrutábamos de ese vaivén. Pero luego, Kaito retiro mis manos y rompió el beso. Me miro con deseo y luego se acostó encima de mí apegándose de una manera en que nuestros miembros se rozaran mutuamente y luego me beso, mientras que con sus manos hacia que nuestros sexos se rozasen, para masturbarse mutuamente.
_Ahhhh…- gemimos los dos, luego de romper el beso, por esas caricias que nos propinábamos entre sí, pero de pronto comencé a sentir como me venía.
_Kaito, me vengo- murmure mirándole y el comenzó a hacer que los miembros se rozaran de más fuertemente, para luego, venirnos los dos mojando con nuestras esencias el miembro del otro- Ahhhhhhhhh….
_Ahhhhhhh- gimió Kaito con los ojos cerrados.
Nos quedamos quietos por unos minutos, respirando entrecortadamente. Yo me quede hipnotizado por los rojos labios de Kaito, los cuales permanecían entreabiertos. Esquive su mirada cuando me di cuenta de que él también me observaba, pero luego, me sorprendí al ver como se montó encima de mí.
_Esto aún no termina- dijo y bajo su rostro hasta llegar a mi miembro, el cual aún seguía sucio con su esencia y comenzó a lamerlo lentamente, pero no me dejo disfrutar ya que dejo de hacerlo, para luego, besarme, haciéndome probar su esencia.
Nos besamos por unos minutos, pero luego, él lo rompió bajándose de encima de mí para comenzar a vestirse, mientras que yo lo miraba indiferente desde la cama. Cuando termino, se acercó y me dio un fugaz beso, para después, caminar fuera de la habitación. Me pare ya que seguramente él estaría esperándome para que le abra la puerta así se puede ir ya que, por el día de hoy, nosotros habíamos terminado y ya mañana solo nos saludaríamos como compañeros de trabajo normales en una vida normalmente aburrida de oficina hasta otro encuentro.
_Adiós- le dije vestido con una bata apoyado en el marco de la puerta y él solo asintió, para luego, irse tan fugazmente como vino.
Luego de que él se fuera, me dirigi a la habitación de Len para verlo dormir. Sin duda era muy hermoso, sin embargo, ahora, ya no me bastaba con solo ver su rostro si no tenía, no, necesitaba sentir sus labios de nuevo. Por lo que me fui acercando lentamente a él, tratando de no hacer ruido. Lo mire pensando que sin duda él sabia lo que antes había pasado con Kaito, pero, como era ingenuo, seguro pensaba que era una mujer. Siempre tan inocente.
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