Capítulo 17: Confesión
Salí del baño, aun temblando por los nervios. Creí que un baño iba a calmarme, pero fue todo lo contrario. ¿Qué demonios acababa de pasar?
Abrí la puerta del baño y me encontré con un silencioso e inhóspito salón. Ya nadie quedaba ahí y podían escucharse ruidos y pasos por todo el resto del almacén. ¿Cuánto había pasado? Ya estaba amaneciendo, el débil sol comenzaba a asomar en medio de la mañana que se notaba helada y apenas sí lograba entrar algo de luz al lugar. Divisé unas escaleras que daban a un segundo piso y me dirigí hacia ellas, me dije que sería para conocer mejor el lugar y para buscar a algunos de los chicos, pero lo cierto es que seguramente arriba no había nadie y eso es lo que buscaba. Soledad. Quería pensar. Estaba confundido, me sentía extraño. Cuando Ethan me besó, él…
Yo…
La imagen de Scorpion había desaparecido por completo de mi cabeza por unos instantes.
¿Había sido él? ¿Había sido el beso? ¿Qué había pasado ahí dentro?
Cuando iba en el sexto escalón, una voz armoniosa y distante llamó mi atención. Venía de arriba. Avancé un poco más y pude notar el distinguible sonar de una guitarra, sí, una guitarra. Aceleré y subí por completo las escaleras y me encontré con Jack, sentado en el suelo mientras sostenía el instrumento de madera que se veía en muy mal estado, pero que con gracia él lograba tocar los acordes de una canción que estaba seguro le había oído tararear antes durante mi cautiverio en la guarida de Scorpion. La habitación aún estaba oscura y apenas sí podía ver su rostro.
Detuvo su canto y me dedicó una sonrisa, sin dejar de tocar. Sentí ese gesto como una invitación a sentarme a su lado. Eso hice.
‘‘When you're backed against the wall
I could be the one who's always there to break your fall
You are not alone’’
El dulce tono juvenil de su voz me invadió e hizo que la piel se me erizara por completo. Cantaba muy bien. Me acomodé a su lado y él se apoyó sobre mi hombro sin dejar de cantar, yo le imité y reposé mi cabeza sobre la suya. Suspiré.
¿Cuándo había sido la última vez que me sentí así de tranquilo?
Jack tenía esa extraña tranquilidad para calmarme en mis peores momentos, lo había hecho cuando llegué a la guarida de Scorpion, lo hacía ahora mientras su boca soltaba esa agradable melodía. Intenté mirar dentro de esos ojos violetas y encontrar la razón de por qué se veían siempre tan despejados y tranquilos. A pesar de lo que me había contado, a pesar de la triste historia de su ex novio y Scorpion, él siempre parecía estar bien.
Le oí en silencio hasta el último acorde, dejándome envolver por aquella grata quietud que me daba esa situación. Él no me miraba, él sólo tocaba y su voz sólo escapaba de su boca como si tuviese vida propia. En eso momento pensé más claramente, pensé en Ethan, pensé en todo lo que había ocurrido durante las últimas semanas y sólo entonces conseguí algo de verdadera tranquilidad respecto a esa situación.
Jack me había guiado, de alguna u otra forma, como siempre lo hacía desde que nos conocimos.
‘‘And if I'm lost in the worlds shadows
I'll use the light that comes to me’’
Su voz me indicó que la canción estaba a punto de acabar, se sintió, habíamos llegado al momento más tenso de la canción. En el último coro subió un poco el tono, causando aún más escalofríos en mí, de esos estremecimientos que sólo la música te puede causar. Llevé una mano a su cabello y empecé a acariciarlo, Jack me agradaba y a pesar del poco tiempo que llevábamos conociéndonos, sentía un casi inexplicable cariño hacia él. En el fondo, le estaba agradecido por haber estado junto a mí en lo que fue el peor cautiverio de mi vida.
‘‘I won’t let go…’’
Su dulce tono empezó a apagarse poco a poco, hasta llegar a un completo silencio que disfruté hasta el último segundo. Soltó la guitarra y la dejó a un lado.
—¿Estás mejor? —me preguntó. Me alejé un poco de él y rompí con esa comodidad en la que había estado envuelto.
—¿D-De qué hablas?
—Vi tu cara cuando subiste… —sonrió al ver mi mueca de sorpresa al verme descubierto—. Parecías preocupado. Bueno, es normal que lo estés, ¿no? Pero parecías más preocupado de lo que deberías estar… —su sonrisa se ensanchó—. ¿Y si vamos por unas cervezas? —negué con la cabeza inmediatamente, no volvería a emborracharme otra vez. ¿O quizás sí? Aquella vez en que me embriagué no pensé demasiado y ahora sentía que era eso lo que justamente necesitaba. No pensar.
—¿Es por ese amigo tuyo? —preguntó, con voz seca.
—¿Cuál amigo?
—Ethan, él… —algo me revolvió el estómago en cuando le escuché decir su nombre, fue como un huracán, una tormenta que subía por mi vientre hasta mi pecho. Odiaba aquella sensación.
—¿P-Por qué piensas e…? —intenté decir.
—En la guarida, una vez te oí balbucear su nombre en sueños… —interrumpió y sentí como el calor subió hasta mis orejas. Debía estar rojo como un tomate. ¿¡Yo hablaba en sueños!?
—B-Bueno… —empecé a tartamudear.
—Se les nota a leguas… —volvió a sonreír—. Ustedes dos son de esas típicas parejas que…
—¿¡Pareja!? —interrumpí—. ¡No, no confundas las cosas!
—¿Ah, no?
—¡Claro que no!
—¿Acaso no te gusta?
—¿Gustarme? —la voz me tembló—. No, él no…no sé —Jack se rió en voz alta—. ¿¡De qué demonios te estás riendo!?
—¿Se han besado? —preguntó. Estoy seguro que mi rostro alcanzó una nueva tonalidad de rojo—. ¡Sí! ¿¡Se han besado y no sabes si te gusta o no!?
—¡Claro que no me…!
—Entonces supongo que no te molesta si hago esto… —tomó mi rostro entre sus manos y clavó aquellos ojos violeta en los míos, fijamente. Sólo reaccioné cuando sus labios habían topado con los míos, cálidos y húmedos. Fue un beso inocente, como un primer beso, de aquellos que se dan los niños cuando creen estar tontamente enamorados, sólo rozó mis labios, sólo sentí los suyos cubriendo mi boca, envolviéndome en un calor agradable.
Se separó de mí a los pocos segundos. Me sentí un poco incómodo.
—Y qué dices, Aiden ¿Se sintió como besar a Ethan? —preguntó y yo guardé silencio. No, no se sintió en absoluto como besar a Ethan, no sentí aquel sabor dulce en los labios de Jack, tampoco los escalofríos.
—Y-Yo… —iba a responder cuando un ruido nos alertó y me obligó a darme la vuelta. Mi rostro volvió a tomar calor y casi suelto un grito de espanto cuando le vi. Ethan nos miraba con cara de pocos amigos, de pie sobre el último escalón. Me puse de pie y me sentí frustrado al notar que no podía hablar, que no podía pensar si quiera en qué decirle, sólo atiné a intentar avanzar hacia él.
—Creo que llegué en un mal momento… —dijo. La situación se me hizo extrañamente familiar.
—Ethan, estás equivocado… —Jack intentó rescatarme de la terrible situación. Ethan sólo dio la vuelta y empezó a bajar las escaleras. Me quedé de piedra, sobre el último escalón—. Lo siento, Aiden —su voz me despertó y me incitó a moverme, a reaccionar—. Yo no quería esto, se suponía que… —puso una mano sobre mi hombro y lo acarició, en señal de apoyo.
—Tienes razón —dije, girándome hacia él y sonreí—. No es como besar a Ethan.
Él correspondió la sonrisa.
—¿Entonces qué esperas? —murmuró, dándome un leve empujón—. Ve.
—Gracias, Jack.
—Luego me das las gracias. ¡Ve! —ordenó y su voz hizo que mis piernas se movieran con más rapidez, bajando las escaleras velozmente. Encontré a Ethan a mitad del salón.
—¡Espera un segundo! —tomé su mano pero él la quitó con brusquedad y siguió avanzando—. ¡Qué esperes un segundo, maldita se…! —dio media vuelta y con la misma brusquedad me tomó por la camisa y me arrastró por el pasillo, embistiéndome contra una pared. Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza e inevitablemente mi cuerpo se sacudió con el. Me soltó.
—¿Qué quieres? —susurró, muy cerca de mí. Se oía enojado, parecía realmente cabreado.
—Y-Yo… —balbuceé. No había pensado en qué decirle.
—No me digas nada. ¿Le pediste que te quitara el sabor de Scorpion también? —dijo irónicamente. Me sentí ofendido.
—No lo ví venir —me excusé, intentando tragarme el creciente enojo que sus palabras me habían causado.
—Nunca lo ves venir —dijo, medio riendo. Estaba siendo hiriente—. Con Eden tampoco lo viste venir.
—¡Eso es mentira! —alcé la voz—. ¡Con Eden fue distinto!
—¿¡Dices que fue distinto besarte con mi hermano!? —alzó la voz al mismo tono que yo. Me sentí más molesto aun.
—¡No! —grité y esta vez yo le tomé por la chaqueta y lo sacudí con fuerza. Sus ojos oscuros se abrieron, sorprendidos—. ¡Aquella vez pensé que eras tú, maldita sea! ¿¡Cómo no te das cuenta!? —Mis manos temblaron ligeramente, igual que todo mi cuerpo. Tenía miedo. ¿Me estaba declarando?
Sus manos se dirigieron a las mías para quitarlas de su ropa, zafándose de mi agarre.
—¿Qué estás diciendo? —acercó un poco más su rostro al mío.
—N-No sé… —mi voz se escuchó nerviosa, confundida y la verdad es que así era justamente como me encontraba—. No sé qué demonios… —intenté decir, pero él tomó mis mejillas entre sus manos y me atrajo hacia él, envolviéndome en un beso. Pude notar como intentó ser más delicado que la vez anterior y sentí sus labios moviéndose con lentitud y suavidad, devorando los míos, haciendo que me perdiera en ese beso. Sin poder evitarlo me abracé a él con fuerza, en busca de aquella sensación que gracias a Jack, de alguna forma, había comprobado que sólo venía a mí cuando estaba con Ethan. Sensación que me hacía olvidar, olvidándome a mí mismo, olvidando a Scorpion, olvidando el caos y olvidándome de todo lo que estaba a mi alrededor.
—Yo tampoco sé qué demonios me pasa contigo… —susurró en voz baja contra mis labios al separarse de mi boca. Había leído mi mente. Me estrechó entre sus brazos y me invitó a un abrazo que no tardé en corresponder. Me sentí seguro otra vez.
—¿Ethan, estás aquí? —Una voz femenina nos obligó a separarnos. Vi los ojos castaños de la pelirosa escupir fuego al vernos.