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La Ciudad de los Muertos por InfernalxAikyo

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Notas del capitulo:

Holaaaa, mis queridos querubines 

Dije que lo haría y aquí estoy. Actualizando un día antes de irme a la plasha :3 (asdadasda mar espérame que allá voy! ) 

Bueno, espero que les guste el cap n.n (Creo que así lo hará) está bastante intenso y con algunas sorpresillas
Podría decir que intentaré actualizar dentro de la semana…pero no lo sé, no estoy segura. Pero haré todo lo posible por hacerlo al menos el (prox) domingo (Lo intentaré, lo juro u.u) 

Porfis, ojo en la ortografía que este lo he revisado muy rápidamente n.n 

Gracias por leer n.n 

Un abrachote. 

PD: Algunas de ustedes usa google traductor? Han pensado que quizás les pueda servir algún día? Pues yo sí xD 

Capítulo 27: ‘‘Alas negras’’

—Deja las formalidades, Viuda —gruñó Scorpion, ejerciendo más presión con el cañón de la pistola contra la cabeza de la mujer—. Suéltalo.

   —¿Por qué haría algo como eso? —respondió ella, imitando el actuar de Scorpion, sólo que contra el cuello de Ethan en el que estrechó aún más la aguja que contenía el veneno. El pelinegro guardaba silencio, igual que yo, igual que todos los que estábamos ahí. El aire del lugar estaba tenso, irrespirable. Tres chicas de Alexa apuntaban a Scorpion, tres hombres de Scorpion a ella. Cazadoras y Cazadores se amenazaban entre ellos con toda clase de armas, como en una película de la mafia, esperando una señal o algún movimiento que desatara la brutal guerra que estaba a punto de estallar.

   —Ellos son mis presas... —aclaró Scorpion. Vi un escalofrío recorrer el cuerpo de Ethan e intenté ponerme en sus zapatos. ¿Cómo debía sentirse el oír al que fue tu mejor amigo hablar así de ti?

   —El chico será tu presa, a él lo capturaste, pero no a éste. Este hombre es mío.

   —No, no. Yo cazaba a Ethan desde mucho antes... —Ambos parecían estar muy inmersos en su enredada conversación. Debía hacer algo, debía moverme, pero me costaba juntar el valor para hacerlo. Mi verdugo estaba ahí, delante de mí y Ethan también lo estaba. Pero yo estaba aterrado.

«Si Scorpion me atrapa otra vez... ¿Podré volver a escapar?»

«Pero Alexa se interpone, quizás él no pueda acercarse.»

Debía tranquilizarme.

   —Pero yo le atrapé antes que tú —se burló Alexa.

Respiré profundo un par de veces y me decidí. Preferí no pensar en lo que hacía y simplemente me lancé contra ellos. Corrí hasta Alexa y la tiré al suelo en una tacleada; se me hizo más fácil de lo que esperé, ella era liviana y estaba distraída. El rugido de las balas no se hizo esperar, alguien me agarró del brazo, cayó sobre mí y me cubrió la cabeza con sus manos. Era Ethan.

   —¿¡Por qué hiciste eso!? —gritó mientras tiraba de mí y me arrastraba en medio de todo ese fuego cruzado hacia algún rincón del lugar. Nos escondimos debajo de la mesa donde las cazadoras se habían estado tatuando. El caos se había desatado, ahí había más de cincuenta personas y poco a poco iban cayendo en un enfrentamiento terrible y violento. Busqué al resto de mis amigos con la mirada y entre todo el desastre no logré ver a ninguno de ellos. Alguien cayó frente a nosotros. Era un hombre, le habían disparado en la cabeza y aún estaba sangrando, sus ojos estaban blancos y de su boca todavía salía algo de espuma.

   —¡Demonios! —me asusté al ver su cuerpo estrellándose contra el piso. Ethan me abrazó.

   —Quédate quieto, maldita sea... si no nos ven estaremos bien. Déjales que se maten entre ellos.

   —P-Pero... —balbuceé—. ¿Y Eden y los demás?

   —Están bien, no están aquí, ¿ves? ¿Acaso ves sus cuerpos por ahí tirados? No, aún están vivos... —Su voz se oía demasiado calmada para mí, que estaba al borde de un ataque de nervios. Clavé, sin querer, mis uñas en sus brazos que me mantenían sujeto para que estuviera quieto. Él soltó un quejido, pero no dijo nada.

¿En serio nos quedaríamos escondidos, en silencio, mientras toda esa gente simplemente se mataba?

El ruido de las balas estaba a punto de reventarme la cabeza. Aparté mis manos de los brazos de Ethan cuando noté que le estaba haciendo daño y las llevé a mis oídos para cubrirlos e intenté alejar los horribles gritos y disparos, intenté alejar el sonido de las cabezas explotando, de la sangre salpicando y de los cuerpos cayendo inertes al piso.

Esto era una masacre.

Mi pecho se congeló cuando le vi aparecer frente a mis ojos. Nos había encontrado. Se agachó y quedó frente a mí, sólo las patas de la mesa nos separaban. Sonrió con esa sonrisa terrible que tenía y sus ojos se iluminaron con maldad.

   —¡Te encontré! —gritó. Tiró de mi brazo y me apartó de Ethan, me jaló del cabello y me arrastró hacia fuera. Llevé las manos a mi cabeza e intenté quitar las suyas, pero él sólo tiró más fuerte.

   —¡Suéltame! ¡Suéltame! —grité, desesperado y temblando. Me tenía otra vez. ¿Me llevaría de vuelta a la guarida? No, no, no, no. No podría soportar algo como eso.

Sentí el frío de su arma apuntarme directo a la cabeza.

Miré a mí alrededor, buscando una cara conocida. Los hombres de Scorpion parecían estar ganando.

   —Quédate quieto si no quieres que te parta la cabeza... —ordenó Scorpion. No iba a obedecerle. Intenté tirarme al suelo y escapar, me arranqué un mechón de cabello en el forcejeo y caí arrodillado al piso. Creí que podría correr entonces, pero él volvió a tomar mi cabello y lo tiró con más fuerza con tan sólo una de sus manos. Me golpeó con el mango de la pistola a un costado de la cabeza y me dejó aturdido. Sonrió al verme mareado.

Pero esa sonrisa no le duró mucho. De pronto, algo nos empujó. Me arrojé al suelo, libre, y pude ver que Ethan se había lanzado contra Scorpion y lo había golpeado.

   —Laissez-le, connard! —gritó el pelinegro, volviéndole a golpear.

   —Il est à moi! Je vais faire ce que vous voulez! —Scorpion respondió, devolviéndole el puñetazo y ambos comenzaron una pelea, mientras se gritaban en un idioma que no alcanzaba a entender y que supuse era francés.

   —Quel est ton problème? —Yo sólo pude mirar desde el piso cómo ambos se trenzaban a golpes en medio de ese desastre. Ethan se posicionó sobre Scorpion y le golpeó en el estómago, haciéndole toser, pero él no tardó en recuperarse y devolverle un golpe tan certero en la mejilla que pareció dejar aturdido al pelinegro que cayó al suelo. Scorpion le saltó encima y lo aprisionó con sus piernas.

   —Problème? —rió—. Je suis genial —le dio un puñetazo en las costillas. Ethan tosió un par de veces. No podía moverme, no fui capaz de despertar y moverme para intentar separarlos. De pronto, sentí que de alguna forma, esa pelea era necesaria. Al menos para mi amigo.

   —Que s'est-il passé? —No sé qué era de lo que hablaban, pero a Ethan de pronto se le quebró la voz—. On était amis, Noah! —Le dio otro puñetazo en la mejilla.

   —Noah est mort! —gritó Scorpion, con cierta desesperación en la voz que creí que una persona como él no era capaz de concebir. Se levantó y tomó a Ethan por el cuello para obligarle a levantarse también.

   —Je ne vous crois pas —Una sonrisa se dibujó en el maltratado rostro de Ethan que de pronto había comenzado a sangrar.

Vi que Alexa se estaba acercando. Nos había visto. Tenía que hacer algo.

   —¡Et...! —intenté llamar su atención y advertirle, pero lo que vi me dejó helado y me obligó a callar otra vez. Scorpion sostuvo a Ethan y estrujó su cuello con fuerza, como si quisiera asfixiarlo y con esa misma fuerza lo atrajo hacia él para besarlo. Un beso, uno que en un principio pareció forzado, luego..., no lo sé. Un beso que parecía cargado de una ira apasionada que me hizo perder el aliento.

Un beso que agitó algo en mi interior que dolió y ardió, como una punzada en el centro de mi pecho.

Scorpion se separó de él y sonrió, mirándole a los ojos, con aquella sonrisa que odiaba tanto y que ahora me parecía mucho más detestable.

   —Vous voyez? —dijo Scorpion, tan bajo que apenas pude escucharle—. Noah n'est pas ici —Sus ojos parecieron brillar, llenos de odio.

Sólo entonces pude reaccionar.

   —¡Cuidado, Ethan! —grité con todas mis fuerzas al notar cómo una malherida Alexa se acercaba por su espalda, seguramente para terminar lo que no había finalizado. Tenía una jeringa en la mano que seguramente contenía veneno. Ella aún quería matarlo—. ¿¡Q-Qué!? —Una ráfaga fría me recorrió la espalda. Ella había clavado la aguja directamente en uno de sus hombros. Él miró sorprendido al hombre que se encontraba frente a él, como si ni él mismo entendiese su propio comportamiento, como si de pronto hubiese reaccionado por instinto, sin pensarlo. Scorpion había invertido la posición y se había interpuesto entre el pelinegro y Alexa. A él le habían clavado la aguja con el veneno.

Había protegido a Ethan.

   —¿N-Noah? —Ethan intentó sostenerlo cuando Scorpion se tambaleó, pero éste lo alejó de un empujón que estuvo a punto de tirarlo al suelo.

   —Aléjate —gruñó el rubio—. No confundas las malditas cosas.

Alexa comenzó a reír.

   —¡Joder! —Gritó eufórica, entre risas, mientras retrocedía algunos pasos para observar mejor la escena—. ¡No lo puedo creer! —Scorpion se tambaleó otra vez. Estaba perdiendo fuerzas—. Jamás pensé que te interpondrías entre ese chico y mi aguja —su risa limitaba con la locura—. ¡Muérete, Scorpion!

   —Perra desquiciada... —El rubio levantó su pistola e intentó darle un tiro, pero ciertamente su  puntería falló. Algo me revolvió el estómago. ¿Por qué él había protegido a Ethan?

   —Oh, oh. Te ves mal... —se burló Alexa con voz irónica—. ¿El veneno duele, Scorpion? —La chica levantó su arma también—. Éste era especial, debería matar más lentamente, ¡pero estoy tan ansiosa! —apuntó el arma directamente hacia Scorpion, quien ya había caído arrodillado al piso. Una sonrisa de éxtasis se dibujó en el rostro pálido de la mujer. Cerré los ojos, por algún motivo no quería ver lo que estaba a punto de venir—. ¡Creo que te mataré antes de que el veneno acabe de hacer su efec...! —Alexa no pudo continuar hablando, algo nos alertó a todos. Desde el techo, un estruendo se escuchó y los ventanales que estaban sobre nosotros se rompieron y se precipitaron al suelo, como una lluvia de vidrio. Me cubrí la cabeza. Algo cayó del techo, tan rápido que apenas si pude notar que era humano, un hombre joven que apenas tocó el piso, levantó un arma y le disparó a Alexa en una pierna. Vestía una gabardina negra con capucha y sobre los hombros de ésta colgaban lo que parecían plumas negras, dando la impresión de que él tenía alas, como un ángel, uno oscuro que caía directamente del cielo para ser desterrado al infierno.

O esa fue la idea que cruzó por mi mente cuando le vi.

Después de él, unos veinte hombres cayeron desde el techo.

El hombre giró su cabeza hacia nosotros y fijó su mirada por un momento en el cansado Scorpion que jadeaba en el piso. Su cabello era negro, como el de Ethan e incluso se podía decir que ambos compartían un extraño parecido. Su cuello estaba cubierto por collares de cuero y correas que casi le tapaban los labios. Levantó la vista y me miró directamente, el único ojo azul que tenía a la vista se encogió un poco cuando hizo una mueca, como si se estuviese riendo de mí.

   —¿¡C-Cuervo!? —Alexa gritó, sorprendida. El disparo que recibió en la pierna la tenía en el suelo, siendo amenazada por al menos diez hombres.

   —¿Qué tal, Viuda?

   —¿¡Qué estás haciendo aquí!? —El resto de las cazadoras no podían moverse. Su líder estaba  completamente amenazada.

   —Bueno... —El hombre sonrió de medio lado y volvió a fijar su vista en Scorpion.

   —B-Branwen... —Scorpion balbuceó un nombre. El pelinegro caminó hacia él y le tomó el pulso.

   —¡Tiene que ser una broma! —rió la mujer—. ¿Has venido por él?

   —Calla esa boca de zorra... —gruñó el otro. Miré a mí alrededor, él era un aliado de Scorpion; sus hombres se habían reagrupado con los de él y ahora superaban con creces al ejército de Alexa. Miró a Ethan que estaba a unos metros de él y una mueca molesta se dibujó en su rostro. Luego, volvió a verme—. Aiden Rossvet, ¿no? —preguntó y esa pregunta me sorprendió. ¿¡Por qué demonios de pronto todos sabían mi nombre!?

Asentí tímidamente con la cabeza. Él sonrió.

   —¡Escúchenme todos! —Comenzó, en voz alta—. ¡Voy a contar hasta diez y quiero que todos hayan sacado sus culos de aquí! —hubo un silencio incómodo, como si ellos no hubiesen entendido. Unos aún seguían sobre algunas de las chicas que no habían dejado escapar y a las que no les importó coger incluso durante lo que fue una tormenta de balas—. ¡Uno! —El hombre disparó al aire. Todos reaccionaron y comenzaron a moverse—. ¡Dos! —No podíamos perder más tiempo. Ethan y yo cruzamos una mirada y ambos nos dimos una señal para comenzar a correr.

Dirigí la vista hacia Scorpion antes de irme. Él había salvado a Ethan, y yo me sentía aliviado por eso.

¿Pero debería de sentirme agradecido?

No, eso era una locura.

   —¡Tres! —pasé por su lado y tropecé con aquel que Alexa había llamado Cuervo—. Ten cuidado —me advirtió con voz fría y estática, como si ninguna emoción pasara por esa voz—. O te volaré los sesos ahora mismo.

   —Lo siento... —me recargué sobre su hombro para levantarme. Él me miró extrañado, pero no dijo nada.

   —¡Cuatro! —gritó y continuó contando. Alcancé a Ethan y él me jaló del brazo y nos arrastró hacia fuera como dos almas que lleva el diablo.

   —¡Eden! —gritó con todas sus fuerzas, al aire, esperando que su hermano lo escuchara—. ¡Nos vemos en la cabaña!

   —¡Está bien! —respondió la voz del gemelo mayor, a lo lejos.

Frené en seco y casi hago a Ethan caer cuando vi a Kat de pie en la puerta de la guarida.

   —¡Kat!

   —¡Vete, Aiden!

   —¡Cinco! —canturreó burlonamente la voz de Cuervo. La cuenta continuaba.

   —¡Kat! ¡Ven con nosotros! —Me acerqué a ella y sujeté uno de sus hombros—. Estarás bien.

   —No puedo... —dijo.

   —P-Pero Katie...

   —¡No puedo! —gritó, apartándose de mí—. Lo siento, Aiden. No puedo dejar a Alexa sola. Yo...

   —Está bien, déjala —Ethan volvió a tirar de mi brazo.

No podía quedarme a convencerla.

   —Espera, Aiden —Ella estiró sus brazos hacia mí y me entregó una pistola cargada—. La necesitarás afuera —me abrazó y me besó en la mejilla—. Cuídense de los rastreadores.

   —Ocho...

   —¡Suerte! —Nos separamos y me dejó escapar.

Ethan me sostenía con fuerza y me obligaba a correr junto a él. Oímos el nueve y el diez pero ya nos habíamos alejado lo suficiente y ahora nos dejábamos caer colina abajo, buscando descender más rápido.

Oímos algunos disparos, oímos algunos silbatos.

Oímos los jadeos de los rastreadores.

Ellos estaban muy cerca.

 

 

Notas finales:

Debería decirles de que tanto hablaban Noah y Ethan? D: 

¿Les gustó? Mucho/as esperaban ese Scorpion x Ethan.

Ese incómodo momento cuando te das cuenta que el seme de la historia es en realidad más uke de lo que creías (al menos con su ex mejor amigo xD) 

Aw Cuervo *o* derrítanse ante él. 

Bueno chicos, espero verlos la prox semana n.n 

Si todo resulta bien...en el prox cap habrá leemon

Dudas? Críticas? comentarios? Preguntas a los personajes? Pueden dejarlo todo en un lindo -o no tan lindo- review ;3 


Gracias por leer n.n 

Besos! 


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