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La Ciudad de los Muertos por InfernalxAikyo

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Notas del capitulo:

Holaaaa! querubines :D

Bueno, lo primero que diré es que es un capítulo cortito. 

Lo segundo que diré es que es un MILAGRO que esté actualizando, volví a la universidad hace poco y no tardaron en bombardearme con trabajos, de verdad creí que no me daría el tiempo para actualizar pero sí, lo hice D: y es que no puedo dejar la historia cuando esta  a punto de acabar 

Y ese es el tercer punto...prepárense que no creo que quede más de 3 capítulos de "La Ciudad de los muertos"

Punto cuatro: Este capítulo lo hice bien, es decir los díalogos están bien hechos, con rayas como debería ser (hace poco me aprendí el comando para la raya xD) así que no se extrañen si no ven la característica cursiva entre guiones :) 


Em...bueno creo que esos fueron todos los comunicados.

Como dije, es un capítulo cortito pero intenso. Desde ya les digo que agarren sus corazones y cuidado con que les salga por la garganta n.n 

Espero que les guste :)

PD: Si encuentran alguna falta avísenme :D 

Abrazos. 
 

Capítulo 85: “Cadenas”



Algo parecido al miedo me llenó de nauseas cuando mi espalda se estremeció contra el piso y no logré sentir nada. Absolutamente nada.

Allen cayó sobre mí.

   —¿Aún no te duele, Grey? —Me dio un puñetazo que me obligó a escupir sangre, pero eso tampoco despertó ninguna molestia en mi cuerpo, ni siquiera un cosquilleo que me indicara que estaba siendo golpeado. Apreté los párpados y los volví a abrir cuando golpeó por segunda vez y una ráfaga de odio irracional comenzó a calentarme la sangre y los sentidos. Sabía que no era normal, no quería, no debía ser así. Sabía lo que significaba.

Si las cosas seguían de esta forma acabaría por perder el control otra vez.

Dentro de mis expectativas de vida jamás estuvo algo como esto. Siempre vi en la enfermedad heredada por mi madre una terrible desventaja que me obligaba a ponerle ciertos límites a mi vida que aunque nunca respeté, siempre estaban ahí para atormentarme de vez en cuando. No sabía si la teoría de Aiden era cierta, no sabía si efectivamente esta enfermedad me había salvado del virus, no sabía si era el mismo virus debilitado, el que existió antes que este. Solo sabía una cosa. Estaba harto de toda esta mierda, harto de luchar contra ella.

Mi mente volvió a la realidad de golpe, de pronto me había perdido en algún lugar sin darme cuenta. Centré la vista y me encontré con los oscuros ojos de Allen puestos sobre mí, más negros y opacos que nunca, vacíos y muertos. Él también había perdido el control, pero el muy hijo de puta parecía disfrutarlo.


Me golpeó una tercera vez.

   —Cuando te quite de encima voy a quebrarte los huesos —escupí con más rabia de la que debería, me estaba quemando por dentro. Él sonrió, mostrándome unos dientes que parecían tener hambre y echó el peso de su cuerpo hacia atrás para levantarse. Abrió los brazos, provocándome.

   —Anda, qué esperas.

Me sentía mareado, aquella sensación estaba lejos de ser normal. Me puse de pie y me abalancé sobre él, antes de alcanzarle, Eve me interrumpió y saltó sobre mí para tirarme y caer ambos al suelo donde dimos un par de vueltas, empapándonos en barro, la tomé por los hombros y azoté su cuerpo contra la tierra para que pudiésemos detenernos. Estaba en clara desventaja frente a ellos dos, pero no podía hacer otra cosa, tenía que acabar con ellos y encontrar a Aiden y a los demás.

Levanté el puño y le golpeé en la cara sin remordimientos. Ella ya no era humana, la mataría como lo hice con la chica que nos atacó antes.


Matar.

Matar.

Matar.

De pronto mi cabeza se llenó de imágenes sangrientas y espeluznantes. En lo único que podía pensar era en cómo iba a acabar con ellos.


   —¡Aleja tus manos de ella! —Una patada en las costillas me nubló los pensamientos y me apartó de Eve para hacerme caer varios metros más allá. Me puse de pie inmediatamente, quizás sí había algo de ventaja en esta pérdida de dolor que comenzaba a experimentar, aunque eso me trajera horribles consecuencias. Allen corrió hacia mí a una velocidad felina y casi sin darme cuenta atrapé su puño en el aire y le propiné un golpe en el estómago cuando llegó frente a mí, sujeté su otra mano justo antes de que la estrellara contra mi cara. Di un paso hacia atrás y lo solté, me había dado un cabezazo.


   —Hijo de pu... —La sangre cayó por mi frente, pero su salida no dolió.

   —Ríndete, Grey

   —No hasta que estés muerto.

   —Creo que acabarás convirtiéndote antes de matarme.

Sonreí.

   —A estas alturas, eso ya no importa.

Me abalancé sobre él.

Sin importar si mi enfermedad me limitaba o no, siempre intenté hacer lo que quise. Entré a estudiar artes sin el consentimiento de mi padre, me largué a vivir junto a Noah importándome una mierda lo que tenía para decirme, ahora, muy profundamente deseaba haber puesto más atención a sus palabras. Puedo decir que siempre hice lo que quise, pero nunca llegué a tener completo conocimiento sobre qué era lo que quería en la vida. Todo el mundo vive sus días de esa forma, sin saber bien para qué está trabajando, sin saber a qué deseos obedecen sus actos. Yo era un tipo que hacía lo que se le daba la gana, porque nunca sabía qué era lo que debía hacer.

Pero justamente hoy sabía perfectamente qué era eso que tenía que hacer. Tenía que terminar con esto y tenía que detener a Allen para ello, costara lo que costara. Tenía que cuidar de mi gente, a Eden, Jack, Amy...

A Aiden.

Tenía que asegurarme que ellos estarán bien.

Mi mano se detuvo a solo un par de centímetros del rostro de Allen. La imagen que vi en ese momento me paralizó por algunos segundos, había sangre sobre sus mejillas, saliendo de sus labios, en su frente e incluso derramándose por los ojos inflamados. Le había estado golpeando y no supe dilucidar bien por cuánto tiempo. Él no estaba poniendo resistencia alguna, su rostro estaba serio y sus ojos vacíos y colorados por la sangre estaban puestos sobre su hermana que estaba a solo unos metros de nosotros, tirada en el suelo ¿Yo le había hecho eso? ¿En qué momento?


Esto es lo que tenía que hacer ¿no?

Cerré los ojos con fuerza cuando le volví a golpear y sentí claramente mis nudillos sacudirse contra su cara mientras mi pecho era salpicado por su sangre. Allen dejó escapar una carcajada.

¿Era aquí a dónde quería llegar, no? ¿O era a donde él quería llevarme?

   —¡Deja de reír! —grité y en un impulso descontrolado tomé su cabeza y la azoté contra el suelo. Él no se detuvo y su risa volvió a entrar en mis oídos como un ruido molesto, metálico y punzante. Lo tomé del cabello y levanté su cabeza para tomar su rostro entre mis manos —. ¡Detente, pedazo de imbécil! —La voz se me desgarró dentro de la garganta cuando grité por segunda vez. Su risa solo se hizo más insoportable.

   —¡No voy a hacerlo! ¿¡Quieres hacerlo tú!?

Descargué mi ira con otro puñetazo ¿Por qué no se estaba resistiendo?

   —¡Cállate!

Eve se puso de pie y él hizo un gesto con las manos para detener su avance hacia nosotros. Tenía razón, lo estaba haciendo a propósito.

   —¿A qué estás jugando, Allen? —gruñí sobre su cara.

   —Estoy apostándolo todo

   —Voy a matarte...

   —A eso estoy apostando.
 
La claridad con la que sentí cómo los pensamientos racionales me dejaban fue escalofriante. La sensación que tuve fue semejante a estar atrapado en medio de un incendio, sin salida, solo lo acepté mientras me ahogaba dentro de mi propio cuerpo, solo deduje que era el único camino. Escuché cada gota de mi sangre inyectándome las venas, escuché mi pecho agitado a punto de estallar, mi visión se aclaró a un punto que creí no humano, la adrenalina arrancó por las nubes, todo mis músculos se tensaron, al mismo tiempo.

   —Te ganaste la lotería —solté con una voz ronca que ya no era mía. Él abrió la boca para hablar pero no se lo permití, le golpeé una, dos, tres, cuatro, cinco y seis veces y mi conciencia fue a otro lugar mientras lo hacía, le seguía golpeando, una y otra vez, solo podía sentir mis músculos moverse y chocar con toda la fuerza que tenían. Su labio inferior se desgarró en trozos.  

Y yo sentí como empezaba a perderme.

Eve cayó sobre mi espalda para detenerme, giré sin apartar mis piernas que sujetaban las caderas de Allen, la tomé con mis manos y la lancé lejos, más de lo que hubiese querido. Algo me sacudió los hombros.


   —¡Déjala! —La voz de Allen se escuchó débil, ronca e irónica. No podía abrir sus ojos por lo inflamados que estaban —. ¡No te desconcentres ahora que lo estás logrando! —su sonrisa se ensanchó. Hijo de puta.

Quise detenerme en ese instante, algo muy dentro y lejos de mí me decía que estaba a solo segundos de caer dentro de la trampa que él me había tendido. Algo más fuerte, más salvaje y más palpitante me dijo que si iba a caer, me lo llevaría junto a mí.

   —¡Cierra la boca! —Me puse de pie, lo tomé por los hombros y el olor a sangre me golpeó la nariz y sentí la necesidad de tenerle más cerca todavía, quería arrancarle la piel, quería sacarle los ojos, quería desgarrar cada uno de sus músculos. Quería comérmelo vivo. Mis manos temblaron cuando lo lancé con todas mis fuerzas contra una muralla a varios metros de distancia. Sentí cierto placer cuando oí todos sus huesos temblar contra el ladrillo.

  —¿¡Qué-qué hiciste!? —oí un grito desgarrador que me desconcertó y me trajo por un par de segundos a la realidad, era un grito femenino, era un grito de Eve. Mis ojos tardaron en encontrarla, estaba de pie dándome la espalda, temblando. Su cuerpo se sacudió en múltiples escalofríos y luego cayó al suelo. La silueta que vi delante de ella fue un nuevo y doloroso tirón hacia una tierra a la que ya no podía volver. Ahí estaba, de pie, sosteniendo una jeringa vacía.

Abrió la boca para decir algo, pero sus labios temblaban demasiado.

  —Ai...den —Los míos balbucearon su nombre de manera automática, pero las letras que componían esa palabra se hallaban muy lejos de mí. El miró el cuerpo de Eve retorciéndose y luego sus ojos esmeralda se posaron sobre los míos, abiertos, temblorosos y asustados. Negó con la cabeza mientras una mueca de dolor le atravesaba el herido rostro.


   —¿Ethan? —retrocedió cuando yo avancé en su dirección. Una lágrima cayó por sus mejillas ya empapadas cuando mis piernas avanzaron involuntariamente otro paso, sus manos temblorosas buscaron algo en su cinturón, levantó un arma —. ¡No-no te muevas! —gritó con la voz quebrada por las lágrimas, tropezó y cayó al suelo sin soltar el revólver, su metal temblaba junto a todo su cuerpo —. ¡No te acerques! ¡Por favor! —ordenó pero su voz estaba rogando, rompió en llanto y quise detenerme, pero mis músculos se seguían moviendo.

¿Por qué me estaba apuntando con un arma?

   —N-No me hagas esto, Ethan —Una pequeña y primitiva parte de mí quiso correr hasta él y abrazarle para decirle que todo estaría bien, la otra parte, la que dominaba el movimiento de mis piernas que seguían avanzando en su dirección, quiso correr para abalanzarse sobre él y despedazarlo hasta matarlo. Tuve miedo de mí mismo.   

«Prométeme que si en algún momento me transformo en una de esas bestias, me atravesarás la cabeza con una bala» Una voz familiar y extranjera que tardé en reconocer como propia me inundó los oídos.

Había caído en la trampa de Allen a conciencia y había soltado las cadenas del monstruo ¿Me había convertido en él?

Notas finales:

Si, lo que Aiden le inyectó a Eve fue la cura y ahora ella está agonizando en el suelo. 

Allen se va a volver loco cuando vea su hermana. 

¿Le disparará Aiden a Ethan? D: 

¿Críticas? ¿Comentarios? ¿Preguntas? Pueden dejarlo todo en un lindo -o no tan lindo- review 

Que tengan una linda semana. 


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