Una hora después de haber estado con su amado cantante, el rubio comenzaba a despertarse lentamente buscando aquel pequeño pero tan maravilloso cuerpo perteneciente a su amado, pero se sorprendió al encontrar únicamente la triste nada.
-Shuichi- dijo levantándose con velocidad para vestirse comenzando a revisar la estancia en espera de encontrar a su amado pero no fue así todo estaba vació.
Sin más remedio abandono la habitación que pertenecía a su amado para encaminarse a ala de servicio de la casa a pesar de lo sucedido reconocía su lugar como uno de los sirvientes de la casa al adentrarse se encontró al resto de los sirvientes compenetrados en sus labores por lo que se unió.
-¿Dónde está el joven Edward? – pregunto al líder de los sirvientes que se encontraba limpiando el juego de plata hábilmente.
-Tuvo que salir de inmediato en compañía de su padre por lo visto ha surgido una emergencia con su majestad- respondió simplemente y con tranquilidad para continuar con su labor
El rubio no pregunto nada más entendió que su amado aun con todo tenía un deberes para con la corona, ya conversarían cuando regresara así que comenzó con sus labores. En otra parte especialmente en el hangar real la Nobleza Oscura se encontraba reunida ante su majestad la reina.
-Rosa diabólica, ¿Estás seguro de esto?- pregunto la dama mientras guiaba a sus mascotas y demás familiares por el lugar, en dirección a un jet privado que solamente esperaba su ascenso para partir de inmediato.
-Absolutamente su majestad, ya hemos tomado las precauciones debidas… - el nombrado caminaba galantemente al lado de la dama – de igual forma nos hemos acatado a sus órdenes y sacado del país a las familias de entre la nobleza que ha escogido.
-Bien… cuando todo vuelta a la normalidad regresaré… - miro al Duque de Grand Chester para después darle una reverencia la cual fue imitada por el hombre- Adiós Duque, fue divertido – sin que nadie se lo esperase abrazo al vampiro mayor que respondió al gesto.
-Igualmente majestad – sonrió para soltarla la reina subió con velocidad a su nave, mientras movía la mano en señal de despedida a todos los integrantes de las sombras, que cuidaban de su país en su nombre, la nave despego de inmediato mientras era contemplada por aquel circulo selecto.
-En verdad lo fue Duque – dentro de la nave aquella dama recordaba con dolor sus momentos a lado de aquel vampiro que desde que conoció siendo princesa cautivo su corazón, pero fue un amor secreto que ahora moriría pronto.
-Edward… - el Duque llamo a su hijo quien simplemente le miro – Estoy enterado de tu pequeño movimiento… no fue difícil al final soy quien controla las sombras.
-Te rogare que no interfieras… he tomado mi decisión y nada de lo que hagas aunque me lo ordenes nada me hará cambiar de parecer – declaro caminando hasta un auto en el cual entro – Undertaker muévete – bramo haciendo que el nombrado le siguiera todos los miembros de la Nobleza Oscura miraban asombrados como aquel joven se estaba convirtiendo en un digno integrante de aquel circulo, uno mucho mejor que su padre.
-Ya todo está listo… - el Duque de Trelawny informo mientras el auto iniciaba su marcha en camino hacia la mansión Grand Chester – por si las dudas he conseguido otro avión especial… además nuestros hombres ya deben de estar llegando a su destino. En menos de 1 hora tendrás a tus japoneses volando de regreso a casa.
-Perfecto – menciono mirando el frio paraje invernal sin expresión alguna ahora más que nunca necesitaba ser tan frio e implacable como ella.
En la mansión Grand Chester todos sus ocupantes continuaban realizando sus labores cotidianas cuando de un momento a otro varios cristales fueron rotos en el acto de ellos un grupo de hombres armados hizo su aparición, buscando a todos los habitantes de la casa a los cuales arrinconaron en el patio bajo la amenaza de dispararles si hacían un movimiento en falso.
-¿Dónde demonios esta K cuando se le necesita?-menciono el empresario que miraba la escena con terror cuestionándose el motivo de la desaparición de americano.
-Siempre se molesta de que la vida de manager es aburrida y ahora que tiene la oportunidad de sacarle provecho a todas sus armas desaparece – el guitarrista lloraba la gota gorda pues aquello hombres llevaban armamento mucho más pesado y de mejor tecnología que el manager.
-Señor no hemos podido encontrar al sujeto conocido como K- uno de los soldados a su superior que parecía estar preocupado ante ello.
-Continúen buscando- declaro el líder
Unos minutos más tarde uno de los autos pertenecientes a la mansión llego pero este se detuvo en el jardín posterior los militares hicieron una fila en la puerta del vehículo por lo visto esperaban ver bajar a alguien, la puerta se abrió dejando ver al cantante acompañado del Duque de Trelawny ambos con rostros muy serios.
-Soldados... saluden – menciono el líder mientras ambos hombres caminaban por aquel pasillo de militares seguidos de la cabeza que le informaba al vampiro menor de la situación.
-Hemos procedido tal cual se nos ha ordenado, todos los miembros de la mansión se encuentran en el patio trasero listos para ser…– informo en susurro pero se detuvo a sabiendas que lo siguiente no le gustaría al dueño de la casa – Pero no hemos podido hallar a Claude Winchester por ningún lado.
-Debí imaginármelo – suspiro con pesadez para después caminar quedando ante los sirvientes de la casa – Sé que la mayoría se preguntaran ¿Qué está sucediendo? Y aunque me gustaría poder decírselos ustedes sabrán que los secretos de la corona que los miembros de esta casa esconden en las sombras nos acompañaran hasta la tumba.
Un silencio sepulcral se formó en aquel lugar mientras la mayoría de los sirvientes miraban con cuidado al futuro líder de la casa.
-No me queda más que decirles a quienes sirvieron a mi padre buena suerte, un barco los espera en la costa…- ante eso el servicio que estuvo bajo la tutela del Duque fue retira dejando solo a los sirvientes del menor a los cuales miro para- Ya saben que hacer… - dijo al mismo que el personal de la casa exceptuando al escritor subió a uno de los tantos vehículos militares que había, al mismo que bajaban ya vestidos de igual forma que los uniformados, ante la mirada asombrada de los japoneses.
-¿Qué todos en esta casa guardan algún oscuro secreto? – el guitarrista temblaba al darse cuenta de que las miradas de cordialidad de aquellas personas se volvían secas.
-Yo quiero regresar a mi casa – el tecladista lloraba como un bebe pues tanto tiempo al lado de K le hizo saber que todos el personal de casa tenía un doble trabajo para aquella familia - ¿Cómo terminamos en una mansión repleta de sicarios? – ante eso abrazo al pelirrojo que lo recibió gustoso antes de que ambos lloraran a cascadas.
-Vamos a morir- gritaron a dúo mientras lloraban ferozmente aun abrazados.
-Shuichi – llamo finalmente el escritor a su pareja avanzando hasta este todo era demasiado extraño por lo que esperaba que le aclarase algunas dudas pero cuando estaba a punto de tocarlo.
-No me toques – el golpe de la mano del cantante le hizo retroceder pues fue demasiado fuerte al punto que termino mandándolo hasta le suelo ante eso miró sorprendido a su amado, pero se encontró de nuevo con aquella mirada tan terrible. – Te recuerdo que aun continuas siendo parte del servicio de la casa – sus palabras era frías – Un sirviente de tan baja categoría como tú no debería hablarme con tanta familiaridad.
-Shuichi – dijo abriendo los ojos al darse cuenta de que nuevamente no quedaba rastro de su amado tan solo aquel vampiro sádico.
- Mi nombre es Edward Vincent Tepes Grand Chester, ese es mi único nombre – la mirada que le lanzó fue algo atemorizante para cualquiera era tan fuerte que hizo temblar al escritor desde el suelo. – Capitán – llamo al líder de las tropas quien se posó a su lado- Tome a mis invitados y diríjalos al lago.
Ante esa orden los soldados sujetaron al grupo de Japón llevándoselos de manera brusca hasta el lugar indicado aún bajo las protestas del escritor motivo por el cual fueron autorizados en el uso de armas, ahora eran apuntados su calibre era tan grande que fácilmente de darles contra el pecho les abrirían una hueco del tamaño de una bola de billar. Avanzaron por el laberinto hasta llegar al lago en espera de cualquier cosa.
-Bien abran el hangar – ordeno el vampiro sin vacilar de momento la tierra se estremeció haciendo que el grupo de japoneses se mirase confundido.
El lago comenzó a abrirse al mismo que una especie de plataforma se elevaba trayendo consigo lo que parecía ser un jet de última generación más avanzado que el que la reina uso horas antes para abandonar el país, este poseía el escudo de armas de la familia Gran Chester que se mostraba orgulloso en el alerón posterior de la nave. Aquello era una vista increíble sacada de una película de ciencia ficción.
-Rosa Diabólica el jet está listo para partir ahora solo falta que los pasajeros aborden – Undertaker miro al trio de invitados un momento el sonido del chasqueo de los dedos del cantante se escuchó aquello fue la orden para que los militares tomaran con fuerza a los tres individuos.
Todos subieron en varios botes para dirigirse al centro del lago, los japoneses ante las protestas del escritor quien exigía una explicación coherente de todo lo que estaba ocurriendo terminaron esposados además que las armas terminaron siendo apuntadas a sus cabezas para evitar sus parloteos. Cuando llegaron a su destino tomaron un ascensor que los llevo a lo alto del lugar donde finalmente quedaron a unos cuantos metros de aquella nave.
-Aquí nos despedimos – la voz del cantante hizo que todos sus amigos le mirasen confundidos ¿Qué significaba eso? – Todos… - los miro con enorme desprecio como si de una horrible plaga se trataran – Regresaran ahora mismo a Japón,- declaro sin inmutarse ante nada.
-Hermano ¿De que estas hablando? – pregunto sin comprender el guitarrista pero tuvo que callarse al sentir la boquilla de un revolver en su nuca.
-Se han convertido en una enorme molestia para mi… - declaro el cantante que comenzaba a caminar hasta quedar justo frente a ellos – Y ante mi posición como Noble Oscuro tengo dos opciones eliminarlos – la declaración hizo que todos le mirasen con miedo – sería complicado ya que son personas conocidas así que opte por quitarlos de mi camino.
-¿Qué? – dijo el tecladista apenas en susurro pues sentía que en poco se orinaría en los pantalones.
-Ustedes sabían a la perfección que esto pasaría… ahora el Shuichi Shindou que ustedes conocieron ha dejado de existir – les miro con prepotencia una que vieron en todos los nobles de aquel país cuando les dirigían la mirada – Yo soy el futuro Duque de Grand Chester y mi lugar esta con los míos… aquí en Londres.
-Pero… - trato de hablar el rubio pero fue detenido por el bastón que llevaba su amado el cual termino a escaso centímetro de sus ojos paralizándolo.
-De verdad creíste que lo de hace algunas horas significo algo para mí… por favor Eiri no puedes ser tan inocente – una sonrisa burlona llena de satisfacción apareció en aquel pálido rostro- No hay manera en que alguien como yo sintiese alguna emoción por un simple humano… me sorprende que hallas caído en mi engaño. Al igual que yo tu solo fuiste un simple juego… un juguete que ahora desechare.
Aquellas palabras fueron demasiado duras para el escritor que simplemente comenzó a llorar ante el dolor que su corazón sentía; sin embargo levanto la mirada suplicándole a su amado que si aquello era un mentira que terminase pronto.
-Lo siento pero las cosas no son como tú piensas… - quito el bastón para apoyarlo en el suelo continuando con su monologo – Desde este momento todos quedan deportados de este país… no podrán volver a menos que sea por motivos de trabajo… si en algún momento piensan en regresar para buscarme créanme que no tendré compasión y acabare con sus vidas- los miro con un profundo odio – eso va para todos no solo para ustedes.
Antes de que alguien pudiese decir algo más el rubio se levantó intentado llegar hasta su amado mientras era derribado por los militares frustrando su intento.
-No por favor… no me hagas esto – rogaba el escritor con el alma rota no deseaba que l alejaran de la persona que más amaba en este mundo, - No me importa si debo quedarme como tu sirviente solamente pero déjame permanecer a tu lado, Por favor te lo ruego – ante aquello gritos el hombre termino siendo amordazados al igual que el resto de los prisioneros.
El cantante no dijo absolutamente nada solamente señalo la nave haciendo que sus hombres se llevasen a sus antiguos amigos al interior sin embargo su antigua pareja seguía resistiéndose ante la idea separarse del cantante.
-Eiri… - le llamo – Un último consejo jamás confíes en un vampiro… - una enorme sonrisa de satisfacción se mostró en aquel rostro sombrío – Gracias al engaño de mi padre caíste directo en nuestra trampa… he obtenido mi venganza contra ti ahora al fin puedo dejarte en el olvido. Que tengas una buena vida – se despidió girándose para salir de aquella plataforma – Que despeguen de inmediato y que el piloto regrese una vez cumplido su misión.
El escritor quedo en shock entonces todo aquello fue una trampa elaborada por ese par para destrozarlo totalmente, sus fuerzas mermaron de inmediato convirtiéndose en un muñeco de trapo que los militares subieron a la nave, sus otros dos acompañantes le miraba preocupados había oído aquella palabras tan crueles por parte del cantante que un profundo odio nació de ellos.
La nave despego de inmediato siendo observada por el cantante con melancolía allí se encontraba su pasado uno que ahora más que nunca estaba dispuesto a dejar ir; al girarse se encontró con su compañero de batallas.
-Al final hasta la bella rosa tiene espinas,- al igual que él miraba el camino que el jet había tomado para después mirarle – aquella espina que se ha hundido en lo profundo de su ser – sus palabras eran muy ciertas había herido a aquellas personas pero en especial a una – Hiciste que tocara el cielo y luego lo arrojaste el infierno algo cruel pero… necesario, busca consuelo en esas palabras.
- Yo jamás tendré paz Undertaker – ahora los ojos del cantante relucían con mayor fuerza que nunca aquel tono carmín mientras giraba para encarar a todos sus subordinados – Ese ha sido es camino que escogí… Soy Edward Vincent Tepes futuro Duque de Grand Chester, pero más que nada soy… Un vampiro
El cielo se había oscurecido de momento aquello indicaba que la tormenta se acercaba, pero no una producida por la madre naturaleza sino por una fuerza descomunal que acababa de ser liberada de sus cadenas ahora ya no había quien pudiese pararla.
-Undertaker, andando aún tenemos que sacar a otra persona de este lugar y tenemos poco tiempo – declaro el menor encaminándose a la mansión en búsqueda del último vestigio que lo conectaba a su pasado.
-Como ordenes mi estimado amigo – menciono el otro Duque que sonreía felizmente ambos estaban listos para desatar su ira sobre quienes se interponían en su camino, al final la inmortalidad tenía sus ventajas. – Fue una fortuna que haya conseguido una segunda nave en tan poco tiempo.
Ambos inmortales se encaminaron a la mansión a paso firme sus presencias eran imponentes pero más que nada temibles; desde lo alto de una de las torres apoyado en una ventana un hombre de largo cabello rubio atado en una cola de caballo miraba la escena aterrado, todo era una maldita pesadilla de la que anhelaba despertar pero para su desgracia no lo era.
-Pink Boy, ¿Por qué? – el manager se preguntaba una y otra vez el motivo de aquel cambio tan tenebroso en sus protegido, al principio llego a creer que la respuesta para arrancarlo de aquella oscuridad era el escritor pero cuan equivocado estaba, solamente lo empeoro más ya no quedaba nada que hacer su amigo se había ido en verdad, ya no quedaba nada de aquel dulce joven solamente un frio ser lleno de odio en su corazón.