La matanza había terminado los hombres yacían sobre el suelo sin vida al mismo que el cantante se relamía los labios donde el metálico sabor de la sangre aún permanecía en ellos. El grupo de japoneses aun no salían de su asombro ante lo ocurrido pero el productor noto algo.
-Miren vienen más personas – señalo dejando ver que un grupo de personas entraba al campo todo llevaban consigo armas de alto calibre además de unos contenedores que se movían bruscamente.
-Edward- la voz del Duque resonó nuevamente en el lugar – tu misión será matar a los vampiros no natos que hay dentro de los contenedores usaras tus armas – trono los dedos haciendo que Alexander apareciera con dos maletines los cuales abrió dejando que el menor tomara dos armas del tamaño de su cabeza – Apunta solo a la cabeza o al corazón recuerda a diferencia de ti ellos no escogieron este camino lo mínimo que puedes hacer por ellos es darles una muerte rápida.
-Si Padre- cargo ambas armas con velocidad al mismo que esperaba la señal de su padre.
-Ustedes vengan conmigo de inmediato no querrán estar en medio de ello – menciono el Duque al mismo que los guardias tomaban al grupo de japoneses llevándolos a donde estaba en compañía de su majestad – Es por su seguridad me lo agradecerán.
Un viento helado soplo en el lugar mientras le menor inhalaba lentamente al mismo que se retiraba su elegante saco quedando solo con su camisa y su chaleco.
-Bien empieza- sin más el menor disparo a la cerradura del contenedor rompiendo lo que hizo que la puerta cayera de golpe bajo ambas armas en espera de movimiento pero estaba perfectamente atento a todo.
De momento una docena de criaturas blancas sin pupilas con enormes colmillos aparecieron lanzándose sobre el cantante quien empezó a dispararles acertando en los puntos especificados por su padre. Shuichi peleaba con facilidad con aquellas criaturas haciendo usa de sus armas al igual que algunas técnicas de combate pero cuando intentaba apuntar a uno se sorprendió al ver como este era atravesado por una guadaña más una sonrisa apareció en su rostro cuando noto quien era.
-Undertaker – menciono mientras recargaba el cartucho no esperaba ver a su compañero ahí
-Hola Edward o debería llamarte Rosa Diabolica,- se burló un poco pero bueno esa era su personalidad- lamento llegar sin invitación a esta fiesta pero… cuando te vi pelear no pude evitar el deseo de unirme a ti como en nuestra misión en Japón – los ojos dorados del hombre brillaban con fuerza al mismo que ambos se colocaban espalda con espalda.
-Si eso fue muy divertido me alegró haberte tenido de aliado- menciono el cantante al mismo que parecía estar asechando a los entes.
-Más de lo que te imaginas, pero ahora las cosas han cambiado ya no eres un novato más,… - el peli plata se ponía en guardia mientras balanceaba un poco su enorme arma- Ahora eres uno de los nuestro un nuevo miembro de la “Nobleza Oscura”
-Es verdad, lo único bueno de eso es que tendré mas diversión pero regresemos a lo que nos compete, Estás listo – mención el más joven mientras mantenía sus manos estiradas apuntando a las criaturas que los rodeaban – Vamos demostrarles como pelean este par de inmortales.
Sin más ambos jóvenes iniciaron nuevamente la lucha sorprendiendo a todos los presentes incluidos la reina quien miraba con asombro la perfecta coordinación entre ellos, aquellos movimientos suaves como el viento se movían entre sus enemigos para después acabarlos. Su velocidad era admirable pues apenas en un parpadeo desaparecían para reaparecer en otra parte.
-Te tengo bastardo- menciono el Shinigami mientras atravesaba con su arma a su agresor para impulsarlo hasta su compañero quien le disparaba directo a la cabeza comenzando a correr dando un salto enorme usando como apoyo el hombro del ojimiel para elevarse.
-Perdona- se disculpó al mismo que giraba su cuerpo en el aire quedando de cabeza comenzó a disparar a algunas balas las cuales acertaron a los dos enemigos que venían por detrás de “Undertaker” quien le agradeció con la mirada.
Cuando toco suelo lanzo sus armas al suelo mientras comenzaba a correr para golpear a los vampiros no natos con sus propias manos con mucha habilidad al mismo su amigo de cabellos plateados hizo lo mismo ambos tenían una fuerza sorprendente la batalla duro unos momentos para después terminar con el choque del acero entre la guadaña y las armas cuyos dueños miraban con orgullo sus habilidades.
-Eres bueno vampiro- menciono el joven Duque mientras le miraba con una enorme sonrisa a su compañero de cabello azabache.
-Tú no te quedas atrás Shinigami – ambos sonreían abiertamente les encantaba estar en el campo de batalla.
Sin más ambos caminaron hasta quedar frente a su Majestad y el Duque quienes los miraban con aprobación sus habilidades en combate eran muy similares al mismo que se coordinaban a la perfección pero no era de extrañarse Undertaker era parte de la nobleza oscura se sabía que tenía grandes destrezas en combate pero normalmente no formaba parte de los conflictos y Edward era un vampiro clase A quien en menos de un año ya dominaba a la perfección las habilidades que a su padre le llevo siglos perfeccionar.
-Mis más sinceras felicitaciones para ambos – menciona la monarca desde si falco privado – Undertaker conocía rumores de tu tremenda habilidad en combate y me siento honrada de haberlas visto con mis propios ojos. En cuanto a ti Joven Grand Chester fui capaz de ver más de lo que esperaba superaste mis expectativas siendo un vampiro joven.
-Gracias su Majestad – ambos jóvenes se hincaron frente a la dama con suma elegancia.
Observaron como la mujer se levantaba de su asiento siendo escoltada por el Duque para encaminarla al interior del edificio no sin antes.
-Joven Edward antes de que lo olvide deberá dejar en claro algunas cosas con sus visitantes, por lo visto están demasiado alterados, buenas noches – con eso se retiró del lugar muy tranquila,
El camino a la mansión se mantuvo en tremendo silencio esta vez fueron usados dos autos en uno todo el equipo de Japón trataba de mantenerse calmada algunos sollozaban lo ocurrido pero los más afectados eran K quien aún no regresaba del trance en el que cayo y Yuki cuyos ojos vidriosos a causa de las múltiples lagrimas miraba el vehículo frente al suyo donde Shuichi viajaba.
-Shuichi- susurro con dolor todo se estaba tan mal al principio no deseaba creerlo cuando el manager se lo dijo pero ahora lo comprobaba su pequeño era un vampiro uno muy fuerte que no poseían temor o remordimiento al acabar con la vida de alguien todo eso parecían una pesadilla una de la que no había forma de despertar.
-Eiri- el tecladista trato de tocarlo más fue golpeado en las manos por el escritor quien lo miraba con enojo
-Ni se te ocurra tocarme ¿Cómo pudiste decirle aquellas palabras tan horribles a Shuichi?- dijo pues durante la pelea su amado niño menciono que su maestro en el arte del egoísmo fue su jefe Thouma Seguchi.
-Por favor Eiri no me culpes de esto… trato de justificarse pero le eran tan difícil pues en muchas ocasiones le dijo algo así al menor esperando que con eso saliera de su estúpida burbuja para comenzar a ser el líder de su banda – No sabía que esto pasaría nadie…
-Shuichi se ha ido – dijo el otro cantante mientras abrazaba con fuerza a Kumaguro – la persona que vimos esta noche no era nuestro amigo…
-Sus ojos – continuo el tecladista más joven – esos no eran sus ojos aquellos que siempre estaban llenos de alegría poco a poco se fueron apagando sin que nadie lo notara ahora solo quedan un matiz frío.
-Fuimos tan ciegos estábamos tan alegres de que las cosas para la banda mejoraran que no nos dimos cuenta de que Shuichi ya no sonreía, su rostro siempre estaba serio, triste, perdido y distante – el productor se recargaba en la ventana mientras recordaba los hechos de los últimos meses.
-Hermano – el pelirrojo lloraba suavemente le dolía ver lo que le sucedía a su mejor amigo de toda una vida – Por favor vuelve – rogaba no se imaginaba la vida sin aquel niño escandaloso que tanto apreciaba.
-Shuichi está muriendo – finalmente el manager se dignó a hablar captando la atención de todos – Lo ha estado haciendo estos últimos meses y no fuimos capaz de ayudarle.
-K por favor no digas esas cosas – menciono su jefe pues noto como aquello alteraba a su adorado escritor – Shindou no está muerto por si no te has dado cuenta va en el auto de enfrente – señalo con enojo pero su mano fue tomada por otra tan fría como el hielo que su tacto le quemo al instante obligándolo a quitarla – Pero que…
Al mirar al frente descubrió que el auto un nuevo pasajero llego, este apareció de la nada pero se asustó al reconocerlo como la persona que combatía al lado del cantante hacia unos momentos atrás.
-Buenas noches caballeros – dijo mientras acompañaba sus palabras con una sonrisa dejando ver a través de aquel traje negro como sus delgados hombros subían al compás de sus risas. - ¿Por qué la cara tan larga? – se burló apoyando su cabeza en su mano.
El grupo lo miraba un poco temerosos a sabiendas de lo que era capaz de hacer aquel individuo cuya fuerza solo se comparaba a la del cantante.
-Vaya sin importar cuanto tiempo pase los humanos no dejan de divertirme – rio nuevamente dándoles a entender a todos que aquel ser al igual que su amigo tenía un oscuro secreto- No piensen cosas que no son como ya te lo dije K no soy un vampiro soy un Shinigami “Un dios de la muerte”.
-Shinigami – susurro el escritor conocía un poco sobre aquello seres al final eran muy populares en la cultura oriental – Hablas de aquellos entes cuyo trabajo es recolectar las almas de quienes mueren – soltó haciendo que el grupo se tensara aún más.
-Exacto veo que está un poco informado pero déjame ilustrarte - menciono mientras movían uno de sus largos dedos de un lado al otro – Los Shinigami no solo recogemos el alma de los difuntos también somos quienes cortamos el hilo de la vida con una herramienta especial en mi caso mi oz – menciono haciendo que algunos recuerdos del combate llegaron a todos.
-Aquella enorme cuchilla que… que usaste en la pelea- menciono el pelirrojo.
-Sí, mi oz me permite no solo cortar el hilo de la vida sino extraer del cuerpo de la persona todos sus recuerdos desde el momento en que nace hasta el de su muerte- dijo mientras dibujaba algunas imágenes en el vidrio aprovechando el empañamiento de ellos – La vida de las personas es como lo que ustedes llaman película nuestro trabajo es observarla para determinar si el susodicho debe morir o merece una segunda oportunidad lo cual no ocurre a menudo.
-A mí no me importar si eres un Vampiro, Shinigami, Zombi o lo que sea yo lo único que deseo es llevarme a Shuichi de esta tierra de locos – grito el escritor haciendo que el peli plata soltara una carcajada más pronunciada - ¿Qué es tan gracioso?
-Nada deben perdonarme pero… eso será más que imposible – dijo mientas en un rápido movimiento sacaba algo del bolsillo del escritor sin que este se diera cuenta,
-¿A qué te refieres con eso? – el escritor exigió una respuesta clara al hombre frente que apenas era un año mayor que él.
-Simple como Shinigami puedo ver algunas cosas de interés como por ejemplo que… - su rostro sonriente se tornó extremadamente serio asustando a todos los presentes – Pero que tonto… no puedo decirlo antes de tiempo ya descubrirán la verdad más pronto de lo que imaginan – el susodicho encendió un cigarro para después lanzarle algo al escritor- por cierto mi amigo es una linda foto será mejor que la cuides porque es única no es verdad -la puerta del auto se abrió de repente y todos dentro de este observaron como el hombre se lanzaba sin miedo desapareciendo en el frio manto de la noche.
El escritor noto que lo que le había lanzado era su encendedor aquel donde tenía la foto con Shuichi, la única en toda su maldita relación de 2 años, aquello fue visto por todos quienes intuyeron que el extraño personaje se la había extraído sin que lo notase.
-Ese tipo me pone nervioso- menciono el manager en verdad que el hombre era demasiado perturbador como para poder estar tranquilo en su presencia.
-Este país está lleno de dementes, locos, desequilibrados y monstruos de la peor clase – dijo el empresario mientras tocaba su mano misma que el tal “Undertaker” sujeto minutos atrás aún se sentía aquel gélido rose el solo recordarlo lo aterraba- Bien esto ha ido demasiado lejos mañana a primera hora regresamos a Japón.
La respuesta hizo que todos abrieran los ojos impactados eso tenía que ser una broma de mal gusto.
-Pero Seguchi, no podemos irnos y dejar a Shuichi como si nada – recrimino el guitarrista muy molesto por la palabras de su jefe.
-Tiene razón Thouma, no podemos abandonarlo así como así – se unió el cantante peli verde mientras le miraba muy molesto en verdad que a veces su amigo podía ser demasiado egoísta- Como tu dijiste este lugar es de miedo, sería injusto dejarlo solo.
-Solo – miro con burla el empresario mientras su siempre rostro sonriente cambiaba al diablo su porte de perfección estaba aterrado y quería irse de aquel lugar cuanto antes. – No se si no lo han notado o son tontos pero Shuichi parece estar muy bien acompañado – con sus dedos empezó a listar a todos los que últimamente rodeaban al azabache.- Empezando por el Duque, su mayordomo el tal Alexander, sumándole al servicio de la casa, su Majestad la Reina, más adelante el Parlamento, La Nobleza eso sin mencionar al demente de hace 5 minutos el tal Duque de no sé qué rayos.
Todos guardaron silencio un momento aquello era verdad últimamente alrededor del cantante giraban personas que estaban siempre apoyándolo para todo lo que necesitara incluso más que ellos mismo, extrañamente se sintieron desplazados pero bien sabían que permitieron aquello al no tomar con seriedad las cosas desde que estas iniciaron.
-Lo ven… ustedes mismos los saben ya ni siquiera son necesarios en su vida – bramo molesto
-No digas eso primo Shuichi no es ese tipo de personas – opino su primo mientras notaba como el rostro de su familiar lo miraba molesto.
-En eso estoy de acuerdo Suguro, el Shindou que yo conocí no era de esa calaña pero por lo visto Edward- menciono con una voz intentando imitar el tono de voz del cantante pero con un deje de sarcasmo – Si lo es… por Dios es un vampiro que mato sin remordimiento alguno además no sé si lo habrán notado pero prácticamente ha abandonado a Bad Luck, pues el joven Grand Chester por lo visto se quedara en Londres con su igualmente odioso padre.
Nuevamente un terrible silencio sumió a los presentes aunque les doliera admitirlo muchas de las conclusiones del empresario eran ciertas su amigo hacía mucho tiempo que dejo de ser él mismo, abandonando todo por lo cual lucho por mucho tiempo incluidos ellos. Su vida giraba últimamente a las costumbres británicas todo parecía indicar que en verdad se quedaría en aquel país a partir de ahora.
-Bien… una vez aclarado ese tema pasemos a lo siguiente entre más pronto nos larguemos de este manicomio mejor – finalizo tratando de calmarse pero.
-Yo me quedare… - el escritor dijo suave pero claramente haciendo que su excuñado se preocupara.
-Eiri, no digas tonterías lo mejor es que nos vayamos cuanto antes o podríamos quedar involucrados en algo sumamente peligroso- trato de persuadirlo no deseaba que nada malo le ocurriese.
-Thouma – dijo dirigiéndole una de sus frías miradas – Si es tu deseo salir de huyendo asustado y con la cola entre las paras adelante es tu decisión pero… yo me quedare para ayudar a Shuichi no aceptare que me aparten de él y menos de esta forma me oyes- miro a cada uno de los pasajeros del vehículo – Como yo lo veo tienen dos opciones quedarse en Inglaterra conmigo para tratar de ayudar a Shuichi o quitarse de mi camino.
La forma en que lo dijo sorprendió a todos pues no esperaban que el escritor fuese capaz de tomar una decisión de esa manera considerando cuan egoísta podía ser, en realidad pensaron que optaría por volver a casa y continuar con su vida normalmente pero se equivocaron rotundamente.
-Eiri- menciono el empresario nuevamente sin entender ¿Por qué a sucedía aquello? Cuando finalmente tendía una oportunidad de conquistar al escritor ya que el molesto de Shuichi estaba fuera del camino su amado no quería dejarlo ir.
-Esa es la decisión que tome Thouma así que te pediré que te quites de mi camino, Shuichi no es el único que capaz de tomar una vida por si no lo recuerdas yo también lo soy… - grito dándoles a entender a todos que se refería a lo de Kitasawa – Así lárgate y no interfieras conmigo o de lo contrario al primero que tendré que acabar será a ti.
Sentencio tomando su típica mirada fría sin importar nada no renunciaría a su amado cantante al principio cuando todo acabo entre ellos pensó que era lo mejor que le había podido ocurrir ya que nuevamente disfruto de la libertad que abandono años atrás cuando empezó una relación, pero al cabo de un tiempo la soledad fue muy dura para él extrañaba aquellos abrazos tan fuertes, las risas, los detalles, los TE AMO YUKI, el escuchar su nombre de los labios del menor cuando soñaba.
Pero no fue hasta la noche del estreno de la película cuando oyó aquella canción comprendiendo que fue escrito a través de los sentimientos de dolor que su pequeño guardo por mucho tiempo la letra era tan profundo como para haber sido escrita al azar; fue ahí cuando lo comprendió Shuichi abandono todo con tal de estar a su lado soportando, gritos, heridas, humillaciones y desprecios de su parte pero aun así se mantenía a su lado. Entonces los supo LO AMABA con toda sus fuerza y como nunca imagino que podría hacerlo intento por todos los medios recuperarlo pero le fue imposible el corazón de su niño se había vuelto frio como si no creyese ya en el amor y todo era por su culpa.
Fue su horrible orgullo el que lo cegó impidiéndole ver al hermoso ángel que la vida le regalo uno que lo saco de aquel abismo en la que vivió por tantos años y como le pago lanzándolo a la oscuridad una de la cual no deseaba salir pero no dejaría que viviera en ella sin importar lo que tuviera que hacer recuperaría a su niño costara lo que costara.