ZORO
Finalmente llegamos a mi casa… Era tan frustrante tener todos estos pensamientos sobre lo que pudo o no haberle hecho Eustass Kid a este tipo; aun así preservaba un porte serio, lo último que quería en ese momento era tener que soltar todo aquello que me molestaba frente a él y en algún arranque decir cosas indebidas, probablemente no soy demasiado sutil.
Ya conocía mi casa puesto que había tenido tiempo para revisarla en la mañana, era bastante mona aunque el almacén de decoración en el piso subterráneo era más grande que la sala. No había duda alguna que Mihawk era un lunático y su pequeña hija lo apoyaba con eso de ponerle temas a la casa, aunque a veces era relajante salir de la monotonía. Supongo que un gran empresario con miles de cuentas, trabajo y preocupaciones como el a veces necesita un respiro o algo con que estimularse un poco.
Sanji paró frente a la casa observándola un poco sorprendido, pero con mis manos le di señales de que siguiera hacia la cochera.
Me baje del deportivo al tiempo que ingresaba la clave numérica y luego mis huellas digitales, Mihawk era demasiado cuidadoso, aunque su dinero estaba en los bancos, si algo le pasaba a Perona aquí dentro no se lo perdonaría, así que los únicos que tienen permitido entrar somos Perona, los 3 empleados, el cocinero, su mayordomo que ya de por si vivía aquí, su asistente y Akagami quien era un gran amigo de él, sí tenía permitida la entrada a muchas personas pero aun así su comportamiento era bastante estricto cuando él estaba aquí y además todas esas personas eran de confianza.
Pasamos por mi adorada cochera y llegamos a la sala donde lo primero que noté fue a Perona mirando su tv show favorito era animalitos dulces que cantaban y escupían arcoíris, bueno nunca me lo vi pero mi imagino que comen nubes y vomitan brillitos.
Observé la mirada perdida de Sanji en la decoración, supongo que debía explicarle porque la casa parecía una finca.
-Cambiamos las decoraciones cuando Mihawk tiene visitas, es un tanto ostentoso- Le dije a lo que Perona pudo notar nuestra presencia inmediata.
-¿No tienes que estar aprobando exámenes?- Comentó irritante recordándome que solo en unas semanas presentaría de nuevo el examen para administración.
-¿Y tú no tienes que estar en la escuela?- Le respondí a lo cual ella guiño en señal de “esto queda entre nosotros” y de echo eso para mí era suficiente así que empecé a caminar arrastrando al cocinero detrás de mí.
-Le pedí a Mihawk clases en casa, es que creo que soy demasiado intelectual para estudiar con una partida de monos, además ya tengo suficiente con el que vivo- Ya está, me moví hasta su sofá y le proporcioné un pequeño golpe en la cabeza a lo cual se quejó.
-¡Hey! Deja a la nena marimo- Reclamó Sanji, lo cual me enfadó más pero lo vi ahora recostado entre el marco de la puerta de la cochera… Aun le dolía.
-Waaaa ¡Tu amigo se ve bien Zoro!- Está loca.
-Tsk- respondí.
-Debería decir lo mismo de usted flor de boche rosada- Me bufé un poco atontado, en realidad parecían dos idiotas o más bien a mí me molestaba. En ese momento Perona saco a lucir su irritante risa que bueno y después de todo ya no era tan perturbadora para mí ya que la escuche muchas veces en la mansión además de que aquí viví con ella.
Simplemente fui hacia Sanji y puse un brazo rodeando a su hombro para ayudarle a subir las escaleras mientras Perona solo observaba mientras soltaba su irritante risita.
La casa como había dicho estaba llena de recuerdos, por eso me fue bastante fácil recordar mi vida en este lugar. También me enamore de una niña llamada Kuina e iba a estudiar al dojo de su padre cuando niño.
Al parecer Mihawk y el padre de Kuina era buenos amigos.
Había fotografías por todos lados, medallas y menciones de honor decorando las escaleras. Incluso medallas por recitales de poesía, aunque era un tipo que a menudo era muy inexpresivo, un poco frio y a veces ni siquiera creamos que piense en nosotros, ese tipo nos quería mucho.
En el segundo piso ya era normal, después de todo ninguna visita subía a ese lugar y solo trataban de pasillos como cuartos, el de Perona, el mío y el de él también. En el fondo había una especie de despacho donde él trabajaba en casa, baños individuales y también el almacén de aseo, bueno un millón de cosas, la casa no era muy grande a pesar de su exterior o su estatus, y es que Mihawk vendió la vieja casa ya que solo seriamos tres personas aquella fría mansión en la que vivíamos.
Aunque a veces también decorábamos estos pasillos, eso explicaría que habían clavado varios clavos y lugares vacíos justo en frente de mi habitación.
-Creo que hubiese sido una mejor idea que me llevaras directo a mi casa- Me pareció normal que lo mencionara, después de todo no le había dirigido casi la palabra y probablemente esté pensando en Eustass ahora.
Saqué las llaves de mi pantalón, la verdad era bastante olvidadizo así que tenía todas mis llaves en un llavero, aunque Mihawk me pasa regañando; entonces lo deje pasar, él examino un poco la habitación mientras yo ponía las llaves sobre la cómoda.
-Bien, acuéstate- dije mientras el rubio aun reparaba, aunque no es que tuviera mucho, cuando me cedió la mirada le señale la cama y me reí internamente al ver un pequeño rubor recorrer sus mejillas, realmente me daba para reír este rubio.
-¿Qué piensas cejas de sushi? Yo tengo que estudiar- Y aunque principalmente lo dije para ver su quejido y su cara apenada era verdad, no podía decepcionar por segunda vez a Mihawk y la verdad a rastras pase a esa universidad solo por las influencias de él y por qué no salí por estar estudiando todo un mes.
-No sabía que los musgos hablaban o estudiaban- Le miré con indiferencia, la verdad sería de lo más cómodo hacer una escenita, por lo menos para mí era divertido, pero supongo que terminaría por irse; Además mis tediosos estudios, me di la vuelta y de los cajones saqué un libro de matemáticas que contenía unos ejercicios en una hoja que había escrito Mihawk para mí y tome mis gafas para la lectura, noté como el rubio ya tomando confianza se atrevió a subir a la cama y quitarse los zapatos para recostarse, sonreí internamente mientras me desplazaba por mis copias, lápices y resaltadores para al fin sentarme en una silla al lado de la cama y examinar los ejercicios.
El marimo se acomodaba moviendo mis almohadas y sabanas nuevamente solo sonreí al ver lo tierno y pequeño que se veía aunque notaba que se la pasaba observando, bueno tampoco lo iba a violar o algo así.
Terminé los ejercicios de hoy y me dedique a ojear de nuevo las teorías, pero al ver a Sanji… yo… estaba completamente seguro de que nunca sería capaz de tocarlo contra su voluntad… Sanji, discúlpame, por amarte de esta forma.
Estaba completamente furioso por lo de Eusstas, pero no lo golpearé o algo así, y es que después de todo Sanji no me pertenece… no aun.
De los cajones saque un pequeño tarro de pomada y suavemente me agaché a su lado a la altura de su vientre y desabotoné suavemente su pantalón con temor a que se despertara en ese momento, seguido alce un poco la larga camisa que venía encajada y bajé con sumo cuidado su bóxer…
Me pregunto cuántos de estos he bajado, bueno este ha sido el más difícil… Me dije burlón.
Respirando abrí un poco sus piernas, chequee que estuviese profundamente dormido y fue ahí cuando casi sin poder observar la imagen frente a mi empapé un dedo con la crema y la unté suavemente por su cavidad “O por dios” me decía, y no era por las marcas que notaba mientras movía mis dedos… esa sensación…
Escuche un pequeño gemido de Sanji, valla que las cosas no eran fáciles para mí, supongo que seré un novio modelo luego de esto, o por lo menos me merezco un novel por no violarlo luego de esto.
Subí ahora tembloroso su bóxer y su pantalón dejando así la camisa y marchando al baño para lavar los restos de la crema que había en mis manos. Inmediatamente volví y mientras secaba mis manos no pude evitar notar que el rubor de Sanji se iba así que me acerque a él. Su rostro, sus cabellos, sus rasgos… ¿Por qué?, ¿Por qué tenía que amarle de esta forma? Era simplemente y ridículamente maravilloso.
Empecé a rozar suavemente su cara con la yema de mis dedos mientras le observaba fijamente ya tan cerca…
Note como entre abría los ojos e inmediatamente se sobresaltó, lo que me hizo que me alejara un poco.
-¡Q-QUE HACES! ¡PERVERTIDO!- Me gritó mientras yo simplemente podía observar su ruborizada cara, notaba la fuerza que hacía… Se notaba que el cocinero no sabía que hacer yo solo observaba cada cosa que hacía.
-Sólo estaba viendo el daño, fue terrible- Por un minuto se quedó sin habla y probablemente yo hable de más, solo me deje llevar por el momento.
-No me digas que…- De pronto pude jurar que Sanji estaba poniéndose de todos los colores y se arropó con las sabanas completamente.
-Me sorprendió mucho que no lo sintieras aunque te movías mucho, use una crema, fue realmente terrorífico. Literalmente Eustass arañó tu…-de pronto sin verlo venir una mano impacto fuertemente con mi cara, la verdad es que si creo que fue muy imprudente de mi parte le dediqué una mirada a su enojado rostro cuando una pequeña lágrima se escapó sin querer de su ojo, me sentí como una jodida basura, inmediatamente lo abracé rodeándolo suavemente con mis brazos antes de que escapara de mí.
-¿Cómo te dejaste hacer eso tonto?- No tuve nada más que decir de pronto unos sollozos ahogados salieron de la boca de mi pequeño, lo cual solo me hizo abrazarlo más fuerte mientras humedecía mi camisa blanca. De pronto sus pequeñas manos empraron a apartarse.
-Está bien, ¿Sabes cuánto he estado esperando abrasarte de esta forma? Déjame disfrutarlo un poco más- Le acerque más a mi pecho y me acomodaba más en el centro de la cama con él. En ese momento era todo para mí, así pasaron minutos y aun con un kuroashi adormilado simplemente pude quedarme así a su lado.
Casi media hora después se escucharon unos suaves toques en la puerta.
-jajajaj ¡Zoro! ¡Papá llegó!- En ese momento quería que la acuchillara esa pendeja.
-¡Cállate!- Le dije instantáneamente a lo que creo que entendió.
-Bien, pero baja rápido a no ser que quieras que él suba- ¡Esa mocosa!, por lo menos había hablado en susurros.
Cuidadosamente dejé a kuroashi en la cama acomodando almohadas a su alrededor y riendo por el hilo de baba que salía de su boca, levemente lo limpie, me di una última sonrisa y salí.
Bajé las escaleras se encontraba efectivamente Mihawk abrazando a su pequeña tarántula, más bien ella se colgaba de él, el solo estaba tan serio como siempre.
-Bienvenido- Dije bajando las escaleras mientras el gran hombre pasaba al comedor.
-¿Y tu invitado?- La mirada de Mihawk no se atrevía a verme mientras que con sus firmes pasos caminaba y tomaba el puesto más grande.
-Está en mi habitación- Y sin ser invitada Perona subió inmediatamente a llamarlo, pero por supuesto que no podía decir nada a lo mejor Mihawk me clavara con alguna mirada.
-Zoro, ¡Creo que escapó!-Se escuchó el grito de Perona desde el segundo piso, que niña más fastidiosa y metida
Me senté en la silla al lado de Mihawk como siempre.
-Y… ¿Cómo se llama este amigo tuyo?- Las palabras sonaron crudas saliendo de la boca de ojos de halcón, como lo llamaban sus colegas.
-Kuroashi Sanji - Hablé sin decir nada más, a lo que dejó de fruncir el ceño lo cual me alivio un poco.
-¿El hijo de ZEFF? Bueno, no esta tan mal- Bueno, yo ni siquiera sabía quién carajos era Zeff, de pronto escuche las pisadas de Perona para acomodarse en la mesa y luego trate de evitar la mirada, pero no evité ver a Sanji entrando al comedor. Con la delicadeza y el buen porte que lo caracterizaba tomo asiento a mi lado y al de Perona, parecía más organizado…
Al momento llego Francisco con los platos en un carrito y las encargadas de la limpieza ayudaban a servir como acostumbramos, todos agradecimos a nuestra manera y Francisco se fue, en ese momento empecé a comer, ¡Tenía tanta hambre!
Como siempre todo el mundo come como acostumbraba en esta casa.
-Kuroashi Sanji- ¡Este Mihawk! Estaba temeroso por lo que le podía decir Mihawk a Sanji.
-Amm, si, no sé cómo lo sabe- wau… realmente el que me va a dejar estupefacto algún día será Sanji probablemente no tenía más que decir, al final yo solo debía tener ojos para mi plato de comida.
-Bueno, un amigo mío es el rector de la escuela, el lleva una lista de sus mejores estudiantes por facultad y realmente me sorprenden tus habilidades - bueno eso era verdad por los dos lados Sanji era uno de los meres cocineros y Kuma un viejo que trataba de predicar la palabra cada vez que venía a casa.
-Si Kuma es uno de los mejores rectores que hay- bueno… en realidad debería agradecer por los halagos pero también está bien después de todo Kuma es uno de los amigos más cercanos de este tipo junto con Akagami .
-Y…¿Qué te parece la comida del chef?- muy bien… ya sabía que era no que intentaba hacer Mihawk…
-Está bien, pero la utilización de especias es un poco inadecuada, ciertamente exagerada para la comida occidental creo que la mezcla no está equilibrada, pero es normal cuando no estas familiarizado con la comida occidental y el emplatado se ve un poco gris, pero esta delicioso- no sabía de qué carajos estaban hablado la verdad escomida y esta buena… bueno si sigue diciendo eso terminare como mugiwara… yo sol seguí con mi comida, aunque al parecer eso había sorprendido a Mihawk.
-Y… ¿Desde cuándo están saliendo?- Esta vez la araña abrió la boca donde no debía… otra vez, aunque quería estrangularla debía tratar de matar a la consentida del jefe más bien trate de sonar normal.
-Aun no cede- si… normal.
-Espero que sepas arreglar eso…- me pareció chistosa la referencia de Mihawk… si en realidad tendría que cambiar muchas cosas de mí, me alegraba que su futuro yerno le cayera bien, aunque creo que más tarde tendríamos una pequeña extraña charla sobre como carajos me volví gay o alga así aunque en realidad a Mihawk nunca le molestaron esos temas.
La cena termino rápidamente, de esa forma Mihawk volvió a los negocios y Perona a tomar clases de alemán ya que dominaba el inglés yo solo guié a sanji hasta mi cuarto de nuevo sin levantar sospechas de Mihawk sobre sus piernas y le deje de nuevo en la gran cama y abrí las cortinas en los grandes ventanales en ese momento sanji llego donde me encontraba frente a las ventanas.
-Zoro…- escuché casi en susurro de su voz, aun así fue especial desde hace cuánto sanji no me había dicho Zoro… Creo que nunca.
-Umm- respondí.
-Tómame- lo volteé a mirar, su mirada estaba perdida en el horizonte, el vidrio azul oscuro que desde afuera no dejaba ver nada.
-ummm tomare eso como un sí a ser mi novio, por otro lado lo siento Kuroashi, pero aun no te siento mío- aunque lo poseería en ese momento y en ese lugar sabia un par de cosas, Kuroashi no está listo para ser penetrado de nuevo, definitivamente y la segunda es que es imposible olvidar a una persona al día siguiente pero, por lo menos ese que él me dará su futuro.
Lo rodeé por detrás con mis brazos mientras seguíamos viendo el oriente para proporcionarle un suave beso en la mejilla
Sinceramente esto sería lo más raro y empalagoso que haría en mi vida, pero por Sanji supongo que vale la pena.
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Por un momento…
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Fui liberado.