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Confesiones por Himeka_Akihime

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Sabes, muchas veces al verte comienzo a pensar en lo agradable que sería llevar esta carga tan pesada entre dos. Dejar de llevar el peso del mundo en mis hombros y poder compartirlo contigo, aunque sea un poco, aunque sea efímero. Pero tus actos me devuelven a la realidad, cada muerte sirve como recordatorio de que eres uno más de ellos, uno de los que causa mi sufrimiento. 

Y aun así no te imaginas cuanto deseo que tu simplemente seas Light Yagami, el chico con el que compartí aquella noche de completa libertad.


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La atenta mirada reseguía cada uno de los movimientos del cuerpo desnudo del joven castaño, sin perder ni un solo detalle de todo lo que hacía.

-Puedes dejar de mirarme así Ryuzaki, haces que se me ponga la piel de gallina.

-¿Por qué Light? -estiró un poco de la cadena que los unía para llamar su atención y hacer que lo mirara también -recuerda que eres el principal sospechoso de ser Kira, tengo que estar al pendiente de todo lo que hagas -una sonricilla trabiesa se pintó en su cara al ver como el castaño fruncía el ceño.

-Ya te he dicho que no lo soy, siento haber herido tu orgullo pero deja de ser tan arrogante y admite que te equivocaste por completo conmigo -esta vez le tocó a él hacer una mueca de desagrado y desviar la mirada -y deja eso de lado por un momento, quizás seas el mejor detective del mundo pero eres humano, aunque no lo parezca... -se acercó a él y lo miro fijamente a los ojos, empujándolo suavemente para dejarlo recostado en la cama -relájate.

-Light... -un ligero tono rosado se había apoderado de sus mejillas mientras lo miraba con una expresión de completo asombro.

-No me mires así hombre, que no te voy a violar ni nada por el estilo. Venga, girate, te daré un masaje -el pelinegro obedeció de inmediato, sin atreverse a contradecir al castaño -pero no te acostumbres que esto es solo por hoy -el joven se subió encima de las caderas del chico y comenzó a masajear lentamente los hombros de este -estás tenso...

La pálida piel del pelinegro aun tenía pequeñas gotas de agua por la reciente ducha, haciendo ver su piel perlada y hermosa... suspiró deteniéndose un instante a causa de sus pensamientos.

-Sabes Light, creo que si nos hubiéramos conocido en otras circunstancias hubiéramos sido grandes amigos -el pelinegro había cerrado los ojos y se había relajado un poco.

-Aún podemos ser lo -acarició suavemente la espalda del chico -aún nada esta perdido -e inconscientemente escribió su nombre con su dedo -aunque deberías dejar de considerarme Kira... -se agachó un poco y besó los hombros de Ryuzaki -solo así podríamos ser amigos... o algo más -susurró y lamió la pálida piel, retirando las peñas gotas de agua. El cuerpo del moreno se tensó pero aun así Light no dejó de besar la tersa piel del chico, mordiendo y chupando de vez en cuando, repartiendo traviesas lamidas, y así hasta marcarlo como suyo.

-Light... ahora eres tu quien me ha puesto la piel de gallina... ¿se puede saber que haces? 

-Yo... no lo sé... -respiró hondo -olvida todo esto... -se quitó de encima suyo y se recostó en la cama, a su lado -no se porque lo hice... -murmuró, realmente estaba confundido por sus actos.

El chico de oscuros cabellos lo miró intentando leer su mente, escudriñar en sus pensamientos para poder entender sus actos. Pero sin más cavilaciones su mano fue alargada hasta la mejilla del castaño, acariciándola sutilmente, bajando por su mentón hasta su cuello y de este a su pecho.

-Hace mucho tiempo que no estas con una chica ¿Verdad? -sus dedos atraparon un rozado pezón estirándolo, dejando al joven en completo mutismo -quizás sea por eso que tu libido aumenta -su mano comenzó a descender nuevamente, ahora por su abdomen y deteniéndose ahí, sin atreverse a rozar siquiera la prenda que cubría la parte prohibida de su anatomía.

-Quizás... quizás sea eso... -lo miró a los ojos, el detective estaba ligeramente sonrojado al igual que él -solo... son hormonas -su cuerpo se estremeció al sentir los dedos del moreno acariciando su miembro por encima de la tela -Ryu... -detuvo la mano del mayor con desgana.

-Dejame hacer esto Light, experimentar contigo, saber que es lo que se siente... -pidió casi suplicando, sin dejar de mirarlo a los ojos, esperando con ansias una afirmación. 

Y lo único que obtuvo fue un beso apisonado y una mano intrusa en su boxer que acariciaba con destreza su miembro causando que su erección aumentara. Y de la misma forma comenzó a masturbar al chico que ahora estaba encima suyo deborandole la boca, chupando su labio y mordiéndolo de vez en cuando. 

-Li...Light... -gimió el moreno un poco avergonzado, con las mejillas ardiendo al contemplar lo que pretendía hacer ahora su compañero.

Ya su cuello y pecho habían sido víctimas de la boca del castaño, ya sus pezones fueron atacados por los dientes de este, llevándose lamidas y chupetones que le arrancaban gemidos de su garganta. Incluso su níveo abdomen tenía marcas de su paso. Pero ahora era su miembro el que se hundía en esa cálida y húmeda boca, el que recibía todas las atenciones, el que era devorado con ansias. 

El cuarto era inundado por sus gemidos, su cuerpo se estremecía, el fuego lo recorría quemando su interior. Aquello era demasiado placentero, demasiado bueno, su amante era todo un experto pero el no se quedaría atrás. Sin previo aviso lo recostó en la cama y se subió encima de él, quitándole la única prenda que llevaba y tomando con su mano aquel erecto miembro que palpitaba reclamando atención. Dio una lamida en toda la exención, desde la base hasta la punta, deteniéndose en ella, lamiendo en círculos, dando pequeñas chupadas y finalmente metiéndolo en su boca. Se movía lentamente degustándolo entero, haciendo que aquel pedazo de carne entrara hasta su garganta y saliera para volver a entrar. Su compañero de cama se retorcía, gemía, pedía por más.

-Ryu... no pares... ya... ya falta poco... -su cuerpo se estremeció, una corriente lo recorrió de pies a cabeza y de pronto, nada -¿Ryu... porque...? -el chico que estaba encima suyo se había detenido y lo miraba con una sonrisilla plasmada en su rostro mientras presionaba la punta con uno de sus dedos.

-No sería divertido si te vinieras ahora -musitó mientras se posicionaba entre sus piernas y acariciaba su entrada con sus dedos previamente lubricados.

-Pero... Ryuzaki... -protestó el menor estremeciéndose al notar dos dedos en su interior -está... está bien... -dejó escapar un suspiro al sentir como este lo penetraba delicadamente.

Metía y sacaba sus dedos, los separaba dentro del cuerpo del muchacho mientras se inclinaba y lo besas con ansias, jugando con si lengua, luchando, rivalizando como siempre para ver quien era mejor pero esta vez a él le tocaba ganar. De un momento a otro sus dedos fueron reemplazados por su erecto miembro y las embestidas no sé demoraron en hacer estremecer el cuerpo de su amante, en hacer que gimiera, que gritase su nombre, que suplicara por más. Su cuerpo quemaba, ardía, y por su mente solo estaba la agradable sensación de triunfo, por fin tenía entre sus brazos aquel cuerpo que había comenzado a desear desde hace días. Por fin la lucha contra Light Yagami estaba ganada. 

Su cuerpo se estremeció, las sensaciones que estaba sintiendo eran únicas, las paredes del castaño apretaban su sexo haciendo que de este se expandieran deliciosas corrientes que recorrían su cuerpo. 

El final estaba cerca, ninguno de los dos aguantaba más. Una última embestida, un sonoro gemido de parte de ambos y la explosión del moreno dentro del cuerpo del castaño y la de este, en su vientre.

Por último los dos cuerpos sudorosos y jadeantes se unieron en un último abrazo. 

-Que sepas que esto no cambia nada respecto al caso... para mi sigues siendo Kira... -murmuró el detective aún recostado encima del pecho del joven.

-Lo sé -acarició lentamente la cabeza de su acompañante, mirando como este se relajaba, cerraba sus ojos y su respiración se hacía lenta y pausada -no lo hice por eso Ryuzaki, simplemente quería hacerlo contigo...

Silencio, agradable, reconfortador, demasiado largo quizás.

-Ryu...? -una dulce sonrisa se dibujó en su rostro al verlo dormir con tanta tranquilidad -dulces sueños Ryuzaki.


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Mi confesión... es solo querer ser yo, Elle Lawliet, un chico normal, con una vida normal y un futuro a tu lado. Anhelar que seas tu quien quite este peso de mis hombros y me libere por siempre.

Mi pecado... deseo abandonar al mundo si eso significa estar por siempre junto a ti.

 

Notas finales:

Gracias por leer :)


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