Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Notas Carmesi por Hando Kurai Tamashi

[Reviews - 37]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaaaa!!!!

(Entran pegando brincos de felicidad) es un placer estar nuevamente con ustedes! No saben cuanto necesitaba de esto ;-; . Perdón por la suuuuuper tardanza. Pero tengo un motivo, y mi terror se llama Universidad y si, si antes me quejaba del ciclo anterior, este está para llorar a mares ;-;

Hando: Bueno espero poder actualizar más pronto ;-;

Asistente: Ni porque somos dos, que vergüenza… pero bueno les traemos algo de feels si se podría decir jujuju ewe

Hando: Muchas gracias por sus reviews!!! =3=/ prometo contestarlos mañana hoy ando como loca estudiando para un examen ;-; y pues quiero contestarlos con toda la calma posible, me gusta disfrutarlos nwn

Asistente: Perdón si tardamos en contestar los reviews; no sé si lo hayamos mencionado, pero contestaremos los rviews cada que actualicemos, sería una forma de decir “ya actualizamos” pero bueno esa es la idea xD

Hando: Bueno sin mas

 

Que ruede el telón!!!! xD

 

 

 

-No ha cambiado nada- Dijo una mujer de rubia cabellera, mirando el interior de aquella gran mansión en la que hace mucho solía asistir.

 

-Bueno digamos que se ha mantenido así durante mucho tiempo- Janne le seguía por detrás

 

-Recuerdo que aquí te conocí- Recordaba al caminar entre la inmensa sala

 

-como olvidar ese día, habías venido a una fiesta… era el cumpleaños de Ann si mal no recuerdo-

 

-Es verdad, ella parecía gruñona- Sonrió – No le agradaba que me acercara a ella-

 

-Yo diría mas bien a Roger- Compuso a la vez que se sentaba en uno de los sofás – Se ponía celosa a cada que le hablabas-

 

-Y daba miedo- Rio la pecosa – Hasta tú te ponías salvaje-

 

-Bueno, era la menor. Era obvio que no quería que me quitaran el amor de mi único hermano. Pero bueno esos solo eran actos infantiles. Menos mal ya crecimos- Sabia que ni habían cambiado las cosas pero solo era un decir

 

-Este lugar realmente que me trae demasiados recuerdos- Se sentó al igual que Janne

 

-Oh, hablando de eso, espera. Quiero mostrarte algo ya que estamos aquí- Se puso de pie y salió rumbo a quien sabe dónde. Pronto volvió con una caja de algunos 30 cm por cada lado y unos 25 cm de ancho y sin más se sentó al lado de Rouge

 

-¿Que es eso?- Su curiosidad se hizo notar

 

-Algo que nos traerá muchos recuerdos- Dijo abriéndola, Rouge esbozo una leve sonrisa. Su mirada se perdió entre recuerdos

 

-Son fotografías- Dijo entusiasmada al verlas – Vaya que son bastantes

 

-Bueno, dentro de lo que cabe se podría decir. Jeje-

 

-¿De donde las sacaste?-

 

-En la habitación de Ann estaban. Hay tantas cosas de ella allí, normalmente no entro por la sensación que me da; pero bueno tampoco soy tan influenciada por mis emociones, es algo que ya paso- Dijo, sacando una y pasándoselas a la pecosa – Creí que sería buena idea recordar un poco el pasado-

 

-Realmente esos tiempos se me hacen lejanos, quisiera que volvieran, peros e que es imposible- Observaba alegre las imágenes – Esta es en aquella fiesta ¿verdad?-

 

-Si, lo es. Jaja aun sigues igual de cachetona- Rio mientras observaba la fotografía en las manos de Rouge

 

-¿Tú crees?- Toco sus mejillas apenada, como comprobando si realmente estuvieran abultadas

 

-Jeje no por nada lo digo- Sonrió

 

-Umm… vaya ¿todas estas las tomo Ann?- Pregunto al mirarlas, sin duda eran cosas que no habría tomado Janne

 

-Eso parece, quería fotografiar cada momento… aun así me pregunto porque, la conozco bien y sé que a ella no le servirían y a la mayoría de nosotros solo nos harían sufrir-

 

-Creo que solo quería que tuviéramos en cuenta que ella fue feliz… en todas ella sonríe- Dijo Rouge pasando foto por foto

 

-Se había tomado varias con Dragón cuando estaban en la escuela. Aunque al pobre se le ve angustiado por el carácter de mi querida hermana- Soltó una carcajada al mirar una donde se encontraban caminando bajo la lluvia

 

-Aquí estas tu y Roger… ¿me pregunto cuántos años tendrían?-

 

-Quizás unos 5 a lo mucho…- Dijo tras mirarla – Oh, esta- Le mostro

 

-Aww que momento- Sus ojos se iluminaron de la emoción al mirar la fotografía, era demasiado vieja pero el valor que representaba la imagen era demasiado para ella

 

-Fue cuando Roger se te declaro por fin, ¿verdad?- Dijo la mujer al saber el motivo de la reacción de la rubia a su lado – Aunque al pobre lo rechazaste-

 

-Pero aun así fue muy insistente- Reconoció

 

-Si, y por fin después de largo tiempo le aceptaste-

 

-La verdad me daba mucha pena. Además de que ustedes me daban miedo-

 

-Oh es verdad jaja fue en aquella ocasión cuando le dijimos que quien era su novia jajaja. Fue loco unas crías peleando por el amor de su hermano, pero bueno al final el termino eligiendo-

 

-Pero pobrecito, no debieron de haberlo puesto en semejante decisión- Rio. Fue así como paso el tiempo, lleno de viejos y buenos recuerdos-

 

***

 

-Madre- Esbozo una sonrisa al ver nuevamente a la mujer más importante en su vida, esta se levanto del sofá donde estaba para encaminarse hacia su hijo. Estando de frente le abrazo.

 

-Me da gusto verte de nuevo, Ozz…- Dijo con aquel acento característico - Me imagino el motivo por el cual has venido. Después de todo es algo que implica el futuro de la familia- Dijo al deshacer el abrazo notando como aquellos ojos esmeraldas se oscurecían, en un instante su rostro mostro la inseguridad y pesar en su alma

 

-Se… que el principal interés en estos momento es asegurar el futuro de nuestra familia, pero. No me siento listo en tomar parte de esto, sonara muy egoísta, pero… ¿acaso ustedes no son egoístas también?- Expulso aun con dudas en la mente, no quería faltar hacia su madre pero quería hacerle saber lo que sentía y quería

 

-Comprendo, se perfectamente cómo te sientes. Pero, este es el destino que se le impone a quienes nacen con poder. ¿Comprendes eso? Al igual que tu, yo pase por lo mismo. Pero obviamente no me quedo de otra que renunciar-

 

-Esa palabra no está en el diccionario de la familia- Dijo extrañado

 

-Quizás en el linaje de tu padre, pero en mi caso alguna vez existió… Pero no me arrepiento, te tengo a ti, a tu hermano. Soy feliz con tenerles-

 

-Pero yo no soy feliz… siento que solo soy una marioneta. Aunque después de todo. ¿Qué se puede esperar? Naci con este propósito, era de esperarse. Me da tristeza saber que mi existencia solo fue forjada para intereses egoístas- Frunció el seño. Viese por donde lo viese, estaba claro.

 

-Perdón… no era mi intención, jamás lo fue…- Se disculpo – Daria lo que fuese por tu felicidad, pero desafortunadamente eso no está en mis manos-

 

-Mi destino es mío, pero sé que en este momento está en las manos de alguien más- Bajo la mirada, pensando en su des fortuna

 

-Disculpe la intromisión mi señora- Irrumpió en la sala la voz de una de las mucamas – El señor ha llegado y quiere ver al joven Ozz lo más pronto posible- Al terminar de transmitir el mensaje salió de la habitación dejando a ambos solos.

 

-…No quiero ir…- Dijo el joven pelirrojo, aunque la verdad sus expresiones de desanimo hablaban ya por si solas

 

-Tranquilo, solo tienes que escuchar a tu padre- Intento aconsejarle – Se que es una petición demasiado egoísta, pero por favor evítame de tener que verles discutir- Su voz dolía, el pelirrojo sabía perfectamente la preocupación que le causaba cada vez que discutían.

 

-Intentare escucharle- Soltó junto con el aliento que había inalado fuertemente en forma de un gran y pesado suspiro

 

-Bien… ve con cuidado- Fue  lo último que se pronuncio en la sala.

 

                En el camino al lugar destinado se encontró con aquel chico de cabellos dorados con quien siempre perdía los estribos; este se encontraba en su típica pose, cruzado de manos, recargado en la pared y con la cabeza baja, cerrando sus ojos como si acaso se concentrara, como si su cuerpo estuviese allí pero su cuerpo en otra parte u otro tiempo.

 

-¿Realmente iras?- Dijo el rubio al instante que  Ozz pasaba frente a él, deteniendo su marcha al instante. El pelirrojo había pensado en pasar de largo, quería evitarse la pena de irritarse antes de encontrarse con el hombre que desde siempre le hacia la vida imposible.

 

-¿Es que acaso me queda otra opción?- Respondió sin mirarle

 

-Me sorprende que en esta ocasión quieras obedecerle- Comento pero su hermano no respondió – Bueno, quizás así no te interpongas mas entre mi y Ace-san- Dijo volteando la mirada hacia otra dirección

 

-Yo no estaría tan seguro… dudo mucho que Ace-kun aceptara tus propuestas. De hecho de ser así como dices, el ya hubiera salido contigo desde hace mucho- No quería discutir, pero eran más sus impulsos; no toleraba escuchar a su pequeño hermano decir sandeces. Quizás el hecho de pensar en lo que no había sucedido le estresaba.

 

-Jeje puede ser- ¿Era enserio? Lenoid no se encontraba con el característico humor irritable de siempre, era raro escucharle reír de esa manera sin malicia ni burla alguna. Este acto había llamado la atención del pelirrojo que sorprendido le miro -¿Qué es lo que miras?- Dijo ahora más en su papel

 

-No… no es nada…- Giro la mirada y continúo su rumbo dejando atrás al chico.

 

                Ya una vez estaba a solo unos pasos de la puerta destinada, se detuvo mirando esta fijamente, como si detrás de esta le esperase algo amargo. El solo recordar el rostro de aquel hombre le hacía hervir las entrañas de la rabia. La verdad el no poseía algún recuerdo que le hiciese feliz, al menos no con él. “Hubiera preferido haber venido solo yo a este lugar… mamá no merece tener que venir a revivir memorias que no ayudan en lo absoluto” pensaba, realmente no se sentía bien, aun se encontraba dolido por lo sucedido en aquel lugar ya lejano, y además pensar en el propósito por el cual se encontraba allí aumentaba considerablemente su dolor de cabeza. Sin más, resignado abrió la gran puerta de madera y cruzo rumbo a su problemático destino. No escucho nada por unos momentos, solo el leve rechinar de la puerta al cerrarse. La habitación permanecía tal cual la recordaba, aquel ambiente tan ambiguo que le traía recuerdos de la infancia. El olor penetrante a café con cigarrillo entraba a sus pulmones y la luz tenue se escurría por los orificios de las cortinas. Sentado en aquel sillón yacía la cabecilla de la familia; un hombre de al parecer 50 años, de ojos verdes azulados, piel bronceada y cabellera dorada bien peinada, aunque cubierta levemente por la nieve de los años. Este se encontraba leyendo, al parecer, unos documentos muy importantes; con una mano sostenía un gran fajo de hojas y con la otra mantenía aquel humeante fosforo.

 

-He vuelto- Rompió el silencio el chico ante la tensión que se encontraba en el ambiente, a pesar de aun no haber iniciado conversación alguna, ni siquiera con las miradas. El hombre llevo sus ojos hasta los esmeraldas que le miraban en par en par. No respondió en lo absoluto, solo una respiración profunda, para después dejar aquellas hojas sobre el escritorio y presionar el cigarrillo en el cenicero.

 

-Vaya, hasta que finalmente te dignas a venir- Respondió justo después de ponerse de pie.

 

-Bueno… digamos que he venido a escuchar finalmente su petición por boca propia. Ahora bien padre ¿a qué se debe mi presencia en este lugar?- El lo sabía, pero acorde a su terca personalidad, no quería verlo.

 

-Hmmp…- Expreso con gesto engreído al instante que giraba rumbo a la gran ventana al final de la habitación –Me alegra ver que hayas recapacitado. Sin más te diré que es lo que quiero… he arreglado un matrimonio entre tú y Katherine Nicoleabich. Heredera de tal familia, poseedora de compañías en el extranjero. Su matrimonio es de gran importancia para el futuro de la familia. Además

 

-Padre, solo he venido a escuchar lo que tienes en mente, pero jamás dije que venía con el propósito de aceptar lo que me dices- Contesto sereno, al instante un corto silencio permaneció en la habitación

 

-¿Qué es lo que pretendes?- Pregunto el señor girando levemente el rostro hacia el chico de cabellera flameante

 

-No, yo no pretendo nada… es decir, en este caso lo que buscas es claro. Pero lo veo demasiado cruel-

 

-No tienes ningún derecho de quejarte a estas alturas- Replico con notable desagrado – Oh es verdad, ahora que lo recuerdo, siempre estuviste tras el heredero de los Gold jeje quizás esa ha sido la única gran idea que hayas tenido en toda tu vida, pero que mas da al final no lo conseguiste- Rio burlón

 

-No metas a Ace-kun en esta conversación- Advirtió al instante

 

-¿Por qué habría de hacerlo? No creas que la sola idea de que andes tras un hombre me da gracia-

 

-Claro, porque eso lo veías como un negocio; por eso jamás me detuviste. Jamás lo hice por cumplir tus caprichos, no soy como tú. Yo lo hacía por voluntad propia, yo lo hacía por…-

 

-¿Por amor?- Interrumpió el hombre como si hubiera acertado el final de la melosa frase – Eso no existe en este lugar de negocios. Es solo algo monótono, pensar con la mente fría lo es todo-

 

-Solo crearas dolor con esa mentalidad tan poco convencional – Reprocho

 

-Si no fuera de esta manera jamás habríamos llegado tan lejos-

 

-¿Y eres feliz?- Pregunto con toda sinceridad; el hombre en frente solo guardo silencio

 

-No hay tiempo para la felicidad- Justifico – Al igual que el dinero es algo pasajero-

 

-Lo vez, solo estás haciendo de mi lo mismo que hicieron contigo. Quizás antes jamás tuviste libertad de elegir. Quizás ahora solo tratas de desquitarte con quien ahora le toca ajustar cuentas con la repetida racha-

 

¿Por qué siempre buscas la manera de romper las reglas?- Dijo frotando su cien con los dedos, ciertamente la terquedad de su hijo lo sacaba de sus casillas. ¿Por qué simplemente no podía obedecer? De esa manera solo hacia las cosas más complicadas.

 

-Porque eso sería ser lo que tú quieres, pero no lo que yo quiero-

 

-¿Y es necesario rechazar todo lo que te digo que hagas? Quería que fueras empresario, pero no, tenias que elegir ser músico. Porque tu madre siempre ha de complacer tus caprichos-

 

-Porque es algo que me hace feliz y siento que por fin hay algo en lo que soy bueno. En la música hay personas sin mascara en el rostro, que hablan con el corazón en la mano. Definitivamente lo que yo quiero y lo que tú quieres son cosas completamente opuestas. Dime ¿Cuántas personas que se hacían llamar tus amigos terminaron por traicionarte?-

 

-Jamás fueron mis amigos, nunca confié totalmente en ellos-

 

-Lo vez, si tú no estás dispuesto a confiar ¿como esperas que los demás lo hagan?-

 

-Ozz, ¿podrías parar tus tonterías?- Dijo ya fastidiado dando completamente la cara al chico

 

-Pero padre…- Intento inútilmente hacer que el señor le escuchase

 

-Quizás el tonto de ni-san tenga razón- Se escucho la voz del miembro menor de la familia resonar, al instante que la puerta se cerraba

 

-Leonid…- Dijo el pelirrojo al ver al chico de rubia cabellera

 

-¿Qué sucede Leonid?- Dijo el hombre al verle

 

-Padre, seguir lo que por decreto ya está establecido es un tanto aburrido- Explico

 

-A que te refieres?- Dijo el señor, queriendo una explicación más detallada

 

-Ni-san es quien más atado esta a estas normas al ser el mayor. Yo no tengo ningún problema con respecto a estas, pero, si ni-san esta fuera del camino entre mi amado y yo, la situación perdería interés- Intento explicar

 

-Oh, es verdad, tu también andas tras aquel chico ¿verdad?- Recordó al fin

 

-Así es, me gustaría que esta fuera una eterna lucha entre mi hermano y yo. Y que sea Ace-san quien decida al final. En otras palabras, sería como una victoria fácil y a mí no me agrada la idea-

 

-Leonid- Dijo el pelirrojo al ver a su hermano menor que le tiraba una mirada de “pienses lo que pienses, no lo hago por ti”

 

-Entonces, ese muchacho aun no ha tomado una decisión- Dijo como si un nuevo pensamiento se apareciera en su mente

 

-Espera, ya había dicho que no quería involucrar a Ace-kun en esto- Replico – Pensar en que si lo logro, esto se vería mas bien como algún negocio entre familias, es inaceptable-

 

-Ozz… cálmate…- Pronuncio bajo el peli dorado como si hablara más alto algo se rompería

 

-Jeje, la verdad no se en que ha de estar pensando ese muchacho- Dijo el otro-san- Leonid, es excelente. Es imposible que exista alguien que le rechace- Intentaba asemejar la idea de que alguien repudiara a su perfecto hijo

 

-Me gustaría añadir que si no fuera por ese motivo, no estaría tan decidido en ganar. Entre más difícil más me interesa- Sonrió sádico

 

-Realmente eres inmune al amor- Dijo Ozz algo extrañado

 

-Patrañas- Se quejo – Sera mejor que no bajes la guardia ni-san- Advirtió

 

-¿Crees que te dejare el camino tan fácil?-

 

-Eso lo veremos- Casi se podía tocar la tensión, como si de las miradas de los chicos salieran chispas

 

-Bien, bien, basta de juegos… pensare un poco sobre esto- Dijo el hombre – Retírense – Ordeno. Sin más ambo chicos reverenciaron y salieron de aquella habitación. Al estar a una distancia considerable de la habitación, para no causar dolor de cabeza a su padre con los gritos de sus típicas peleas. Aunque esta vez parecía estar todo en paz.

 

-Gracias- Dijo Ozz

 

-¿Por qué me agradeces?- Pregunto tratando de negar lo evidente

 

-No te hagas que lo sé bien. Trataste de quitarme la soga al cuello- Explico

 

-Hmmp, yo no diría eso, es imposible quitártela… quizás solo la afloje un poco- Admitió a duras penas

 

-Aunque, no creo que fuese necesario que mintieras-

 

-Que más da-

 

-No tenemos ni una posibilidad con Ace-kun y aun así, le dices que nuestra victoria está a solo unos centímetros de nuestras manos-

 

-No me retes, no existe imposible en el vocabulario de la familia. Además, no es algo por lo cual debamos darnos por vencidos. Ace-san algún día será mío…- Dijo con toda la decisión e imponencia que un noble podría poseer

 

-La verdad yo prefiero pasar-

 

-¿Desde cuándo acá te rindes tan rápido?. Te has hecho muy aburrido “ni-san”-

 

-Jaja me extraña que me digas así sin estar en presencia de papá- Rio - Pero así es como lo veo ahora, realmente no hay mucho que hacer-

 

-No me salgas con sonseadas como “ Si él es feliz con otra persona, yo soy feliz” Ridículas frasecitas de un poeta perdedor- Se irrito al instante - ¿Qué idiota querría ver a la persona que ama con alguien que no sea más que el mismo?- Gruño

 

-Desde cuando acá las frases- Sonrió a lo que el peli dorado se giro dándole la espalda

 

-Si sientes que no es feliz… entonces vuélvete el motivo de su felicidad, conviértete en su alegría. Je quizás estar siempre al lado de un hermano tan cursi se me este pegando lo delicado. Mejor me voy antes de que me contagies y me vuelva una señorita- Dijo con tono de burla y se retiro

 

-Vaya…- Suspiro para sí “me pregunto si nos volveremos a encontrar” pensó “aunque, respeto su decisión y sé que realmente están bien las cosas así… no hay porque arruinarlo…” miro el atardecer – Que horas serán en Japón…-

 

***

 

-Buenos días….- Saludo tímidamente el peli verde a la alta señora, de dorados rizos que colgaban de su cabellera y en sus ojos dos grandes y brillosas esmeraldas. Se encontraba en la casa de sus ahora suegros

 

-Buenos días- Devolvió el saludo alegre – Oh, vaya entonces tu eres el joven que tiene enamorado a mi hijo-

 

-Bueno…- Intento decir algo, pero no había cosa que pudiera salir de esa nerviosa boca

 

-Así es madre- Afirmo el rubio al lado del peli verde, ambos permanecían sentados en el mismo sillón, al igual que la mujer y su marido al lado, se miraban de frente y la pequeña mesa les separaba

 

-Bueno, no puedo decir mucho- Dijo el hombre, la verdad la noticia le había caído como un balde de agua fría

 

-Yo digo que hacen una muy buena pareja- Comento la mujer. Bartolomeo solo se sonrojaba ante los comentaros de aquella dama

 

-Bueno, como les había comentado anteriormente. Bartolomeo y yo estamos pensando en el matrimonio- Dijo el joven de apariencia principesca

 

-¿No creen que es algo apresurado?- Dijo el señor un poco preocupado, claro no se interpondría en la decisión de su hijo, pero la verdad esto se le hacía muy repentino.

 

-Bueno- Intento decir el peli verde

 

-No lo creo… estoy seguro que es la mejor opción. Es la decisión más importante que he tomado en mi vida- Interrumpió el joven rubio

 

-Bueno quizás tu padre tiene algo de razón. Pero no lo veas a mal, el realmente se está preocupando por ustedes- Aclaro la mujer – Pero claro si esa es tu decisión, está claro que no podemos hacer otra cosa que aceptarlo, eres nuestro hijo y si eso te hace feliz pues que así sea- Dijo la señora completamente convencida de lo que decía – Además, Bartolomeo-san parece ser muy simpático- Sonrió. Estaba claro que le agradaba

 

-Umm.. gracias por el halago- Dijo el mencionado

 

-A que es una monada- Dijo el rubio abrazándolo fuertemente, esto hizo que el rostro rojo de la vergüenza se contrastara con la jungla verde de su cabeza

 

-Jóvenes- Suspiro el hombre

 

-Bueno, que puedo decir – Dijo la mujer – Ahora tenemos otro miembro de la familia. Jeje si quieres que te cuente cosas de Candevish-san no hay problema. Aunque claro, la diferencia entre él y sus hermanos es grande. Cabe decir que yo desde que eran pequeños siempre les dije que son lo más hermoso que me ha pasado, que son especiales… y sí, creo que con Candevish se me paso la mano- Dijo haciendo mención a la vanidad que poseía el mencionado. Bartolomeo ahora encontraba lógica.

 

– Bueno, me queda claro que realmente se aman. Y si esa es su elección, bueno. Pues cuando será la boda- Dijo el señor

 

-Pensaba que podría ser durante este verano- Dijo Candevish

 

-¿He? Tan… ¿tan pronto?...- tanto los suegros como el yerno exclamaron

 

-Pues… supongo que es mejor así a tener que esperar…- Justifico a la vez que guiaba su mirada hacia el infinito

 

-Amor tenemos que hablar- Exigió el peli verde a la vez que se ponía de pie

 

-Sera mejor que les dejemos solos- Sugirió el señor seguido de la señora

 

-Descuiden- Dijo el rubio parándose y a la vez tomando a su prometido de la mano, para después salir de aquella sala, Bartolomeo le miraba desde la espalda apenado; pensaba que a la mejor había herido los sentimientos del chico, o quizás le puso duda a su amor de nueva cuenta. Estaba preparado para las posibles palabras de decepción por parte del caballero enfrente. Caminaron por los corredores hasta salir de aquella gran casa, pronto le guio hasta un gran jardín, en el cuan se detuvieron

 

-Etto…- Intento decir algo, no sabía si pedir disculpas por las palabras dichas ante sus impulsos. No sabía que se suponía debería hacer - ¿Estas molesto?-

 

-¿Por qué debería estarlo?- Dijo en duda tras mirarle; ciertamente predecir al rubio era imposible para el peli verde

 

-Bueno… no te molesta que me sorprenda… digo… mi reacción ante la fecha… ¿no te molesta?-

 

-Supuse que pasaría algo así- Dijo, Bartolomeo se avergonzó, pues indirectamente le había dicho que era demasiado predecible – Y si sé que es apresurado, pero… jamás había sentido algo como esto, y quiero estar junto a ti cada momento ¿acaso mi deseo no es el correcto? ¿No sientes lo mismo?- Dijo con la frustración en el rostro, tenía miedo de escuchar la respuesta que no quería.

 

-Si preguntas que si siento mi corazón latir desenfrenadamente cada que me abrazas, las mariposas en el estomago, los repentinos sonrojos… supongo que sentimos lo mismo…- Esto hizo que el rubio se sonrojara –Es la primera vez que siento algo tan fuerte por una persona y me alegra demasiado saber que esa persona sienta lo mismo por mí. Jamás creí que algo así pasaría en mi vida, creí que estaba solo y seguiría solo el resto de mi vida, pero no fue así… Yo también quiero estar junto a ti siempre, pero después mis pensamientos me señalan de egoísta, y si siempre no, digo, que pasara si esto que sentimos solo es algo pasajero. Me aterra el solo pensar ese hecho- Entristeció

 

-¿Cómo saber si es amor verdadero?- Dijo el hombre – Nadie sabrá lo que es, hasta que el amor se acabe. Hazlo girones, ponlo a prueba… solo así sabremos, si es amor verdadero- Dijo acercándose y abrazándolo gentilmente

 

-Me es increíble lo romántico que puedes llegar a ser- Sollozo en los brazos del chico

 

-Supongo que esa es la manera de demostrarte que te amo. Lo sé, me tacharas de don juan, pero a la única persona que deseo susurrar estas palabras, no es otra sino tu. A ti es a quien deseo más que nada. Es a ti con el que mis palabrerías tienen sentido, tienen color…- Fue interrumpido por un beso del peli verde, no lo esperaba, pero sintió todos los sentimientos reprimidos del chico. Transmitir lo que sentían con palabras no fue suficiente.

 

***

 

-Llegue a casa- Anunciaba su llegada el rubio corte de piña en el departamento

 

-Bi… bien venido- Dijo el pecoso que se encontraba en la cocina batiendo un estofado

 

-Huele bien, ¿que cocinas?- Se acerco a mirar el contenido de la olla

 

-Estofado- Contesto, y en eso la mano que sostenía el cucharon fue llevada hasta la boca del rubio, ya que el mismo tomo estas

 

-¡Quema!- Dijo al sentir el acalorado liquido

 

-Anda, por andar de romántico- Dijo Ace poniendo un paño húmedo en los labios del chico quien lo tomo

 

-Que frio eres- Se quejo

 

-Lo siento, pero no puedo evitarlo- Sonrió, mas después Marco le robo un beso – Ponte hielo en esa boca- Exclamo

 

-Pero mi boca se sienten mejor en tus fríos labios- Rio como pequeño quejumbroso

 

-¿Qué quieres decir?- Frunció el seño, y al instante el rubio le rodeo con los brazos, abrazándolo con fuerza contra su pecho

 

-Te amo, te amo mucho- Reía como si aquella felicidad no tuviera final

 

-Yo también te quiero…- Sonrió entre aquel largo abrazo -¿Cómo te fue?-

 

-Pues, mi padre está muy feliz con la noticia- Rio

 

-¿No le sorprendió?-

 

-Pues al inicio sí, pero no era algo que le hiciera rabiar… de hecho me dijo que ya era hora, ¿realmente mi amor por ti era algo que todos notaban? ¿Tan obvio soy? – Se pregunto

 

-¿Quieres que te lo diga?-

 

-mmmmm…. Creo que mejor en otra ocasión- Intento evadir la respuesta, hasta le daba pena escuchar- Bueno… creo que será mejor que comamos- Se sentó en la silla más cercana

 

-Bien, déjame te sirvo- En un instante ya estaba un plato lleno de aquel espeso liquido frente al rubio. Justo antes de que diera el primer bocado Ace llamo su atención

 

-Esta caliente ¿eh?- Le recordó

 

-Gracias por recordarme…- Se sonrojo

 

-Bueno, será mejor que ponga en orden la habitación- Dijo retirándose hacia el cuarto

 

-¿Ya fuiste por tus cosas?- Pregunto

 

-Si..- Respondió desde allá

 

-Jeje me imagino cómo te debió haber ido- Rio

 

-Hasta me dio pena ir… mis padres me dan miedo- Respondió – Además de Sabo que se la paso alegando-

 

-Jaja bueno quizás con el tiempo esto mejore- Sonrió, la sola idea de estar así le llenaba de una cálida sensación en todo el ser – Esta delicioso- Dijo refiriéndose a la comida

 

-Me alegra que te guste- Dijo doblando unas camisetas

 

-¿Qué te parece si mas al rato salimos a caminar?- Propuso

 

-Bien, es buena idea – Acepto, en eso escucho como el chico se paraba de la mesa y se acercaba hasta estar frente a él -¿Qué sucede?-

 

-Solo vine a darle mis felicitaciones al cocinero- Le beso – Aunque aún sigo pensando en cómo es que tiene tan buen sazón… si comparas el estado con las bolas de arroz de la otra vez, vaya que has mejorado bastante-

 

-No es que haya mejorado… es…- Se sonrojo del coraje, ni el mismo sabia como explicarlo. Pero la rabia se le paso al sentir las cálidas manos del rubio tomar las suyas

 

-Aun así es algo que quiero saborear siempre, el gusto con el que lo haces. Pero más que nada tus besos, esos tienen un sabor incomparable-

 

-¡Ahh! ¡Tantas cosas lindas hacen que me sonrojen! Espera… ¿¡Que estoy diciendo!?- Había pensado en voz alta y eso le hizo sonrojar más y aumentar las risas del rubio quien le abrazo nuevamente

 

-No tienes por qué avergonzarte de lo que sientes-

 

-Es fácil decirlo…-

 

-Oh, vaya- Se quejo al mirar su celular – Parece que Tatch tiene de nuevo problemas para terminar el trabajo- Suspiro cansado de solo pensar en tener que asistir – Parece que no me queda de otra- Dijo tomando un suéter – Saldré a ver qué puedo hacer. Volveré lo más rápido posible- Beso al chico en la frente y sin mas salió de allí. Ace toco el lugar aun cálido de aquel beso, después camino hasta sentarse en la cama donde miro pensativo aquella maleta. Tenía un recuerdo muy presente de aquella mañana que aun le daba vueltas en la cabeza. Con lentitud saco la carta que se encontraba en el interior del equipaje, a pesar de haberla leído varias veces, seguía sin creerlo. Recordaba que al entrar a su antigua habitación, se encontraba aquella carta puesta en el centro de la cama; Coby le explico que la habían recibido hacia algunos días, el destino era él, pero al no encontrarse decidieron dejarla allí hasta que pasase por allí. Además de no haberse atrevido a abrirla.

 

-Ozz…- Dijo al mirarla nuevamente.

 

                “Ace-kun.

                Si lees esto posiblemente este encarando mi desdichado destino. Además de que  he sido de lo más cobarde al no decírtelo de frente. No lo sé, me aterra.

                He vuelto a Rusia, si, lo sé, estoy mal de la cabeza. Pero quiero ser lo suficientemente fuerte como para hacer frente a mi padre. Aunque bueno, yo sé lo que quiere, pero quiero escucharlo por mí mismo. Claro, no pienso obedecer algo con lo que no estoy de acuerdo. Si soy sincero tengo miedo de que algo salga mal, pero solo habrá que tener fe.

                Bueno ya basta de mis preocupaciones. Lo que quiero decir es que, reconozco que tu felicidad no es con migo, he decidido no estar en medio de lo que realmente te hace feliz. Quizás esa es mi manera cobarde de huir, pero aun así lo intente y bueno si no resulto está bien. Tampoco es que vaya a estar queriendo meter mi corazón en un lugar que no encaja. Perdón si te ofendo, se que realmente me quieres aunque no de la forma que yo quisiera, pero que se le puede hacer. Lo único que deseo es verte feliz y la verdad, desde que llegue aquí no he visto más que sonrisas en tu mirada y eso me es más que suficiente; realmente te quiero, eres muy buena persona, jamás me dejaste solo cuando necesitaba de fuerzas. Me abriste los ojos, ahora sé quién soy, quien realmente quiero ser y eso es algo que te estoy bastante agradecido.

                Es hora de encontrar mi propio camino, es hora de desviarme del tuyo, fue un buen viaje, aunque me hubiera gustado que hubiera durado un poco más. Quizás algún día nos volveremos a ver y quien sabe quizás para aquel entonces ya haya descubierto mi tan anhelado sueño.

                Deseo de corazón que vivas feliz junto a él, se bien que mis intenciones son buenas. Además si algún día necesitas mi ayuda, ten claro que la tendrás, iré hasta allí sin importar como.

                Hasta otra.

                                                                                              Ozz”

 

-Me pregunto cómo te habrá ido…- Se dijo el pecoso – Su padre es una persona cruel por lo que he escuchado… pero, no creo que con sus hijos sea igual… espero- Dijo, aun estando lejos el pelirrojo siempre le causaba angustias “Quizás un día nos encontremos y espero y si, que para aquel entonces tengas en claro lo que realmente quieres… parece ser que has madurado”

 

***

 

                Habían pasado los días y las cosas entre el moreno y el muchacho de oscura cabellera seguían mejorando… bueno dentro de lo que cabe. Para el futuro medico aquello era como una tortura. Tras el incidente anterior, había adquirido un resfriado terrible, tanto que hasta lo había tumbado en cama. Luffy por su parte, angustiado trataba de ayudar.

 

-Buenos días- Dijo alegre irrumpiendo por la mañana en la habitación del moreno

 

-Buenos Días… ¿Qué hora es? – Pregunto adormilado y con las flemas obstruyéndole el oxigeno

 

-Son las 9:00 am – Contesto

 

-Es muy temprano- Se quejo revolviéndose entre las sabanas, realmente se sentía fatal, el cuerpo le pesaba, los ojos le ardían a más no poder y un dolor de cabeza de los mil demonios, lo que hacía que su mal genio fluyera con toda la naturalidad

 

-Bien…- Dijo el chico inflando los cachetes, miro hacia la sala y después la devolvió a la cama y sin pensarlo mucho se hecho al lado del moreno

 

-Te he dicho que no quiero que te acerques…. Te pegare la gripa- Se quejo al sentir la presencia del menor quien se reía del pobre oji gris que se escuchaba gracioso a causa de las flemas

 

-¿Qué parte de no te acerques no entiendes?- Dijo de nueva cuenta saliendo de entre el bulto de sabanas, para ver al chico con las manos en la cabeza, se veía frustrado -¿Qué sucede Luffy?-

 

-De repente… esas palabras… alejarse- Intentaba explicar, era evidente que Law las había relacionado al instante y eso le dolió

 

-¿Qué te duele?-

 

-Aquí- Indico al corazón -¿Por qué me duele? ¿Acaso estoy recordando algo?... no quiero recordarlo- Sollozo – Da miedo- Era a primera vez que se sentía tan aterrado de querer recordar algo

 

-Tranquilo- Intento calmarle con un abrazo. Paso un largo momento - ¿Cómo te sientes?-

 

-Mejor- Respondió y fue ahora el chico quien le abrazo

 

-¿Por qué el abrazo?-

 

-Los abrazos hacen sentir mejor ¿verdad? ¿Cuántos necesitas para que te alivies?- Pregunto con esa ternura he inocencia. Law se le hubiera tirado encima si no estuviera a raya con lo de la situación

 

-Lo mío no es cuestión solo de abrazos. También necesito medicina para sanar-. Explico

 

-Si es la medicina ¿por qué no tomas mucha?-

 

-Porque en exceso es malo. Las cosas en exceso hacen daño-

 

-¿Entonces no debería abrazarte tanto?-

 

-No me refiero a ese tipo de cosas, esto y aquello es diferente- Intento explicar – Achu- Estornudo

 

-No pareces haber mejorado en lo absoluto- Dijo entregándole un pañuelo al moreno

 

-Solo necesito descansar-

 

-Pero también necesitas comer bien- Dijo al recordar como sus hermanos le recordaban sin falta esto

 

-Quizas… pero en estos momentos no me encuentro con animos de querer comer-

 

-Si sigues asi, no te curaras- Refunfuño

 

-Bueno, tampoco es que me pueda parar a cocinar-

 

-Intentare hacer algo- Dijo convencido poniéndose de pie, rumbo a la cocina

 

-Espera… ¿sabes al menos lo que vas a hacer?- Pregunto curioso

 

-Bueno… ley un libro de recetas… aunque lo único que pueda hacer es un poco de arroz blanco- Respondió

 

-Bien… pero si no puedes no lo hagas, no quiero que te lastimes intentando algo peligroso- Estaba preocupado por alguna razón

 

-Si puedo… es solo arroz- Replico a la vez sin pensarlo mucho arranco a la cocina. Busco entre los gabinetes ollas que le pudieran servir así como los ingredientes.

 

-Bien…- Dijo al contemplar los utensilios e ingredientes listos sobre la mesa – Esto no es nada…. Solo es arroz…- Se convencía un tanto nervioso. Pronto la imagen de la casa envuelta en llamas dio en su cabeza – Quizás no sea buena idea… Ahh, pero no puedo dejar a Law de esa manera tan lamentable… si no come como se debe me preocupare- Se convencía lo mejor que podía, de alguna forma tenía que perder el temor de lidiar con un incendio en la cocina. Aunque la sensación de un exceso de fuego consumiéndolo todo le hacía sentir un mareo intenso. A como pudo se las arreglo. En un tiempo se encontraba batiendo el espeso liquido de la olla –Bien- Dijo a su vez introducía una cucharada en su boca, paso un instante en silencio tras el bocado –Si, está bien- Dijo sirviendo en un tazón. Veloz camino de prisa hacia la habitación del moreno –Listo- Sonrió triunfante

 

-Oh, vaya así que lo conseguiste- Dijo al mirar aquella delatadora sonrisa – La verdad ya me había preocupado- Había escuchado demasiados sonidos tras el proceso de cocina. Ollas cayendo al suelo, los quejidos del chico, uno que otro cristal roto. Pero bueno, estaba tan adolorido que aunque lo quisiera, su cuerpo le impedía pararse

 

-Descuida, tampoco soy tan malo… aunque…- Miro el humeante contenido en el tazón – Yo quería hacer arroz, pero… creo  que lo batí demasiado. Parece más bien avena- Admitió avergonzado

 

-No te preocupes- Sonrió – Se que te esforzaste mucho por hacerlo. El gesto se agradece-

 

-Gracias- Dijo el pequeño pelinegro acercándose hacia la cama donde se encontraba recostado aquel hombre –Permíteme- Dijo tras soplar la primera cucharada, dado a lo caliente que s encontraba la masa. Después la llevo hasta la boca del moreno quien avergonzado la acepto. La verdad no estaba seguro de el sabor, la gripa le había quitado el sabor a las comidas, todo le sabia desabrido; además de que no había comido bien últimamente. La verdad aquello le sentaba bien. Pronto termino por comer alrededor de tres platos – Vaya que tenias hambre-

 

-Pues realmente tenía hambre- Repuso – Gracias por la comida- Agradeció dedicándole una amable mirada

 

-Descuida… es lo menos que puedo hacer por ti- Dijo alejándose lentamente – Iré a limpiar el desorden, digo las vasijas jiji – Rio mientras salía a toda velocidad. Law suspiro con una sonrisa en el rostro. Quizás solo descansar un poco más le repondría. Lastimosamente no lo logro, la temperatura había subido

 

-¿Por qué?...- Expulso agobiado

 

-Descuida… tenemos que bajarla- Intento animarle el chico tras revisar el termómetro – Tengo una idea – Y como de costumbre salió, aunque esta vez salió rumbo a la calle

 

-¿Podría pensar al menos siquiera en la preocupación de los demás?- Dijo el moreno, pronto cayó en un sueño

 

-Bien- Dijo el chico tras llegar a casa, poniendo un gran cubo de hielo en la barra, primero le miro fijo, hasta que por fin termino por hacerlo añicos con un pica hielo. Una vez reducido a trozos, lo introdujo a una gran bolsa. Posteriormente cargo con ella hasta la habitación donde se encontraba Law plácidamente durmiendo, lástima que el gusto le duro poco al sentir un frio y pesado bulto caer sobre su cara –Waa- Chillo el chico al ver que se había pasado con el tamaño – Lo siento- Dijo intentando quitarle de encima la bolsa. Mas esta se abrió soltando todo el contenido, si antes el médico sentía calor, ahora sentía frio como un muerto. Su cuerpo se entumió y tembló por reacción instantánea

 

-¡Achu!- Un fuerte estornudo salió seguido de varios mas

 

-Lo siento, lo siento, lo siento- Reverenciaba frenéticamente

 

-Tengo frio-

 

-Ten- Dijo tomando una toalla para secarlo; por obvias razones no había de otra que cambiarle de ropaje al moribundo medico quien ni se percato. En un instante ya se encontraba en la habitación de al lado, cambiado y recién bañado. Luffy le miraba dormir apaciblemente, sin duda su rostro mostraba mejoría, poso su mano en la bronceada frente del  joven, solo sintió tibio – Irónicamente el agua fría sirvió. Con eso se le logro bajar la fiebre… será mejor que lo deje descansar- Y así salió de aquella pequeña habitación.

 

***

 

-¿Qué te sucede?- Pregunto un chico de grandes gafas a un rubio que se encontraba sentado en una silla, perdido en sus pensamientos

 

-No es nada-

 

-Claro que es algo. Sé que no quieres preocuparme, pero ocultarme las cosas no hara la situación más fácil. ¿Qué es lo que sucede?- Insistió tomando asiento al lado del chico

 

-Yo solo estoy cansado. Esta situación tan descabellada y espeluznante me cansa-

 

-Debo pensar que tiene que involucrar a tu familia de nuevo. ¿Realmente crees lo que te conto tu amigo?-

 

-Por un lado tiene lógica, pero por el otro no-

 

-¿Qué es lo que tanto te preocupa?-

 

-Me parece ridículo. Todo esto me parece ridículo ¿Por qué Doffy-sama intentaría tal atrocidad? Sencillamente no lo entiendo, no lo comprendo y no quiero comprenderlo. No es mi deseo el traicionarlo-

 

-Pues es muy tarde para arrepentirse, recuerda que ya aviamos solicitado una entrevista, además el mismo Doflamingo dijo que no era necesario, podríamos empezar con el proyecto cuando quisiéramos. Sería buena idea comenzar desde ahora, si esperamos a que llegue el momento fijado quizás sea demasiado tarde

 

-No comprendes en qué posición estoy verdad?- Su preocupación aumentaba

 

-¿Cómo quieres que lo sepa si no haces más que quejarte de lo mismo, pero jamás me dices el porqué? Eres tan contradictorio-

 

-Porque Dofflamingo, es mi padre adoptivo-

 

-¿Qué?-

 

-Lo que escuchaste, Dofflamingo es quien me adopto. Dime ¿para que adoptaría a un crio? ¿para hacerlo sufrir? ¿me adopto para matarme?-

 

-No… no tenía en cuenta esto- Sinceramente no sabía que pensar. Sentía culpa, sin darse cuenta había lastimado en cierta forma los sentimientos del moreno

 

-Es por eso que no quería creer lo que Law me decía. De hecho aun sigo sin creerlo ¿realmente haría daño a algún miembro de su familia?- Eran tantas las dudas y tan pocas las respuestas, la tensión había inundado el lugar y solo permaneció latente el tenso silencio. Ambos chicos permanecían mudos, cada quien metido en sus propios pensamientos.

 

***

 

 

 

                Ya había oscurecido, y Marco no había vuelto aun; además Ace había ido a casa de Squard, ya que el mencionado le había pedido ayuda con algún instrumento. Ya era media noche cuando se dio cuenta de lo tarde que era. Así que intento regresar lo mas rápido que podía; pero al pasar por un antiguo edificio, hubo algo que llamo su atención. Era sin más ni menos que el pelirrojo, el causante de sus sufrimientos. Tenía un rostro demasiado desolado que hasta daba miedo. La verdad le daba curiosidad que hacía a esas horas en las calles. Ante la curiosidad le siguió, hasta un viejo edificio que ya estaba abandonado. Le siguió hasta el segundo piso, la verdad le daba miedo ese lugar, pero sentía algo, algún tipo de presentimiento. Solo miro al chico sentarse en aquel solitario rincón.

 

-Yo…- Articulo arbitrariamente, realmente no sabía que se suponía debería decir o hacer, ahora mismo su mente era un caos, el miedo, el arrepentimiento le invadían como nunca en su vida; el lamentarse era inevitable. Había hecho algo imperdonable y a como de esperar, tendría que pagar por ello; pero su visión del karma era algo diferente ante sus ojos. Con la respiración ansiosa, en su mente solo se dibujaba aquello que pasaría en instantes, como se manifestaría la muerte en si ¿Qué se sentiría? ¿Cómo sería mejor? Una muerte lenta o una muerte rápida. Quizás muriendo lentamente no sería lo suficiente para pagar por todo el daño que cometió, así que sus pensamientos al querer acabar con todo rápido prefería la manera más corta e insufrible. Su cabeza era un caos. No distinguía si lo que hacía era lo justo. Lentamente tomaba el mango de aquel arma, sus manos temblaban con fuerza, no se atrevía a sacar el filo que permanecía oculto. Pronto decidió dar un último y profundo respiro; pero pronto llego a sus oídos el crujir del cristal

-¿Quién anda allí?- Dijo asustado: poco a poco noto como de entre las sombras salía aquella persona causante de su sufrimiento, quedando su alma helada

 

-Ho… hola…- Dijo leve. La verdad hubiera preferido haber salido corriendo que quedarse, pero sentía una tensión que le obligaba a permanecer allí. Kid quedo con el asombro encima sin aun creer lo que miraba

 

-Que… ¿Qué haces aquí?- Pregunto aun sin moverse

 

-Te vi caminando solo por las calles… si me preguntas no soy quién para decir que no son horas apropiadas. Después de todo yo también me encuentro fuera- Intentaba explicar temeroso – Aunque para ser sinceros, me preocupa estar aquí… ¿no sientes lo mismo? Es un lugar muy solitario; hasta da miedo-

 

 

-Vaya… no creí verte nuevamente- Dijo al instante en que le miro

 

-Es raro que digas eso- Dijo el pelinegro ante la respuesta tan carente y falta de ánimo del chico, después de todo este siempre parecía un tanto feliz de verle a cada que se encontraban

 

-Respecto a tu pregunta… la verdad que si es un lugar demasiado triste. Quizás no lo sepas pero solía ser un lugar lleno de tragedias. Quizás por eso es que esta abandonado. Se puede sentir una rara esencia- Explico paseando su vista por el desolado lugar. Ace sintió escalofríos; ciertamente sentía que había algo allí

 

-Si tanta mala espina te da este lugar ¿entonces porque venir?- Pregunto, no se movían de donde estaban como si el tiempo en sus cuerpos se hubiera detenido

 

-Solo diré que es para algo que debo hacer- Respondió simple con una falsa sonrisa

 

-Creí que habías cambiado… ¿Qué haría alguien en este sitio?- Sintió su cuerpo cimbrar al recordar aquel momento

 

-No te preocupes, no pienso hacer nada malo a nadie. De lo contrario no estaría solo, es solo coincidencia el que me encontraras- Explico antes de que el chico pudiese decir mas

 

-No comprendo que es eso que debes hacer, pero por alguna razón creo que no es algo bueno-

 

-Eso depende de los ojos que lo vean. A mi parecer es algo relativamente bueno para mí maldito ser- Ace puso más atención a lo último, la forma tan despreciable a la que se refería a sí mismo.

 

-¿Por qué lo dices?-

 

-Es por algo que hice a alguien en el pasado… me imagino que ya sabes quién es esa persona- Le miro penetrante, casi aventándole la respuesta a la cara

 

-No…. No será… que ya recordaste….- Cayo al suelo de rodillas impotente. Sentía miedo del pasado; pero ahora mismo sentía un miedo, no por el mismo, sino por lo que estuviera pasando por la mente del pelirrojo. Era algo que ni él podría predecir, ¿y si volvía a ser como aquella vez? Seguramente le haría cosas sin escrúpulos y eso le aterraba, ¿pero si no? Una mente tranquila cargada de aquella pesada noticia, sin duda colapsaría

 

-¿Me odias?- Pregunto, Ace se repuso tomando de nuevo la postura, media las palabras, no quería que algo se saliera de control

 

-Si me lo preguntas, muy en el fondo sentía que no existía el perdón… pero, tras escuchar acerca de tu vida, pude darme cuenta que no fue bueno juzgarte antes de tiempo. Te he perdonado, pero lastimosamente mi mente no puede olvidar-

 

-Estoy seguro que me guardas rencor…- Pronuncio casi en un susurro – Pero es obvio que no puedo hacer nada al respecto por eso. Ese rencor es algo que ha de pesar en tu corazón, poco a poco te consumirá, es por eso que he decidido… que me lo llevare personalmente…- Pauso, un instante en el que sus miradas se confrontaron, mas el pelinegro ante la intriga – No puedo hacer mucho pero, te liberare de mi… de tu pasado… me llevare tu rencor y tu tristeza conmigo – Finalmente saco de entre su larga manga aquella filosa arma blanca que había ocultado en el trayecto, la cual dirigió hacia su cuello – Ahora… eres libre…-

 

-E…Espera… ¡¿Qué demonios estás haciendo?!- Expulso desesperado al ver la determinación que mostraba el hombre frente a él al querer abandonar su existencia.

 

-Hasta nunca- Sonrió con pesadez. Su corazón latía fuerte, su respiración se aceleraba a causa de la adrenalina, incluso su mano con pulso dudoso se acercaba con nerviosismo hasta su piel. Pero aquel recorrido le fue interrumpido por el chico enfrente que sin previo aviso, impulsado por su instinto se lanzo en busca de detenerle, logrando tomar la mano que empuñaba el arma –¿ Pero qué haces? Esto es lo que se merece una escoria como yo ¿Por qué me detienes?-

 

-No te lo perdonare…- Fueron las primeras palabras que salieron de su boca, se encontraba con un sentimiento extraño, sentía tristeza, impotencia, ira no sabía si lo que hacía era bueno o malo, pero entendía que no podía permitir aquello no al menos estando el mismo enfrente – Si mueres de esta forma ¡Jamás te lo perdonare! Tienes que arrepentirte de tus malas obras ¿Crees que todo se solucionara de esta forma? ¿Es acaso  esta la única manera? Este es el modo más cobarde de afrontar las acciones. ¡Párate y vive! ¡Levántate una vez más! Después considera si tus acciones están bien. Empieza de nuevo, vive…- Dijo esto último en un tono un poco más tranquilo al ver que el chico tiraba el arma, cayendo este al suelo

 

-Es acaso fácil para ti decirlo? Solo he hecho daño a lo largo de mi existencia. No tengo realmente un propósito por el cual seguir de pie, temo enloquecer y volver a cometer aquellas atrocidades… no quiero que se repitan, no quiero volver a ver a alguien sufrir por mi causa…- Comenzó a sollozar impotente, llevando sus manos hacia su rostro, como si quisiera cegarse; quería ignorar todo.

 

-Es allí donde estas equivocado- Dijo retirando las manos que ocultaban el demacrado rostro del peli rojo mirándole; Kid le miraba incomprendido – No conozco nada acerca de ti, no se acerca de tu familia o amigos, pero estas actuando muy egoístamente. No solo por mi ya que es debido a eso que buscas irremediablemente borrar ese hecho, pero la verdad es que ni así lograras quitarlo. Morirás pero las cosas seguirán igual para todo el mundo, a acepción de aquellos que te aprecian aun sabiendo que fuiste una persona que causo mucho daño-

 

-Killer?- Pronuncio dándose una idea

 

-El te aprecia aun sabiendo que en el pasado cometiste atrocidades. Quitándote la vida no lograras apaciguar nada, contrario, les provocaras un gran dolor a tus amigos, a tu familia…- Dijo retirándose un poco al ver que no era necesario estar tan cerca

 

-Creí… que deseabas más que nadie mi muerte…- Inclino el rostro preparado para la respuesta “Aun que digas esas cosas, es más que evidente que no puedes negarlo” Pensaba arrepentido

 

-Aunque odie admitirlo, al principio realmente lo deseaba, incluso pensaba en lo mismo que tu. Pero… con el pasar del tiempo me di cuenta que la vida misma se encarga de mostrarte lo bella que puede llegar a ser. Agradezco haber sido lo suficientemente cobarde para no haber cometido tal locura- Se encontraba exaltado

 

-Hubiera preferido no haber recordado nada- Se lamentaba entre sollozos

 

-Si te soy sincero cuando nos vimos por segunda ocasión, sentí miedo… pero ese miedo se convirtió en rabia cuando me entere de que habías olvidado todo. ¿Cómo te atreves a olvidarte del dolor que causaste? ¿Es tan fácil?. Eso era lo que pasaba por mi cabeza- Confeso – No digas que eres débil… si tu eres débil, ¿Qué soy yo?- Sin previo aviso una lagrima rodo por su mejilla

 

-Lo… lo siento…- No sabía que otra cosa decir – Te he hecho daño y ahora nuevamente lo hago, mis acciones siempre llerén a los demás. No considere nada, realmente creí que nada valdría la pena-

 

-El que reconozcas tu error ya es un paso hacia adelante –

 

-Tienes razón… será mejor que nos vayamos de este terrorífico lugar- Sugirió poniéndose de pie, Ace le siguió a su costado. Al salir se detuvieron en la entrada

 

-¿Ya te vas?- Pregunto el peli rojo

 

-Supongo que sí. Sera mejor que tú hagas lo mismo, la noche está comenzando a enfriarse mas-

 

-Sera mejor que te acompañe-

 

-No…- Negó, para ser sinceros no le agradaba estar cerca de desconocidos

 

-La ciudad de noche es peligrosa; me dará remordimiento si algo te llegara a pasar. Hoy me salvaste de cometer un grave error; solo quiero devolverte el favor-

 

-Está bien- Finalmente acepto no muy convencido, pero al final no le quedaba de mucho. Caminaron por la ciudad en dirección hacia el Oeste, donde se encontraba la ahora nueva vivienda del pecoso. Justo al faltar unas cuatro cuadras por las calles se encontraron a unas no muy lindas personas. Que les miraban con no muy bonitas intenciones

 

-Oigan ustedes- Un hombre de aquel grupo les llamo la atención – Denos todo el dinero que lleven – Dijo amenazante, acercándose con sus lacayos a sus costados, evitándoles el paso

 

-Lamentablemente, no tenemos lo que quieres-  Respondió casi al instante el pelirrojo, después de todo era la verdad, esa noche había planeado su muerte, ¿para qué rayos llevaría dinero?. Además de que el pecoso se encontraba en las mismas

 

-Parece que no lo entienden. Si obedecen haremos las cosas más sencillas-

 

-Es la verdad, no tenemos dinero- Dijo de nueva cuenta. El hombre al que se dirigían hizo una señal, como si les capturasen. Pero los primeros tres en intentarlo quedaron en el suelo derribados por parte del peli rojo y el pelinegro. Ace se encontraba mareado a causa de la fuerte sensación, era como si aquello se repitiera, poco a poco su trauma volvía, debilitándole la voluntad y fuerzas

 

-Parece que esto se pondrá feo- Dijo Kid –Oi, Ace. Es momento de cumplir lo que en aquel entonces dije… déjame aquí- Estaba decidido a servir de señuelo

 

-¿Pero qué dices? ¿No será esto lo mismo que buscar la muerte? Apenas te estabas convenciendo de lo alegre de la vida ¿y ahora me vienes con estas tonterías?- Reprocho

 

-No es eso, si lo hago es primera no planeo morir, soy demasiado orgulloso como para dejarme hacer algo por parte de estas sabandijas, segundo no creo poder protegerte del todo, son demasiados-

 

-No necesito que me protejas- Dijo pero, su cuerpo hablo por sí solo. Sus piernas flaquearon y cayó de rodillas al suelo. El miedo le consumía “Maldición” maldecía su impotencia

 

 

-Sera mejor que te alejes de aquí- Recomendó de nuevo Kid. Pero aunque Ace lo quisiera, su mente se había bloqueado de cierta forma. Kid arremetía con violencia extrema contra los maleantes, que al sentir tal brutalidad salían despavoridos en su mayoría. El cabecilla también había recibido su buena paliza, y ante el descontento, se levanto de donde estaba mostrando el filo de su arma. Pensó en lanzarse contra el peli rojo, pero supo entonces que no habría sentido en eso, el resultado sería el mismo. Fue entonces que una cruel estrategia le paso por la cabeza. Aprovecho la distracción del pelirrojo para ir contra el pelinegro.

 

-¡Ace!- Exclamo Kid al darse cuenta del plan del hombre, hiendo a su rescate. Todo paso en un instante, demasiado rápido.

 

-Kid…- Soltó el nombre del chico delante de él con el poco oxigeno que quedaba en sus pulmones. Este al instante reacciono, dando un fuerte golpe al agresor, rompiéndole la nariz.

 

-K… ¿Kid?- Pronunciaron con temor los ladronzuelos. Era reconocido entre las pandillas por ser un demonio, una vestía, por su crueldad mas que todo. El temor les invadió y por instinto huyeron

 

-Kid!- Exclamo Ace al ver al chico sin moverse aun

 

-Parece que después de todo, si fui algo útil- Dijo aun sin girarse, Ace por su cuenta se puso delante de él y en efecto aquel hombre le había herido

 

-Estas sangrando- Dijo aterrado al ver gotas de sangre adornar el frio pavimento. El peli rojo no pudo mas con su peso dejándose caer, Ace le sostuvo, pero aun no se recuperaba del todo y cayeron los dos de rodillas

 

-¡¡¡ Ace!!!- Se escucho a la lejanía una voz familiar, al mirarle quedo perplejo. Se acercaba frenético. Kid con las fuerzas que tenia se retiro de los brazos del pecoso, no quería mal entendidos -¿Qué sucede? ¡¿Estas bien?!- Dijo esto mas exaltado al ver la sangre -¿Qué le hiciste?- Arremetió contra el pelirrojo. Pero el pecoso le detuvo tomándole del  brazo.

 

-No es lo que piensas Marco, estoy bien. Kid me salvo de ser herido- Explico lo mas rapado y breve que pudo. A esto tranquilizo un poco la tensión que traía encima, había visto desde unas cuadras atrás todo e alboroto y al percatarse de que el pelinegro se encontraba allí, no lo pensó dos veces en lanzarse fuese contra quien fuese.

 

-Rápido llevémoslo al departamento- Dijo el rubio tomando al chico de un costado con cuidado mientras Ace del otro. Pero antes corto un pedazo de su camisa para hacer presión en la herida, la idea era que no se desangrara. Pronto se encontraban en aquel pequeño lugar, junto con el futuro medico.

 

-¿Cómo se encuentra?- Dijo Ace al castaño

 

-He detenido el sangrado, es una suerte que no haya dañado algún órgano- En sí, era su forma de decir está bien

 

-Menos mal- Soltó aliviado

 

-Te recomiendo que no entres aun- Dijo Tatch – Por cierto, ¿hay algo que te duela?-

 

-Yo estoy bien, gracias- Contesto. Me quedare aquí por un rato mas para observar la situación.

 

Mientras dentro de la habitación.

 

-Gracias…- Dijo el peli rojo al sentirse ya mejor

 

-Descuida, es algo que cualquiera haría… aunque… quisiera hablar de algo contigo- Dijo serio. Kid guardo silencio, de cierta manera ya conocía lo que se aproximaba…

 

 

 

 

Notas finales:

Bien hemos llegado al final de este cap owo

Hando: Nooooo Dx

Asistente: jeje ¿Qué? ¿Creyeron que quid saldría vivo?

Hando: malvada owe

Asistente: jejeje a que creyeron que murimos xD , jaja nos secuestraron los aliens jajaja ok no xD

Hando: Perdón por la tardanza ;-;

Asistente: Se que los spoilers en face no eran lo suficiente ewe , no hay nada mejor que el cap completo xD

Hando: si xD

Asistente: Bueno mis almas hay aquí nos despedimos uwu

Hando: esperamos vernos pronto ;D . NO olviden dejarnos un review porfa ;-;

 

Bien sin mas aquí la despedida. Muchas gracias por su inmensa paciencia =3=/ . Nos leemos en el próximo capitulo!!!! Hando los ama <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).