Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tras mi verdadero amor por Shuneii

[Reviews - 40]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola! Los saludo con un nuevo capítulo. Agradezco sus comentarios y me alegra que les esté gustanto el fic. 

Actualización: A este capítulo le faltaba una parte, nunca lo noté. Lo siento si lo habían leído con esa importante parte faltante.

Sin más, disfruten este capitulo.

POV CAMUS


     Han pasado ya dos años y medio desde que conocí a Aioria y Milo; los ex "chico Beatles" y "Chico malo". Tras tratarlos, al poco tiempo pude darme cuenta que estaba equivocado. 


     Que hay algo más allá de esa máscara de rudeza, hablando de Milo. Pude descubrir que bajo ese antifaz, bajo la mirada de aparente egocentrismo y superioridad se encuentra un gran chico. Alguien que puede llegar a ser comprensivo y capaz de brindar cariño y seguridad. 


     Por parte de Aioria, noté que el que una persona sea despistada o tonta en su forma de actuar o su análisis de problemas fuera totalmente descabellado, no significaba no ser una persona brillante y sin igual.


     A lo largo de este muy valioso tiempo he notado que todo ocurre por algo. Que quizá si necesitaba un amigo. Que ellos no eran unos mocosos pica narices y que ahora son parte importante de mi vida. Que aunque al principio me decía a mi mismo que debía estar solo, no era así del todo. Encontré a dos grandes amigos. Ellos, me ofrecieron sus manos para salir de la soledad y sus hombros para poder apoyarme y llorar. Sé que es lo contrario a lo que mi padre un día me dijo: "Jamás en mi vida he culpado a la gente que no puede olvidar el pasado, y que en ocasiones explota en llanto por lo mismo. La gente común es así. Pero tú no."


     Cuando recuerdo esas palabras no puedo evitar sonreír. El recuerdo de mis padres es muy valioso para mí pero descubrí que hasta los más fuertes lloran. Que el pasado no se olvida, se supera y se vive con él, usándolo de base para construir el futuro. 


 


     En ocasiones viene a mi mente mi primer día en el instituto. Recuerdo la sonrisa de Aioria y la expresión de fastidio de Milo. Me pregunto el por qué me detestaba tanto durante esos primeros días, sin siquiera conocerme bien, ¿quién diría que terminaríamos siento amigos? ¿Tan mala fue esa primera impresión? Claro que es cierto que todos, o al menos la mayoría, tiende a juzgar por la portada. Con estos dos, poco a poco fui descubriendo que hay personas que exteriorizan sus emociones, sonríen, dicen lo que piensan sin vergüenza. Personas que a pesar de que su día no fuese bueno, hacen que otros sonrían con ellos, como Aioria.  Aunque a veces se pasa con sus bromas. Otras personas, como era mi caso, simplemente no muestran sentimiento alguno puesto que están vacíos por dentro en cuanto a emociones. Sus días pasan y no aprenden a querer, gozar, etcétera. Sus vidas son un constante acto de cumplimiento en las necesidades del cuerpo más no del alma. Y otras más, ocultan bajo un manto de rudeza a un ángel que puede llegar a ser tan cursi como el mismo Shakespeare prueba de que más allá de esa máscara de chico malo existe alguien con una amabilidad y lealtad inmensurables. 


     Prueba de ello es el álbum que tengo en mis manos. Mientras Milo y Aioria se fueron a preparar los aperitivos para nuestra velada, pude darle una hojeada. Fotos de Milo y su familia, celebraciones de cumpleaños, viajes. Más adelante fotos de Milo y Aioria juntos. Han sido amigos desde hace mucho. No puedo evitar sentirme un intruso en esta amistad de doble vía. A decir verdad últimamente he sentido que a Milo le incomoda mi compañia. O busca momentos para compartir solamente con Aioria. Últimamente me excluyen de sus planes, o no me incluyen por completo. Como hace unos minutos. Ellos fueron a la cocina y yo me he quedado acá, completamente solo. Pero, eso no me molesta, ellos ya tenían una relación antes de mi llegada y no sería quien para cambiar eso.  Después de todo no es como si él y yo no nos comprendiesemos;  somos muy parecidos. Ambos ocultamos "nuestro verdadero yo".  Así mismo, tal como ellos tienen sus momentos yo tengo los míos con Aioria y Milo por separado. No siempre se puede estar los tres juntos. Y eran ocasiones como esta que tenían que ser bien aprovechadas


      Sigo pasando las páginas hasta llegar a una que llama mi total atención. Una completa  sorpresa el ver esa página muy bien decorada con dibujos hechos a mano por el mismo Milo, tres muñecos abrazados, sonriendo. En el extremo derecho, un muñeco rubio con chaqueta negra. Justo en en centro, un muñeco castaño con una camisa en la cual el nombre "Beatles" se leía claramente . Y finalmente en el otro extremo, un muñeco con cabello carmín que vestía formalmente sostenía una bolsa de de papel. Volvió a mi mente ese día en el que nos hicimos amigos. Así que ésta es la forma en la que Milo lo recuerda. Río al recordar mi punto de vista. Definitivamente una historia tiene mil distintas maneras de ser narrado. También estaba escrito con una excelente caligrafía en color dorado: "Nuestro primer año". 


     Me dispongo a voltear la página pero me sorprendo al sentir una presencia. Cierro el álbum de golpe y en el momento que levanto mi mirada me asusto al ver a Milo boquiabierto parado frente a mí. No esta cerca, pero su mirada es igual de potente, ¿le habrá molestado el que viera su álbum? Aioria llega tras unos segundos, noto como susurra algo a su oído. No escucho qué pero esa acción hizo que Milo se tintaran de un tono similar a mi cabello. Me sentí excluido, de nuevo, y el sentimiento que gritaba intruso invadió mi mente. Disimuladamente dejé el álbum donde lo encontré tratando de no llamar mucho la atención.


-Así que encontraste el diario de Milo. - Aioria se adelanta. Coloca los vasos sobre la mesita al lado del sofá para luego sentarse a la par mía.


-No.. Solo, este.. Yo... - No podía evitar sentirme atrapado. No sabía que era un diario, creía que era un álbum de fotografías. Al menos eso parece. Pero, eso explicaría el por qué sigue con la boca abierta. Mis mejillas comienzan a arder. Un sonrojo de culpabilidad.


-No te preocupes, todo está bien. Bueno, en tanto no leas el gran secreto de Milo. - Dice mientras hace ademanes queriendo agregar énfasis a sus palabras.


     El silencio permaneció un rato. Milo aprovechó para dejar el plato con palomitas de maíz en la cama improvisada de frazadas en el suelo. Tiene que agacharse un poco para que ninguna se caiga del contenedor.


     Miro por la ventana a mi derecha. Gotas de lluvia empiezan a caer. Vuelvo a ver a Milo, tímidamente me sonríe. Se pone de pie y toma dos vasos de gaseosa, uno en cada mano, para luego colocarlos junto a las palomitas. Veo a Aioria, éste se encuentra mirando el álbum y riendo. Como siempre. No sé para qué me preocupé si él hace lo mismo, pero el que él lea su diario parece no molestarle a Milo.


     Aún faltaba un vaso. Me parece injusto el que Milo acomodara todo solo y, bueno, desde que llegué lo único que hice fue quedarme sentado. Claro a petición del mimo rubio pero, sin hacer nada al final. Trato de ponerme de pie pero una voz me detiene.


-Camus. Toma asiento, por favor. Ustedes son mis invitados. - Nuevamente me sonríe.


     Obedezco en silencio, hace unos minutos no dijo lo mismo. Hablo de cuando se llevó a Aioria con él.


     Milo vuelve a ponerse de pie y justo al momento de tomar el último  vaso un destello ilumina todo el salón, seguido de un sonido ensordecedor. Aunque fue distante el lugar donde el rayo cayó, fue suficiente para que Milo se asustara por lo inesperado del evento; derramando todo en el piso cerámico. Lo bueno es que no cayó nada sobre las frazadas, podría ser limpiado rápidamente.


-¿Te encuentras bien? - Aioria deja el álbum a un lado para prestar atención al asustado Milo.


-Si, claro. Fue solamente un rayo. - Sonríe ocultando su pena tras su flequillo. 


     Otro rayo se deja ver a la distancia, algo me decía que la lluvia no pararía y tal parece que se pondría peor.


-Será una noche fría, debería  traer más frazadas. Vuelvo en un momen... - No pudo concluir su frase puesto que la luz se ha ido de repente.


     Si, seguramente será una noche larga. Pero no me importará. Estando junto a mis amigos será divertido.


-Camus, Aioria ¿se encuentran bien? - Puedo escuchar la voz de Milo pero, no logro verlo.


-¡Aich! ¡Ese es mi pie, Milo! - Aioria salta moviendo un poco el sofá. Milo había pisado su pie.


-Lo lamento Aioria pero... ¿¡Quién te manda a ser pie grande!? - <<Concuerdo con eso.>> - Seguramente la tormenta causó un apagón. - Otra cosa que me asombraba de Milo era su inigualable sentido de la obviedad. - ¿Aioria tienes tu celular?


-¡Sí señor!


-¿Tiene linterna?


-¡Sí señor!


-¿Me lo quieres prestar un momento? Olvidé cargar el mío y aparte está en mi habitación.


-Claro, solo permíteme cargarlo un poco que también está muerto.


      Podría apostar que Milo trataba de encontrar el pie gigantesco de Aioria o bien estaría dándole cachetadas al aire, como si se tratase de matar a una mosca, con tal de que Aioria dejara ese instinto de estupidez. A veces se pasa. Definitivamente este no era el momento, o quizá si.


-Camus, ¿tú si tienes tu celular? - Pregunta con un tono de fastidio tras el fracaso con el castaño.


-No tiene linterna. Quizá la tenue luz de la pantalla te sirva. Podríamos subirle el brillo al máximo.Quizá la tenue luz de la pantalla te sirva. Podríamos subirle el brillo al máximo. Pero está en una de mis maletas, no recuerdo en cuál con exactitud. Tendré que sacar todas mis cosas para encontrarlo. - Hago una pausa. - Pero ahora que recuerdo, no sé dónde dejé mis maletas.


-A veces hablas mucho. Con "No tiene linterna" bastaba. Iré a buscar unas linternas y cuando ya las tenga traeré más frazadas, algo para limpiar el desastre que causé... 


-¿No tropezarás al no ver nada? - Pregunto preocupado. Está realmente oscuro.


-Conozco esta casa como la palma de mi mano.


-Entonces, ¿por qué nos pediste nuestros celulares?


     Espero un momento pero Milo no contesta.


-¿Milo...?


-No te esfuerces, ya se fué.- Y nuevamente Aioria habló. Me pareció demasiado extraño el que permaneciera en silencio durante más de veinte segundos.


-¿Cómo lo sabes?


- Podría decirse que tengo un sexto sentido, y ya no pisa mi pie.


Has estado muy callado. - Traigo mi inquietud a la conversación.


Pensaba en como la gente puede ser tan estúpida. - <<¿En serio? ¿Tú te preguntas eso?>>


     No es como si dijera que él fuera estúpido o algo. Solo, tiene sus momentos. Quedamos en silencio una vez más. La lluvia se hacía más y más fuerte con cada segundo transcurrido.


Dijiste que Milo tenía un secreto ¿A qué te referías? - Dicen que la curiosidad mató al gato. Y un secreto destruye amistades.


- Sí, de amor. Tú sabes.


- ¿Quieres decir que a Milo le gusta alguien? - Tras decir eso mi pecho se contrajo, no sé el por qué.


Sí. - El gato murió sabiendo. Y duele que Aioria si supiera su secreto pero yo no. - A casi todo el mundo le gusta alguien. 


     <<¿A todo el mundo? ¿Eso me incluye a mi?>> Analizo sus palabras sin llegar a una conclusión. Supongo que son preguntas que nunca me había planteado antes.


- Apostaría que a ti también te gusta alguien. - Dice como si él pudiese ver tras mis pensamientos y dar respuesta a lo que yo no.


¿Qué significa gustar?


     Comprender algo sin una buena definición no es algo fácil. Al menos no para los chicos que viven a base de teoría. Poco he leído del tema. Como ya he dicho, no me gustan los cuentos de hadas. Y la poesía, quizá no la comprendía del todo. Amar, querer, gustar, son simples verbos para mí. He tenido mis momentos donde creo sentir algo por Milo, pero se desvanecen luego de un rato.


Alguien sabio dijo una vez. - Habla con tono serio, quiero reír pero siento que no es momento. Su seriedad es genuina, no en broma. - Gustar es, sentir que tu corazón se contrae y late a mil por hora al ver a ese alguien. Que tienes ensoñaciones con esa persona especial para ti. Que te importa tanto verle sonreír, saber cómo va su día. Si ha comido bien o está enfermo. Y si quieres hacer todo lo posible para que esa persona sea feliz.


     Ahora que lo escucho de sus labios, vienen a mi pequeñas fracciones de memorias. Todo eso, ¿cuando lo he sentido? La respuesta parece tan clara ahora.


- A decir verdad, creo que - Un rayo cae sin previo aviso. Cayó tan cerca que la diferencia de tiempo entre la luz y el sonido fue mínima.


     Me asustó. El rayo me tomó desprevenido a tal punto que ahora me encontraba en brazos de Aioria, sentado sobre su regazo. Muero de la pena. Quedé como un completo niño asustado frente a Aioria, aunque él solo se limita a abrazarme como protegiéndome de los sonidos que la lluvia traía consigo.


Ahora no podrás escapar. A menos que me digas quén te gusta. Hace un momento ibas a decir que si te gusta alguien, o eso crees. No dirías su nombre porque ni tú mismo te la crees. Pero, a mí sí me diras el nombre. De lo contrario Milo vendrá y sería muy penoso que nos viera así ¿no crees? - << ¿Abrazarme? ¿Protegerme? Esto más bien es una amenaza o chantaje. >> Me encuentro atrapado y de no confesar, es capaz de no soltarme.


Bien. Muy bien. Creo que si me gusta alguien. - Era ahora o nunca.


     Esta completamente oscuro así que debería ser más fácil. O eso dicen, que es más fácil decir algo así cuando no ves el rostro de quien te cuestiona. De esta forma no verá mi expresión al confesar lo que creo es la respuesta a su pregunta. Dando un repaso mental por mis memorias de nuevo; desde el primer momento en que lo vi me intrigó. Luego, al quitar esa máscara de rudeza y la etiqueta de "chico malo" noté que hay más por descubrir; me intrigó aún más. Quizá el llamarlo amigo me cuesta cada día un poco más. Quizá él no me excluye, yo me hago a un lado por mi cuenta porque con cada momento que pasa me intriga más y quiero saber más, sintiéndome egoísta e intruso. Y quizá esos celos, sean porque quiero más momentos con él, saber de él. Y me intriga lo que descubro. Si intrigar es gustar, entonces esa respuesta fugaz no es errónea.


Y creo que ese alguien, es Milo.


     Por fin lo he dicho. No hay marcha atrás. Aunque sea un quizá, confieso que se siente una carga menos sobre mi. Escondo mi rostro en la curvatura que forma su cuello con su hombro, olvidando por completo el hecho de que estamos a oscuras y me encuentro en sus brazos, sobre su regazo.


     De la nada, un halo de luz ilumina en nuestra dirección dejando ver la escena. Milo había vuelto, apuntaba a nosotros con una linterna. A como puedo, logro ver a través de la fuerte luz su expresión. Ojos completamente abiertos. Muerde su labio inferior. No quiero saber cual será la mía. Aioria solo ríe.


En serio, ¿hasta ahora te das cuenta? - Susurra Aioria junto a mi oído. Siento su sonrisa crecer.


     ¿Y ahora qué? Milo pensará que hay algo entre Aioria y yo, cuando el que me gusta es él; o eso cre. Aioria sabe que me gusta Milo, o que creo que me gusta Milo mejor dicho. Estoy completamente sonrojado por todo. Un momento... ¿¡A qué se refiere Aioria con que hasta ahora me doy cuenta!? ¡¿Acaso él ya lo sabía?! ¡¿Acaso el "quizá" es un "sí, sin ninguna duda"?!

Notas finales:

Bueno, eso es todo por hoy amigos y amigas. Espero que les haya gustado aunque creo que me emocione escribiendo y bueno. Tiene muchos pensamientos pero ya saben Camus tiende a ser un poco más profundo y analiza mucho las cosas... 

Comentarios, sugerencias son aceptados.

Espero les guste c:


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).