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Tras mi verdadero amor por Shuneii

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Notas del capitulo:

Perdónenme!!!!!!!!! TnT No daré excusas... Sólo disfruten c; Y no me maten

POV Camus


- Ya estuvo bueno. Es hora de que cumpla mis necesidades. Pero primero, Milo tú le gustas a Camus y Camus tú le gustas a Milo. Charlen, vengo por ustedes en un rato.  


     << No puedo creerlo, ¡Aioria es un boca floja! ¡¿Cómo pudo decir que Milo me gusta?! Y un momento, ¿yo le gusto a Milo? >>


     Me recuesto en la pared y le permito a mi cuerpo deslizarse lentamente hasta llegar al suelo. Sonrío tontamente, como una pequeña enamorada; mi vista se pierde entre los hilos de la alfombra. Y lloro, esta vez de verdad. Mi yo interno no puede creerlo, mientras mi pequeño corazón no deja de repetir "le gusto a Milo, le gusto a Milo."


     Un largo suspiro proveniente de los labios de Milo me saca de mi trance. Se deja caer sobre sus rodillas y apoya su cabeza en la puerta. Sus ojos permanecen cerrados. Trato de acercarme más a su cuerpo. Mi sonrisa permanece intacta y mis pupilas se dilatan más con cada milímetro recorrido.


     Necesito tenerle cerca, sentirle. Necesito mirarle directo, observarle. Necesito que me sonría, que confirme lo que Aioria soltó en un intento de librarse de un secreto mutuo que le asfixiaba.


     Me siento torpe moviéndome en la oscuridad. Me apoyo solo de la luz que me proporcionan los rayos que caen a la distancia y la poca luz lunar que se cuela por la cortina de la única ventana en la pared opuesta a nuestra posición. Pero aparte de eso, nada. Todo queda casi a oscuras por un instante, tanto que creo que mi vista ya se ha acostumbrado. A la oscuridad la acompaña un enorme silencio; solo dos respiraciones y el inconfundible sonido de la lluvia en el exterior. O al menos así fue por un momento.


     Ese estruendoso sonido nuevamente. Un rayo golpea cerca de la casa. La luz inunda toda la habitación. Mis ojos se abren a más no poder y mi miedo me lleva a aferrarme a la persona que tenía a escasos centímetros de mí. Ambos caemos sobre la alfombra. Lo sujeto con fuerza por el cuello y entierro mi rostro en su pecho. Milo permanece inmóvil. << ¿Qué sucede? ¿Acaso no significa nada para él nuestro acercamiento? >>  Retiro esos pensamientos e inhalo el perfume de mi protector, de la persona que quiero más que a un amigo. Tan solo tenía que oír de la voz de alguien eso, para darme cuenta de mis verdaderos sentimientos. Para confirmarlos.


Lo que dijo Aioria, olvídalo. Bueno, nada de eso es cierto. - Milo logra articular una frase luego de lo que me parecen cinco, largos, minutos de silencio. Sinceramente no era lo que esperaba.


Yo... Sí, creo... ¡No, claro que no! - Tengo un nudo en mi garganta. Quiero llorar más y más pero no quiero que Milo me vea así. No sé qué decir. No sé cómo reaccionar, quisiera correr pero no puedo salir de la habitación. Nunca había estado en una situación similar.- Quiero decir que, - Aclaro mi garganta y pienso muy bien mis palabras.- es evidente que Aioria mintió. Perdón por abrazarte. El relámpago me tomó por sorpresa, ya sabes astrafobia y eso. 


     Me pongo de pie sin pensarlo dejando a un muy confundido Milo tendido en la alfombra. Mentí, mi miedo por los relámpagos no es tan grave pero fue lo único que se me ocurrió. 


     Mis pasos me dirigen lo más lejos que pueden de Milo. Lo más lejos posible en una habitación de cinco por cinco. Llego a la ventana y muevo la cortina. A través del vidrio puedo ver como las gotas de lluvia caen. Algunas chocan contra la ventana para luego crear un camino de moléculas de oxígeno e hidrógeno; y una que otra partícula de amonio, calcio, magnesio, potasio, sodio, nitrato y sulfato. Gotas similares a las gotas que recorren mi triste rostro con diferente composición química. En vez de dejar rastro de esos elementos, dejan un rastro de falsas y estúpidas esperanzas. Los rayos siguen iluminando la oscura habitación aunque, por obvias razones, ya no tienen importancia. El miedo cumplido de ser rechazado es mucho mayor al que esos destellos de luz y el estruendoso sonido puedan producirme.


     "Jamás en mi vida he culpado a la gente que no puede olvidar el pasado, y que en ocasiones explota en llanto por lo mismo. La gente común es así. Pero tú no." << ¿A qué se refería con que yo no soy así? También tengo derecho a llorar, después de todo tengo sentimientos. ¿O no? >> Preferiría no tenerlos, me evitaría pasar por esto. Primero, mi madre. Luego, mi padre. Y finalmente, unos sentimientos no correspondidos por parte de Milo. ¿Por qué el universo me arrebata lo que amo, lo que quiero, lo que me hace feliz? Bueno, creo que estoy exagerando. No puedo forzar a Milo a quererme, a corresponderme. Aún podemos ser amigos.


     Es muy difícil estar en una habitación junto a Milo. No sé si así lo sea para él. El incómodo silencio me mata, no lo soporto. Volteo a verlo disimuladamente, está en un intento de retirar la escoba deslizando su carné estudiantil por la grieta del borde de la puerta. Como si no recordara que Aioria hizo pasar la escoba por la manecilla de la puerta. Aún si, milagrosamente, logra que su carné roce con esa herramienta de limpieza. 


     Como sea, creo que puedo escapar mientras él esté distraído. Si pongo atención, hay un gran tubo al lado derecho, podría ser alguna bajada pluvial. Lo podría usar para bajar, espero soporte mi peso. El problema es ¿cómo llegaré hasta allí. Ahora que recuerdo, esta casa está construida con un estilo colonial; eso quiere decir que hay aleros en los cuales podría caminar. Claro, si no estuvieran cubiertos filas de tejas esa idea sonaría menos temeraria. Tal vez si me sujeto del marco de la ventana y doy un gran paso podría alcanzar el tubo para resbalarme por él e ir de regreso a casa. Hay arbustos rodeando la casa, por lo que si caigo no me haría mucho daño.


Camus pásame la tijera, está en mi escritorio junto a las cartas. Por favor. - Bueno, si lograse abrir la puerta esa sería una forma de salir de acá, sano y salvo.


     Dirijo mis pasos hacia el escritorio de Milo, a mi derecha. Con la cortina a un lado, la luz lunar que entra es mayor y eso me ayuda a moverme. Es un escritorio de dibujante. Una superficie inclinada, para mayor comodidad; posee una linterna en la esquina superior derecha, para brindar una mejor iluminación. No hay duda de la gran habilidad de Milo para dibujar y pintar. Crea escenarios realmente sorprendentes, creados de su propia imaginación. Sería un buen artista, incluso mejor que Picasso, si estudia lo suficiente. Es una lástima que sus padres quieran forzarlo a ser un abogado; debido a que ambos tienen su propio bufete jurídico y cuentan con contactos en el estado , ser abogado o estudiar relaciones internacionales sería el inicio de una gran carrera laboral. Claro que la segunda no es una opción. Verifico que lo que Milo dijo era cierto, la tijera se encuentra junto a una pila de cartas sin leer, o eso parecen a simple vista. De entre todas, una capta mi completa atención. Trato de evadirla, pero una de todas ellas se me hace tan familiar. La curiosidad me vence. Tal y como lo pensaba. Un sobre color agua marina, con un sello en la parte inferior izquierda; un lirio, la flor favorita de Milo. "De: Camie... Para: Mi chico malo". Envié esta carta la semana pasada. Un poema que le escribí. Milo nos ha contado que cada carta que recibe en su casa, la lee. Ahora veo la importancia que tengo para él.


¿Camus, y la tijera? ¡Oye Camus! ¡¿Me estás escuchando?! - No sé cuando entré en algún tipo de trance. La impresión de que a Milo no le interesase el leer mi carta, mezclado con sus palabras de hace algunos minutos. "Nada de eso es cierto". Sinceramente, a él no le intereso. Poco a poco Milo se acerca a mí a tal punto que siento su respiración muy cerca de mi cuello. - ¿Te encuentras bien?


... -Limpio mis mejillas, tratando de borrar el rastro de mis tristeza y decepción. Volteo para verlo de frente. Mi flequillo cubriendo mis llorosos ojos, sin embargo una lágrima logra escapar.


¿Estas...? ¿Estas llorando?


... - Arrugo mis labios tratando de emitir palabras pero ya se ha formado un nudo en mi garganta. Esos nudos que anticipan un torrente de lágrimas.


- ¡Camus! Respóndeme. - Me sorprende el tono con el que me habla. No siento compasión, comprensión o duda. Lo típico cuando ves a alguien llorar. Lo único que siento es ese amargo sentimiento, ira.


- ¡Callate Milo! ¡No sabes cuánto te desprecio! Creí... Creí, que yo... - Por más que tratase, las palabras seguían sin salir.


- ¡¿Tú qué, Camus?! - Quizá por instinto, luego de que esas palabras rasparan su garganta, Milo se abalanzó sobre mí. Abrazándome como si no existiese un mañana.


¡Suéltame! - Con pequeños golpes y empujones, logro que me suelte. Siento ira y luego algo similar al odio. << ¿Por qué juega con mis sentimientos de esta forma? >> - ¡Te odio! Yo creí que significaba algo para ti. ¡Pero no! Solo jugaste con mis sentimientos como lo haces con los de todas las personas. ¿Sabes? Yo creí que tú sentías algo por mí. Qué tonto ¿no? Porque tú no sientes absolutamente por nadie. Eres un egoísta que no piensa en los sentimientos de los demás. Y sin embargo, yo... - Tomo un gran suspiro luego de las palabras que solté sin pensar.- ¡Yo sí te quiero! ¡Aún así te amo! Pero, eso ya no importa.


     Milo no sabe cómo reaccionar. Se limita a tomarse la cabeza y restregar sus ojos con sus mangas. Qué tonto soy. Aún espero algo más de él. << ¿Un abrazo? ¿Un yo también de amo? >> Me apresuro a poner en marcha mi "Plan A".


     Lo bueno es que el agua ya se ha calmado un poco. Abro la ventana deslizándola horizontalmente. Saco mi pierna izquierda primero, me aseguro de pisar bien sobre las tejas. Me sujeto firmemente del borde del vano de la ventana para poder sacar mi pierna derecha y así quedar con el pecho pegado al muro. Piso fuertemente con ambos pies para crear una fuerza de impulso. Doy un paso con el pie izquierdo y rápidamente el derecho se le une. Logro tomar el tubo. Tengo la ventaja de tener un cuerpo estrecho y unos huesos no muy pesados. Mejor descrito como escuálido. Así que en un abrir y cerrar de ojos, deslizándome por el tubo, logro llegar al suelo. Como era de esperarse mi ropa y mi cabello se encuentran completamente mojados.


- ¡Camus! - Es lo último que logro escuchar de parte de Milo antes de salir corriendo rumbo a mi casa.


 


     Unas cuantas calles, una docena de cuadras, fue suficiente para llegar a mi casa empapado.


 


¡Camus! ¡¿Por qué estas así de mojado?! No deberías salir en la noche. Creí que te quedarías en casa de Milo. - Tia Sindy se hace a un lado tras abrir la puerta para que yo entre.


- Peleé con él.


Rayos... Iré por una toalla. Quítate los zapatos y exprime tu cabello lo más que puedas. No quiero que te enfermes.


     Mientras Tía Sindy busca una toalla en el segundo piso aprovecho para ver mi figura en el espejo decorativo de la sala. No era de extrañarse el que las personas me vieran raro. Un chico de quince años corriendo como alma que lleva el diablo con su ropa sumamente mojada, debido al agua se podía ver a través de mi camisa. Mal día para usar blanco. << Si tan solo hubiese traído un paraguas conmigo... De todas formas no hubiera podido bajar cargando un paraguas conmigo. Creo que en mi mochila cargaba uno... ¡Mi mochila!>>


 


     En los días siguientes no visité a Milo para nada. Tía Sindy dijo que vino a casa una hora luego de que yo llegara. Ya me encontraba dormido. De cualquier forma, no quería verle.


     Aioria vino a dejarme mis cosas por la mañana luego del incidente. Me contó lo sucedido luego de que me fuera.


¿Así que luego de que abriste la habitación, Milo salió corriendo hacia acá.?


- Sí verás. Todo fue una confusión, Milo realmente no debió haber dicho que lo que yo dije era mentira.


No quiero saber nada de Milo... - Susurro a la vez que doy un largo sorbo a mi capuchino.


 


 


     Faltan dos días para que concluyan las vacaciones de medio año. Escuché que hay un circo en la ciudad. Dicen que es muy bueno. Malabaristas, payasos, domadores, elefantes, trapecistas. Nunca he ido a un circo así que me entusiasma mucho la idea. Aioria, y tía Sindy me propusieron ir el último día de vacaciones, cada quién por su lado. Pero, aún sigo desanimado.


Camus! Bienvenue! En quoi je peux t'aider? 


     La cordialidad de Gastón nunca cambia. Le sonrío mientras nos adentramos al restaurante francés que queda cerca de casa. Tía Sindy cree que es una buena forma de pasar el rato y de distraerme así que vendremos a cenar cuando salga del trabajo. Queda relativamente cerca de casa, por lo que en vez de llamar para reservar, prefiero hacerlo en persona.


Bonjour, Gaston. Une réservation, table pour deux personnes. De préférence dans la zone fumeurs, s'il vous plaît.


Avec plaisir monsieur. Un plat spécial en tête? - << ¿Un platillo especial? >> Quizá debería ordenar la comida favorita de tía.


Salade niçoise. Deux accompagnés de bagguettes. Une limonade et une orangeade, toutes deux avec de la soude. S'il vous plait. 


     La ensalada favorita de tía Sindy. A pesar de que es un platillo para el verano, no estaría mal el comerla ahora. Después de todo, es un platillo muy bueno. Una mezcla de pequeños cuadros de pollo a la parrilla, papas, aceitunas negras, cebolla, atún, ejotes, lechuga, huevos duros, alcaparras y filetes de anchoa; servido con perejil y adornándolo de una manera elegante como sólo los chefs de Francia lo saben hacer. Simplemente apetitoso.


Nous viendrons à huit heures, merci beaucoup. - Tía sale del trabajo a las siete así que las ocho en punto, es buena hora.


     Salgo del restaurante y camino directo a mi casa. El camino más rápido es pasando frente a la casa de Milo El restaurante queda a unas cuadras de su casa, recto por esa avenida. Pensé que quizá el esté dentro jugando videojuegos por lo que no me importa pasar por el frente. Solo cruzo la avenida para ir por la banqueta opuesta. Sin embargó me sorprende mucho verlo bajando de un auto junto a ¿una chica?


     Me escondo tras un árbol. Ahora creo que me quedaría bien la etiqueta de detective o espía. Como sea, ellos hablan a gusto. Claramente se conocen. Ambos sonríen y Milo le toma la mano. Mis ojos casi se salen de sus cavidades. << ¿Qué es lo que estoy viendo? ¡¿Milo tiene novia?! >> No sé si arrepentirme o no de no haber doblado la cuadra para evadir su casa.


     Una vez confirmo que Milo entró a su casa, vuelvo a correr en dirección a la mía. Justo como aquella noche. Todo empeora. Milo no me corresponde y ahora resulta que tiene a alguien más; y yo acá, sin poder sacarlo de mi corazón.


 


     Retirando mi descubrimiento de hace unas cuantas horas decidí pasar una linda noche junto a mi tía. El restaurante está a más no poder. Qué bueno que reservamos en la tarde. Contrataron nuevo personal, quizá debería de ver a alguno de los camareros. Sin duda están guapos. Creía que mis sentimientos eran solo dirigidos a Milo pero, debería de aceptar abiertamente mi homosexualidad.


     Sin embargo, por más que trate no puedo olvidarle. Milo es el único en quien pienso, qué ingenuo soy pretendiendo olvidarlo. Yo no soy como él. Yo no juego con los sentimientos de las personas.


Verás que será divertido... ¿Camus?


- Sí, sí. - Regreso a la realidad sin saber verdaderamente en donde estoy en esta conversación.


¡Ya dijiste que sí, no puedes retractarte! ¡Iremos al circo pasado mañana! - Su tono de voz fue tan alto que todos alrededor nos están observando. Bajo la cabeza para ocultar mi rubor. Qué pena.- Toma. - Dice en un tono más bajo. 


     Me extiende un sobre de entradas con el sello de una reconocida empresa vendedora de tickets y junto a él con tinta azul marino un dibujo de una flor muy familiar. Dentro de él se pueden contar tres pedazos de papel "Circo: viaje a las estrellas", a las seis de la tarde.


¿Tres entradas?


- Sí, nos divertiremos los tres. Ahora disfruta tu platillo.


     Tía Sindy y yo, somos dos. ¿Quién será la otra persona? Y lo más importante, ¿por qué el sobre tiene dibujado un lirio?

Notas finales:

Problemas en mi vida.... Es lo único que diré. UnU 

Actualización: Me dí cuenta que nunca les dí la traducción de la conversación de Camus con Gastón. No es un francés perfecto pues lo saqué de Google Translate xd. Mi frances es básico (duolingo cof cof) 

- ¡Bienvenido! ¿En qué puedo ayudarte?

- Hola Gaston. Una reservación, mesa para dos personas. De preferencia en el área de fumadores, por favor.

- Con gusto señor. ¿Algún platillo especial en mente?

- Ensalada Nicoise. Dos acompañadas de bagguetes. Una limonada y una naranjada, ambas con soda. Por favor.

- Vendremos a las ocho en punto, muchas gracias.

Comentarios, sugerencia. Son bienvenidos! Los quiero! c;


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