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Tras mi verdadero amor por Shuneii

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Notas del capitulo:

     Bueno, para quienes ya leyeron el one-shot "cita y media" sabrán el porque he estado retrasada. Por esa misma razón perdí mis documentos y dibujos. Tengo que decir que me ha tocado escribir nuevamente el capítulo pero quedó mejor que el primero.

 

Disfruten! c;

POV Milo

     La noche me pareció eterna, lo que sucede siempre que esperas algo importante el día siguiente, pero finalmente el último día de vacaciones da comienzo y con ello una nueva oportunidad. No he hablado con Camus desde el incidente en mi casa, lo que significa que he pasado todas las vacaciones sin si quiera verlo.

     "¡Yo te amo si te quiero! ¡Aún así te amo! Pero, eso ya no importa." Aun recuerdo sus palabras con claridad. Dan vuelta en mi cabeza en todo momento. Soy un verdadero idiota, y esa palabra queda corta. Tuve la oportunidad de declararle mi amor y lo arruiné todo por mi negatividad, por asumir que él no me correspondía. Pero no me he dado por vencido, y no lo haré.

     Iré hoy al "Circo: viaje a las estrellas". Con la ayuda de Sindy, la tía de Camus, y Aioria lograré poder charlar con él. Necesito aclarar el problema que causé. Necesito gritar a los cuatro vientos que amo a Camus con todo mi ser. Estos días sin él, descubrí que no solo me gustaba. El sentimiento es mucho más grande. Lamentablemente mis padres no me apoyan, piensan que ser homosexual un pecado, anormal. No es su culpa, así los educaron. << ¿Quién dice que ser homosexual es anormal? ¿Quién estipuló que ser heterosexual es lo normal? >> Estándares sociales. Sería justo si todos, cuando nos enamoramos tuviéramos que ir con nuestros padres y decirles nuestra orientación sexual. Seamos lo que seamos.* 

     Por ahora, lo primordial es arreglar mi problema con Camus. Luego me tomaré mi tiempo para charlarlo con mis padres. Poco a poco, si siento que no entenderán y mi edad hará un problema mayor, consideraré esperar a ser mayor de edad para hablar seriamente con ellos sobre mi compromiso con Camus porque, sinceramente, me miro con él llegando al altar. Por lo que, tienen dos opciones; aceptarlo comprensivamente o aceptarlo a la fuerza. Mientras tanto mantendré nuestro noviazgo en secreto, claro si es que llegamos a uno.

 

     Salgo de mi casa impaciente. Hoy sera un día atareado pero valdrá la pena. Tengo una cita con una de mis vecinas. Su cachorro necesita un baño y luego lo sacaré a pasear. Tengo buenas propinas con estos pequeños trabajos que decidí empezar el día después de lo ocurrido con Camus, como cuidar mascotas y lavar coches. Ahora ya tengo el dinero suficiente para invitarlo a una pequeña cena romántica, tal como él lo merece. << Se siente tan bien ganar tu propio dinero y él lo valorará más si es algo que hice con mi esfuerzo. >>

     Al finalizar el paseo del pequeño husky y recibir mi última paga de estos trabajos, me dirijo al circo para un último ensayo. La pancarta gigante que he estado haciendo durante los últimos siete días ya esta listo. La trabajé en mi casa, cuando mis padres no estaban, la sacaba al patio. Era más fácil. Es exageradamente grande, o quizá necesariamente grande. Cuando empecé a practicar con ella, hace dos días, los del circo me ayudaron a llevarla de mi casa hasta allá; puesto que es muy pesado y sería muy dificultoso para mi solo llevarlo del extremo norte al extremos sur de la ciudad.

 

     El último ensayo casi finaliza. Tengo que admitir que aunque al principio me dio miedo pero, con una semana de ensayos exhaustivos he logrado conseguir lo que quería. No seré un profesional pero no esta mal para un novato. Después de todo, llevaré un arnés, eso lo vuelve un poco fácil.

     Aun falta un par de horas para que el acto de inicio. Todo el elenco se dirige a sus camerinos para prepararse. << Maldición. >> Pienso cuando recuerdo que dejé mi traje en casa. Soy un completo estúpido al olvidar algo tan importante.

¿Ocurre algo, Milo? - Pregunta Karen, una chica del elenco, al ver como me  quito el arnés y tomo mi bolsón de uno de los asientos junto a ella con prisa.

Olvidé mi traje en casa. Lo sé soy un estúpido. Correré y volveré a tiempo, lo prometo. - Digo haciendo una reverencia.

     Ella es algo como mi jefa. Es la esposa del dueño del circo quien es el presentador. Está lastimada de la espalda, nada serio. Y por prescripción médica no puede hacer mucho esfuerzo por un tiempo. El día después de lo ocurrido vine a ver si ellos podrían ayudarme con mi idea. Al dueño no le gustó la idea de una persona ajena al elenco en el escenario. Pero su esposa me apoyó. "¡Todo sea en nombre del amor!".  Al principio, planeaba aparecer en la arena para extender un pequeño cartel donde le pediría a Camus que fuera mi novio. Creo que fue una gran coincidencia el que ella recién se haya lastimado. El dueño accedió porque les faltaba un acto que cubriera a su esposa en la planificación de la función. Me pidieron que llegara al día siguiente, y se mostró interesado en mi idea. Me dijo que otra condición para ayudarme, era que "pensara en grande". Nunca se cruzó por mi mente esa idea. Así fue como siguieron entrenándome, por las tardes, luego de mis múltiples trabajos en la mañana; y en mis momentos libres me daban ideas para hacer el cartel. Al final, el cartel se convirtió en pancarta y mi presencia en la arena, una participación acrobática.  

- No lo lograrás a tiempo. Si es cierto que faltan dos horas para que iniciemos el acto. La gente empieza a venir media hora antes, por las atracciones de afuera de la carpa, y tú como lo prometiste, debes de recibirlos. Yo te llevaré. El auto está fuera.  Ya conozco el camino a tu casa. 

     Salimos de la carpa y subo al auto. Es cierto, fue ella y otro chico quienes me ayudaron hace dos días a llevar la pancarta de mi casa al circo. Aunque no fuese ella quien manejara aquel día, supongo que tiene buena memoria. Ese día ambos bajamos el auto, le dije que esperara fuera y yo, a como pudiera, bajaría el cartel. Le agradecí nuevamente con un beso en la mano tal como un caballero, por el gran favor que hacían no solo por dejarme hacer mi presentación, también por ser considerados conmigo. 

 

     Llegamos en veinte minutos, le pido que espere afuera. 

 - ¡Mamá, papá ya llegué! - Grito al ver que ninguno de los dos se encuentran en la sala. 

- ¡Ven la la cocina! Hoy cenaremos curry de pollo. - Mi madre se acerca a la puerta que conecta la cocina con el comedor para recibirme. Ya tiene puesto el delantal por lo que, a pesar que no sé nada sobre cocina, la preparación de la cena ira para largo.

- Hoy saldré con Camus y su tía, iremos al circo. - Suelto de repente, había olvidado informárselo a ambos. Espero que comprendan.

- ¿Aioria irá? - Pregunta mi padre con una expresión seria dejando de leer los papeles que tiene en su mano.

- Por supuesto, él también irá. Oye, ¿sigues molesto con Camus?

- Agrietó el tubo... No estoy molesto solo se me hace raro que aun no haya venido a disculparse. En serio, ¿no podía usar la puerta? - Rueda sus ojos expresándose infantilmente para luego volver a su seriedad. - Sé que pelearon... Pero eso no justifica el que ese chico bajara por el tubo de aguas pluviales. ¿Que fue lo que sucedió? - Día a día mis padres han insistido en saber lo que llevó a Camus a hacer algo tan drástico como para saltar desde el segundo nivel. 

Bien, les diré. Le dije algo muy hiriente. Algo personal. Lo dije sin pensar y desde ese día no me ha vuelto a hablar. - << ¿Por qué no aprovechar la oportunidad de darles una indirecta? >> - Es por eso que hoy quiero disculparme con él, esa es la razón de la salida de hoy. Él es una persona muy, muy importante para mi.- Suelto una sonrisa de ilusión con eso. Juraría que mis ojos brillan. Mis padres se miran entre sí. 

Oh, estoy orgullosa de ti. Admites tu error y quieres enmendar todo. Por supuesto que puedes ir. - Mi madre me abraza fuertemente.

No vuelvas tarde, mañana tienes clases. - Con eso de parte de mi padre, sé que puedo proseguir con esto. Proseguir con su consentimiento. Aún si no me hubieran dejado siempre podría escapar de casa un rato.

     Inicio la carrera a mi habitación. Meto una mudada de ropa. Algo entre casual y elegante. Tomo la bolsa con mi traje de presentación y me dispongo a salir con mi bolsón en la espalda y tomando la otra bolsa en una de mis manos. Antes de tocar la perilla de la puerta, recuerdo algo que olvidaba. Busco en mi escritorio con mi mano libre. El toque final de mi atuendo, un antifaz. Color escarlata con una pluma dorada. Un sobre agua marina cae de un montón de cartas cuando las golpeo sin querer; no he leído ninguna carta desde el día que fui a emergencias en el hospital, luego con lo ocupado con los exámenes de graduandos previos al descanso de medio año. La mayoría son de mis abuelos, prefieren esta vía de comunicación. Esa carta, no era de ellos. Me sorprendo al recordar que fue algo enviado de parte de Camus. Tomo el antifaz y la carta, metiéndolos en mi bolsón. 

     Corro por el pasillo y escaleras abajo. Me despido rápido de mis padres y salgo. Karen seguía allí. Tardé diez minutos en regresar. Cerrando la puerta detrás de mi, enciende el auto y emprendemos nuestro regreso al circo. Otros veinte minutos.

 

     Ya en mi camerino, comienzo a prepararme. Los chicos me dieron un atuendo, muy al estilo cirquero. Leggins negros, una camisa larga color dorado y escarlata con detalles en lentejuelas, algo como un joker; así mismo unas zapatillas cerradas de los mismos colores, muy cómodas. El traje da un poco de comezón, nada que no pueda soportar. Por último agarro mi cabello en una coleta alta, dejando dos mechones de cabello a ambos lados de mi rostro. Sin ellos me siento calvo, tras eso coloco el antifaz que saco de mi bolsón. Aun faltan cuarenta minutos para que inicie la función, ya debería salir pues las personas empezaron a llegar según unos chicos que pasaron charlando por mi camerino.

     Estoy nervioso. Ojala tuviera una prueba de que esto saldrá bien. Una señal. Algo, lo que sea. Recuerdo que la carta de Camus seguía en mi bolsón. La saco y leo lo escrito en el reverso: "De: Camie... Para: Mi chico malo". El sello de un lirio acompaña la hermosa caligrafía. Con delicadeza acaricio el sello en la parte inferior izquierda. << Mi flor favorita. >> La abro con impaciencia y suspiro antes de leer su contenido. La misma sonrisa de antes surca mi rostro. << ¿Qué haz hecho conmigo, Camus? >> Es ahí cuando me doy cuenta que estoy mordiendo mi labio inferior.  Espero sea algo bueno. Un regalo del cielo, por favor.

"Milo:

Sé que lo que te escribo es cursi pero, ayer me pasé el día con algo en mente. Escribí un poema, quiero tu opinión al respecto:

~Este amor es algo único
Que me llena por completo cada día.
Si hiciera falta
Todo lo que poseo a ti te lo daría.
Porque eres mi sol
Mi motivo de alegría.
Es la sonrisa ante ese sentimiento
Que solo contigo experimentaría.
No hay momento en el que
No piense en ti,
Y en la forma tan especial
En la que te conocí.
Porque creo que te amaré, te amo y te amé
Desde el primer momento en que te vi.
Algo tan siempre fue,
Un flechazo directo al corazón que sentí.
Algo tan bello
Que ni yo puedo describir.
Pues, eres tú
Mi razón de vivir.
Ahora veo... Eros me quería junto a ti.~

¿Qué te parece?"

     Inesperadamente las lágrimas escapan de mis ojos. Lágrimas de alegría. Una propuesta silenciosa de amor. ¡Camus me ama!

     << Padre, madre; en el cielo. Padre, madre; en la Tierra. Estoy tan feliz. >> Es mi turno de confesarme. El telón de levantará y haré mi proposición.

 

     Espero en la entrada del circo, oculto tras mi antifaz. Quiero ver a Camus un instante antes de hacer una completa locura.

- ¡Camus! - Una voz familiar llama mi atención, era Aioria.- Hace algo de frío, ¿no? Incluso tú cargas abrigo.

Hola Aioria. - Su aspecto es, como siempre, tan maravilloso. Su cabello rojo suelto, sujetando por arriba su flequillo con un par de ganchos. Un abrigo negro contrasta con su cabello. Por debajo se pueden notar unos jeans de lona oscura. La bufanda azul en su cuello hace que su piel realce. Ésta hace juego con los guantes para computadora que adornan sus finas manos. Los níveos extremos de sus dedos apenas se dejan ver. Me parece incluso más guapo que antes.- Así que la otra entrada era para ti. 

- ¡Ehhhh! ¿Qué animo es ese. Esperabas que fuese para Milo, ¿me equivoco? - Alborota sus finos cabellos, molestando a Camus. No sé si es por su cabello o por lo que dijo.

Tsk, no seas tonto. - Golpea suavemente la cabeza del castaño con su palma.

¡Sindy! Regañe a su sobrino, me ha agredido.- Dice con una sonrisa victoriosa y ambas manos en su cintura.

- Camus, Aioria. Hora de entrar, pronto iniciará la función. - Advierte a los dos jóvenes quienes solamente la ven entrar con un plato grande de palomitas de maíz. Camus la sigue sin antes sacarle la lengua al leoncillo, que queda con una cara de impresión en su rostro. 

- ¡Todos a escena! - Con eso, todo el elenco que participará en la función y yo nos dirigimos a la parte trasera de la carpa.

     Tras bambalinas logro ver la expresión de Camus con cada acto. Me alegra tanto verle tan emocionado. Sindy me contó que debido a su trabajo no había podido llevarlo a un circo, pero que esta vez hizo una excepción. 

     Segunda fila, al centro. Podía verlo todo. Los payasos, malabaristas, domadores, contorsionistas. Sus ojos se iluminan más y más con cada segundo transcurrido. La función esta culminando.

¡Señoras y señores, niños y niñas. Este espectáculo está llegando a su fin. No podemos despedirnos sin ver a los trapecistas y la persona cruzando la cuerda floja! Me complace dedicar este acto a una persona especial entre el público. 

     Los reflectores bailan al ritmo del redoblante. Cruzan la arena entera. Camus se limitaba a ver la gente a su alrededor. << Mi turno ha llegado. >> Mi cuerpo tiembla. No puedo titubear. Salgo de tras bambalinas y comienzo a subir por las escaleras.

¡Camus Aquarium! Por favor, pasa al frente. - El presentador le llama. 

     Llego hasta arriba, quince metros de escalones. Mientras me colocan el arnés tengo la oportunidad de ver como Camus entra en la arena. << ¡Está viendome! >> Desvío mi mirada para no ponerme nervioso. Una cinta por debajo de mis hombros y otra en mi abdomen, se unen por delante con las cintas que rodean mis piernas y suben por mi torso, donde se cierra el gancho, así será fácil de retirar. Dos cuerdas están tensadas en mi frente. Caminaré por la de la izquierda y la pancarta se encuentra en la de la derecha. Enrollada y sellada con un clip súper fuerte de seguridad. Debo de extenderla... Esa será mi propuesta. 

     Los trapecistas están listos, se balancean de un lado a otro. Se sujetan y vuelan por los aires. En unos instantes todos los reflectores apuntarán a mí, la adrenalina está en su máximo nivel. 

     El acto termina, llegó la hora. Doy una ultima mirada a Camus, sus manos están sujetadas frente a su pecho y sus ojos me observan atentamente. Extiendo mis brazos horizontalmente. Un paso, respiro hondo. Otro paso, no hay vuelta atrás. 

     << Padre, madre; en el cielo. Padre, madre; en la Tierra. Tengo miedo. Más que por la altura o el movimiento de la cuerda. Tengo miedo del rechazo. >>

     Pasos pequeños me permiten mantener el equilibrio. Pie derecho, pie izquierdo. Falta poco. Pie derecho, pie izquierdo.

     << Padre, madre; en el cielo. Padre, madre; en la Tierra. Amo a Camus y ¡esta es mi propuesta de amor! >>

     Llego al centro, el trayecto me pareció eterno. Con algo de dificultad me quito el arnés. Respiro hondo, puedo escuchar las voces asombradas de todo el público. Con aun más dificultad me inclino, retiro mi antifaz, me encuentro de espalda a todos. Llegó el momento. Sin siquiera dudarlo retiró el clip, me dejo caer de espalda. Doy una vuelta en el aire y luego me dejo caer verticalmente dirigiendo mi vista a Camus; mis manos pegadas a a los costados de mi cuerpo. Junto a mi, la pancarta se extiende dejando ver su contenido. Los ojos de Camus se llenan de lágrimas. Sorprendido no puede dejar de ver la pancarta.

"Camus te amo, ¿Quieres ser mi novio, por la eternidad?"

     Caigo en la malla a unos metros del suelo. Y velozmente voy al encuentro de mi amado. Lo abrazo como si no existiese futuro. Él me corresponde.

¿Qué dices Camus? ¿Me aceptas?

Notas finales:

Espero les haya gustado tanto como a mi.


Actualización: ¡Dios! este capítulo. Lloré editandolo. Había olvidado lo emocionante que era xd, sentí que yo era Milo LOL.

Le faltaba bastante contenido que pasó de 1800 palabras a 2700 aprox. 

¡Acá la cita!

*Albertalli, Becky, (2015), Simon vs the Homo Sapiens Agenda, Página 146.

¿Alguien ya leyó el libro o vió la película Love Simon? 100% recomendados.

¡Gracias por leer!

 

Los quiere, Shuneii c;


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