Estaba tan cerca, quería ver porque me sentía y pensaba todo esto, mi corazón latía rápido, no quería pensar más. Cuando me dispusea terminar de acercarme, el chico se movió un poco, lo que hizo que me levantara rápidamente, ¿Qué hubiera pasado si el muchacho se despertaba y me veía intentando besarlo? Quizás pensaría que soy un acosador, un violador o algo peor. Pero todos mis pensamientos se vieron interrumpidos, cuando escuché la voz ajena.
- ¿Donde estoy?
- Estás en mi casa -Respondí girándome para así verlo. Se había sentado, y no tenía muy buena cara, aunque nadie la tendría luego de una golpiza.
- Oh, perdón la molestia, pensé que me golpearían más, que no me dejarían ir.
- No te preocupes, pero no deberías andar en lugares así -Me sentía aún más extraño, odiaba esa sensación, no podía saber cómo sentirme, pero debía mantener mi posición, la seriedad con la que siempre estaba, no podía permitirme mostrar debilidad alguna.- Pero, ¿Qué hacías en ese lugar? Se supone que eres mi compañero, o al menos eso recuerdo, así que deberías estar en clases. -Cuestioné aquello porque siempre les había ordenado a los de mi salón de que se quedaran en todas las clases.
- Bueno, te andaba buscando, nunca podía acercarme a hablarte y... sé que suena raro, pero... necesitaba darte las gracias, y por lo que veo ahora debo ser más agradecido.
Cuando escuché su respuesta quedé desconcertado, ¿Por qué debería darme las gracias? Me le quedé viendo sin comprender mucho sobre lo que decía, y al parecer se me notó demasiado el que estuviera pensando sobre el hecho.
- Oh, creo que no lo recuerdas, bueno, supongo que deberé refrescarte la memoria.
Me hablaba demasiado tranquilo, me senté nuevamente al borde de la cama, sin quitarle la mirada. Por algún motivo cuando hice eso, me sonrió, lo que por un momento me hizo sentir feliz, pero peleaba conmigo mismo para no demostrarlo.
- Bueno, como sabrás soy nuevo en la ciudad, y por ende también en la escuela...
Aquello si lo sabía, pero, ¿Por qué me lo recordaba? No comprendía si algo había pasado relacionado con eso como para que me lo agradeciera.
- El hecho es que cuando llegué, ese primer día en la prepa, cuando la profesora me presntó, muchso de los chicos comenzaron a molestarme, me sentí mal, rechazado, pero tú los callaste. Aún me sorprende como los mantienes así, haciendo lo que les ordenas...
Aquellas palabras estaban logrando que recordara aquel día de su llegada.
-*- RECUERDO -*-
Era un lunes, no entendía porque todos estaban más idiotas de lo normal, ¿Por qué justo ese día? Había sido la peor mañana de todas, y en ese momento se les ocurría empezar a molestar, a gritar y reirse a carcajadas. Mientras yo estaba más enojado de lo normal, y quería estar tranquilo, pero ellos no paraban. Se intensificó en cuanto la maestra ingresó con otro chico, uno que jamás había visto.
- Chicos por favor, compórtense y saluden al nuevo integrante de nuestra clase, vamos niño preséntate.
Eso bastó para que el curso en general se riéra, todos burlándose del nuevo, sólo por eso, porque era el nuevo.
- Buenos días compañeros, soy Demian Andrews, espero...
- ¿Qué esperas? ¿Qué nos llevemos bien o seamos todos unos maricones que andan saltando de felicidad siendo amigos de otros?
El comentario del más molesto de la clase fue como un golpe para aquel chico, me sentí un poco mal, porque en algún momento todos fuimos el "nuevo".
- ¿Por qué no te callas? Ya tu voz chillona nos es suficiente castigo cuando tienes que exponer algo, Trend, ¿Podrías cerrar la boca? Tú y tus monos compañeros. - Estaba molesto, muy molesto, y mi voz en ese momento se escuchaba más grave y profunda que de costumbre. Noté que aquel chico nuevo había sonreído, lo que me provocó un leve escalofrío, así que desvié mi mirada hacia afuera, por la ventana que estaba a mi lado.
-*- FIN DEL RECUERDO -*-
- ¿Lo recuerdas ahora?
El cuestionamiento ajeno hizo que volviera en mí, no sabía como decirle que aquello no lo había hecho por algo especial, había sido simplemente algo del momento, si él hubiera o no estado y mis compañeros hubieran seguido habría terminado igual que ese día.
- Yo, bueno, escucha, lo que sucedió no fue por algo en especial, sólo fue para mantener el órden de la clase, sino se descontrolan.
- Lo sé, comprendo eso bastante, pero aunque no fuera especial en ese momento... me gustaría serlo.
Dijo aquello mientras se acercaba más a mí, no me moví, sólo me quedé viéndolo, por un lado quería alejarlo, es decir, es un hombre al igual que yo, pero por otro lado quería saber de qué sería capaz. Los brazos ajenos rodearon mi cuello, entrelazándose en mi nuca, lo que dejó nuestros rostros relativamente cerca. Mis manos tomaron su cintura y lo acerqué aún más, estábamos tan cerca, tan apegados el uno al otro, que lo único que nos faltaba, era unir nuestros labios. El chico comenzó a acercarse, eliminando el poco espacio entre nosotros, cuando...