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Other life por Maclean

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo ¿Aun recuerdan este fanfic?

En fin, si lo hacen...¡Lo siento mucho!

tuve mis examenes finales, y como saben, no tengo laptop, así que cuando puedo consigo una.

Había escrito algo pero por desgracia el documento donde tenía el fic se borró, no se porque.

Así que tuve que volver a escribir todo este capitulo desde el principio, pero no quedo como el primero

El próximo tardará aunque prometo hacerlo mejor y mas largo que este. 

En fin aquí esta

Cap 10

-Takano-

Era un viernes por la tarde cuando decidimos ir a visitar a Ritsu , por fin tenía un día libre una vez que el ciclo había acabado.  Todo estaba de nuevo en tranquilidad, por lo que era la oportunidad perfecta para lograr hacer entrar a Ritsu en razón

-¿Seguro que es aquí?- Preguntó Seya, quien no sé bien como lo hizo, pero me convenció de dejarlo acompañarme. Con ese talento de convencer debería estar mejor en el departamento de ventas

-Vi la dirección en sus papeles cuando entró a Marukawa Shoten  - Contesté mirando el papel donde tenía apuntada la dirección- Aun tengo  copias algunos de esos documentos a pesar de que se llevó muchas cosas por su renuncia

Ya había hecho esto hace años, caminando por las calles buscando en direcciones y preguntando sobre el paradero de Ritsu, pero esta vez estaba más cerca del éxito pues tenía realmente una dirección brindada por él.

El vecindario en el que Seya y yo llegamos era uno pequeño,  pero se veía  de inmediato que solo la gente de   ”alta sociedad” pertenecía al lugar puesto que las casas eran grandes con 2 o 3 autos en sus chocheras y jardines grandes.

-Quisiera tener un jardín así –Suspiró Seya mirando las flores con cierto aire triste- Aunque tengo uno, no es tan grande como el de antes…

**

Cuando llegamos por fin a la casa  -la cual era de las más grandes del lugar- toqué el timbre de inmediato.  La puerta fue abierta por una joven empleada.

-Buenos días  -Saludo con cortesía- ¿Qué desea?

-¿Se encuentra Onodera Ritsu? – Pregunté poniendo mi mejor sonrisa.-

-Oh, claro –sonrió – El joven amo es el único que esta. Iré a avisarle, ustedes pueden esperar aquí

Seya y yo entramos a la casa y tomamos asiento en la sala. Ritsu entró poco tiempo después  con unos libros en la mano, los cuales cayeron al piso por la sorpresa que sintió al vernos.  Lucía más cansado y delgado de lo normal también tenía unas grandes ojeras debajo de sus ojos.  ¿Pero qué demonios le habían hecho?

-¡Takano-san! ¡Seya-san! – Gritó fuertemente- ¡¿Qué hacen aquí?!

-Onodera – Le dije.

-Buenas tardes Onodera – Respondió Seya.

De inmediato me puse de pie a donde estaba Ritsu, sin pensarlo dos veces le tome de la barbilla y le besé, no por mucho tiempo, pues enseguida empujó y se apartó.  Su cara estaba molesta aunque sus mejillas estaban rojas.

-¡Takano-san! –Gritó enojado- ¡Seya-san esta aquí!

-Por mí no hay problema – Respondió Seya soltando una pequeña risa. Lo que no le gustó para nada a Ritsu quien enseguida se puso más furioso- Pueden seguir haciendo eso.

-¡¿A qué han venido?! – Preguntó mientras su cara seguía de un color rojo

-Vinimos a hablar contigo – Di un paso al frente y me puse a pocos centímetros de él

-Bien –suspiró – Pues pediré que traigan algo de comer.

0o0

Por más que los dos lo intentábamos no podíamos convencer a Ritsu, el aseguraba que estaba bien y con su actitud terca todo el tiempo. Incluso Seya quien siembre tiene una actitud tranquila, estaba empezando a perder la paciencia.

-No tengo porque volver – agregó de mal humor –

-Solo estas haciendo lo que los demás te dicen ¡Idiota! –Grité.

-¡Déjame en paz!

-¿Si te dijeran que fueras a la guerra y murieras lo harías?  - Fue un ejemplo bastante extraño, pero después de ver su comportamiento fue todo lo que pude decir. Estaba cansado y ser tranquilo y paciente como Seya no era lo mío.

-¡Eso no es algo que te importe!  -Gritó con más fuerza.

Le tomé de la mano con fuerza, si al menos no quería razonar hablando o besándolo con un beso podía callarlo, así que lo tomé de sus mejillas, pero antes de que pudiera acercarme un poco más me dio un golpe en la mejilla.

-¡Basta! –Gritó enfurecido- ¡Aquí me necesitan más!.

-¡Dejen de pelear como niños pequeños! –Interrumpió Seya antes de que yo pudiera contestar.

-Seya-san…-murmuró Ritsu algo avergonzado.

-Es más, están pelando y aun no has recogido los libros que tiraste – Respondió Seya- Deberías recogerlos primero…Supongo que eres tan desordenado como Takano-san dice – Sonrió un poco. – Espero que no seas tan desordenado con tu propia editorial.

-Bien –murmuró enojado.

Yo tomé aire mientras sacaba un cigarrillo de mi bolsillo. ¿Debería simplemente tomar a Ritsu del brazo y arrastrarlo fuera de este lugar? Quizás era la mejor opción hacerlo de esa manera, hacer las cosas de manera tranquila no era lo mío. Mientras consideraba las opciones, Ritsu recogía los libros del suelo, apilo todos en un lugar menos uno, el cuál debía ser muy especial, pues al verlo su expresión cambio totalmente.

-Takano…-san – murmuró mientras bajaba la mirada avergonzado. Supe que no debía ilusionarme con que me dijera sus sentimientos, conociendo a Ritsu se sentía apenado por Seya y su empleada domestica que andaba por el lugar.- Yo…

-¿Sí.?- Le miré alzando una ceja con el cigarrillo en mis labios.

-Yo…-  Sus mejillas se pusieron rojas de nuevo-

-¡Oh! Vamos solo dile a Takano lo que le quieres decir – Interrumpió Seya tratando de dar ánimos, aunque sentí que hizo lo contrario-

-Y-yo…-Tomó airé – Cuando estaba limpiando lo encontré…-Añadió mientras sostenía el libro en sus manos- Se que te gustan los libros y las flores por eso te lo doy.

Ritsu estiró su mano y me entrego el libro que traía en sus manos, más bien era  una especie de encuadernado que se veía algo desgastado con el tiempo, pero no estaba deshojado. Había flores de cerezo en la portada y el título también era sobre ellos. Lo recordé de inmediato, era un proyecto que él hizo aquellos días cuando estaba en la preparatoria y nosotros éramos unos jóvenes enamorados empezando una relación.  Yo le había comentado que me había gustado su proyecto y en cuanto terminará el ciclo escolar me lo diera para leerlo.

Tomé el libro mientras mis dedos y los suyos hicieron un leve pero agradable contacto, el cual sentí diferente a lo usual, como si fuera una descarga eléctrica la cuál  hizo que de  inmediato apartará la mano pero tratando de no soltar el libro.

-¿Takano-san…? –Preguntó Ritsu

-Estoy bien…-Sentí una punzada fuerte en mi cabeza parecida a una migraña- Gracias

Hubo unos momentos de silencio. Ritsu estaba avergonzado y había tomado otros libros de la pila para hacer algo y no hablarme por unos instantes. Seya me miraba extrañado, pero también observaba el dibujo de las flores de cerezo en el libro, supuse porque no se sabía la historia del libro.

La cabeza me dio más punzadas y entonces me sentí mareado. Muy apenas podía mantenerme de pie. Vi a Seya y a Ritsu mover los labios pero no escuché nada de lo que decían.

 

**

Soñé con esas imágenes de nuevo. Una guerra, Ristsu vestido con unas ropas antiguas, muchas flores de cerezo e incluso Seya también apareció esta vez. Sin embargó las imágenes dejaban de ser más confusas al transformarse en una escena salida de pesadilla:

Estaba con Ritsu en una casa antigua y por más que lo intentaba caminaba detrás de él sin poder alcanzarlo, me sentía completamente desesperado.

-¡Ristu! – Grité cuando me desperté. Sin embargo el ya no estaba ahí, solo estaba Seya pero no con su típica mirada tranquila que se estaba volviendo irritante, si con una expresión de pura preocupación.

-¿Te encuentras bien?.

No sabía dónde me encontraba, pero la cabeza me seguía doliendo. Una resaca no era nada comparada con el dolor y el mareo que sentía en ese momento. Quise levantarme pero mi cuerpo se sentía pesado

-¿Dónde estoy?. –Le pregunté.

-Estas en mi casa – respondió él – Te desmayaste Onodera estaba muy preocupado pero tenía que irse a trabajar, me dijo que cuidará de ti.

Por alguna razón sentía que podía contar con él, no parecía tener malas intensiones. Así que cerré los ojos de nuevo, quería ver a Ritsu de nuevo, pero en mi mente solo estaban las imágenes de aquellas pesadillas.

-¿Te encuentras bien? –preguntó de nuevo

-No – contesté  – La cabeza me da vueltas

**

-¡Kuroda déjame en  paz! –Dijo aquel chico muy parecido a mí amado. ¿No era  esa forma en la que Ritsu me había llamado hacía un tiempo?

-¿Por qué pelean tanto? –Él hombre que era idéntico a Seya llegó

Mis manos estaban sobre las mejillas del chico de cabello castaño, podía sentir su suave piel con su aroma dulce. Quería tocarlo más, era Onodera de eso estaba seguro de eso.

-¡Kuroda! – Gritó él mientras se apartaba de mí, pero aunque estaba enojado, su rostro parecía él de alguien que acababa de ser besado.-  Deja de hacer esto –añadió aun molesto- ¿No íbamos a ir a ver los cerezos hoy?

-Tsukishima…-Murmuré.-

Tsukishima

-¡Tsukishima! -  Murmuré al despertar

Ese era su nombre.

En ese instante  recordé todo con solo decir su nombre. Él era la persona que yo mas amaba, a quien siempre quise proteger, por quien los cree a ellos.  Quien murió muy joven después de que consumamos nuestro amor una noche. Él se llamaba Tsukishima y ahora era Onodera Ritsu. Y mi nombre en ese entonces era Kuroda, yo era el Kuroda a quien tanto buscaba Ritsu.

¿Pero de dónde venían estos recuerdos?. Aun había muchas cosas que no encajaban. ¿Por qué de recordaba una vida pasada? Las vidas pasadas eran creencias muy populares, jamás las había creído hasta hacía unos instantes

-¿Takano…?- Me preguntó Seya.

-Lo recuerdo todo.  – Le dije.

-Kuroda – Murmuró y yo asentí.

-Tienes mucho que contarme

Notas finales:

Espero que les haya agrado!

Nos vemos

El próximo será sobre Kuroda y Seya después de la muerte de tsukishima...

Bye!


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