A una distancia prudente dentro de ese Cuartel esperaban ese par de cazadores a ese joven castaño cazador que en pasos suaves avanzaba.
-Qué está pasando entre ese par? –inquiere Yagari al tener cerca de Kaito, haciendo referencia a Yuuki y Zero y su extraña relación-
-Quien sabe. Pero si se llevan bien, será tan cruel que utilicemos los sentimientos que tengan el uno por el otro en nuestro beneficio. –suspira bajando su mirada en tristeza-
-Es necesario. Si algo pasa, podremos estar seguros de que ella obedecerá. Es útil tener a Yuuki Kuran de nuestra parte. –sencillamente responde el cazador ojiceleste de parche-
-Es una Sangre Pura capaz de utilizar armas anti-vampiros. Aunque, no sepamos por qué.
Las puertas se abren, no sorprendiéndolos "tener visita" de un compañero, permitiéndole a Cross la entrada cargando un bulto sobre sus hombros, cruzando por cada compañero hasta quedar frente al pelinegro de parche.
-Estoy de vuelta. Aunque he traído conmigo a un Sangre Pura en una situación algo humillante como suvenir. –con una sonrisa describe-
En el suelo coloca Aidou ese frasco de tabletas, justo al lado de ese cartucho de píldoras de sangre que se suponía consumían en la Academia. Bajo la mirada de ese grupo de personas de las cuales confiaba.
-Miren, parecen tratarse de las mismas pastilla. Akatsuki me pidió que las investigara. Así que que supongo que es un buen momento para hacerlo. –se cruza de brazos el rubio de ojos aguamarinas-
-Ichijou-senpai me había comentado que saldrían nuevas tabletas al mercado. Supongo... que se tratan de estas. –concluye Yuuki sin dejar de verlas–. También me dijo que Sara fue quien se encargó en mejorarlas. Por favor, hazme saber los resultados de la investigación apenas los tengas.
Noche 14 El Sabor de la Sangre Oscura.
-Aunque Zero-kun nunca se ha visto bien, parece que ha empeorado recientemente, luce más pálido de lo usual. –opina Maria tras de Yuuki que veía por una de las ventanas de la Academia–. Si tan solo pudiera ayudarlo...
-... –Yuuki solo gira a verla en silencio pensativa– "Es extraño, pero he dejado de percibir el aroma de Kaname en él, pero aun así Zero está agotado ¿Por qué?"
-Buen día a todos. –hace Sara su aparición-
Al poner un pie dentro, todos los demás estudiantes de la Clase Nocturna empiezan a inclinarse y dar un venía. Ésta simplemente avanza con suaves pasos, deteniéndose frente a la castaña Sangre Pura.
-Buen día, Yuuki-san. –no es su saludo devuelto– ¿Qué ocurre? Pareciera que has visto algo extraño.
Yuuki solo siente una extraña atmosfera rodear a esa mujer, dándole desconfianza. No siendo la única, la modelo de anaranjadas coletas posa su atención en su ido compañero.
-Shiki? –repara Rima en ese pelimarrón con su mirada distraída hacía esa rubia-
-Hm? ¿Qué? –la observa sin gesto-
-... –entrecierra sus ojos la modelo de coletas por esa actitud distante-
* * * * * *
-Pero que estás pensando al traer a otro Sangre Pura a la Asociación? –molesto penetra esa oficina tras de Cross-
-Que qué estoy pensando? Que no podía simplemente dejarlo morir allí. Y que si él quiere escapar de las garras de Kaname-kun, el mejor lugar para mantenerse a salvo es aquí. Además, Kaname-kun dijo que la siguiente será Sara Shirabuki. Aunque no sepamos con certeza si es cierto o no debemos informarle esto a Yuuki y ser más cuidadosos. –avanza Cross-
-... –entrecierra su ojo celeste sin dejar de ver a ese rubio–. Oye tú. Idiota.
-Uh? –gira a verlo, recibiendo un fuerte puñetazo del más joven–
-Qué estás haciendo?!!!
Recarga Cross su mano en su mejilla adolorida. Más le dolió eso que la herida de Kaname.
-Yo ya no lo soporto más. –lo toma de las solapas de su gabán estampándolo contra la pared–. ¡¡¿Por qué no dejas las cosas por la paz?!! ¡¡¿A quién le importa si los vampiros se matan los unos a los otros?!!
-Aún guardas rencor por lo sucedido en aquel entonces con tu novia?
-NO! ¡NO ES ESO! Si los Sangre Pura tienen "ese tipo de intención" ¡¿Tienes idea de lo que son capaces de hacer?! ¡Podrían llegar a convertirse no sólo en tiranos de los vampiros sino también de toda la humanidad! ¿Eso es lo que quieres? ¡Perder la vida por esa estupidez! ¡ES QUE NO VES QUE ME IMPORTAS!
-Qué? –parpadea confuso ante esa... ¿confesión?– ¿Qué has dicho, Yagari-kun? –no deja de verlo incrédulo-
Lo siguiente no se lo espero. Ser besado por el pelinegro.
Con sus ojos miel completamente abiertos observaba ese rostro sin creer lo que pasaba.
Sintió un enorme bochorno de sentir al pelinegro tocarlo de esa manera, pero nada pudo hacer, inmóvil se lo permitía ni rechazaba el sentir que tenía todo su cuerpo pegado al suyo. En cambio se despertó en él la pasión, pero no permitiéndole que se desatara, dejándole que esta fluyera sin prisa, pausada, percibiendo esas manos recorrerlo y esa boca explorarlo. No demoró para que tuviera conciencia y quisiera disfrutar de esa sensación, sus manos igualmente palparon el cuerpo contrario.
El largo beso que exploraba cada rincón de sus bocas fue dando lugar a que ambos se acariciaran detalladamente por las delgadas telas de su ropa. El abrazo que le daba Yagari le permitía sentir el cuerpo joven y atractivo que se ponía delante suyo.
Se desplaza a palpar tras de esa espalda, subiendo una de sus manos para alcanzar ese rubio cabello claro y desatarlo de su nudo, permitiéndole a esas hebras rozar con sus dedos.
-Yagari-kun... estamos en la Asociación. –recuerda lo obvio, entrecerrando sus ojos-
Suspira el Presidente recostando su cabeza en el muro, regocijándose de las caricias que el más joven le brindaba. De su espalda viajaba a sus tensos hombros, luego a dentro de su gabán que él mismo Yagari había logrado abrir y finalmente a las curvaturas de su cintura por sobre la camiseta, presionando con firmeza sus dedos como si quisiera a dar a entender pertenencia.
El pelinegro inició un camino imaginario que consistía en repartir besos en el cuello de Cross, mordisqueando, lamiendo, cuanto trozo de piel se le pusiera en frente besaba, e incluso, se atrevió a chupar sin dejar marca, disfrutando de ese momento que finalmente se le dio.
-Ah...
Trata de cubrir con sus manos esos jadeos que fácilmente se escapaban de entre sus labios. Sintiendo sus piernas flaquear, teniendo que aferrar sus manos sobre esos firmes hombros descubiertos, presionando débilmente sus yemas en ellos.
Hincado frente a él se hallaba ese joven pelinegro, metiendo repetitivamente a su boca su erguida erección. Sin dudarlo lo metía y sacaba, lamiendo e incluso chupando.
Ante sus caricias, un Cross sentía que se estaba dejando poseer por "su subordinado", y era lo que más anhelaba Yagari, que ese cuerpo al que le practicaba esa felación__ se entregara completamente. Dedicándole a su vez algunas miradas furtivas, las cuales se encontraban con esos ojos color miel entre abiertos y conseguían hacer ruborizar al Presidente aún más.
-Mmm... Aahh
-Ah...
Extendió sus manos por la piel de las caderas, arrastrando sus manos hacia las redondeadas nalgas, acariciando cada una, separándolas y aun llegando sin impedimento al lugar más secreto del rubio que permitía (y anhelaba) que el deseo lo invadiera deliciosamente. Viendo Cross como Yagari se incorporaba, levantándolo si esfuerzo del suelo, recargándolo contra la pared.
-Seré cuidadoso.
A esas palabras, Cross solo puede ruborizarse completamente y no negarse, ya su cuerpo empezaba a ansiar que continuara.
Yagari presionó su erección contra las nalgas del rubio penetrándolo pausadamente.
El Presidente de la Asociación respiró agitadamente, inclinando ligeramente la cabeza hacia atrás en un intento por tomar aire. En un movimiento rápido, el pelinegro terminó de hundirse dentro de la estrecha cavidad, cortándole la respiración
Pronto sus embestidas se hicieron más profundas y urgidas mientras que los gemidos que el Presidente buscaba reprimir se escapan de entre sus labios oyéndose mas altos, aferrándose sus manos a la espalda del más joven, que lo sostenía entre sus brazos descansando sus manos en su cintura, marcando sus dedos en ellas,
-Ah... no puedo... Ya... gari...
Pronto los espasmos comenzaron a recorrer el cuerpo del rubio cazador, sintiendo como su orgasmo estallaba por todo su cuerpo, haciéndolo gemir roncamente ante tanto placer. El pelinegro pudo sentir como esos músculos internos que rodeaban su miembro en respuesta se contraían, haciéndolo intensificar sus embestidas. Con una última penetración termino por derramarse dentro de la cavidad que lo acogía. Posa su ojo celeste sobre los miel para brindarle un largo beso, silenciando cualquier pensamiento del mayor.
* * * * * *
Se detiene Zero al lado de ese estudiante de la Clase Nocturna que recostado contra un árbol sostenía un cartucho de tabletas.
-Qué miras? –inquiere el vampiro de mala manera deteniendo sus acciones, tratándose de Shiki-
-Nada. ¿Dónde está la Presidenta de tu dormitorio?
-Quien sabe. Una vez el receso llega, es díficil encontrarla en algún lado.
Zero ve desde abajo hacía una de las ventanas de la edificación a dirección de los salones, reconociendo a demás estudiantes Clase Nocturna consumiendo esas tabletas. Mejor era seguir buscándola. No siéndole difícil hallarla dentro de la escuela.
-El Presidente ha estado preguntando por ti. Te llegó un mensaje de parte de Kaname Kuran a través del Presidente de la Asociación. Fue él quien mató a Ouri y a Hanadagi, y la siguiente será Sara Shirabuki.
-... –presiona sus manos alrededor de esa libreta que cargaba, cubriendo su flequillo sus ojos–. Dejar de estar al lado de esa persona debido a sus juegos, es algo que creíste pensaría ¿verdad? –levanta su mirada a verlo–. Gracias por el mensaje... al menos sé que Kaname no se ha olvidado de mí.
Lo más indicado era irse ante esas mentiras que dijo, pasando al lado de Zero, pero, siente su brazo ser tomado por él mismo platinado impidiéndole avanzar. Gira a verlo por ese impulso, recordándole su pasado de Prefecta, encontrándose su triste mirada con esos firmes ojos violetas. No quería preocuparlo con tontos berrinches, por eso decide mejor fingir una sonrisa de calma.
-Qué ocurre? –ve como el albino la libera viendo su propia mano; como si se sintiera arrepentido por su acto anterior, para después retirarse con el mismo mutismo–. Zero...
-Por qué ella me recordó a esa persona?" –confuso se aleja el cazador apoyando la mano en su cabeza, evocando a ese visitante nocturno que empezaba a ocupar sus pensamiento nocturnos-
* * * * * *
Una desprotegida Yuuki se hallaba en el medio de esa sala siendo sus mejillas tomadas por unas manos. Tratándose de esa ilusión de Rido que se negaba a dejar el mundo de los vivos. Así ya no tuviera un cuerpo de carne y huesos, él persistiría a perturbar.
-Desde el momento que quisiste volver a empezar, obtuviste una flor que solo florecerá por ti. –tras Yuuki se coloca, rodeándola con un brazo mientras que con su otra mano le cubría los ojos–. Pero pronto la cambiaste por esa rosa que antiguamente tú mismo arrancaste de la tierra.
Cambia la imagen de esa apresada castaña por la de ese albino cazador, igualmente rodeado por esa sombra de castaños cabellos.
-Llegará el día en que esa flor terminara completamente devorada y marchita. Tu flor más preciada posee espinas que lograran herirte alguna vez ¿No te importa? Será algo así.... –sin medir fuerza clava sus colmillos en esa blanca piel del cuello, exclamando su dueño un silencioso gesto con separar sus pálidos labios-
Ve Kaname como ese cazador caía al suelo, formándose en cuestión de segundos un enorme charco de sangre debajo de esa herida hecha a la fuerza.
-Rido, no eres más que la encarnación de las partes más sucias de mí mismo. Y ya lo sé. –con pasos suaves empieza a acercarse a ese cuerpo en el suelo–. Lo comprendo, así que deja de hacer ese tipo de preguntas de nuevo. –se hinca pasando su mano delicadamente por ese flequillo platinado–. Tú... eres yo.
Baja su rostro para besar esa frente con delicadeza con sus párpados cerrados.
-...Sama.
Pesadamente abre sus ojos ante ese llamado, reconociendo que se hallaba en el estudio acostado sobre un largo sillón. Esa "pesadilla" era una clara materialización de sus bajos deseos que con los días, precisamente perjudicaban a esa persona.
-Kaname-sama, vi que estaba soñando, lo cual es raro, pero ese sueño no parecía ser agradable así que pensé en despertarlo. –informa Seiren desde un extremo del cuarto–. Hay muchas cosas que hacer esperando por usted.
* * * * * * *
-Al parecer, el instituto con el que Aidou-senpai estuvo trabajando para investigar las tabletas ha encontrado un componente que no debería ser añadido. Un material derivado de la Sangre de los Sangre Pura. –informa Yuuki frente a Sara. Ve por un sgs por sobre su hombro, le pareció escuchar un ruido tras una puerta–
-Oh, eso. –sentada en su silla exclama la rubia sin sorprenderse–. Bueno, el número de niños que disfrutan las tabletas es cada vez mayor.
-De quién podría ser esa sangre? Obviamente no es mía.
-Es mía. –serena dice la rubia-
-Sara-san! –se asombra–. La sangre que recorre nuestros cuerpos es una sustancia muy peligrosa. –antes de poder acercarse, el rubio en pie le bloquea el paso– ¿Ichijou-senpai?
-... –no le sostiene el rubio la mirada– "No quiero perderlo... a mi hijo."
-La sangre con la que nacimos, con tan extraños poderes de vida, si no la utilizáramos ¿no sería eso un desperdicio? En lugar de ser utilizado por alguien más, yo uso mi propio talento a mi beneficio ¿Es eso malo?
-Sí, lo es. Los Sangre Puras siempre hacen lo que desean, causando consecuencias indeseables, forzando a otros a hacer cosas que no quieren. No te permitiré seguir con esto.
-ju,ju.... –ríe para sí Sara–. ¿Estás tomando el lugar de Kaname-sama? Me pregunto... –coloca la mano bajo su mentón en posición pensante– ¿Si supieras todo, qué harías? Dime, Yuuki-san. ¿Si te dijera el secreto que Kaname te oculta, te pondrías de mi lado?
-... –traga grueso el rubio, viendo a Sara de reojo–
-Su... secreto?
-Yuuki-chan, podrías dar esto por terminado y salir? –pide Ichijou con su usual sonrisa–. Se siente como si fuese a haber un derramamiento de sangre en cualquier momento. Es bastante atemorizante. –bromea-
-Takuma.
-... –se tensa su cuerpo ante esa clara orden, decidiendo retroceder un paso–. Lo siento, Sara-sama.
-No se preocupe, Ichijuo-senpai. Nunca intentaría causar algo así, es solo que no puedo ignorar esto. –le muestra una suave sonrisa al rubio, para luego posarla en esa mujer–. Sara-san, tal como has dicho, y aunque me entristezca, Kaname está haciendo lo imperdonable ahora mismo. Y, aparentemente tú serás su próxima víctima, puesto que eso fue lo que él dijo. No importa cuál o cuáles sean los secretos que él tenga.... no puedo permitirle hacer lo que quiera.
-Estás ofreciéndote a protegerme?
-.... –empuña en dolor sus manos–. Sí. Como Presidenta del dormitorio tengo el derecho de mantenerte en esta habitación con el fin de protegerte de él, por ahora. Así que por favor, no dejes esta habitación no importa que suceda.
Sale la castaña de esa habitación, recostándose sobre el muro. Aún no asimilaba lo que sucedió dentro.
-Es bueno que hayas salido sin un rasguño ¿Has terminado de hablar? –con la mano en su cintura inquiere Aidou-
-Para ser honesta... desde un inicio no he confiado en Sara por completo.
-Ella podría oírte desde aquí.
-No importa. A mi definitivamente, desde que me metí en la fiesta de esa noche y la conocí, Sara jamás me ha agradado. "¿Secreto? ¿Acaso.... ella también lo sabe?"
* * * * * * *
Dentro de ese auto veía ese menor en desinterés por la ventana, recargando su codo en el marco para descansar su puño en su mejilla, reprimiendo la molestia de la causal de su salida.
-Cross llamo y dijo que Yuuki se había lastimado jugando con un trineo en la nieve. –trasmite ese castaño-
-Me pregunto si ella se encuentra bien. –se asoma ese Ichijou pequeño por la ventana-
-Yuuki no está aquí. Parece que mintió para hacerme salir de nuevo. –sin verlo responde ese Kaname igualmente de la edad del rubio–
-Ya veo, es un alivio que se tratara sólo de una mentira. –sonríe aliviado el rubio, regresando su mirada a verlo–. Aunque fue algo cruel de su parte decir eso. ¿Acaso intentaba burlarse de ti haciendo que vengas aquí a buscarlo o acaso te está probando, Kaname?
Ve el infante castaño al rubio pensando detenidamente esas palabras. Suspira. Ese hombre podría ser raro a veces.
-Kaname, mira... Son gemelos ¿Hay gemelos aquí?
Extrañado sigue la dirección de esos ojos verdes de su compañero de viaje y único amigo. Por la ventana de ese vehículo en movimiento podía verse a Cross mientras dejaba en la nieve acumulada a un par de pequeños niños cubiertos en abrigos, de blancas pieles y cabellos color plata.
Incrédulo admiraba a ese par de niños.
-Cómo es posible que nacieran gemelos en la descendencia de un cazador?
-Kaname...?
-Pero... por qué creo que los he visto antes? –extrañado no podía dejar de ver a uno de los menores en especial–
Exactamente Zero posaba sus ojos violetas sobre ese auto. Había sentido una presencia familiar provenir de ese vehículo.
* * * * * *
Frente a ese par de estudiantes de la Clase Nocturna se interponen Yuuki y Zero, impidiéndoles continuar siguiendo a Yori y al Presidente de la Clase Diurna. Entendiendo la chica humana el peligro que se avecinaba, solo prefiriendo llevarse de la muñeca a su compañero para dejar a la castaña y al albino.
-Puedo pedirte que por favor te hagas a un lado, respetada Presidenta del Dormitorio. –pide ese estudiante de traje blanco mostrando un semblante ansioso-
-Este es mi trabajo, no interfieras, Zero. –le dice la castaña sin dejar de ver a ese compañero-
-Entonces apúrate y termina con esto.
-... –gira ella a ver al cazador, reparando su inmovilidad, sustentando sus palabras– ¿Qué sucede aquí? –avanza para tomarlo del cuello de su chaqueta– ¿Por qué iban a ir tras ellos justo ahora? ¿Acaso han olvidado nuestras reglas?
A cada uno les quitas las tabletas, en respuesta, estos empiezan a sentir ansiedad, aventándose encima de la castaña. Yuuki solo puede retroceder e impedir que las alcanzaran, arrojándoselas a Zero que en el aire las recibe. Ese par contra responden, arrojándose de nuevo sobre la castaña, está vez, mordiéndola en ambos brazos.
Apunta Zero sin gesto alguno su arma hacia uno de los estudiantes, notándolo Yuuki que posa sus ojos en él.
-Mantente fuera de esto, Zero. Está bien. –regresa sus ojos a ese par que clavaban sus colmillos en la tela y su piel–. Tranquilícense, encuentren a su antiguo yo y traten de recordar el motivo por el que vinieron a esta Academia.
Ceden esas bocas hasta liberarla, viéndola en confusión. De golpe se separan reconociendo lo que habían hecho. Rápidamente se inclinan frente a la castaña, recobrando el respeto y sumisión hacía ella.
-Pero qué hemos hecho?!!
-No importa lo que sea, aceptaremos cualquier castigo.
-Volvieron a la normalidad... a causa de mi sangre?" –piensa ella mientras veía sus heridas–. Oigan, está bien, mejor regresen a sus habitaciones. –se les acerca, retrocediendo ellos en vergüenza–. Todo estará bien. –sonríe amable–. Sé que lo que ocurrió no fue su culpa, así que no se preocupen.
Repara Yuuki en un insecto salir sorpresivamente de detrás del cuello de uno de ellos. Extrañada estira su mano para tomarla sobre su índice, viendo como esa araña saltaba de su mano desapareciendo en el aire.
-Sara... –exclama–. Gracias por tu ayuda hace un momento, Zero. –vira a verlo acercándosele-
-Mantente lejos de mí. –exclama en casi una orden alejándose de ella. La única causa, esa sangre-
Sujetada desde el tronco de un árbol se hallaba otra discreta araña, permitiéndole a su ama poder ver la retirada de ese albino y la tristeza de esa castaña por las frías palabras de ese cazador.
Firmemente sostenía esa cadena en su mano, finalizando en la correa de esa chica.
-... –ríe Sara suavemente–. Son realmente graciosos esos dos. Todo lo que tengo que hacer es provocarlos un poquito. –acerca su nariz a ese corto cabello oscuro delante suyo–. Entonces no habrá modo de saber qué lado tomarán. Será una escena digna de verse.
-Planeas volver miserable a alguien de nuevo. Igual que cuando atacaste a mi amo Hanadagi-sama ¿no? –gira esa morena a ver por sobre su hombro a esa rubia–
Una delgada sonrisa aparece en los labios Sara, demostrando la clara satisfacción del sufrimiento ajeno.
Siguiendo las indicaciones de Yuuki de proteger a Sara Shirabuki, se hallaba Aidou contra ese muro con sus brazos cruzados en el papel de escolta. Pero, por un momento cierra sus ojos para pensar en sus primos y el hecho de no poseer noticias de alguno de ellos. Y más, doliéndole la retirada de ese anaranjado por el cual empezó a sentir sentimientos más profundos a los fraternos.
-Kain... –suspira para abrir nuevamente sus ojos-
Ladea su cuello al reparar en esa presencia avanzar a su dirección.
-Kiryuu...
-Si te parece bien, yo vigilaré a la Sangre Pura ahí dentro en tu lugar. –se ofrece el platinado-
-Así es. –suavemente dice jalando el extremo de esos eslabones, provocándole a esa morena lanzar atrás su cabeza–. Lo que más amo.. es hacer que las personas obedientes me obedezcan y actúen según mis deseos. –estira su mano hasta tomarle la mejilla–. Tal y como lo hice contigo.
Escucha Sara la perilla moverse pese a estar en ese cuarto oculto, no siendo impedimento para ella que se aleja apareciendo a tiempo tras esa puerta que era forzada para ser quien la abriera en vez de su visitante.
-Gracias por tu buen trabajo vigilándome. –repara en ese albino–. Hay... hay algo importante que no le dije a Yuuki-san, pero quiero decírtelo a ti porque te involucra.
Dentro de esa habitación Zero penetra totalmente, bastante interesado en ese "secreto", y si era algo para destruir a ese Chupasangre de Kuran lo recibiría con el mayor de los gustos.
Ve a esa rubia posicionarse frente a él, teniendo su mano cerca de su chaqueta por si a esa Sangre Pura le diera un "arranque" y necesitara defenderse.
Sara cubre el costado de sus labios para que sus palabras fueran claramente escuchadas o como si declara un gran secreto.
Petrificado observa a esa Sangre Pura buscando que esas palabras fuesen alguna burla pero... todo encajaba.
Su sorpresa disminuye para pasar a una clara incredulidad...,
...y finalmente muestra una sonrisa de burla.
Todo encajaba.
Corriendo para salvar su existencia sale Yuuki del salón luego de quitarle a la mayoría esas tabletas con ayuda de Rima y Maria, pero, uno de estos no acepta que su preciado tesoro fuera arrebatado, por eso salió a perseguir a la castaña sin importarle de quien se trataba.
Contra la madera se recarga fuera, pero, pronto es atravesada por una mano urgida de ese cartucho, asomando su cabeza y mordiendo ese brazo indefenso.
-Suéltala! –ordena Aidou acercándose a ese cuerpo "sin cabeza"– ¡¿Tienes idea de quién es la sangre que estás bebiendo?! –tironea de su brazo sacándolo-
-Eh? Yo... –parpadea el joven observando al rubio, luego viendo sus manos– ¿Cómo pude? –fatídicamente toma su cabeza con sus manos-
-Lo sabía! ¡Tal como sospechaba! –se deja oír Yuuki al otro lado–. ¡Aidou-senpai, deles a todos de mi sangre! –se asoma por ese orificio de la madera–
-Oye, Shiki, tú también te encuentras bajo la influencia de esas tabletas ¿no? –posa Rima su mirada en su compañero, mientras sometía a ese vampiro en el suelo-
-No... no lo creo. –responde sin verla, posando sin expresión su mirada en ese cartucho de tabletas-