-Kaname.
-Él está aquí" –piensa Zero sin poderlo evitar. Extrañamente su corazón empezó a agitarse-
Retira Yuuki esa máscara de su rostro, fijando sus ojos sobre los del castaño, notando un sentimiento extraño en su mirada, así como que la tenía puesta en la presencia de Zero. ¿Acaso Kaname... estaba molesto?
-Espera! –corre Yuuki tras él, desapareciendo entre los invitados–. ¡Debe haber ido a donde Isaya-san se encuentra!
Rasga la castaña su vestido para mejor movilidad, saliendo a correr, siguiéndola Zero. Deshaciéndose en el camino de esa tela sobrante que deja caer al suelo, asimismo, el cazador se retira su antifaz que deja en el camino. Pero ninguno, se podía sacar de la cabeza ese beso.
Sentado en ese largo sillón romano con sus piernas cruzadas una sobre la otra se hallaba Isaya en suma tranquilidad, viendo como ese castaño retiraba ese antifaz que deja caer al suelo.
-Esperaba tener la oportunidad de hablar contigo a solas, es por eso que organicé esta mascarada. Bienvenido, Kaname-kun, me alegra el que nos encontráramos de esta manera. ¿Has venido a quitarme la vida, o acaso a pedirme ayuda?
Ninguna respuesta de su "invitado". Lentamente se incorpora a causa del mutismo del castaño.
-O quizás has venido a asegurarte de que él se encuentre bien? ¿Estás aquí por el bien de la chica o de ese chico que por sus venas lleva tu sangre? –frente a él se hinca con una venia–. Eres el único ancestro que queda en el mundo, la mayoría de las armas capaces de aniquilar Sangre Puras, han desaparecido. Y creo, que el acabar con todos por ti mismo teniendo en cuenta el número que aún queda, es algo que va más allá de tu capacidad. Bajo tales circunstancias, y aun sabiendo que esto era una trampa, has venido hasta aquí ¿Hay algo que sólo yo pueda hacer?
-Pensaba algún día convertir a Yuuki en humana usando mi vida, y aun así, ahorrarle la desgracia de esta vida eterna, pero apareció él. Kiryuu Zero... Sin embargo, –se inclina, quedando a la altura de Isaya–, después de lo que pasó he decidido que me convertiré en el nuevo Metal.
Noche 18 Perseguidor.
Completo revuelo en el salón de baile, viéndose cada miembro de la Sociedad Vampirica entre sí, la mayoría habiendo dejado de bailar para charlar de la situación.
-No te parece extraña la situación?
-Sí. No sólo Isaya-sama se ha retirado del baile, sino que también la Princesa Kuran y su acompañante han desaparecido.
-Probablemente el patriarca Kuran ha aparecido. Él fue quien mato al hermano menor de esta persona y, a mi esposo.
Se detienen en esa puerta luego de percibir el aroma de Kaname, sorpresivamente algo en el que ambos coincidían. Reparando Zero y Yuuki en esas dos presencias muy conocidas escoltando la entrada.
-Esperen un momento. Ellos están ocupados en este momento. –dice Shiki al lado de su amiga-
-No podemos dejarlos pasar. –aclara Rima sin gesto-
-Si puedo decirle adiós a este cuerpo maldecido a no morir nunca, cuando llegue el momento, yo con gusto seré tu sustituto. –promete Isaya incorporándose-
Un fuerte estruendo en esa puerta, abriéndose de par en par pese a los modelos continuar en su servicio como escoltas. Reparando Yuuki y Zero en ese castaño aproximarse a la ventana abierta de esa estancia, quien, posa su mirada castaña sobre la violeta.
-Será lo mejor. –observa Kaname al cazador con una sonrisa-
-... –confuso lo observaba Zero en silencio-
-Hemos terminado. –atraviesa Ichijou en medio de ellos, tomando de la mano a Shiki para salir corriendo a dirección de la ventana, arrojándose igualmente-
-Va a ser difícil detenerlo. –simplemente se aproxima a esa ventana por si hallaba rastro.
-Eh? Sí. –en pasos suaves se acerca Zero a la ventana–. Si él realmente tiene la intención de escapar. –se asoma. Había quedado fuera de base por esa sonrisa más que por esas palabras-
* * * * * *
-Ya estás listo? –toca Yuuki esa puerta luego de haberse cambiado de ropa a causa de la finalización de esa mascarada-
-Casi! –escucha que le responden al otro lado de la madera-
Estando Zero sin su camisa recién secando su cabello húmedo.
-Que rápido. Es un alivio que nada le pasara a Isaya-san y a los demás invitados.
-No te interesa saber que hablaron Shoutou Isaya y Kuran Kaname? –detiene esa toalla dándole la espalda a la puerta cerrada-
-Me interesa. No he dejado de pensar en lo ocurrido esta noche. En todo, como el hecho de que no sabía que podías bailar.
-A qué te refieres? –empieza a colocarse su camisa, sin atreverse a girar o abrir esa puerta-
-Sí, es verdad, eso fue una ilusión. –apoya Yuuki su mano contra esa madera–. El Zero que conozco no puede bailar. Recuerdo lo que ocurrió en el festival de la Academia. ¿Sabes? Tras la mascarada he estado pensando.
Apoya la castaña su frente contra ese obstáculo que le impedía ver al albino, cubriendo su flequillo sus ojos.
-Si tú no fueses cazador o yo no fuese una vampiro, si nos hubiésemos conocido como seres humanos reales ¿qué hubiera sido de nosotros? Ya sabes, seguramente no habrías faltado 1 año a la escuela, así que serías mi senpai y probablemente no te llevarías bien con Kaname Onii-sama.
Pausa, mostrando una sonrisa con sus ojos cerrados de solo imaginar la situación. Mientras que Zero se acercaba a esa puerta, sintiéndola recostada en la madera.
-Me pregunto, la humana Yuuki de 17 años qué habría hecho? –abre sus ojos en anhelo. Siendo sorpresivamente la puerta abierta, provocándole la desestabilidad cayendo arrodillada-
-En verdad eres idiota. –en pie la observaba-
-Eh? –alza su cabeza desde el suelo-
-En primer lugar, si ambos fuésemos humanos, nuestros caminos no se habrían cruzado. Así que deja de pensar fantasías imposibles y vámonos.
Es tomado por la mano de esa castaña desde el suelo, incorporándose ésta y pegándolo a la pared.
-Zero. –le toma las mejillas con ambas manos, bajo la sorpresa del albino–. Zero... –repite abriéndole esa chaqueta para exponer ese cuello y ese símbolo–. Zero... –de detrás de la nuca lo toma, clavando sus colmillos sin darle tiempo a asimilarlo-
-Yuu...
Miles de imágenes en su cabeza empiezan a rasgarse como si alguien pasara hojas al azar y se detuviera en las que le interesaba, confundiéndose al tratarse de aquellas en donde ese Chupasangre Kuran de igual cabello y mirada de Yuuki aparecía, obligándolo a apartarla con violencia de su cuello, pese a que eso le costara herirse la piel.
-Qué estás haciendo? "Algo dentro de mi está desapareciendo..."
Ve con asombro como Yuuki exponía ese brazalete que aún decoraba su muñeca, colocándolo contra esa marca en su cuello.
-Yuuki...
-Si te deshace de los recuerdos de Kaname... si puedo borrar su existencia de tu corazón, todo será más fácil para ti. –lo arroja contra el suelo, colocándose de nuevo sobre su cuello-
-Borrar...? –regresa en sí por esa nueva herida en la piel de su cuello–. "Sus... recuerdos" ¡Detente! ¡Con qué derecho te crees a hacerlo! ¡Detente! ¡Detente! ¡DETENTE, YUUKI!
De nada sirven sus gritos contra la castaña, habiendo evocado en ese momento, cada vivencia con ese castaño en los últimos 6 meses, se convertían en vividas y latentes imágenes que luego se perdían.
-Recuerdas lo que te dije. –finaliza, viéndolo a los ojos–. Soy una egoísta, porque... te quiero para mí. Lo siento... Perdóname... –cierra fuertemente sus ojos al abordarla el llanto–. Pero si no hago esto no podré detener a Kaname. Lo siento...
¿Hay otra persona en tu corazón?
No quiero que haya nadie más invadiendo ese órgano que quiero que me pertenezca.
Su rostro....
-Detente! –nuevamente su cuello es presa de esa boca, inmovilizándose sus piernas y muñecas por aquel hechizo de ese dije, imposibilitándole apartarla-
Sólo quiero que estés a mi lado para siempre...
Así me tomen otros diez mil años para enamorarte.
-Detente! –insiste tratando de moverse, sintiendo la mano de Yuuki sobre su frente-
Su esencia....
Dame más dolor, eso es lo que me merezco por lastimarte....
Todo... Estaba desapareciendo
¡DESAPARECEN!
-NO ME LOS ARREBATES!
Provoca que se estallaran los cristales de esa ventana de aquel cuarto, cayendo al suelo cada fragmento, mientras que Yuuki se alejaba de su cuello, continuando sobre su cuerpo.
-Eres también un mentiroso. También te importa Kaname. –dice ella mientras limpiaba con el puño de su mano esa línea de sangre-
Adormilado solo veía a esa chica, comenzando a sentir su cuerpo pesado y sin fuerzas ¿Por qué le dolía? ¿Tenía ella razón e... igualmente sentía distintos sentimientos a los de odio hacía esa persona? Parpadea lentamente, luchando contra ese agotamiento.
-A partir de ahora, tu sed será considerablemente menor, ya que la persona que estaba causando tu sed, ha desaparecido de tu corazón.
¿De... su corazón? Entonces....
-Kana...?
Sus párpados se cierran, teniendo presente ese rostro castaño femenino.
* * * * * * *
Cada estudiante cargaba sus maletas sin vestir su negro uniforme, saliendo de las instalaciones de ese colegio. Todos compartiendo la misma interrogante, despidiéndose de ese pelinegro maestro que supervisaba la entrada, encargándose el mismo Yagari de cerrar las rejas pese a aún estar los jóvenes frente a la entrada principal, tratando de buscar respuestas.
Desde la ventana de esa oficina, Cross simplemente suspira resignado, cruzando sus brazos.
-Nunca creí que tendría que cerrar la Academia y usarla como la sede de la Asociación nuevamente.
-En verdad está bien hacer esto? Esta es la Academia por la que has trabajado tanto con el afán de cumplir tus ideales. –recuerda Kaito a su lado-
-No hay otra opción. –suspira el Presidente–. El que nuestra sede haya colapsado y perdiéramos el Metal Madre junto con la mayoría de nuestras arma no significa que debamos detener las funciones de la Asociación. No es como si los ataques de los vampiros fueran a detenerse, además, ahora contamos con aliados confiables.
* * * * * * *
Apresuradamente tres presencia encapuchadas seguían a ese vampiro que se les escapó con dirección al bosque, pero no brindándole la suficiente diferencia para perderlo de vista, finalmente logrando los cazadores acorralarlo contra un árbol.
-Es por culpa de esas tabletas que fui a la ciudad a atacar. Por favor, ayúdenme. Un momento... Ustedes son vampiros... ¿Por qué están trabajando con un cazador? –espantado señala a esa pareja de vampiros al lado de ese cazador-
-Porque como Nobles, no podemos simplemente ignorar la estupidez cometida por los de nuestra propia especie.
Peor para el desprotegido vampiro, que aun así no se da por vencido, saliendo de nuevo a la huida por ese espeso bosque, provocando que fuera seguido.
-No es esa... la mansión abandonada de Hanadagi-sama? –repara la vampira de la Clase nocturna al divisarse a lo lejos la mansión de uno de los difuntos Sangre Pura–
* * * * *
-Conoces la historia de esta Academia ¿no? Este lugar fue donde se originó la Asociación, y en esta colina fue creado el Metal Madre. Después, mis antepasados compraron este lugar y lo convirtieron en la Academia.
-Claro que conozco la historia. –opina Kaito, viendo hacía la ventana–. También sé que tras la muerte de tus padres te encargaste de gestionar esta escuela.
-A decir verdad, no tenía intenciones de convertir este lugar en lo que solía ser. –se queja con un puchero–. Pero... –suspira, apoyando su mano contra el marco de la ventana–. Este es el único lugar con el equipo necesario para mantener a la Asociación funcionando.
-Por cierto. Hoy se cumple exactamente 1 semana desde que Isaya-dono envió a esos dos aquí. Y precisamente no como llegaron, por lo menos no uno de ellos. –se aparta de la ventana, aproximándose a la puerta–. Iré a verlos.
-Yuuki... qué es lo que has hecho.
* * * * * *
Sosteniendo esa bandeja penetra en ese cuarto de ventanas semi-cerradas, decidiendo dejar esa jarra con agua en esa mesa de noche para acercarse a ese bulto en la cama.
-Te encuentras bien? ¿Acaso la sed te está molestando, Zero? –se aproxima al borde con una pequeña sonrisa-
Para su sorpresa, el cañón de Bloody Rose contra su frente es quien la recibe, parpadeando extrañada.
-Zero?
-... –parpadea, retirándole su arma–. Creí... creí que eras otra persona. –confiesa, regresando a acostarse, con la mano en su cabeza-
-Otra persona? –finge Yuuki calma, pese a suponer a que se podría estar el cazador refiriendo– ¿A qué te refieres, Zero?
-Tu esencia.... de Sangre Pura me molesta. –confiesa sin verla, mejor descubriendo sus piernas para sentarse–. No me acostumbraré a que seas "una de ellos". Es solo eso. –sin verla responde-
-Ah, ya... –recobra su sonrisa–. Me iré, ya he comprobado lo que quería. Cuídate. Cualquier cosa, estaré cerca. –le da una palmada en la espalda de despedida-
-Oye, tú, mide tu fuerza. –se queja por tremenda desnucada-
Simplemente la observa salir de su cuarto.
En silencio sale ella con esa sonrisa, misma que se borra al tener a Kaito en medio del pasillo, deteniéndose sus pasos. Encontrándose irremediablemente sus miradas, notando en la del cazador molestia.
-El arrebatarle algo importante a alguien y manipular su vida, que es lo que justo has hecho, es la prueba de la atrocidad de los Sangre Pura. –frente a ella se detiene–. Pones ese rostro amigable y no derramas ni siquiera una lágrima.
-... –baja Yuuki su mirada ante la veracidad de esas palabras-
-Acaso es un juego para ustedes manipular y mancillar a Zero? Primero ese bastardo de Kuran, luego tú. Dan asco. Pero al final, pueda que lleguen a perderlo. –decide irse, pasando justo por sobre ella-
Yuuki solo puede morder su labio hasta el punto de hacerlo sangrar.
Reanuda sus pasos en silencio.
* * * * * * *
Sale del cuarto usando ese blanco abrigo viendo frente a él a ese castaño cazador que lo estaba esperando, empezando a caminar a su lado. Giran por una curva, deteniéndose Zero ante esas presencias de un corredor cercano, robando Cross y Yuuki su atención. Reparando Kaito en la distracción del albino.
-Es bastante desagradable. –exclama sin dejar de verla. Ella le recordaba a alguien-
-Qué te molesta, Zero?
-De que pese a ser una Sangre Pura, continúe utilizando Artemis. "¿O el cómo es una Sangre Pura?" –piensa-
-Zero, en verdad no tienes sed? –entrecierra Kaito su mirada sin dejar de admirarlo-
-Hm... –suspira, negando con una sonrisa–. Así es. El que antes tomara tabletas como loco se siente tan irreal.
-Bueno, respecto a él, lo mejor es que lo esperes pacientemente, aunque no puedo decirte el por qué aquí. –dice Cross viendo a su hija-
-Pero no puedo mantenerme esperando sin saber el motivo. Como ya dije, no voy a dejar de perseguir a Kaname.
-No, no me refiero a eso. Lo que quería decir es que ven conmigo, Yuuki. Sígueme. –reanuda los pasos, indicándole que lo siguiera-
-Director?
No le responde él, simplemente lo sigue.
* * * * * * *
Dentro de los bolsillos de su abrigo guardaba Cross sus manos, habiéndose infiltrado en ese bosque, moviendo la fría brisa su cabello.
-Ah... viniste. Finalmente podremos hablar con tranquilidad, Kaname-kun. –muestra Cross una amable sonrisa-
-Se encuentra lista la fundición? Como el único ancestro que queda, es mi responsabilidad el tomar el lugar de "ella". Y mantener el metal del cual proceden las armas capaces de aniquilar vampiros. Lanzaré mi corazón dentro de la fundición.
Yuuki se aterra por esas palabras dichas sin el mayor sentimiento posible, no dejando salir sonido posible de su boca, continuando recostada en ese árbol tras de Cross.
-Kaname planea... convertirse en el nuevo Metal?"
-Antes de que hagas eso, hay algo que debes decirme. Por qué estás ocultando tus verdaderas intenciones a los demás ¡Deja de decidir todo por ti mismo! –explota el rubio– ¡¿Si te ensucias las manos tan rápidamente quién realmente sale beneficiado?!
En los labios de Kaname simplemente adornaba una sonrisa.
-Ayer, algunos de mis subordinados junto con los alumnos de la Clase Nocturna, entraron a una mansión abandonada cuando perseguían a un vampiro. Esa mansión era el lugar donde pusiste fin a la vida del jefe de la Familia Hanadagi y al padre de Aidou. A pesar de que ese lugar se supone abandonado ellos encontraron un ataúd con "algo" dentro en el mausoleo subterráneo. En su interior, Aidou-dono, quien se supone habías asesinado se encontraba profundamente durmiendo. Aidou-kun fue para allá de inmediato.
-.... –cubre Yuuki con ambas manos su boca en sorpresa-
-Ya veo. Me alegro. –exclama Kaname sin borrar su sonrisa-
-Lo que hiciste fue una artimaña para engañar y se alejaran de ti esas personas que te son tan importantes y que no dejarían de creer en ti. Como era de esperarse, incluso Yuuki y Aidou-kun dudaron de tí después de presenciar ese acto tan atroz. ¿Acaso querías que Yuuki te odiara para que te dejara el camino libre con Kiryuu-kun? ¿Esas eran tus intenciones?
-Él... quería que me alejara? ¿Lo hizo a propósito?" –piensa Yuuki en tristeza bajando su cabeza-
-Yo no he venido aquí para hablar de eso.
-Así que vas a hacer todo por tu cuenta de nuevo. Es debido a que actúas de esta manera que Yuuki tuvo que borrar tus recuerdos de Kiryuu-kun. Lo hizo por su bien y por el tuyo.
-... –se sorprende Kaname-
-Director! ¡No tiene por qué decírselo! –sale Yuuki, quedando paralizada bajo esos árboles al notar en los ojos de Kaname tristeza-
-Retírate con Yuuki. Ya no es necesario que luches por Zero-kun. Él te olvido. Y lo lamento, la fundición aún no está lista.
-Qué hiciste, Yuuki? No me lo puedes arrebatar tu también. No tú. –con sus cabellos cubriendo sus ojos dice-
-Lo siento... lo siento. –llora ella sin dejar de verlo–. Yo... Lo siento, Kaname.
A sus ojos, de ese castaño empezaban a salir miles de negros murciélagos, finalmente perdiendo su figura tomando rápidamente vuelo, cruzando justo al lado suyo, dejando desconcertado al rubio Presidente. Sale ella de ese dolor pasando a preocupación, saliendo a seguir esa horda de quirópteros, limpiando las lágrimas de sus ojos que le impedían la visión.
Para su sorpresa, logra divisar la figura de ese albino usando un blanco abrigo acompañado de Kaito, igualmente esos murciélagos aproximársele.
-ZERO!