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Bloody Rose por lilibel vangarret

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Notas del capitulo:

otro capítulo en el día.!!!!! *O*

 

 

 

Agitada abre esa puerta luego de escapársele al joven cazador castaño y de ese largo viaje con una latente preocupación, no habiéndose atrevido a llamar a uno de los Dormitorios de la Academia aún en pie, el de Cross Kaien.

Botando el aire que contuvieron sus pulmones por ver a ese platinado frente a Kaname, en alivio, sabrá desde que horas estaba en ese lugar. No siendo la primera vez que se le "escapaba" para ir a ese lugar.

-Zero, de nuevo aquí. Vamos, es peligroso que vengas solo y lo debes saber más que nadie. Pensé que en todo este tiempo habías dejado de culparte –suavemente se le acerca al verlo bastante concentrado-

-Acaso planeas quedarte a su lado para siempre? –penetra Kaito con un leve gesto molesto por esa carrera-

-Zero. –estira Yuuki su mano para tomar la del platinado pegada contra el hielo-

Gira el cazador a verla por sobre su hombro, reparando Yuuki en esa pérdida mirada puesta sobre la suya.

-Sus ojos... son rojos. –asombrada exclama, viendo a Zero reparar en la presencia de Kaito–. Lo va atacar ¡Zero, no! ¡Takamiya-san, váyase, la sed de Zero está apareciendo!

Rodea con sus brazos a ese platinado que quiso dirigirse al desprotegido cazador castaño, pegando sus botas al suelo, pero la fuerza del albino, y en esas condiciones la sobrepasaba.

-Y las tabletas? –rápidamente inquiere Kaito sin saber cómo detener a esa fiera que se sacudía en brazos de esa pequeña Sangre Pura-

-Él las toma! ¿No entiendo por qué pasa esto?

Un brusco movimiento le provoca la caída a ambos, aprovechándolo esa bestia sedienta de sangre para colocarse sobre ella y apoderarse de su cuello. Siente Yuuki una ansiosa presión en su piel, provocándole cerrar uno de sus ojos. Lo escucha jadear y apartarse de su piel herida, tomando con ambas manos su cabeza y presionando sus dedos entre sus platinados cabellos como si recobrara un poco de cordura por lo que había hecho.

-Takamiya-san, váyase, estaré bien. –desde el suelo dice para no preocuparlo-

Kaito simplemente obedece, en eso él no podría ayudar.

-Yuuki, tengo mucha sed... Mi garganta está seca.

-Te entiendo. –le toma conciliadora la mejilla, no molestándole ver esos labios manchados con su propia sangre–. Bebe hasta saciarte, pero no me vayas a desangrar. –ofrece su muñeca con una sonrisa bromista, remangando su chaqueta y abrigo-

De nuevo esos colmillos, incluso agarrándose Zero de su muñeca, pero de golpe abre exageradamente sus ojos, apartándose de esa piel, igualmente Yuuki tenía sus ojos exageradamente abiertos sobre él.

-Zero.... en tu cuerpo... hay otro latido. –se atreve a decir, separando su espalda del suelo-

-Otro... –calla-

De golpe Zero ve por sobre su hombro a ese dormido castaño tras el hielo, pasando a un gesto de dolor, atreviéndose incluso a posar su mano en esa parte de su cuerpo donde sintió ese latido.

-Bastardo. –exclama con una sonrisa, sentándose al lado de Yuuki, sin apartar su mano de su vientre–

-Debemos preguntárselo al Director, pueda que me haya confundido y él nos ayude. –rápidamente propone, viendo como bajaba su cabeza Zero tomándola con sus manos. Se notaba lo perdido que se sentía–. No estás solo. –se arrodilla para poder abrazarlo, recostándole la cabeza contra el pecho–. No pienses en seguir quedándote al lado de su ataúd, él no lo hubiera deseado. Confía en mí.

Siente las manos del cazador rodearle y presionarse en su espalda, mostrando su necesidad de apoyo.

 

 

 

 

Noche 25. Vida

 

 

 

 

-Así que otro Kuran para que nos siga martirizando. –exclama Yagari tomando asiento-

-Yagari! –reprocha Cross sentado tras su escritorio, posando su mirada en ese albino silencioso sentado frente a él-

-Lo que Zero más necesita ahora es apoyo, no que sea juzgado. –intercede Yuuki en pie–. Por eso lo convencí de que viniera con usted y que lo confirmara, pero también para decirle que nos regresaremos a la Mansión Kuran.

-Cómo? ¿Por qué esa decisión tan radical? Si Zero-kun realmente espera un hijo de Kaname-kun, lo que necesita es la protección de todos.

-Porque lo que necesita Zero es no ser juzgado.... Y alejarse de Kaname. –da una ojeada al albino notando como se entristecía su mirada-

-Lo que él más necesita. –concuerda Kaito recostado en el muro con sus brazos cruzados, no dejando de ver a ese extremadamente silenciado Zero– ¿Y cuánto... durará?

-Dicen que varía de 9 meses a 1 año*.

-Un año con ese chupasangre dentro de él! –se asombra el pelinegro del parche–. Pobre de ti.

Ve cómo se incorporaba ese albino de su silla como un resorte saliendo sin decir palabra.

Toda la culpa recae en las palabras hirientes del cazador pelinegro, saliendo rápidamente Yuuki tras él reprimiéndose Kaito en salir.

-Zero, espera! –llama Yuuki a ese albino que avanzaba-

Ella también se sentiría ahogada si fuese su hijo tratado así desde antes de nacer, por eso la decisión de irse lo antes posible luego de confirmarse su estado. Interrumpe sus pasos al verlo detenerse en el pasillo con una mano presionando en su brazo contrario, asimilándose a las muchas veces cuando él era Nivel E y ella lo desconocía.

-Zero? –frente a él se coloca, asombrándose al ver sus colmillos y sus rojos ojos-

-No podía seguir un minuto más dentro de esa oficina con esas personas. Ni siquiera entendía la mayor parte de sus palabras. –podía incluso evocar el sonido de sus latidos resonar en su cabeza. Sus sentidos estaban más en alerta por cualquier mínimo sonido–. Yo... vámonos.

-Pero aún es pronto. Pensaba que mañana al amanecer lo haríamos.

-Si dices quererme, vámonos! ¡No perdamos más tiempo! –explota, pero después repara su falta, serenándose–. Iré a los Dormitorios del Sol. No pienso regresar a tu casa o la de él. Estaré en el que fue mi cuarto. –se aleja en pasos suaves sin dejar de tomar su brazo-

 

 

Decide Yuuki pasar sus cosas a uno de los cuartos de dicho dormitorio diurno cercano al de Zero, por si su sed dado a su estado aparecía. Algo que casi todas las noches se presentaba y él se negaba a aceptar, así como había dejado de frecuentar a Kaname en su sueño eterno, sin embargo, el que no dejo de frecuentar a Zero, era otra persona. Kaito.

 

*                 *                 *                 *                *

 

Entre sus dedos se hunde ese pasto ante la fuerte presión de su mano, arqueándose su espalda a atrás y cerrando fuertemente sus párpados. De entre sus labios deja escapar un gemido desesperado de plena satisfacción ante esa boca ubicada entre sus piernas jugando con su miembro erguido, manteniendo un ritmo en un suave vaivén de sacar y meter.

Su mano se mueve para ubicarse en esa cabeza, perdiéndose sus dedos entre esos castaño cabellos que contrastaban con la blancura de su mano, jalando unos cuantos mechones entre sus dedos a causa de deslizarse su erección dentro de esa garganta cuanto pudo, pronto volviendo a sacarlo. Sin pausa lo metía en su boca, deslizando dentro de la calidez de ese conducto. Chupaba, lamia, mordisqueaba y succionaba con una suavidad enloquecedora, obligándolo a dejar escapar pequeños jadeos ante aquellas deliciosas caricias, moviendo sus caderas de atrás hacia adelante ante esa calidez que envolvía su erección.

Siente las primeras gotas de presemen que no son rechazadas por esa boca, al contrario, son recogidas incluso por esa lengua, como si animara a su dueño a persistir en su trabajo porque conseguiría "algo mejor". Una de las manos del mayor se deslizan dentro de sus muslos, ascendiendo, haciéndole abrir un poco las piernas.

El albino ya no aguantaba más tampoco, si seguía a ese ritmo torturante pronto iba a acabar y no quería, quería sentir todas las sensaciones completas, ansiaba ser penetrado por el castaño.

-Zero, tienes una visita. ¿Zero....?

Escucha esa voz lejana en medio de esa satisfactoria sensación, abriendo sus ojos, viéndose bajo la sombra de un árbol de ese jardín cerca de la estructura de ese dormitorio, acostado en el verde césped. Apoya sus dedos contra su frente rozándose con sus esparcidos flequillos, trasladando sus ojos hacía esa presencia, tratándose de Yuuki. No estando sola, ese Sangre Pura la acompañaba.

-Lamento haberte despertado pero Isaya-san requirió hablar contigo.

-Si es sobre esa tontería de convertirme en humano. –se incorpora con lentitud viéndolo con un gesto suave–, no la acepto, y menos en la condición que estoy.

-Exactamente vine por esa razón. Mientras esperas a tu hijo no me arriesgaré a que alguno de los dos salga lastimado. Esperare.

-Entonces será una espera de muchos años. Es mi decisión estar así. Así que, olvide ese tema. –se va sin despedirse-

 

*                 *                 *                    *                     *                   *

 

-"La sed de un vampiro sólo puede ser satisfecha por la sangre del ser amado. Es por eso que su sed no puede ser realmente saciada. Por eso se reprime, porque teme perder el control y lastimarme... Debe de estar en su límite" –piensa preocupada-

En silencio posaba sus ojos castaños en ese albino que le daba la espalda, acostado en esa cama, pasando su mano por debajo de la almohada donde descansaba su platinada cabeza, solo pudiendo quedarse a acompañarlo en silencio.

-Ah, no olvides las tabletas. –recuerda ella luego de no recibir saludo o respuesta, incorporándose de su silla-

Pero al dar la vuelta para irse una mano en su muñeca se lo impide, viendo por sobre su hombro que Zero había separado su espalda de las sábanas. No decía palabra, simplemente se asia a su extremidad cubriendo su flequillo platinado sus ojos.

-El pequeño exige ¿no? –ladea su cabeza con una sonrisa, no desagradándole la necesidad de Zero con las semanas-

Ella simplemente se sienta en la cama dándole la espalda y retirando los cabellos de su cuello.

-No vuelvas a reprimirte. Eso no es aconsejable para... –cierra un ojo ante esa mordida–, para ustedes.

En silencio se aparta el cazador luego de ese "sorbo" limpiando la comisura de sus labios con el dorso de su mano, no habiéndole liberado la muñeca, antes, desciende su mano a esos dedos queriendo unirlos, como alguna vez hubiera querido, notándolo la chica que solo lo observa de reojo.

-Y tú? ¿También posees esta necesidad, no?

-Me las arreglo. –gira Yuuki su cuello para verlo, sorprendiéndose al encontrarse con unos ojos tristes que la observaban-

¿Zero iba a llorar...? Ese brillo en sus ojos era de profunda tristeza...

La puerta es tocada, abstrayéndolos de sus pensamientos, provocándole al albino retroceder con la mano en su rostro, como si se riñera por exteriorizar sus dolencias.

-Adelante.

-El Presidente venía a dejártelas, pero como venía a visitarte me ofrecí. –penetra Kaito con esas tabletas que le ofrece al albino-

Descubre Zero su ojo para ver en silencio esas cajas, luego admirando al castaño, quien simplemente las deja en la mesa de noche cerca a esa cama.

-Sólo viniste a saber que no había cometido alguna locura ¿Cómo? Si ya no poseo a Bloody Rose.

-Zero! –reprende Yuuki–. Piensa en tu hijo.

-Por él no lo he hecho. –suspira mejor sentándose en el borde-

-Únicamente quería comprobar que tanto de ti se llevó ese Sangre Pura. Y ya casi no puedo reconocerte. Ah, y aún no se ha podido utilizar el nuevo Metal. Según he oído, es más inestable que el anterior.

-Inestable? Pero pensé que todo iba bien. Hace 1 semana todo estaba listo.

-Y hace esa misma semana no se ha podido hacer nada.

-"Una semana? Es el tiempo que Zero dejó de ver a Kaname". –piensa Yuuki esa deducción– "Será que..."

 

 

Sobre esa cama dormía, protegiéndose del frío de esa noche con esa sabana, luego de tener un rutinario día bajo la supervisión de Yuuki y Kaito, y unas cuantas visitas de Cross con la compañía (juraría que obligada) del pelinegro.

Luego de haber conciliado el sueño, se abren sus ojos violetas por ese suave llamado de una voz conocida dentro de su cuarto.

Levanta Zero su torso, posando su mirada en la ventana cerrada.

 

*              *             *             *              *             *

 

-Se ve muy mal. Estoy seguro que lo de Kaname lo afecto bastante así quiera ocultarlo. –de forma infantil se preocupa Cross, siguiendo a Kaito en ese pasillo-

-Si se lo recuerda, por supuesto que lo pondrá mal! –se coloca frente a la puerta, tocando–. Por favor, no hagas tu escándalo.

-Escándalo? Solo es la preocupación de un padre hacía su hijo que lo hará abuelo. Zero, hijo, ábrenos ¡Hijo!

-Aunque no nos quieras recibir, entraremos, Zero. –toma la perilla, notándola sin seguro. La abre-

 

 

Frotando su ojo se levanta adormilada de la cama. No era su culpa. Su trabajo extra de "escolta" no la dejaba tan agitada como la preocupación de dejar a solas a ese silencioso Zero por más de 1 minuto.

-Se quema el dormitorio? –frotando su ojo abre Yuuki la puerta-

-Hija, Zero no está en su cuarto. –angustiado pone al tanto el rubio Presidente-

-Ya buscaron con Kaname? Él antes se desaparecía e iba a su ataúd.

-Kain-kun ya buscó pero no lo hallo.

-Seiren, sabes dónde está? –pregunta Yuuki tras suyo-

La escolta peliazul pronto aparece dentro de esa habitación detrás de Yuuki, hincándose con su mano en su pecho.

-Kiryuu-sama está en la Fundición. No le perdí la vista como usted me ordenó, pero no se me permite la entrada.

-Qué? ¿Cómo que se te prohibió la entrada a la Fundición? ¿Quién lo haría si esta noche no hay nadie custodiándola?

-Kaname-sama.

 

Solo pueden quedarse bajo el marco sin puerta a causa de ese "líquido" grisáceo haber salido del horno y esparcirse varios metros fuera, teniendo uno de esos tentáculos a una presa, suspendiendo a Zero en el aire como aquella vez en la Asociación y el pasado Metal Madre.

-Es Kaname.... –exclama Yuuki asombrada-

Temía por la vida del cazador y que terminara como Sara. Reconociendo como de esos "brazos" otros se desprendían y rodeaban el vientre de un dormido platinado ¿Quería sentir a su hijo? No quería ella saberlo ni que salieran lastimados.

-Déjalo, Kaname. –se atreve ella a avanzar-

-Yuuki, no. No sabemos cómo podría responder. –intercede Cross sin atreverse a moverse-

-Kaname no quiere hacerle daño, solo sentir a su hijo, ya que Zero lo había abandonado estos últimos días. –muestra una sonrisa sin detener sus pasos–. ¿No es así, Kaname? Has estado al pendiente de ellos, y al ver que no regresaban te sentiste solo. Pero ya suéltalo, podrías lastimarlos.

-Eso no entiende. –dice Kaito sin dejar de ver a Zero, queriendo arrebatárselo-

-Claro que sí. Así como la Ancestro que quiso apoderarse de su descendiente aún vivo. –recuerda bajando su cabeza en tristeza–. Kaname, hazlo. Prometo que lo obligare a visitarte. –sonríe estirando sus manos-

Finalmente ve a ese cazador descender siendo dejado lentamente en el suelo, regresando ese metal al fuego.

Ven seguro acercarse a Zero, comprobando Cross su respiración con tomarlo separándole la espalda del suelo, escuchándose un objeto caer de la mano del platinado. Asombrándose al verlo. Una versión de Bloody Rose pero en negro se hallaba al lado del joven cazador.

-Es la primer arma de la Fundición.

 

*            *            *           *              *             *

 

-Espero que le guste. Me tomó mucho poder escoger los adecuados. –cargando esas bolsas de mercado avanzaba Yuuki con ese abrigo que la protegiera del frío de esa noche-

-No entiendo porque compran tanto si al final solo se alimentaran de tabletas o Sangre ¿no? Porque ustedes... ya sabes, beben la sangre el uno del otro. –opina Aidou cargando el resto de paquetes– ¿Acaso no te preocupa que... él sea tomado por otra persona? Es que el tipo de relación de ustedes dos...

-... –se detiene ella con una sonrisa–. Eso no ocurrirá, sus sentimientos hacía él no han cambiado así trate Zero de ocultarlos en lo más profundo de su corazón. Incluso... –ve hacía el cielo sin borrar su gesto alegre pese a las palabras– antes de nacer, él estuvo atado a Kaname. Yo solo quiero cuidar de él como Kaname lo haría.

El rubio de ojos aguamarina solo puede observarla asombrado, ni él tendría esa constancia.

-Gracias por tu ayuda, Aidou-senpai. No se me permite salir sola y Seiren acompaña a Zero. Es mejor que nos apuremos, quiero que esté lista la cena para cuando él llegue de su misión.

Nota Aidou la tristeza en la chica luego de 9 meses de ese suceso, habiendo sido todo un revuelo el descubrimiento de un descendiente Kuran, y no con su prometida (como públicamente se le conocía a Yuuki) como todos creyeron que algún día pasaría. Así que, para ahorrarse otra maniobra de esos Sangre Pura o Nobles para lastimar involuntariamente a Kaname, algunos de ellos se turnaban convirtiéndose en el escolta de ese cazador gestante.

-Seiren es la única que lo soporta ¿no? –abre Aidou esa puerta penetrando, cediéndole el paso-

-Zero es amable –avanza Yuuki con una sonrisa-

-Sí, algo amable.

-Waa!!! ¡Shiki, no me asustes! –posa su mirada aguamarina en ese pelimarrón cargando a su pequeño hijo– ¿Eh? ¿Qué haces aquí?

-Yuuki y Zero también son mi familia ¿no? –se encoge de hombros comiendo un caramelo, dándole una larga chupeta a ese mini rubio–. Y él es amable, algo.

-Shiki, que te he dicho con los dulces? No debes porque dejar que él solo los tome. –aparece Ichijou arrebatándole ese caramelo a su primogénito–. No, Hideki, eso es muy grande podrías atorarte.

El pequeño solo hace un lindo pucherito, estirando sus manitas a recobrar lo que le fue robado, frunciendo sus cejas como lo haría su padre modelo.

-Oohh, ese niño sin duda es tuyo Shiki. Mira su cara y esa fría expresión en su rostro, similar a la tuya. –exclama Aidou asombrado-

-Sí, es cierto, Ichijou-san.

-Y quién es algo amable? –ignora Ichijou a su caprichoso hijo, viéndolos-

-Kiryuu Zero. –responde Shiki–. Ichijou, regrésale el dulce.

-Él es amable? –insiste Aidou en su interrogación sin asimilarlo-

-Quizás sea por su amabilidad difícil de comprender. Yo creo que él es amable. –secunda Ichijou-

-Qué?!! ¿Amable? La manera cruel de deshacerse de sus amigos es similar a la de Kaname ¡Él no es amable para nada!

-Oh, hola, Zero. –saluda Yuuki sonriente-

-Waa!! ¿C-Cuándo llegaste, Kiryuu? –aleja Aidou "su vida" de ese albino tras suyo-

-Desde que Ichijuo-san le arrebato el dulce. –pasa de largo entre ellos. Deteniéndose al darles la espalda–. Ah, y otra cosa, no deberías compararme con él, soy mucho peor. –retoma sus pasos-

-Ves, a eso me refería. –le susurra a Yuuki, quien solo lo observa para irse tras el cazador–. ¡O-Oye, lleva eso a la cocina!

Toma asiento Zero con un largo suspiro cerrando sus ojos, luego de haberse retirado su abrigo, recién notándose su vientre algo abultado bajo su ropa. Frente a él se coloca la castaña al notar su agotamiento, preocupándose.

-Por qué lo haces... y en tu estado? –hace esa pregunta que por esos meses la agobiaba-

-Isaya Shouto explicó que estaría protegido. Él mismo se protegería ante cualquier amenaza, así que, está mucho mejor que yo.

-Pero y tú? ¿Qué hay de ti? ¿Qué hará ese niño si te pierde? ¿Dejarías que él... se quedara sin sus padres?

-... –abre sus ojos posándolos en ella–. Te tendría a ti.

-Zero.... –se asombra-

-Tengo algo de hambre, dámelos. –se incorpora tomándole las bolsas con una mano–. Ni por equivocación dejaría que tú te encargaras de alimentarme. No me arriesgare a una intoxicación.

En la puerta se detiene el albino apoyando su mano contra su frente cerrando fuertemente sus ojos. Los abre nuevamente al disiparse esa molestia, reanudando los pasos, pero de golpe necesita tomarse de la pared al salir de esa estancia, soltándosele los paquetes.

-Zero! –corre Yuuki preocupada, viéndolo tomarse el vientre-

Jadea de dolor sin dejar de rodear con sus brazos su vientre, dejándose deslizar al suelo recargado contra el muro, quedando arrodillado. Preocupada le toma Yuuki las mejillas, notando sus ojos rojos y colmillos en su boca.

-Qué te pasa, Zero? ¿Es el bebé?

-Se mueve. ¡Ah! Va... a nacer. Ve por Isaya.

-Pero no podré traerlo a tiempo. Su casa está lejos de los Dormitorios. ¡Además no puedo dejarte así! –se arrodilla al punto del llanto-

-Yuuki, cálmate o a la que deberé cargar a causa del... –muerde su labio tratando de disimular–. del desmayo que le dará es a ti. –le toma la mano demostrando calma–. Yo lo envié a llamar con esa escolta que me pusiste llamada Seiren. Tuve un extraño presentimiento... Debe llegar en camino, pero es mejor que lo... apresures.

Asiente Yuuki limpiando rápidamente esas lágrimas para incorporarse y salir corriendo. Solo sonríe Zero por lo sentimental de la castaña, invadiéndolo un fuerte dolor en su vientre como el movimiento de ese ser que se gestaba.

-Estamos solos... su padre nos abandonó por el bien de los demás. –acaricia su vientre tratando de trasmitir calmar-

 

*           *             *            *              *               *            *

 

-Cómo está? –penetra Kain usando un abrigo, acercándose a su primo saludándolo con un beso en los labios–. Vine lo más rápido después de recibir tu llamada ¿Es cierto que entro en labor?

-Así es. Isaya-sama está con su empleada dentro. –describe Aidou sentado, acompañándolo su primo a su lado–. Ni siquiera al Director o a Yuuki se le permitió acompañarlo.

-Así de mal está. –exclama Ichijou con Hideki en brazos-

-Por qué lo dices, Ichijou? –gira Shiki a verlo, posando sus ojos azules en su dormido hijo– ¿Acaso... tu parto fue igual? –se atreve a preguntar sobre ese tema que él mismo vetó meses atrás-

-... –repara en esa preocupación de su pareja, sonriendo después–. Lo importante es que ya estás con nosotros y con los próximos hijos que tengamos.

-... –se ruboriza el modelo–

-Ya nació!! –entra Yuuki avisando con una sonrisa-

-Felicidades –se incorpora Ichijou– ¿Cómo está Zero? ¿Ambos?

-Muy bien, o eso creo yo.

-Cómo que crees? ¿Los viste ya? –inquiere Aidou incorporado-

-En realidad.... no, solo escuche el llanto del bebé y rápidamente preferí venir para acá. Si lloró es porque debe estar bien o tiene unos buenos pulmones –alegre describe–. Iré a decírselo.

Apresuradamente va a esa estancia, abriendo de par en par las puertas y cruzando sin cerrarlas.

-Ya nació, Kaname. El fruto de ese fuerte amor, ahora, su lazo será más fuerte. –se acerca al cristal, reconociendo ese rostro formar un leve gesto. Se asombra–. ¿Tristeza? Tú... estás... Hm, deben ser ideas mías. –ríe ahora ella. Sabía que Kaname estaba pendiente de su familia–. Me iré, no quiero perderme el momento de verlo abrir los ojos. Descansa.

Luego de pasar a su cuarto por ese objeto vuelve al salón donde los demás estaban reunidos esperando, viéndolos compartir una misma discusión.

-Y ya podemos verlos? Traje este osito para que sea su primer regalo, pero no sé si posea el mismo gusto de Zero. –ríe un poco-. Esperemos que no... ¿Uh? ¿Qué pasa? ¿Por qué todos están tan callados y me miran así? ¿Les paso... algo?

-No, Yuuki-chan, todo salió bien, pero...

-Pero? ¿Pero qué? ¡Díganme la verdad, Ichijou-san!

-... –suspira el rubio mayor–. No están. Zero-kun se fue con su hijo.

-Qué? No... No es cierto. Él no pudo haberse ido en ese estado ¡Recién dio a luz! No. Mentira. –niega con su cabeza entristecida sin poderlo creer–. Él no... no pudo. No pudo.

Amargamente llora, negando.

Ahora entendía la tristeza de Kaname...

Notas finales:

Dicen que varía de 9 meses a 1 año: En el manga son 2 a 4 años. Entonces yo pensé... ¡DEMASIADOS! Así que lo dejé en ese tiempo más.... necesario.

-2 faltan 3 para el final. Nos vamos acercando.......


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