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Bloody Rose por lilibel vangarret

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Notas del capitulo:

"Ni para Dios ni para el Diablo".... Dicen por ahí. UoU

 

 

 

 

-Cómo has cambiado. Han pasado mucho tiempo desde que nos vimos, Kaien Cross. Ahora eres famoso "El cazador de Sangre fría que mató a innumerable vampiros"

Opina esa joven mujer castaña hincada al lado de ese rubio, protegiéndose ésta del frío de la noche con una larga caperuza que rozaba el suelo, mostrándose bastante serena pese a haber sufrido un altercado con ese hombre. Simplemente le da un ojeada a esa espada clavada a cm. de su posición y que por un momento tembló en la mano de ese cazador.

-Qué te hizo cambiar de opinión al intentar matarme? Sabes muy bien que no hago ese tipo de cosas que me vayan a colocar en las Listas de Ejecuciones. O era... que intentabas capturarme y venderme a esa gente malintencionada que desea la droga de nuestra sangre. –deduce Juuri sin moverse-

-Los Kuran son el Linaje más antiguo del mundo de los vampiros... pensé que si podía eliminarlos... tal vez... pudiera librarme de las ataduras de mi destino. –responde a su defensa Cross-

-Sabía que dirías eso algún día. –suspira ella–. Es por eso que te dije que vinieras a nuestra casa... hace tiempo atrás. Siento mucho haberte herido cuando presentí tu ataque. Sucedió tan rápido que no me dio tiempo de retener mi poder... No pude tomar el riesgo porque hay algo dentro de mí que sigue creciendo y tengo que protegerlo a toda costa.

Juuri solo puede rodear con sus manos su aún plano vientre, ganándose una mirada incrédula de ese cazador en el suelo.

-No esperaba a que me mirarías de esa forma, como si fuera loca. –se siente ofendida la Sangre Pura-

-Intenté quitarte la vida... ¿Por qué no me quitaste la mía?

-La verdad... es que me convenía encontrarte aquí. Acabo de escapar de Haruka y sus guardias para verte, se ha vuelto muy sobre protector por mi estado. Sabes, pensaba que quizás podría enviar a mi hijo a tu escuela. –confiesa ella con una sonrisa anhelante-

-... –se asombra–.

-Quiero hacerle ver las diferentes facetas de este mundo y que disfrute su juventud en un mundo feliz donde todos tienen libertad de expresión. Que se enamore y sea enormemente feliz al lado de su alma gemela, pero... dudo que algo así pase a causa de que nazca como Haruka y yo y no pueda escoger a su ser amado. Yo quiero que Kaname sea feliz. Es por eso que... –baja su mirada indecisa–. Es por eso que, si no quieres vivir, te pido que me des la escuela que posees.

-Uh? ¿Director?

Entre abre adormilado sus ojos miel, reparando en esa silueta femenina de largo cabello castaño colocada delante suyo y demostrando interés.

Simplemente frota sus ojos para disipar el sueño ante ese llamado, logrando ver con claridad que se trataba de Yuuki y no de su madre. ¿Desde cuándo se había quedado dormido? ¿Y por qué había recordado eso ese día?

-Siento haberlo despertado pero solo venía a avisarle que dentro de 2 horas llegaran.

-Ah, así que es hoy. Se me había olvidado que una vez cada año todos los antiguos estudiantes de la Clase Nocturna vienen aquí para hablar sobre sus vidas. Entonces... –muestra un gesto algo serio– ¿Iras a la estación a esperarlo? A pesar de que cada año has enviado una invitación a este día, Zero-kun ha faltado a todos. Ni siquiera Kaito o Yagari han podido saber algo de él o su hijo.

-... –baja su mirada en tristeza, asintiendo–. No me doy por vencida de que Zero y su hijo vengan. Así que, reciba a los demás por mi mientras no estoy, papá. –apresuradamente sale Yuuki-

-Aaaahhh, me dijo papá!! >O<

 

 

 

 

Noche 26 Sepulcro.

 

 

 

 

Desciende de ese vehículo cargando entre sus brazos ese pequeño pelimarrón de ojos verdes que bellamente usaba ese trajecito de color azul oscuro que resaltaba su cabellito. Mientras que otro pequeño caballerito de cabellos rubios y unos grandes ojos azules descendía por sus propios medios, sosteniendo en su mano una caja de pockys.

-Shiki, que dije sobre los dulces a nuestros hijos. –repara Ichijou a su pareja que recién descendía del auto con otra caja de palillos de coco-

-Él los pidió. –sencilla y serenamente responde el aún joven modelo al que no le pasaban los años-

Igualmente Ichijou Takuma permanecía con esa belleza juvenil pese a los pocos años transcurridos.

-Hm... 5 años. –suspira el rubio viendo esa edificación a pocos metros-

-Crees que los Nobles vengan o envíen a alguien para asegurarse si Kiryuu está este año aquí? –inquiere Shiki viéndolo-

-La sociedad de vampiros ya debe de haberse percatado de todo lo que pudieran necesitar saber, además, ninguno es bienvenido así traiga o no buenas intenciones. Algunos lo hacen para ganarse la gratitud de Yuuki-sama y ganarse un favor a cambio, la otra parte para lastimarla y divertirse de su desgracia. Y otros... –suspira–, por ambas razones. Mejor entremos.

-Oigan, qué hacen aún fuera, los creí ya dentro. –hace su aparición tras ellos la anaranjada modelo, quien la única diferencia que poseía era el largo de sus coletas– ¿Solo ustedes han llegado?

-No lo sabemos, recién entraremos. Hideki, ve y juega con Aoki, pero tengan cuidado. –baja a su pequeño pelimarrón dejándolo al lado de su rubio hermano–. Si pasa algo, inmediatamente buscan entrar o ir a la oficina del Presidente Cross ¿sí?

-Sí, Papá. –asiente Hideki–. Vamos, Ao.

-Sí que son obedientes, ya sé a quién salieron. –opina Rima asombrada–. No a ti, Shiki.

-Uh? Si yo soy obediente. –dice a su defensa el modelo-

-Pero cuando es un tema relacionado a Ichijou lo olvidas.

Se ruboriza el pelimarrón viendo a su amiga, escuchando a su lado precisamente una risilla de Ichijou.

 

*                *                *                  *                 *

 

-Ichijou, controla a Shiki. Aquí, el que más hijos tiene eres tú. –opina Aidou sentado en ese largo comedor colocado en el salón del dormitorio-

-Eh? No le veo nada de malo. –sonríe Takuma al lado de Shiki, con su piernas cruzadas–. Ambos deseamos tenerlos, así que...

-No tiene por qué interesarte. –sencillamente roba el modelo la palabra, entrelazando su mano con la de su rubio-

-Y allí aparece esa personalidad posesiva. –exclama Rima con un enorme gotero en su cabeza-

-Eh?!! Yo solo decía. No tienes por qué responder así. –frunce su ceño Hanabusa levantándose de la silla-

-Aidou, calma. –le toma Kain la mano, tirando hacía él, provocándole caer sentado sobre sus piernas–. Recuerda porque estamos aquí.

-Si, si, para hablar, para hablar. –se deja tomar de la cintura por su primo, serenando su molestia– ¿Y saben algo de Ruka y su novio? Según ella, hoy nos lo presentaría. Pero tan agría que es, que dudo mucho que alguien la soport...

¡Pum! Un certero y contundente tacón había dado con la cabeza de ese rubio provocándole perder el equilibrio, cayendo al suelo.

-AAyyyy!!! ¿Quién me pego? –como un resorte se incorpora del suelo con ese objeto asesino en su mano como prueba-

-A quién llamas agría? ¿Tú, tempano de hielo? –con un solo zapato se acerca a arrebatarle el que arrojo-

-Aidou, calma! –rodea Ichijou a esa fiera que pataleaba con ganas de alcanzar a esa castaña clara-

-Suéltame, Ichijou, que quiero matarla! ¡Déjame alcanzarla y darle una bienvenida como se merece!

Kain simplemente fija sus ojos en su prima, igualmente ella haciendo lo mismo, sencillamente pasando una sonrisa de saludo. Ese sentimiento que alguna vez sintió por ella, Aidou se encargaba en sepultar cada día. Pero, repara el Noble del fuego en una presencia hallarse tímida en la puerta.

-Uh? ¿Ese quién es? –repara Rima- ¿Será su novio?

Ven a Ruka ignorar la "discusión" pasada para acercarse a ese chico de cabellos castaños, usando un sencillo esmoquin negro sin corbata, llevándolo hacía ellos de la mano.

-Buenas tardes. –tímido saluda quedando en pie-

-Tú... me recuerdas a alguien. –ladea Ichijou su cabeza sin soltar a la fiera del hielo (entiéndase, Aidou), viéndolo detenidamente–. Yo creo conocerte ¿Pero de dónde? ¿O serán ideas mías?

-No, tienes razón, Ichijou, a mí también me recuerda a alguien. –da Aidou la razón sin ser liberado-

-Y a nosotros. –concuerdan el par de modelos-

-Ah! ¡Ya sé de donde te vi! ¡De la Clase Diurna! ¡Eres el Presidente de la sección donde estaban Yuuki y Zero! –recuerda el rubio exVicepresidente-

-QUUÉEEE???!!!

-No puede ser! ¿Tú...? ¿Con él...? –se escandaliza Aidou sin dejar de ver a ese... ¿apuesto joven? de la mano de ella. ¿Cambio extremo pagado por ella? por qué se veía bastante diferente del pasado–. Yo siempre te creí la eterna enamorada de Kaname-sama.

-Aidou. –reprende suavemente Kain-

-No, déjalo, Kain, él tiene razón. En esa época lo fui, pero ahora quiero a otra persona que si me corresponde. Ven, vamos a sentarnos.

-Pero se ve diferente. Muy diferente. –continua Aidou-

-Ah, le pedí a Yuuki Cross... quiero decir, a Yuuki Kuran que me convirtiera con tal de estar con Ruka-san. Permiso. –educadamente pide el castaño-

Todos quedan con enormes signo de interrogación, asimilando toda la información suministrada. Sí que el amor provocaba decisiones radicales.

-Ya que tocaron ese tema, alguno de usted sabe algo de Kiryuu-kun? –pregunta Ichijou, tomando de nuevo asiento junto a su pareja– ¿O de su hijo? –nota total silencio, siendo clara la respuesta–. Creo que Zero se fue porque quería evitar que su hijo sufriera. Yo sé que se siente estar con esa prevención del qué dirán. Así que, en parte lo entiendo.

-Pero ni siquiera permitió que lo viéramos. –hace un puchero Aidou, regresando a la cómoda posición de las piernas de su primo–. No sabemos si salió igual a Kaname o a él. O a ambos. –de solo imaginarse a un pequeño con la personalidad de ambos siente escalofríos-–. No, mejor no me lo imagino. –sacude su cabeza de lado a lado en negación-

-Pero oigan ¿Será un Sangre Pura? –da Ruka su intervención-

Provocando que todos se miraran de nuevo con una incógnita.

En ese momento unos pasos apresurados se dejan oír, asimismo la puerta ser abierta sin avisar, dejándose ver a una agitada castaña de lacia cabellera, quien posa su mirada en cada persona allí presente, pasando a un gesto de tristeza. Detrás, Seiren la escoltaba en silencio, quien cierra la puerta.

-No vino tampoco este año. –murmulla Yuuki con una sonrisa irónica bajando su cabeza-

-Yuuki-chan, cómo has estado? –interviene Ichijou con su amable sonrisa-

-Eh? Bien. –muestra una sonrisa para no preocuparlos–. Afuera vi a Hideki y a Aoki, están ambos muy lindos. Y Hideki se ve que será un sobreprotector hermano mayor. –avanza-. Gracias por venir también este año, aunque no estén todos aquí. No importa, escuchare las historias que ustedes traigan. –sonríe-

De golpe se detiene ella antes de llegar a la mesa, borrándose su sonrisa y regresando su mirada a la puerta, había sentido algo. Y no era la única, todos en esa sala habían percibido ese aroma, provocándoles ver igualmente esa madera incrédulos. Apresuradamente regresa Yuuki a aproximarse a la puerta, atreviéndose a abrirla, no viendo persona cercana, hasta que, una silueta subió por esa escalinata y se fue acercando a su dirección.

Sosteniendo la respiración, Yuuki veía a un castaño parado bajo el marco de la puerta.

Parpadea ella, buscando desaparecer esa ilusión, pero continuaba, viendo a ese pequeño Kaname igualmente observarla con sus grandes ojos castaños, ladeando su cabecita.

Como reflejo, ella separa sus labios para decirle algo, no saliéndole palabra, viendo como ese tímido menor sale a correr, regresando sus pasos.

-No, espera!

-Haruka, a dónde vas?

Incrédula había escuchado esa voz masculina junto al nombre de su padre, decidiendo colocarse fuera del marco de la puerta para poder ver con claridad al dueño de esta, posando sus ojos en ese joven de blanca piel que avanzaba de la mano de ese pequeño Kaname.

-Después de tanto tiempo y no has crecido nada.

-Zero... –pronuncia ese nombre luego de tenerlo frente a ella–. Él es...

-Entremos ¿no? –le interrumpe con una amable sonrisa-

Ve a Zero cruzar a su lado, mostrando en su cabello el pasar del tiempo, dado a verse alargado unos cuantos centímetros.

-Uh? –nota Yuuki otra baja presencia detrás del cazador. Simplemente lo sigue, cerrando la puerta-

-Kiryuu-kun, viniste. –opina con una sonrisa Ichijou–. Y no vienes solo. Trajiste a tu hijo.

-... –libera una corta risilla el ojivioleta, negando–. Lamento la tardanza, pero mis hijos son un poco sensibles al sol.

-Tus hijos? –trasmite Aidou la pregunta grupal, notando un movimiento tras el cazador-

-Ichiru, no te presentaras? Cuando veníamos se mostraban bastante alegres de conocer a su tía y prima, y a los escoltas que estuvieron en esa batalla.

-Todos estuvieron? –una cabecita platinada sobresale un poco al costado de Zero, continuando agarrado al abrigo de su papi-

-Sí, cada uno. Unos más que otros pero al final ayudaron. –se encoge Zero de hombros, viendo por sobre su hombro a sus dos hijos-

Lentamente, castaño y platinado salen de ese escondite, eso sí, sin alejarse de la protección de su papi, tomando cada manita una de las del mayor, posando su idéntica tonalidad de ojos en esas desconocidas presencias pero que su papi se encargaba en contarles en las noches.

Asombro causan ese par de niños en los Nobles que se miran entre sí sin poderlo evitar.

-El castaño es idéntico a Kaname.

-No. A Haruka Kuran. –con una sonrisa dice Yuuki en seguridad. Decide aproximarse a ellos con pasos lentos para no asustarlos–. Hola, tú debes ser Haruka ¿no? y tú... te pareces a alguien que se parecía mucho a tu papi.

-Papi dice que me parezco al tío Ichiru. –tímido la observa el pequeño platinado de ojos castaños–. Pero que saque los ojos de Otousan.

-Sí, tienen ambos los ojos de Kaname. Yo soy su tía Yuuki. Así que ustedes son los pequeños sedientos que hicieron que Zero me atacara. –muestra una dulce sonrisa estirando sus manos, dándoles a cada uno una dulce caricia que ellos reciben a gusto-

-Oye, no digas eso o los asustaras. Vengan niños, vamos a sentarnos.

-Papi... –le jala su manga-

-Si, Ichiru?

-No vamos a ver a Otousan.

-.... –en silencio observa a su hijo reprimiendo ese gesto de dolor, mostrando una sonrisa–. Después, acabamos de llegar y no han saludado. Yuuki luego se encargara de llevarlos.

Yuuki simplemente observa al albino mientras éste avanzaba a la enorme mesa ¿Pero por qué Zero no lo hacía por sí mismo?

Y esa misma noche el mismo cazador se lo aclaro, ya que, solo los acompañó a los tres a unos cuantos metros de esa habitación donde dormía Kaname, quedando él fuera. Y ella encantada le presentará a sus hijos a Kaname.

-Se parece bastante a ti, ottoto. –repara Ichiru sin dejar de ver a ese hombre dentro de ese cristal-

 

Luego de minutos, salía Yuuki tomando de la mano a cada infante viendo al albino recostado contra un árbol con sus brazos cruzados y ojos cerrados. Se liberan ambos menores de la castaña para correr alegres donde su padre, provocándole que despertara y se hincara para darles suaves caricias a cada uno.

-Hoy se quedarán con Yuuki, así que pórtense mal.

-Zero! –hace un puchero ¿qué eran esos supuestos consejos?-

-Bromeo. Ellos te obedecerán, son bastante obedientes. –la ve con una sonrisa-

-Así que era cierto. Yagari me dijo algo de tu supuesta llegada pero preferí venir por mí mismo.

-Qué rápido vuelan los chismes –se incorpora Zero para girar a ver a ese recién llegado-

Un joven castaño de saco fruncía sus cejas observando a ese platinado, quien protegía a ese par de niños con su cuerpo, que igualmente se ocultaban solo asomando uno de sus ojos castaños.

-Así que son dos los herederos. Ambos se parecen a Ichiru, son tímidos.

-Niños, les presento a mi antiguo compañero de cacería. Kaito Takamiya.

-El tío Kaito? –asoma su cabeza Ichiru, detallando intrigado a ese hombre de facciones casi idénticas a las de su padre-

-Sí, el tío Kaito. –sonríe por la buena memoria de su hijo–. Oye, te presento, Ichiru y a Haruka Kiryuu. Yuuki, cuídalos. No me esperen despierto, está bien. –besa cada cabecilla infantil en despedida-

Kaito simplemente observa a esos niños correr a "protegerse" con su tía, solo atreviéndose Haruka a despedirse de su "tío" con mover su mano tímidamente. Obviamente él sólo puede responderle con una pequeña sonrisa pese a asemejarse al bastardo de su progenitor. El pequeño no tenía la culpa. En silencio sigue a Zero.

Permanece Yuuki inmóvil sosteniendo cada mano pequeña, admirando a ese albino. Lo notaba bastante diferente.

 

*                *                    *                *            *                *

 

-No nos atrapan! ¡Vamos Aoki!

-Vamos, Haruka. Rápido!

Ríe alegremente Ichiru tomándole la mano a su gemelo para continuar el juego con la compañía de ese rubio de ojos azules y un pelimarrón de ojos verdes en medio de ese jardín, resonando sus risas infantiles rompiendo ese silencio. Ichijou simplemente observaba a esas dos parejas de niños contagiándose una sonrisa en sus labios, rodeando uno de sus brazos su vientre y descansando su palma por sobre su codo. Siente el rubio padre una presencia aproximarse con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón y recostarse contra el muro en silencio.

-Hola, Kiryuu-kun. –saluda Ichijou sonriente–. Recién llegas de "trabajar" como veo.

-Papi! –repara el castaño menor a su padre, ignorando el juego para correr hacía él-

Ichiru imita a su hermano para saludar a su padre, quien se aparta del muro para cargarlos y estrecharlos contra sí en un gran saludo.

-Se ve que son bastante apegados a tí. –opina Ichijou con una sonrisa–. Era de suponerse, si la única persona con la que han convivido desde nacer ha sido contigo.

-Por eso quiero que eso cambie. –baja a sus hijos, quienes regresan con la misma alegría al juego. Se aleja después como llego-

-Finalmente has regresado al lado de Kaname después de todos estos años. Durante estos 5 años que he visitado a Kaname lo he notado extraño como si agonizara por haber perdido la mitad de sí mismo. Tal ves tú igual sientas lo mismo y estés sufriendo, quemándote por dentro... –exhibe un gesto de tristeza– ¿Entonces por qué no vas con él? Debe extrañarte. –logra detener al cazador-

-Que la soledad sea su única compañía.

 

*              *             *             *             *            *

 

Dulcemente sostenía esos pequeños cuerpos dormidos contra sí, perdiendo su nariz en cada distinta tonalidad de cabelleras para percibir el aroma que desprendían, liberando una suave sonrisa de gusto. Debajo de ese árbol aprovechaba los rayos cálidos del sol sentado sobre esa mecedora de madera, moviéndola con ayuda de sus piernas para preservar el profundo sueño de ese par de infantes.

En cada uno de sus hombros descansaban sus hijos sus cabecitas a gusto de estar en la protección de su progenitor, apoyando una de sus pequeñas manos en su torso colgando la otra. De nuevo sonríe ante esa calma. No se cansaría de hacerlo y ser él quien se sintiera acogido. Estrechándolos el padre con la mayor fragilidad y el mayor amor que pudiera tener hacía esas inocentes personitas, asegurándose de tenerlos cómodamente en una segura posición.

Cierra Kaname sus ojos para reclinarse e imitar a su hijos en ese descanso.

Desde su posición, en pie con un gesto de sorpresa, Zero podía ver esa escena de su familia.

-Zero... ¡Zero!

De golpe abre exageradamente sus párpados por ese preocupado llamado, posando sus ojos violetas en ese par de castaños que al lado de su cama se mostraban preocupados.

-Zero, te duele algo?

No entiende el albino la pregunta solo siente una humedad en su mejilla, por consiguiente la toca con la yema de sus dedos trazando un camino ascendente hasta sus ojos, asombrándose por ese líquido que liberaron sus ojos violetas. Alza su torso limpiando con su puño su mirada, prefiriendo incorporarse y darles la espalda.

Ese sueño... fue tan real.

-Zero, estás bien? –insiste Yuuki-

-Lo estoy. Solo recordé cuando perdí a Ichiru, mi hermano.

-Es solo eso? –inquiere Kaito tras él bastante interesado-

-Qué más podría ser? –gira a verlo con su rostro sereno–. Ya es de noche. Yuuki, cuídalos. –se aproxima a la silla, tomando su abrigo y arma-

-Hoy también saldrás? En estas últimas semanas has dejado de verlos, o llegas a extremadas horas sin siquiera pasar algún tiempo con ellos. ¿Qué ocurre? –inquiere Yuuki bastante preocupada-

-Solo te pido que los cuides, porque sé que eres la más indicada y a la que le confiaría ese tesoro tan grande como lo son ellos. Solo te pido eso. Vámonos, Kaito.

Comparten ambos castaños una mirada de preocupación hacía ese albino al verse sin él.

 

*              *                  *               *              *                *

 

En esa solitaria habitación resuenan su pasos en esa aún oscura madrugada, colocándose frente a ese durmiente ocupante dentro de esa protección de hielo.

-Luego de 6 años, vete aquí, supremo soberano Ancestro Kuran... convertido en esto. Ya basta. Deja de atormentarme con tu imagen en mi cabeza ¡Basta!

Saca Zero esa negra arma con la que le apunta, reteniendo en sus dientes la rabia, tristeza, dolor y molestia que por años contuvo, fingiendo desamor a ese inmóvil sujeto.

-Por qué? ¿Por qué yo? ¡¿Simplemente por qué me parezco a ella?! Entonces acabemos con esto.

Redirige ese cañón a su cien sin dejar de ver esos párpados cerrados. Estaba harto. Harto de esperar algo que no sucedería. Ya quería acabar con todo ese dolor.

-Y sabes algo.... te amo, y eso duele. –cierra sus ojos-

Quería parar ese círculo.

Sin temor, presiona el gatillo.

 

 

Se incorpora como un resorte de la cama ante ese sonido, posando sus ojos en la ventana. Había ella preferido no acostarse hasta no saber de Zero, ya que lo notó diferente, incluso se había negado a beber su sangre en ese mes pese a haber pasado 5 años sin hacerlo. Atreviéndose a decir que en esas semanas se hallaba deprimido, pese a quererlo ocultar. Pero nunca se imaginó que llegaría a ese extremo.

Apresurada corre por ese pasillo agitándose su pijama, desplazándose hasta ese salón donde estaba claustrado Kaname, notando una de las puertas abiertas, deteniéndose de golpe.

Asustada observa esa madera, pudiéndose encontrar cualquier cosa al otro lado. Zero haberle disparado a Kaname pese a estar indefenso, o haber dirigido ese balazo a él mismo. Pero necesitaba asegurarse... Entra lentamente, paralizándose. En el suelo estaba ese albino.

-ZERO!!

Corre, arrodillándose a su lado y tomándolo, buscando alguna herida, no hallándola. Ni charco de sangre alguno a su alrededor.

-Zero!! –lo sacude angustiada, no abriendo sus ojos-

Lo único que ve son esas sogas con espinas sobresalir de esa arma, atándose alrededor del brazo que lo sostenía, no lográndose ver su mano, bebiendo a gran rapidez de él. Dirige a un costado sus ojos, en una de las paredes, un gran hoyo la decoraba quedando en el suelo los restos.

-Qué pasa, hija? –llega angustiado Cross acompañado de Yagari-

-No responde, y no puedo quitársela. Está bebiendo más de la cuenta. –describe Yuuki insistiendo en quitarle el arma-

En medio de su angustia consigue desprender esa arma de esos blancos dedos, pero persistía la inconciencia del cazador. Rubio y pelinegro se acercan, comprobando su signos vitales, bajo la preocupada mirada de la castaña. Asombrándose Cross que posa sus ojos miel sobre Yagari para luego desplazarlos en ese castaño dentro del cristal.

-Qué sucede, Director?

-No puede ser que se haya dejado vencer. Pensé que lucharía por más tiempo. –exclama Yagari en molestia, quedando sentado en el suelo–. Ahí tienes los resultados de haber permitido esa dichosa unión, Cross. –pasa su mano por su negra cabellera sin dejar de ver ese cuerpo inmóvil que sostenía su pareja–

-Qué pasa? –insiste ella por esos rostros de tragedia-

-Pasa que al final Kuran se lo llevo a la tumba! –busca sus cigarrillos para calmar su dolor. Al lograr tener uno en su boca lo toma, pero para después arrojarlo-

Ella no entendía nada y por qué la molestia del pelinegro. Solo ve a Cross levantar a Zero del suelo, recargándole la cabeza contra el hombro y pendulando su brazo izquierdo como el de un muñeco sin vida.

-Decidió adoptar la solución que alguna vez Kaname tomó. O como muchos Sangre Puras cuando ya están cansados de la vida. Poco a poco su cuerpo realizara ese proceso de descomposición.

Qué? Entonces...

-Así es. Al final buscara la muerte. Lo único que podemos hacer es ponerlo en un cómodo lugar y velar su sueño. –describe ante esos labios de Yuuki moverse pero no pronunciar palabra-

Inmóvil queda en ese cuarto. Las dos personas que amaba.... la abandonaban.

Notas finales:

3- faltan dos para el gran final.


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